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DERECHO PROCESAL

Derecho Procesal:

Conjunto de normas y principios que regulan la actividad jurisdiccional del estado para la aplicación del
derecho de fondo.

Caracteres:

1. Público: regula relaciones jurídicas en las que interviene un sujeto en posición de preeminencia, el órgano
jurisdiccional, esto no cambia aunque sean relaciones de naturaleza privada.
2. Realizador: realizador del derecho de fondo.
3. Autónomo: su objeto de regulación es propio y específico, contiene nociones que le son propias.

Normas procesales:
Es la proposición enunciativa de organización, de competencia y de conducta de los órganos públicos y de
particulares intervinientes en la actividad jurisdiccional del Estado.
Una norma procesal no solo se encuentra en un código de procedimiento sino también en un código de fondo.
Para Palacio; las normas materiales regulan “el que”, el contenido de la sentencia y las procesales determinan
“el quien y el cómo” de dicho acto y la actividad que lo
Por eso para distinguir entre derecho material y procesal, hay que estar a la finalidad y efectos de cada
disposición legal.

EL PROCESO JUDICIAL

Serie gradual progresiva y concatenado de actos….

El proceso judicial es un conjunto complejo de actos jurídicos del estado como soberano, de las partes
interesadas (actor y demandado) y de los terceros ajenos a la relación sustancial, actos todos que tienden a la
aplicación de una ley general, impersonal y abstracta, a un caso concreto controvertido para solucionarlo o
dirimirlo. El proceso sirve a la satisfacción de los intereses jurídicos socialmente relevantes, siendo el medio
constitucionalmente instituido para ello.

Caracteres y elementos:

El proceso es público, autónomo, complejo y teleológico.

Público, ya que sus fines responden a un interés que excede del privado y su trámite debe llevarse a cabo
conforme a los mandatos de la ley adjetiva de naturaleza pública y ante órganos jurisdiccionales del Estado.

Complejo, porque en su desarrollo actúan diferentes sujetos procesales con diversas atribuciones y por ello,
susceptibles de generar múltiples relaciones jurídico-procesales.

Autónomo, en relación con el derecho sustantivo, tiene autonomía académica, normativa.-


Teleológico, por cuanto se dirige al cumplimiento de fines individuales o sociales.

En cuanto a los elementos del proceso, la doctrina distingue tres esenciales: el objetivo, el subjetivo y el
teleológico.

El elemento objetivo

Hace a la “...serie gradual, progresiva y concatenada de actos...”. Gradual porque los actos se realizan
conforme a un orden determinado previamente por la ley. Progresiva ya que se van cumpliendo en forma
paulatina y tienden a un fin. La culminación de un acto supone el inicio de otro y además estos están
estructurados en etapas cuyo comienzo y fin están eslabonados, es decir, concatenados. El proceso avanza y
se desarrolla sobre la base de impulsos que provienen del actor, del demandado y del propio tribunal,
tendiendo a un fin, la resolución definitiva del juicio a través de la sentencia.

El elemento subjetivo

Está representado por las personas que intervienen en el trámite procesal. Pueden ser sujetos necesarios o
eventuales. Los primeros indefectiblemente deben estar presentes en la relación jurídico-procesal. En el
proceso civil son protagonistas el actor, el demandado y el juez. En el proceso penal debe existir un órgano
requirente (Ministerio Público Fiscal), un órgano judicial y el imputado. Cada uno de los sujetos ejerce poderes
de raigambre constitucional. El actor tiene a su cargo el poder de poner en movimiento el proceso como
expresión del derecho constitucional de peticionar ante las autoridades. El juez ejerce el poder de jurisdicción
y el demandado ejerce el legítimo derecho de defensa. Asimismo, todos ellos precisan condiciones subjetivas
de actuación. El juez y el ministerio público deben ser designados conforme preceptos constitucionales y
estructurados de acuerdo a leyes orgánicas. Los particulares deben contar con capacidad y legitimación
reconocida y pueden intervenir a través de sus apoderados o representantes. Por último, los sujetos
eventuales comprenden los auxiliares del tribunal y el personal subalterno que colabora con el oficio judicial
en calidad de secretarios letrados, prosecretarios, jefes de despacho y demás auxiliares. También comprende
a patrocinantes, testigos, peritos, etc.

El elemento teleológico atiende a las expectativas colectivas de la sociedad y a los intereses individuales de
las partes. En el primer sentido, el fin principal de cualquier proceso, sea de naturaleza civil, penal o familiar,
se identifica con la obtención de una sentencia justa, ya que al dictarla se restablece el orden jurídico alterado
y la realización del valor justicia. Desde el punto de vista individual el fin consiste en la obtención de una
sentencia favorable o desestimatoria. De todas formas, el propósito fundamental de cualquier proceso está
dado por la tutela general en la realización del derecho objetivo sustancial en casos concretos con el fin de
obtener la armonía y la paz social.

Objeto y contenido:

Objeto del proceso es la actividad de juez por la cual ante la pretensión del actor y la contra pretensión del
demandado, aplicando las reglas de la sana crítica racional y de la lógica formal, se analizan los hechos
afirmados por el actor y contradichos por el demandado a la luz de las pruebas rendidas, llegando a una
sentencia definitiva.
El contenido del proceso está dado por las pretensiones o declaraciones de voluntad cuyo acogimiento se
intenta obtener. El actor al ejercer la acción y el demandado al contestar o interponer excepciones formulan
una declaración de voluntad de tipo imperativo amparada por la ley y exigiendo al juez que se pronuncie sobre
la existencia o inexistencia de una obligación determinada. Luego el juez aplica el derecho acogiendo una y
reestableciendo el orden jurídico alterado.

En el desarrollo del contenido procesal CLARIA OLMEDO distingue diferentes categorías y situaciones
jurídicas:

a) Atribución facultativa: facultad que compete al actor para accionar en el campo del proceso civil y obtener
una satisfacción.

b) Atribución impuesta: exigencia legal que tiene el juez frente al proceso, ya que dicho funcionario tiene la
obligación de pronunciarse ante el simple requerimiento de la parte.

c) Sujeción impuesta: situación que requiere la actuación del sujeto por razones que atienden al interés
público (v.gr. posición de testigo que tiene la carga pública de comparecer, declarar y decir la verdad).

d) Sujeción facultativa: tiene como significación satisfacerse a sí mismo para prevenir un perjuicio futuro. En
ella se encuentra la carga procesal, que es un imperativo del propio interés. Es una situación jurídica instituida
en la ley, consistente en el requerimiento de una conducta de realización facultativa normalmente establecida
en interés del propio sujeto y cuya omisión trae aparejada una consecuencia desfavorable para él. Ante el
incumplimiento de la carga no existe sanción, sino tan solo importará para el remiso posicionarse en un plano
desfavorable (ej. la falta de contestación de la demanda o falta de ofrecimiento de prueba no tienen una
sanción jurídica, pero traen aparejado perjuicio para la parte que deje de hacerlo). Se diferencia de la carga
pública porque en esta puede haber coacción sobre el sujeto, mientras que en la carga procesal sólo se
realiza una conminación o advertencia de que se puede perjudicar.

1. Presupuestos Procesales y Senténciales:

En doctrina se distingue entre presupuestos procesales y los denominados presupuestos senténciales.

Los presupuestos procesales configuran supuestos previos al proceso, sin los cuales no puede pensarse en
su existencia, su no concurrencia obsta al nacimiento del proceso y se definen como:

Aquellos requisitos necesarios indispensables para la constitución de una relación jurídica procesal valida.

Los presupuestos procesales se refieren a:

1. La competencia del juez., (órgano jurisdiccional) 2. A la capacidad de las partes ( legitimatio ad procesum )
y 3. La acreditación de los requisitos formales para entablar la demanda o formular la acusación (cuestión
propuesta).

A los fines de verificar la regularidad de la relación procesal y en su caso la admisión de las pretensiones
formuladas por las partes, las leyes formales por regla general contienen disposiciones autorizando al juez a
revelarlos de oficio. Tal sucede con lo dispuesto por el art. 337 CPCCN, que otorga facultades expresas al
órgano jurisdiccional a efecto de inadmitir la demanda u ordenar que se subsanen los defectos que contenga.
Ello configura el otorgamiento de una potestad judicial de saneamiento (despacho saneador) que se concede
a veces en forma especifica y en otras en forma genérica para depurar el tramite en cualquier oportunidad y a
lo largo de todo el proceso. En ambos casos, se posterga la admisibilidad formal de la pretensión; sin perjuicio
de ello se reconoce también a las partes la posibilidad de denunciar la ausencia de un presupuesto procesal
en caso de que el tribunal no lo haya advertido a través del planteo de excepciones dilatorias: incompetencia,
falta de personalidad o defecto legal en el modo de proponer la demanda (art. 347 CPCCN1).

El juez debe ser competente. La competencia se da en dos niveles:

Subjetivamente, es la aptitud o capacidad que la ley reconoce a los órganos judiciales para administrar justicia
en un caso dado y

Objetivamente, es la órbita jurídica dentro de la cual el tribunal ejerce su jurisdicción.

La falta de competencia también puede ser relevada de oficio por el juez cuando es absoluta; caso contrario,
si se trata de incompetencia relativa deberá ser alegada por el demandado a través de excepción

2)La capacidad procesal (legitimatio ad procesum) constituye una capacidad de hecho o de obrar. Por tal
motivo, si el sujeto carece de capacidad debe concurrir a juicio con sus representantes.

La capacidad procesal es la aptitud para poder realizar eficazmente por si los actos procesales de parte. Así
si se trata de un menor o incapaz, su personería se integra con la comparecencia a juicio del representante
necesario y, en su caso, el promiscuo. Son aplicables en relación a la capacidad procesal las disposiciones
del Código Civil y rige, en consecuencia, el axioma que expresa que “la capacidad es regla y la incapacidad la
excepción”.

Ante la ausencia de capacidad procesal, no obstante ser los sujetos titulares de la relación sustancial, no
gozan de aptitud para defenderlos por si en el proceso; v.gr. dementes, sordomudos, pródigos, interdictos,
ausentes, etc. .

EXCEPCIONES ADMISIBLES - Art. 347. CPCCN - Sólo se admitirán como previas las siguientes
excepciones:

1) Incompetencia.

2) Falta de personería en el demandante, en el demandado o sus representantes, por carecer de capacidad


civil para estar en juicio o de representación suficiente.

3) Falta de legitimación para obrar en el actor o en el demandado, cuando fuere manifiesta, sin perjuicio, en
caso de no concurrir esta última circunstancia, de que el juez la considere en la sentencia definitiva.

4) Litispendencia.

5) Defecto legal en el modo de proponer la demanda.

6) Cosa juzgada. Para que sea procedente esta excepción, el examen integral de las DOS (2) contiendas
debe demostrar que se trata del mismo asunto sometido a decisión judicial, o que por existir continencia,
conexidad, accesoriedad o subsidiariedad, la sentencia firme ya ha resuelto lo que constituye la materia o la
pretensión deducida en el nuevo juicio que se promueve.

7) Transacción, conciliación y desistimiento del derecho. 8) Las defensas temporarias que se consagran en
las leyes generales, tales como el beneficio de inventario o el de excusión, o las previstas en los artículos
2486 y 3357 del Código Civil. La existencia de cosa juzgada o de litispendencia podrá ser declarada de oficio,
en cualquier estado de la causa

3) El último presupuesto procesal está dado por el planteo en forma de una cuestión concreta planteada con
las formalidades establecidas por la ley a tal efecto (art. 303 CPCC).

FORMA DE LA DEMANDA - Art. 330. - La demanda será deducida por escrito y contendrá:

1) El nombre y domicilio del demandante. 2) El nombre y domicilio del demandado. 3) La cosa demandada,
designándola con toda exactitud. 4) Los hechos en que se funde, explicados claramente. 5) El derecho
expuesto sucintamente, evitando repeticiones innecesarias. 6) La petición en términos claros y positivos. La
demanda deberá precisar el monto reclamado, salvo cuando al actor no le fuere posible determinarlo al
promoverla, por las circunstancias del caso, o porque la estimación dependiera de elementos aún no
definitivamente fijados y la promoción de la demanda fuese imprescindible para evitar la prescripción de la
acción. En estos supuestos, no procederá la excepción de defecto legal. La sentencia fijará el monto que
resulte de las pruebas producidas.

Los presupuestos senténciales son:

Aquellos requisitos cuya concurrencia es necesaria para que pueda ser pronunciada una sentencia valida
sobre el fondo del asunto. Se trata, entonces, de presupuestos de la decisión sobre el mérito del juicio.

Los presupuestos senténciales son aquellas condiciones indispensables para que el juez pueda dictar
válidamente la sentencia. En tal sentido, se requiere la realización de un procedimiento previo y completo, por
su forma y grado, para permitir el pronunciamiento de la resolución final (procedimiento regular y legal). Esto
es, que el procedimiento además de haberse cumplido regularmente y en forma completa no debe
encontrarse impedido por obstáculos a su promoción: así, por ejemplo, la existencia de privilegios
constitucionales, la omisión de acusación o de denuncia en delitos de instancia privada, la ausencia de
dictamen del asesor de menores e incapaces cuando éste ha sido impuesto por la ley, etc. Además, el tramite
debe haberse desarrollado con sujeción a las formas esenciales establecidas en la ley (idioma,
documentación) y hallarse en un estado tal que permita el pronunciamiento de una sentencia valida por
haberse cumplido las etapas que son inevitablemente previas y necesarias (introducción de las cuestiones,
prueba y discusión en el proceso escrito; debate en el proceso oral).

Desde un enfoque diferente se identifica a los presupuestos senténciales vinculándolos a las pretensiones del
actor, demandado o imputado de contenido sustancial. Los presupuestos senténciales así estarían
configurados por:

a q u e ll o s r e q u i s i t o s n e c e s a r i o s p a r a q u e e l j u e z p u e d a , en lasentencia,p
roveer al fondo o meritode la cuestión;

e s d e c i r , resolver si el demandante tiene o no el derecho pretendido y el demandado la obligación


correlativa o si el imputado tiene o no la responsabilidad que se le imputa .

Cabe señalar, que desde este punto de vista se distingue entre los presupuestos senténciales referidos a la
pretensión del actor y los presupuestos senténciales de la oposición del demandado.

Los presupuestos materiales de una sentencia favorable al actor son:

1) La existencia real de la relación jurídica sustancial pretendida;

2) La prueba en legal forma de la situación del hecho jurídicamente relevante invocado, es decir, de los
hechos o actos jurídicos que le sirven de causa;

3) La exigibilidad del derecho, por no estar sometido a plazo o condición suspensiva;

4) La petición adecuada al derecho que se tenga, porque puede tenerse el derecho y haberse probado, pero
si se ha pedido cosa distinta se obtendrá sentencia desfavorable;

5) Haber enunciado en la demanda los hechos esenciales que sirven de hecho jurídico a las pretensiones, ya
que su falta ocasiona el fracaso en la sentencia, aunque se tenga el derecho ya que el juez debe basar su
decisión en tales hechos.

Constituyen presupuestos de la sentencia favorable al demandado:

1) Alegar las excepciones, cuando así lo exija la ley (prescripción, compensación, etc.) y acreditarlas; 2)
también podría esgrimirse la simple ausencia de alguno de los presupuestos del éxito de la demanda.

Queda claro, entonces, que esta postura vincula a los presupuestos materiales o senténciales con la cuestión
de fondo y atacan a las pretensiones sustanciales esgrimidas por el actor o demandado. Por ello, su
existencia o inexistencia determinarían la admisión o rechazo de la pretensión en la decisión final.

En este orden de ideas se los vincula con: la legitimación en la causa, es decir, con la calidad o idoneidad
para actuar como actor o demandado en un determinado proceso. En tal sentido, el actor debe ser la persona
habilitada por ley para formular la pretensión y el demandado el autorizado a contradecirla pero esta
legitimación debe además ser calificada por otros elementos. Así debe exhibirse, además un interés
sustancial en la obtención de la sentencia y una petición presentada en forma clara y concreta y que no haya
sido impugnada por objeciones como, por ejemplo, aducida la cosa juzgada o la litis pendencia.

También se requiere la necesidad de existencia de un planteo correcto de la relación sustancial pretendida;


prueba de los hechos y exigibilidad del derecho.

Sintetizando los argumentos de Devis Echandia acerca de los presupuestos sentenciales debe señalarse que
la inexistencia de un presupuestos sentencial puede determinar el dictado de una sentencia inhibitoria o, en su
caso, el rechazo de las pretensiones. El primer caso -sentencia inhibitoria- significa que el juzgador advertido
sobre la ausencia de un presupuesto sentencial se abstiene de dictar la decisión de fondo y resuelve
solamente sobre esta ausencia. En tanto que la segunda posición importa la admisión sobre la procedencia de
una excepción, que releva al juez de la cuestión.

Por ello, se señala, que mientras la ausencia de presupuestos procesales impide que el juicio pueda
tramitarse válidamente, los requisitos senténciales atacan a la pretensión e impiden que las partes obtengan
una resolución favorable a sus pretensiones.

Temas referidos a los Presupuestos Procesales y Senténciales

LEGITIMACION SUSTANCIAL Y PROCESAL

La legitimación sustancial activa supone identidad entre la persona a quien la ley le concede el derecho de
acción y quien asume en el proceso el carácter de actor.

Hay legitimación pasiva cuando existe identidad entre la persona habilitada para contradecir y quien ha sido
demandado.

Para denunciar la falta de idoneidad entre el efectivo titular del derecho sustancial y quien asume el carácter
de actor debe utilizarse la defensa de falta de acción (sine actione agit); mientras que la falta de legitimación
procesal debe sustanciarse por medio de la excepción procesal dilatoria de falta de personalidad (art. 347 inc.
2 CPCC3).

PREJUDICIALIDAD PENAL.

Esta institución denominada también prejudicialidad pretende evitar el dictado de sentencias contradictorias y
consiste en la prohibición que tiene el juez civil de dictar el fallo cuando existiere una causa en sede penal
anterior a la civil en la que se debatiere los mismos hechos. Es decir, que la existencia de prejudicialidad no
impide la promoción de la acción o el planteo de la pretensión sino que solamente difieren o posterga el
dictado de la sentencia.

Como se advierte, opera como obstáculo para el dictado de la sentencia, puesto que el proceso puede
desarrollarse y alcanzar ese estado, sin que pueda en definitiva dictarse el pronunciamiento jurisdiccional
final. Se trata de un instituto de orden publico, ya que persigue evitar el escandalo jurídico que significaría el
dictado de sentencias contradictorias.

El efecto que suscita la prejudicialidad, en el proceso en que se plantea, es el desplazar el dictado de la


sentencia, por la intima conexión existente entre el pronunciamiento a dictarse en sede penal, con el que se
habrá de obtener en sede civil.

IMPROPONIBILIDAD OBJETIVA DE LA DEMANDA

Se analiza si es posible el rechazo in limine de una pretensión, por su evidente carencia de fundamentos
jurídicos.

Pese a su relevancia no existe regulación legal expresa al respecto.

Se parte de la afirmación de que el rechazo de la pretensión es inadmisible cuando se trata de una acto
“objetivamente proponible”; caso contrario, la demanda resultaría improcedente o inadmisible según sea el
vicio intrínseco que la afecte.

La meditación que impone el tema de la “improponibilidad objetiva” de una pretensión se refiere a la ausencia
absoluta de basamento o a una petición basada en un interés que jurídicamente no es digno de protección y
que le impone al juez un examen anticipado acerca de la atendibilidad sustancial, puesto que si lo deriva a la
sentencia de merito, corre riesgo de provocar un dispendio jurisdiccional por haber tramitado un pleito carente
de la mínima fundamentación sustantiva.

El punto se plantea cuando los particulares en una demanda someten a la decisión del órgano jurisdiccional
una cuestión que de su simple lectura resulta claramente infundada., se cuestiona si puede el juez rechazarla
in limine, es decir, al momento de su presentación o si por el contrario debe tramitarse íntegramente el juicio
para recién resolver su rechazo al momento del dictado de la sentencia de merito.

Por ejemplo puede tratarse de una demanda cuya pretensión expresa:

 Un objeto contrario a la moral: por ejemplo, contrato sobre casas de tolerancia.


 Un objeto contrario a las buenas costumbres: por ejemplo, actos usurarios
 Un objeto prohibido por las leyes: por ejemplo, un contrato sobre esclavitud, prostitución o trata de
blancas.
 El reclamo de una situación no protegida jurídicamente: por ejemplo, demanda fundamentada en la
falta de saludo de una persona a otra.

El interrogante se formula acerca de si es necesario ante la presencia de estas situaciones tramitar


íntegramente el proceso para resolver en la sentencia o puede inadmitirla inicialmente evitando así un
desgaste jurisdiccional estéril.

Con una visión más actual y publicista del proceso se ha expresado que si de la exposición de hechos no
surge una concordancia entre el derecho pretendido y el régimen normativo o es violatorio de los principios en
que se sustenta, la demanda carece de objeto jurídicamente proponible y el juez debe inadmitirla también
inicialmente. En esta posición se reconoce al juzgador que, dentro de los poderes propios de la jurisdicción se
comprende la facultad de rechazar in limine la pretensión por evidente falta de fundamentabilidad aun en el
caso de que el actor haya introducido una demanda formalmente completa y admisible.

Adherimos a la última posición ya que no puede permitirse, en el estado actual del derecho procesal que por
pasividad del juez, se propongan, sustancien o reclamen derechos sobre situaciones jurídicas que la ley
categóricamente prohíbe.

Ello encuentra fundamento en principios de economía procesal, e implica reconocer expresamente ciertos
poderes a la jurisdicción y readvierte que la posición contraria importaría a nuestro entender un exceso de
rigor formal. En consecuencia, concluye, que es deber del juez repeler demandas que son inicialmente
infundadas; sin embargo, debe tratarse de situaciones clara y categóricamente rechazadas por la ley. Se
impone para su aplicación una interpretación restrictiva ya que no puede dejar de tenerse en cuenta que
puede estar afectando al derecho de defensa.

Etapas en el procedimiento civil, penal de familia y laboral

Etapas en el procedimiento civil, penal, de familia y laboral Si bien el proceso judicial es un fenómeno único,
en la vida jurisdiccional se manifiesta a través de diversos procedimientos que se estructuran de manera
diferente teniendo en cuenta:

El derecho de fondo que se pretende realizar, el sistema procesal elegido y la necesidad de imponer
determinada forma organizativa a los tribunales.

En tal sentido, en el proceso civil, que se rige por el sistema dispositivo, las etapas están estructuradas en
forma precisa y determinada, mientras que aquellos procesos que optan por la oralidad en instancia única
(penal, laboral y familiar), las etapas no se distinguen con tanta nitidez.

Etapas en el procedimiento civil En el fuero civil, el proceso tipo por excelencia es el juicio declarativo
ordinario, este tiene por objeto que una pretensión inicialmente incierta sea conocida a fondo por el tribunal
que entiende en la causa mediante la recepción de la prueba pertinente y luego dicte sentencia de mérito,
decidiendo en forma definitiva la cuestión. Es la vía de mayor amplitud para resolver contiendas o conflictos y
se caracteriza por el efecto de cosa juzgada material que suscita la resolución final. Palacio define al proceso
civil de conocimiento u ordinario como aquel que tiene por objeto una pretensión tendiente a que el órgano
judicial dilucide y declare, mediante la aplicación de las normas pertinentes a los hechos planteados y
(eventualmente) discutidos, el contenido y alcance de la situación jurídica existente entre las partes. El juicio
ordinario por lo general y sin perjuicio de ciertas excepciones, consta de cuatro etapas esenciales: la
introductoria, la probatoria, la discusoria y la decisoria. También hay etapas eventuales que pueden plantearse
o no: medidas preparatorias, cautelares, impugnativas y de ejecución de sentencia. Cada acto procesal se
debe llevar a cabo de una manera lógica, no se cumple en cualquier momento, sino que lleva una ilación,
agrupándose en etapas o fases de desarrollo que tienen, cada una, una finalidad propia que contribuye al fin
último.

a) Etapa Introductoria En esta etapa las partes hacen conocer al órgano jurisdiccional la existencia del
conflicto a través de sus respectivas versiones acerca de la cuestión, quedando delimitada la plataforma
fáctica del juicio. El actor deduce demanda en la cual efectúa las afirmaciones de hechos jurídicamente
relevantes y sobre la base de las cuales solicitará la tutela del derecho que invoca. Luego, el demandado
debe contestar la demanda ejerciendo de esta forma su derecho de defensa, en el plazo de diez días Ésta
debe versar sobre cada uno de los puntos de la demanda, negando o reconociéndolos, debe realizarse con
claridad porque en caso de ambigüedad puede constituirse en una presunción de reconocimiento de los
hechos afirmados en la demanda . También es la única oportunidad en que el demandado puede oponer
excepciones dilatorias en forma de previo y especial pronunciamiento y reconvenir. Concluida esta etapa, si
se ha producido controversia respecto de los hechos afirmados por cada una de las partes, se abrirá una
segunda etapa.

b) Etapa probatoria Es el momento en el cual cada una de las partes deberá demostrar la veracidad de sus
afirmaciones, introduciendo en la causa elementos de convicción tendientes a probar hechos invocados en la
demanda y su contestación. Puede presentarse como no esencial si los hechos no fueran controvertidos. Se
inicia con el decreto de apertura a prueba y comprende recepción de audiencias, peritajes, inspecciones
oculares, diligenciamiento de oficios, etc. En ella participan todos los sujetos procesales y en especial los
órganos de prueba (testigos, peritos, intérpretes, etc.). Esta fase se encuentra dominada por plazos
perentorios fatales (art. 49, inc. 4 C.P.C.). Por último, según dispone el art. 498, el plazo ordinario de prueba
asciende a cuarenta días pero el juez podrá designar uno menor que se podrá prorrogar hasta completar
aquel, sin necesidad de causa justificada. Existe un plazo extraordinario mayor a cuarenta días reservado
para casos especiales cuando la prueba deba rendirse fuera de la provincia, ya sea dentro de la Republica o
en el extranjero (art. 499 C.P.C.). La etapa probatoria concluye con el decreto que ordena correr traslados
para alegar.

c) Etapa discusoria Es una etapa de plena discusión entre las partes representada por los alegatos. Cada
parte aportará los elementos que estime necesarios para convencer al juez de que le asiste la razón. También
se interpretara la ley y se acompañarán los argumentos jurídicos, doctrinarios y jurisprudenciales que avalen
su posición y en su caso, destacarán también la ausencia de elementos probatorios corroborantes de los
hechos afirmados por la contraria. Se debate sobre la totalidad de lo sustanciado durante el procedimiento. En
el proceso ordinario los alegatos se realizan en forma de traslados de ley por su orden (art. 497 y 505 C.P.C.)
por seis días sucesivamente a cada litigante, reservándose los escritos en secretaría hasta el decreto de
autos. Esto significa que los alegatos de cada parte no son públicos y no se agregan al expediente hasta que
se ordene el llamamiento de autos para definitiva. Solo se deja una constancia de su presentación mediante
una certificación puesta por el secretario.

d) Etapa decisoria Comienza con el decreto de autos y concluye con la sentencia (art. 506 y 121, inc. 3
C.P.C.). A partir de este momento concluye la actividad de las partes y es el juez quien asume el expediente
para pronunciarse sobre la controversia, declarando los hechos y aplicando el derecho. Desde que el decreto
de autos queda firme hasta el momento que se dicta sentencia, el juez puede ordenar las llamadas medidas
para mejor proveer que tienen como finalidad aclarar o completar algún aspecto de los hechos que no surja
con nitidez de la prueba incorporada (art. 325 C.P.C.). La sentencia es el modo normal de conclusión del
proceso, es un acto formal, de características documentales y que es propio de la jurisdicción. Esta decisión
final debe responder al principio de congruencia, plenitud y vastedad. El juez debe resolver sobre la base de
los hechos fijados en los escritos de la etapa introductiva, teniendo en cuenta los que efectivamente han sido
acreditados por las partes y deberá contener decisión expresa sobre cada uno de los puntos sometidos a su
decisión (arts. 326 a 331 C.P.C.). De la misma manera, la Constitución de la Provincia de Córdoba en su
artículo 155 exige que toda resolución contenga fundamentación lógica y legal. De las cuatro etapas referidas,
son esenciales la introductoria de las cuestiones y la resolutoria, las otras dos son importantes pero no
esenciales. Si la cuestión debatida es de puro derecho, no habrá hechos controvertidos y por ende no habrá
etapa probatoria, en tanto no hay hechos que probar.

