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Herpes genital

Descripción general

El herpes genital es una infección frecuente de transmisión sexual causada por


el virus del herpes simple. El contacto sexual es la principal vía de propagación
del virus. Después de la infección inicial, el virus permanece inactivo en el
cuerpo y puede reactivarse varias veces al año.

El herpes genital puede provocar dolor, picazón y llagas en la zona genital.


Pero es posible que no tengas ningún signo ni síntoma. Si estás infectado,
puedes contagiar, aun cuando no tengas llagas visibles.

El herpes genital no tiene cura, pero los medicamentos pueden aliviar los
síntomas y reducir el riesgo de infectar a otras personas. Los preservativos
también pueden ayudar a prevenir la propagación de una infección por herpes
genital.

Síntomas
Herpes genital
La mayoría de las personas infectadas con el virus del herpes simple no sabe
que tiene la infección porque no tiene signos ni síntomas o porque estos son
muy leves.

Cuando se manifiestan, los síntomas aparecen entre 2 y 12 días después de la


exposición al virus. Si tienes síntomas de herpes genital, pueden ser:

 Dolor o picazón. Puedes sentir dolor y dolor con la palpación en la zona


genital hasta que desaparezca la infección.

 Protuberancias rojas pequeñas o ampollas blancas


diminutas. Pueden aparecer unos días o unas semanas después de la
infección.

 Úlceras. Se pueden formar cuando las ampollas se rompen y supuran o


sangran. Las úlceras pueden provocar dolor al orinar.

 Costras. Se forman costras en la piel a medida que las úlceras se curan.

Durante un brote inicial, es posible que tengas signos y síntomas similares a


los de la influenza, como ganglios linfáticos inflamados en la ingle, dolor de
cabeza, dolores musculares y fiebre.

Diferencias en la ubicación de los síntomas

Las llagas aparecen cuando la infección ingresa al cuerpo. Puedes propagar la


infección cuando tocas una llaga y después te frotas o te rascas otra zona del
cuerpo, incluidos los ojos.

Los hombres y las mujeres pueden tener llagas en las siguientes partes del
cuerpo:

 Glúteos y muslos

 Ano

 Boca

 Uretra (el conducto que permite drenar la orina de la vejiga al exterior del
cuerpo)
Las mujeres también pueden tener llagas en las siguientes partes del cuerpo o
dentro de ellas:

 Zona vaginal

 Genitales externos

 Cuello uterino

Los hombres también pueden tener llagas en las siguientes partes del cuerpo o
dentro de ellas:

 Pene

 Escroto
Las reapariciones son frecuentes

El herpes genital es diferente según la persona. Los signos y síntomas pueden


reaparecer de vez en cuando durante años. Algunas personas tienen muchos
episodios por año. No obstante, en muchas personas los brotes son menos
frecuentes a medida que pasa el tiempo.

Durante una reaparición, poco antes de que surjan las llagas, puedes sentir lo
siguiente:

 Ardor, hormigueo y picazón donde la infección ingresó por primera vez al


cuerpo

 Dolor en la parte inferior de la espalda, en los glúteos y en las piernas

Sin embargo, por lo general, las reapariciones son menos dolorosas que el
brote original y, a menudo, las llagas se curan con mayor rapidez.

Cuándo consultar al médico

Si sospechas que tienes herpes genital —o cualquier otra infección de


transmisión sexual— consulta con tu médico.

Causas

Hay dos tipos de infecciones por el virus del herpes simple que pueden causar
herpes genital:
 Virus del herpes simple tipo 1. Este es el tipo que generalmente causa
herpes labial o herpes febril en la zona de la boca. El virus del herpes
simple tipo 1 generalmente se contagia por el contacto cutáneo, aunque
puede extenderse a la zona de los genitales a través del sexo oral. Las
reapariciones son mucho menos frecuentes que las de las infecciones por
el virus del herpes simple tipo 2.

 Virus del herpes simple tipo 2. Este es el tipo que usualmente provoca
herpes genital. El virus se propaga a través del contacto sexual y del
contacto con la piel. El virus del herpes simple tipo 2 es muy frecuente y
sumamente contagioso, independientemente de que tengas o no una
llaga.

Como el virus muere rápidamente fuera del organismo, es casi imposible


infectarse a través del contacto con inodoros, toallas u otros objetos utilizados
por una persona infectada.

Factores de riesgo

El riesgo de infectarte con herpes genital puede aumentar si:

 Eres mujer. Las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de
tener herpes genital. El virus se transmite sexualmente con mayor
facilidad de hombres a mujeres que de mujeres a hombres.

 Tienes múltiples parejas sexuales. Cada pareja sexual adicional


aumenta tu riesgo de exposición al virus que provoca el herpes genital.

Complicaciones

Las complicaciones asociadas con el herpes genital comprenden:

 Otras infecciones de transmisión sexual. Las llagas genitales


aumentan el riesgo de transmisión o contagio de otras infecciones de
transmisión sexual, incluso el sida.

 Infección del recién nacido. Los bebés nacidos de madres infectadas


pueden estar expuestos al virus durante el parto. Esto puede provocar
daño cerebral, ceguera o muerte del recién nacido.

 Problemas en la vejiga. En algunos casos, las llagas asociadas con el


herpes genital pueden provocar inflamación alrededor del tubo que
transporta la orina desde la vejiga al exterior (uretra). La inflamación
puede cerrar la uretra durante varios días, lo que requiere la inserción de
una sonda para drenar la vejiga.

