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Doctor en Ciencias Naturales (Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata). Investigador del Instituto Nacional
de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET).
E-mail: dloponte@inapl.gov.ar.
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Doctor en Ciencias Naturales (Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata). Investigador del Instituto Nacional
de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET).
E-mail: acosta@retina.ar.
Cadernos do CEOM, Chapecó (SC), v. 29, n. 45, p. 125-187, Dez/2016
tubulares simples y complejos, estos últimos que se consideran unidades de transmisión, y que
denominados “campanas”, cuya funcionalidad no reflejan características del comportamiento humano
ha sido determinada pero que probablemente hayan (O’BRIEN et al., 2010). Las unidades arqueológicas
tenido un carácter exclusivamente simbólico, es decir, pueden ser divididas en dos grandes grupos,
fabricada expresamente para fines no utilitarios. Estos descriptivas y teóricas (O´BRIEN; LYMAN, 2002).
contextos se distribuyen por ambas márgenes del Las primeras son útiles para caracterizar conjuntos
curso medio e inferior del río Paraná, el curso inferior arqueológicos en base a similitudes y diferencias,
del río Uruguay, y de manera más tenue por la margen de manera tal que pueden ser discriminadas por
izquierda del estuario interior del Río de la Plata. Su cualquier operador sin ambigüedad, y por lo tanto,
origen ha sido discutido desde principios del siglo son adecuadas para la comunicación científica.
pasado, estableciéndose dos posturas parcialmente Una vez definidas, permiten analizar los “linajes
diferentes. La primera de ellas, consecuente con los de aprendizaje”, cuya repetición y variabilidad
conceptos difusionistas propios de la primera mitad son útiles para desarrollar estudios filogenéticos
del siglo pasado, sostenía un desarrollo local con (BOYD; RICHERSON, 1985; HARMON et al., 2006;
influencias externas originadas desde sociedades O´BRIEN; LYMAN, 2002; O’BRIEN et al., 2010). Las
muy complejas y jerárquicas, que actualmente están unidades así descriptas poseen propiedades formales
incluidas dentro del Formativo sudamericano. cuantitativas y estilísticas que incluyen un gran
Esta hipótesis fue básicamente sostenida hasta la número de variables conductuales, donde la base de
década de 1970. La segunda postura considera que análisis se expande tanto como lo permita el registro
se trata de un desarrollo completamente local, en arqueológico, la capacidad analítica del operador y los
recursos empleados. En un sentido conceptualmente
consonancia con el resto del registro regional. A esta
similar, los contextos Goya-Malabrigo han sido
idea adhirieron diferentes investigadores a lo largo
agrupados desde los inicios de los estudios locales en
del siglo XX, incluyendo aquellos que participaron
diferentes categorías analíticas tales como “Cultura”,
de la renovación de los estudios arqueológicos
“tipo cultural”, “Entidad”, “facie”, etc., (CERUTI, 2003;
locales, a partir de la década de 1970 y 1980.
CAGGIANO, 1984; LOTHROP, 1932; SERRANO,
Ciertamente, Goya-Malabrigo no representa una fase
1950, 1972; RODRÍGUEZ, 2001, 2008; TORRES,
del Formativo sudamericano, sino que es la expresión
1911). Los criterios teóricos empleados en su
de grupos cazadores - recolectores complejos 1
definición no son estrictamente equivalentes en
adaptados al ambiente fluvial, que manipularon
los distintos esquemas clasificatorios, pero todos
y/o cultivaron algunos vegetales, probablemente
se guían bajo la premisa de identificarlos por la
insertos dentro de un esquema que incluía un bajo
presencia de uno o dos fósiles-guía: los modelados
nivel de producción de alimentos (“low level food zoomorfos y los artefactos tubulares más complejos,
production”; cf. SMITH, 2001), tal como sucede con constituyendo así una unidad descriptiva con un
otras poblaciones precoloniales locales que están bajo contenido empírico, propio de una fase inicial
agrupadas en otras unidades arqueológicas. En este de los estudios arqueológicos de cualquier región.
trabajo, haremos una breve síntesis de algunas de En estudios más recientes, se incorporaron de una
las características de este registro, contextualizando manera más explícita algunas nuevas características
los nuevos hallazgos en función del avance de las en su definición, tal como el uso preponderante
investigaciones. del surco rítmico en la decoración de la cerámica
(CAGGIANO, 1984; CERUTI, 2003), lo cual parece
Los contextos Goya-Malabrigo y los ser una propiedad que funciona relativamente bien
esquemas clasificatorios locales como rasgo discriminante en términos locales. Otras
propiedades identificadas que fueron consideradas
La construcción de unidades arqueológicas como características propias, en realidad son
tiene por finalidad reducir la variabilidad en categorías compartidas por otras unidades arqueológicas del
analíticas verificables, que agrupan rasgos culturales área, y por lo tanto, son ambiguas o no significativas.
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Los contextos Goya-Malabrigo del noreste argentino – Daniel Loponte e Alejandro Acosta
Veremos algunas de ellas en los distintos apartados. Solamente en el sitio Túmulo I del río Carabelas
Las primeras evidencias de Goya-Malabrigo recuperó un modelado zoomorfo, que utilizó como
se recuperaron en las excavaciones de Zeballos y un fósil-guía para asimilar este sitio con su segunda
Pico (1878) en el sitio “Túmulo de Campana” sitio unidad. Rápidamente, otros autores advirtieron que
1. Aquí se identificaron un número no determinado un solo hallazgo no podía ser utilizado como “una
de modelados zoomorfos, recuperados de un etiqueta cultural”, y que esta pieza bien podía ser
“túmulo construido” similar a los “mounds” del explicada por el intercambio (OUTES, 1918).
sudeste de Estados Unidos y de Europa. Si bien En los análisis de Torres, subyacen varios de los
hoy sabemos que este sitio se encuentra sobre problemas que presentará la arqueología local durante
una loma fluvial sin evidencias de construcción, casi un siglo, entre ellos centrarse casi exclusivamente
y que los modelados zoomorfos parecen ser una en el análisis de la alfarería, utilizar determinada
consecuencia del intercambio y/o de la movilidad clase de artefactos como fósiles-guía, y desconocer
(LOPONTE; ACOSTA, 2015)2, la supuesta existencia los procesos homoplásticos. Independiente de este
de la dupla “túmulos - modelados” incentivó la contexto interpretativo, la individualidad de los
idea de un “Pueblo de los Túmulos” (AMEGHINO, conjuntos compuestos por modelados zoomorfos
1880), concepción que se mantuvo de una u otra fue aceptada por otros investigadores en base a
forma hasta nuestros días (por ejemplo, POLITIS; la descripción de nuevos contextos (i.e. OUTES,
BONOMO, 2012, 2015). Posteriormente, diversos 1918; FRENGUELLI; APARICIO, 1923). Tan solo
investigadores recuperaron materiales y/o hicieron unas décadas después, Lothrop (1932) excavó en la
observaciones arqueológicas de la región, entre margen continental del Paraná y en el Delta inferior,
ellos el más significativo corresponde a los trabajos señalando que los conjuntos con y sin modelados
de Torres (1907, 1911). Este autor efectuó una zoomorfos constituían un solo grupo cultural. Para
revisión de los escasísimos materiales que aún se sustentar esto, se basó en la similitud de los rasgos
encontraban disponibles para su análisis que habían decorativos y en las características generales de la
sido retirados del sitio Túmulo de Campana (sitio alfarería, señalando asimismo la posibilidad de que
1) (Torres 1907). Lamentablemente, Torres no lo los modelados zoomorfos fueran el producto de la
excavó ni aportó ninguna evidencia estratigráfica difusión arawak hacia la cuenca del Paraná. Para
novedosa que corroborara la existencia de un aquel entonces, Serrano avanzó en la determinación
“túmulo” construido (LOPONTE; ACOSTA, 2015). de “tipos cerámicos”. Los rasgos analizados incluían
Sin embargo, estos hallazgos junto con otros similares los métodos de manufactura, el tipo de cocción, las
(i.e. AMBROSETTI, 1894), constituyeron una suerte pastas empleadas, el aspecto superficial, las formas
de piedra angular en su posterior interpretación de los recipientes y la decoración. Estas propiedades
del registro arqueológico local (TORRES, 1911). fueron interpretadas en función de su distribución
A partir de sus propias excavaciones en sitios del espacio-temporal (SERRANO, 1958). Para este autor,
Delta inferior, este autor distinguió tres unidades los tipos cerámicos están sujetos a transformaciones
arqueológicas diferenciadas en base a su alfarería. que originan variación y estilos diferentes, “...
La primera de ellas compuesta por recipientes de que conservan rasgos y características comunes
formas simples y decoración incisa que denominó que permiten su filiación” (SERRANO, 1958,
“Déltica”; la segunda es similar a la anterior, pero p. 14). Esta idea de estilos cerámicos no estáticos
con el agregado de los apéndices zoomorfos, a la con variaciones espacio-temporales, constituía un
cual denominó de “influencia arawak”; la tercera es campo adecuado para discutir procesos evolutivos.
asignada a los horticultores amazónicos guaraníes. Sin embargo, los análisis de la variabilidad no fue
Torres no excavó ningún sitio que pueda ser asignado explorada consistentemente, en parte porque las
a Goya-Malabrigo, y reconoció la ausencia de estos unidades arqueológicas identificadas no alcanzaron
contextos en las islas del sur de Entre Ríos y el sector un contenido empírico mínimo para ello, sino
occidental del Delta inferior (TORRES, 1907). que quedaron definidas por generalidades, y todo
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el análisis estaba influenciado por el concepto de para discriminarlo. Para Caggiano, Goya-Malabrigo
fósil-guía: “Hay cerámicas de características tan también representa un desarrollo local generado a
peculiares y definidas que por sí solas están indicando partir de la CBL:
la presencia de una determinada cultura o de una
etapa de su desenvolvimiento… A estas cerámicas …con el agregado de nuevas formas y
decoración, la Cultura de los Ribereños
las denominamos determinantes” (SERRANO, Plásticos enriquecería a la Cultura
1958, p. 13). Entrerriana o Cultura Básica del Litoral
Este autor consideró un esquema evolutivo con el aditamento de variados apéndices
y técnicas decorativas (modelado,
monofilético, donde lo más simple y sencillo debía
pintura bicolor, amplio uso del surco
ser lo más antiguo. Incorporó nuevos contextos rítmico). (CAGGIANO, 1984, p. 47).
dentro de la primera de las unidades descriptas por
Torres, a la que colocó en la base de su esquema, Un esquema alternativo y polifilético para
denominada “Cultura Entrerriana” o “Cultura Básica explicar a las unidades arqueológicas locales, fue
del Litoral” (CBL de ahora en adelante). A partir de sostenido por Rodríguez (2001), quien consideró
ella se habrían originado por evolución local y/o por la existencia de dos tradiciones diferentes. La
influencias externas, las facies3 Sarandí, Ibicueña, primera denominada “Platense”, integrada por las
Barranqueras, Salto Grande, Los Molles4 y Goya- facies regionales o “Tipos Culturales” Salto Grande,
Malabrigo. Esta última según Serrano: “Se trata de la Ibicueña y Vieira, esta última localizada en el sur
misma cultura entrerriana enriquecida por el valioso de Brasil y en el este de Uruguay. La segunda,
aporte del arte plástico…” (SERRANO, 1972, p. 6). denominada “Ribereña-Paranense”, compuesta
“Sobre el patrimonio de la cultura entrerriana y por los Tipos Culturales Goya-Malabrigo, Iberá I y
con el aporte, seguramente de origen arawak, de los aquellos englobados como “Subtradición Déltica”,
ceramistas de cabecitas de loro y alfarerías gruesas, que si bien no están explícitamente detallados
se estructuró la cultura de los ribereños plásticos” en el trabajo de 2001, está circunscripta al sector
(SERRANO, 1972, p. 17). tradicionalmente identificado como Delta del Paraná,
El concepto de facie utilizado por Serrano por lo que probablemente incorpora a los contextos
no implicaba tiempo, sino variaciones o “aspectos definidos por Serrano como “facie Sarandí”. En la
culturales dentro de un mismo tiempo” (SERRANO, base de esta secuencia ubica al contexto acerámico
1972, p. 3), es decir, son variaciones esencialmente de Isla Lechiguana I5. Rodríguez no aportó datos
sincrónicas. El esquema así planteado por este autor empíricos detallados sobre esta clasificación, ni
puede representarse como un grupo monofilético con argumentos respecto a las diferencias existentes
un ancestro común sujeto a un proceso cladogenético, en relación a la periodificación planteada por
que generó por evolución un grupo parental. En Serrano y Caggiano. Sin embargo, su esquema es
el caso de los contextos Goya-Malabrigo, estos importante para ser tenido en cuenta porque abre
habrían sido parcialmente originados por procesos una perspectiva más amplia en términos regionales
homoplásticos producto de la influencia arawak. y aumenta la complejidad del sistema clasificatorio
Si bien se carecían de fechados radiocarbónicos, local, incorporando además a los poco conocidos
Serrano consideró que estos últimos conjuntos eran contextos de los humedales del centro de la provincia
los más modernos. Este mismo esquema monofilético de Corrientes, cuya alfarería presenta similitudes
fue seguido y ampliado por Caggiano (1984), quien estilísticas con Goya-Malabrigo (RODRÍGUEZ,
agregó una nueva rama, a partir de las observaciones 2008, p. 179-180). En la Figura 1 se observan estas
del conjunto cerámico recuperado en el nivel II dos propuestas generales, que no incluyen vectores
del sitio Islas lechiguanas 1, cuyo estilo decorativo, temporales específicos6.
según esta autora, difiere de manera suficiente como
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Los contextos Goya-Malabrigo del noreste argentino – Daniel Loponte e Alejandro Acosta
Figura 1 – A: esquema basado según la propuesta y terminología utilizada en Serrano (1972), incluyendo la fase
Lechiguanas, agregada por Caggiano (1984). B: Esquema basado en la propuesta y terminología de Rodríguez
(2001 y 2008)
Fuente: Basado en Caggiano (1984) y Rodríguez (2001 y 2008).
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que se guían bajo el concepto de fósil-guía. Los menos hasta tanto no puedan identificarse en otros
cierto es que, independientemente de la frecuencia conjuntos Goya-Malabrigo.
de los modelados, los conjuntos Goya-Malabrigo Son relativamente comunes las asas
presentan un estilo tecnológico bastante particular mamelonares, que también hay en sitios no Goya-
que es relativamente sencillo de identificar, y que Malabrigo; otras son más específicas, como las asas
precisamente hacen que este concepto sea útil para macizas que forman pequeñas protuberancias sobre
agrupar conjuntos arqueológicos. Pero también es los bordes, las asas perforadas y de cinta, que por el
cierto que existen muy pocos análisis detallados momento parecen ser distintivas de estos contextos.
de su alfarería. Por ello, cuando sea posible, Algunas vasijas de perfiles abiertos poseen adosadas
incluiremos algunos datos cuantitativos disponibles vertederas tubulares cilíndricas adyacentes a los
en la bibliografía, y en otros casos señalaremos bordes, las cuales son descriptas como “asas tubulares”
generalidades. o “picos tubulares” a menudo decoradas por incisión
La cerámica Goya-Malabrigo incluye (FRENGUELLI; APARICIO, 1923; SERRANO, 1972).
escudillas con perfiles abiertos, de tamaño pequeño Estas vertederas también se reconocen en otras
a mediano y vasijas de paredes rectas o ligeramente unidades arqueológicas locales, pero generalmente
cerradas. Estas formas son comunes en otras unidades son lisas y de menor desarrollo (LOTHROP, 1932,
arqueológicas de la región; sin embargo, también se
p. 172; LOPONTE, 2008, p. 245). Asimismo, se han
reconocen de manera distintiva recipientes con
identificado cucharas con mango tubular (GASPARY,
perfiles cerrados con volúmenes más grandes
1950; GONZÁLEZ, 1947; SERRANO, 1946, 1972),
(Figura 3f y 3g), cuya función pudo haber sido
cuyo uso aún no ha sido determinado.
almacenar alimentos. Un análisis efectuado con
Un aspecto particular de estos conjuntos
el conjunto del sitio La Palmera arrojó que estos
son los modelados zoomorfos adosados a algunas
constituyen aproximadamente el 20% de los
vasijas, que pueden ser macizos, huecos o solamente
recipientes (OTTALAGANO et al., 2015). Dentro
siluetas adosadas a los bordes de los recipientes,
de este porcentaje se incluyen vasijas que pueden
que genéricamente se denominan “recortados” (ver
ser ollas, que si bien tienen perfiles cerrados, no
Figuras 3 y 4). Los restos de carbón y adherencias
están precisamente destinadas al almacenamiento.
en vasijas con zoomorfos indican que estos fueron
Todo ello indica que las vasijas fueron mayormente
manufacturadas para preparar y servir alimentos, y utilizados en contextos domésticos. En este sentido,
solo una fracción pequeña de ellas parece haberse Frenguelli y Aparicio (1923), señalan que en el
destinado al almacenamiento. Observaciones conjunto del sitio Malabrigo (norte de la provincia
anecdóticas realizadas por los autores en diferentes de Santa Fe), que es un contexto clásico de esta
colecciones públicas y privadas, y algunos ejemplares unidad arqueológica, la mayoría de los recipientes
publicados (BADANO, 1940; OTTALAGANO, 2013), con modelados presentan residuos de carbón. Por
sugieren que los volúmenes promedio de las vasijas otro lado, Ottalagano (2013) observó que las vasijas
más grandes con perfiles cerrados se encuentran por con modelados no poseen una distribución particular
debajo de los 40 litros de contención, lo cual indica dentro de los sitios, sugiriendo una distribución
capacidades de almacenamiento pequeñas. Algunas homogénea en el registro.
formas reconstruidas por Gaspary (1950, p. 25) Entre los modelados zoomorfos, los
también muestran cuellos más desarrollados, pero más frecuentes corresponden a los psitácidos
estos no parecen ser comunes. También hay recientes (FRENGUELLI; APARICIO, 1923; BADANO, 1946,
de otras formas que aparecen con una frecuencia 1957; OTTALAGANO, 2013; RODRÍGUEZ, 2008;
muy baja, y que pueden ser parte de la variabilidad SERRANO, 1972), pero también hay diferentes
espacial y/o temporal de estos contextos, pero que no representantes de la fauna local y alóctona, sobre lo
son representativos de la unidad en su conjunto, al que volveremos más abajo.