Del mismo modo, en ciertos tipos de procedimientos como el abreviado, la etapa discusoria está ausente (art.
514 C.P.C.). Al margen de las cuatro etapas mencionadas que en el juicio ordinario son esenciales, existen
otras tantas que tienen carácter de eventuales, tales como: 1) etapa de medidas preparatorias; 2) etapa de
cautelares anteriores a la demanda; 3) etapa de ejecución de sentencia y 4) etapa impugnativa. Dentro de la
primera etapa encontramos las medidas preparatorias propiamente dichas, que están previstas con el fin de
obtener datos que resultan de conocimiento indispensable para que el actor en el futuro pueda plantear
correctamente su demanda. Configuran casos de excepción, son de interpretación restrictiva e implican para
quien las propone la carga de demandar o de concretar la pretensión dentro de los treinta días de su
realización bajo apercibimiento de caducidad. Se encuentran previstas en el artículo 485 de nuestro código de
rito y entre ellas puede mencionarse a la declaración jurada del futuro demandado sobre hechos relativos a su
personalidad y sin cuyo conocimiento no sea posible promover el juicio (inc. 1); la exhibición de la cosa
mueble que fuere objeto del pleito (inc. 2), o de algún testamento cuando el solicitante se crea heredero,
coheredero, legatario o albacea (inc. 3); se nombre tutor o curador para el juicio de que se trate (inc. 7); se
practique mensura del inmueble objeto de la demanda (inc. 8); entre otros. Un artículo después se encuentran
reguladas las medidas de prueba anticipada que también integran esta primera etapa eventual, ya que
pueden recepcionarse previo a la interposición de la demanda. Su finalidad es la de preservar elementos de
prueba cuando quien pretenda demandar o quien con fundamento prevea ser demandado, tuviere motivos
para temer que la producción de las pruebas que se indican pudiere resultar imposible o muy dificultosa en el
período respectivo. Las pruebas a las que hace mención son: la declaración de testigos de muy avanzada
edad, gravemente enfermos o próximos a ausentarse del país; el reconocimiento judicial y dictamen pericial
para hacer constatar la existencia de documentos o el estado, calidad o condición de personas, cosas o
lugares y el pedido de informes o copias a entes privados, a reparticiones públicas o registros notariales. Una
segunda etapa eventual se integra por la posibilidad de ordenar medidas cautelares antes de la promoción de
la demanda (arts. 466 C.P.C. y 231 C.C.). La etapa ejecutoria también tiene el carácter de eventual y tiene
lugar a solicitud de parte interesada cuando el demandado no se hubiere avenido a cumplir voluntariamente la
sentencia condenatoria. La resolución debe encontrarse firme y haber pasado en autoridad de cosa. Por
último, cuando alguna de las partes o ambas se sientan perjudicadas por lo resuelto en sentencia, dará
comienzo la etapa impugnativa que les permite interponer recursos ordinarios o extraordinarios para lograr la
revocación o anulación de la sentencia.

Etapas en proceso penal

En este proceso se distinguen dos etapas bien diferenciadas: la investigación penal preparatoria y el juicio
plenario. La investigación penal preparatoria se encuentra prevista en el Libro Segundo, Título I
(Procedimiento), Capítulo I (Disposiciones generales) del C.P.P. El artículo 301 establece que la investigación
penal preparatoria procede cuando se trate de delitos de acción pública, en cuyo caso la titularidad de la
misma recae en cabeza del Fiscal de Instrucción, salvo que el imputado goce de algún privilegio de índole
constitucional, en cuyo caso estará a cargo del Juez de Instrucción (art. 340 C.P.P.).

En el caso de delitos de instancia privada, la investigación también corresponde al Fiscal de Instrucción, pero
la investigación no procede de oficio sino a instancia de la víctima, de su tutor, guardador o representantes
legales, salvo cuando el delito fuere cometido contra un menor que no tenga padres, tutor ni guardador, o que
lo fuere por uno de sus ascendientes, tutor o guardador. (arts. 72 C.P. y 6 C.P.P.). La finalidad de la
investigación penal preparatoria (art. 302 C.P.P.) es impedir que el delito cometido produzca consecuencias
ulteriores y reunir las pruebas útiles para dar base a la acusación (art. 355 C.P.P.) o determinar el
sobreseimiento (art. 350 C.P.P.). Tiene por objeto comprobar si ha existido un hecho delictuoso, establecer las
circunstancias que califiquen el hecho, lo agraven, atenúen o justifiquen, o influyen en la punibilidad,
individualizar a sus autores, cómplices e instigadores, verificar la edad, educación, costumbres, condiciones
de vida, medios de subsistencia y antecedentes del imputado y comprobar la extensión del daño causado (art.
303 C.P.P.). El Fiscal de Instrucción carece de potestades jurisdiccionales, por ello, ante la necesidad de
ejercicio de alguna de ellas como el allanamiento de morada, la intervención de comunicaciones o la
disposición de embargos, debe requerir necesariamente la orden del juez de instrucción.

La segunda etapa es la fase del juicio oral y público. Se desarrolla en base a una acusación que delimita los
extremos fácticos de la imputación delictiva y tiene por objeto la plena discusión entre las partes y la decisión
definitiva acerca del fundamento de las pretensiones que se han hecho valer (la penal y eventualmente, la
civil). Esta fase es esencial, plenamente contradictoria, pública y puede subdividirse en tres momentos: a) el
preparatorio del debate: es escrito y en él se ofrecen las pruebas, se interponen las excepciones a que
hubiera lugar y se establece la fecha de la primera audiencia de debate. b) el debate propiamente dicho: se
desarrolla oralmente, se produce la prueba (recepción de testimonios, prueba pericial, etc.) y las partes
intervinientes alegan, también en forma verbal. c) la sentencia: fase culminante en la cual el tribunal de juicio
aplicando los principios de la sana crítica racional resuelve las cuestiones planteadas y aplica la ley penal
sustantiva. El juicio común se desarrolla ante tribunales colegiados o en salas unipersonales si se tratare de
cuestiones que no resulten complejas y siempre que el imputado no requiera la constitución íntegra del
tribunal. El proceso penal prevé algunas etapas eventuales como son la fase impugnativa (oposiciones,
recursos ordinarios y extraordinarios) y la fase ejecutiva, llevada adelante por el juez de ejecución penal, quien
brega por el respeto de las garantías constitucionales en el trato otorgado a los condenados y a las personas
sometidas a medidas de seguridad, controla el cumplimiento por parte del imputado de las instrucciones e
imposiciones establecidas en los casos de suspensión del juicio a prueba, libertad condicional y condena de
ejecución condicional, conoce de los incidentes que se susciten durante la ejecución de la pena y de las
peticiones que presentaran los condenados a penas privativas de la libertad (art. 35 bis C.P.P.).

Etapas en el proceso laboral El proceso laboral presenta dos fases esenciales y bien definidas: la de
instrucciónconciliación y la de juicio. La primera de ellas se lleva a cabo por ante el juez de conciliación que
cumple las funciones de un juez instructor. Ante él se traba la litis en la audiencia de conciliación y recibe y
despacha la prueba con excepción de la confesional, testimonial e inspección ocular, que deben ser
diligenciadas por ante el tribunal de juicio. El trámite del proceso se lleva adelante con impulso procesal de
oficio, esto es, promovida la demanda por el actor, el trámite continúa sin requerimiento de parte. El juez tiene
competencia para resolver cuestiones incidentales que se planteen durante el desarrollo de la etapa de
instrucción en las que opera como tribunal de alzada la Cámara del Trabajo. El juez de conciliación también
tiene competencia para ordenar medidas cautelares. La segunda y principal etapa es la del juicio oral, público
y continuo que se desarrolla ante la Cámara del Trabajo, esta presenta una estructura colegiada aunque
también puede entender en salas unipersonales. Esta fase comprende lo que se denomina “audiencia de vista
de causa” en la que se recepcionan las pruebas oralizadas y los alegatos. El tribunal resuelve en forma
definitiva sobre las pretensiones vertidas por las partes. Las etapas eventuales que pueden señalarse son las
de ejecución de sentencia y la impugnativa.

También existe en ciertos casos una etapa prejurisdiccional administrativa que se desarrolla por ante el
Ministerio de Trabajo. La etapa impugnativa se abre con la admisión del recurso de casación que debe ser
interpuesto ante el tribunal que dictó sentencia. La etapa ejecutiva representa una excepción al principio de
oficialidad ya que debe desarrollarse a instancia de parte, ante el juez de conciliación y se rige por las normas
del C.P.C. que actúa como ley supletoria.

Etapas en el proceso familiar

En la ciudad de Córdoba, el proceso de familia se encuentra una etapa prejurisdiccional previa y de tránsito
obligatorio para cierto tipo de asuntos. Ella tiene lugar ante un funcionario especial, el asesor de familia, cuya
función primordial es la de avenir a las partes para lograr un acuerdo. Esta fase previa puede también ser
cumplida en los centros de mediación públicos o privados, por tal motivo, los sujetos involucrados en el
conflicto familiar podrán acudir a la utilización de esta técnica y en ese caso, la ley tiene por cumplida la etapa
prejurisdiccional. El juicio común presenta dos grandes momentos que se cumplen ante órganos diferentes: el
juez y la Cámara de Familia. Fracasada la etapa prejurisdiccional se abre una etapa intrajurisdiccional
conciliatoria, que se desarrolla ante el juez de familia. Ella abarca los actos de demanda, reconvención y sus
respectivas contestaciones, todo lo que se cumple en un solo acto conocido como la audiencia establecida.

También comprende el ofrecimiento y diligenciamiento de la prueba, salvo la prueba oralizada que es recibida
por la Cámara de Familia. La segunda etapa o audiencia de vista de causa se desarrolla ante la cámara de
familia. Se trata de un acto oralizado donde se reciben las pruebas de testigos, se interrogan a las partes y es
posible requerir a los peritos aclaraciones o ampliaciones de sus informes. Luego se pasa al momento crítico
de la prueba que se cumple en los alegatos de las partes y por último, el tribunal pasa a deliberar y dicta
sentencia.

Tipos o sistemas procesales.

Los sistemas procesales son los distintos modos de desenvolverse en el proceso, examinado desde el punto
de vista externo, y que tienen estrecha vinculación con los principios formativos del proceso y la teoría de los
actos jurídicos procesales. De esto resulta que el proceso es único pero los procedimientos son múltiples,
adoptando diferentes fisonomías o tipos.

También depende de criterios jurídicos relativos a la manera de garantizar el ejercicio de los derechos y
garantías constitucionales, como el derecho de defensa o el ejercicio de los poderes de los órganos judiciales.
Por último, entran en consideración criterios económicos, relativos a la posibilidad de abaratar costos y reducir
el tiempo necesario para la obtención de una decisión final firme.

Caracteres:

a) Relatividad: significa que no hay tipos absolutos, sino prevalentes;

b) Neutralidad a los juicios de valor: los tipos procesales no son buenos ni malos, ni justos, ni injustos en tanto
se trata de formas metódicas con cierto grado de abstracción. Entre dos sistemas no podemos decir que uno
sea mejor que otro, sino que uno sirve mejor que el otro para determinados actos procesales.
c) Intercambiabilidad: en un ordenamiento pueden existir dos tipos antagónicos, dependiendo del legislador,
quien puede cambiarlos, transferirlos o hacerlos coexistir.

Tipo dispositivo

 Se substancian pretensiones que no comprometen el orden público, sino sólo el interés particular.
 Las partes son protagonistas.
 El juez es mero espectador hasta el momento de la decisión.
 El impulso del proceso queda en manos de las partes, que tienen la facultad de fijar la cuestión
fáctica y el poder de renunciar a ciertos actos del proceso.
 Las partes fijan los términos exactos del litigio a resolver (la petición deducida por el actor marca el
límite de lo que el juez puede otorgar en la sentencia).
 Las partes son las que aportan el material probatorio necesario para corroborar sus afirmaciones.
Tipo inquisitivo

Está involucrado el orden público.

 El juez es protagonista desde el principio.


 El juez tiene los poderes de actuar por si e investigar. Una vez que nació el proceso, el tribunal debe
seguirlo de oficio.
 Los hechos son todos aquellos que el juez considere útiles.
 El juez puede ordenar de oficio la producción e investigación de las pruebas.
Sistema acusatorio

Separa las funciones del Estado en materia penal e instituye junto al juez al ministerio público. El juez deja
de ser el protagonista de la búsqueda de la verdad y deriva esa responsabilidad al ministerio público (órgano
requirente).

 Las partes se posicionan en un plano de igualdad y se diferencian del juez, quien debe ser imparcial
e independiente.
 El debate se realiza en forma pública y oral, regido por pautas éticas y comprende las etapas de
afirmación, reacción, confirmación y alegación.
 El órgano jurisdiccional no puede impulsar la acción, sólo la proyecta y le está vedado suplir la
inactividad de los contendientes, ni siquiera en el aspecto probatorio.
 La separación entre el juez (imparcial) y el acusador (investigador) es el elemento más importante.
Sistema oral o escrito

El proceso oral es aquel en que los actos procesales se cumplen prevalentemente mediante el uso de la
palabra por sobre la escritura, en estos casos, el tribunal solamente puede tener en cuenta el material
procesal enunciado oralmente en la audiencia.

En cambio, el trámite será escrito cuando el tribunal solamente pueda tener en cuenta el material procesal
suministrado bajo la formalidad o recogido en actas.

En la provincia de Córdoba, el proceso civil es escrito y se rige por reglas absolutamente formales, mientras
que la oralidad es propia de otras ramas como la penal, laboral o de familia.

Ventajas del sistema oral: Inmediación: comunicación directa entre el juez, las partes y los órganos de
prueba. Acelera los trámites judiciales al dotarlos de sencillez en las formas procesales y favorece el
acortamiento de los tiempos del proceso.

Ventajas del sistema escrito:

 Facilita el estudio y la reflexión de los jueces.


 Aleja peligros de la improvisación y la ligereza.
 Favorece la publicidad y la permanencia porque las actuaciones quedan fijas y permanentes, por
ello en cualquier momento pueden ser reconstruidas y examinadas.
Sistema de instancia única o plural

La doble instancia supone la existencia de dos órganos jurisdiccionales que actúan con un orden de prelación
y jerárquico en momentos diferentes.

El superior tiene el poder-deber de revisar, por vía de recursos ordinarios, la apreciación de los hechos y la
aplicación del derecho efectuada por un juez de primer grado en su resolución.

El juez de primera instancia es competente desde la presentación de la demanda hasta la resolución de


mérito o sentencia, luego alguna o ambas partes pueden interponer un recurso ordinario que abre la
competencia del tribunal de segunda instancia.

En nuestro país, por lo general, el trámite de doble instancia domina en los procesos civiles, en tanto que la
instancia única se identifica con el trámite oral propio del proceso penal, familiar y laboral. En la doble
instancia, el juez de primera instancia actúa de manera unipersonal, mientras que el tribunal de alzada lo hace
de manera colegiada. Cuando el trámite es oral el tribunal se integra con tres miembros aunque en la
actualidad se admite en casos excepcionales, la integración con salas unipersonales.

Las ventajas del sistema de doble instancia se encuentran en las mayores garantías que ofrece el número de
los componentes del tribunal de alzada y por el superior criterio y experiencia de estos. Además de ello, la
revisión permite que las partes aporten, en ciertas circunstancias, nuevos elementos de prueba omitidos en la
primera instancia.

Por su parte, los defensores de la oralidad en única instancia argumentan en su favor la agilidad y la vigencia
de la inmediación.

Principios o reglas que gobiernan el proceso.

Los principios del proceso son los presupuestos políticos que determinan la existencia funcional de un
ordenamiento procesal cualquiera.

Cada código procesal puede ser definido en virtud de sus directivas y orientaciones fundamentales, las
cuales se concretan en los principios procesales.

Publicidad

En virtud de este principio, los actos procesales deben ser pasibles de conocimiento incluso por quienes no
participan del proceso como partes, funcionarios o auxiliares. Reconoce su fundamento en la conveniencia de
acordar a la opinión pública un medio para controlar la conducta de magistrados y litigantes, a más de cumplir
una función educativa.

Establece el art. 68 del C.P.C.: “el expediente será de conocimiento público, salvo que la ley disponga lo
contrario, o que el tribunal lo decida por razones de seguridad, de moral o en protección de alguna de las
partes”.

En el proceso penal la publicidad del expediente queda restringida a las partes interesadas y existe un
período preliminar el cual es secreto, con el fin de resguardar y evitar que por el conocimiento de la
investigación que se está realizando, el imputado u otros interesados puedan entorpecer la investigación (art.
312 C.P.P.).

En cambio, la etapa del debate se asienta en la publicidad plena, sin que esto afecte a que el tribunal restrinja
el acceso a la sala por razones de moralidad, seguridad o de orden público (ej. juicios con menores imputados
o por delitos contra la integridad sexual).

En el fuero de familia, el principio de publicidad se presenta en su antítesis, bajo la denominación del llamado
principio de reserva, secreto o confidencialidad, que encuentra sustento en preceptos constitucionales como
los vinculados a la protección de las acciones privadas de los hombres, a la intimidad que dispensa la
Constitución Provincial y a la tutela privatista consagrada en el art. 1071 C.C.

Inmediación

Implica la directa, personal y pública comunicación del juez con las partes, sus letrados y el material
probatorio.

Este principio tiene plena vigencia en los procesos orales, más no tanta en los escritos. En el proceso penal,
por ejemplo, el principio de inmediación aparece nítidamente en la oportunidad de la audiencia de debate en
la que los integrantes del tribunal, del ministerio público, imputados y sus defensores y órganos de prueba
están en contacto directo.

Existe contacto directo, sin intermediarios, entre las cosas y las personas del proceso y el juez, que debe ser
el mismo que luego dicta sentencia.

Bilateralidad o contradicción
Es un principio que encuentra raigambre constitucional en el legítimo derecho de defensa en juicio. La
bilateralidad o contradicción hace alusión a la idea de que toda decisión judicial debe ser tomada, previo a que
se haya dado igual oportunidad a todas las partes de ser oídas. Implica la posibilidad de alegar y probar,
aunque no interesa al derecho que la parte efectivamente se pronuncie, basta con que se le haya otorgado
una razonable oportunidad de defenderse o de cumplir con la carga procesal de expresarse, de ofrecer,
producir y controlar la prueba (art. 210 C.P.C.).

En nuestra legislación se advierten numerosas disposiciones que imponen la noticia de las partes, como el art.
142 C.P.C.: “las providencias y resoluciones judiciales no obligan si no son notificadas con arreglo a la ley” y
otras normas que prevén sanciones por la violación del principio (teoría de las nulidades procesales -art. 76 a
78), (recursos de apelación o casación por violación de las formas o solemnidades -arts. 362 y 383, inc.1).

Formalismo

Formas son las exteriorizaciones que deben presentar ciertos actos procesales, tanto del tribunal como de las
partes. Son la manera como se exterioriza un determinado acto.

Este principio postula que la actividad que se cumple en el proceso debe llevarse a cabo de acuerdo a ciertas
condiciones de lugar, tiempo y modo.

Tradicionalmente el principio ha presentado dos formulaciones opuestas: el de libertad de formas y el de


legalidad.

El de libertad de formas postula que el proceso debe desarrollarse sin formas preordenadas o
predeterminadas, pudiendo las partes cumplir la actividad según sea lo más adecuado para ellas.

El sistema de legalidad establece que la ley señala rígidamente las condiciones que debe reunir un acto
procesal. Las partes no pueden convenir los requisitos y el juez no tiene facultades para arbitrar otras
modalidades que las fijadas por la ley.

Las formas procesales son establecidas como garantía del justiciable y se basan en el principio de seguridad
jurídica.

En la actualidad, vinculado al tema del juez director, se postula un sistema de adecuación de las formas, de
adaptabilidad y de elasticidad o flexibilidad. El juez cuenta con un margen de discrecionalidad que debe
ejercer prudentemente a fin de procurar la seguridad jurídica.

Economía procesal

Este principio comprende dos aspectos fundamentales: la reducción de gastos y la reducción de esfuerzos o
de actividad.

Su adopción supone procedimientos que no resulten altamente costosos y que no se extiendan


excesivamente en el tiempo.

La economía de gastos pone su acento en el aspecto financiero del proceso. Ello implica que el costo del
juicio no sea un obstáculo que impida a las partes su inicio. Los procedimientos generan gastos y ellos no
pueden evitarse, pero sí pueden ser postergados atendiendo a ciertas circunstancias o aun, por razones de
política procesal, resolverse su eximición por el contenido social de la cuestión que se presenta. Los gastos de
un juicio no pueden ser un obstáculo para el acceso a la justicia de las personas menos pudientes.

Existen dos reglas que colaboran con la economía procesal, ellas son la regla de la eventualidad y la de la
concentración.

La eventualidad es un principio derivado de la economía y que se refiere al ejercicio de ciertas facultades de


las partes, concretamente, supone la simultaneidad en el ejercicio de una facultad, que puede ser de
alegación o de impugnación.

La concentración, por su parte, procura reunir la mayor cantidad posible de actividad procesal en el menor
número de actos procesales.

Apunta a evitar la prolongación de los procesos en el tiempo (duración razonable del mismo).

Adquisición procesal

Este principio predica que los resultados de la actividad procesal cumplida por las partes en el proceso se
incorporan a él de manera que los actos cumplidos benefician o perjudican a cualquiera, pudiendo el juzgador
valorarlo independientemente del sujeto que lo haya aportado. Los actos incorporados al proceso son
adquiridos por éste, se despersonalizan y desde entonces, las partes no tienen disposición libre sobre ellos.

Eje temático N 2

Jurisdicción y Competencia.

JURISDICCION

Definición

Jurisdicción es la función pública de administrar justicia emanada de la soberanía del Estado y ejercida por un
órgano especial. Tiene por fin la declaración o realización del derecho y la tutela de la libertad individual y del
orden jurídico, mediante la aplicación de la ley en los casos concretos, para obtener la armonía y paz social.

"Es el poder-deber de ejercicio obligatorio ejercido por el estado a traves de organos especificos a fin de
dirimir mediante resoluciones fundada las cuestiones litigiosas que le son sometidas por los justiciables".

Si bien nadie más puede ejercer la potestad del Estado de administrar justicia, este tiene la obligación de
intervenir cada vez que le es solicitado en la forma prevista por la ley, mediante el ejercicio de la acción
procesal.
En sentido amplio, la función jurisdiccional comprende la creación y constitución de los órganos encargados
de administrar justicia, la determinación de sus facultades y la fijación de las reglas para la tramitación de los
juicios.

En un sentido restringido, se refiere al poder o facultad conferida a ciertos órganos para administrar justicia en
los casos que les son presentados.

La jurisdicción, en cambio, se presenta como el poder de actuación de un órgano público con un criterio
objetivo de justicia.

El derecho procesal, el proceso y la función jurisdiccional son instrumentos para la realización indirecta y
coactiva del derecho sustancial. Comprende desde el acto inicial de simple admisión de la demanda hasta la
sentencia definitiva.

Por último, cabe destacar que el fin de la función jurisdiccional es el de proteger el orden jurídico
preestablecido, por ello, al existir algún quiebre de ese orden sustantivo-formal, es misión del órgano judicial la
de restablecerlo por medio del proceso judicial.

Caracteres

La jurisdicción es pública, única, exclusiva y excluyente, indelegable e inderogable.

 Pública, por su naturaleza. Es una potestad del Estado cumplida por órganos públicos y en
consecuencia también es pública la naturaleza del acto jurisdiccional. Tanto el órgano como la
actividad tienen carácter público, aunque fueren privados los conflictos o situaciones sometidas a
juzgamiento.
 Única, porque la jurisdicción es una sola. La Constitución de la Provincia de Córdoba en su artículo
153 dispone que el ejercicio de la función judicial corresponde exclusivamente al Poder Judicial de la
Provincia. Como poder o función del poder no puede ser dividida, sin embargo, atendiendo a razones
de división del trabajo, extensión del territorio, naturaleza de las cuestiones y necesidad de
especialización, existe lo que se denominan reglas de competencia, que imponen a determinados
tribunales la obligación de entender en ciertas cuestiones por razones prácticas vinculadas al
territorio, el grado y la materia a elucidar.
 Exclusiva y excluyente, exclusiva porque solamente el Estado está habilitado para ejercerla
legítimamente a través de sus tribunales como representantes del órgano jurisdiccional. Es
excluyente ya que rechaza cualquier interferencia de particulares y de los demás poderes respecto
del ejercicio de la función jurisdiccional.
 Indelegable, toda vez que el juez en el que el Estado ha delegado la facultad de administrar justicia
no puede despojarse de su ejercicio, para dejar que otras personas lo asuman en el caso concreto y
ejerzan las funciones de juez. No obstante ello, no se impide la delegación en ciertos casos para la
comisión de medidas específicas por diferentes razones (art. 291 C.P.C.).
 Inderogable, porque no puede ser atribuida a otros órganos. Se trata de un poder-deber que proviene
de la soberanía del Estado y por ende no puede ser modificado por voluntad de los justiciables. En
casos especiales la ley otorga a los particulares un reducido ámbito para elegir otros métodos para la
resolución de su conflicto (ejemplos: arbitraje, conciliación, mediación, etc.).
Límites

Para el ejercicio de la jurisdicción, o sea para la actuación del órgano jurisdiccional, deben darse los
siguientes requisitos: Límite territorial, caso concreto, ley anterior y excitación extraña.

