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- La venta de Almendras puede parecer un negocio con un tremendo potencial, pero para ello, es necesario
establecer un círculo virtuoso entre todos los requerimientos del cultivo.
Crédito: El Mercurio
-La sensibilidad a la aparición de frutos dobles: Estos son despreciados por el mercado.
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Cabe destacar que esta situación fue el resultado de la extendida sequía que afectó a
buena parte de la principal zona de producción en Chile.
Pese a ello, los expertos creen que este fruto de nuez posee un tremendo potencial de
desarrollo, especialmente debido a la alta rentabilidad que pueden alcanzar los
proyectos. No obstante, es importante tener en cuenta que para alcanzar buenos
resultados en el ámbito comercial, se debe contar con un producto de primera calidad.
Para esto, los especialistas consideran necesario establecer un círculo virtuoso, donde
interactúen la variedad correcta, el polinizante, las abejas y el clima.
Elegir la ubicación para instalar un huerto es una de las tareas más trascendentes e
importantes para un negocio agrícola. Los almendros, por ejemplo, requieren lugares
con inviernos suaves y con primavera y veranos cálidos, pero sobre todo sin heladas
durante la etapa de floración.
Gamelier Lemus:
“El almendro es el primero en florecer a la salida del invierno y está expuesto a las
heladas, especialmente durante las últimas semanas de agosto y las primeras de
septiembre”.
Una vez elegido el lugar, viene el segundo paso: buscar la variedad que se plantará.
De hecho, la más cultivada es la ‘Non pareil’, la que se destaca por ser de fácil
blanqueado (eliminación de la piel), al tener una cáscara delgada y un grano blando.
Por lo mismo, permite que su procesamiento sea más sencillo, a diferencia de otras
variedades.
De acuerdo a los expertos, esta variedad está desarrollada para aquellos productores
que buscan producir una almendra con características estéticas llamativas y sin
imperfecciones.
“‘Non pareil’ cumple todos los requerimientos que se buscan en la industria —tamaño
y color de la semilla—, lo que le permite acceder sin problemas a los principales
mercados. Creo que por lo mismo es la base de la industria californiana, la cual es, por
lejos, la más importante del mundo”, explica Gamalier Lemus.
Otras variedades como Mission, Carmel, Merced, Fritz y Price, pese a presentar la
mayoría de las veces una fecha de floración más tardía, no son tan atractivas para la
industria, que busca un procesamiento rápido y sencillo, ni tampoco cumplen con las
características comerciales requeridas.
En ese contexto, uno de los atributos del portainjerto más valorado, por estos días, es
el grado de enanismo que le pueda brindar a la planta, con el fin de obtener plantas
pequeñas, de fácil manejo, y que además sean precoces al momento de comenzar con
la producción.
4- Utilizar polinizantes
Por esta razón, se requiere una segunda y hasta una tercera variedad que sea
genética y cronológicamente compatible con la principal. Esto, en rigor, permitirá que
se realice la polinización y se consiga la posterior cuaja de los frutos.
“Es importante que el polen esté disponible durante toda la época de apertura de la
flor. Cuando tienes dos variedades puedes ampliar el periodo de liberación de polen
para que la variedad principal tenga una mayor seguridad de polinizacion y cuaja.
Entonces se puede tener un despliegue de variedades que cubran diferentes tiempos
de la variedad principal”, agrega Lemus.
De acuerdo a los expertos, las variedades más efectivas para realizar la polinización en
Non pareil son Merced, Carmel, Solano, Fritz y Price.
Gamalier Lemus:
“La mejor producción de un frutal ocurre con la polinización y cuaja de las
primeras flores. En este caso se generan las mejores semillas”.
Lo técnicamente recomendado es que la variedad polinizante esté en plena flor en el
momento en que la variedad principal tenga de 25% a 30% de flores abiertas. “La
mejor producción de un frutal ocurre con la polinización y cuaja de las primeras flores.
En este caso se generan las mejores semillas. Las últimas flores, por lo general,
producen frutos más chicos y de menor calidad. Además, tienen una menor
fecundación”, explica Gamalier Lemus.
Gamalier Lemus.
5- Incorporación de abejas
El último eslabón del ciclo virtuoso que mencionan los especialistas, se ubica en la
polinización del almendro mediante abejas. Lo cierto es que este frutal depende de la
polinización entomófila, ya que no puede realizarse por el viento, debido al alto peso
de los granos de polen.
En este punto cobra tremenda relevancia la realidad climática del lugar donde se
instale el huerto. Y es que las abejas poseen un umbral de temperatura para
emprender vuelo, por lo que sólo saldrán de la colmena para cumplir su función si la
temperatura ambiente es mayor a 15°C.
Por lo mismo, el experto es enfático en señalar que el lugar que se elija debe tener
temperaturas adecuadas para la polinización de las abejas, al menos por unas horas.
“Sólo así —dice— habrá polinización y cuaja”.
Gamalier Lemus:
“Es cierto que el arriendo de las colmenas tiene un costo importante, pero se debe
tener claro que mientras más colmenas sean ubicadas en el huerto, mejor será el
resultado”.
Hasta hace poco, el marco de plantación que más se utilizaba para variedades sobre
Nemaguard era el de 6x4 metros, lo que permitía poner alrededor de 400 plantas por
hectárea. Así también, se usaban otros (5x4 o 6x3 metros), los cuales permitían
conseguir una densidad cercana a 500 plantas por hectárea.
No obstante, esa situación ha comenzado a cambiar con los años, debido en gran
medida al avance genético de las variedades utilizadas. De hecho, la tendencia en este
frutal ha avanzado hacia contar con hileras con poco espacio de separación, con el fin
de aumentar la cantidad de plantas en la superficie. El uso de portainjertos
enanizantes, por ejemplo, permitirá que se logren marcos de plantación de 3x1
metros, con densidades que llegan a 3.300 plantas por hectárea e incluso más, tal
como se ve en huertos modernos de España.
“Estos marcos tan estrechos tienen un objetivo claro: mecanizar la mayor cantidad
posible de labores, como la cosecha, que se puede realizar tal como se lleva a cabo la
de los olivos. Lo importante es que se utilicen portainjertos adecuados, que generen
árboles más bajos, densos, y que permitan formar un verdadero seto como se hace en
España o Italia, donde cuentan con huertos de alta densidad”, agrega Lemus.
Lo cierto es que la alta densidad trae consigo una serie de beneficios para el
productor. Uno de los más importantes es propiciar la precocidad, lo que permitirá un
almendro alcance la plena producción hasta dos años antes que un huerto tradicional.