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1979, 1981, 1984; HILBERT, 1991; FARÍAS, 2005; algunos contextos en particular (i.e. Las Mulas I, Las
OTTALAGANO, 2010, 2013) (ver Figuras. 4, 5 y 6). Conchas, Escuela 31, El Cerro, Colonia Concordia,
También se identifican motivos efectuados mediante etc.) fue ejecutada mediante pastillaje, aplicando tiras
la misma técnica, pero con una gramática estilística de pasta en sobre-relieve sobre las paredes externas
diferente que no presentan un ordenamiento en (Figura 6). Estas tiras, que pueden ser lisas o incisas,
guardas paralelas, sino que muestran un desarrollo están aplicadas en forma lineal, en zig-zag con
aleatorio (Figura 5e y 5f ). Su registro, si bien ángulos suaves o rectos, o con un formato circular.
frecuente, es proporcionalmente menor (ver otros Esta técnica no ha sido reconocida en otras unidades
ejemplos de estos motivos en OTTALAGANO et arqueológicas locales, especialmente aquellas del
al., 2015b). En frecuencias muy bajas se reconocen sector más meridional del Paraná (CAGGIANO,
motivos conformados por puntos que pueden estar 1984; LOPONTE, 2008; LOTHROP, 1932; TORRES,
agrupados en campos rectangulares, triangulares o 1911;). Diferentes ejemplos de la decoración incisa
guardas. Estos fragmentos pueden representar parte y por pastillaje de estos conjuntos pueden verse en
de la variabilidad estilística de Goya-Malabrigo, Outes (1918), Frenguelli y Aparicio (1923), Iribarne
como ser producto del intercambio, la movilidad, (1937), Badano (1940), Gaspary (1950), Serrano
o simplemente ser un producto de asociaciones (1946, 1950, 1972), Schmitz et al., (1972), Hilbert
secundarias (Figuras 5c y 5d). Una decoración (1991), Ceruti (2000), Ottalagano (2010, 2013) y
menos frecuente, pero bastante común dentro de Gascue et al., (2016), entre otros.
Figura 5 – Piezas a y b: incisión por surco rítmico con desarrollo de guardas horizontales (sitios Escuela 31 y El
Cerro respectivamente), característicos de Goya-Malabrigo. Pieza c y d: incisión mediante punteado conformando
guardas y campos rectangulares (sitios El Cerro y La Yeguada respectivamente). Piezas e y f: incisión con surco
rítmico con formas aleatorias (sitio La Yeguada).
Fuente: Imágenes tomadas y modificadas de Gascue et al., (2016) y Loponte et al., en prensa.
blanca (SERRANO, 1946, 1972; GONZÁLEZ, 1947; se removió mediante raspado (HILBERT, 1991, p. 40)
SCHMITZ et al., 1972; HILBERT, 1991; FARÍAS, 2005; (Figura 8). En algunos fragmentos se registran líneas
OTTALAGANO et al., 2015a, 2015b). Análisis de los internas más o menos regulares, formando diseños
pigmentos demostraron que el rojo es óxido de hierro, geométricos. En ambos casos se dejó el color de base
probablemente en su forma mineral de hematita, de la vasija, generalmente de tonos anaranjados o
mientras que el blanco, con la alta proporción de beige claro, aunque Serrano (1946) señala que en el
fósforo y calcio, podría ser hueso calcinado molido sitio Las Mulas se habría aplicado una arcilla “desleída
mezclado con arcilla, si bien no se descarta el uso blancuzca” como fondo, de una manera similar a
de otras materias primas (OTTALAGANO et al., lo observado por Ceruti (2003, p. 121): “la pintura
2015a). Es frecuente la aplicación de pintura de positiva blanca, más o menos diluida, se utilizó para
ambos lados de los recipientes, dispuesta como cubrir espacios”. Sin embargo, el uso de pintura blanca
una banda gruesa paralela al borde. Algunas vasijas es muy restringido, al menos en ciertos conjuntos
están totalmente cubiertas por pintura roja del lado constituidos por miles de fragmentos, como es el
interno; también son comunes diseños con triángulos caso de Escuela 31, La Yeguada, los sitios de Paraná
sucesivos, líneas en zig-zag y motivos más complejos Miní, etc. Dado que la pintura tanto interna como
(FRENGUELLI; APARICIO, 1923; IRIBARNE, 1937; externa parece haber incluido siempre a los bordes,
SERRANO, 1946, 1972; HILBERT, 1991) (Figura 7). la frecuencia de pintura sobre estos fragmentos es
Entre los motivos pintados se reconocen grecas una medida más próxima a la cantidad de recipientes
de tamaño pequeño y otras formas geométricas, pintados. En algunas colecciones cuyos bordes
que la fragmentación de los recipientes aún no ha pintados están contabilizados, su cantidad oscila
permitido identificar correctamente. La existencia entre 16% y 42% de los mismos (OTTALAGANO
de áreas raspadas entre ellas, sugiere que pudo et al., 2015b; LOPONTE et al., 2015), lo cual señala
haberse aplicado pintura roja total y luego se raspó la una moderada a elevada cantidad de recipientes
superficie con las formas geométricas buscadas, o se pintados. En general, las vasijas pintadas no están
aplicó un máscara con formato geométrico que luego incisas (SERRANO, 1946, p. 49).
Figura 6 – Decoración realizada por pastillaje. Las piezas a, b y d corresponden a la colección del sitio
El Cerro. Las piezas c, e y f provienen de Escuela 31
Fuente: Imágenes tomadas y modificadas de Gascue et al., (2016) y Loponte et al., (2015).
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más complejos. Las pastas generalmente presentan independientes de los eventos de horneado de las
tonos rojizos, naranjas o beige claro, característicos vasijas comunes (CERUTI, 2003; OTTALAGANO,
de procesos de oxidación durante la cocción, a 2013, 2015). Cortes delgados sobre fragmentos de
diferencia de los fragmentos procedentes de las “campanas” determinaron el uso de pastas con una
vasijas, generalmente con núcleos oscuros. Esto menor proporción de inclusiones, baja porosidad y
ha sido vinculado con la necesidad de prolongar la mayor cantidad de oquedades en relación con los
quema debido a las paredes más gruesas de estos parámetros observados en las vasijas del conjunto
artefactos y/o por procesos de cocción unitarios e de la Palmera 2 (OTTALAGANO, 2015).
Figura 9 – Artefactos tubulares. La piezas a y b proceden del sitio La Bellaca 1, cuyo contexto corresponde al Grupo
de Cerámica Lisa (no Goya-Malabrigo) (LOPONTE, 2008). Pieza a: vista lateral y superior (vista d) de un dispositivo
tubular troncocónico, con borde apical circular y ducto lateral. Pieza b: artefacto tubular troncocónico, con apéndice
macizo no figurativo en el sector apical. Pieza c: artefacto tubular de diseño troncocónico con modelado zoomorfo en
el sector apical. Procedencia isla Talavera. Colección privada. Pieza e: artefacto tubular de diseño troncocónico con
apéndice macizo extendido (“campana”). Procedencia Cerro Grande de la Isla Los Marinos. Tomado y modificado de
Gaspary (1950). Pieza f: vista lateral y corte esquemático de un artefacto tubular cilíndrico con apéndices zoomorfos
bilaterales (“campana”). Tomado y modificado de Caggiano (1982). Pieza g: vista lateral y corte esquemático de
un artefacto tubular troncocónico con apéndice zoomorfo (“campana”). Tomado y modificado de Hilbert (1991).
Fuente: Loponte (2008), Gaspary (1950); Caggiano (1982) y Hilbert (1991).
El uso de estos dispositivos ha sido Las pastas utilizadas presentan una menor cantidad
discutido en diferentes oportunidades, sin que se de inclusiones si se comparan con las vasijas de cada
haya arribado a un consenso. Recientes estudios contexto en particular. El antiplástico empleado
analíticos con diferentes piezas tubulares de consiste en grandes grumos de hematita/magnetita y
diseño simple, recuperadas en contextos de otras tiestos molidos de dimensiones considerables (hasta
unidades arqueológicas de la región (como los 1 cm), escasamente cohesionados con la matriz. Todo
incluidos en la Figuras 9a y 9b), determinaron ello indica un preparado diferencial de estas pastas
una baja calidad estructural de las pastas, con la respecto a las utilizadas para los recipientes utilitarios
consecuente fragilidad de las piezas. Esto implica de cada contexto respectivo Paralelamente, no se
escasa capacidad para resistir una función mecánica observaron en la serie analizada evidencia alguna
derivada del desarrollo de actividades domésticas. de combustión ni sustancias adheridas. Los análisis
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químicos determinaron la total ausencia de ácidos hueca y la presencia de orificios, con ductos basales,
grasos, lo cual también contrasta notablemente laterales y cuspidales. Otra similitud notable es
con la alfarería utilitaria de esos mismos contextos, el uso de pintura blanca. Dentro del contexto
donde prácticamente todos los fragmentos de los narrativo, es evidente que estos artefactos tienen una
recipientes poseen diferentes ácidos grasos (PÉREZ significativa carga simbólica. Ningún cronista señala
et al., 2013). A estas diferencias, se suma el empleo que eran objetos utilitarios, sino que parecen haber
distintivo de pigmentos blancos que las individualiza sido fabricados ex profeso para un uso mortuorio
simbólicamente. El blanco es un compuesto de específico, con un sentido simbólico preciso. El empleo
fósforo y calcio (LOPONTE et al., ms.), que podría de diferentes tamaños de “campanas” genera una
corresponder a hueso calcinado, si bien no puede expectativa de variabilidad dimensional en el diseño,
descartarse el uso de otras materias primas. Todos incluyendo “miniaturas”, como las que se recuperan
estos resultados son idénticos a los obtenidos en algunos sitios (cf. GASPARY, 1945, 1950).
por Ottalagano (ver más arriba) en los artefactos Finalmente, si las “campanas” se colocaban sobre
tubulares más complejos (“campanas”), lo cual señala las tumbas, la probabilidad que fueran desplazadas
no solo uniformidad morfológica, sino también y no quedaran integradas dentro de las fosas es
técnica y probablemente simbólica. muy alta, lo cual también genera un modelo de baja
El uso mortuorio de estos dispositivos ha expectativa respecto de su asociación con estructuras
sido sugerido por diferentes autores, y en al menos mortuorias. Dentro del contexto arqueológico, el
una ocasión, se habrían identificado asociados con empleo de técnicas constructivas, morfologías y
un contexto mortuorio (LAFON, 1971; ver también recursos estilísticos singulares que se articularon para
GASPARY, 1950). En este sentido, para los sectores la elaboración de los artefactos tubulares, encuentran
más septentrionales de la cuenca, Azara y Sánchez la mejor explicación dentro de acciones estrechamente
Labrador mencionan dispositivos equivalentes vinculadas con aspectos simbólicos, tal como ha
empleados en las tumbas de los grupos payaguas sido postulado para otros contextos (GOSSELAIN;
(familia lingüística guaycurú; cf. FABRE, 2006): LIVINGSTONE-SMITH, 2005).
Existen escasos ejemplos en el mundo
... Hasta poco ha los enterraban sentados, de cerámica fabricada exclusivamente con fines
dejándoles la cabeza fuera cubierta con
mortuorios, entre ellos, los clásicos vasos canópicos
una olla o campana de barro cocida...
arrancándole las yerbas y poniendo del período dinástico de Egipto (BUDGE, 2010),
encima muchas campanas de barro boca algunos conjuntos mortuorios del Neolítico del
abajo, y unas dentro de otras [AZARA, noroeste de China (UNDERHILL, 2002; HUNG,
1847 (1943, p. 149)]. 2011) y miniaturas que habrían sido fabricadas
ex profeso para rituales mortuorios en algunas
Unos parecen campanas... Los más
sociedades andinas (VALDEZ et al., 2006). De
tenían unos dibujos negros sobre campo
blanco... en todas las sepulturas estaba confirmarse esta hipótesis, los artefactos tubulares
un cántaro de estos, con tres agujeros, constituirían el primer ejemplo de alfarería mortuoria
uno a un lado, otro en el medio y otro de cazadores-recolectores complejos de América del
en el fondo... (que) servían para que el
Sur (LOPONTE et al., ms.).
espíritu metido en su tinaja tenga sol,
viento y comodidad... [Sánchez Labrador
1910: 93-94]. Las representaciones plásticas y las aves en la
mitología de los grupos chaqueños
Estas crónicas son coincidentes en varios
aspectos relacionados con el registro arqueológico. En Des de el principio de los estudios
primer lugar, hay una notable similitud morfológica arqueológicos en la región se observó que algunas
con los dispositivos tubulares que se recuperan en guardas geométricas incisas, presentes en contextos
los sitios del Paraná medio e inferior, tanto simples de la CBL, poseen cierta “intención” zoomorfa
como complejos (“campanas”). Dentro del contexto plasmada mediante formas abstractas y otras con
etnográfico, claramente se menciona la morfología algún grado de representación figurativa. En este
136
Los contextos Goya-Malabrigo del noreste argentino – Daniel Loponte e Alejandro Acosta
último sentido, son notables algunos diseños que su extraordinario valor dentro de la esfera mítica
se observan en la alfarería del sitio Garín, ubicado de diversas poblaciones de las familias lingüísticas
en el nordeste de la provincia de Buenos Aires guaykurú y mataco-mataguaya o mataco-maká, de
(i.e. LOPONTE, 2008, p. 243), donde también hay lo cual aquí haremos un breve extracto. Dentro de
algunos toscos modelados zoomorfos. Sin embargo, las citas históricas, comenzamos con una frase de
en ninguno de ellos se observan representaciones Nicolás del Techo, quien consignó:
modeladas tal como se registran en los contextos
Goya-Malabrigo. La precisión anatómica y el diseño En las márgenes, ya cubiertas de bosques,
ya rasas, hay fieras y multitud de aves,
de los rasgos hacen que numerosas especies puedan especialmente perdices y loros que
ser tentativamente identificadas. Como ya hemos vuelan en bandadas; de estos se crían
señalado, aproximadamente 80% corresponde una variedad notable, los individuos, tres
veces mayores que los de Asia, ostentan
a psitácidos. Dentro de estos, es notable la alta
en el plumaje colores vistosos, y fueron
frecuencia de los guacamayos, loros y cotorras. antes venerados por los indígenas cual
Con una muy baja frecuencia aparecen otras aves dioses (TECHO, 1897, p. 312).
como el ñandú y el cóndor (Vultur gryphus) que
en tiempos históricos alcanzó la provincia de No son tan aficionados los Guaycurús a
cazar aves, como lo son de cazar bestias
Córdoba (LAMBERTUCCI, 2007). Los psitácidos cuadrúpedas. Creo que es la razón, que
representados habitan o habitaban el nordeste muy pocos pájaros son de aprecio a su
argentino antes de la destrucción de la selva en galería. mesa. A excepción de las perdices (…),
Lo mismo puede aplicarse para el resto de la fauna y de alguna otra moradora del aire,
ninguna otra le palada el gusto, por más
representada, que en su mayoría es local. Algunas sabrosa que sea su carne. Lo que puede
especies de mamíferos que fueron oportunamente fundarse en la vana creencia de que son
modelados, se extinguieron en tiempos históricos descendientes de las aves (SÁNCHEZ
LABRADOR, 1910, p. 204).
(ver ejemplos en OTTALAGANO, 2013, p. 31-34).