1. Límite territorial: la primera delimitación de la jurisdicción está dada por una cuestión geográfica ya
que la soberanía del Estado se ejerce dentro de su límite territorial, por ende, la jurisdicción es
ejercida solamente dentro de los límites de su territorio. Comprende a todas las personas físicas o
jurídicas que habiten o se hallen instaladas en nuestro territorio. También comprende todas las cosas
muebles o inmuebles que se encuentren situadas dentro del país.
2. Caso concreto: el juez no resuelve en abstracto, no aplica la ley a un caso hipotético elaborado por la
imaginación. Esa es tarea de la ciencia del derecho y del legislador. El órgano jurisdiccional requiere
de la existencia de un caso de la vida real donde se encuentren relacionadas personas físicas o
jurídicas, con un verdadero conflicto de intereses. Ese conflicto de intereses implica un hecho
histórico, circunstancias de modo, tiempo, lugar y personas y un derecho sustantivo que luego se
aplica al primero, dando lugar a una sentencia definitiva. Por ese motivo la sentencia es una norma
individual, porque sus efectos sólo alcanzan a las personas que intervinieron en el proceso como
interesados.
3. Ley anterior: el juez no crea derecho, lo interpreta y aplica. Por ese motivo el conflicto se tiene que
haber generado en situaciones de hecho contempladas por una norma vigente al tiempo de su
producción, es decir, conductas reguladas previamente por el derecho. En materia penal y en virtud
del principio de legalidad, el juez jamás podrá juzgar como delictiva a una conducta no tipificada en la
ley previamente, ya que no se admite la analogía. En materia civil, la analogía si está permitida y
autoriza asimilar una conducta no regulada específicamente con una norma jurídica que contemple
una conducta cuyos elementos relevantes sean similares la juzgada.
4. Excitación extraña: en materia civil, el juez no actúa de oficio, se hace indispensable que el titular del
interés solicite su actuación de acuerdo con las previsiones del orden jurídico. La demanda del actor
producirá esa excitación y fijará además los límites fácticos que serán impuestos al juzgador de
modo tal que toda extensión efectuada por este será invalida. En materia penal, corresponde al
Ministerio Público ya no la facultad, sino la potestad de excitar la jurisdicción, de promover la acción
penal ante la hipótesis de comisión de un delito de acción pública. Su actuación se funda en los
principios de oficialidad y de legalidad. Una vez excitada la jurisdicción, su ejercicio es ineludible para
el órgano jurisdiccional o el Ministerio Público en el caso del C.P.P. de la Provincia de Córdoba.
Tiene carácter imperativo y debe continuar hasta la decisión que pone fin al conflicto, que resuelve
acerca de las pretensiones esgrimidas por las partes o acerca de la existencia o no del delito y de la
participación o no del imputado en él.

COMPETENCIA

Definición

La competencia es susceptible de ser definida en doble enfoque:


subjetivo: tiene en cuenta el organo en el caso planteado y en este sentido se ha dicho que e la aptitud del
juez para ejercer su jurisdiccion en un asunto determinado. "facultad de cada juez o magistrado de una rama
jurisdiccional para ejercer la jurisdiccion en determinados asuntos y dentro de cierto territorio"

.enfoque objetivo: orbita juridica dentro de cual el Juez administra justicia. se manifiesta en reglas juridicas,
cuya aplicacion permite distribuir la competencia entre los diversos organos jurisdiccionales coexistentes
asignandole una especifica.

Toda actividad procesal debe ser cumplida ante un Juez munido de aptitudes suficientes para entender en el
caso planteado.

La competencia es la medida de la jurisdicción, toda vez que si ésta es el género, la competencia es una
especie dentro de aquella.

caracteres son: debe estar prevista legalmente, es de orden público, es indelegable y es improrrogable.

1. Debe estar fijada previamente por ley: el justiciable debe saber de antemano que existe un órgano
jurisdiccional con competencia atribuida en la ley para conocer del asunto que le aqueja.
2. Orden público: los particulares no pueden disponer de la regla de la competencia ni modificarla en
cuanto a su distribución.
3. Indelegable: los actos atribuidos al juez deben ser cumplidos indefectiblemente por él, salvo
excepciones en que puede encomendarse a otros órganos (art. 291 C.P.C.).
4. Improrrogable: la competencia no es prorrogable, la distribución pertenece a la ley y las partes no
podrán conferir otras competencias ya sea por razón de la materia, grado o valor a otro órgano
jurisdiccional. La competencia es prorrogable solamente cuando en el caso concreto no prima el
interés público y las partes, mediante un convenio escrito, hayan elegido otro juez para que conozca
el conflicto (expresa), o cuando una de las partes realice actos que impliquen renunciar a la
competencia del juez determinado por ley y la otra no se oponga, ejemplo: interponer demanda ante
un juez incompetente y que el demandado no se oponga (tácita).
Fundamentos

El legislador ha considerado diferentes factores para fundamentar el reparto de la competencia, entre ellos
podemos mencionar a los siguientes:

a) Criterio institucional: existe un doble orden judicial fijado por la Constitución. Ello da lugar a la justicia
ordinaria de cada provincia y a la justicia nacional, federal de excepción distribuida en todo el país. La primera
existe en virtud de la reserva efectuada por las provincias de organizar su Poder Judicial (art. 1 y 5 C.N.). La
federal de excepción se fundamenta en los artículos 116, 117 y 75, inciso 12 de la C.N.

b) Especialización y naturaleza de las causas: las diversas ramas del derecho se hacen cada día más
complejas por la mayor cantidad de situaciones que el ordenamiento jurídico tiende a resolver y por las
modificaciones sociales, económicas o laborales, ello permite concluir que sería inconcebible que un
magistrado tuviera que conocer todas las ramas del derecho y resolver con serenidad y justicia en cada una
de ellas. A través de la competencia, a cada magistrado se facilita la tarea de comprender cuál es la
naturaleza de la cuestión a resolver, el objeto del litigio, el estado civil de las personas, el valor económico de
la pretensión. Esto es lo que se denomina competencia material y permite dividir la jurisdicción en civil,
comercial, familia, penal, laboral, etc.

c) Territorio: tampoco es posible que un mismo tribunal atienda los conflictos suscitados en un extenso ámbito
territorial o densamente poblado. Surge la competencia territorial por la que se distribuyen zonalmente las
causas de una misma materia entre diversos tribunales. Esta distribución persigue la aproximación del tribunal
a la persona, cosa o hecho que debe considerarse como el centro del despliegue jurisdiccional en la
correspondiente causa. En razón del territorio, la competencia puede distribuirse por el lugar de la cosa, el
domicilio del demandado, el lugar de cumplimiento del contrato o el lugar del contrato.

d) Funcional: este criterio se funda en la conveniencia de establecer la diversificación del órgano jurisdiccional
para el ejercicio de la función cognoscitiva y la ejecutiva. En los sistemas que admiten más de una instancia,
el criterio funcional se manifiesta en la existencia de tribunales de mérito y tribunales de alzada. Se trata de la
competencia por razón del grado y en el fuero de familia permite distinguir entre los jueces de familia y la
Cámara de juicio; en el fuero laboral entre el juez de conciliación y la Cámara de juicio; en el fuero civil entre el
juez de primera instancia y la Cámara en lo Civil.

e) Turno: entre jueces de una misma circunscripción judicial que atienden la misma materia y dentro del
mismo grado, existe además otra división del trabajo en virtud de la cual se distribuyen las causas que
ingresan.

Existen dos métodos: la recepción de causas dentro de un período limitado de tiempo (utilizado en materia
penal, cada fiscalía de instrucción se encuentra de turno una semana); y la recepción de un número
determinado de causas (se utiliza en materia civil).

Competencia provincial.

De acuerdo al régimen de Estado Federal instituido en los artículos 5 y 75, inciso 12 de la C.N., nuestro
Estado se caracteriza por la coexistencia de dos órbitas judiciales: la de las provincias y la de la Nación.

El Poder Judicial provincial se encarga de todas las cuestiones relacionadas con el derecho común ocurridas
dentro de sus respectivos territorios, a excepción de las materias expresamente delegas a la Nación, cuyo
conocimiento compete a la Justicia Nacional.

La competencia material es el límite que la ley impone al juez para que pueda resolver sólo ciertos asuntos
relacionados con la rama del derecho aplicable. Divide en razón de las diversas naturalezas de las causas y
por el criterio de especialización.

En la Provincia de Córdoba en razón de la materia, la competencia se divide en los siguientes fueros: Civil y
Comercial, Concursos y Sociedades, Penal, Laboral, Familia y Contencioso Administrativo.

Fuero Civil y Comercial: en materia civil en la Provincia de Córdoba, establece el artículo 5 del Código ritual
que la competencia se determinará por la naturaleza de las pretensiones deducidas en la demanda y no por
las defensas opuestas por el demandado.

Se organiza en doble instancia, la primera corresponde a juzgados unipersonales que resuelven en primer
grado. Sus resoluciones son recurribles ante la Cámara de Apelaciones del mismo fuero, que son órganos
colegiados integrados por tres vocales. La resolución dictada en segunda instancia solamente admite recurso
extraordinario (casación, revisión o inconstitucionalidad ante el Tribunal Superior de Justicia).

Fuero de concursos y sociedades: entiende exclusivamente en causas vinculadas al concurso de acreedores,


la quiebra y la constitución de sociedades comerciales. Está organizado como el fuero civil y comercial.

Fuero penal: entiende en materia de delitos y es de instancia única. Se estructura en dos etapas: la primera es
la investigación penal preparatoria a cargo de Fiscales de Instrucción o jueces de instrucción, cuando el
imputado tuviere algún privilegio constitucional. Esta etapa concluye con el archivo de las actuaciones cuando
el Fiscal no pudiere proceder o cuando el hecho investigado no encuadre en figura penal alguna (art. 334
C.P.P.); con el sobreseimiento del imputado (art. 350 C.P.P.), cuando:

1. El hecho investigado no se hubiere cometido o no lo hubiere sido por el imputado;

2. Cuando el hecho no encuadre en figura penal;

3. Cuando medie una causa de justificación, inimputabilidad, inculpabilidad o una excusa absolutoria;

4. Cuando la pretensión penal se haya extinguido;

5. Cuando habiendo vencido todos los términos de la investigación penal preparatoria y sus prórrogas, no
hubiere suficiente fundamento para elevar la causa a juicio y no fuese razonable objetivamente prever la
incorporación de nuevas pruebas.

Por último, la investigación penal preparatoria también puede concluir con el requerimiento fiscal de elevación
a juicio siempre que existieren elementos de convicción suficiente para sostener como probable la
participación punible del imputado en el hecho intimado (art. 355 C.P.P.).

La segunda etapa es la del juicio propiamente dicho y se lleva a cabo en una audiencia oral y pública ante la
Cámara del Crimen, colegiada con tres vocales, quienes tiene a su cargo el juzgamiento en definitiva y el
dictado de la sentencia absolutoria o condenatoria. Contra dicha sentencia solamente caben los recursos
extraordinarios ante el Tribunal Superior de Justicia.

Dentro del fuero penal también se encuentran: los Juzgados Correccionales que juzgan en única instancia en
los delitos de acción pública dolosos que estuvieren reprimidos con prisión no mayor de tres años o pena no
privativa de la libertad; delitos culposos cualquiera sea la pena y delitos de acción privada (art. 37); los
Juzgados de Menores Corrección que entienden en causas en las que haya menores que cometen delitos; los
Juzgados de Ejecución Penal que tienen la competencia que establece el artículo 35 bis del C.P.P. y que
fuera detallada ut-supra en el módulo I, punto 2.3. Por último, el fuero penal económico que está destinado a
investigar delitos de los denominados “de cuello blanco” que tienen trascendencia económica y son de gran
complejidad.

Fuero laboral: entiende en materia de contrato de trabajo y está organizado en instancia única. También se
estructura en dos etapas, la primera ante el juez de conciliación que no dicta sentencia y la segunda, ante la
Cámara del Trabajo que lleva adelante el juicio y dicta sentencia solo recurrible ante el Tribunal Superior de
Justicia mediante recursos extraordinarios.

Fuero de familia: de instancia única que entiende en los conflictos de familia y se integra con asesorías que
intervienen en una etapa prejurisdiccional con el fin de alcanzar el avenimiento de las partes, ejercen
representación promiscua de los menores y patrocinan a las partes carentes de recursos, le siguen los jueces
de familia que tienen función conciliadora y homologan los acuerdos celebrados sin dictar sentencia.
Finalmente, si se hace necesario el juicio, este se sustancia ante las Cámaras de Familia constituidas por tres
vocales, quienes resuelven en definitiva.

Fuero contencioso administrativo: de instancia única en todas las causas salvo en aquellas en que la provincia
sea parte. En caso de instancia única se sustancia ante la Cámara mediante un procedimiento escrito que
concluye en una sentencia recurrible mediante recursos extraordinarios ante el Tribunal Superior de Justicia.
En caso de doble instancia, la primera se sustancia ante la Cámara y la segunda ante el Tribunal Superior
mediante recurso ordinario.

En la provincia de Córdoba, el máximo órgano del Poder Judicial es el Tribunal Superior de Justicia cuya
competencia y funciones se encuentran reguladas en la Constitución. Puede entender por razón del fuero en
todas las causas que lleguen ante él sin perjuicio de que la labor se reparta en diversas salas establecidas
con un criterio de especialización. A este máximo tribunal integrado por siete miembros se llega por vía de
recurso o por vía originaria. Su competencia está establecida expresamente en el artículo 165 de la
Constitución Provincial que reza:

1) Conoce y resuelve originaria y exclusivamente, en pleno:

a. De las acciones declarativas de inconstitucionalidad de las leyes, decretos, reglamentos, resoluciones,


Cartas Orgánicas y ordenanzas, que estatuyan sobre materia regida por la Constitución, y se controviertan en
caso concreto por parte interesada.

b. De las cuestiones de competencia entre poderes públicos de la Provincia y en las que se susciten entre los
tribunales inferiores, salvo que estos tengan otro superior común.

c. De los conflictos internos de las Municipalidades, de una Municipalidad con otra, o de estas con autoridades
de la Provincia.

d. De las acciones por responsabilidad civil promovidas contra magistrados y funcionarios del Poder Judicial,
con motivo del ejercicio de sus funciones, sin necesidad de remoción previa.

2) Conoce y resuelve, en pleno, de los recursos extraordinarios de inconstitucionalidad.

3) Conoce y resuelve, por intermedio de sus salas, de los recursos extraordinarios que las leyes de
procedimiento acuerden.

4) Conoce y resuelve de la recusación de sus Vocales y en las quejas por denegación o retardo de justicia de
acuerdo con las normas procesales.

Desplazamiento de la competencia: por regla general, la competencia es de orden público e improrrogable, sin
embargo, existen supuestos excepcionales que permiten que le pleito se radique ante un tribunal distinto al
que tenía que intervenir. Los desplazamientos encuentran motivo algunas veces en la voluntad de las partes
intervinientes, en una disposición de la ley, por circunstancias de conexidad o por efecto del fuero de
atracción.

Prórroga

Esta forma de desplazamiento transmite la competencia a un juez que en principio resultaba incompetente.

Son prorrogables las cuestiones claramente patrimoniales y en relación al territorio, sin embargo, no son
prorrogables la competencia en razón del grado y la materia.

La prórroga de competencia se encuentra expresamente regulada en los artículos 2, 3 y 4 del C.P.C.

Conexidad

Por razones de economía procesal, cuando entre dos o más asuntos haya alguna conexión, la ley determina
que sea un mismo juez el que intervenga.

Existen causas de interés público y privado en la acumulación. Las primeras porque tienden a evitar el dictado
de sentencia contradictorias entre asuntos relacionados. Las razones de interés privado se vinculan con la
economía procesal y el ahorro de costos y esfuerzos.

La conexión puede existir por razones subjetivas, objetivas o causales y será competente para entender el
juez que entienda sobre la materia principal o el que intervino primero en el tiempo.

Fuero de atracción

Tiene aplicación en los procesos universales como los juicios de sucesión y concursos o quiebras. El
desplazamiento se justifica en la necesidad de tratar en forma conjunta y simultánea todas las pretensiones
deducidas contra el caudal común. De esta forma se otorga certeza al derecho que se declara en acciones
independientes pero que se encuentran vinculadas. Alcanza a las pretensiones con contenido patrimonial. El
fuero de atracción es improrrogable e irrenunciable y en consecuencia debe ser aplicado de oficio por el
tribunal. Una vez concluido el juicio sucesorio o finiquitado la quiebra o el concurso, el fuero de atracción
también finaliza.

Competencia federal.

Facultad reconocida a los órganos que integran el Poder Judicial de la Nación para ejercer sus funciones en
los casos, respecto de las personas y en los lugares especialmente determinados por la Constitución
Nacional. Se establece especialmente en las provincias respecto de las materias que éstas delegaron a la
Nación.

Caracteres
a) limitada: la C.N. establece taxativamente sus límites, no hay ley, interpretación ni voluntad de parte que
pueda extenderlos a otros casos.

b) privativa: a contrario sensu, en las causas asignadas a la justicia federal resulta excluida la justicia
provincial que no puede entender en dichas cuestiones y debe declarar su incompetencia de oficio en
cualquier estado del proceso. En casos de competencia concurrente entre Nación y provincias, la ley nº 927
sustrajo del fuero federal este tipo de causas (en casos en que el fuero federal proceda por distinta vecindad o
nacionalidad de las partes, cuando la cuantía del asunto no exceda de un determinado monto, así como los
juicios universales).

También se admite la prórroga de competencia cuando el demandado extranjero o vecino de otra provincia no
opone la excepción pertinente, entendiéndose por ello que renuncia al fuero federal.

c) improrrogable: la competencia material es improrrogable, no así en razón de las personas.

d) contenciosa: nunca procede de oficio y solamente se ejerce la judicatura cuando es solicitado a instancia
de parte.

Criterios para su determinación

A fin de elucidar si una causa corresponde ser resuelta por los tribunales locales de cada provincia o si
corresponde al Poder Judicial de la Nación se establecen tres criterios diferenciadores: el territorio, la materia
y las personas.

En razón del territorio, la competencia nacional corresponde cuando se hayan afectado derechos federales o
intereses nacionales en aquellos lugares que sean de propiedad del Estado Nacional, adquiridos a las
provincias o cesión de estas, con el objeto de instalar allí establecimientos de utilidad nacional (ej. Universidad
Nacional de Córdoba). El solo hecho que se trate de un lugar propiedad del Estado Nacional no le atribuye
toda la potestad legislativa, administrativa y judicial en forma exclusiva y excluyente, esta sólo corresponde a
la Justicia Nacional cuando se haya interferido directa o indirectamente en la satisfacción del servicio de
interés público que requiere el establecimiento nacional (ej. Municipios y provincias conservan la facultad de
controlar las normas de tránsito dentro de la órbita territorial de su competencia sobre rutas nacionales).

En razón de la materia, está relacionada al conocimiento de los litigios que impliquen aplicación de la
legislación federal. Dentro del país existen leyes federales, leyes comunes y leyes provinciales.

La legislación federal se integra por la Constitución Nacional, los tratados con las naciones extrajeras o con
los organismos internaciones de carácter público y las leyes dictadas por el Congreso que regulan la actividad
propia de la Nación y sus organismos descentralizados (ej. Convención Americana sobre Derechos Humanos,
decretos del Ministerio de Economía de la Nación, resoluciones del Banco Central de la República).

La legislación común es aquella dictada por el Congreso de la Nación, haciendo uso de las facultades que las
provincias le delegaron en virtud del artículo 75, inciso 12 de la C.N. y comprende materias sustantivas de
nuestro ordenamiento jurídico. Pueden ser aplicadas por los tribunales federales y por los tribunales de
provincia.

La legislación provincial es dictada por cada provincia, con validez espacial circunscripta al ámbito territorial
de la provincia que la dictó. Comprende todas las facultades no delegadas (ejs. Códigos de procedimiento
civil, penal, laboral, etc.).

Enrazón de las personas, la competencia federal se arroga teniendo en cuenta la cualidad especial de las
personas que son parte en la controversia (ej. Si en el pleito intervienen ministros o embajadores extranjeros)
o por la presencia del Estado Nacional en el juicio, si existiese un interés federal en disputa.

El JUEZ O TRIBUNAL.

CONCEPTO

El juez o tribunal es uno de los sujetos esenciales en el proceso, sin el juez no puede haber un proceso
propiamente dicho. Cumple la función jurisdiccional del Estado y se encuentra compuesto por un juez o un
conjunto impar de jueces.

El tribunal tiene a su cargo la administración de justicia y concurre con los otros órganos del Estado al
cumplimiento integral de la función judicial. Es un presupuesto procesal esencial, que tiene la potestad de
juzgar y cumple la función realizadora del derecho.

Los poderes otorgados al juez son los de dirección formal y material del proceso, disciplinarios y ordenatorios,
de iniciativa probatoria y de decisión. Su deber fundamental consiste en administrar justicia legalmente, no
pudiendo dejar de juzgar bajo pretexto de silencio, oscuridad o insuficiencia de las leyes.

Inhibición y recusación

La recusación del juez es el medio por el que se exterioriza la voluntad de parte legítima del proceso para que
un juez determinado se separe de su conocimiento por sospecharse, por algún motivo, de su imparcialidad.
Es una garantía de imparcialidad y un respaldo a la debida consideración de la magistratura.

La inhibición es el medio que permite que el juez, al concurrir alguna de las circunstancias anteriores, se
aparte espontáneamente del conocimiento de la causa.

La recusación puede realizarse con o sin causa, en este último caso, se admite como garantía para el
litigante, pues le permite ejercer ese derecho cuando existiendo una causal legal, le resulta dificultosa o
imposible la prueba de los hechos, o se pueda afectar la dignidad de la magistratura. Atento que este recurso
ha sido utilizado de manera abusiva para entorpecer los trámites, la jurisprudencia ha limitado el recurso de la
recusación sin causa a casos excepcionales y de interpretación restrictiva.

Recusación sin causa: en el proceso civil, las partes podrán recusar sin expresión de causa al juez, al
entablar o contestar la demanda u oponer excepciones dentro de los tres días de notificado el llamamiento de
autos para definitiva o el decreto de avocamiento. A uno de los miembros de la Cámara y del Tribunal
Superior de Justicia, dentro de los tres días de llegados los autos ante el superior, de notificado el decreto a
estudio o el de integración del tribunal.

Las partes podrán ejercer una sola vez este derecho y cuando sean varios los actores o los demandados,
únicamente uno de ellos podrá hacer uso de este derecho. No procede en las cuestiones incidentales ni en la
ejecución de sentencia (art. 19 C.P.C.). Tampoco procede en los procesos concursales (art. 18, inc. 1º), en las
diligencias preparatorias de los juicios, en las que tienen por objeto asegurar el resultado del juicio, en la
ejecución de diligencias comisionadas, a menos que fuesen probatorias y en las diligencias para la ejecución
de la sentencia, a no ser por causas nacidas con posterioridad a ella (art. 24 C.P.C.).

Recusación con causa: el fundamento de este instituto se encuentra en la extensión de la independencia


del poder judicial a la persona del juez. Por razones de economía y de seguridad jurídica, se establecen
límites temporales para deducir incidente de recusación con causa. Cuando la causa de recusación fuese
anterior a la iniciación del pleito, deberá ser propuesta en el primer escrito que se presente. Cuando fuese
posterior o anterior no conocida, se propondrá dentro de los tres días de haber llegado a conocimiento de la
parte (art. 22 C.P.C.).

El tribunal competente para entender en la recusación es el superior inmediato al recusado: del juez de
primera instancia y funcionarios del Ministerio Público, la Cámara; de los vocales del Tribunal Superior y de la
Cámara, los restantes miembros.

Causales de recusación

Si bien la jurisprudencia analiza las causales de recusación en sentido restrictivo para evitar el uso
inadecuado del instituto, el análisis debería realizarse en el sentido inverso y otorgar a las causas de
recusación un criterio amplio que atienda en principio al interés particular de contar con un juez imparcial y
que con posterioridad atienda al abuso en su utilización. Por ello, los listados contenidos en los códigos
adjetivos deberían interpretarse con carácter enunciativo y no taxativo.

Son causales de recusación:

1. El parentesco hasta el cuarto grado de consanguinidad en línea recta y colateral hasta el segundo grado.

2. Interés del juez en el pleito.

3. Sociedad, salvo el caso de sociedad por acciones o cooperativas.

4. Pleito pendiente.

5. Crédito o deuda.

6. Denuncia o querella. Haber sido el juez denunciante o acusador o haber sido acusado o denunciado por la
parte.

7. Prejuzgamiento. Haber anticipado el juez opinión sobre el litigio en cualquier carácter.

8. Beneficio de importancia que haya recibido el juez o sus parientes de alguno de los litigantes.
9. Amistad o enemistad manifiesta.

10. Haber producido en el procedimiento nulidad que haya sido declarada judicialmente.

11. Haber dado lugar a la queja por retardada justicia.

EJE TEMATICO N°3

Sub-Eje Temático 3: PODER DE ACCIÓN – EXCEPCIÓN PROCESAL

Acción Procesal: Concepto. Caracteres. La Pretensión: elementos. El Ejercicio de la Acción en el


procedimiento civil, penal, laboral y de familia: Requisitos. Efectos. Excepción Procesal: Concepto. Contenido.
Oposición a la pretensión en el procedimiento civil: contingencias resultantes de la conducta del demandado
en la contestación de la demanda.

La Acción procesal: definición y caracteres

Ferreyra de De la Rua sostiene que el concepto más abarcativo de acción que es que la presenta como “el
poder de presentar y mantener ante el órgano jurisdiccional una pretensión fundada en hechos jurídicamente
relevantes con el fin de obtener una decisión concreta y en su caso conseguir la ejecución de la misma hasta
su agotamiento”. De tal modo, se manifiesta con la solicitud de actuación dirigida a los órganos
jurisdiccionales, a través del empleo de instrumentos técnicos adecuados (demanda, requisitoria fiscal); pero
no se agota en un mero peticionar sino que además requiere su mantenimiento hasta la finalización del
trámite por el dictado de la sentencia y su ejecución. Ello se ve claramente en el proceso civil, que por su
carácter dispositivo requiere el impulso inicial y también el posterior o de mantenimiento por parte del
interesado; distinto es en el proceso de familia o laboral, por ej., donde el impulso inicial es formulado por el
actor (demanda laboral o de familia) pero posteriormente, es el juez quien mantiene vivo y da impulso al
procedimiento hasta su efectiva finalización. En efecto, en estos fueros el impulso procesal es de oficio (art. 41
Ley 7676 y 17 Ley 7987). En materia penal, en razón del interés público involucrado, la acción es ejercida por
órganos del estado, esto es el Ministerio Público Fiscal, quien promueve las actuaciones y ordena las medidas
necesarias de investigación y de prueba. Ello, más allá de la figura del Querellante Particular (art. 91 y 7 del
CPP Cba.), que acuerda la posibilidad al ofendido de constituirse al lado del órgano estatal, en una suerte de
litisconsorte, pero que no excluye ni limita en lo más mínimo los poderes y dirección del proceso que efectúa
el Fiscal. Ahora bien, este poder con fundamento constitucional que significa la acción procesal, se hace
necesario atribuirle un contenido (pretensión) y a la vez efectuar un deslinde en relación a otros institutos
procesales que resultan correlativos y complementarios: la pretensión y la demanda, que representan
respectivamente su contenido y su vía de realización. Así, acción-pretensión-demanda, son instituciones
correlativa y que se vinculan en forma recíproca para explicar el fenómeno judicial, que no puede ser
entendido de modo integral sino con la conjunción de tales conceptos: adviértase que la demanda consiste
materialmente en un acto procesal formal y documental cuya presentación al juez implica el ejercicio de la
acción y que resulta ser el continente de un contenido necesario: la pretensión. En el ámbito penal, en cambio,
el acto de promoción efectiva se configura en principio con el requerimiento que formula el Ministerio Público
Fiscal, quien ejercita en nombre del Estado una pretensión penal (art. 341 y 355 CPPCba). En cuanto a
caracteres de la acción procesal, señalamos: Autónoma: existe con independencia del derecho material
invocado que sirve de fundamento a la pretensión planteada. Prueba de ello es que puede promoverse
efectivamente el poder de acción, tramitarse íntegramente un juicio y la sentencia resultar en definitiva
desestimatoria de la pretensión deducida en juicio. Pública: se dirige a un órgano público y persigue fines de
idéntica naturaleza con independencia del fundamento sustancial, que sirve de base a la pretensión
esgrimida. Es así que puede tener basamento en pretensiones públicas de derecho penal o privadas que
hacen al derecho privado común. Realizadora: del derecho sustantivo del fondo.

