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CAPÍTULO 6

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6. EVOLUCIÓN TECTÓNICA Y ESTRATIGRÁFICA PLIO-


CUATERNARIA DEL IAV CENTRAL

La apertura del IAV Central probablemente se dio hacia el Plioceno Tardío en


respuesta a desplazamientos dextrales mayores a lo largo del borde W del IAV.
Los depósitos más antiguos que discordantemente cubren las rocas del
basamento fueron derivados principalmente de la Cordillera Occidental. El relleno
sedimentario se ha dividido en dos secuencias principales, separadas por una
discordancia mayor (Figs. 3.2, 3.3). La secuencia inferior, la que incluye a la Fm
Pisque y Fm. San Miguel, fue depositada dominantemente en un leve régimen
extensional E-W desde el Plioceno Tardío al Pleistoceno Temprano. La secuencia
superior (Fm. Guayllabamba, Fm. Chiche, Fm. Machángara, Fm. Mojanda, Fm.
Cangahua), fue principalmente depositada durante el Pleistoceno Medio al
Holoceno y fue derivada de importante actividad volcánica en el área, la que
acompañó a una inversión en el régimen de esfuerzos a compresión E-W.

6.1 PERÍODO EXTENSIVO Y APERTURA DEL IAV CENTRAL.

El basamento correspondería a la Unidad Pallatanga (Cretácico Tardío) o


posiblemente al Melange Peltetec (Jurásico). Los primeros depósitos pertenecen
a la Fm. PISQUE y corresponden a lavas andesíticas y brechas (Mb. Lavas
Basales). Las lavas y brechas por su edad, podrían estar relacionadas a los
volcanes Pambamarca, Cubilche, Chilcaloma y Casitagua. Estas están
sobreyacidas discordantemente por tobas intercaladas con láhares al NE (Mb.
Tobas Doradas), y láhares intercalados con flujos piroclásticos (Mb. Puente
Viejo) hacia el W. Después de eso se dio una subsidencia diferencial del IAV
Central con respecto a la Cordillera Occidental. Registra este evento la secuencia
aluvial (Mb. Aluvial) progradante hacia el este, con una tendencia granoestrato
creciente y cuya fuente de material clástico estuvo localizada exclusivamente en
la Cordillera Occidental, y coetáneamente hacia el este se depositaron
sedimentos más distales de ríos entrenzados (Mb. Fluvio-aluvial) (Fig. 6.1).
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Fig. 6.1. Evolución tectónica y sedimentaria en la zona en el Pleistoceno Inferior (ciudades y ríos
actuales solo para referencia).
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Posterior a esto, se instaló hacia el NE un lago (Mb. Lacustre San Miguel) que
cubrió gran parte del Central IAV, y con un gran aporte de volcanoclásticos desde
el W (facies fluviales y deltaicas: Mb. San Miguel s.s.), que colectivamente
forman la Fm. SAN MIGUEL. La presencia de tobas en los depósitos lacustres,
documentan también la depositación sin-eruptiva. La progradación de los deltas
fue hacia el depocentro (zona de Guayllabamba) que debió haberse hundido con
respecto al margen Occidental. El depocentro de la Fms. Pisque y San Miguel se
localiza hacia lo que ahora es la depresión Guayllabamba, sugiriendo que debió
haber habido algún control tectónico en esa época que se ha reactivado para
formar la depresión actual (Fig. 6.1). Mucha deformación post-sedimentaria y sin-
sedimentaria sugiere que las Fms. Pisque y San Miguel, fueron depositadas en un
ligero régimen extensional E-W, como ha sido sugerido también Villagómez &
Segovia (1994) y Samaniego et al. (1994).

6.2 PERÍODO COMPRESIVO (PLEISTOCENO MEDIO-


HOLOCENO): POST- SAN MIGUEL

Después, un importante cambio en el equilibrio sedimentario producto de una


intensa actividad tectónica y volcanismo en todos los bordes de la cuenca (posible
fuentes: Volcán Ilaló, proto Rucu Pichincha) y dentro del lago (cuellos volcánicos
de Catequilla y Pacpo), produjo la depositación de la Fm. GUAYLLABAMBA, La
que consiste en depósitos volcánicos primarios (Mb. Volcánico) hacia el S y W, y
láhares (Mb. Láhar) hacia el lago San Miguel (Zona de Guayllabamba). Los
láhares entraron al lago y deformaron los sedimentos no consolidados de la Fm.
San Miguel (Mb. Lacustre San Miguel deformado), en gigantes slumps (Fig. 6.2).