Casos paradigmáticos al respecto son el yaguareté
En este mismo sentido, en un mito recuperado
(Panthera onca) y el tapir (Tapirus terrestris), que
en el siglo XVIII en el alto Paraguay, señala que los
se distribuían por el nordeste argentino. El primero
mbayá consideraban que habían sido creados a partir
alcanzaba la actual provincia de Buenos Aires y el
de la nidada de un ave de dimensiones extraordinarias
segundo el sector norte de la provincia de Santa Fe
(MÉTRAUX, en JIMÉNEZ NÚÑEZ, 1962, p. 63).
y centro de la provincia de Corrientes, sobre el río
Estos tres relatos históricos, muestran que las aves
Paraná (NOWAK, 1991; GROVES; GRUBB, 2011;
jugaron un papel central en la esfera simbólica de los
CORDEIRO et al., 2016), es decir, ambos presentaban
grupos chaqueños, lo cual es confirmado por diversos
un rango de distribución parcialmente superpuesto estudios actuales. En este sentido, en diferentes
con los contextos Goya-Malabrigo. No existen relatos míticos guaycurúes y mataco-mataguayos,
especies representadas que sean exclusivamente los humanos son considerados como descendientes
amazónicas y que hubieran alcanzado el Paraná por de los pájaros, quienes eran los caciques de la
transporte antrópico desde allí. Los únicos ejemplos humanidad primordial. Las aves también tuvieron
de fauna que con seguridad es alóctona corresponden un papel determinante en la generación de la cultura
a especies que se encontraban hacia el occidente del de los hombres, en el descubrimiento de las técnicas
valle del Paraná, como el cóndor y los camélidos (cf. de pesca, de las redes y del fuego, tres elementos
CAGGIANO; FERNÁNDEZ, 1977). esenciales en el estilo de vida de numerosos grupos
El énfasis en las representaciones de las aves chaqueños (JIMÉNEZ NÚÑEZ, 1962; LEHMANN-
es sumamente significativo, especialmente por la NITSCHE, 1923; MÉTRAUX, 1973; MASHNSHNEK,
notable importancia que poseen en las mitologías 1975a, 1976; PALAVECINO, 1969-1970; TERÁN,
de diferentes grupos chaqueños. En varios análisis 1994a). La dualidad hombre-ave está omnipresente
recientes, Ottalagano (2007, 2008, 2013) compiló en la mitología guaycurú, donde es habitual la
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metamorfosis con los pájaros, especialmente de los ríos Paraná y Uruguay (CAGGIANO, 1984;
dentro del complejo shamánico (CALIFANO, 1975; CERUTI, 2003; SERRANO, 1972). Hay sitios
CORDEU, 1969-70; CORDEU; SIFFREDI, 1978; DE adyacentes a los principales brazos fluviales de la
LOS RÍOS, 1975; LEHMANN-NITSCHE, 1924, 1925; región, pero también en las llanuras inundables del
MASHNSHNEK, 1976; MÉTRAUX, 1935; 1941, cono meridional de la intercuenca, cuya conectividad
1944a, 1944b; PALAVECINO, 1969-70; PALMER, con los primeros solo pudo realizarse a través de
1995; TERÁN, 1994b, 1998). En numerosos relatos colectores fluviales más pequeños. En todos los
míticos, las aves también son vinculadas con la casos, las localizaciones específicas requieren análisis
generación de las lluvias, la disponibilidad del agua puntuales de cada nivel de ocupación, dado que el
y fenómenos astronómicos diversos (SIFFREDI, paisaje tiene una alta tasa de modificación que en
1976; MÉTRAUX, 1935; LEHMANN-NITSCHE, términos arqueológicos puede ser muy breve, dada
1924, 1925). A menudo también son protagonistas la veloz remodelación geomorfológica que repercute
de teofanías, vinculadas con episodios catastróficos rápidamente en las condiciones ecológicas locales y
como las inundaciones y enfermedades, como así en de conectividad (CAVALLOTTO et al., 2004, 2005;
los eventos cotidianos como el éxito en la caza y en la IRIONDO, 2004; MALVÁREZ, 1999). Por ello, dos
regeneración de los paisajes, todos aspectos centrales niveles de ocupación de un mismo sitio, separados
para la supervivencia de los grupos humanos por algunos siglos, pueden haber tenido condiciones
(AZARA, 1943; CALIFANO, 1975; CORDEU, 1969- de localización específica muy distintas.
70; CORDEU; SIFFREDI, 1978; KARSTEN, 1932; Los sitios Goya-Malabrigo pueden ser
MASHNSHNEK, 1975b; MÉTRAUX, 1935, 1973; defendidos como bases residenciales. En este sentido,
MILLER, 1979; PALMER, 1995; TERÁN, 1994a). sobre 18 sitios analizados por Ceruti en el Paraná
En un relato nivaclé se señala que la humanidad medio, 17 presentan evidencias de actividades
actual tuvo origen en una primera pareja constituida múltiples (CERUTI, 2003, p. 115). De la misma manera
por un joven y un loro transformado en una pueden ser asignados los sitios Don Santiago, Rodeo
atractiva mujer, únicos sobrevivientes de la gran Viejo de la Nena, Cerro Bauer7, Escuela 31, La Yeguada
destrucción del mundo (MASHNSHNEK, 1975a, y El Cerro (CAGGIANO, 1982, 1984; GASCUE et al.,
p. 168). Finalmente, en un mito recogido entre los 2016; LOPONTE et al., 2015 y en prensa).
wichí se asocian las aves con la alfarería, donde un La intensidad de ocupación es los sitios
pequeño falcónido vierte en diferentes vasijas la parece haber sido distinta, lo cual podría vincularse
sangre de distintas presas, de donde surgieron los con factores de agregación/dispersión en relación
wichí y otros grupos étnicos (BRAUNSTEIN, 1976; con los procesos pulsátiles del río Paraná (CERUTI,
MASHNSHNEK, 1976). 1984, 2003). También se ha postulado la existencia
Este pequeño repaso señala una importante de “campamentos estacionales en las islas” y más
relación simbólica entre las aves y diferentes estables en los puntos altos del paisaje8 (CERUTI;
grupos étnicos guaycurú y mataco-mataguayo e GONZÁLEZ, 2007, p. 116). Sin embargo, aún no
inclusive entre las aves y la alfarería. Estos grupos, disponemos de estimaciones del grado de estabilidad
precisamente, son los que se encuentran adyacentes ocupacional, los cuales siguen derivándose de
y en parte espacialmente superpuestos con los modelos informales (KELLY, 1992, 1995); esta
contextos alfareros de la unidad arqueológica Goya- depende no solo de los procesos intrínsecos de
Malabrigo. obtención de los recursos, sino también del estado
productivo del ambiente, de la circunscripción
Asentamiento espacial y de diferentes componentes sociales que son
difíciles de medir arqueológicamente (BINFORD,
Como las restantes unidades arqueológicas 2001; KELLY, 1995).
de la región adaptadas al ambiente fluvial, los sitios Dado que hasta el momento no se
Goya-Malabrigo están ubicados en los humedales identificaron claramente lugares de actividades
138
Los contextos Goya-Malabrigo del noreste argentino – Daniel Loponte e Alejandro Acosta
extractivas específicas, y que los sitios presentan con potencias promedio de 50 cm (cf. RODRÍGUEZ,
evidencias de actividades múltiples, es lógico aceptar 2008). En este sentido, Ceruti y González (2007)
que la ocupación del espacio se basó en un esquema plantean que:
de organización central (“central place foraging” o
CPF) (BETTINGER et al., 1997; CANNON, 2000, En el Paraná medio y Delta el aumento
de población está condicionado por la
2003), que minimiza el desarrollo de actividades
superficie de los sitios, que únicamente
fuera de los campamentos, trasladando la mayor soportan bandas de 20 a 50 personas. Si
parte de las tareas hacia ellos. Esto también ha sido la población crece, el déficit se compensa
observado para las otras unidades arqueológicas de aumentando el número de sitios y
la región (LOPONTE, 2008). La movilidad fluvial su dispersión territorial (CERUTI;
GONZÁLEZ, 2007, p. 117).
facilita este esquema de organización, que permite
además, trasladar cargas superiores al acarreo
terrestre, difiriendo las actividades de los lugares de Como también señalan estos y otros autores
acopio y de obtención hacia las bases residenciales. más arriba, hay depósitos extensos, pero estos pueden
Por ello, en sitios como Escuela 31 por ejemplo, el ser el producto de complejos procesos de formación.
perfil de representación anatómica de Blastocerus En este sentido, las reocupaciones a cielo abierto, aún
dichotomus, una presa que puede alcanzar 150 kg en una escala de tiempo arqueológicamente pequeña,
de peso, es coherente con el ingreso completo de pueden desarrollar grandes sitios por superposición
las carcasas. Esta estrategia también es adecuada lateral. También es frecuente que numerosos sitios
para el traslado completo de presas pequeñas pero pequeños y adyacentes, separados entre sí por
numerosas, como los peces. En este sentido, la espacios reducidos, sean subsumidos como uno solo
conectividad fluvial de los asentamientos debió ser de gran tamaño. De la misma manera, las estrategias
importante para minimizar el esfuerzo de traslado, lo de abandono y los procesos post-depositacionales,
cual también ha sido planteado para los sitios de otras modifican significativamente la distribución de
unidades arqueológicas locales (LOPONTE, 2008). las partículas arqueológicas en relación a las áreas
En la mayor parte de los sitios Goya- originalmente ocupadas. Por todo ello, las relaciones
Malabrigo se realizaron inhumaciones (CAGGIANO, entre los tamaños de las ocupaciones en términos
1984; CERUTI, 2003; FRENGUELLI; APARICIO, sistémicos y los tamaños de sitios arqueológicos
1923; GONZÁLEZ, 1947; GASPARY, 1950; LAFON, no son lineales y deben ser analizadas en cada
1971; OTTALAGANO et al., 2015; RODRÍGUEZ, caso en particular (BINFORD, 1983a, 1983b, 2001;
2008; SERRANO, 1946; SCABUZZO et al., 2015). BORRERO, 2001; FLANNERY, 1972; MCNEES et
Sin embargo, la contemporaneidad estricta entre los al., 1992; SIMMS, 1989; SMITH Y MCNEES, 1999).
eventos mortuorios y las actividades domésticas debe La disponibilidad de lomas altas en paisajes
ser analizada en cada caso en particular. En el registro anegables, como sucede en la región bajo estudio9,
regional, existen sitios Goya-Malabrigo que poseen constituye un recurso que brinda protección ante
ambos tipos de eventos con edades radiocarbónicas las frecuentes inundaciones del área (HERZER
estadísticamente indiferenciables (LOPONTE et al., et al., 2004; MALVÁREZ, 1999; NEIFF, 1999).
2015; OTTALAGANO et al., 2015; SCABUZZO et Su reutilización tiende precisamente a producir
al., 2015), al igual que sucede en contextos de otras solapamientos más o menos exactos en estos puntos
unidades arqueológicas (LOPONTE et al., 2016a; altos del espacio, como también una incongruencia
BUC; LOPONTE, 2016) (ver el apartado de registro espacial moderada (cf. SMITH; MCNEES, 1999).
mortuorio más abajo). Estas estrategias de uso del espacio se adecuan a
Las dimensiones de los sitios Goya-Malabrigo lo que se observa a nivel regional, incluyendo la
varían entre 100 y 30.000 m2 (CERUTI, 2003), o entre distribución de los sitios Goya-Malabrigo. Por
500 y 5.000 m2, predominando superficies entre 1.000 ejemplo, en el sitio Cerro Lutz, que pertenece a
y 1.500 m2 (RODRÍGUEZ, 2008). La existencia de otra unidad arqueológica, el registro se extiende
sitios pequeños que parecen ser los más comunes, por más de 400 m de longitud, con una superficie
fueron vinculados con una o pocas ocupaciones, aproximada superior a 20.000 m2. Sin embargo,
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recientes dataciones radiocarbónicas muestran que es suma de pequeños eventos de ocupación. En este
el producto de sucesivos usos ligeramente desfasados sentido, Rodríguez y Ceruti (1999, p. 123) señalan
en el tiempo y en el espacio. Lo mismo sucede con que los sitios de Goya-Malabrigo están localizados
el sitio La Argentina10, ubicado sobre una extensa “sobre pequeñas elevaciones naturales, parcialmente
loma de origen natural, cuyo registro se observa incrementadas por la acción humana”. Prácticamente,
aproximadamente a lo largo de 200 m lineales. El todos los investigadores coinciden en que existió
depósito posee diferentes ocupaciones dispersas a una conducta de alta redundancia ocupacional
lo largo de 1000 años radiocarbónicos; solo la más (CAGGIANO, 1979; CERUTI, 2003; CERUTI;
reciente corresponde a un contexto Goya-Malabrigo. GONZÁLEZ, 2007). Este mecanismo no solo
La redundancia ocupacional también se observa en aumenta la superficie final, sino también su altura de
sitios más pequeños como es el caso de Los Tres manera progresiva. La mayoría de los sitios de esta
Cerros I, identificado como un sitio exclusivamente unidad arqueológica que poseen más de un fechado,
Goya-Malabrigo. Aquí se obtuvieron fechados señalan o sugieren reocupaciones separadas en el
dispersos que abarcan 667 años radiocarbónicos, tiempo (Figura 10). En otros casos, como por ejemplo
entre 1227 ± 45 y 560 ± 80 años 14C AP (SCABUZZO se observa en el sitio Rodeo Viejo de La Nena,
et al., 2015, p. 512). Esto puede estar sucediendo que tiene dos fechados equivalentes en dos capas
en la mayoría de los sitios de la región que poseen sucesivas, la potencia de las capas más profundas aún
depósitos potentes, y que como resultado final, no datadas (CAGGIANO, 1981), también sugiere la
generaron sitios de relativo tamaño, que si bien se posibilidad que existan ocupaciones más tempranas.
consideran por ello “importantes” o de determinada A medida que se obtengan más fechados por sitio, el
“jerarquía” (ver ideas de este tipo expresadas en comportamiento de reutilización de estos espacios
BONOMO et al., 2011a), parecen representar la podrá ser mejor calibrado.
Figura 10 – Curvas radiocarbónicas de las edades de las ocupaciones de algunos sitios Goya – Malabrigo que
poseen más de un fechado
Fuente: Para la calibración se utilizó la curva SHCal13 (Hogg et al., 2013). Los datos fueron tomados de Schmitz
et al., (1972) para Paraná Miní; de Kozameh y Brunás (2013) para Cerro Grande de la isla Los Marinos; Arroyo
Largo de Ceruti (1984a); Tapera Vázquez de Politis y Bonomo (2012); Don Santiago de Caggiano (1981) y Cerro
Aguará de Acosta et al., (2010).
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Los contextos Goya-Malabrigo del noreste argentino – Daniel Loponte e Alejandro Acosta
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Cadernos do CEOM, Chapecó (SC), v. 29, n. 45, p. 125-187, Dez/2016
como elevaciones artificiales por otros investigadores arqueológicos 11 que pudieran estar vinculados.
que pudieron analizar in situ las estratigrafías El registro recuperado corresponde a actividades
respectivas (ver un resumen en LOPONTE et al., domésticas y mortuorias, las cuales fueron realizadas
2016a). Recientemente, Scabuzzo y colaboradores en forma más o menos sincrónica. La única
(2015) también señalaron algunos sitios como inhumación fechada arrojó una edad radiocarbónica
“cerritos” construidos. Sin embargo entre ellos se estadísticamente superpuesta con el descarte
encuentra, por ejemplo, Paraná Ibicuy I, que es una doméstico. Este individuo, junto con otros que no
loma natural que específicamente corresponde a un pudieron ser recuperados, se encontraba en contacto
albardón fluvial, sin ninguna evidencia de actividad franco con la base de la plataforma12, el cual estaba
constructiva (CAGGIANO et al., 1978). además parcialmente impregnado con los sedimentos
En el Delta superior del Paraná, Bonomo utilizados para construirla. Otras dos inhumaciones
et al., (2011a), concluyeron que alrededor 28 sitios
se recuperaron del interior de la estructura. En
serían construcciones artificiales, pero sin aportar
ninguna de ellas se advirtieron evidencias de cavado
mayores precisiones al respecto. Posteriormente
que pudieran sugerir un uso mortuorio posterior
Castiñeira et al., (2014, p. 34) señalaron que de 76
al abandono del sitio (LOPONTE et al., 2015).
sitios detectados en el Delta Superior “alrededor del
Esto señala como hipótesis más probable, que
50% han sido considerados como cerritos”, es decir,
ambas son contemporáneas con el desarrollo de las
38 sitios estarían construidos. De este conglomerado,
se dispone de información detallada de Los Tres actividades domésticas. La plataforma fue elevada
Cerros I, que es una loma natural sobre la cual los mediante la acreción de preparados sedimentarios
excavadores sostienen que se habrían agregado que muestran diferentes proporciones de arcilla,
sedimentos de manera intencional con el objeto de arena y agua. La discontinuidad lateral inmediata
elevarlo. Este agregado ha sido identificado como entre las diferentes capas y lentes es un indicio del
“Unidad 3”. Aquí en particular hay ocupaciones uso sincrónico de diferentes mezclas. También se
dispersas entre 1030 ± 50 y 560 ± 80 años 14C identificaron en cantidades pequeñas, clastos de
AP, es decir a lo largo de aproximadamente 500 diversas composiciones incluidos en la matriz, como
años radiocarbónicos, en una pila sedimentaria núcleos de arcilla más o menos pura, fragmentos
remanente de 95 cm de potencia (CASTIÑEIRA et de sedimentos de suelos más secos y también
al., 2013, 2014). También, en la margen derecha del pequeños lentes de suelos quemados. La cantidad
río Uruguay inferior, se ha considerado que el sitio de alfarería y elementos faunísticos recuperados, si
Cerro Boarí 3 “fue sobreelevado intencionalmente bien son numerosos, en términos volumétricos son
sobre el terreno” (GIANOTTI; BONOMO, 2013, p. insignificantes como para considerarlos rellenos
145-146), en relación a los resultados obtenidos por importantes en sí mismos como partículas que hayan
Castro (2011), quien presenta datos generales sobre contribuido a la elevación de la plataforma. Por
este sitio y un fechado radiocarbónico asociado.
otro lado, la cerámica, que presenta una unidad de
La información y las características del sitio
estilo notable y relaciones de ensamblaje a lo largo
Escuela 31, asignado a Goya-Malabrigo, es algo
del depósito, fue descartada como consecuencia de
diferente. Aquí, sobre una loma natural se construyó
las actividades domésticas, al igual que la fauna. Los
una plataforma pequeña de 35 x 25 m y entre 0,90
datos en su conjunto, permiten sostener que Escuela
y 1 m de altura aproximadamente, cuyos cuatro
31, por el momento, es la plataforma artificial más
fechados radiocarbónicos son estadísticamente
indiferenciables. Si bien el albardón es más grande, antigua detectada en la región, cuya construcción
el descarte solo se realizó en esta estructura artificial, se realizó de manera relativamente continua y
lo cual indica un área de ocupación discreta. En las sincrónica, y donde se desarrolló una ocupación
lomas inmediatamente adyacentes a Escuela 31, humana discreta, de pequeñas dimensiones, que
incluyó actividades mortuorias.
no se identificaron hasta el momento otros sitios
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Subsistencia
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abundante. Asimismo, en Barrancas del Paranacito que en algunos sitios hay una baja cantidad de
y Paso del Tala, oscila entre 2,7% y 3,6% del NISP, lo restos de peces o prácticamente ausencia de ellos,
cual igualmente son valores bajos (ACOSTA et al., como por ejemplo en Malabrigo (FRENGUELLI;
2010; BARBOZA, 2014); por el contrario, en el sitio APARICIO, 1923), y cuando ello sucede, los restos
Los Tres Cerros I alcanza 11,6% (calculado en base a de coipo son abundantes. Por otro lado, existen
BASTOURRE, 2014: 112). Este es un aspecto que solo muy pocas determinaciones específicas de peces en
podrá ser discutido en el futuro una vez que aumente las colecciones de estos contextos. En Escuela 31 la
la cantidad de conjuntos faunísticos analizados y se mayor parte corresponde a especies de Siluriformes
avance en su patrón de representación anatómica. y Characiformes que poseen patrones de migración
Los peces están presentes en la mayoría de los estival hacia la baja cuenca del Paraná, y que también
sitios Goya-Malabrigo, sin embargo, en muy pocas son los más frecuentes en los sitios de otras unidades
colecciones están adecuadamente cuantificados. arqueológicas de la región.