La pretensión: Definición. Elementos

Como lo adelantáramos, es el contenido de la acción procesal. Expresa Clariá que se trata de un contenido
inomitible e irreemplazable, sin el cual la acción sería vacua y por ende ineficaz, esta pretensión jurídica debe
mostrar su fundamento en la posibilidad de estar efectivamente fundada en derecho. Si esa posibilidad faltara,
no habría sobre qué decidir. Por ello, debe admitirse la existencia de un vínculo entre la acción y el
ordenamiento jurídico.

Devis Echandia define a la pretensión como “el efecto jurídico concreto que el demandante persigue con el
proceso, efecto al cual se quiere vincular al demandado”. Pero la pretensión no sólo tiene como efecto
someter a su voluntad al demandado: la sujeción de éste y la obligación emanan de la sentencia. El objeto de
la pretensión es lo que se pide en la demanda.

El objeto litigioso no se confunde con la pretensión, sino que es el objeto de ésta, pues sobre un mismo
objeto litigioso pueden existir pretensiones diversas o análogas, pero con distinto fundamento o causa. De allí
que el objeto de la pretensión no se identifica co el objeto del derecho material que el actor declara tener.

Elementos:

Elemento subjetivo: La pretensión consta de tres sujetos: -El actor que la formula -El demandado frente a
quien se formula y -La persona ante quien se formula Los dos primeros son los sujetos activos y pasivos de la
pretensión y el tercer sujeto es el órgano destinatario de esa pretensión que tiene el deber de satisfacerla.

Elemento objetivo: -Objeto de la pretensión: está constituido por el determinado efecto jurídico que con ella se
persigue y que puede ser visto desde dos aspectos: inmediato, esto es la clase de pronunciamiento que se
reclama (condena, declaración, ejecución, etc.); o mediato, es decir el bien sobre el cual debe recaer el
pronunciamiento (cosa mueble o inmueble cuya restitución se solicita, suma de dinero, relación jurídica cuya
existencia o inexistencia debe declararse, etc.)

-La causa, fundamento, título o razón: es la concreta situación de hecho a la cual el actor asigna una
determinada consecuencia jurídica. La pretensión está individualizada por los hechos afirmados, no por el
derecho que se invoca en la demanda. Se trata del conjunto de hechos que constituyen el relato histórico de
las circunstancias de donde se cree deducir lo que se pretende y a la afirmación de su conformidad con el
derecho en virtud de determinadas normas subjetivas. Se trata de la causa pretendi de la demanda, es la
razón aparente que sirve de fundamento a la pretensión.

-La actividad que la pretensión involucra: y que se desenvuelve en las dimensiones de lugar, tiempo y forma
que coincidirán, necesariamente con las del proceso en que la pretensión se haga valer.

El concepto de la pretensión interviene en el estudio de los siguientes institutos procesales: la demanda, la


cosa juzgada y la litis pendencia, la excepción, congruencia de procesos y peticiones en una misma demanda.
Para la determinación de la cosa juzgada y de la litis pendencia se hace preciso cuando dos pretensiones son
idénticas, es decir son una misma.

La teoría encarna el análisis de tres elementos: sujetos, objeto s y causas y entiende que si confrontadas dos
pretensiones, éstas tienen iguales sujetos, objetos y causas (triple identidad) serán idénticas.

Identidad de sujetos

Para que dos pretensiones sean idénticas es menester que involucren los mismos sujetos activo y pasivo (se
excluye el órgano jurisdiccional). Este análisis mira la cualidad jurídica en que dichos sujetos han intervenido
en cada caso, no siendo suficiente que se trate físicamente de las mismas personas: Pedro puede demandar
a Juan a nombre propio a raíz de un contrato y a la vez demandarlo como representante legal de su hijo
menor en razón del mismo contrato en tanto los involucra a ambos.

Identidad de objeto

Debe tratarse del mismo objeto (inmediato y mediato) de la pretensión. Si el objeto inmediato es la condena,
el mediato resulta de la naturaleza de la prestación que se demande y será necesario distinguir según se trate
de obligaciones de dar, hacer o no hacer. No habrá identidad si el objeto de una pretensión puede concebirse
inmediatamente del objeto de la otra. En materia penal la identidad debe darse respecto del hecho, del
acontecimiento histórico fijado en el primer proceso y que dio lugar a la persecución.

Identidad de causa

Como el objeto de la pretensión puede ser debido por diversas razones, se hace necesario que haya identidad
de causa: deberá identificarse la fuente del objeto de la pretensión. En muchos casos la misma coincide con la
fuente de la obligación material: tal es el caso de la locación, la compraventa, etc. pero en el ámbito de las
pretensiones reales se advierte una distinción importante: en la reivindicación la causa inmediata es el
dominio, pero el hecho constitutivo de éste puede variar según que derive de una compraventa, una donación
o que haya sido adquirido por prescripción. En este sentido advierte Alsina que respecto a la pretensión
procesal, lo que está en juego es el dominio mismo y no el modo de adquisición y por eso no varía la acción
por el hecho de que se invoque una causa mediata distinta, y así, rechazada la reivindicación por no haberse
acreditado el dominio que se dijo adquirido por donación, no podría intentarse nuevamente alegando que el
dominio se adquirió por prescripción, pues ya en el primer caso se declaró que el reivindicante no era
propietario.

El ejercicio de la acción en el procedimiento civil, penal, laboral y de familia. Requisitos, contenido, efectos.

DEMANDA

Alsina define a la demanda, en su acepción estricta, como “el acto procesal por el cual el actor ejercita la
acción solicitando al tribuna la protección, la declaración o la constitución de una situación jurídica”. Palacio,
define a la demanda como un acto que se funde con la pretensión del actor, de modo simultáneo, “es la
petición encaminada a lograr la iniciación de un proceso, a cuyo efecto quien la formula ejerce y agota el
derecho de acción que le compete”. En definitiva, es un acto procesal, un acto jurídico voluntario. A la vez es
un acto formal que debe cumplir una serie de requisitos mínimos establecidos por las leyes procesales: ser
escrito y firmado. De esta manera constituye un documento que tiene la siguiente importancia:

-Es el acto inicial que da origen a la relación procesal e influye en su desarrollo. -Abre la instancia y a partir de
su admisión se cuenta el plazo para la perención de la instancia. -Pone en ejercicio a la jurisdicción y, con ella,
a los poderes del juez, pero al mismo tiempo los limita en tanto aquél no puede pronunciarse sobre peticiones
que no estén deducidas en al demanda. -Establece lo relativo a la prueba.

CONTENIDOS Y REQUISITOS

Contiene las afirmaciones de hechos jurídicamente relevantes que justifiquen la pretensión del actor. En su
esencia la demanda constituye un silogismo: la premisa mayor es la norma jurídica invocada, la menor, la
relación de los hechos y la conclusión, es el resultado al que arriba el actor entre ambas premisas y se
exterioriza en la petición. Posee un sujetos (actor y demandado), objeto (que conste en la petición), causa
(fundamento de la pretensión expuesta) y finalidad (fin perseguido por el actor). El contenido de la demanda
es la petición, de allí que cuando la pretensión no existe, es imposible, ilícita o inmoral, la demanda debe ser
rechazada in limine, de oficio por el tribunal.

Nuestro CPCCba establece en su artículo 175 que la demanda se deducirá por escrito y expresará: El
nombre, domicilio real, edad, estado civil del demandante; tipo número de documento de identidad. El nombre
y domicilio del demandado La cosa que se demande designada con exactitud. Si se reclamase el pago de una
suma de dinero, deberá establecerse el importe pretendido, cuando lo fuese posible, inclusive respecto de
aquellas obligaciones cuyo monto depende del prudente arbitrio judicial. Los hechos y el derecho en que se
funde la acción. La petición en términos claros y precisos. Para una mejor comprensión, exponemos a
continuación el siguiente modelo de demanda ordinaria por daños y perjuicios:

Efectos de la demanda Sustanciales: aquellos que se relacionan con la validez y vigencia de las normas
positivas de fondo: Interrupción de la prescripción: surge del art. 3986 del CC que la presentación de la
demanda tiene por efecto la interrupción del curso de la prescripción adquisitiva contra el poseedor y de la
prescripción liberatoria contra el deudor. Caducidad de ciertos derechos: son casos especiales regulados por
el derecho de fondo, y que implican caducidad de derechos, casos relacionados con el derecho de familia
(acción de nulidad de matrimonio). Extinción de las opciones del actor: la presentación de la demanda
produce efectos respecto de diversas opciones que puede realizar el actor desde que, elegida una, ya no le es
posible solicitar la otra prevista en la misma norma. Se trata de obligaciones alternativas, en las cuales se
obliga a optar 8arts. 635, 641, 646 y 648 CC). Incapacidad de derecho para la compra de cosas litigiosas: la
interposición de la demanda produce el efecto previsto en el art. 1361 del CC que establece la prohibición
queresa para los abogados, jueces, fiscales, defensor de menores, procurador, escribanos y tasadores de
adquirir, aun en remate, los bienes mencionados en la demanda, los que adquieren la calidad de litigiosos.

Procesales: se relacionan con normas establecidas en la ley procesal específica que regula el proceso:
Apertura de instancia: la demanda es el acto mediante el cual se pone en ejercicio el poder de acción, medio
por el cual queda abierto el juicio pues provoca la excitación de la jurisdicción, referida al acceso al primer
grado de instrucción del proceso y de conocimiento de sus actos por el juez. Para el actor aparece la carga
procesal del impulso procesal para evitar la perención de la instancia.

Estado de litispendencia: con la interposición de la demanda, aun antes de su notificación, se produce el


estado de litispendencia, el que será perfeccionado con la respectiva notificación. Competencia del juez
respecto del actor: el actor al interponer la demanda, hace una elección que puede implicar una prórroga de
competencia en razón del territorio.

Objeto litigioso: salvo excepciones, el actor no podrá modificar el objeto de la demanda. El demandado,
mientras no reconvenga, deberá limitarse a contestar sobre el objeto litigioso, sin poder variarlo. Además
establece un límite a los poderes del juez en la sentencia, quien deberá pronunciarse sobre éste, manteniendo
el principio de congruencia.

Confesión: interpuesta la demanda, los hechos expuestos por el actor pueden implicar confesión de su parte,
respecto de aquellos acontecimientos lícitos no contrapuestos a la prueba rendida.

Excepción procesal

Definición. Contenido. Caracteres. Ejercicio

Se identifica con el derecho de defensa atribuido a toda persona que es demandada o sindicada como autor
de un delito y se ejerce en las oportunidades fijadas por la ley ritual. Se presenta, precisamente, como una
facultad o atribución de concurrir ante el juez para contradecir la acción, en sentido amplio. El poder de
excepción como tal corresponde exclusivamente al demandado o al perseguido penalmente y se ejerce en el
ámbito de l proceso. Por ello, cierta parte de la doctrina entiende ver en el poder de excepción “un diverso
aspecto del derecho de acción”. Según Clariá Olmedo, en una acepción genérica, la excepción “es un poder,
es toda defensa que el demandado opone a la pretensión del actor esgrimiendo hechos modificativos,
impeditivos o extintivos”. Por su parte, Couture atribuye a la excepción un significado más amplio, expresando
que “es el poder jurídico de que se halla investido el demandado para oponerse a la acción promovida en su
contra”. Este poder genérico de defensa también se manifiesta en el proceso penal y le asiste muy
especialmente al imputado. En efecto, el sujeto perseguido penalmente como consecuencia del ejercicio de la
acción y aún antes, esto es durante la investigación fiscal preparatoria, se encuentra mundo del poder de
plantear pretensiones con fundamento opuesto o diverso al de la imputación, postulando se lo absuelva o se
dé una declaración de menor responsabilidad. También puede pretenderse la eliminación, la paralización o el
cierre de proceso, por no ser viable el ejercicio de la acción o mediar algún impedimento para resolver sobre
el fondo. Por ello se nos presenta la acción con el poder de atacar y la excepción como la expresión del
derecho a oponerse. La excepción encuentra fundamento específico en el art. 18 CN que expresa “es
inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos”, abarcando dicho derecho la garantía del
debido proceso, que no se agota con el mero ejercicio de la jurisdicción sino que, además, requiere de otros
aditamentos que se actúan durante el trámite, comprensivo del derecho de audiencia y de prueba. En este
sentido, la doctrina ha señalado que “la garantía de defensa en juicio consiste, en último término, en no ser
privado de la vida, libertad o propiedad sin la garantía que supone la tramitación de un proceso desenvuelto
en la forma que establece la ley”. El poder de excepción, al igual que la acción, constituye un poder de
carácter abstracto pero con contenido determinado que denominamos “pretensión”. Es así que el contenido
del poder de excepción está constituido por la afirmación de hechos con relevancia jurídica opuestos a la
pretensión del actor, que respecto de aquel presentan similitudes y diferencias. De tal modo, la acción o la
postulación del actor debe ser ineludiblemente formulada: en cambio, la pretensión del demandado, puede
consistir en afirmaciones de hechos opuestos con relevancia jurídica o estos hechos pueden esta
representados por simples actitudes omisivas. Estas situaciones también configuran la pretensión del
demandado y establecen el vínculo entre el poder de excepción y las normas del derecho sustancial. Es así
que quien se defiende y ejerce el derecho de excepción en sentido amplio, lo hace conforme al plexo jurídico
sustancial, que regulan los códigos de fondo, v.gr. el Civil, Penal, de Comercial, etcétera: No es posible
realizar oposición para satisfacer aspiraciones ajenas al orden jurídico. Determinado el origen constitucional
del poder de excepción, como su necesaria vinculación con el derecho sustancial, cabe señalar, las vías
procesales para su ejercicio que se especifican en los códigos formales. Técnicamente y utilizando un
acepción restringida, el vocablo “excepción” se refiere a ciertos tipos de defensas regladas por la ley procesal
y en otros casos, por la sustancial. Nos estamos refiriendo al concepto de excepción en sentido estricto que
reconocen identidad conceptual y nominación expresa en el sistema jurídico. La oposición de excepciones, en
sentido estricto, importa para el demandado una posibilidad de introducir objeciones fundadas en la falta de
algún presupuesto procesal o dirigidas a poner de manifiesto alguna obstancia sustancial. Tal sucede con las
posibilidades previstas en los códigos de fondo, para resistir la pretensión jurídica contra él ejercida que se
viabiliza a través de modos reglados por la ley sustancial (v.gr. los medios extintivos de las obligaciones
consagrados en el art. 724 C.C., la prescripción liberatoria, etc.). Así podrá el demandado alegar ante un
reclamo de carácter patrimonial, el haber pagado o que la obligación se encuentra prescripta. Por otro lado, se
señala que el ejercicio del poder de excepción en sentido estricto se manifiesta en diferentes oportunidades,
ya sea que se ejercite en el proceso civil o en el proceso penal. Sin embargo, en forma coincidente, sea cual
fuere el tipo de proceso, la ley señala la secuencia o tiempo en que debe ser puesto en acto. ´´

En cuanto al órgano a quien corresponde este poder, se identifica con el sujeto posicionado en la faz pasiva
de la relación jurídica procesal. La realización o desenvolvimiento del poder de excepción, exige de su titular
que ostente capacidad procesal. En el proceso penal, en cambio, el titular del poder de excepción es cualquier
persona que debe soportar la persecución penal.

Oposición a la pretensión. Formas en el procedimiento civil

Contestación de la demanda.

Notificada la demanda, nace para el demandado la “carga” de contestarla.

El demandado debe realizar este acto procesal dentro del plazo legal según el tipo de procedimiento de que
se trate si no desea ser declarado rebelde; se trata de un plazo improrrogable pero no perentorio, de allí que
una vez finalizado no precluye la oportunidad, salvo que el actor acuse rebeldía y el juez la declare, a partir de
esa declaración firme de rebeldía, precluye para el demandado la facultad de contestar.

La doctrina mayoritariamente entiende que la contestación de la demanda constituye un acto jurídico procesal
que importa el ejercicio del derecho de defensa. Palacio define a la contestación de la demanda como “el acto
mediante el cual el demandado alega, en el proceso ordinario, aquellas defensas que no deban ser opuestas
como de previo y especial pronunciamiento, y en los procesos sumario y sumarísimo (se refiere al CPC de la
nación), toda clase de defensas que intente hacer valer contra la pretensión procesal”.

La contestación de la demanda, consiste en un acto que exterioriza el ejercicio del derecho de excepción
procesal y, como tal, se dirige al juzgador, al estado, de allí que se entienda al traslado de la demanda como
una interrogación que el juez hace al demandado acerca de su deseo de ejercer su respectivo poder de
excepción, y con él, su derecho de defensa. Se la ha definido como un “acto procesal mediante el cual quien
ha sido demandado (convenido) opone a la pretensión del actor la propia pretensión de sentencia declarativa
de certeza negativa: desestimación de la demanda”. Ante la notificación de la demanda, el demandado puede:
No comparecer, por lo que a pedido del actor puede incurrir en rebeldía. Comparecer, pudiendo luego de ello:

a-Oponer excepciones previas.

b- No contestar el traslado de la demanda o hacerlo de modo no correcto.

c-Allanarse, lo que implica aceptar la demanda en todos sus términos; el allanamiento también puede ser
parcial, es decir, acepta alguno de los hechos.

d- Niega cada uno de los hechos.

e-Reconoce algunos hechos y niega otros.

f-Reconoce hechos pero les niega trascendencia en el derecho pretendido.

g-Reconoce hechos pero alega otros impeditivos o extintivos de la relación jurídica como la prescripción o el
pago.

h-Responde con afirmaciones que se oponen o resultan negativas a las efectuadas por el actor.

i-Reconviene, es decir, contrademanda.

En nuestro CPCCba se encuentra contemplada en el art. 192, el que expresamente señala que “en la
contestación, el demandado deberá confesar o negar categóricamente los hechos afirmados en la demanda,
bajo pena de que su silencio o respuestas evasivas puedan ser tomadas como confesión”. La negativa
general no satisface tal exigencia.

Deberá también reconocer o negar categóricamente la autenticidad de los documentos acompañados que se
le atribuyan y la recepción de las cartas y telegramas a él dirigidos que se acompañen, bajo pena de tenerlos
por reconocidos o recibidos, según el caso”. Manifestación sobre los hechos: confesión o negación categórica:
El demandado debe efectuar sus manifestaciones sobre cada uno de los hechos expresados en la demanda,
de una manera rotunda y terminante, sin vacilaciones ni reservas. Esas manifestaciones pueden consistir en
afirmaciones, aserciones o confesión. Reconocido un hecho por el demandado se excluye respecto de él la
prueba, puesto que desaparece respecto de ese hecho el carácter controvertido.

Si la manifestación consiste en una negación u oposición estamos ante la expresión amplia de la defensa, que
se exterioriza como la oposición al progreso de la pretensión del actor. La negación debe serlo de cada uno
de los hechos en particular, o de un conjunto de hechos que constituyan una unidad. La negativa general, lo
dice el art. 192, no satisface la exigencia y produce al demandado el perjuicio señalado para el caso de
silencio o respuestas evasivas. El perjuicio consiste en crear una presunción en contra del demandado, en
tanto supone confesión de los hechos sobre los que guardó silencio, vaciló o incluyó en una negación
genérica.

Estas situaciones pueden ser tomadas por el juez como confesión, lo que dependerá de los demás elementos
de valoración en el momento de dictar sentencia. Ahora bien, es distinta esta situación de la que se presenta
en el caso de reconocimiento de firma o absolución de posiciones, para los cuales la ley establece, de manera
definitiva, que si el demandado no comparece o contesta evasivamente, se lo tendrá por confeso.
Manifestación sobre los documentos: el demandado tiene la carga de manifestar acerca de ellos, debiendo
distinguirse entre documentos privados y públicos.

Respecto a los primeros, si se le atribuyen deberá expresar si son auténticos; en cuanto a la firma y al
contenido. El código prevé la pericial caligráfica e subsidio en caso de no reconocimiento del documento.
Respecto a los públicos; habrá que distinguir si se trata de falsedad material, en cuyo caso habrá que plantear
el incidente de redargución de falsedad, lo que implica un ataque directo al oficial público interviniente; si se
trata de falsedad ideológica (respecto de los dichos de los intervinientes acerca de los hechos no
presenciados por el oficial público) bastará el procedimiento seguido para los instrumentos privados.

Defensas y excepciones no previas

El demandado puede reconocer el hecho y el derecho invocados, pero alegar un hecho impeditivo o extintivo
de la relación sustancial. Es con la contestación de la demanda cuando el demandado puede oponer todas
aquellas excepciones que no han sido calificadas por la ley procesal como de previo y especial
pronunciamiento, debido que para su constatación se requiere la apertura a prueba de la causa. Dentro de
estas llamadas defensas están la de espera, compensación, falsedad o inhabilidad de título, nulidad,
inconstitucionalidad, pago, novación, remisión de deuda, etc. De tal modo, queda trabada la litis, es decir, se
integra y perfecciona la relación jurídica procesal. Se pierde el derecho a oponer la prescripción y se establece
de modo definitivo el aspecto fáctico del debate, respecto del cual recaerá la prueba y la sentencia; es decir,
fija las pautas del objeto litigioso.

Reconvención

Alsina dice que se trata de “una demanda que introduce el demandado en su contestación, y constituye un
caso de pluralidad de litis en un proceso entre las mismas partes”. Pluralidad de litis en tanto se trata de
pretensiones distintas, la reconvenida puede o no tener relación con la planteada por el actor. Es una
contestación, que además de negar los hechos, el demandado asume una posición de ataque hacia el actor.
Es una acción que puede ejercerse de modo independiente, pero que se admite en el presente proceso por
cuestiones de economía procesal, y por la cual el demandado asume el carácter de sujeto activo. Produce los
mismos efectos procesales y sustanciales que la demanda. Se traba una nueva litis a resolverse en la
sentencia definitiva, conjuntamente con la demanda, pero en forma independiente al resultado de ésta.
SUJETOS DEL PROCESO - ACTOS PROCESALES:

Sujetos Procesales: esenciales y eventuales. Atribuciones y sujeciones

El título de sujetos necesarios o esenciales y eventuales, se trata en forma directa con el concepto lógico de
proceso, es decir, son necesarios para la existencia de un proceso dos partes que debaten en perfecto pie de
igualdad ante un tercero que reviste el carácter de autoridad y que es como ya se ha dicho imparcial e
independiente. Son necesarios y esenciales la parte actora, o quien acusa, el demandado o ante quien se
acusa o imputado en el proceso penal; y ante quien ese acusa o ante quien se dirime la cuestión, el tribunal.
Son esenciales estos tres sujetos. Son sujetos principales o esenciales los sujetos que no pueden dejar de
intervenir en determinado proceso para que éste sea válido, aunque esta intervención tenga cumplimiento por
representación oficial, como ocurre en los casos de rebeldía.

Lo característico de estos sujetos esenciales es que la ausencia o falta de intervención de uno de ellos, a lo
menos potencial, implica carencia o defecto de un presupuesto procesal. De aquí que la primera parte del
procedimiento judicial deba dirigirse a la integración de todos ellos´´´´´´ para no incurrir en invalidez de toda la
actividad posterior, y se den las condiciones para dictar la sentencia sobre el fondo. Deben intervenir
necesariamente en el proceso otras personas, aunque no sean sujetos procesales. Se trata de colaboradores
esenciales del juez y de las partes, como lo son el secretario, el defensor penal y los asistentes letrados de las
partes privadas. Junto con estos colaboradores, lo esencial de los sujetos integrados que podría significarse
como el trípode subjetivo integrado por el Tribunal y las dos partes iniciales: demandante o acusador, y
demandado o imputado. No obstante lo expuesto, también nos encontramos en el escenario procesal otros
sujetos intervinientes, que serían los eventuales, como los testigos o el querellante particular o actor civil en
sede penal.

Los sujetos eventuales o secundarios son aquellos que pueden ingresar en el proceso, pero que éste se
puede desplegar sin su presencia. Su presencia no resulta indispensable para el válido cumplimiento del
trámite procesal y del pronunciamiento sobre el fondo. De tal modo, si bien sigue siendo cierto que el proceso,
continuará siendo válido aun sin la presencia de estos sujetos eventuales, cuando su intervención está
autorizada por la ley en los casos específicos y se han cumplido las condiciones establecidas, no puede ser
evitada ni restringida por el tribunal porque se así ocurriera se caerá en nulidad. En efecto, si una parte pide la
citación de un tercero conforme a lo previsto por la ley civil, el tribunal debe proveer a la citación observando
todos los recaudos legales para asegurar su regular intervención a los fines de que pueda ser alcanzado por
los efectos de la cosa juzgada. Lo mismo puede ocurrir con la llamada intervención espontánea. En ambos
casos la nulidad no ha de tener más extensión que la referida a esa intervención. Estos sujetos eventuales
aparecen mejor definidos en el proceso penal. Atento el carácter accesorio de la acción civil cuando es
ejercida en el proceso penal, los sujetos que se introducen exclusivamente con motivo de la cuestión
emergente del supuesto hecho delictuoso son considerados eventuales. Tal es el caso del actor civil y el
tercero civilmente demandado. También resulta ser eventual o secundario el querellante particular cuando se
autoriza su intervención en los procesos penales por delitos perseguibles por acción pública.