Hacia el W, la Fm. Guayllabamba consiste al tope en sedimentos aluviales (Mb.


Aluvial), que registran el levantamiento de CCR. Una inversión en el régimen a
compresión E-W se dio en el tiempo Guayllabamba, al inicio de la depositación de
esta formación. Este régimen continúa hasta la actualidad.

Siguiendo este evento, un tiempo de relativa tranquilidad siguió con la


depositación de la Fm. CHICHE (que se va pinchando discordantemente ante
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Fig. 6.2. Evolución tectónica y sedimentaria en la zona durante el Pleistoceno Medio-Pleistoceno


Superior (ciudades y ríos actuales solo para referencia).
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CCR). Basados en geometrías de los depósitos, indicadores de paleocorrientes y


composición de los clastos en la Fm. Chiche, se sabe que empezó con el Mb.
Fluvio-lacustre I en el norte, el que fue depositado en una superficie topográfica
muy irregular (dejada por los láhares de la Fm. Guayllabamba) y con fuente hacia
el Norte. Después de eso uno o más láhares (Mb. Láhar) muy importantes
cubrieron uniformemente el IAV Central, con una fuente en la Cordillera Real, y
talvez relacionada con un periodo interglacial. Siguiendo esto se dio la
depositación del Mb. Fluvio-lacustre II hacia el Norte. Coetáneo con este último,
depósitos de ríos entrenzados y flujos hiperconcentrados del Mb. Chiche s.s.
desde el Sur (cuya posible fuente fue el Volcán Cotopaxi). Finalmente los
fluviátiles alcanzan el norte y finalizan con el ambiente lacustre. Este cambio en
las facies, espesores y paleocorrientes en la Fm. Chiche, entre el norte y el sur
(Fig. 3.2, 6.2), sugiere una actividad previa de las estructuras que controlan
actualmente la depresión de Guayllabamba. Esta formación es diacrónica a lo
largo del IAV Central.

Hacia el fin de la depositación de la Fm. Chiche (~ 0.5 Ma; Lavenu et al, 1996) es
reactivada la deformación con el inicio de la actividad de la Falla inversa de Quito,
que levanta Quito con respecto al resto del Valle y forma BBR e IPR. Este
levantamiento de BBR fue sinsedimentario y empezó desde el norte (Fig.6.2),
como lo indica el cambio en la discordancia angular superior observada en la
zona de Quito (Fig. 3.5, Fotos 3.7, 3.8). Esto hace de Quito una cuenca de
piggyback y una trampa de los productos que provienen del Complejo Volcánico
Pichincha y del Atacazo, que corresponden a la Fm. MACHÁNGARA, la que
consiste en su base de depósitos volcánicos primarios (Mb. Volcánicos Basales)
y láhares y fluviales al tope (Mb. Quito) los cuales son depositadas
sinsedimentariamente con la actividad de la Falla de Quito y forman discordancias
progresivas hacia BBR e IPR (Fig. 6.3). Estas dos facies bien definidas: la
volcánica y la epiclástica marcan la migración hacia el oeste del Complejo
Volcánico Pichincha del Rucu al Guagua Pichincha (Alvarado, 1996). Coetáneo
con la Fm. Machángara, en el Norte está la Fm. MOJANDA, con productos
volcánicos y volcanoclásticos del Complejo Volcánico Mojanda (volcanes Mojanda
y Fuya-Fuya) (Fig. 6.3).
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Fig. 6.3. Evolución tectónica y sedimentaria en la zona durante el Pleistoceno Superior-Holoceno


(ciudades y ríos actuales solo para referencia).
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Después de esto tomó lugar la depositación de las tobas de la Fm. CANGAHUA,


ampliamente distribuida en todo el IAV. Al fin del Pleistoceno, se forma la
depresión Guayllabamba debido a la interacción entre fallas del Sistema activo de
fallas de Quito, la Falla San Miguel del Común y una falla heredada de rumbo NE
(Falla del Río San Pedro). En esta depresión han colapsado bloques
hectométricos de sedimentos hacia su centro, que involucran a toda la secuencia
post-San Miguel. El estudio morfológico de esta depresión indica que
posiblemente se dio en pulsos desde el Pleistoceno Superior al Holoceno, como
lo indican los al menos cuatro niveles de terrazas que se pueden encontrar (Fig.
5.6).

En el Holoceno la subcuenca San Antonio fue llenada con productos piroclásticos


del volcán Pululahua y en las subcuencas de Quito y San Antonio se depositaron
los sedimentos lacustres locales (referidos como depósitos “La Carolina”).

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