Uno de los principales problemas respecto a su En aquellos conjuntos Goya-Malabrigo donde
valoración, es que sus restos son muy pequeños, por existen datos sobre el grado de fractura intencional
lo cual se requiere no solo el tamizado completo y de los huesos largos de los cérvidos, como sucede en
en húmedo de todo el sedimento removido, sino los sitios de Escuela 31 y La Yeguada, estos muestran
también el uso de una malla pequeña. Incluso el una importante fragmentación por percusión
empleo de técnicas diferentes de recuperación (LOPONTE et al., 2015 y en prensa). Las diáfisis
en los depósitos locales introduce un sesgo en están reducidas a astillas que en promedio están por
las comparaciones, especialmente entre los peces debajo del rango 60 - 69 mm. El grado de completitud
(LOPONTE, 2008; MUSALI, 2010). Disponemos anatómica muestra un notable desbalance negativo
de escasas colecciones arqueofaunísticas obtenidas del esqueleto axial, probablemente vinculado con la
en los sitios de esta unidad donde se haya tamizado fragmentación y la pérdida de sensibilidad analítica
todo el sedimento mediante cernido en húmedo, y de los remantes del tejido esponjoso. Este registro es
utilizado mallas de tamaños normalizados. En los usual en aquellos sitios donde se aplicó la secuencia
sitios Arenal I y La Palmera 2, que cumplen con estos “fractura + hervido”, destinada a maximizar la
parámetros metodológicos, los restos de peces son extracción de nutrientes entre grupos humanos
abundantes, especialmente los Siluriformes. En este con tecnología cerámica (LUPO; SCHMITT, 1997;
último sitio, los peces alcanzan valores superiores a CHURCH; LYMAN, 2003). Conductas semejantes
80% del NISP del conjunto total (OTTALAGANO se observan en los conjuntos arqueofaunísicos
et al., 2015). En Arenal I, que ha sido considerado de la región, que pertenecen a otras unidades
como un sitio mortuorio, los peces alcanzan valores arqueológicas (ACOSTA, 2005; LOPONTE, 2008).
semejantes (CERUTI; GONZÁLEZ, 2007). En el sitio En algunos sitios Goya-Malabrigo se detectó
Los Bananos, hasta el nivel 7, los peces representan en sedimentos13 y en algunos artefactos la presencia
el 80% del NISP, y luego su cantidad es similar a de microrestos vegetales asignables a Cucurbita sp.
los mamíferos, pero en estos niveles inferiores, (zapallo), Prosopis sp. (algarrobo), Phaseolus sp.
la cantidad de muestra es pequeña (BARBOZA; (porotos), Ipomea sp. (batata), Zea mays (maíz),
PÍCCOLI, 2013). En el sitio El Cerro, los restos de y Syagrus romanzoffiana (palmera de pindó)
peces en la colección remanente alcanzan 30% NISP (BONOMO et al., 2011a, 2011b; SÁNCHEZ et al.,
mientras que en el sitio La Yeguada están virtualmente 2013; COLOBIG; OTTALAGANO, 2016; CORNERO;
ausentes (GASCUE et al., 2016; LOPONTE et al., RANGONE, 2015). Estos últimos autores también
en prensa). Si bien ambas colecciones presentan identificaron microrestos asignados como “gránulos
diferentes sesgos que disminuyen la representatividad de almidón” en el cálculo dental de dos individuos
de los resultados, estas diferencias bien pueden (CORNERO; RANGONE, 2015, p. 90, Tabla 3).
estar reflejando, en parte, variaciones espacio- Sin duda que los grupos humanos consumieron
temporales. En este sentido, Ceruti (2003) señaló alimentos vegetales silvestres, pero algunas de las
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Los contextos Goya-Malabrigo del noreste argentino – Daniel Loponte e Alejandro Acosta
especies señaladas implican también la manipulación son más modernas (OTTALAGANO; LOPONTE,
de plantas cultivadas. De una u otra manera, 2016) (Figura 12). Si bien esta última aún requiere
ninguna parece haber alcanzado un nivel de ingesta ser ajustada con más fechados directos sobre los
importante. En este sentido, los estudios isotópicos individuos14, es coherente con la intensificación en los
realizados en humanos recuperados en sitios recursos ictícos que se observa en el registro faunístico
Goya-Malabrigo muestran los niveles de nitrógeno regional (LOPONTE et al., 2012; SARTORI et al., 2014).
más altos de todos cazadores-recolectores de la Paralelamente, sobre 23 individuos recuperados en
región, señalando la importancia de los peces en contextos Goya-Malabrigo, los valores del colágeno y
la dieta, que son aquellos que pueden explicar la apatita muestran dietas monoisotópicas C3 (δ13Cco
el alto nivel de fraccionamiento que exhiben los −19,4 ± 1,6; δ13Cap −13 ± 1,2‰), es decir, el maíz no
humanos respecto a la cadena trófica local. La es isotópicamente detectable, con la excepción de un
tendencia temporal muestra un aumento sostenido individuo procedente del sitio Arenal I (d13Cco -15,6‰)
en los niveles de nitrógeno conforme las muestras (OTTALAGANO; LOPONTE, 2016) (Figura 12).
Figura 12 – A la izquierda, biplot de los valores de la cadena trófica de carbono y nitrógeno. Los individuos
recuperados en los sitios Goya-Malabrigo están señalados como “Humanos G-M” y la dispersión de sus valores está
remarcada dentro del área punteada. Los humanos de otras unidades arqueológicas que también corresponden a
cazadores-recolectores complejos, están señalados como “Humanos GCL” (Grupo de Cerámica Lisa) y “Humanos
GCI” (Grupo de Cerámica Incisa”). Tomado y modificado de Loponte et al., (2016b). A la derecha, tendencias
temporales de los valores de nitrógeno en humanos recuperados en sitios Goya-Malabrigo (tomado y modificado
de OTTALAGANO; LOPONTE, 2016).
Fuente: Tomado y modificado de Loponte et al., (2016b) y de Ottalagano; Loponte (2016).
Los valores isotópicos obtenidos a partir de nitrógeno son los más bajos de la región, si bien
humanos recuperados en los sitios Goya-Malabrigo aún la cantidad de muestras disponibles de este
son semejantes a los observados en otras muestras de subconjunto es pequeña. Finalmente, los guaraníes,
la región, que provienen de sitios de la informalmente que representan una población inmersa dentro
denominada unidad Grupo de Cerámica Lisa, que del Formativo de las Tierras Bajas sudamericanas,
también muestra una adaptación notable al ambiente muestran una tendencia diferente, con un consumo
fluvio-lacustre, y especialmente, un énfasis en la de maíz claramente detectado a nivel isotópico, y un
explotación de los peces (LOPONTE, 2008). Ambas nivel de nitrógeno que tiende a ser más bajo15 que
se diferencian de aquellos humanos recuperados en aquel observado en los individuos recuperados en
los sitios del del también informalmente denominado los sitios Goya-Malabrigo (Figura 13).
Grupo de Cerámica Incisa donde los valores de
145
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3
et al., 2005). Si bien los resultados no pueden
Humanos Guaraní
2 interpretarse linealmente, y existe un solo dato de la
1 Humanos GCI
cadena trófica local que corresponde a un zorro, los
0
valores obtenidos en humanos muestran magnitudes
Function 2
Humanos GCL
-1
-2 Humanos G-M
consistentes con dietas altas en proteínas (CERUTI;
-3 GONZÁLEZ, 2007; CORNERO; PUCHE, 1995).
-4 Herbívoros puros
-5
P. onca. Carnívoro puro Subsistencia y fuentes históricas
-6
-10 -9 -8 -7 -6 -5 -4 -3 -2 -1 0
L. longicaudis.
Carnívoro puro Los datos históricos son coincidentes con
Function 1
el registro isotópico y con una fracción del registro
Figura 13 – Centroides y sus desvíos respectivos de las faunístico, dado que señalan a los peces como la
funciones discriminantes de los valores isotópicos de principal fuente de alimentos de los grupos del
las dietas
Paraná medio e inferior, los cuales básicamente
Fuente: Tomado y modificado de Loponte et al., (2016b).
son descriptos como pescadores, que además
Este último esquema de distribución de almacenaban peces y que en parte los transformaban
los valores de dietas isotópicas incorpora los en subproductos (SANTA CRUZ, 1908 p. 57;
resultados de la apatita, y por lo tanto, considera los FERNÁNDEZ DE OVIEDO Y VALDÉS, 1944, V,
componentes de la dieta total, y no solo de la ingesta p. 131, 154, 155). Una crónica relacionada con esta
proteica como sucede con el colágeno. Nuevamente última conducta, señala que se utilizaba un pez que
aquí se observa el solapamiento entre los humanos los españoles identificaron con la “boga” del Viejo
procedentes de sitios Goya-Malabrigo y aquellos Mundo y que probablemente corresponda a la boga
recuperados en los sitios del Grupo de Cerámica Lisa. local, Prochilodus platensis16 (FERNÁNDEZ DE
Nuevas lecturas recientemente obtenidas con OVIEDO Y VALDÉS, 1944, V, p. 131). Esta especie
humanos recuperados en el sitio Goya-Malabrigo El representa el 50% de la masa íctica local, temporal y
Cerro (margen izquierda del río Uruguay), muestra espacialmente predecible, y por ende, es un recurso
igualmente una tendencia monoisotópica C3, con sobre el cual se puede efectuar un proceso de
niveles de nitrógeno altos (d13Cco x3= -19,7 ± 0,5‰; intensificación, aspecto que ya ha sido discutido en
d13Cap x3= -12,1 ± 0,2‰; d15N x3= 10,5 ± 0,7‰; la literatura arqueológica local (LOPONTE, 2008;
Gascue et al., 2016). Valores equivalentes en el MUSALI, 2010).
colágeno fueron obtenidos para un individuo del sitio Entre las crónicas disponibles para la región,
Y-57, dos del sitio Cerro Daymán y tres de Colonia la de Ulrich Schmidl es probablemente la más
Concordia (BRACCO et al., 2000), todos ubicados importante de todas, ya que constituye la mayor
en la margen izquierda del río Uruguay. transecta etnográfica del temprano siglo XVI, desde
Existen otros datos que son utilizados el estuario del Río de la Plata hasta el río Paraguay,
como indicadores del estilo de las dietas, como la donde se describe a los grupos aborígenes siguiendo
frecuencia de caries (BUIKSTRA; UBELAKER, un orden espacial, con cierto énfasis en qué alimentos
1994; COHEN; ARMELAGOS, 1984; LARSEN et podían encontrarse entre ellos. En su relato, luego de
al., 1991; entre otros). La frecuencia de esta patología señalar algunos aspectos acerca de los querandíes de
en humanos procedentes de sitios Goya-Malabrigo los alrededores de Buenos Aires, describe a los timbú,
es semejante a aquellas propias de sociedades de quienes “no comen otra cosa que carne y pescado.
cazadores-recolectores (CORNERO; PUCHE, 2000; También en toda su vida no han tenido otra comida”
KOZAMEH; BARBOSA, 1996; L’HEUREUX, 2000; (SCHMIDL, 1948, p. 71).
GASCUE et al., 2016). También se conocen valores El cronista refuerza esta observación, al
de Sr/Ca para algunos individuos, que constituye un señalar que el abastecimiento brindado a las tropas de
indicador general del nivel trófico (SPONHEIMER Ayolas en el campamento de estos grupos fue “carne
146
Los contextos Goya-Malabrigo del noreste argentino – Daniel Loponte e Alejandro Acosta
y pescado”. Según diferentes investigadores, este basada en los peces (ver más abajo). Recién cuando
grupo estaba ubicado en el tramo más septentrional la expedición contacta con los guaraníes de Paraguay,
del Paraná inferior, donde aproximadamente se se describen numerosos alimentos cultivados,
desarrolla el Delta medio y superior (LOTHROP, constituyendo un notable giro en la descripción
1932; CERUTI, 1984b). Posteriormente, Schmidl de los alimentos disponibles (SCHMIDL, 1948, p.
señala que los “Corondas”, localizados en forma 109; ver también más abajo). Las áreas geográficas
adyacente a los anteriores, probablemente entre donde se ubican a “timbúes”, “corondas”, “quiloazas”,
el sector más septentrional del Paraná inferior y “mocoretás” y “mepenes” tienen como expresión
el más meridional del Paraná medio, tenían como tardía, los contextos arqueológicos Goya-Malabrigo,
sustento: “pescado y carne”. Estos grupos eran con los cuales han sido vinculados por diferentes
similares a los timbú, con quienes compartían autores (SERRANO, 1946, 1950; GASPARY, 1950;
ciertos rasgos simbólicos: “también [como los POLITIS; BONOMO, 2012). De esta manera, hay
timbúes] tienen dos estrellitas en ambos lados de la una clara excepción de las actividades productivas
nariz” (SCHMIDL, 1948, p. 85-87). Un poco más al como parte de las economías de estos grupos y un
norte, también sobre el Paraná medio, describe a los notable énfasis en el consumo de peces.
“Quiloazas” quienes: “…para comer tienen pescado Por otro lado, disponemos de la compilación
y carne y tienen también dos estrellitas como los de Fernández de Oviedo y Valdés (1944), que dejó
sobredichos Timbúes y Corondas; (también) ellas, una de las mejores crónicas, tanto por la cantidad
las tres naciones, hablan todas una [sola] lengua” de datos como por las distintas fuentes que articuló
(SCHMIDL, 1948, p. 89). De este relato se desprende sobre diferentes temas relacionados con el ambiente
que estos tres grupos compartían códigos semióticos, y los grupos humanos de la región. Al referirse a los
una misma lengua y una subsistencia basada en la “timbús”, señala que “estos tienen ciertas lagunas,
caza y fundamentalmente en la pesca. Siguiendo la en que tienen grandes pesquerías, y les sacan
crónica de Schmidl, en un sector más septentrional pescado y lo guardan para el tiempo de adelante”
del Paraná medio, describe a los “Mocoretás” quienes (FERNÁNDEZ DE OVIEDO Y VALDÉS, 1944, V; p.