Los sujetos en el proceso civil, familiar y laboral: las partes: definición, legitimación procesal y sustancial,
diferencias. Legitimación individual y colectiva (intereses difusos). Sustitución y sucesión procesal. Cargas
procesales

El concepto de parte viene determinado por la titularidad de las pretensiones y prestaciones conflictivas que,
faltando la realidad del conflicto, se reducen a la pretensión estrictamente procesal. Puede tratarse de un
individuo físico o una persona jurídica. El carácter de parte debe ser esencialmente de carácter formal, con
total independencia de la relación material debatida. Según Chiovenda, parte es la que demanda en nombre
propio (o en cuyo nombre se demanda) una actuación de la ley y aquél frente al cual ésta es demandada.

En el marco de los sujetos procesales sólo es parte el titular de la pretensión (quien demanda y aquél contra
quien se demanda) y no quien lo hace por otro, de allí que no es parte procesal el abogado patrocinante ni el
apoderado o representante de la parte propiamente dicha. El concepto formal de parte es evidente en el plano
procesal. En lo que hace a caracteres, le son propios los siguientes: -Son duales: siempre son dos: actor y
demandado, siempre hay alguien que pretende (actor) y otro contra quien se pretende (demandado). Las
partes siempre son dos por más que en cada polo existe más de una persona. -Son antagónicas: siempre se
encuentran enfrentadas, una pretende y la otra se resiste a esa pretensión, de lo contrario “no hay proceso si
las partes inicialmente están de acuerdo entre ellas”. -Son iguales: la igualdad deriva de la manda
constitucional de declaración de igualdad ante la ley. Legitimación procesal y sustancial. Definición.
Diferencias Generalmente existe una confusión entre los conceptos de legitimación y capacidad,
denominándose generalmente a la capacidad procesal como legitimatio ad procesum. En cuanto a la
legitimatio ad causam, surge el derecho sustantivo, planteando el interrogante de si su estudio es propio de la
materia procesal. La legitimatio ad causam es presupuesto del acto a sentenciar, pues el ejercicio de la acción
es independiente de la titularidad del derecho. Devis Echandia afirma que puede ser parte en el proceso quien
no lo sea en la relación sustancial…porque puede demandarse sin derecho o sin legitimación en la causa e
interés sustancial y que influyen en la suerte de las pretensiones y en el contenido de la sentencia, pero no
presupuestos de la acción ni de la calidad de parte. Se deduce la conveniencia de definir a la legitimación
como :”la titularidad de la pretensión sin titularidad del derecho” La legitimación es en realidad un presupuesto
de la sentencia que acogerá o no la pretensión, en cuanto se haya confirmado dicha titularidad, lo cual no
significa que si quien pretendió no tuvo derecho y, por ende, se le rechazó en sentencia su pretensión, no
haya sido “parte”, calidad que revistió durante todo el proceso. La legitimación ad causam es la condición
especial que exige la ley para ser parte. Esta legitimación resulta de la imputación normativa sustancial
mediante la cual se establece si cualquiera de las partes, o ambas, son quines hubieron de demandar o ser
demandadas útilmente, por ello: “como se puede apreciar, no se trata aquí de investigar si el actor o el
demandado tienen capacidad jurídica para ser parte procesal, sino si uno o los dos son las personas ante las
cuales cabe emitir útilmente la sentencia”

Sucesión procesal

Existe sucesión procesal cuando “el sujeto que ocupa efectivamente una de las posiciones procesales
originarias es reemplazado por otro u otros, a consecuencia de un acto entre vivos o por causa de muerte que
transmite los derechos litigiosos –con consiguiente pérdida de legitimación- y convierte al reemplazante en el
nuevo

legitimado para obtener una sentencia de mérito. En efecto, se enumeran los siguientes casos de sucesión
procesal:

-La sucesión de una parte por sus herederos mortis causae. Es a título universal.

-La sucesión de una parte que muere por el legatario del derecho litigioso o del bien objeto del proceso. Es
una sucesión mortis causae a título particular.

-La sucesión de una parte por el cesionario mediante actos entre vivos.

La secesión procesal se produce por convención entre quien es parte y un tercero, a quien se le ceden y
transfieren los derechos litigiosos o el objeto mismo del litigio mediante venta, donación, permuta, dación en
pago, etc. Ahora bien, si la parte contraria no acepta la sustitución, tradente y cesionario continúan como
partes litisconsorciales. -La sucesión de una persona jurídica extinguida por quienes reciben los derechos o
asumen sus obligaciones discutidas en el proceso.

La sustitución procesal

Es el fenómeno que se produce cuando la parte procesal es reemplazada por un tercero al cual la ley legitima
a intervenir en el proceso a los fines de ejercitar un derecho o asumir una obligación de garantía o contractual.
Estos terceros no son los “representantes” que actúan en nombre de la parte, ni tampoco son los sucesores ni
a título universal ni particular, los cuales se manifiestan en el fenómeno de la sucesión procesal. Es un
reemplazo mediante sustitución (no continúa a la parte, sino que la sustituye), como ocurre en el caso de la
acción subrogatoria o en la citación en garantía, en los cuales el tercero se trata en rigor de un nuevo
legitimado, con poderes propios en el proceso.

Cargas procesales

Goldschmidt afirma que “sólo existe en el proceso “cargas”, es decir situaciones de necesidad de realizar
determinado acto para evitar que sobrevenga un perjuicio procesal. Se trata de imperativos de propio interés.
Las cargas procesales se hallan en una estrecha relación con las posibilidades procesales, puesto que toda
posibilidad impone a las partes la carga de ser diligente para evitar su pérdida. El que puede, debe: la ocasión
obliga (es decir grava) y la más grave culpa frente a sí mismo, es la de haber perdido la ocasión” Las partes
ingresan al proceso a los fines de debatir conforme a determinadas reglas conocidas de antemano y a las
cuales se someten. Alvarado Velloso señala que la carga “es un imperativo que la parte tiene respecto de sí
misma” Y nadie puede compelirla a que la cumpla, no se trata de una obligación, pues la obligación supone
que otro sujeto tiene un derecho correlativo con esa obligación y que por ende puede exigir su cumplimiento.
El incumplimiento de la carga no genera una sanción, sino la consecuencia de preclusión y un efecto contrario
a su situación procesal.

EJE TEMATICO N 4

Los denominados sujetos esenciales o necesarios y los eventuales

Son necesarios para la existencia de un proceso dos partes que debaten en perfecto pie de igualdad ante un tercero que
reviste el carácter de autoridad y que es como ya se ha dicho imparcial e independiente.
Son necesarios y esenciales la parte actora, o quien acusa, el demandado o ante quien se acusa o imputado en el
proceso penal; y ante quien ese acusa o ante quien se dirime la cuestión, el tribunal.

Son esenciales estos tres sujetos.

Son sujetos principales o esenciales los sujetos que no pueden dejar de intervenir en determinado proceso para que éste
sea válido, aunque esta intervención tenga cumplimiento por representación oficial, como ocurre en los casos de
rebeldía. Lo característico de estos sujetos esenciales es que la ausencia o falta de intervención de uno de ellos, a lo
menos potencial, implica carencia o defecto de un presupuesto procesal. De aquí que la primera parte del procedimiento
judicial deba dirigirse a la integración de todos ellos para no incurrir en invalidez de toda la actividad posterior, y se den
las condiciones para dictar la sentencia sobre el fondo.

Deben intervenir necesariamente en el proceso otras personas, aunque no sean sujetos procesales.

Estos son los llamados sujetos eventuales:

Se trata de colaboradores esenciales del juez y de las partes, como lo son el secretario, el defensor penal y los
asistentes letrados de las partes privadas. Junto con estos colaboradores, lo esencial de los sujetos integrados que
podría significarse como el trípode subjetivo integrado por el Tribunal y las dos partes iniciales: demandante o acusador,
y demandado o imputado.

Los sujetos en el proceso civil, familiar y laboral: las partes

El concepto de parte viene determinado por la titularidad de las pretensiones y prestaciones conflictivas que, faltando la
realidad del conflicto, se reducen a la pretensión estrictamente procesal. Puede tratarse de un individuo físico o una
persona jurídica.

El carácter de parte debe ser esencialmente de carácter formal, con total independencia de la relación material debatida.

Según Chiovenda, parte es la que demanda en nombre propio (o en cuyo nombre se demanda) una actuación de la ley y
aquél frente al cual ésta es demandada.

En el marco de los sujetos procesales sólo es parte el titular de la pretensión (quien demanda y aquél contra quien se
demanda) y no quien lo hace por otro, de allí que no es parte procesal el abogado patrocinante ni el apoderado o
representante de la parte propiamente dicha.

El concepto formal de parte es evidente en el plano procesal.En lo que hace a caracteres, le son propios los siguientes:

Son duales: siempre son dos: actor y demandado, siempre hay alguien que pretende (actor) y otro contra quien se
pretende (demandado). Las partes siempre son dos por más que en cada polo existe más de una persona.

-Son antagónicas: siempre se encuentran enfrentadas, una pretende y la otra se resiste a esa pretensión, de lo contrario
“no hay proceso si las partes inicialmente están de acuerdo entre ellas”.

-Son iguales: la igualdad deriva de la manda constitucional de declaración de igualdad ante la ley.

Cargas procesales
El gran aporte de la teoría de la situación procesal fue el concepto de Cargas procesales . Pues las partes en el proceso
desenvuelven todo su actuar en relación a expectativas, Posibilidades y cargas, con el fin de obtener una sentencia
favorable a su pretensión. En este sentido. Goldschmidt define a las cargas procesales como “Imperativos del propio
interés”.

Cada norma procesal en su estructura dinámica prevé el supuesto en el cual el acto ordenado lógicamente sea
incumplido. Y aquí surge la categorización de la carga. Su omisión no es sancionable. Así a la parte le corresponde
realizar el acto de comparecer: si no lo hace, se lo tiene por rebelde.

Así la parte demandada pesa con la carga de contestar la demanda; si no lo hace, su interés o situación procesal se
verá perjudicada conforme sea el valor que el ordenamiento le otorgue al silencio.

“Siempre que la autoridad efectúa actos de conexión (ejemplo: traslado), lo hace a fin de dar oportunidad a una de las
partes para que haga o diga lo que quiera respecto de la instancia ejercida por la otra. A este fin, emite una orden que
debe ser cumplida en un plazo previamente determinado por la ley o por la propia autoridad, en su defecto, con el
apercibimiento (advertencia) del efecto contrario al interés de su destinatario, para el caso de que no la cumpla en el
tiempo dado”.

Por ello es que, junto al maestro rosarino afirmamos que la carga procesal posee tres elementos necesarios: una orden,
un plazo para su cumplimiento por la parte y un apercibimiento en caso de omisión.

Los sujetos en el denominado proceso penal

Así en primer lugar, hemos de recordar nuevamente que el proceso es un método de debate pacífico y dialéctico entre
dos partes ante un tercero imparcial, impartial e independiente.

El primer sistema rigió durante años en nuestro país, en una flagrante antinomia con la garantía constitucional; pues en
dicho sistema inquisitivo, mediante el proceso en materia penal era llevado bajo el impulso del juez instructor, el reo era
acusado por el juez, perseguido probatoriamente por el juez y sentenciando por el juez.

Este último esquema inquisitivo, cuya inconstitucionalidad y perversidad resulta obvia fue dejado de lado en nuestra
provincia (cordoba), la cual adoptó el sistema acusatorio, sistema en el cual se advierten las dos partes en el proceso,
quien acusa (acción) en manos del Ministerio público Fiscal (recordemos que la acción penal se encuentra en poder del
Estado). Y el imputado o acusado (reacción) quien se defiende; ante un tercero imparcial (carente de interés en el pleito):
impartial (no es parte) e independiente (no tiene obediencia debida), que es el juez penal. Quien tan sólo dirige el debate
y falla no pudiendo colectar prueba de oficio en el proceso.

De esta forma, advertimos que el sistema acusatorio es denominado sistema dispositivo en civil, y advertimos que el
impulso del proceso es poder de las partes estando limitada la actividad del grado jurisdiccional, a la conexión de
Instancias de los sujetos partes, respondiendo en concreto a una Idea lógica del proceso. Pues cuando Ingresemos al
análisis de cada uno de los sujetos se advertirá que cumplen la misma actividad pues cumplen una función lógica en el
debate; quien acusa cumple la misma función que quien demanda en un juicio civil, y quien se defiende por estar
imputado en un juicio penal cumple el mismo y lógico papel que quien es demandado y se defiende en un juicio civil.

El tribunal:
Es importante expresar que en materia penal se debate entre un órgano técnico (jueces de derecho) o el cumplimiento
del mandato constitucional de la institución del jurado. Que nuestro país legislativa mente en materia penal se volcó
hacia laFigura del juez técnico quien evalúa los hechos y resuelve conforme las reglas de la sana crítica racional y funda
su decisión legalmente, siendo dicha fundamentación de tipo lógica y legal, debiendo explicitar el iter de la construcción
de lo decidido.

En nuestra provincia de Córdoba se ha regulado un sistema mixto que se denomina escabinado. El sistema de
escabinado está legislado, organizando que el tribunal se forme con tres jueces técnicos y dos ciudadanos. es decir. que
el tribunal se conforma por cinco personas, tres técnicos y dos ciudadanos.

Entiendo que esta formulación intermedia puede ser justificada solamente en la medida que sea un puerta de llegar al
cumplimiento de la exigencia constitucional del juicio por jurados; única solución de democratización de una justicia hoy
tan cuestionada. y el hacer que el ciudadano participe activamente de la decisión judicial.

MINISTERIO PÚBLICO FISCAL:

Se ha definido al ministerio Público como el órgano estatal encargado de nacer valer ante el órgano jurisdiccional la
representación de la defensa de los intereses públicos y sociales del Estado.

El ministerio público ejerce además un poder de control social, que es fundamental en aras de lograr el equilibrio de los
poderes del Estado. La representación y la defensa de los intereses públicos-sociales que a veces se encuentran
comprometidos en un proceso y no estarían suficiente o completamente satisfechos si no se acordara esta misión a un
órgano diferente del que ejerce la jurisdicción y que se denomina genéricamente ministerio público.

El querellante particular

La misma humanización ha impuesto que el ofendido, la víctima, pueda Ingresar en el proceso, ello surge tras toda
investigación del por qué tras el estado haber confiscado la acción penal el ofendido o víctima quedaba fuera de la
discusión sin saber el cómo del procesar ni el resultado de la actividad punitiva del Estado.

Adviértase que se trata de una función coadyuvante y que no es parte, pues, la intervención de una persona como
querellante particular no la exime del deber de declarar como testigo. (art. 94 C.P.P.C), aunque en caso de
sobreseimiento o absolución podrá ser condenado por las costas que su intervención causare (art. 94Cp.p.c.), Esta
figura, como dijimos. Amplía la posibilidad de actuación de los particulares en el proceso penal y, en especial. La
participación de la víctima, a los fines de asegurar el cumplimiento de la función punitiva del Estado.

El actor civil

Puede acontecer que, con motivo de la afirmación de la existencia de hecho delictivo. Pueda generar la afirmación de
una persona de ser titular de un derecho resarcitorio deriva o de la responsabilidad del hecho delictivo investigado.

Surge así, por la regla de concentración, que se pueda acumular dos procesos mediante la acumulación pretensional, de
una pretensión civil, de resarcimiento en el marco de un proceso donde se debate la pretensión punitiva del Estado.
En concreto se está frente a una demanda que contiene una pretensión civil. La que ha sido definida como: La
formulación, por la víctima del delito o sus herederos de la pretensión indemnizatoria contra el responsable de aquél; En
concreto, el actor civil es quien despliega esta pretensión indemnizatoria en el proceso penal.

Conclusión: Hemos tratado de demostrar que los sujetos que intervienen en el proceso penal tienen las mismas
funciones que en el proceso civil. Sin advertir más diferencias que las propias de un ordenamiento procedimental
determinado. Pero la actividad en sí. Que es la que se observa del fenómeno es la misma en los sujetos de todo
proceso.

Los actos procesales

Los actos procesales son los actos jurídicos del proceso. Este se compone de una serie de actos tendientes a un fin,
que no es otro que el del lograr la culminación del proceso a los efectos de asegurar la justicia en el caso concreto y la
paz social. Estos actos que se cumplen en el trámite judicial están de tal modo concatenados entre sí, que cada uno de
ellos es una Consciencia anterior y antecedente del posterior. Son cumplidos por los sujetos procesales y demás
intervinientes en virtud del ejercicio de poderes y cumplimento de deberes legalmente regulados.

EI acto procesal es una categoría especial de acto jurídico al que se podría caracterizar como el acto jurídico emanado
de las partes, de los órganos jurisdiccionales y de los terceros intervinientes en el proceso judicial destinados a crear,
modificar o extinguir efectos procesales. Al ser una especie de acto jurídico, para su validez debe ser realizado con
discernimiento, intención y Libertad.

Elementos de los actos procesales

Siguiendo la concepción de Palacio tres son los elementos del acto procesal: los sujetos, el objeto y la actividad Que
involucra, Este último elemento se descompone, a su vez, en tres dimensiones: la forma, el lugar y el tiempo.

El sujeto que ejecuta el acto procesal:

Conforme ya se ha manifestado, los actos procesales pueden provenir del órgano jurisdiccional (tribunal y sus auxiliares)
de las partes (o peticionarios), sus letrados. procuradores o auxiliares. De los funcionarios del ministerio público y de los
terceros directamente vinculados al proceso. Para que el acto procesal produzca su efectos normales es necesario que
el sujeto que lo realiza tenga aptitud para ello: el órgano jurisdiccional debe ser competente, y las partes y peticionarios
(o sus representantes) procesalmente capaces.

El objeto sobre el cual el acto procesal recae

El acto procesal puede versar sobre una cosa (v.gr .. una medida cautelar) sobre un bien mueble o inmueble o sobre
una persona (por ejemplo. un testigo) o sobre un hecho (v.gr., el contenido de un testimonio. Dicho objeto de ser idóneo
ósea apto para lograr la finalidad pretendida por quien realiza el acto y jurídicamente posible, es decir, no prohibida por
la ley.

La actividad que involucra el acto procesal

Se refiere a las tres dimensiones en que dicha actividad debe ser analizada: la forma, el lugar y tiempo.

La forma de los actos procesales

La forma constituye el elemento externo de la estructura del acto procesal.

No por el formalismo en sí, sino como manera de expresión de voluntad, del contenido del acto, las formas adquieren en
esta rama del derecho una importancia fundamenta!. Es que solo mediante el respeto a las formas establecidas
legalmente, es como puede obtenerse la verdadera garantía del debido proceso. En razón de la propia estructura del
proceso en general, las formas deben ser observadas y su apartamiento provoca la nulidad o invalidez del acto.

El lugar donde se desarrollan los actos procesales

Como regla, la actividad debe cumplirse en la sede del tribunal donde está radicado el proceso y en los ambientes
destinados a esos fines. Como excepción, puede el juez cumplir actos por sí, o por delegación en personal subalterno en
otro lugar dentro de la circunscripción territorial de su asiento, (existen excepciones).

EI tiempo en el proceso

También el tiempo es un elemento constante en la actividad procesal, Como regla la eficacia de los actos procesales
depende de la realización en su momento oportuno; los actos procesales, en general deben ser cumplidos en días y
horas hábiles bajo pena de nulidad.

CLASIFICACION Por el sujeto que lo realiza:


SENTESNCIAS

ACTOS DE DECISION AUTOS

DECRETOS

• ACTOS

DEL TRIBUNAL

ACTO DE DIRECCION

ACTOS DE GOBIERNO ACTO DE COMUNICACIÓN

ACTO DE DOCUMENTACION

• ACTOS DE TERCEROS

• ACT0S DE LAS PARTES

Teniendo en cuenta el órgano del cual emana el acto procesal (Criterio subjetivo). y en consideración con la función que
cumple en el proceso, se, distinguen:

Actos del tribunal judicial

Este aspecto debe analizarse en sentido amplio. comprendiendo no sólo los actos cumplidos por el juez sino también los
realizados por los otros funcionarios y empleados organizados dentro de la actividad.

Comprende también los actos realizados por el fiscal de instrucción en el procedimiento penal cuando está a cargo de la
investigación fiscal preparatoria, pero no cuando actúa como una parte más en el proceso.

Dentro de esta categoría de actos debemos distinguir entre los actos de decisión y los de gobierno.

ACTOS DE DECISIÓN: que son aquellos Que tienden a resolver el proceso se en subclasifican sentencias, autos,
decretos.
La sentencia: es el principal acto decisorio del tribunal y constituye, generalmente, el último eslabón de la cadena.

Los autos interlocutorios: resuelven cuestiones que guardan vinculación con tramitación que se suscita durante el curso
del procedimiento cuya resolución previa es menester.

Decretos o providencias: son resoluciones judiciales de mero trámite Que sirven para impulsar el procedimiento. Tienden
al desarrollo del proceso y permiten su avance hacia la decisión final.

ACTOS DE GOBIERNO: son aquellos que tienden a la impulsión y conducción del proceso y se subclasifican en actos
de dirección, de comunicación y de documentación.

Los actos de dirección: aquellas atribuciones que tiene el juez (o el fiscal en su caso), para llevar adelante la actividad
que se cumple en el proceso con orden y corrección.

Los actos de comunicación: son aquellos por los que se comunica de una manera autentica una resolución u otra
actuación judicial.

Los actos de documentación: son aquellos que tienen por finalidad la formación material de los expedientes, con la
incorporación de todas las actuaciones que se realicen con la intervención del tribunal y la de otorgarles el carácter de
documentos públicos.

Actos de las partes:

En cuanto emanados de cualquiera de los otros sujetos procesales:

Actores, demandados, peticionantes y terceros intervinientes en el proceso civil; también incluimos los actos realizados
por el acusador, el imputado, él Querellante el ministerio público en el proceso penal.

ACTOS DE TERCEROS:

Hacen referencia a la actividad que cumplen aquellos sujetos que sin ser parte, ni Integrar el órgano Jurisdiccional,
participan (Facultativa o Imperativamente) en el proceso. Se incluye dentro de esta Categoría entre otros, los actos
realizados por testigos peritos. Fiadores de medidas cautelares, depositarios de bienes embargados, intérpretes.
Etcétera.

Clasificacion
La clasificación de los actos es siempre parcial, depende de la esencia diferenciadora. La doctrina mayoritaria la realiza
desde la siguiente distinción:

Actos de iniciación: el acto de iniciación por excelencia es la demanda, pero nuestro proceso civil permite la realización
de una serie de actos procesales, que pueden ser anteriores a la demanda, tales como las medidas cautelares (por ej. el
embargo preventivo).
Actos de desarrollo: son los actos, que una vez iniciado el proceso, tratan de conducirlo hacia un determinado fin, que no
es otro que sentenciarlo y hacer cumplir lo decidido en la causa. Estos actos requieren, a diferencia de los de iniciación,
la intervención de dos o más órganos, es decir, aunque emanen de las partes, o sus auxiliares, o de terceros, es
necesaria la intervención del tribunal y sus auxiliares para la eficacia del acto. Ejemplo: cuando una de las partes formula
una petición, el tribunal debe ordenar el traslado a la contraria, y si se notifica a domicilio debe realizarse la providencia
mediante un oficial notificador. Es necesaria una sub-clasificación en:

Actos de instrucción: importan dos actividades, por un lado que las partes o auxiliares introduzcan al proceso datos de
hecho y de derecho y or otro lado tales datos deben ser compulsados, es decir probados.
Actos de dirección: son aquellos que tienen por finalidad posibilitar la realización de los actos de instrucción y pueden
subdividirse en: actos de ordenación, de comunicación, de documentación y cautelares.

Actos de conclusión: tiene por objeto concluir con el trámite del proceso. El acto de conclusión por excelencia es la
sentencia que lleva siempre una declaración de derechos, sin embargo algunas no se agotan con esa simple declaración
y necesitan de algo más, es decir, su “ejecución” que no es otra cosa que hacer cumplir lo decidido en la causa, para lo
cual es necesario, a veces, una actividad procesal posterior, que se denomina “ejecución de sentencia.

Comunicación procesal

Etimológicamente es la acción y efecto de notificar.


De la Rúa la entiende como el acto procesal mediante el cual se hace conocer de una manera auténtica una resolución
jurisdiccional.
Es un acto procesal de participación de conocimiento, por lo tanto comprende todos los medios de hacer saber a un
litigante lo acordado por el tribunal, abarcando la citación, el emplazamiento y el requerimiento.

La comunicación entre jueces (provincial, nacional e internacional):

La comunicación es el documento de un juez o tribunal con objeto de informar, pedir o notificar algo a otra autoridad
judicial.
El exhorto es la comunicación librada por un juez y dirigida a otro juez de su misma categoría, pero diferente jurisdicción,
a fin de que practique alguna diligencia (notificación, embargo, declaración de testigos) que deba realizarse en la
jurisdicción de éste.
Se llama mandamiento cuando se pide algo a un juez de inferior categoría, mientras que suplicatoria a uno de mayor
(v.gr. de un juez de primera instancia a un juez de cámara).

La notificación procesal
Palacio, define a las notificaciones como los actos mediantes los cuales se pone en conocimiento de las partes, o de
terceros, el contenido de una resolución judicial

Sistemas de notificación
La mayor parte de los ordenamientos procesales distingue claramente dos grandes sistemas de notificación
La notificación personal: que es la que se lleva a cabo en la sede del tribunal donde está radicado el proceso y que
obliga a las partes a concurrir al tribunal los días específicamente y determinados por ley.

La notificación en el domicilio: que es la que se hace fuera de la sede del tribunal. Se puede mencionar dentro de esta
categoría a la notificación por cédula, por carta documento, por edictos, etcétera.

Forma de las notificaciones

El ordenamiento procesal distingue, como formas de las notificaciones, las siguientes:

a) A domicilio por cedula o cualquier otro documento fehaciente realizado por un funcionario autorizado.
b) En la oficina mediante diligencia suscripta personalmente en el expediente.
1) Por retiro del expediente (art. 151 C.P.C)
2) Por edictos (art. 152 C.P.C: art 171 (C. P.P)
3) por ministerio de ley

El tiempo en el proceso. Plazos procesales

Concepto: Son los modos de computar los intervalos en el proceso. La dimensión temporal del proceso no es otra cosa
que ese conjunto de lapsos destinados al cumplimiento de cada acto procesal en particular. A dichos lapsos, el código
procesal les denomina “plazos”, que es el lapso que media entre la fecha que se orden a la realización del acto procesal
y aquella en que ese se realiza, a diferencia de “término” que constituye el extremo legal del plazo.
El art. 45 del CPCCba nos indica la forma de computar el inicio del plazo que es a partir de su notificación (o de la última
si son comunes), no contándose el día en que se practicó la diligencia de notificación.

El art. 46 determina que en los plazos señalados en días, se computarán solamente los días hábiles y los fijados por
meses y años se contarán sin excepción de día alguno”.
El art. 23 prescribe que los día, meses y años se contarán para todos los efectos legales, por el calendario gregoriano, y
el art. 43 especifica que debe entenderse por “días hábiles” todos los del año, con excepción de los sábados, domingos y
feriados o los declarados inhábiles por leyes, decretos y resoluciones del TSJ. A diferencia del código civil que computa
de medianoche a medianoche (art. 24), el código procesal determina que las horas hábiles son las comprendidas entre
las siete y las veinte.