 Meningitis. En raras ocasiones, la infección por el virus herpes simple


produce la inflamación de las membranas y el líquido cefalorraquídeo que
rodean el cerebro y la médula espinal.

 Inflamación rectal (proctitis). El herpes genital puede provocar una


inflamación del revestimiento rectal, en especial en hombres que tienen
relaciones sexuales con hombres.

Prevención

Las sugerencias para prevenir el herpes genital son las mismas que para
prevenir otras infecciones de transmisión sexual: Abstenerte de la actividad
sexual o limitar el contacto sexual a solo una persona que no esté infectada.
Sin llegar a eso, puedes:

 Usar, o hacer que tu pareja use, un preservativo de látex durante todos los
contactos sexuales

 Evitar la relación sexual si un miembro de la pareja tiene un brote de


herpes en el área genital o en cualquier otro lado
Precauciones durante el embarazo

Si estás embarazada y sabes que tienes herpes genital, avísale a tu médico. Si


crees que puedes tener herpes genital, solicita una prueba de detección.

Tu médico puede recomendarte que empieces a tomar medicamentos


antivirales para el herpes en la última etapa del embarazo, para intentar
prevenir un brote cerca del parto. Si tienes un brote al momento de entrar en
trabajo de parto, tu médico probablemente te recomendará una cesárea para
reducir el riesgo de transmitir el virus a tu bebé.
Diagnóstico

El médico generalmente puede diagnosticar herpes genital mediante una


exploración física y los resultados de ciertos análisis de laboratorio:

 Cultivo viral. Esta prueba implica tomar una muestra de tejido o hacer un
raspado de las llagas para examinar en el laboratorio.

 Prueba de reacción en cadena de la polimerasa. Esta prueba se utiliza


para copiar el ADN a partir de una muestra de sangre, tejido de una llaga
o líquido cefalorraquídeo. Luego, se analiza el ADN para establecer la
presencia del virus del herpes simple y determinar qué tipo de virus del
herpes simple tienes.

 Análisis de sangre. Esta prueba analiza, en una muestra de sangre, la


presencia de anticuerpos contra el virus del herpes simple para detectar
una infección previa por herpes.

Tratamiento

El herpes genital no tiene cura. El tratamiento con medicamentos antivirales


puede:

 Ayudar a sanar las llagas más rápidamente durante un brote inicial

 Disminuir la gravedad y la duración de los síntomas en brotes recurrentes

 Reducir la frecuencia de la recurrencia

 Minimizar la posibilidad de transmitir el virus del herpes a otros

Los medicamentos antivirales usados para el herpes genital son:

 Aciclovir (Zovirax)

 Valaciclovir (Valtrex)

El médico puede recomendarte que tomes el medicamento solo cuando tienes


síntomas de un brote o bien, que tomes ciertos medicamentos diariamente,
incluso cuando no tienes síntomas de un brote. Estos medicamentos se suelen
tolerar bien y provocan pocos efectos secundarios.

Estrategias de afrontamiento y apoyo


El hallazgo de que tienes herpes genital puede provocar vergüenza, bochorno y
enojo, entre otras emociones. Puedes sospechar de tu pareja o sentir
resentimiento hacia él/ella si crees que te «transmitió» la infección. O puedes
temer el rechazo de tu pareja actual o de parejas futuras.

Lo que sientes es normal. A continuación te damos algunas formas saludables


de enfrentar el herpes genital:

 Comunícate con tu pareja. Sé abierto y sincero sobre tus sentimientos.


Confía en tu pareja y cree lo que él o ella te diga. No eches culpas. El
herpes genital puede permanecer inactivo en tu organismo durante años,
por lo que con frecuencia es difícil determinar cuándo te infectaste.

 Infórmate. Habla con tu médico o un consejero para aprender a vivir con


la afección y minimizar las probabilidades de infectar a otros. Conoce tus
opciones de tratamiento y cómo controlar los brotes.

 Únete a un grupo de apoyo. Busca un grupo en tu área o en línea para


poder hablar sobre tus sentimientos y aprender de las experiencias de
otros.

Preparación para la consulta

Si crees tener herpes genital u otra enfermedad de transmisión sexual, solicita


una consulta para ver al médico de atención primaria o ginecólogo.

Qué puedes hacer

Antes de la consulta, sería conveniente que prepares una lista de respuestas a


las siguientes preguntas:

 ¿Qué síntomas tienes? ¿Cuándo comenzaron?

 ¿Tienes una pareja sexual nueva o varias parejas?

 ¿Alguna vez te han diagnosticado una infección de transmisión sexual?

 ¿Usas regularmente preservativos?

 ¿Qué medicamentos o suplementos tomas habitualmente?

Estas son algunas preguntas básicas para hacerle al médico:


 ¿Qué pruebas necesito hacerme?

 ¿Debo hacerme pruebas para otras infecciones de transmisión sexual?

 ¿Mi pareja debería someterse a pruebas?

 ¿Debo evitar tener actividad sexual durante el tratamiento?

 ¿Cómo puedo evitar infectar a mi pareja?

Qué esperar del médico

Es probable que el médico te haga una serie de preguntas, como las


siguientes:

 ¿Tienes dolor pélvico?

 ¿Te duele cuando orinas?

 ¿Tienes llagas o una secreción inusual?

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