“hablan una lengua diferente; también ellos tienen 155). Para los “carcaraes” adyacentes a los anteriores,
dos estrellitas en la nariz...”. Según Ceruti (1984b), menciona que “Susténtanse de pescado, y tienen
estos se localizaban en el norte de la provincia de mucho y bueno…” (FERNÁNDEZ DE OVIEDO
Entre Ríos y centro de la provincia de Santa Fe. Y VALDÉS, 1944, V, p. 154). Para los “mecoretaes”
Siguiendo el relato de Schmidl, los “Mocoretás” también señala que “no siembran, y son muy dados
también “…no tienen otra cosa para comer que a la pesquería…” (FERNÁNDEZ DE OVIEDO Y
pescado y carne, pero por parte mayor tiene pescado” VALDÉS, 1944, V, p. 156). Entre este autor y Schmidl
(SCHMIDL, 1948, p. 91). Hasta aquí es bastante hay una clara coincidencia, no solo en los nombres
claro que este grupo, adyacente a los anteriores, de los grupos indígenas, sino también en la base de
si bien tienen una “lengua diferente” que podría su subsistencia, centrada en los recursos ictícolas.
eventualmente corresponder a una forma dialectal Fernández de Oviedo y Valdés señala dos
de la anterior, siguen compartiendo ciertos códigos grupos más dentro del panorama etnográfico,
de comunicación y una subsistencia descripta de quienes sí tienen alguna actividad productiva. Entre
manera idéntica a los anteriores. ellos, están los “chanastinbús” quienes “se mantienen
Lamentablemente, la crónica de Schmidl de pesquería y siembran algún poco de mahiz y
no incluye una descripción de la subsistencia del calabazas de las nuestras de España, pero mayores
siguiente grupo que habitaba las márgenes del e tienen muchas pieles de nutrias…y venados
Paraná, que corresponde a los “Mepenes”, debido grandes y pequeños” (FERNÁNDEZ DE OVIEDO
a que estos entraron en combate con los europeos, Y VALDÉS, 1944, V, p. 154, ver también V: 130).
pero García (en MADERO, 1939) unos años antes, Lo mismo señala los “beguaes” o “janaes-beguas”
describe una subsistencia para este grupo también (chaná-beguá) quienes “…susténtanse de pequerías
147
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et al., 2016; OTTALAGANO et al., 2015; SCABUZZO SCHROEDER, 2001). Los análisis de distribución
et al., 2015).Todas estas prácticas mortuorias, con de las inhumaciones en los sitios Goya-Malabrigo
mayor o menor grado de variabilidad, también han no están particularmente desarrollados. En el
sido advertidas en otras unidades arqueológicas sitio Las Mulas I, la significativa concentración
de la región (LOTHROP, 1932; LOPONTE, 2008; de inhumaciones en un área reducida sugiere
MAZZA; LOPONTE, 2012; TORRES, 1911). el desarrollo de áreas formales de inhumación
En el sitio Cerro Grande de la isla de Los (CERUTI, 2003, p. 117). De la misma manera podría
Marinos se detectaron elementos óseos humanos ocurrir en los sitios de las nacientes del Paraná
quemados, previamente impregnados con ocre Pavón y de la Isla de Los Marinos (GONZÁLEZ,
(GASPARY, 1950), una situación que había sido 1947; GASPARY, 1950). En el sitio Los Tres Cerros
previamente observada por González (1947) en I, también se identificaron “…al menos 16 esqueletos
Paraná Pavón. Gaspary consideró como más probable humanos que se encontraban dispuestos en dos
una incineración accidental posterior al evento de conjuntos espacialmente segregados…” (SCABUZZO
inhumación, en tanto González consideró que era et al., 2015, p. 514). Estos autores señalan que el sitio
una conducta intencional. Posteriormente en el se empleó para tal fin durante al menos 200 años, lo
sitio Los Tres Cerros I, Scabuzzo y colaboradores cual estaría en consonancia con lo observado en los
(2015) también recuperaron restos humanos con sitios de otros grupos de cazadores-recolectores de
diferente grado de termoalteración, algunos de ellos la región.
con ocre. No está claro aún si estas fueron prácticas
intencionales o forman parte de los complejos Jerarquías sociales
procesos de formación del registro. La redundancia
ocupacional y el uso continuo de las mismas áreas La existencia de complejidad social y
de inhumación, predisponen el reordenamiento y tecnológica entre los grupos cazadores-recolectores
modificación de estructuras mortuorias previas por de la región para el Holoceno tardío, es un hecho
acciones de cavado posteriores, lo cual puede generar, bien establecido que posee diferentes líneas de
entre otras situaciones, incineraciones accidentales tal evidencia (LOPONTE et al., 2006, LOPONTE, 2008).
como lo postularon otros autores (GASPARY, 1950; Sin embargo, esto no implica que necesariamente
CERUTI, 2003). Sin embargo, existen evidencias que se haya desarrollado un proceso de desigualdad
sugieren la cremación intencional de individuos en el institucionalizada. Existen registros relativamente
sito Las Ánimas (GUARIDO y colaboradores, com. bien conocidos de sociedades complejas, donde
pers.), que si bien no es un sitio Goya-Malabrigo, de hecho, estas no han sido detectadas (KUIJT;
identifica la práctica en el área para el final del GORING-MORRIS, 2002). Paralelamente, la
Holoceno tardío. Por lo tanto, no es improbable mayoría de las sociedades que poseen rasgos
que, como sucede con el resto de las conductas jerárquicos se encuentran inmersas en procesos
mortuorias, la incineración haya sido utilizada por avanzados de producción de alimentos (PRICE,
los diferentes grupos humanos en la región. 2002), de lo cual no hay evidencias en la región.
En los sitios de otras unidades arqueológicas A pesar de ello, la existencia de desigualdad social
locales, se observa una conducta de segmentación es una hipótesis que requiere ser analizada, y de
de los espacios mortuorios, que conforman áreas hecho se explora consistentemente en el área a
formales de inhumación, e inclusive verdaderos partir de diferentes líneas de evidencia. Entre
cementerios utilizados durante generaciones 18 ellas, el grado de complejidad de las estructuras
(GATTO, 1939; LOTHROP, 1932; LOPONTE, mortuorias y la presencia diferencial de ajuar, que
2008; MAZZA, 2010; MAZZA; LOPONTE, 2012; son dos indicadores frecuentemente utilizados en
PETROCELLI, 1975; TORRES, 1911). Estos los estudios arqueológicos. Respecto del primer
últimos han sido vinculados con linajes o grupos rasgo y para los contextos Goya-Malabrigo, no
de descendencia con baja movilidad (BINFORD, hay un registro que sustente su existencia, ya que a
1971; BYRD; MONAHAM, 1995; CHARLES; excepción del sitio La Palmera 2 (ver más abajo), no
BUIKSTRA, 1983; SAXE, 1970; SAXE; GALL, 1977; se han podido identificar estructuras mortuorias que
151
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excedan la conformación de fosas. En este sentido, y medida, estos rasgos podrían estar en asociación
hasta el momento, no se detectaron construcciones, secundaria. En este sentido, este mismo autor señala:
contenedores o urnas mortuorias como las que
se observan en sociedades jerárquicas del área Por lo general, como las sepulturas
se cavaron en las mismas áreas de
amazónica o de Pantanal. Respecto del segundo
habitación, resulta difícil separar los
rasgo, no se detectaron ajuares mortuorios que elementos colocados junto al cadáver
permitan sostener la existencia de jerarquías sociales y los que se encontraban en las capas
y menos aún de desigualdad institucionalizada, como removidas, volcadas encima junto con
sí sucede en otras regiones sudamericanas. Por ello, la tierra (CERUTI, 2003, p. 125).
sobre los contextos Goya-Malabrigo, diferentes
investigadores han coincidido en que: “la funebría no En las excavaciones recientes de este sitio se
refleja diferencias de “estatus” importantes entre los detectó una inhumación, nuevamente delimitada
inhumados. Todo induce a suponer que nos hallamos por concreciones de tosca, lo cual sugiere que
frente a una sociedad igualitaria” (GONZÁLEZ, 1977, tal vez esto haya sido una conducta particular de
p. 424). De la misma manera, Caggiano y Sempé este sitio o sector. Los artefactos recuperados de
(1994, p. 291) señalaron que “…no hay marcadas manera adyacente y en contacto con esta estructura
diferencias en las ofrendas funerarias”. Cabe señalar mortuoria son semejantes a aquellos presentes en
que las “ofrendas” referidas consisten básicamente en el resto del depósito, sin que pueda determinarse la
restos faunísticos y cerámicos (CAGGIANO, 1984; existencia de ajuar (OTTALAGANO et al., 2015).
CAGGIANO et al., 1978; CERUTI, 2003). Ambas Esto muestra que el empleo de rocas para delimitar
clases de rasgos, en general, son similares a los que la inhumación, no implica la existencia de objetos
se recuperan en los contextos domésticos donde se asociados al cadáver, y que la asociación previamente
encuentran las inhumaciones, a excepción de los descripta para este sitio requiere ser considerada
restos de cánidos19. No hay análisis tafonómicos ni cautamente. En el sitio El Cerro, es razonable sostener
espaciales detallados de estas “asociaciones”, ni de las que la inhumación 2B incluye un ajuar constituido
características tecno-estilísticas de los recipientes, por una piedra con hoyuelos, dos bolas de boleadora y
de modo que estas vinculaciones descansan en una bola lenticular más pequeña, ubicadas alrededor
observaciones generales. Posteriormente a los de la región del cráneo y del rostro. También se
trabajos citados, se recuperaron 23 inhumaciones en identificaron dos ejemplares de Megalobulimus sp.
el sitio La Lechuza, sin evidencias de ajuar, excepto dispuestos sobre la parrilla costal izquierda y un
cuentas de collar confeccionadas en valvas en uno tercero a la altura de la clavícula, (GASCUE et al.,
de los individuos (CORNERO, 1999). Estas cuentas 2016; ver Figura 14 de este trabajo). Todas estas clases
están elaboradas con materias primas locales, y son de rasgos son infrecuentes en el registro estratigráfico,
bastante frecuentes en diferentes sitios de distintas su ocurrencia repetitiva y su disposición agrupada
unidades arqueológicas de la cuenca (LOTHROP, sobre y alrededor del individuo, sugiere que son
1932; CERUTI, 2003; LOPONTE, 2008). efectivamente parte del acompañamiento mortuorio.
En el sitio La Palmera 2, se identificó una Este, sin embargo tiene un componente utilitario
estructura mortuoria, que según su excavador, estaba relacionado primariamente con los sistemas de armas
cubierta por grandes lajas e integrada por fragmentos y con el procesamiento de alimentos. Los únicos
de alfarería, modelados zoomorfos y antropomorfos, elementos que podrían considerarse suntuarios
restos faunísticos, instrumentos de hueso, cuentas de son los ejemplares de Megalobulimus sp, pero esta
valvas y “ofrendas” compuestas por diferentes restos es una especie local, frecuente en la región. De esta
humanos, junto con un pequeño pendiente de metal manera, el ajuar no posee un carácter suntuario
(CERUTI, 2003)20, ilustrado en Ottalagano et al., que denote la existencia de algún status social
(2015b). Este registro, que parece ser excepcional, particular de este individuo. Las inhumaciones
no cuenta aún con un análisis detallado sino que recientemente recuperadas de Escuela 31, tampoco
disponemos de la enumeración de los rasgos que presentan ninguna evidencia de ajuar suntuario
estarían asociados. Sin embargo, en mayor o menor (LOPONTE et al., 2015) y hasta el momento, no
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Los contextos Goya-Malabrigo del noreste argentino – Daniel Loponte e Alejandro Acosta
hay ninguna razón objetiva para considerar que de jerarquías sociales y menos aún de desigualdad
en las inhumaciones de Los Tres Cerros 1 suceda institucionalizada. En consonancia con la propuesta
algo diferente (SCABUZZO et al., 2015). anterior, estos autores señalaron la existencia
Análisis relevantes para incluir en esta de “líderes” que: “…tendrían bienes de prestigio
discusión son los marcadores diferenciales de que simbolizan poder e involucran la tenencia y
actividad, estado de salud y las diferencias alimenticias exhibición de objetos valiosos, tales como diademas
(AMBROSE et al., 2003; SAPOLSKY, 2004), que y pectorales de metal (sobre todo cobre) (BONOMO
para los contextos Goya-Malabrigo, es una agenda et al., 2011a, p. 324).
que aún está por desarrollarse, de la misma manera Para tal construcción de poder y prestigio, el
que los análisis enfocados en desigualdades de los único registro físico considerado sobre “diademas y
conjuntos cerámicos, la estandarización de las pastas, pectorales de metal” para un sitio Goya-Malabrigo
las variaciones en los tamaños de los recipientes o la es el pequeño pendiente del sitio La Palmera 2.
presencia de decoración diferencial (BLITZ, 1993; Independientemente de ello, si hubiera varios
HAYDEN, 1995; PAUKETAT; EMERSON, 1991). individuos sepultados con objetos de metal, sería un
La existencia de evidencias indirectas de indicador ambiguo per se respecto de la existencia
jerarquías sociales también ha intentado identificarse de jerarquías sociales, demostrando que algunos
en otros rasgos del registro, como la construcción individuos alcanzaron, tal vez puntualmente, una
de “montículos”, que según algunos autores están capacidad de intercambio para adquirirlos. Pero
agrupados y que: aún así, este registro no sucede, a pesar de que se
han recuperado decenas de inhumaciones en sitios
En caso de tratarse de eventos únicos
de elevación de los cerritos, esto
Goya-Malabrigo. De la misma manera, es claro que
sugiere algún liderazgo consolidado el uso que dan los cronistas a los términos “mayoral”,
y permanente que organice el trabajo “jefe”, “principal”, etc., no puede ser considerado
comunitario e intercomunitario de a priori como un rasgo de desigualdad social más
construcción y mantenimiento…
(BONOMO et al., 2011a, p. 324). allá de la representación de intereses comunes que
ejercen determinados individuos en distintos tipos
Si bien los autores se refieren a la “localidad de organizaciones humanas, y menos aún, utilizarlos
arqueológica” de Los Tres Cerros, donde sugieren como evidencia de desigualdad institucionalizada.
que tres lomas que contienen sitios Goya-Malabrigo Dentro del esquema antes señalado, tampoco existen
podrían tratarse como un posible caso de “eventos análisis estratigráficos, cronológicos y espaciales
únicos de elevación”, lo cual decididamente no detallados de los diferentes eventos de ocupación
de sector alguno del Paraná inferior que muestren
parece (ver más arriba), al menos no para el sitio
“la existencia de una jerarquía de asentamientos
Los Tres Cerros I que está publicado con mayor
que podría ser el reflejo de distinciones sociales”
detalle, sí existen ejemplos más defendibles como
(BONOMO et al., 2011a, p. 324).
Escuela 31. Sin embargo, la elevación artificial
Las menciones de “mayorales”, “principales”
de áreas residenciales en áreas anegables es una
y la existencia de líderes en los combates contra los
conducta común en diferentes regiones vinculada
españoles, ya había sido previamente considerado
primariamente con factores ambientales, y no
por otros investigadores como un reflejo de la
necesariamente con jerarquías sociales. En la región,
existencia de jerarquías sociales (Iriarte, 1997).
hemos visto que otros grupos humanos también
Estas, sin embargo, pudieron ser episódicas,
elevaron las bases residenciales para lo cual solo
relacionadas con períodos de conflictividad que
se requiere cooperación social. En este sentido,
pudieron haber incluido “capturas de esclavos”
los grupos familiares actuales del área continúan entre los grupos beligerantes, y que en el siglo XVI
con esta actividad. Por lo tanto, la existencia de estuvieron incentivadas por la invasión europea.
“montículos” no puede tomarse como una evidencia Por otro lado, las menciones de “grandes caciques”
153
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154
Los contextos Goya-Malabrigo del noreste argentino – Daniel Loponte e Alejandro Acosta
LAMENZA, 2015). Por otro lado, como veremos, las proceso también le quitaba inventiva a los grupos
impresiones de cordeles también fueron un recurso humanos locales, lo cual es típico de los esquemas
estilístico utilizado en la alfarería del Paraná inferior difusionistas propios de aquel momento histórico
desde por lo menos 2400 años AP, una edad muy (TRIGGER, 1992).
temprana como para postular cualquier contacto con
En forma contemporánea a los trabajos de
el “ethos” arawak (ver más abajo).
Torres, Nordenskiöld recorrió el área Mojos en el
En una dirección distinta a Ambrosetti,
noreste de Bolivia, entre 1908 y 1914. Uno de los
Outes, Aparicio y Frenguelli, Luis María Torres
trabajos resultantes es “Indians adaptations in flooded
consideró que los modelados zoomorfos eran un
regions of South America” publicado en 1916, cuando
rasgo alóctono, cuyo origen debía buscarse fuera de
Torres ya había dado a conocer su síntesis sobre el
la región. Acorde con esta idea señaló:
Delta inferior. Aquí, aquel autor señala la existencia
En el norte, en plena cuenca del de terraplenes, canales y lomas construidas, que
Amazonas, existen otros tipos, más vincula con las del Delta del Paraná:
evolucionados y poco afines a todas luces
de estos que he comentado [se refiere a The Indians built such large earthen
los hallazgos del Delta del Paraná] y que “mounds” for protection from flooding
sin poder afirmar que fueran mucho más during the rainy season…. in order to
modernos, han influido, como he dicho, create fields, because many cultivated
en los platenses (TORRES, 1911, p. 572). crops, such as manioc, cotton, and sweet
potatoes, cannot tolerate soils which
Los restos de cerámica con ornamentación remain under water for part of the year.”
plástica y pintada, zoomórfica y “It is quite possible that mounds were
antropomórfica, descubiertos en la also built so that the dead need not be
cuenca inferior del Paraná, Corrientes, buried in water during the rainy season.
Goya, La Paz, Victoria, Coronda, Caboto, (NORDENSKIÖLD, 1916, p. 219).
San Pedro, Baradero y Campana, y
otras localidades de la provincia de It can be assumed that the Indians under
Buenos Aires, hasta algunas islas del similar conditions on Marajó Island, in
Delta inferior, Paycarabí, y en el litoral Mojos, on the upper Río Paraguay, and in
fluvial uruguayo, demuestran que se the delta of the Paraná River all arrived
trata de representaciones de aquella, o at the same idea of protecting their
de productos industriales de pueblos crops, graves, and houses from flooding
que corresponden al factor étnico que by building mounds. However, it seems
probable to me that the Arawaks were the
predominó en el norte amazonense. En
carriers of this idea. This language group,
la parte etnográfica se encuentran las
as we know, is distributed from the Island
versiones que explican la intervención de
of Marajó to the Río Paraná; indeed, it
estos elementos en el Delta y localidades
even reached the coast of North America
circunvecinas, de las que se desprende
(NORDENSKIÖLD, 1916, p. 221).
que dicha intervención puede atribuirse a
la época inicial de la población hispánica
(TORRES, 1911, p. 572). En estos párrafos es claro que, para este
autor, las lomas artificialmente elevadas habrían
De esta manera, consideró que existía sido diseñadas para protegerse de las inundaciones,
similitud morfológica entre la alfarería amazónica disponer de campos de cultivos secos y efectuar
y la del Paraná inferior, si bien reconoce que la inhumaciones. También asume una vinculación
primera es “más evolucionada” y “poco afín”, directa entre lengua, cultura y la construcción de
contradiciendo su propia idea, la cual, además, se estructuras de tierra, cuyo origen según este autor,
encuentra notoriamente poco sustentada en la “parte habría estado en la cuenca inferior del Amazonas:
etnográfica” de su trabajo. Aquí intenta explicar la
Nevertheless, it is possible that the
difusión de rasgos desde el área amazónica hasta el Indians here in northeastern Bolivia
Delta del Paraná, que habría ocurrido en tiempos had received the idea for such works
históricos o inmediatamente anteriores. Todo este from some other place. In Mojos there
155
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are no natural canals that connect rivers. L a cons e c ución de invest igaciones
Natural canals, on the other hand, are arqueológicas en las Tierras Bajas sudamericanas
very common on the lower parts of the
Amazon, as we can see on every map of demostró que la construcción de estructuras elevadas,
the Amazon. When the Arawaks came si bien se identifican en áreas donde hay grupos que
to Mojos from their former homes in pertenecen a la familia lingüística arawak, también
delta-building regions, they probably se observan en contextos culturales muy diferentes:
brought the idea of digging canals from
there. (NORDENSKIÖLD, 1916, p. 219).