Clasificación. Efectos

Si tomamos en cuenta la forma de fijación, podemos hablar de:

Plazos legales: aquellos cuya duración se halla expresamente establecida por la ley.
Judiciales: aquellos que la ley permite su fijación por el tribunal.
Convencionales: aquellos que, por delegación legal, se le acuerda a las partes la facultad de fijarlos de común acuerdo.
Si vemos sus efectos, hablamos de plazos fatales y no fatales, o prorrogables y no prorrogables, por regla general se
establece que los plazos procesales son improrrogables, pero las partes pueden cumplir el acto motivo de la diligencia,
no obstante estar vencidos, mientras no se les haya acusado la rebeldía, salvo que fueren fatales (art. 47 CPCCba), que
son aquellos que una vez transcurrido el tiempo establecido, no puede realizarse el acto de que se trata válidamente, es
decir no se admite en juicio la acción, excepción, recurso o derecho para que estuvieren concedidos. Estos plazos
fenecen por el mero transcurso del tiempo, sin necesidad de declaración judicial ni de petición de parte y con ellos los
derechos que se hubieren podido utilizar.

Si tenemos en cuenta a quienes se otorgan, distinguimos entre:

Individuales: los plazos que se conceden independientemente a cada parte para la ejecución de los actos procesales
determinados.
Comunes: aquellos plazos que se acuerdan en forma conjunta a ambas partes a fin de que realicen uno o más actos
procesales de la misma índole.

También podemos distinguir los plazos en:

Ordinarios: cuando se encuentra previsto para los casos comunes y normales

Extraordinarios: cuando atienden a circunstancias especiales, tales como la distancia existente entre el domicilio de las
partes y la sede del tribunal.

SANCIONES PROCESALES

Las sanciones procesales han sido caracterizadas por Clariá Olmedo comolas “conminaciones de invalidez o ineficacia
de una determinada actividad irregular".
En su enfoque preventivo, propenden al orden del proceso; en el represivo, impiden o eliminan los efecto de la actividad
irregular, encaminando al proceso por la vía válida, conforme a la ley.
Nuestro ordenamiento procesal ha receptado el sistema privatista, mediante el cual la sanción debe ser peticionada por
parte interesada, siempre que el vicio del acto le haya producido un perjuicio; otro criterio es el judicialista, por el cual
corresponderá al juez la decisión sobre el alcance del vicio y la existencia del perjuicio para imponer la sanción, haya o
no habido.

Clasificación

Caducidad: se entiende a aquella sanción que produce la ineficacia de un acto producido extemporáneamente, es decir,
fuera del plazo perentorio o fatal dentro del cual debía realizarse. Ej.: contestar la demanda una vez declarada la
rebeldía.

Inadmisibilidad: es la sanción por la cual se impide ab initio la producción de efectos procesales con respecto a los actos
de las partes y sus auxiliares o de algunos terceros, no provocados por el Tribunal, cumplidos sin observar determinados
requisitos de forma o sin tener la facultad para actuar eficazmente.
Preclusión: sanción que produce la ineficacia de un acto procesal porque su ejecución resulta incompatible con una
conducta procesal anterior. Ej.: oponerse a la citación del tercero hecha por la contraparte y más tarde solicitar su
citación.

Nulidad: sanción por la cual se elimina un acto por inobservancia de un requisito modal extrínseco relativo a su
estructura exterior.
Es importante señalar que para un sector de la doctrina (Clariá Olmedo, Alsina, Palacio) existen sólo dos sanciones
procesales: la nulidad, como sanción genérica que produce la ineficacia del acto ya cumplido, y la inadmisibilidad, que es
específica e impide que un acto viciado pueda cumplirse válidamente. La caducidad y la preclusión serían vicios, no
sanciones, que dan lugar a la sanción de nulidad o de inadmisibilidad, según el acto sancionable, que tiene vicios, pero
puede o tiene efectos en el proceso; y el acto inexistente, que no tiene ni puede tener efectos jurídicos dentro del
proceso (Ej. de este último, una demanda sin firma de parte ni letrado).

SUB-EJE 5: Teoría General de la Prueba

La prueba: concepto.

Sentido jurídico: la prueba es considerada como un método de averiguación y un método de comprobación de


la verdad de los hechos afirmados.

Prueba penal: se le atribuye ser un método de averiguación, de búsqueda, de procura de algo que ha de
lograrse aparentemente sin límites para el el juez.

Prueba civil: por las limitaciones impuestas por el sistema dispositivo confiere a las partes el modo exclusivo la
tarea de aportar y producir la prueba que hacen sus respectivas pretensiones.

La expresión “prueba” admite varias acepciones: en sentido amplio se refiere al procedimiento para probar, al
medio por el cual se intenta hacerlo y al resultado de lo que ha sido probado, el hecho mismo de la convicción
judicial.

En tal sentido, Alsina la define como “la comprobación judicial, por los modos que la ley establece, de la
verdad de un hecho controvertido del cual depende el derecho que se pretende”.

En similar sentido, Palacio la explica como la “actividad procesal, realizada con el auxilio de los medios
establecidos por la ley, y tendiente a crear la convicción judicial sobre la existencia o inexistencia de los
hechos afirmados por las partes como fundamento de sus pretensiones o defensas”.

En un esfuerzo por aunar las distintas definiciones que al respecto brinda la doctrina, podemos concluir que la
actividad probatoria es el movimiento, el esfuerzo, que realizan todos los sujetos del proceso, con la finalidad
de introducir elementos capaces de producir en el juzgador un conocimiento (elemento de prueba), respecto
de los hechos afirmados por las partes en sus alegaciones.

Distinción entre medio, órgano y elemento


Medio de prueba son las vías, caminos o procedimientos establecidos en la ley procesal para introducir
válidamente al proceso, los elementos de prueba. Generalmente estos medios están nominados en la ley (ej.,
testimonial, pericial, documental, etc.), amén de que existen otros (innominados) tales como grabaciones
magnetofónicas, filmaciones de video, que si bien no están regulados explícitamente por la legislación
procesal, se pueden introducir al proceso bajo ciertas condiciones legales.

1. Según el contacto que tenga el juzgador con la prueba:

● los medios directos: cuando el juzgador percibe el hecho objetivo de prueba sin intermediarios, por la
simple percepción de sus sentidos, eje. Prueba de reconocimiento o inspección ocular, etc.
● Medios indirectos: lo que percibe el juzgador es un hecho diferente que le sirve de antecedente para
deducir el hecho que se trata probar, eje, prueba testimonial, presuncial, etc.
2. Según el resultado del procedimiento probatorio:
● Prueba plena, perfecta o completa: un solo medio de prueba pueda lograr el convencimiento del
juzgador. Eje. La prueba de confesión expresa.
● Pruebas imperfectas, incompletas o compuestas: la convicción se logra por varios medios que
combinados se completan entre sí.
3. Según el elemento temporal: la ley determina plazos para el ofrecimiento y producción de la prueba
que varía según el tipo de juicio y el elemento probatorio de que se trate. este debe ser señalado por
el tribunal de acuerdo al tipo.
● Plazo de prueba (común art. 211 cpc) plazo fatal (art 49 inc 4 cpcc) prueba fuera del periodo art. 212
cpcc. Plazo para diligenciar la prueba puede ser ordinario (40 días) o extraordinario (60 días) prueba
rendirse en el extranjero 100 días.

Elemento de prueba es todo dato o circunstancia de conocimiento que se obtiene del medio de prueba, que
introducido en el proceso, provoca conocimiento sobre algún hecho, para su posterior valoración (los dichos
de un testigo, el informe pericial, el contenido del documento, etc.)

Órgano de prueba es la persona, el documento, el sujeto productor del elemento de prueba, que lo contiene y
lo trae al proceso, y que debe ser siempre una persona distinta del juzgador. Por ej.: el testigo, el perito.

Objeto de prueba

Objeto de Prueba es todo lo que puede ser probado, en cuanto puede ser reconstruido históricamente en el
proceso y abarca los hechos pasados, presentes y futuros, noción de pura objetividad y abstracta que se
extiende a todos los campos de la actividad científica e intelectual, no limitada por las pretensiones de las
partes.

Expresa Alsina que “objeto de prueba son los hechos que se alegan como fundamento del derecho que se
pretende”, ampliando Palacio tal concepto al expresar que “son los hechos controvertidos y conducentes a la
decisión de la causa, afirmados por los litigantes”. De tal modo, el último autor citado sostiene que es posible
inferir que el objeto de prueba:
● está constituido por hechos externos o internos que pueden ser objeto de conocimiento;

● que deben ser susceptibles de percepción por los sentidos o deducción por la razón; cualquiera sea
su naturaleza (física, psíquica, o mixta);

● hallarse controvertidos por las partes y afirmados por ellas;

● ser hechos que conduzcan (pertinencia y utilidad) al esclarecimiento de la cuestión controvertida.


En conclusión, por objeto de prueba entendemos aquello sobre lo que puede o debe recaer la prueba, estos
es, los hechos que sirven de base a las pretensiones de los sujetos procesales. El objeto de prueba responde
a la pregunta que se prueba o que debe probarse en juicio.

Principios de la prueba
Admisibilidad: es el acto por el cual se permite el ingreso o práctica de la prueba, con independencia de su
eficacia, se le puede conceder el crédito inicial o hasta que sea desvirtuado. Es el principio de dar entrada a
una prueba.
Libertad: implica que las partes y el juez deben gozar de libertad para obtener todas las pruebas que sean
útiles pertinentes a la averiguación de la verdad, salvo que por razones de moral y de orden público no
puedan ser realizadas. Este principio se resuelve en otros dos: libertad de medios de prueba y libertad de
objeto de prueba.
Este concepto significa que todo puede probarse por cualquier medio, cualquier hecho puede ser objeto de
prueba y esa prueba puede alcanzarse por cualquier medio. Ahora bien, es importante destacar que ante el
riesgo de que amparándose en este principio, se produzcan pruebas innecesarias, es que los ordenamientos
procesales más modernos ponen
Ciertos límites al mismo, prohibiendo la producción de pruebas manifiestamente improcedentes,
inconducentes o inidóneas.
Pertinencia: la prueba que puede producir la convicción del juzgador es la que resulta útil, idónea y pertinente
para demostrar las afirmaciones controvertidas. Este principio se relaciona con el de economía procesal y
tiende a evitar que uno de los litigantes dilate innecesariamente el proceso con pruebas impertinentes.
Negligencia procesal: es el abandono o falta de diligencia en la tramitación de los juicios. En ella pueden
incurrir tanto los funcionarios judiciales y sus auxiliares o subordinados, cuanto las partes y sus
representantes o patrocinantes. La negligencia procesal tiene dos formas de sanción: una es la pérdida del
trámite o actuación no cumplidos o no reclamados a tiempo, y otra es la pecuniaria, que puede imponerse
para el pago de las costas o de parte de ellas, al mandatario negligente o a éste conjuntamente con la parte y
su patrocinantes. (Caducidad y prescripción).
Publicidad: se relaciona con el principio de contradicción, en tanto implica que las partes deben tener igual
oportunidad para conocer la prueba, participar en su producción, impugnarlas, discutirlas y valorarlas, además
de conocer la valoración efectuada por el juez al dictar sentencia.
Procedimiento probatorio
Se trata, básicamente, de saber cuáles son las formas a respetar para ingresar o incorporar al proceso,
prueba que se considere válida limitándonos, por el objeto de estudio de la materia, al aspecto general
constituido por el conjunto de formas y reglas que son comunes a todos los medios de prueba, es decir, lo
relativo al ofrecimiento de la prueba, oportunidad para solicitarla y recibirla y a su valoración posterior. Así,
dentro de ese aspecto general referido, se pueden distinguir dos momentos o etapas fundamentales:
Introductivo o práctico, que comprende los actos cumplidos por todos los sujetos del proceso, que persiguen
el ingreso definitivo en él de todos los elementos probatorios, etapa que se integra por:
- El ofrecimiento de la prueba: consiste en un anuncio de carácter formal, realizado por las partes en el escrito
pertinente, no existiendo para ello fórmula sacramental alguna, siendo suficiente que del escrito surja
claramente el ánimo de ofrecer al juez la proposición de medios de prueba de donde, posiblemente, han de
surgir los elementos de convicción que tiendan a acreditar o desacreditar los hechos que se invocan.
- Recepción de la prueba: A las partes les incumbe la elección de los medios de prueba de los que han de
valerse en el proceso; al juez, en cambio, le incumbe admitir o no admitir los medios de prueba por ellas
ofrecidos. La admisión es el acto procesal por el cual el juez accede a que un medio de prueba determinado
ingrese al proceso como posible elemento de convicción, ordenando agregarlo o practicarlo según el caso. A
los fines de la admisión de las pruebas, el juez se limita a ejercer un control solamente formal de la prueba
ofrecida por las partes, que se circunscribe a la oportunidad del ofrecimiento (es decir, que haya sido ofrecida
en término, conforme a la legislación procesal. Ej., rechazará la prueba testimonial que no haya sido ofrecida
dentro de los diez primeros días del término de prueba, si se trata de un juicio ordinario) y a la observancia de
los requisitos formales exigidos por la ley para cada medio de prueba, a los fines de su introducción en el
proceso, por ejemplo, que se hayan determinado los puntos de pericia junto con el ofrecimiento de ese medio
de prueba (Art. 260 CPCCBA.) Esto es, en materia civil el juez no puede rechazar la prueba por considerarla
impertinente o irrelevante y en consecuencia “únicamente en la sentencia podrá el Tribunal pronunciarse
sobre la pertinencia de los hechos alegados o de la prueba solicitada”, según lo preceptúa el Art. 199
CPCCba. El mismo artículo, en su segunda parte, aclara que en ningún caso el tribunal negará la apertura a
prueba ni el despacho de diligencias probatorias, salvo que estuviesen prohibidas por la ley (Ej. Art. 309 del
CPCCba., que contiene limitaciones sobre testigos parientes), fueren manifiestamente inadmisibles (por ej., no
ofrecer prueba junto con la demanda en el juicio abreviado y pretender hacerlo después) o imposibles de
producir (se ofrece la declaración testimonial de una persona fallecida). Finalmente, el Tribunal dictará un
decreto o proveído admitiendo la prueba, si se cumplen las condiciones analizadas o rechazándola en su caso
y en el cual fijará las audiencias a los fines de recepcionar las declaraciones testimoniales ofrecidas, la
absolución de posiciones, el sorteo de peritos, ordenará librar los oficios requeridos, etc. En contraposición a
este sistema que impera en la legislación provincial de córdoba y que podríamos tipificar como de “libertad
probatoria”, en el procedimiento nacional y en lo que a la admisión se refiere, rige un sistema de
precalificación discrecional de prueba, en tanto y en cuanto el juez ante su ofrecimiento, puede rechazar
aquella que considere “manifiestamente improcedente, superflua o meramente dilatoria” (Art. 364 segunda
parte CPCN) - Diligenciamiento de la prueba: Una vez ofrecida la prueba, y admitida por el tribunal, se inicia
este momento. El diligenciamiento de una prueba, consiste en el conjunto de actos procesales que es
necesario cumplir para introducir a la causa los distintos elementos de prueba que tiendan a acreditar la
veracidad o falta de veracidad de las afirmaciones de hechos que interesa a un proceso. Comprende este
momento, la actividad que realizan todos los sujetos del proceso a los fines de producir la prueba ofrecida,
como la confección de las cédulas de notificación para la comunicación a las partes y para la citación de los
testigos, la confección de los oficios en la prueba informática, el sorteo de los peritos, etc.
- Introducción definitiva: Finalmente, ocurre cuando la prueba oportunamente ofrecida, admitida y
diligenciada, se agrega, se incorpora a la causa, por ejemplo, la declaración del testigo, el dictamen pericial y
de esta manera el elemento probatorio queda incorporado al proceso. Es en este momento cuando, en forma
indiscutible, opera el principio procesal de gran trascendencia, el de adquisición o comunidad de la prueba, en
virtud del cual la misma no pertenece a quien la aporta y una vez introducida legalmente al proceso, debe
tenerse en cuenta para determinar la existencia o inexistencia del hecho a que se refiere, sea que resulte en
beneficio de quien la propuso o de la parte contraria, que bien puede invocarla.
- Momento Valorativo, que constituye el segundo momento del procedimiento probatorio, de carácter
eminentemente intelectual y a su vez se manifiesta en dos momentos consecutivos y precisos:
El primero, que corresponde a las partes: esta valoración se materializa en los alegatos, como paso anterior al
momento decisorio. En éstos las partes hacen mérito de la prueba rendida valiéndose, para ello, de
argumentaciones favorables a sus pretensiones o defensas, con la finalidad de convencer al tribunal y obtener
finalmente una decisión que satisfaga sus intereses. Dicha valoración consiste no sólo en destacar el éxito de
su resultado probatorio, sino también la deficiencia o ineficacia de la prueba de la contraria.
El segundo momento, consiste en la intervención del juez o tribunal, que está limitada a la recepción de los
alegatos y una vez agregados al expediente, queda la causa en estado de dictar sentencia; correspondiendo
ahora al juez analizar los elementos de convicción incorporados al proceso, para fundar su decisión, conforme
al último paso o momento del procedimiento que es la valoración de la prueba.

Verdad jurídica objetiva

Todo proceso judicial percibe como finalidad específica inmediata la fijación de los hechos fundamentadores
de las partes mediante la búsqueda y adquisición de la verdad. Se trata de confirmar o desechar el
acontecimiento histórico sobre el cual ha de fundamentarse la solución que corresponde dar a la res
iudicanda. El objeto del proceso consiste en una conceptualización factico-jurídica que se afirma con los
introductivos de las partes para fundamentar las respectivas pretensiones.las afirmaciones de hechos deben
ser probadas positiva o negativamente, su encuadramiento en las normas jurídicas debe encontrarse
mediante la confrontación de la materialidad fijada con el supuesto de hecho normativamente descripto. Por
ambos mecanismos se llega a la certeza jurídica.

Valoración de la prueba
Es una actividad procesal del juez consiste en una operación mental que tiene por fin conocer el merito o valor
de convicción que pueda deducirse del contenido de la prueba.
Se trata de examen crítico de todos los elementos de prueba legalmente establecido introducidos al proceso,
que determinan la convicción , positiva o negativa del juez , respecto de los hechos que se fundan las
afirmaciones, pretensiones o resistencias hechas valer en juicio.
Establecer esa prueba cumple o no con el fin procesal al que estaba destinado:
Convencer al juez respecto de la veracidad o falta de veracidad de las afirmaciones que sustentan la
plataforma fáctica del proceso.
Sistema de valoración
En la doctrina clásica, se han destacado tres sistemas de valoración de la prueba:
1) Sistema de prueba o tarifa legal: también llamado de la prueba tasada, tuvo destaca
importancia en el derecho germánico y consiste en que el valor de la prueba esta
predeterminado por la ley; es esta la que le señala por anticipado al juez, el grado de
eficacia que debe atribuirle a determinado elemento probatorio, por lo tanto, el juzgador se
encuentra obligado a valorar las pruebas de acuerdo a los extremos o pautas
predeterminadas por el legislador en la norma jurídica.
Este sistema impide al juez hacer uso de sus facultades de razonamiento, autonomizando su función al no
permitirle formarse un criterio propio.
El sistema ha sido abandonado por las legislaciones modernas.
2) Sistema de libre apreciación o íntima convicción: implica el otorgamiento de facultades
discrecionales al juzgador, quien aprecia la prueba libremente, sin estar atado a criterios
legalmente preestablecidos.
Es propio de los jurados populares, del sistema sajón; el juez para obtener su intima convicción se vale de
otros estados emocionales, de sus conocimientos personales, además de los razonamientos lógicos de la
experiencia.
3) Sana crítica racional: esta fórmula envuelve un sistema lógico de valoración de prueba,
ocupando un lugar intermedio entre los extremos analizados precedentemente. Fue
receptado en la legislación española el siglo pasado, y especialmente en la ley de
Enjuiciamiento Civil de 1885, la que en su art. 317 expresamente lo consagraba.
En él, el juez valora a prueba sin sujeción a criterios legalmente establecidos, pero, a diferencia del anterior,
sin la interferencia de factores emocionales, DEBIENDO FUNDAMENTAR SU DECIOSIÓN.
Como señala Couture, las reglas de la sana crítica racional son “las reglas del correcto entendimiento
humano”. La sana crítica es la unión de la lógica, la experiencia y la psicología.
En cuanto a la primera, y refiriéndonos a la lógica formal, juega un papel trascendental, a través de los
principios lógicos supremos que actúan como controles racionales en la decisión judicial, y que conforme a la
concepción clásica son:
Principio de identidad: cuando en un juicio el concepto-sujeto es idéntico total o parcialmente al concepto-
predicado, el juicio es necesariamente verdadero.
Principio de contradicción: dos juicios opuestos entre sí contradictoriamente, no pueden ambos ser
verdaderos
Principio de tercero excluido: dos juicios opuestos entre sí contradictoriamente, no pueden ambos ser falsos
(uno de ellos es verdadero y ningún otro es posible).
Principio de razón suficiente: todo juicio para ser realmente verdadero, necesita tener una razón suficiente que
justifique lo que en el juicio se afirma o niega con pretensión de verdad.
En el sistema procesal argentino, rige este método de valoración y nuestro ordenamiento provincial en el art.
327 segunda parte, en un sentido muy similar al 386 del CPCN, prescribe: “Salvo disposición legal en
contrario, los tribunales formaran su convicción respecto de la prueba, de conformidad con las reglas de la
sana critica. No tendrán el deber de expresar en la sentencia la valoración de todas las pruebas producidas,
sino únicamente de las que fueren esenciales y decisivas para el fallo de la causa.”

Carga de la prueba en el proceso civil, laboral y familiar


Responde a la pregunta de quién debe probar? se trata de determinar, cuál de los sujetos que actúan en el
proceso debe producir la prueba materia del debate, o sea, la distribución del onus probando.
En el proceso civil, eminentemente dispositivo, son reglas para que las partes produzcan la prueba de los
hechos, con la finalidad de demostrar la verdad de sus respectivas proposiciones. Carga de la prueba significa
entonces, una conducta impuesta a uno o a ambos litigantes para que acrediten la verdad de los hechos por
ellos alegados.
La carga de la prueba (onus probando) constituye pues como toda carga procesal, un imperativo del propio
interés, una circunstancia de riesgo; quien omite probar, no obstante la regla que pone tal actividad a su
cargo, no es pasible de sanción alguna, quedando expuesto a la perspectiva de una sentencia desfavorable.
En otro aspecto, también es una regla para el juzgador o regla de juicio, en cuanto implica cómo debe resolver
cuando no existe la prueba de los hechos sobre los cuales debe basar su decisión.
La ley procesal debe distinguir anticipadamente entre las partes la fatiga probatoria, determinando las
circunstancias que el actor y el demandado deben acreditar, según las proposiciones formuladas por ellos en
el juicio.
Concepción clásica
Las reglas sobre la carga de la prueba son aquellas que tienen por objeto determinar cómo debe distribuirse,
entre las partes, la actividad consistente en probar los hechos controvertidos que son materia de litigio.
Mantiene aún su vigencia, con algunas modificaciones, aunque existen situaciones complejas, donde el
problema de determinar quién debe probar se hace de muy difícil solución. Trataremos de establecer, en
síntesis, las cargas o responsabilidades de cada uno para lograr zanjar dicha dificultad.
Generalmente, se puede analizar la existencia de tres clases de hechos; los constitutivos, los impeditivos y los
extintivos, que funcionan de la siguiente manera en el tema que nos ocupa:
● Al actor le incumbe la prueba de los hechos constitutivos de su pretensión,
atribuyéndosele el carácter constitutivo al hecho específico del que surge, en forma
inmediata, el efecto jurídico pretendido. Así por ej., en un contrato de compra
venta, el actor deberá probar la existencia de dicho contrato, como asimismo, las
demás circunstancias que lo tipifican, por ej.: cosa vendida, precio, etc.
● En cuanto a los hechos impeditivos, como regla le corresponde su prueba al
demandado. Siguiendo el ejemplo anterior, podemos decir que son hechos
impeditivos la existencia de un vicio en el consentimiento o la incapacidad de los
contratantes, correspondiendo la prueba de su existencia a quien los invoca como
fundamento de su defensa. De la misma manera, corresponderá al demandado
probar la existencia de los hechos extintivos, que en relación al supuesto citado,
será, por ej: el pago del precio o cualquier otro medio extintivo de las obligaciones
(art. 724 del C. Civil).
Si bien generalmente estos hechos deben ser probados por el demandado, existen supuestos en que los
hechos impeditivos y extintivos deberán ser probados por el actor, cuando constituyeren el fundamento de su
pretensión, pues existen situaciones en las que un hecho impeditivo o extintivo funda una demanda; en tal
caso, el actor deberá probar el hecho que impidió la constitución de una relación jurídica o que la extinguió,
como sucede cuando se solicita la nulidad de un acto jurídico, correspondiéndole al actor la prueba del error,
dolo, violencia o cualquier vicio de la voluntad en que funda la demanda. Como consecuencia de lo
expresado, podemos concluir que, tal como lo sostiene la doctrina, cada parte soportará la carga de la prueba
respecto de los hechos a los que atribuye la producción del efecto jurídico que pretende (Palacio).
La legislación procesal civil de la provincia de Córdoba (ley 8465) no incluye normas generales que fijen
pautas de distribución de la responsabilidad probatoria, con excepción del art. 548 C.P.C.Cba., referido al
juicio ejecutivo: corresponderá al demandado la prueba de los hechos en que funde las excepciones. En
cambio, el art. 377 del C.P.C.N. expresa que “cada una de las partes deberá probar el presupuesto de hecho
de la norma o normas que invocare como fundamento de su pretensión, defensa o excepción”.
Reformulación
Modernamente, se ha ido desarrollando en la doctrina y jurisprudencia, un movimiento de cambio que tiende
a atenuar en el proceso civil su marcado perfil dispositivo, por otro de tipo publicístico o inquisitivo que otorga
al juez un rol más activo o protagónico en el proceso.
Se hace necesario, como consecuencia de ello, adaptar las tradicionales reglas de distribución de la carga
probatoria que expresáramos precedentemente, a las necesidades que impone esta nueva tendencia. De esta
manera surge lo que se ha dado en llamar “teoría de la carga probatoria dinámica”, cuya regla de distribución,
básicamente, puede ser expresada de la siguiente manera: “la carga de acreditar determinado hecho, debe
recaer sobre el litigante que se encuentre en mejores condiciones de producirla”. Es decir, se atenúa el
rigorismo de los principios llamados clásicos y encuentra su máxima expresión en aquellos supuestos donde
la prueba, o parte de ella, resulta inaccesible a una de las partes –supongamos al actor- (por ej., los casos de
mala praxis médica, simulación, etc.) En estos casos, se impone la carga probatoria, a quien se encuentre en
mejores condiciones de probar; todo ello en virtud de los principios de la lógica, justicia, igualdad de partes
antes la ley y solidaridad.
Además, es necesario que concurra otra circunstancia determinante: que la parte se encuentre en reales
posibilidades de probar, ya que de lo contrario, atribuir responsabilidad de prueba a quien no tiene esa
posibilidad, carecería de todo sentido.
Adviértase también, que no debe confundirse este sistema con el de la inversión de la carga de la prueba,
aunque presenta ciertas similitudes. En el último de los nombrados, esa inversión proviene de la ley (art. 39
del C.P. Laboral de Cba. –Ley Prov. Nº 7987-, art. 509 inc. 2 C.P.C.Cba.), pero en el sistema de la
reformulación, se trata de un sistema que, circunstancialmente, permite que esa responsabilidad probatoria
sea atribuida a una u otra parte; tal como ya lo hemos señalado.
Sin discutir la justicia del sistema, el problema se presenta porque en la actualidad no existe en nuestra
legislación procesal, normas precisa que den seguridad jurídica al justiciable en este sentido, y que
determinen cómo y cuándo el juzgador ha de atribuir esa responsabilidad probatoria a una de las partes en un
caso concreto. Responsabilidad probatoria en el proceso penal
En nuestro sistema penal, las doctrinas precedentemente enunciadas resultan inaplicables por cuanto: El
estado de inocencia impide que se obligue al imputado a aportar prueba acerca de aquella y mucho menos
sobre su culpabilidad. No tiene el deber de probar nada.
- Nuestro sistema reposa en el carácter público del interés represivo, por lo que la obligación de investigar la
verdad y de aportar en consecuencia las pruebas necesarias, incumbe al estado a través de sus órganos
predispuestos, sin que la actividad probatoria y el objeto de la prueba puedan encontrar límites derivados de la
conducta de las partes. La responsabilidad que nace para el Ministerio Público por imperio de la ley 8123
durante la etapa del juicio, por la cual el ofrecimiento de prueba es de su exclusiva competencia, no
pudiéndola suplir el tribunal de oficio, no responde a la teoría de la carga probatoria pues el fiscal,
objetivamente, está obligado a efectuar dicho ofrecimiento, de la misma forma que el juez está obligado a
juzgar. La actividad probatoria en el proceso penal no es una simple verificación, desde que ésta presupone
una afirmación previa, y lo que se pretende es reconstruir objetiva, imparcial, histórica y libremente el hecho
hipotético que supone delito.