Los primeros especialistas observaron
la coincidencia entre las culturas de
Estas soluciones pre-adaptadas, habrían lomas arqueológicas y la distribución
migrado como una especie de paquete cultural desde histórica de los hablantes de Arawak
un área fundacional ubicada en el curso inferior del (Baure y Mojo) (Nordenskiöld 1910,
1916; Métraux, 1947). Estudios más
Amazonas, hasta el Delta del Paraná. Nordenskiöld
recientes demuestran que la distribución
completó su análisis comparando diferentes regiones de lomas y camellones prehispánicos
de Sudamérica donde estos rasgos están presentes. también tienen elementos en común con
Incluye por supuesto la región de Mojos, donde la distribución con grupos que no son
señala que los montículos o lomas contienen Arawak (Pano, Tupi-Guaraní, y grupos
inhumaciones en urna y que habrían sido realizados sin clasificación), aunque es cierto que
la mayoría de las lomas más grandes
por grupos arawak; los existentes en la isla de Marajó
están ubicadas en localidades que
en la desembocadura del río Amazonas, que también históricamente son Arawak (Denevan
contienen inhumaciones en urnas y que también 1980, Erickson 1995). (ERIKSON, 2000,
vincula con los arawak; aquellos presentes en el área p. 215).
de la laguna Gaiba en el alto Paraguay atribuible a los
antepasados de los Guató (grupo lingüístico Macro Desde una perspectiva contemporánea,
Ge, no arawak), y los localizados en la confluencia la construcción de espacios habitables altos en
del río Madeira y el Amazonas en Miranguerá, y por regiones inundables sudamericanas ha dejado de ser
supuesto, incluye a los “montículos construidos” con tomado como un fósil-guía, un indicador lingüístico
las inhumaciones directas (no en urna) identificadas o un “trazo cultural”. En el plano estrictamente
por Torres (1911). arqueológico, las investigaciones desarrolladas en
Cabe señalar que Nordenskiöld también los llanos de Mojos y en Pantanal demostraron
consideró la posibilidad de un desarrollo local,
que las estructuras elevadas, sean estas artificiales,
independientemente de la difusión, basada en la
naturales o mixtas, contienen a menudo un registro
necesidad de disponer de espacios no inundables,
multicultural (ERIKSON 2000; ERICKSON;
pero se inclina a pensar que los arawak, en términos
BALEÉ, 2006; ERIKSEN, 2011; DOUGHERTY;
globales, habrían tenido la capacidad técnica de
CALANDRA 1981, 1982, 1984, 1985; MIGLIACIO,
realizarlas, ya que señaló que los pobladores actuales
2000; OLIVEIRA 2002; PEIXOTO 2003; SCHMITZ;
y otros grupos aborígenes no arawak serían incapaces
BASILE, 1970; SCHMITZ et al., 1991, 1998, 2009;
de realizar tales emprendimientos:
SCHMIDT, 1942). Esta conducta también se observa
It doesn’t take a great inventive mind to en otros ambientes anegados, tanto para resguardar
arrive at the idea of building an earth campamentos residenciales como para aumentar la
mound, if one lives on a plain which is capacidad de explotación de humedales continentales
flooded for a large part of the year. It (COUTTS et al., 1979; EVANS, 1978; GUMBLEY et
follows that this must still be a culture
al., 2005; HEAD, 1990; KIVIAT, 2014; LOURANDOS,
trait. It is easy to come up with the idea
of such a technique, but to execute it is 1983; NIEUWHOF, 2010; E. WILLIAMS, 1988; F.
not so easy. No whites and no mestizos in WILLIAMS, 1924, entre otros). Como ya hemos
Mojos would think of undertaking such señalado, la elevación de bases residenciales para
an enterprise, and they have much better resguardo de las inundaciones en el Paraná inferior
tools than the simple wooden spades
sigue siendo una conducta observada por los
which the Indians had at their disposal.
(Nordenskiöld, 1916, p. 221). pobladores actuales. De esta manera, la hipótesis de
156
Los contextos Goya-Malabrigo del noreste argentino – Daniel Loponte e Alejandro Acosta
Figura 15 – Modelados zoomorfos procedentes de Santarém (1 y 2), cuenca del Paraná (3), isla de Trinidad (4 y 5)
y de la región de Palikour (6)
Fuente: Tomado y modificado de la figura 3 de Nordenskiöld (1930, p. 28).
17 de este trabajo). En este sentido Metráux (1930) con apéndices cóncavos y siluetas; otro
consideró que si bien los modelados de la cuenca del seguramente el más tardío, pero también
arawak sería el de las representaciones
Amazonas y Orinoco eran comparables con los del sólidas y las alfarerías gruesas. El fondo
Paraná inferior, había diferencias en los “detalles”. cerámico de todas estas facies es la
Para el mismo período de investigación, cerámica de la facie Sarandí de la cultura
Lothrop señaló que la cantidad de modelados entrerriana (SERRANO, 1972, p. 39).
zoomorfos en los sitios era muy pequeña como
Esta supuesta vinculación fue sostenida
para considerarlos un producto local. Pero este
por Serrano en varias oportunidades (SERRANO,
investigador no analizó en forma directa contextos
1950, 1954, 1972), pero solo realizó comparaciones
Goya-Malabrigo, de modo que su conocimiento de
genéricas para sustentarla. Por ejemplo, en su
estos conjuntos era limitado. Si bien consideró que
los grupos humanos del Paraná inferior estaban último trabajo de síntesis, incluyó seis imágenes
relacionados con aquellos englobados como de recipientes completos con apéndices, tomadas
guaycurú, también señaló que habrían sufrido de las ilustraciones de Karl von den Steinen,
influencias tardías de los Guaná, establecidos a la recuperadas en la región del río Xingú, y las
altura del paralelo 21° LS (Chaco paraguayo – Mato comparó con la alfarería del Paraná medio, con las
Grosso do Sul), donde por otro lado, no existe cuales comparten apéndices. En la figura 16 de este
alfarería con modelados zoomorfos. Las evidencias trabajo reproducimos tres de estas imágenes. Esta
que presenta para sustentar alguna posible movilidad manera laxa y genérica de buscar equivalencias
arawak hacia el Delta del Paraná son poco útiles, ya visuales, no escapaba a las críticas ya realizadas por
que se basan en una cita histórica que vincula este Aparicio respecto al intento de correlación entre los
movimiento con el sistema capitalista instalado en modelados de Santarém y los del Paraná efectuada
el Buenos Aires colonial, que se había desarrollado por Nordenskiöld. Serrano intentó ampliar los
como un punto de atracción. Finalmente, cuando términos de la comparación incluyendo algunos
efectúa el repaso de las áreas donde hay modelados aspectos tecnológicos y tipológicos de la alfarería
zoomorfos, además del Chaco (que probablemente (Serrano, 1950). Uno de ellos es el uso de espículas
corresponda a los hallazgos descriptos en Outes), de esponjas como parte del antiplástico de la alfarería
incluye el área de la bien conocida diáspora arawak que se observa en los conjuntos amazónicos, y que
del nordeste de América del Sur, las Antillas y el este autor identificó en cerámica Goya-Malabrigo
extremo sudeste de Estados Unidos (LOTHROP, procedente del río Uruguay. Pero este desengrasante
1932, p. 185-186). parece ser una particularidad de los contextos de
Antonio Serrano, también enmarcado en la ese sector, ya que allí se observa en la alfarería de
corriente historicista y difusionista (cf. HOCSMAN, diferentes unidades arqueológicas (SERRANO, 1946;
2001), adoptó la idea de la influencia arawak en HILBERT, 1991 y obs. pers. 2015). En el Paraná medio
Goya-Malabrigo y aún más, consideró la existencia e inferior no se detectan o su empleo es muy escaso,
de sucesivas oleadas que habrían generado las y parecen constituir un elemento naturalmente
novedades que él consideraba más importantes, incorporados en las pastas (OTTALAGANO, 2016).
asignándole a estas migraciones, una incidencia Además, aquí también se reconocen en la alfarería
fundacional en la generación de cada una de las facies de otras unidades arqueológicas en frecuencias
que él había creado: igualmente exiguas (Ottalagano y Pérez 2013). Por
otro lado, entre los contextos amazónicos atribuidos a
Dentro del período tardío estas facies grupos arawak hablantes, se utilizan no solo espículas
serian unas más tempranas que las otras
y corresponderían a aportes sucesivos de trituradas (cauixí) sino también corteza de árbol
pueblos arawak que habrían llegado en (caraipé) (NEVES et al., 2014), lo que no sucede en
oleadas sucesivas. Por ejemplo uno de los contextos Goya-Malabrigo del Paraná y Uruguay,
estos aportes que correspondería a una
donde los tiestos molidos constituyen el antiplástico
oleada arawak serían las fuentes bajas
158
Los contextos Goya-Malabrigo del noreste argentino – Daniel Loponte e Alejandro Acosta
agregado más utilizado. Otro aspecto señalado por Si bien Serrano sostenía la existencia de
Serrano sería la existencia de recipientes planos influencias amazónicas en la alfarería, para lo cual
similares a los empleados por diferentes grupos “no es posible aún dilucidar hoy cómo llegó esta
amazónicos para procesar mandioca. Sin embargo, cerámica al litoral” (SERRANO, 1946, p. 28), siempre
esto no implica una vinculación arawak, ya que estos sostuvo un origen local para Goya-Malabrigo,
son comunes a diferentes contextos de las Tierras derivada de la CBL. En este sentido señaló que los
Bajas sudamericanas donde se cultiva mandioca y por “chaná-timbú”, a quienes consideraba sus autores
otro lado, los artefactos tradicionalmente vinculados (SERRANO, 1972, p. 47), no eran arawak, sino que
con su procesamiento son marcadores ambiguos esta influencia se habría producido por la difusión
(PERRY, 2005; FIGUEREDO, 2012). Finalmente, en de rasgos (SERRANO, 1954, p. 82). Inclusive, ya
el Paraná medio e inferior no se conocen registros había señalado que los grupos históricos conocidos
de verdaderos budares (ver también SCHMITZ et
como timbú, corondas y quiloazas, probablemente
al., 1972). Tal vez por ello, Serrano nunca incluyó
tuvieran una lengua emparentada con los querandíes
un diseño de platos completamente planos dentro
(SERRANO, 1947, p. 122), dado el empleo de esta
de los recipientes “típicos” de Goya-Malabrigo, y
lengua por los misioneros jesuitas para evangelizar
solo hay representaciones de escudillas de perfiles
a los grupos que no eran guaraníes, y ciertas
bajos o “platos” de paredes escasamente desarrolladas
(SERRANO, 1950, p. 62, 1972, p. 40), que también desinencias en los nombres propios. Aún más, de
de alguna manera están incluidas en su facie Sarandí una manera más contundente señaló:
(que no es Goya-Malabrigo), a las cuales denominó
Participamos de la idea que la cerámica
“fuentes” (SERRANO, 1972, p. 21). Una excepción lo artística de nuestros ribereños es de
constituyen las representaciones hechas por Gaspary origen arawak. Pero el hecho que su
(1950, p. 31), quien presenta recipientes con fondos cerámica sea de origen arawak no
completamente planos, pero estas reconstrucciones involucra ni remotamente la idea de que
deben ser precisadas con estudios contemporáneos. su cultura general también lo sea; ni que
sean racialmente amazónicos, ni que su
Por otro lado, no hay evidencias de que este tubérculo lengua haya pertenecido al grupo arawak
haya tenido un papel siquiera marginal en la (SERRANO, 1946, p. 27).
organización económica de los grupos de la región.
Los puntos que acabamos de reseñar En suma, la base fáctica empleada por
constituirían las semejanzas entre los contextos. Serrano para considerar influencias arawak en
La comparación que nunca se desarrolló es aquella la cerámica Goya-Malabrigo tuvo un contenido
donde intervienen los rasgos típicos de cada uno de insuficiente para sustentarlas.
ellos. En este sentido, por ejemplo, no se incluía en Lafon (1971) también sostuvo genéricamente
la discusión a las “campanas” Goya-Malabrigo que
la existencia de influencias arawak en el Paraná medio
han servido para caracterizar a esta unidad, las cuales
e inferior, pero en un trabajo posterior (LAFON,
por supuesto, están completamente ausentes en los
1972), abordó con mayor detalle el problema del
contextos amazónicos. Y de estos, prácticamente se
origen de Goya-Malabrigo, considerando que se
obviaron todas aquellas propiedades que los hacen
encontraba estrechamente relacionada con otras
característicos e individualizables.
unidades arqueológicas locales del noreste argentino.
En este sentido, señaló la unidad de estilo de los
patrones decorativos que se observa entre la alfarería
de los conjuntos con y sin modelados zoomorfos
y advirtió que los individuos recuperados en el
sitio Barrancas del Paranacito, que es un contexto
Figura 16 – Recipientes procedentes de la región Goya-Malabrigo, presentaban características
del Alto Xingú antropométricas diferentes de aquellas esperadas para
Fuente: Tomado y modificado de Serrano (1972, los grupos amazónicos, aspecto que está nuevamente
p. 47).
159
Cadernos do CEOM, Chapecó (SC), v. 29, n. 45, p. 125-187, Dez/2016
siendo evaluado por la arqueología local (MAZZA, adecuada para discutir la génesis de Goya-Malabrigo,
en prep.). Para Lafon las similitudes podrían reflejar que podría incluir tanto influencias andinas como de
un origen común pero no de contacto. Finalmente, las Tierras Bajas del noreste de Sudamérica. Llegados
señaló que: la “afinidad estilística” podría deberse a a este punto, es útil ilustrar algunos ejemplos de la
“… la rápida dispersión de algunas técnicas alfareras alfarería Santarém, para que puedan visualizarse
entre los pueblos cazadores, pescadores y recolectores los términos de la comparación en relación con los
que poblaron nuestro nordeste” (LAFON, 1972, p. 10). contextos Goya-Malabrigo del noreste argentino.
Unos pocos años después de la última síntesis Para ello incluimos algunas piezas clásicas y enteras
de Serrano, González (1977) también intentó ampliar de la denominada Cultura Santarém (cf. GOMES;
la base de comparación entre diferentes formas LUIZ, 2013), con las típicas bases cóncavas, cariátides
alfareras de los contextos de la baja cuenca del y un ejemplo de las tan difundidas urnas funerarias
Amazonas, señalando que habría algunas similitudes utilizadas por algunos grupos amazónicos, cuyos
pero también profundas diferencias entre ambas descendientes son arawak lingüísticos (Figura 17).
regiones, y que la información disponible no era
160
Los contextos Goya-Malabrigo del noreste argentino – Daniel Loponte e Alejandro Acosta
con un ecosistema fluvialmente conectado y identificada en el valle del río Orinoco, las Guyanas y
ecológicamente similar. Los movimientos hacia las Antillas (LATHRAP, 1970)23. Para el Amazonas, se
el sector meridional de la cuenca del Amazonas, ha postulado que la “Tradición de Borde Inciso” sería
que habrían sido posteriores, también estuvieron su manifestación local, lo cual ha llevado a múltiples
facilitados por la conectividad a través de los ríos discusiones que no han generado un consenso
de la margen derecha hasta sus cabeceras, pero completo al respecto (LIMA et al., 2006; LIMA;
luego, debieron hacerse en forma terrestre. En NEVES, 2011; NEVES et al., 2014). Recientemente,
este sentido, Walker y Ribeiro (2011, p. 2566) Neves et al., (2014) señalaron que es más correcto
señalan que: “Later migration or diffusion to considerar que el equivalente amazónico de
Central Brazil may have also been terrestrial”. Ello los grupos arawak es la denominada Tradición
implicó movimientos con mayor resistividad Pocó-Açutuba. Estos contextos (ver Figura 18)
comparados con los desplazamientos previos más se identifican en el curso medio e inferior del
tempranos. Concurrentemente, la cantidad de Amazonas a partir de 3000 - 2500 años AP, como
lenguas arawak identificadas aquí es una pequeña una señal arqueológica aún débil, que se torna más
fracción comparada con aquellas documentadas en fuerte luego de 2000 años AP, y que representaría
las cuencas del Amazonas y Orinoco (WALKER; un período de estabilidad de estos grupos en la
RIBEIRO, 2011, p. 2564). Aproximadamente para región (GOMES, 2011: 298; ERIKSEN, 2011: 270;
el siglo XVI, las lenguas arawak habían alcanzado NEVES et al., 2014: 142), los cuales provendrían del
su máxima expansión, llegando a la frontera sur de norte de América del Sur (Gomes 2011: 289). Esta
Bolivia y Mato Grosso (ERIKSEN, 2011; KAUFMAN, cronología basada en datos arqueológicos para la
2007), muy alejadas del sector medio e inferior del dispersión arawak, es relativamente concordante
río Paraná, y que en términos arqueológicos para la con aquella derivada de los modelos lingüísticos
génesis de Goya-Malabrigo, no es relevante. En el señalados previamente.