Sub eje temático 6: actos resolutorios- La impugnación procesal- Medidas cautelares

ACTOS RESOLUTORIOS – LA IMPUGNACIÓN PROCESAL – MEDIDAS CAUTELARES

Sentencia. Definición, clasificación, formalidades, principio de congruencia.

SENTENCIA CONCEPTO: Para Clariá, SENTENCIA en sentido estricto, es la resolución jurisdiccional que
pone fin al proceso de conocimiento normalmente desarrollado, decidiendo sobre el fundamento de las
pretensiones hechas valer por las partes, sin perjuicio del tratamiento de cuestiones previas que no pudieron
ser resultas como artículos de especial pronunciamiento.

Alsina dice que para que haya sentencia es necesario que el acto revista ciertos caracteres:

1) Debe ser de un juez cuya jurisdicción emane de la ley, por eso las resoluciones de los árbitros no se
llaman sentencias, sino laudos.
2) Debe referirse a un caso concreto controvertido, los jueces no hacen declaraciones abstractas, y en
los juicios de jurisdicción voluntaria no resuelven, sino que interponen su autoridad para la eficacia
del acto.
3) La controversia debe ser judicial, de ahí que la determinación del precio por un tercero en la
compraventa, no constituye una sentencia.
La sentencia es el acto por el cual el Estado resuelve con carácter definitivo una controversia entre las partes.
Para ello está investido de COSA JUZGADA Y FUERZA EJECUTORIA. Tiene el carácter de cosa juzgada
porque la cuestión decidida no puede ser discutida nuevamente a través de otro juicio, y el carácter de fuerza
ejecutoria, se da a los fines de poder lograr el cumplimiento de la sentencia.

Por medio de la sentencia, la voluntad abstracta de la ley se hace real y opera en concreto. El juez es la voz
del estado, que dice la justicia en el caso particular. La sentencia es el juicio y como tal, un acto de inteligencia
y voluntad.

CLASIFICACIÓN: TENIENDO EN CUENTA LA NATURALEZA DE LA PRETENSIÓN SE DISTINGUEN, 1)


SENTENCIAS DE CONOCIMIENTO Y DE EJECUCIÓN.

A) Las de CONOCIMIENTO, a su vez comprenden tres tipos de sentencias distintos: DECLARATIVAS,


CONSTITUTIVAS, Y DE CONDENA.
-SENTENCIAS DECLARATIVAS: Son aquellas que eliminan la falta de certeza acerca de la existencia,
eficacia, modalidad, o interpretación o estado jurídico. Dentro de este tipo encontramos las que declaran la
NULIDAD o la SIMULASIÓN de un acto jurídico, la falsedad de un documento, el alcance de una cláusula
contractual, la adquisición de la propiedad por prescripción.

-SENTENCIAS CONSTITUTIVAS: Estas sentencias, crean un estado jurídico nuevo, ya sea haciendo cesar el
existente, modificándolo o extinguiéndolo por otro. Ejemplos de esta categoría son, las sentencias de divorcio,
separación de bienes, adopción etc.

-SENTENCIAS DE CONDENA: Estas establecen el cumplimiento de una prestación, ya sea de dar, hacer, o
no hacer. A través de ellas, se impone al obligado cumplir una determinada prestación, consistentemente en
realizar determinado acto o abstenerse de hacerlo.

b- SENTENCIAS EJECUTIVAS O DE EJECUCIÓN: Establecen el cumplimiento de una condena o las


que ordenan la efectivización de un título ejecutivo que trae aparejada la ejecución. Son propias del
procedimiento de ejecución de sentencia y de los juicios ejecutivos.
2) SEGÚN EL ÉXITO OBTENIDO: ESTIMATORIAS O DESESTIMATORIAS
Se tiene en cuenta el resultado obtenido en el proceso respecto de la pretensión principal. ESTIMATORIAS
son aquellas que satisfacen la pretensión del actor y DESESTIMATORIAS las que lo deniegan.
3) SEGÚN ADMITAN RECURSOS O NO EN CONTRA DE ELLAS: FIRMES Y NO FIRMES.
Se hace hincapié en la admisión o no de la interposición de recurso en contra de la sentencia. Las sentencias
FIRMES no los admiten, y las NO FIRMES pueden ser impugnadas.
4) SEGÚN LA INSTANCIA EN QUE SE DICTA: PRIMERA INSTANCIA, SEGUNDA INSTANCIA,
ULTERIOR INSTANCIA.
Esta clasificación toma en cuenta el grado jurisdiccional en que se dictan, por cuanto los ordenamientos
procesales rodean de distintos recaudos y solemnidades para dicho acto, según sea la instancia en que se
dicten.
5) SEGÚN LOS EFECTOS DE LA SENTENCIA: FUERZA DE COSA JUZGADA FORMAL O COSA
JUZGADA MATERIAL.
Pueden clasificarse en aquellas susceptibles de adquirir fuerza de cosa juzgada formal o cosa juzgada
material. Ejemplo de la primera, se encuentran las recaídas en el juicio ejecutivo, y de las segundas, las
dictadas en juicio ordinario, en un procedimiento civil.
FUNDAMENTACIÓN: El artículo 326 C.P.C , expresa que “ toda decisión definitiva deberá tener
fundamentación lógica y legal, bajo pena de nulidad”. Este artículo incorpora el requisito constitucional que le
impone a los tribunales el art 155 de la constitución provincial de resolver las causas con fundamentación
lógica y legal.
La fundamentación de la sentencia es la justificación de la parte dispositiva, a través de la cual el juez trata de
demostrar que la decisión del caso se ajusta a derecho.
Fundar es justificar, es apoyar una cosa con motivo y razones eficaces.
La fundamentación aparecerá estructurada como una concatenación de puntos decisivos, justificados todos y
cada uno de ellos con argumentos de forma lógica, que presentan la decisión final de la sentencia como el
resultado de un razonamiento ordenado tendiente a demostrar su validez.
Para que la fundamentación sea válida, es indispensable que sea:
A) Expresa: el juez tiene el deber de consignar las razones que lo deciden, expresando sus propios
argumentos con relación al caso juzgado.
B) Clara: El pensamiento del juzgador debe ser aprehensible, comprensible y examinable y no dejar
lugar a dudas sobre las ideas que expresa. Para ello, debe utilizar un lenguaje llano.
C) Completa: Debe abarcar los hechos y el derecho. Respecto de los hechos, el juez en primer
lugar, fija los hechos, dando las razones que llevan a una conclusión afirmativa o negativa sobre
la existencia de esos hechos de la vida a la cual las partes le han atribuido relevancia jurídica.
Para ello, confronta los hechos con la prueba. Emplea las pruebas incorporadas al proceso, mencionándolas y
sometiéndolas a valoración crítica. El juez sólo analiza los hechos alegados por las partes, y sólo la prueba
rendida en autos. El art. 327 C.P.C. estable “ No tendrá el deber de expresar en la sentencia la valoración de
todas las pruebas producidas, sino únicamente de las que fueren esenciales y decisivas para el fallo de la
causa”.
La sentencia deberá fundarse en el texto expreso de la ley, y a falta de éste en los principios jurídicos de la
legislación vigente en la materia respectiva, y en defectos de éstos, en los principios generales del derecho,
teniendo en consideración las circunstancias del caso.
El juez debe justificar en el texto de la ley la conclusión jurídica. Se deben mencionar los artículos de la ley
que se aplica y que justifica la decisión.

d) Legítima: Debe estar basada en pruebas legales y válidas.

e) Lógica: El juez debe observar en la sentencia las reglas del recto entendimiento humano que presiden la
elaboración racional de los pensamientos. Al respecto el art. 327 del C.P.C. establece “ salvo disposición legal
en contrario los tribunales formarán su convicción respecto de la prueba, de conformidad con las reglas de la
sana crítica racional”.

Esta regla nos conduce al descubrimiento de la verdad por los medios que aconsejan la recta razón y la
lógica, vale decir, el criterio racional puesto en ejercicio, ya que en la estructura esencial del fallo, deben
respetarse tanto los principios fundamentales del ordenamiento lógico, las leyes de la coherencia y la
derivación, como las reglas empíricas de la experiencia, el sentido común y la psicología, todos ellos
considerados como instrumentos del intelecto humano que permiten la aproximación a la certeza.

Conclusión: el juez debe partir de los hechos estableciendo cuáles son conducentes, cuáles han sido
reconocidos y cuáles resultan probados mediante el conocimiento y la meritación de la prueba. En la
comprobación y en la calificación de los hechos, no intervienen solamente deducciones lógicas, sino también
juicios de valor del propio juez. Luego de la fijación de los hechos, el sentenciante aplica el derecho.

PRINCIPIO DE CONGRUENCIA: El tribunal al resolver la cuestión sometida a decisión, debe hacerlo de


acuerdo al imperativo de congruencia, que es “ El principio normativo que delimita el contenido de las
resoluciones judiciales que deben proferirse, de acuerdo con el sentido y alcance de las peticiones formuladas
por las partes ( en lo civil, laboral y contencioso administrativo) o de los cargos o imputaciones penales
formulados contra el sindicado o imputado, sea de oficio o por instancia del Ministerio Público o del
denunciante o querellante (en el proceso penal), para el efecto de que exista identidad jurídica entre lo
resuelto y las pretensiones o imputaciones y excepciones o defensas oportunamente aducidas, a menos que
la ley otorgue facultades especiales para separarse de ellas”.
La congruencia se cumple en la medida en que la sentencia o resolución judicial se pronuncie en relación a lo
que ha sido objeto de pretensión y resistencia a ésta. En otras palabras, sólo es congruente el fallo que se
expide de conformidad a la pretensión del actor y la defensa esgrimida por el demandado, o a la acusación si
se trata de un proceso penal, o a los escritos presentados por las partes con motivo de algún incidente
suscitado durante durante el decurso del proceso.

La cosa juzgada. Clases

Palacio la define como la inmutabilidad o irrevocabilidad que adquieren los efectos de la sentencia definitiva
cuando contra ella no procede ningún recurso ordinario o extraordinario susceptible de modificarla, o ha sido
consentida por las partes. No es un efecto de la sentencia sino la irrevocabilidad de los efectos de aquélla o
de cualquier resolución jurisdiccional que ha quedado firme.

Clases

Cosa juzgada en sentido formal: se configura cuando a pesar de ser firme e irrevocable la sentencia dentro
del proceso en el cual se dictó, sin embargo la causa allí resuelta puede ser nuevamente discutida en un
proceso ulterior. Es decir, carece del atributo de indiscutibilidad. Tal es el caso de la sentencia dictada en un
juicio ejecutivo que, sin embargo, y a pesar de que se proceda a la ejecución ordenada en ella, permite que la
causa sea discutida por vía ordinaria. Esto ocurre porque en el juicio ejecutivo no se permite discutir la causa
de la obligación y por ende, se trata de cuestiones no resueltas que ameritan la sustanciación de otro proceso.
La doctrina entiende que no estamos ante una autoridad de cosa juzgada.

Cosa juzgada material o sustancial: se trata de aquella sentencia que ha quedado firme, es irrevocable y no
admite discusión posterior por la misma causa; no se puede ir más allá, no admite supuesto contrario alguno;
en consecuencia, es un presupuesto de la conclusión que torna vano todo logicismo que intente desconocerla.

La impugnación procesal. Definiciones, fundamentos, efectos

El instiuto denominado “impugnación”, es definido por Couture como el poder y actividad de atacar, tachar o
refutar un acto del proceso judicial (por ejemplo: un documento, una declaración testimonial, un dictamen de
peritos, un proceso, etc.) con el fin de obtener su revocación o invalidación. Dentro del concepto de
impugnación, que constituye el género están comprendidos como especies: los recursos (como el de
apelación, casación, directo), los incidentes de reposición y aclaratoria, el incidente de nulidad (art. 76 y ss.
del C.P.C.Cba.); la acción de revisión, denominada incorrectamente por l art. 395 del CPC como ”recurso” y
las excepciones o defensas que puede ejercer el demandado. Desde un punto de vista didáctico, el análisis
de la impugnación procesal debe dar respuesta a estas preguntas: Quién impugna? Qué se impugna? Cómo
se impugna? Cómo se tramita la impugnación? Desde un punto de vista subjetivo y a los fines de responder a
la primer pregunta, se puede conceptualizar a la impugnación procesal como la facultad que la ley confiere a
las partes, y excepcionalmente a los terceros interesados, para obtener por el mismo juez u otro superior, la
invalidación del acto procesal irregularmente cumplido, o la revocación, modificación o sustitución de la
resolución jurisdiccional injusta. El requisito indispensable para la procedencia de la impugnación es la
existencia del “agravio” o “gravámen”. Entendiéndose por agravio la injusticia, la ofensa, el perjuicio material o
moral que ocasiona al impugnante el acto atacado. Así como el interés es la medida de la acción, el agravio
es la medida de la impugnación. En materia de recursos, el agravio está representado por el rechazo total o
parcial de las pretensiones hechas valer en el proceso por el recurrente. Al respecto, el primer párrafo del art.
354 C.P.C.Cba., dispone que sólo podrá recurrir la parte que tuviere un interés directo. Este interés directo es
el “agravio” o “gravamen” antes referenciado, es decir, aquél que se tiene con respecto a la resolución que se
considera injusta o ilegal. Así por ejemplo, una de las partes no podrá agraviarse de la sentencia que acogió
su pretensión porque ésta se fundó en una doctrina distinta a la que ella sustentó en el proceso, o porque, por
ejemplo la sentencia acogió una sola de las tres causales de divorcio en que se fundó la pretensión contenida
en la demanda.

Fundamentos

Motivos o causales de impugnabilidad: alude a la pregunta ¿qué se impugna? . La impugnación en general y


el recurso en particular, procuran eliminar errores o vicios inherentes a ciertos actos procesales. El error en
materia procesal, visto desde el punto de vista de la función del juez, puede afectar un doble orden de
intereses: o es un error en la apreciación de la norma jurídica aplicable al caso, o es un error en la tramitación
del proceso. En el primer caso, el error consiste en la aplicación de la norma jurídica y entonces afecta la
justicia de la sentencia, “error in indicando”.

En el segundo, el error consiste en el apartamiento o quebrantamiento de las formas procesales establecidas,


y entonces afecta la validez de la sentencia, la validez formal de la misma: “error in procedendo” En el primer
caso, los errores de la justicia de la sentencia se remedian mediante los medios impugnativos cuyo arquetipo
es el recurso de apelación, por ej: sentencia injusta porque no aplicó bien la ley que resuelve la cuestión (art.
1109 por ej); en el segundo, no se trata de reparar una injusticia, sino de mantener las formalidades legales,
establecidas como garantía del justiciable (por ejemplo, la defensa en juicio), y la impugnación típica es la
nulidad (mediante incidente, recurso o acción impugnativa), la cual privando la eficacia del acto, restablece la
imperatividad formal del proceso.

En síntesis, mediante el poder de impugnación se procura que los actos procesales (resoluciones judiciales,
actos de partes y de terceros intervinientes en el proceso) sean justos, como condición indispensable para
obtener la paz social, pero además de justos, que los mismos respeten las disposiciones establecidas por las
leyes de procedimiento, como medio de salvaguardar en última instancia, los derechos y garantías
constitucionales (derecho al debido proceso adjetivo, derecho de defensa en juicio, derecho al juez natural,
derecho a la “nulla poena sine previa lege”) Es decir, que los actos procesales vistos en su faz dinámica
deben respetar os principios técnicos jurídicos por los cuales se orientan en el proceso moderno, pero además
de ello, se requiere que el acto procesal sea “justo” en cuanto a su conformidad con las reglas éticojurídicas
por las cuales se determina la licitud o ilicitud de la conducta humana, con el fin último de proveer a una mayor
tranquilidad del orden establecido.

El acto impugnativo: La tercera de las preguntas planteadas: Cómo se impugna?, requiere analizar la facultad
de impugnar que se traduce en una actividad que ha de desarrollar el impugnante, dentro del tiempo hábil
establecido en la ley procesal para evitar que se produzca el efecto preclusivo, y con ello, la caducidad de esa
facultad. El acto impugnativo, siguiendo a Zinny, consta de dos partes, que pueden o no cumplirse
simultáneamente, según sea la previsión legal.
La primera es la manifestación de voluntad de impugnar, que se exterioriza en la concreta interposición de la
impugnación (por ej: la interposición del recurse de apelación); la segunda, es la expresión de los agravios, es
decir, la indicación de las razones por las cuales el agraviado considera afectado o perjudicado su derecho
con el acto procesal impugnado. La expresión de agravios consiste en el desarrollo de una línea argumental
con la que el impugnante intenta demostrar mediante una crítica concreta, precisa y circunstanciada, la
existencia del error o vicio que imputa al acto procesal atacado, en virtud del cual sufre el agravio que
expresa, proponiendo además, el impugnante, fundadamente la solución que estima correcta.

Admisibilidad: La impugnación, como toda actividad de las partes, para ser eficaz requiere de una actuación
del tribunal, que se conoce con el nombre de juicio de admisibilidad. Una vez interpuesta la impugnación, el
tribunal que dictó el pronunciamiento cuestionado deberá resolver sobre su admisión, para conceder o
denegar dicha impugnación.

Las condiciones que debe cumplir el acto impugnativo par que no sea declarado inadmisible son las
expresamente previstas por la ley, a más de las que surjan de los principios generales: resolución recurrible
(impugnación objetiva), tener el recurrente legitimación (impugnación subjetiva, por ejemplo: ser parte o tercer
afectado), regularidad y completividad del acto (formalidad, como en el recurso de reposición que debe
fundarse en el mismo acto que se interpone), cumplimiento en el plazo fijado (oportunidad). Esas condiciones
de admisibilidad varían de un medio impugnativo a otro.

El juicio de admisibilidad no es definitivo cuando se trata de un recurso en el sentido estricto (que tiene efecto
devolutivo), pues aunque el tribunal “a quo” o inferior haya concedido el recurso, el tribunal “ad quem” o
superior podrá denegarlo con el argumento de que el recurso no debió ser admitido. En este sentido el
segundo párrafo del art. 355 del C.P.C.Cba. establece que “si el recurso hubiera sido erróneamente
concedido, el superior así lo declarará sin pronunciarse sobre el fondo”

Efectos

El estudio de los efectos de las impugnaciones en general y de los recursos en particular, significa analizar las
consecuencias inmediatas de la instancia impugnativa o recursiva. Debemos tener en cuenta que los efectos
que desarrollaremos tienen cada uno de ellos su efecto opuesto, pudiendo en muchos casos aplicarse uno de
los efectos a la regla y el otro a las excepciones cuando ambos funcionan para el mismo medio o vía
impugnativa, como ej: el recurso de apelación tiene por regla efecto suspensivo o excepcionalmente no
suspensivo (art. 558 del CPCCba), o ese recuso tiene por regla tramitación inmediata (art 368 y ss del mismo
cuerpo adjetivo) y como excepción el carácter diferido.

Efecto devolutivo o no devolutivo

Se entiende por efecto devolutivo la remisión del fallo apelado al superior que está llamado, en el orden de la
ley, a conocer de él. No hay propiamente devolución, sino envío para el reexamen. La jurisdicción se desplaza
del juez recurrido al juez que debe intervenir en la instancia superior. Digamos que sobre el fundamento del
recurso debe escrutar y expedirse, por regla general, un órgano jurisdiccional distinto y de mayor jerarquía
(tribunal de alzada o ad quem) que el que dictó la resolución impugnada (a quo). Es el denominado efecto
devolutivo. Este efecto es típico de los recursos propiamente dichos y conlleva el efecto suspensivo. Cuando
adolece de este efecto devolutivo, más que recurso es un incidente.

Efecto suspensivo o no suspensivo

Consiste en la paralización provisional de las consecuencias del acto atacado una vez interpuesta la
impugnación de que se trata y hasta tanto la misma sea resuelta. Para evitar que la posible injusticia de la
resolución recurrida se comience a consolidar durante el trámite del recurso, se dispone, de ordinario, que se
suspenda la ejecución de lo resuelto por el pronunciamiento recurrido, durante el plazo acordado para
impugnar, y si esto ocurre, también durante el tiempo de sustanciación del recurso. Lo que se suspende con la
interposición de la impugnación no es el desarrollo del proceso, sino lo que ha dispuesto la resolución
impugnada. Como lo adelantamos más arriba, un mismo recurso puede tener por regla el efecto suspensivo,
pero también a veces y a modo de excepción ser no suspensivo. Por ej., una excepción al efecto suspensivo
del recurso reapelación, se encuentra en el proceso por alimentos y litis expensas, donde se procura proteger
al beneficiado de esas prestaciones.

Medios Impugnativos: Incidente, recurso y acción. Clasificación. Vías recursivas ordinarias y extraordinarias.
Acción impugnativa.

El poder de impugnación puede ponerse en práctica a través de diversas vías o medios procesales, que se
denominan “vías impugnativas”. Ellas son:

El incidente impugnativo: el de reposición, aclaratoria, incidente de nulidad, implican por regla, la no


devolución a otro tribunal de superior jerarquía, procurándose por vía del incidente, que el mismo tribunal de la
resolución impugnada o del acto defectuoso, la revoque o anule por “contrario imperio”, o corrija algún error
material, aclare un concepto oscuro o supla una omisión (en el caso de la aclaratoria: art. 336 del CPCCba.), o
declare la nulidad de un acto procesal defectuoso (en el caso del incidente de nulidad art. 76 y ss del
CPCCba) El incidente impugnativo y el recurso tienen en común que se interponen contra resoluciones no
firmes, impidiendo que adquieran fuerza de cosa juzgada, pero se diferencian por su objeto, ya que mientras
el incidente puede deducirse contra un acto procesal (por ej., contra una notificación defectuosa) o contra un
procedimiento; el recurso, en cambio, sólo puede tener por objeto decisiones judiciales y mediante él se
procura que un tribunal de superior jerarquía al que dictó la resolución cuestionada controle la legalidad y
justicia del mismo.

El recurso:

En sentido estricto, implica devolución, y por regla tiene efecto suspensivo. Con la admisibilidad del recurso se
abre la competencia funcional por grado del tribunal superior. Procede contra las resoluciones judiciales
(sentencias, autos o decretos) y persigue la revocación, modificación, sustitución o invalidación de la
resolución impugnada. Los medios recursivos son la apelación, casación, la inconstitucionalidad y el directo.

Demanda o acción impugnativa: Importa el ejercicio del poder de acción procesal cuyo contenido es una
pretensión invalidatoria contra la cosa juzgada írrita fundada en los motivos previstos por la ley (art. 395 del
CPCCba) que se interpone y tramita ante el Tribunal Superior (art. 397 CPCCba). Clariá Olmedo opina que la
acción impugnativa, además de atacar una sentencia que ha pasado en autoridad de cosa juzgada (revisión),
también puede dirigirse contra la ilegitimidad de una decisión dictada por la Administración Pública, que ha
quedado firme luego de haberse agotado la vía administrativa, que es lo que se conoce como demanda
contencioso administrativa.

Recursos y Acción Impugnativa:


RECURSO DE REPOSICIÓN: artículo 358 y siguientes.
Artículo 358. - El recurso de reposición procederá contra los decretos o autos dictados sin
sustanciación, traigan o no gravamen irreparable, a fin que el tribunal que los haya dictado, cualesquiera fuere
su grado, los revoque por contrario imperio.

Trámite.
Artículo 359. - El recurso deberá interponerse dentro de los tres días siguientes al de la notificación
de la providencia y el tribunal dictará la resolución previo traslado por igual plazo. Cuando la procedencia o
improcedencia del recurso fuese manifiesta, el tribunal podrá resolverlo sin sustanciación, mediante simple
providencia fundada.
Contra las resoluciones dictadas en el transcurso de una audiencia el recurso se interpondrá,
tramitará y resolverá en el mismo acto.
Cuando la resolución dependiera de hechos controvertidos, excepcionalmente el tribunal abrirá previamente a
prueba por un plazo que no excederá de diez días.

Artículo 360. - El recurso de reposición suspende los efectos de la resolución recurrida, salvo cuando
el recurso de apelación subsidiario que fuere procedente no tenga efecto suspensivo.

En síntesis:
El recurso de Reposición, permite al tribunal enmendar sus propios errores. Procederá contra los
decretos o autos dictados sin sustanciación, traigan o no aparejado gravamen irreparable, a fin de que el
tribunal que los haya dictado los revoque por contrario imperio. Se interpone fundado dentro de los 3 días.
(Sin sustanciación es sin traslado previo).
Reposición con apelación en subsidio: el agraviado pretende que el juez revoque por contrario
imperio, pero que en caso de que ello no suceda, conceda la apelación para que el tema sea reexaminado por
la cámara.
También puede el agraviado interponer solo reposición: está renunciando a la segunda instancia.
Confía que esta no será necesaria.
Y como ultima alternativa, puede el agraviado, interponer apelación directa: cuando entienda que la
reposición será una pérdida de tiempo, porque el juez va a insistir con su postura. Entonces apela
directamente para que la cámara resuelva.

RECURSO DE APELACIÓN Y NULIDAD: artículos 361 y 362.


EL RECURSO DE APELACIÓN: tiene por objeto obtener del órgano jerárquico superior, la
revocación o modificación de una resolución que causa un agravio y que fue dictada por el juez de primera
instancia.

Procedencia:
Artículo 361. - El recurso de apelación, salvo disposiciones en contrario, procederá solamente
respecto de:
1. Las sentencias.
2. Los autos.
3. Las providencias simples que causen gravamen que no pueda ser reparado por la sentencia.

Artículo 362. El recurso de apelación comprende los vicios de nulidad de las resoluciones por
violación de las formas y solemnidades que prescriben las leyes.
Declarada la nulidad, la Cámara resolverá el fondo de la cuestión litigiosa.
El recurso debe interponerse por escrito, ante el mismo juez que dictó el acto que se impugna y se
puede hacer por diligencia, el plazo para interponer el mismo es de 5 días de la notificación de la sentencia.
Una vez interpuesto el juez verifica que se haya interpuesto en termino y que la resolución es
apelable, y concede la admisión del recurso por ante la cámara de apelación.
El recurso es concedido generalmente con efecto suspensivo, a menos que la ley disponga lo
contrario, y lo que puede disponer, es que sea sin efecto suspensivo, lo que significa que puede tener efecto
devolutivo ya que el juez, opone al efecto suspensivo, el efecto devolutivo., cuando se dice que es devolutivo,
significa que no se suspende las actuaciones principales, tramitándoselo por cuenta separada. Si el decreto o
auto de que se trate no hubiese sido sustanciado, el recurso de apelación, puede interponerse en forma
subsidiaria con el recurso de reposición.

RECURSO DE CASACIÓN: artículo 383 y siguientes.


El objeto del recurso de casación, es atacar las sentencia contradictorias, en los casos en que la ley
considere expresamente o que los intereses de las partes no estén garantizados, con la decisión de los
tribunales inferiores.

Artículo 383. - Procedencia. El recurso de casación procederá por los siguientes motivos:
1. Que la decisión se hubiere dictado violando los principios de congruencia o de fundamentación
lógica y legal, o que se hubiere dictado con violación de las formas y solemnidades prescriptas para
el procedimiento o la sentencia. No procederá si el recurrente hubiere concurrido a producirla,
aceptado los actos nulos, o que éstos, no obstante la irregularidad, hubieren logrado la finalidad a
que estaban destinados; o no resultare afectada la defensa en juicio.
2. Que se hubiere violado la cosa juzgada.
3. Que el fallo se funde en una interpretación de la ley que sea contraria a la hecha, dentro de los
cinco años anteriores a la resolución recurrida, por el propio tribunal de la causa, por el Tribunal
Superior de Justicia, un Tribunal de Apelación en lo Civil y Comercial, u otro Tribunal de Apelación o
de instancia única de esta Provincia. Si el fallo contradictorio proviniere de otra sala del Tribunal
Superior de Justicia, o de un Tribunal de otro fuero, el Tribunal de Casación se integrará con la Sala
Civil y con la sala que corresponda del Tribunal Superior de Justicia.
4. Que el fallo contraríe la última interpretación de la ley hecha por el Tribunal Superior de Justicia en
ocasión de un recurso fundado en el inciso precedente.

Artículo 384. - Resoluciones recurribles. El recurso de casación podrá interponerse contra las sentencias
definitivas, los autos que pongan fin al proceso, hagan imposible su continuación o causen un gravamen
irreparable, dictados por la Cámara.
También procederá, en los supuestos previstos en los incisos 3) y 4) del Artículo anterior, aunque la
resolución recurrida no fuera definitiva.
No se entenderá por sentencia definitiva la que se dicte en los juicios que, después de terminados,
no obsten a la promoción de otros sobre el mismo objeto.

Tramite:
El recurso de casación se debe interponer por escrito dentro de los 15 días de la notificación de la sentencia,
por ante el tribunal que hubiere dictado la resolución que se ataca y bajo sanción de inadmisibilidad: debiendo
contener:
- El motivo en que se funda y los argumentos que se sustentan cada motivo.
- La aplicación e interpretaron del derecho que se pretende.
- La constitución de un domicilio dentro del radio del tribunal.

Motivos de la casación:
1. Por violación al principio de congruencia.
2. Violación al principio de fundamentación lógica y legal.
3. Violación de las formas y solemnidades prescriptas para el procedimiento.
4. Violación de las formas y solemnidades prescriptas para la sentencia.
5. Por violación de la cosa juzgada.
6. Por sentencias contradictorias, ante idénticas situaciones fácticas, que el fallo que se trae a
confrontación haya sido dictado dentro de los 5 años.
7. Por último, por apartamiento de la doctrina legal del superior tribunal.

Trámite:
El recurso se interpone ante el tribunal de sentencia, dentro de los 5 días de notificada.

RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD PROVINCIAL: artículo 391 y siguientes.


El objeto de este recurso es atacar una sentencia definitiva, porque vulnera una norma de la
Constitución Provincial.
El recurso de inconstitucionalidad procede por los siguientes motivos:

Artículo 391. - Procedencia. El recurso de inconstitucionalidad procederá por los siguientes motivos:
1. Cuando en el proceso se haya cuestionado la validez de una ley, decreto, ordenanza o reglamento, bajo la
pretensión de ser contrarios a la Constitución.
2. Cuando en el proceso se haya puesto en cuestión la inteligencia de alguna cláusula de la Constitución y la
decisión haya sido contraria a la validez del título, derecho, garantía o exención que sea materia del caso y
que se funde en esa cláusula.
Artículo 392. - Resoluciones recurribles. El recurso de inconstitucionalidad procederá contra las
resoluciones de la Cámara a que hace referencia el primer párrafo del Artículo 384 con la limitación
establecida en la última parte del mismo artículo. El Artículo 384 se refiere al recurso de casación:
Artículo 384. – Resoluciones recurribles. El recurso de casación podrá interponerse contra las
sentencias definitivas, los autos que pongan fin al proceso, hagan imposible su continuación o causen un
gravamen irreparable, dictados por la Cámara.
También procederá, en los supuestos previstos en los incisos 3) y 4) del Artículo anterior, aunque la
resolución recurrida no fuera definitiva.
No se entenderá por sentencia definitiva la que se dicte en los juicios que, después de terminados,
no obsten a la promoción de otros sobre el mismo objeto.

Trámite:
Artículo 393. - El recurso se sustanciará por el trámite previsto para el de casación. Cuando fuese
concedido, se elevarán los autos al Tribunal Superior de Justicia quien resolverá, previa vista al fiscal general
por el plazo de diez días.
Después se le da exactamente el mismo trámite que para el recurso de casación.

RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD NACIONAL: artículo 14, 15 y 16 de la ley


48.
El objeto de este recurso es atacar la sentencia definitiva, porque vulnera una norma de la
Constitución Nacional.
Este recurso es excepcional porque saca una cuestión de su jurisdicción natural para llevarla a
resolver en otra.
De acuerdo a lo que dispone el artículo 14 de la ley 48, la corte suprema de justicia de la nación,
funciona como tribunal de casación, debiendo anular, resolver sobre el fondo de la cuestión o hacer cumplir el
punto cuestionado.
Este recurso procede cuando se cuestiona la validez de un tratado, de una ley del Congreso de la
Nación o de una autoridad ejercida en nombre de la nación y la decisión sea contra su validez.

Trámite:
El recurso se interpone ante el tribunal de sentencia, dentro de los 5 días de notificada.
PROCEDIMIENTOS:
- ORDINARIOS (417)
- GENERALES (Art. 411 C.P.C.)
- ABREVIADOS (418)
- DECLARATIVOS (Art.409 C.P.C)
- ESPECIALES: (Art. 412 CPC) Para determinadas relaciones de derecho
- CONTENCIOSOS (Art. 408 CPC)
- GENERALES (Art.414, 526 y ss CPC)
- EJECUTIVOS (Art. 409 CPC)
- ESPECIALES (Art. 414, 801 ss CPC)

- Vías recursivas ordinarias y extraordinarias. Incidentes. Procedencia. Vías complementarias:


Aclaratoria e interpretación. Queja.

El recurso:
Acto procesal por el cual, la parte que se considera agraviada por una resolución judicial, pide su reforma
o anulación, sea al mismo tribunal o a un tribunal jerárquicamente superior.
ORDINARIOS: se conceden ante el mismo juez o ante el tribunal de apelación para reparar todo tipo de
omisión, error o vicios de procedimiento. Ej.: aclaratoria, reposición o revocatoria, apelación, nulidad, y directo
o de queja.
EXTRAORDINARIOS: Son modos particulares y limitados de impugnación, sólo proceden ante motivos
concretos y preestablecidos por la ley. Se conceden respecto a cuestiones específicamente determinadas por
la ley. En cuanto a los efectos pueden ser:
- DEVOLUTIVO o NO DEVOLUTIVO
- SUSPENSIVO o NO SUSPENSIVO
- PERSONAL / EXTENSIVO o COMUNICANTE.
- INMEDIATO o DIFERIDO.

RECURSO DE ACLARATORIA: remedio procesal con que cuentan las partes para peticionar que el
mismo juez mediante su modificación parcial, adecue la res. judicial a los hechos y al derecho aplicable.
RECURSO DE REPOSICION O REVOCATORIA: Tiene como finalidad que el tribunal revoque, deje sin
efecto, modifique o confirme una resolución. Evita los gastos y demoras que supone la segunda instancia.
RECURSO DE APELACION: remedio procesal tendiente a obtener que un tribunal jerárquicamente
superior, revoque o modifique una resolución judicial que se estima errónea.
RECURSO DE NULIDAD: se encuentra comprendido en la apelación. Procede por defectos formales, y
se tramita conjuntamente con la apelación.
RECURSO DE CASACION: Medio de impugnación de la sentencia con particularidades especiales. Es
un medio de impugnación por el cual una parte postula la revisión de los errores jurídicos atribuidos a la
sentencia de mérito que la perjudica, reclamando la correcta aplicación de la ley, o la anulación de la
sentencia y una nueva decisión. Es una vía extraordinaria que como regla solo habilita el control de las
cuestiones de derecho, y no las de hecho.
RECURSO DIRECTO O DE QUEJA: ha sido definido como la instancia que se interpone cuando el juez
deniega la admisión de un recurso ordinario, que procede con arreglo a derecho.
RECURSO DE INSCONSTITUCIONALIDAD: remedio extraordinario de carácter procesal instituido para
mantener la supremacía de la constitución. El recurso de inconstitucionalidad tutela para que se mantengan
incólumes las garantías y los principios rectores de la constitución, el recurso de casación tutela el control de
legalidad sobre las cuestiones de derecho y mantiene la uniformidad de la jurisprudencia.
Vías recursivas extraordinarias

Casación

El recurso de casación es el medio de impugnación por el cual, por motivos de derecho específicamente
previstos por la ley, una parte postula la revisión de los errores jurídicos atribuidos a la sentencia de mérito
que la perjudica, reclamando la correcta aplicación de la ley sustantiva, o la anulación de la sentencia, y una
nueva decisión, con o sin reenvío a nuevo juicio. Es un recurso extraordinario en cuanto no implica, la
posibilidad del examen y resolución ex novo de todos los aspectos, sino que dicho examen se limita a las
cuestiones nacidas de la aplicación de la ley sustantiva o procesal y procede para corregir errores de derecho
que vicien la resolución impugnada. De dicho carácter extraordinario se desprende también la imposibilidad de
introducir en el procedimiento actos de prueba. El art. 383 del CPCCba establece que el recurso de casación
procederá por los siguientes motivos:

-Que la decisión se hubiere dictado violando los principios de congruencia o de fundamentación lógica y legal,
o que se hubiere dictado con violación a las formas y solemnidades y prescriptas para el procedimiento o la
sentencia. No procederá si el recurrente hubiere concurrido a producirla, aceptando los actos nulos, o que
éstos, no obstante la irregularidad hubieren logrado la finalidad a que estaban destinados; o no resultare
afecta la defensa en juicio.

Violación al principio de congruencia: el principio indica que debe existir una correlación entre la pretensión y
la decisión.

Falta de fundamentación lógica y legal: la sentencia debe ser necesariamente fundada, pero esa
fundamentación debe enmarcarse, además, dentro de las reglas de la sana crítica racional. Este motivo
conduce a considerar arbitraria a la sentencia y, con ello, a abrir otra vía recursiva distinta de la casación –
inconstitucionalidad por arbitrariedad de la sentencia.

Violación de las formas y solemnidades prescriptas para el procedimiento o la sentencia: se trata de todos
aquellos actos cuya inobservancia está sancionada con inadmisibilidad, caducidad, preclusión o nulidad.

-Que se hubiere violado la cosa juzgada.

-Que el fallo se funde en una interpretación de la ley que sea contraria a la hecha, dentro de los cinco años
anteriores a la resolución recurrida, por el propio tribunal de la causa, por el Tribunal Superior de Justicia, un
tribunal de apelación en lo civil y comercial, u otro tribunal de apelación o de instancia única de esta provincia.
Si el fallo contradictorio proviniere de otra sala del Tribunal Superior de Justicia, o de un tribunal de otro fuero,
el tribunal de casación se integrará con la Sala Civil y con la sala que corresponda, del Tribunal Superior de
Justicia.

-Que el fallo contraríe la última interpretación de la ley hecha por el Tribunal Superior de Justicia en ocasión
de un recurso fundado en el inciso precedente.
Ahora bien, ¿qué resoluciones son recurribles por éste medio??? Las sentencias definitivas Los autos que
pongan fin al proceso, hagan imposible su continuación o causen un gravamen irreparable, dictados por la
cámara. Resoluciones no definitivas, sólo por los motivos de los incisos 3 y 4 del art. 383 del CPCCba.

Incidentes: procedencia y clases

Las cuestiones incidentales son aquellas oposiciones de razones o argumentos sobre un tema, es una
propuesta para averiguar la verdad de algo controvertido. Es toda cuestión o controversia conexa con la
principal que va a ser resuelta en forma autónoma.

Se diferencia de las cuestiones prejudiciales, en que estas últimas tienen que ser incidentalmente resueltas
por el mismo o por otro tribunal, a efectos de poder tramitar o resolver en el orden civil o en el derecho penal
la cuestión principal sometida a juicio. Las cuestiones prejudiciales dan lugar a los incidentes de previo y
especial pronunciamiento y a las excepciones dilatorias y perentorias.

Según el art. 426 del CPCCba, “los incidentes son cuestiones que se suscitan durante la tramitación de un
pleito y que tienen alguna conexión con él. Se sustancia por el trámite del juicio abreviado, si no tienen una
tramitación especial. Pueden plantearse antes, durante la tramitación del juicio a que se refieren, o también en
la etapa de ejecución de sentencia.

Desde el punto de vista de su regulación formal y de su tramitación, a los incidentes se los distingue entre:
Nominados e innominados: dependiendo si están regulados en la ley procesal, con nombre determinado o si
no tienen cabida legalmente.

Autónomos o genéricos: según la ley procesal los considere o no en forma específica: autónomos, es decir
que son objeto de una regulación legal como por ejemplo la recusación con causa. Genéricos, son las
cuestiones que tiene relación con el objeto principal del juicio pero que no se encuentran sometidos a un
procedimiento especial. Incidentes suspensivos: Son los que impidieren la prosecución de la causa principal,
se sustanciarán en la misma pieza de autos, quedando entre tanto en suspenso el curso de aquella. El
incidente impedirá la prosecución de la causa, cuando es imposible de hecho o de derecho continuar
sustanciándola sin que aquél sea previamente resuelto. (art. 428 C.P.C.Cba)

Queja

Recurso instrumental que se interpone ante el órgano judicial competente superior al que dictó la resolución
que se impugna (recurso devolutivo). Normalmente utilizado cuando se inadmite algún recurso (apelación,
casación,infracción procesal), testimonio pedido para interponer el de casación o cuando la resolución dictada
es inapelable.

Puede interponerse contra todos los autos no apelables del juez y contra las resoluciones en que se denegare
la admisión de un recurso de apelación. El recurso de queja se producirá ante el tribunal superior competente
respecto al que dictó la resolución recurrida; dicho tribunal superior será el competente para conocer y decidir
del recurso de queja. Este se formalizará siempre en escrito, autorizado con firma de letrado. Interpuesto el
recurso, el tribunal ordenará al juez que informe en el corto término que al efecto se señale. Recibido este
informe, se pasará al fiscal, si la causa fuese por delito en que tenga que intervenir, para que emita dictamen
por escrito en el término de tres días. A la vista del dictamen y del informe del juez, el tribunal resolverá.
Contra el auto resolutorio, y al igual que contra los autos de los tribunales de lo criminal, podrá interponerse el
recurso de súplica ante el mismo que los hubiere dictado.

Medidas Cautelares

Definición, naturaleza, caracteres requisitos y efectos

En el ámbito civil han sido definidas como aquellas que tienden a impedir que el derecho cuya actuación se
pretende, pierda virtualidad o eficacia durante el tiempo que transcurre entre demanda y sentencia. Con
mayor amplitud de concepto se ha señalado que son resoluciones jurisdiccionales provisionales, que se dictan
in audita parte (sin previo oir al afectado) o con trámite sumario o de conocimiento limitado, con el fin de evitar
el menoscabo inminente de derechos personales o patrimoniales.

Expresa Palacio que proceso cautelar es aquel que tiende a impedir que el derecho cuyo reconocimiento o
actuación se pretende obtener a través de otro proceso, pierda su virtualidad o eficacia durante el tiempo que
transcurre entre la iniciación de ese proceso y el pronunciamiento de la sentencia definitiva.

Presupuestos de procedencia

La doctrina y la legislación reconocen tres supuestos o requisitos fundamentales para la procedencia de estas
medidas:

La verosimilitud del derecho invocado: no es preciso la demostración fehaciente y contundente de la


existencia real del derecho invocado, basta la posibilidad de que este exista, dado que recién tras la
sustanciación del proceso se lo podrá establecer como una incontestable realidad.

En consecuencia no se requiere una prueba terminante y plena de aquél, por lo que el procedimiento
probatorio impuesto es meramente informativo y sin intervención de la persona contra la cual se pide la
medida. Señala Ferreira de la Rua que en algunas oportunidades basta la enunciación clara, lógica y
coherente de la pretensión; en otras, es necesario además que se aporten ciertos elementos probatorios
indispensables para la admisión de la cautelar por el Tribunal.

El carácter de información que se requiere se pone de manifiesto en el art. 457 del C.P.C.Cba, el cual
expresa que “cuando fueren necesarias las declaraciones de testigos para obtener medidas cautelares,
aquéllos podrán firmar el escrito en que se solicitan, debiendo ratificarse por ante el tribunal, salvo que exista
certificación judicial o notarial de sus firmas”.

Temor fundado y peligro en la demora: la existencia de peligro fundamenta el temor. Este peligro implica la
posibilidad de que, en caso de no adoptarse la medida, sobrevenga un perjuicio o daño irreparable pues se
transformará en tardío e ilusorio el eventual reconocimiento del derecho invocado. Destaca Palacio que el
riesgo reside en el interés procesal que respalda a toda pretensión cautelar y existen circunstancias que
permiten presumir su existencia, sin necesidad de que la parte lo invoque. La doctrina considera que existe
una necesaria vinculación entre el peligro en la demora, como fundamento de las medidas precautorias, y la
solvencia de la parte contra quien se dirigen, de manera que, mientras menos sea ésta, mayor será el peligro.
Contracautela: salvo en el caso de que se otorgue el beneficio de litigar sin gastos, la contracautela constituye
un presupuesto para la procedencia de la medida cautelar, con el fin de asegurar o garantizar a la otra parte el
resarcimiento de los daños que aquella puede ocasionarle en la hipótesis de haber sido pedida
indebidamente. Advierte Palacio que en cierto modo se concreta la igualdad de partes en el proceso, pues
viene a contrarrestar la falta de contradicción inicial qu la caracteriza. Expresa Martínez Crespo que los jueces
deben buscar un verdadero equilibrio entre dos derechos legítimos: el del demandante de que se le asegure el
resultado de la acción que ha interpuesto y el no menos legítimo derecho de defensa del demandado. Es
dable señalar que quedan exentos de este requisito, conforme al art. 460: la nación, la provincia, las
municipalidades, los entes oficiales autárquicos, y a quien litigue asistido por asesor legrado o con beneficio
de litigar sin gastos.

Verosimilitud del derecho: significa la aparente atendibilidad del derecho o la acreditación de la


probabilidad de su existencia.
Peligro en la demora: Quién solicita la protección debe acreditar también el peligro en la demora.
Esto último puede concretarse mediante una simple manifestación ante el tribunal de “el estado de peligro en
que se encuentra el derecho principal.
La Contracautela: Se requiere con el fin de garantizar la igualdad entre las partes. Se materializa
con el otorgamiento de la caución real, personal o juratoria que garantiza a la parte contraria el eventual
resarcimiento por los daños y perjuicios que la medida le pudiere ocasionar.

Caracteres:
La accesoriedad: significa que el proceso cautelar carece de autoridad ya que esta al servicio de
otro principal.
La provisoriedad: el mantenimiento de las medidas precautorias será condicionado por la vigencia
del trámite principal y si desaparece lo que le dio origen, deben cesar también las que fueron ordenadas en
base a ello.
La mutabilidad: pueden ser modificadas por pedido de cualquiera de las partes, puede ser ordenado
su levantamiento, su sustitución o su cambio a pedido del deudor si este propone otra que estime mas
conveniente y en tanto ello no perjudique los intereses del acreedor.

Efectos

Medidas para asegurar bienes:

Tienden a asegurar la ejecución forzada: embargo preventivo, intervención sustitutiva del embargo, secuestro
e inhibición general. b- Tienden a mantener un statu quo: prohibición de innovar y de contratar, anotación de
litis e intervención de mera vigilancia
Medidas para asegurar personas:

Para la guarda provisional de ellas b- Para la satisfacción de sus necesidades urgentes. Las medidas
cautelares tienen los efectos de la demanda, pero se operará la caducidad si transcurren diez días sin
tramitarse el procedimiento, o si no se entabla aquélla en el mismo plazo luego de culminado. (art. 465
CPCCba)

Medidas cautelares en particular:

Embargo: afectación de un bien al resultado de un pleito, individualiza un bien y limita las facultades de
disposición y goce, para asegurar la eventual sentencia de condena.

3 Clases de embargo: Preventivo, ejecutivo y ejecutorio.

Embargo Preventivo: el que se ordena en los procesos declarativos, mientras no se ha dictado sentencia de
condena. Requiere contracautela, cuando es solicitado antes de la demanda, puede caducar. Es el que se
traba antes de la iniciación del juicio o durante el trámite del juicio ordinario o abreviado. Se halla autorizado
para asegurar el cumplimiento tanto de obligaciones de dar cantidades de cosas o cosas ciertas y
determinadas, así como también de hacer o de no hacer. Para su despacho, en nuestro sistema legal se
requiere solamente el otorgamiento de contracautela.

Cuando es trabado antes de la demanda rige un plazo de caducidad y pesa sobre el embargante la carga de
entablar demanda en el término de 10 días; si así no lo hace deberá responder por las costas y daños y
perjuicios que hubiere ocasionado.

En cuanto a los presupuesto de admisibilidad , no es necesario acreditar prima facie, el derecho para trabar
embargo preventivo, porque como dice la norma del 466 C.P.C.C solo basta que el interesado otorgue
contracautela o caución adecuada. Si bien la norma no exige acreditar verosimilitud del derecho, es
indispensable indicar al tribunal que es lo que debe el demandado en virtud de lo cual se entabló o se
entablara la correspondiente demanda.

Embargo Ejecutivo: se ordena de oficio, no requiere contracautela, no esta afectado a la caducidad, porque
siempre supone la promoción de una demanda ejecutiva. Es el que se ordena juntamente con la demanda
ejecutiva y que, como se funda en un título que goza de presunción de autenticidad, no requiere demostración
de la verosimilitud del derecho y tampoco deberá prestarse fianza.

Embargo Ejecutorio: supone el dictado de una sentencia de condena. Es el resultado de la conversión de


alguno de los otros dos o el decretado directamente de la sentencia, en cuyo caso no hace falta contracautela.
Es el que se traba después de la sentencia con miras a su ejecución.

Es minuciosa la regulación que contiene el CPCCba respecto a los dos primeros, estableciendo modalidades
del trámite y formas especiales de efectivización.

Si el objeto de la medida son bienes muebles, se oficiará al oficial de justicia para que lleven adelante la
medida, quien podrá usar la fuerza pública o allanar el domicilio a los fines del cumplimiento de su cometido.
Inhibición general:

Artículo 481. - Inhibición general de bienes. En todos los casos en que habiendo lugar a embargo, éste no
pudiere hacerse efectivo por no conocerse bienes del deudor o por no cubrir éstos el importe del crédito
reclamado, podrá solicitarse contra aquél la inhibición general de disponer de sus bienes, la que se deberá
dejar sin efecto siempre que presentase a embargo bienes suficientes o diere caución bastante.

El que solicitare la inhibición deberá expresar el nombre, apellido y domicilio del deudor, así como todo otro
dato que pueda individualizarlo, sin perjuicio de los demás requisitos que impongan las leyes.

Anotación de la litis:

Artículo 482. - Anotación de litis. Procederá la anotación de litis cuando se dedujere una pretensión que
pudiere tener como consecuencia la modificación de una inscripción en el registro correspondiente y el
derecho fuere verosímil. Cuando la demanda hubiere sido desestimada, esta medida se cancelará con la
terminación del juicio.

Intervención judicial:

artículo 475 y siguientes.

Específicamente dice el Artículo 476. - Interventor Recaudador. A pedido del acreedor y a falta de otra medida
cautelar eficaz o de bienes susceptibles de embargo o como complemento de la dispuesta, podrá designarse
a un interventor recaudador y o decretarse embargo de sumas de dinero en efectivo o depositadas en
cualquiera de sus formas, si aquélla debiera recaer sobre bienes productores de rentas o frutos. Su función se
limitará exclusivamente a la recaudación de la parte embargada o sumas depositadas, sin injerencia alguna
en la administración.

Prohibición de no innovar o medida de no innovar:

Artículo 483. - Prohibición de innovar. Podrá decretarse la prohibición de innovar en toda clase de juicio,
siempre que:

1. El derecho fuere verosímil.

2. Existiere el peligro de que si mantuviera o alterará en su caso, la situación de hecho o de derecho, la


modificación pudiera influir en la sentencia o convirtiera su ejecución en ineficaz o imposible.

3. La cautela no pudiere obtenerse por medio de otra medida cautelar.

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