mapa de Nimuendajú (1981), que refleja un estado Hacia el oeste, cerámica de estilo Barrancoide
contemporáneo de la distribución lingüística, el se identifica a partir de 2200 AP en el Alto Amazonas
grupo arawak más meridional corresponde a los (ERIKSEN, 2011, p. 270). Hacia el sur, la expansión
chané, que ocupan un pequeño sector en el sudeste arawak habría alcanzado la región central de
de Paraguay22 (a diferencia del gran sector redibujado Brasil (alto río Xingú) en 1500 años AP, según los
a partir del mapa referido que se ve en NEVES, 2007). contextos más tempranos atribuibles a estos grupos
Sin embargo, el espacio preponderante que ocupan (HECKENBERGER, 2006, p. 339, 2008, p. 955), si
es más septentrional, ya que Nimuendajú (1981) bien no se pueden descartar ocupaciones unos pocos
los ubica en el Mato Grosso y en el noroccidente siglos antes. Hacia el sudoeste de Amazonia, ya en el
de Paraguay (coordenadas D6 y D7 del mapa sector nororiental de Bolivia, donde se desarrollan los
respectivo). Por otro lado, estos grupos chané son bajos de Mojos, se identifica la construcción de lomas
clasificados simultáneamente por este autor como de tierra a partir de 2400 años AP (ERIKSEN, 2011),
arawak y tupi-guaraní (NIMUENDAJÚ, 1981, p. 25, pero este mismo autor señala que “…it is extremely
50), ya que están referidos a poblaciones arawak difficult to determine which groups were responsible
que fueron sujetas tardíamente por grupos guaraní for the initial process of landscape domestication”
linguísticos de la región, quienes tuvieron una (ERIKSEN, 2011, p. 78). Es decir, no hay seguridad
distribución espacio-temporal propia, con patrones que estas estructuras, que estarían artificialmente
de movilidad diferentes. Por lo tanto, no representan elevadas, hayan sido producto de alguna influencia
distribuciones establecidas que sean útiles para arawak. El complejo cerámico más antiguo de esta
discutir distribuciones tempranas de grupos arawak área que presenta características barrancoides, se
lingüísticos y menos aún para el período de gestación identifica en la región en 1400 AP (ERIKSEN, 2011,
de Goya-Malabrigo. p. 66 y figura 3.2.3). Esta antigüedad es coherente con
En términos arqueológicos la expansión una relativa rápida dispersión hacia las cabeceras de
arawak en América del Sur y el Caribe está vinculada los afluentes de la margen derecha del Amazonas.
con la cerámica de estilo Barrancoide y Saladoide Hacia el este de los llanos de Mojos, en la región de
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Cadernos do CEOM, Chapecó (SC), v. 29, n. 45, p. 125-187, Dez/2016
Cáceres (Mato Grosso, Brasil), la llamada Tradición con volúmenes superiores a 150 litros de capacidad,
Descalvados del alto río Paraguay fue asociada con platos completamente planos, escasos apéndices con
las primeras ocupaciones de grupos arawak, a partir decoración punteada, antiplástico de tiestos molidos
de 1500 años AP, es decir con una cronología similar y valvas trituradas, decoraciones incisas, excisas,
a las anteriores. Si bien aquí la señal arqueológica aplicación de pintura polícroma con preponderancia
más fuerte se reconoce a partir de 1000 años AP del rojo, ejecutados en patrones geométricos
(MARTINS; KASHIMOTO, 2000 p. 35; MIGLIACIO, (Figura 19). También se reconocen pipas tubulares
2006, p. 327). Los sitios atribuidos a esta unidad se y diferentes adornos confeccionados en rocas
asocian con sociedades jerárquicas de horticultores duras, incluyendo tembetás y pendientes (MATINS;
con una alta complejidad social, tal como se observan KASHIMOTO, 1999; MIGLIACIO, 2006). Estos
en las sociedades etnográficas arawak. Son frecuentes artefactos son comunes en los sitios de estos grupos, y
las inhumaciones en grandes urnas con ajuar, a frecuentes dentro del sistema de intercambio arawak
menudo agrupadas en sectores específicos del (ERIKSEN, 2011).
espacio. La alfarería recuperada incluye recipientes
De esta forma, en 1500 años AP se detecta de intercambio arawak hacia el sur, también se
la expansión de grupos arawak o la generación de considera para un período en el cual Goya-Malabrigo
procesos etnogenéticos originados por contactos ya estaba desarrollada:
con grupos o individuos que serían lingüísticamente
arawak, distribuidos en el arco que va desde los Between AD 200 and 600, Barrancoid-
style ceramics exhibited their greatest
llanos de Mojos, pasando por la región de Cáceres range of influence and homogeneity,
en Pantanal hasta el alto río Xingú, sobre los 16° as continent-wide similarities appear,
LS. Para entonces, en el Paraná y Uruguay inferior, including the use of the same adornos
in ceramics recovered thousands of
aproximadamente a 1900 km de distancia (en línea kilometers apart. It is at this point in
recta), los contextos Goya-Malabrigo ya tenían como time that the Arawak regional exchange
system reached its maximum extension
mínimo, unos 500 años de desarrollo previo (ver
in southern Amazonia. (ERIKSEN, 2011,
Figura 20 y tabla 1). La máxima expansión del sistema p. 223).
162
Los contextos Goya-Malabrigo del noreste argentino – Daniel Loponte e Alejandro Acosta
163
Cadernos do CEOM, Chapecó (SC), v. 29, n. 45, p. 125-187, Dez/2016
Además de las dificultades cronológicas para en urnas, con varios individuos de un mismo
relacionar la tardía expansión meridional arawak con linaje (MÉTRAUX, 1930; 1947; PERRIN, 1979).
la temprana génesis de Goya-Malabrigo, tampoco Estos rasgos y comportamientos que son bastante
hay evidencias arqueológicas que este sistema de específicos, están prácticamente ausentes tanto en
intercambio endógeno arawak haya alcanzado los contextos Goya-Malabrigo como en el registro
el Paraná y Uruguay medio e inferior en ningún histórico disponible para la región. Las escasas
momento. Por el contrario, aquí se desarrollaron similitudes como el desarrollo de asentamientos
linajes arqueológicos con una potente individualidad adyacentes a los ríos (“hidrocentralidad” según
y un sistema de intercambio que involucró, a través de POLITIS y BONOMO, 2012), explotación de
cadenas largas de intercambio y de manera marginal, recursos de ambientes acuáticos y la movilidad
al noroeste de Argentina24. Inclusive, el estilo de vida fluvial son genéricas, comunes a numerosas unidades
de las poblaciones arawak, que habrían constituido arqueológicas adaptadas a los ambientes fluviales
una suerte de “ethos” o “matriz” particular, presenta sudamericanos. A pesar de ello, de los desfasajes
profundas diferencias con el registro del tramo cronológicos, de la ausencia de un sistema de
inferior de la Cuenca del Plata. Las sociedades arawak intercambio arawak, de las diferencias en los estilos
tuvieron una economía basada en la agricultura, de vida y de aquellos propios de los componentes
y especialmente en agricultura de la mandioca. tecno-estilísticos y simbólicos, persiste en la
Construyeron reservorios de agua, canales y lomas arqueología local algún interés por esta relación,
elevadas en áreas anegables para ser utilizadas “donde la señal arqueológica de “lo arawak” puede ser
como campos de cultivo, en forma concomitante difusa y ambigua” (POLITIS; BONOMO, 2012, p. 29),
con un manejo agronómico de los suelos asociados vinculada con algún proceso etnogenético igualmente
a las áreas productivas. Se considera que estas difuso y ambiguo “mediante la incorporación de elites
poblaciones “fits the idea of a “Neolithic revolution” arawak o de grupos de individuos especializados en
in other tropical regions” (HECKENBERGER, el intercambio (algo así como “comerciantes”) en las
2013, p. 115), debido a su fuerte dependencia de poblaciones locales.” (POLITIS; BONOMO, 2012, p.
los recursos agrícolas y al manejo de los paisajes 39). En suma, el modelo propuesto por estos autores
productivos. Por ello, son consideradas parte del carece de un registro adecuado para sustentarlo e
Formativo de las Tierras Bajas sudamericanas incluso, desde cierta perspectiva, tampoco sirve
(HECKENBERGER, 2002; NEVES, 2007; ERIKSEN, siquiera para sugerirlo. También existe un importante
2011). La estructura social estaba fuertemente corpus lingüístico que se adiciona en esta discusión,
jerarquizada, con grupos de descendencia con status aspecto que por la extensión de este texto, hemos
social diferenciado, conformando sociedades con una obviado aquí, pero que publicaremos en un momento
fuerte desigualdad socialmente institucionalizada. oportuno.
Desarrollaron un sistema de integración regional
sustentado en alianzas internas e intercambio con Perspectivas actuales sobre el origen de
un fuerte componente endógeno, el cual permitió la Goya-Malabrigo. Cronología y distribución
circulación de individuos, ideas y artefactos; entre
ellos, objetos ornamentales con un estilo particular. La década de 1980 representó un avance
Los asentamientos residenciales eran sedentarios importante para la discusión del origen de los
con un patrón circular generalmente alrededor de contextos Goya-Malabrigo. En el Paraná inferior,
una plaza central, donde a menudo se desarrollaban Caggiano (1982, 1984) obtuvo fechados relativamente
actividades rituales, juegos de pelota, uso de flautas tempranos para estos conjuntos. En el sitio Don
y máscaras ceremoniales, como así también templos Santiago, la capa 2 del nivel I arrojó una antigüedad
construidos con materiales perecederos (ERIKSEN, de 1090 ± 80 años 14C AP, mientras que la capa 5 del
2011; HECKENBERGER, 2013; IZIKOWITZ, nivel II 1300 ± 80 años 14C AP. Por debajo de la misma
1935; HORNBORG, 2005; SANTOS-GRANERO, hay 110 cm de potencia arqueológica que aún no ha
2002; SCHMIDT, 1917;). Debe destacarse el uso sido datada25. Dos fechados más se obtuvieron de las
extendido de las inhumaciones secundarias múltiples capas 3 y 4 del sitio Rodeo Viejo de la Nena, ambas
164
Los contextos Goya-Malabrigo del noreste argentino – Daniel Loponte e Alejandro Acosta
equivalentes, con una antigüedad de 1420 ± 80 años Pantanal y del sur de Brasil en general, como así
14
C AP. Para el momento que fueron publicadas, también la del Chaco meridional (BALBARREY
estas edades eran más antiguas que las disponibles et al., 2003; CALANDRA; DOUGHERTY, 1991;
para otros contextos Goya-Malabrigo de los sitios CAGGIANO, 1995; CALANDRA et al., 2000; DE FEO
más septentrionales, y por ello esta investigadora et al., 2003; DOUGHERTY et al., 1992; SCHMITZ et
sugirió al Paraná inferior como el área de origen. Sin al., 1998, 2009), inclinando la balanza hacia la idea de
embargo, algunos años más tarde, Echegoy (1994) una evolución local: “Ante la ausencia de elementos
publicó dos fechados de dos inhumaciones de los convincentes atribuibles a Goya-Malabrigo en
sitios Arroyo Aguilar 1 y 2, ubicados en el norte Paraguay, Brasil y Misiones, resulta necesario pensar
de la provincia de Santa Fe, en el Paraná medio. con seriedad en un origen autóctono” (CERUTI, 2003,
Las edades obtenidas son 1830 ± 50 y 2050 ± 60 p. 127).
años 14C AP respectivamente, que según este autor, Los avances en la arqueología del litoral
están vinculadas con contextos Goya-Malabrigo. La fluvial uruguayo también contribuyeron, y de manera
disponibilidad de estratigrafías claras, especialmente notable, al conocimiento de estos contextos. A lo
en el caso de los trabajos e informes de Caggiano, y largo del siglo XX se excavaron, entre otros, los sitios
la obtención de edades relativamente tempranas, con La Yeguada, La Blanqueada, Colonia Concordia y
la posibilidad de obtener antigüedades mayores en El Cerro, que son asimilables a Goya-Malabrigo.
las capas más profundas, dejó de lado aquella visión Estos conjuntos comenzaron a ser datados en el
que consideraba un origen tardío de Goya-Malabrigo siglo XXI. Los fechados más tempranos arrojaron
vinculada con la expansión igualmente tardía de los edades que van desde 1710 ± 110 a 1910 ± 50
grupos arawak. años 14C AP (ver un resumen y discusión de los
Dentro de esta nueva perspectiva, la contextos y fechados en GASCUE et al., 2016). Esto
vinculación con la cerámica amazónica que había sido coloca al extremo meridional de la distribución
postulada por una fracción de los investigadores hasta de Goya-Malabrigo con fechados estadísticamente
la década de 1970, comenzó a replantearse, donde la superpuestos con los obtenidos por Echegoy en el
supuesta similitud entre unas u otras “no tiene más Paraná medio. Paralelamente, se obtuvieron cuatro
valor que el parecido, lo mismo puede decirse, por edades radiocarbónicas en sitio Escuela 31, también
ahora, de las alfarerías de Santiago del Estero o del NO ubicado en el extremo sur, que van desde 1712 ± 47 a
argentino”26 (CERUTI, 2003, p. 127). Paralelamente, 1807 ± 47 años 14C AP (LOPONTE et al., 2015). Este
se avanzó en diferentes campos de la arqueología conjunto de datos indican una temprana e importante
sudamericana. Esto permitió conocer mejor los señal arqueológica Goya-Malabrigo en el extremo sur
registros arqueológicos de la región meridional de de su distribución (Tabla 1).
Fuente: 1= Castillo (2004). 2 = Gascue et al., (2016). 3 = Castillo (2004). 4 = Bracco (2009). 5 = Farías (2005). 6 =
Loponte et al., (2015). 7 = Cornero (1999). 8 = Echegoy (1994).
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Otro fechado temprano que fue asignado arqueológicas más fuertes se interrumpen en el norte
a un contexto Goya-Malabrigo corresponde a un de la provincia de Santa Fe (CAGGIANO; SEMPE,
esqueleto recuperado en el sitio Paraná Ibicuy I, 1994; POLITIS; BONOMO, 2012; RODRÍGUEZ;
también conocido como La Argentina (Paraná CERUTI, 1999). Hacia el sur, en el Delta medio y en
inferior), cuya edad fue fijada en 1810 ± 70 años 14C algunos sectores de las márgenes del río Uruguay
AP (SCABUZZO et al., 2015). Sin embargo, Caggiano inferior su registro parece ser cuantitativamente
et al., (1978) señalaron oportunamente que este significativo, y progresivamente decreciente hacia el
depósito tiene diferentes ocupaciones que se asocian estuario interior de la margen izquierda del Río de La
con otras unidades arqueológicas y solo la más Plata. En las Planicies inundables de la intercuenca
reciente, ubicada en el nivel I, puede asociarse con Paraná-Uruguay inferior, su presencia disminuye
Goya-Malabrigo27. Recientemente este sitio ha sido hasta prácticamente desaparecer en el Delta inferior
re-excavado por los autores. Los resultados obtenidos, y en el sector continental de la provincia de Buenos
aún inéditos, confirman la existencia de ocupaciones Aires.
diacrónicas sobre este albardón de origen natural. El Las edades más tempranas para los contextos
fechado obtenido en una inhumación, precisamente Goya-Malabrigo señalan que su desarrollo es
recuperada del nivel Goya-Malabrigo, arrojó una anterior a 2000 años AP. La distribución de los
edad de 979 ± 44 años 14C AP (AA103642). Por lo sitios más antiguos no permite definir un área en
tanto, se requiere información adicional para poder particular de desarrollo, ya que por el momento
determinar la correspondencia entre el fechado estos se encuentran en los límites septentrionales y
obtenido por Scabuzzo y colaboradores y el nivel meridionales de su distribución. Tampoco sabemos
Goya-Malabrigo de este sitio. Por otro lado, el cuánto más antiguos son. Los únicos dos sitios
depósito presenta sectores con severas alteraciones bien documentados en la región que tienen fechas
post-depositacionales, por lo cual los materiales anteriores a 2000 años AP son Playa Mansa (2400 ±
datados requieren ser contextualizados en términos 20 años 14C AP), ubicado sobre la margen derecha
de los procesos de formación del registro, antes de del río Paraná inferior, e Isla Lechiguanas 1, nivel
poder ser asignados con seguridad a alguna de las IV (2267 ± 34 y 2296 ± 34 años 14C AP), también
ocupaciones del sitio. localizado en el Paraná inferior (ACOSTA et al.,
El sur de la provincia de Chaco siempre fue 2010; LOPONTE et al., 2012). Ambos ya presentan
considerado el extremo más septentrional, según los adaptaciones al ambiente fluvial subtropical. Los
hallazgos reportados por Outes (1918) procedentes conjuntos faunísticos de estos dos sitios están
de Laguna La Brava, cerca de la actual ciudad de dominados por peces estenohalinos de aguas cálidas
Resistencia. Sin embargo, las piezas descriptas y las especies más frecuentes corresponden a taxones
corresponden a tres modelados zoomorfos sin datos subtropicales. De la misma manera, se recuperaron
contextuales. Recolecciones superficiales efectuados semillas carbonizadas de S. romanzoffiana, una
por Caggiano en más de 40 sitios en los alrededores palmera subtropical de distribución mesopotámica
de la ciudad de Resistencia, solo detectaron un en Argentina. Los mamíferos de mayor importancia
fragmento de un borde con una representación en términos cuantitativos y de biomasa en ambos
zoomorfa. Los dos únicos fechados disponibles conjuntos son M. coypus y B. dichotomus (LOPONTE
de un contexto chaqueño asignado a esta unidad, et al., 2012; SARTORI; COLASURDO; SANTIAGO,
que está ubicado cerca de la frontera con Santa Fe, 2011). En el caso de Isla Lechiguanas 1, se recuperó un
arrojaron edades tardías, de 890 ± 30 y 930 ± 30 importante conjunto artefactual óseo confeccionado
años 14C AP (CAGGIANO, 1995). Paralelamente, con diferentes elementos esqueletarios de las presas
los estudios más recientes desarrollados en el Chaco locales, lo cual señala un conocimiento adecuado
argentino han demostrado que Goya-Malabrigo de las propiedades físico-mecánicas de las formas-
no se extiende por esta región (LAMENZA, 2015; base, el cual tuvo necesariamente que haber sido
LAMENZA et al., 2015). En este sentido, las señales desarrollado con alguna anterioridad. Aquí se
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Los contextos Goya-Malabrigo del noreste argentino – Daniel Loponte e Alejandro Acosta
incluyen a los típicos arpones de punta separable, técnicos y temáticos comunes a los contextos
con un diseño muy específico y cuyo bauplan será Goya-Malabrigo (ver Figura 21). Entre ellos,
replicado con variaciones estilísticas a lo largo se reconoce el surco rítmico característico en
de la secuencia arqueológica regional posterior, numerosos fragmentos, ejecutado con intermediarios
incluyendo Goya-Malabrigo. Este diseño sigue lineales o cuadrangulares, que en ocasiones muestra
siendo utilizado en la actualidad, en una región que el estampado de intermediarios más grandes que
va desde el Paraná inferior hasta el área chaqueña son típicos e indistinguibles del estilo tecnológico de
(LOTHROP, 1932; CAGGIANO, 1977). Este tipo de Goya-Malabrigo (Figura 21; ver también ESCUDERO
arpón, confeccionado en astas de cérvidos, se destinó y COLL, 2013). Incluso hay ejemplos específicos,
a la captura de determinadas especies de peces que como incisiones con surco rítmico sobre los labios,
nadan cerca de la superficie, y que se dispersan en las que no se detecta en otras unidades arqueológicas
llanuras inundables del sistema pulsátil de la cuenca de la región (Figura 21, pieza 26.225; comparar
del río Paraná (LOPONTE, 2008; MUSALI, 2010). con OTTALAGANO, 2013, p. 160). Asimismo, se
Esto demuestra que las adaptaciones al ambiente identifica el empleo de cordeles (21, pieza 28.238)
fluvial subtropical de este sector en particular que también es un recurso empleado en los conjuntos
del Paraná, deben buscarse como mínimo, en un Goya-Malabrigo. De manera notable, hay decoración
momento más temprano, probablemente a mediados por pastillaje, que hasta el momento, en términos
del IV milenio, concomitante con el inicio de la locales, es un rasgo exclusivo de Goya-Malabrigo,
fase más acentuada de progradación del Delta y el especialmente en los más tempranos (Figura 21,
surgimiento del complejo insular (LOPONTE, 2008, pieza 28.236). Por otro lado, la pieza 28.235 de la
p. 93). Para el momento de esta ocupación temprana, Figura 21, parece corresponder a un dispositivo
el sitio se encontraba adyacente al estuario interior tubular, con un borde evertido y horizontal, que
del Río de la Plata, por lo que se requería de canoas también podría ser parte de un diseño figurativo.
para la movilidad y la explotación del ambiente También se identifican otros fragmentos gruesos
fluvio-lacustre asociado. La presencia de metapodios semejantes que pueden corresponden a artefactos
y falanges de guanaco, un taxón típico de la Pampa tubulares complejos (“campanas”), con la típica
Ondulada, también señala la ampliación del rango coloración naranja y cocidos en atmósfera oxidante,
de explotación a la costa bonaerense, o el desarrollo como el que corresponden a la pieza 27.231 de la
de sistemas de intercambio con grupos allí asentados Figura 21 de este trabajo, y al fragmento 27.234
(BUC; LOPONTE, 2016). De esta manera, estos incluido en Escudero y Coll (2013). Entre los motivos
grupos humanos ya presentaban un estilo de vida incisos, además del típico diseño “banderita” que
con una clara adaptación al ambiente fluvial, que se se distribuye en diferentes contextos de la región
observará en los contextos regionales posteriores, (pieza 29.247 en ESCUDERO; COLL, 2013, p. 29),
Goya-Malabrigo incluido. Este nivel es acerámico. se observa lo que podría representar un ofidio (pieza
Tanto en las excavaciones de Caggiano (1984), como 28.327 de la Figura 21), que es un recurso temático
en las nuestras, no se recuperó un solo fragmento de también empleado en los contextos Goya-Malabrigo
alfarería28. (SERRANO, 1972, p. 44).
Playa Mansa también registra un tipo En suma, la cerámica de Playa Mansa
de adaptación similar, si bien hay un ligero presenta un conjunto significativo de similitudes
aprovechamiento del efecto de borde con la llanura con Goya-Malabrigo, y mayores diferencias con las
pampeana, relacionado con la ubicación continental otras unidades locales. La calidad de ejecución de
de este sitio, sobre la margen derecha del río Paraná los diseños, la variabilidad tipológica y el empleo
(SARTORI; COLASURDO, 2011). La alfarería de recursos estilísticos complejos como el pastillaje,
presenta escudillas de formas abiertas de bordes señalan que esta cerámica tiene un desarrollo anterior
rectos y evertidos, y probablemente artefactos a 2400 ± 20 años 14C AP.
tubulares. El estilo tecnológico presenta recursos
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Cadernos do CEOM, Chapecó (SC), v. 29, n. 45, p. 125-187, Dez/2016
La identificación del clado y del proceso lo tanto están vinculados por líneas de herencia,
cladogenético que generaron los contextos del o si las semejanzas son homoplásticas, basadas en
nivel IV de Isla Lechiguanas I y Playa Mansa, como la convergencia evolutiva y/o en la transmisión
así también aquellos posteriores, aún cuenta con horizontal. En el caso de los modelados zoomorfos,
información muy fragmentada, y ello deriva en podrían ser novedades evolutivas de un solo linaje,
la dificultad de reconocer las características del y como tales, tendrían un caracter autopomorfo.
proceso evolutivo local. Por ello, por ejemplo, hay Sin embargo, también podrían constituir un rasgo
contextos tempranos que han sido alternativamente ancestral que persistió diferencialmente en una sola
considerados como parte de la CBL por algunos línea evolutiva.
autores, como una transición a Goya-Malabrigo, o
como Goya-Malabrigo por otros, como sucede con Conclusiones
el contexto del sitio Colonia Concordia – Cañada
Saldaña (DÍAZ et al., 1980; HILBERT, 1991; GASCUE Los contextos Goya-Malabrigo constituyen
et al., 2016; MARUCA SOSA, 1957; MAESO, un ejemplo local de cazadores-recolectores complejos,
1977). Un argumento similar puede ser aplicado al inmersos dentro de un proceso de intensificación en
conjunto de Playa Mansa. Esto parece relacionarse la explotación del ambiente, con economías basadas
con el hecho de que diferentes recursos tecno- en los recursos fluvio-lacustres, que en términos
estilísticos presentes en la cerámica de los diferentes promediados, parecen haber enfatizado la explotación
clados, parecen revestir un carácter ancestral de los peces del sistema del Paraná-Plata. El consumo
(plesiomórfico), compartidos por el grupo de origen de vegetales, comparados con los recursos faunísticos,
y sus descendientes. En este sentido, los clados o fue pequeño, incluyendo aquellos que pudieron ser
linajes de la región poseen homologías morfológicas manipulados o eventualmente cultivados como el
y funcionales, pero no sabemos si todos estos rasgos maíz, los porotos o las calabazas. Esta estrategia de
compartidos se deben a que son parentales, es subsistencia es similar al registro de otras unidades
decir, que tienen un ancestro en común y que por arqueológicas de la región, que también pertenecen a
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Los contextos Goya-Malabrigo del noreste argentino – Daniel Loponte e Alejandro Acosta
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Cadernos do CEOM, Chapecó (SC), v. 29, n. 45, p. 125-187, Dez/2016
en este último punto hay numerosas coincidencias, Bajas sudamericanas. Debido a la extensión de este
varias de ellas singulares y muy precisas. Por ello, la artículo, no hemos incluido una discusión al respecto, lo
cual haremos en breve. Un estado actual de este tópico
hipótesis tradicional que considera que esta unidad sobre algunos de sus aspectos centrales pueden verse en
integra un grupo monofilético que abarca a las Cannon (2011) y Ames (2010, 2014).
otras unidades arqueológicas locales, parece estar 2 Para una hipótesis contraria puede verse Politis y
mejor posicionada. En forma concurrente, también Bonomo (2015) y nuestra réplica (LOPONTE; ACOSTA,
pudieron haberse desarrollado procesos de alianza 2015).
y reciprocidad intergrupal que generaron procesos 3 En este trabajo citaremos la misma terminología
empleada por cada autor.
de homogeneización del registro regional (ver
ejemplos y aspectos vinculados con estos procesos 4 En el trabajo de Serrano del año 1972, esta facie
está incluida en el apartado general de la CBL, pero la
en BUTZER, 1985; WINTERHALDER, 1986, 1990; descripción de la misma genera cierta ambigüedad
ROWLEY-CONWY Y ZVELEBIL, 1989; KAPLAN en cuanto a su pertenencia. En la tabla de desarrollo
et al., 1990; HAWKES et al., 2001). Esto no implica cultural que acompaña esa misma síntesis, no la incluye
(SERRANO, 1972, p. 5).
que no existan rasgos y propiedades que poseen
una distribución heterogénea, que precisamente nos 5 Esto se deduce como lo más probable según Rodríguez
(2008, p. 178).
permiten observar discontinuidades en el registro y
eventualmente identificar unidades arqueológicas. 6 En todos estos esquemas se asume que son desarrollos
del Holoceno tardío. En ninguno de ellos se incluyó la
Por otro lado, e independientemente de cómo haya unidad denominada “Cancha de Luisa” (CERUTI, 2003),
sido la génesis de Goya-Malabrigo, este proceso cuyos contextos son poco conocidos pero que serían
parece situarse a mediados del III milenio AP o semejantes a los englobados bajo la denominación Salto
Grande (CERUTI; GONZÁLEZ, 2007, p. 114).
aún antes, como un desarrollo evolutivo local e
íntimamente vinculado con el resto de las unidades 7 Cerro Bauer es un sitio Goya-Malabrigo aún inédito,
ubicado en el área de las Planicies inundables del sur de
arqueológicas de la región. Finalmente, son notables Entre Ríos.
algunas similitudes dentro de la esfera simbólica
8 Ceruti (2003) señala la existencia de sitios “ceremoniales”
y material, observadas o inferidas a partir de los constituidos por algunas piezas aisladas.
contextos Goya-Malabrigo y de las otras unidades 9 Las elevaciones del paisaje local reciben diferentes
arqueológicas locales, con los grupos etnográficos nombres tales como “albardones”, “bancos”, “cerritos”, etc.,
del área chaqueña. contengan o no ocupaciones humanas. Estas elevaciones
pueden estar constituidas por médanos, albardones
fluviales o cordones de regresión, lo cual implica en
Agradecimientos: Deseamos agradecer los cada caso distintos procesos de formación. Dada la
comentarios vertidos por los dos evaluadores multiplicidad de nombres y orígenes que es susceptible
anónimos que han permitido mejorar algunos de confundir a los lectores de otros países, optamos aquí
por utilizar el término “lomas” como un nombre genérico,
apartados del texto. A Mirian Carbonera que llevó
destinado a describir los puntos altos del paisaje.
a cabo el proceso de evaluación de este trabajo.
10 Este sitio corresponde al denominado por Caggiano et
Los autores son los únicos responsables por las
al., (1978) como Paraná Ibicuy I (ver también MAZZA;
ideas vertidas aquí. Las investigaciones fueron LOPONTE, 2012). Sin embargo, había sido previamente
financiadas por los subsidios PICT 2011-2035; PIP identificado por Aparicio con el nombre de “La
11220110100565 y 11220150100482. Argentina”. Es un sitio muy conocido por los pobladores
locales y la referencia local obligada para los “cerritos
de indios”. Es conocido por todos los habitantes de la
Notas estancia, desde principios del siglo XX y así lo identificó
Aparicio (1939), quien lo designó originalmente con el
1 Utilizamos esta categoría como la expresión de una nombre del establecimiento donde se encuentra.
síntesis de determinado estado organizacional de las 11 El sitio más cercano conocido hasta el momento es
poblaciones humanas (SASSAMAN, 2004), y que el “Cementerio 1 del Paraná Guazú” (TORRES, 1911),
constituyen una categoría analítica ampliamente utilizada ubicado a 3 km, sobre una loma fluvial natural adyacente
en otras regiones del mundo, pero que se encuentra al río Paraná Guazú. El contexto y cronología de este sitio
escasamente explorada en la arqueología de las Tierras es diferente a Escuela 31.
170
Los contextos Goya-Malabrigo del noreste argentino – Daniel Loponte e Alejandro Acosta
12 El sitio Escuela 31 fue objeto de diferentes rescates 19 Para el caso del registro de cánidos y carnívoros en
antes que fuera destruido por la construcción del el registro mortuorio regional (no solo Goya-Malabrigo),
establecimiento educativo respectivo. Algunas de las ver Acosta (2005) y Acosta y Mazza (2016).
construcciones se realizaron de manera imprevista
20 En el Delta inferior se recuperaron algunas láminas
por la empresa constructora, antes de que pudieran
de metal en muy pocos sitios que no corresponden
implementarse tareas de rescate.
a contextos Goya-Malabrigo (TORRES, 1911). Los
13 Hemos señalado que una significativa fracción de artefactos de metal son extremadamente raros aquí como
lomas locales que poseen sitios arqueológicos, son y en todo el complejo del Paraná medio e inferior.
han sido ocupadas en tiempos históricos y recientes
21 Los peces de hábitos migratorios tienen características
por las poblaciones rurales de la sociedad colonial
similares a una cosecha, ya que tienen picos de densidad
y nacional. Las actividades desarrolladas incluyen
temporal, están espacialmente acotados y se obtienen en
el establecimiento de corrales, viviendas y huertos
masa.
sucesivos. También numerosos animales domésticos
las utilizan frecuentemente como lugares de pastoreo 22 Los grupos chané más orientales de la clasificación de
y refugio durante las inundaciones, generando una Nimuendajú son clasificados como guaná por Métraux
significativa acumulación de deyecciones biológicas (1946), cuyo idioma se hablaba en el occidente del Chaco,
sobre las mismas. Además, una fracción importante de mientras que el chané era hablado en el noroccidente
las lomas son cubiertas por las inundaciones. Las más chaqueño, ya cerca de la zona andina (cf. ERIKSEN,
bajas por las oscilaciones más o menos importantes y 2011, p. 71).
frecuentes, y las más altas durante la incidencia de la
23 Aquí no haremos un análisis detallado de esta
Oscilación Climática del Hemisferio Sur El Niño, que
correlación sostenida entre lengua y cultura material,
tiene una frecuencia ponderada de un evento cada diez
que requiere de por si un análisis específico respecto a
años aproximadamente. Todo ello predispone una lluvia su validez en América del Sur. Una postura tomada sobre
de micro restos vegetales modernos en los sedimentos de este tema puede verse en Neves (2007).
los sitios arqueológicos.
24 En las crónicas históricas no hay evidencias de que
14 Esta tendencia temporal está basada primariamente en algún sistema semejante al “caravaneo” haya alcanzado
los fechados contextuales de las inhumaciones, excepto las costas del río Paraná. Por el contrario, las evidencias
en cuatro individuos que fueron datados directamente arqueológicas de los contactos con el NOA, incluyendo
y en dos más que proceden de la estructura de Escuela aquí a la muy cercana llanura santiagueña, fueron de
31 que pueden considerarse con bastante seguridad escasa magnitud, reducidas a un transporte de objetos
contemporáneos a los fechados de los materiales puntuales y no de cargas o mercancías a granel. Esto no
faunísticos datados (OTTALAGANO; LOPONTE, 2016, implica minimizar los circuitos de intercambio dentro
Tabla 2). de los cuales estaban inmersos los grupos locales, pero
15 Nos referimos a individuos sepultados en sitios sí corresponde precisar su real dimensión y significado.
guaraníes continentales, por lo que excluimos los valores 25 Este sitio está siendo reanalizado por el equipo de
obtenidos en muestras procedentes de sitios del litoral investigación de los autores.
marítimo del sur de Brasil.
26 Ceruti probablemente se refiera aquí a las similitudes
16 Esta especie representa como mínimo el 50% de sugeridas por Larguía de Crouzeilles (1936, 1939) y
la masa íctica del Paraná. Tiene hábitos migratorios, González (1977) respecto a contextos de Santiago del
como todas las especies económicamente importantes Estero y NOA en general.
del sistema Paraná-Plata, y fue intensamente explotada 27 Ver también la notable variabilidad y diferencia en el
por los grupos aborígenes locales (ver un resumen en estilo tecnológico de la alfarería de este sitio publicada
LOPONTE, 2008; MUSALI, 2010). por Alí y Viglioco (2013) en relación a los conjuntos
17 Esto no implica que eventualmente no se desarrollen cerámicos Goya-Malabrigo.
algunos de estos tubérculos en el Paraná medio e inferior, 28 Respecto a la ausencia de cerámica en este nivel, ver
en condiciones actuales. Sin embargo, este ambiente no Loponte et al., (2012).
provee parámetros climáticos de seguridad agronómica
ni de productividad. Un análisis al respecto se haya en
elaboración por los autores.
Bibliografía
18 Nos referimos a áreas formales de inhumación como
aquellas utilizadas durante un período relativamente
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sincrónico, y como cementerio a aquellas que,
persistiendo en la memoria cultural de determinado recolectores del extremo nororiental de la
grupo de descendencia, son empleadas durante provincia de Buenos Aires (humedal del río Paraná
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