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ARTE E INVESTIGACIÓN 9 · noviembre 2013 · ISSN 1850-2334 · Universidad Nacional de La Plata · Facultad de Bellas Artes · Secretaría de Ciencia y Técnica

La versión
en la música
popular

Alejandro Polemann
// Cátedras Instrumento, y Producción y Análisis Musical IV, Facultad de Bellas Artes,
Universidad Nacional de La Plata

Resumen
La música popular es un contenido central en diversos planes de estudios superiores
de arte de nuestro país. En los documentos que regulan esas carreras, género, tema,
arreglo, versión e interpretación son palabras de uso frecuente, pero su utilización y su
significado pedagógico presentan diversas posibilidades, aún no estudiadas en profun-
didad. Este trabajo1 reflexiona sobre los términos y las categorías que se emplean con
frecuencia en la producción, la enseñanza y el estudio de la música popular y analiza
para esto tres versiones del tema Mano a mano: la de Carlos Gardel (1922), la del trío
instrumental de Ciriaco Ortiz (1933) y la de Caetano Veloso (1990).

Palabras clave
Música - Popular - Versión - Arreglo - Interpretación

Cierta saludable necesidad de poner las ron abordados a lo largo de la historia


cosas en contexto nos obliga a, por lo me- por diversas disciplinas con resultados
nos, mencionar el espacio, el marco, en el dispares. Néstor García Canclini advierte
cual se desarrolla este estudio: la música esta problemática cuando asegura que
popular. El problema es que en cualquier “las ciencias sociales contribuyen a esta
definición que intente abordarla se inclu- dificultad con sus diferentes escalas de
ye, necesariamente, la discusión sobre la observación” (García Canclini, 2001). El
llamada cultura popular, si es que ésta impacto de la globalización sobre “las
existe como tal. Como señalaba Oscar culturas” y el avance de las industrias cul-
Blanco a comienzos de este siglo: “El turales complejizan aún más el análisis,
campo de la problemática de la cultura donde prima el concepto de hibridación
popular no es algo concluido y terminado por sobre los planteos esencialistas.
sino que se halla en pleno proceso de re- A esta altura de las investigaciones,
visión” (Blanco, 2000). Esta afirmación no es casi más fácil definir a la música po-
perdió vigencia en la actualidad sino que, pular por lo que no es que por lo que la
por el contrario, cobró más fuerza. caracteriza: todas las músicas de origen
Estudios sobre la cultura popular, la clásico-romántico europeas –central y
cultura de masas, la cultura de elite, fue- periférica– no son para nosotros, para

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Latinoamérica, músicas populares. Por esta situación se refuerza su vinculación


otra parte, las músicas llamadas contem- con el pueblo mediante otro fenómeno: el
poráneas, de gran tradición ya en nuestro de “la popularidad que posibilitan los me-
suelo, pero inevitablemente derivadas de dios masivos de comunicación” (Fischer-
las estéticas europeas de principios del man, 2004). Esta mirada plantea un punto
siglo xx, tampoco son músicas populares. de vista que, sin ser irrefutable, puede
Esta distinción no pretende separar a las aportar cierta claridad al problema: la
distintas músicas en compartimentos le- música popular, como producción identi-
janos. Muy por el contrario, a lo largo de ficable, como géneros distanciados de los
este artículo se propondrán herramientas marcos folclóricos que los cobijaron en su
de análisis y términos que son de uso origen, nació con el siglo xx y al calor de
frecuente en casi cualquier música que las, entonces, nuevas tecnologías.
se conozca en el mundo globalizado. Mu- En los años 60, Carlos Vega (1965) acu-
chos provienen de una tradición académi- ñó el término mesomúsica para nombrar
ca occidental que, por cuestiones sociales a esa “música de todos”, diferenciándola
y económicas de la historia de esta parte de la folclórica y la académica y rastrean-
de la humanidad, se han desarrollado, do sus orígenes, incluso, hasta ciertas
primero, en las elites de poder y, poste- obras de compositores académicos de
riormente, en sus productos culturales. siglos anteriores. Numerosos estudiosos
Diego Fischerman aporta algunos reco- rioplatenses han utilizado, retomado y ac-
rridos posibles para la identificación de tualizado ese concepto. Es muy interesan-
lo que hoy llamamos música popular. En te el relato que realiza Coriún Aharonián
sus textos vincula fuertemente la identi- (1997) del derrotero del término mesomú-
ficación de esa música con la aparición sica y de las discusiones que giran en tor-
de los entonces nuevos medios masivos no a él. Sin perjuicio del aporte altamente
de comunicación a principios de siglo xx: significativo que semejante identificación
“Hasta la irrupción del disco y la radio, la supuso, desde el siglo xxi es difícil tomar
música popular era efectivamente eso, lo esa terminología sin una cierta incomodi-
que se cantaba, se tocaba y se bailaba en dad, al menos en algunas de sus implican-
el ámbito popular, fuere éste urbano o cias semánticas y valorativas. Porque una
rural” (Fischerman, 1998). Esta posibili- música que está en “el medio” de otras,
dad de registrar y luego reproducir músi- entre las “superiores” y las “inferiores”,
cas en un ámbito diferente al que les dio o que se establezca como un “elemento
origen generó un impacto significativo, civilizador por excelencia”, no parece
no sólo en la inmediata difusión, sino en responder a las necesidades contempo-
sus modos de producción. Al menos en ráneas de una producción artística que
nuestro país, esto se produjo en el marco se encuentra más bien en el centro de la
de un profundo cambio social derivado escena principal dada su inmensa produc-
de la crisis del proyecto de la generación ción y repercusión.
del ochenta, en el que se buscó, hay que Es por ello que las discusiones sobre el
aceptarlo, fomentar la producción y la di- “valor” de la música popular son todavía
fusión de una música “nacional” como un necesarias. Hace veinticinco años, Simon
recurso más para desplazar “ideas” forá- Frith ([1986] 2003) se hacía una pregunta
neas que perturbaran la perpetración de que aún hoy tiene vigencia: ¿Cómo hacer
los sistemas de opresión2. juicios de valor sobre la música? Desde
Pero volviendo al proceso que nos la mirada romántica en la recopilación de
ocupa, y nuevamente en palabras de Fis- cuentos de los hermanos Grimm, a princi-
cherman, en el siglo xx “aparece […] una pios del siglo xix, hasta el “descubrimien-
música de tradición popular que ya no es to” de la mesomúsica, se han desarrollado
popular (totalmente popular) en cuanto a estudios, discusiones y conceptos que,
sus usos” (Fischerman, 2004). Es decir, por un lado, han visibilizado esos produc-
ya no son necesariamente los del baile y tos culturales, pero, por el otro, los han
la fiesta popular. Sin embargo, a partir de moldeado según los cánones validados

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por las clases dominantes. Esa “defensa” Los momentos (Madoery, 2007). Tanto Aharonián como
de lo popular surge como resistencia a la de la producción musical Madoery coinciden en que hay una acep-
mirada despreciativa instalada desde la ción casi indiferenciada de los términos.
academia, con el fin de fundamentar los Una forma de abordaje especialmente Sin embargo, creemos que este matiz es
estudios sobre las músicas populares. apropiada para llevar adelante este es- más profundo, que la sinonimia confun-
Esta problemática tiene plena vigencia tudio es la que centra el análisis y la de- de, que ambos conceptos merecen una
–y quizás haya tomado más fuerza en los terminación de categorías a partir de los diferenciación sustancial y que, por su-
espacios de formación en música popu- procedimientos de producción musical. puesto, esta cuestión va más allá de los
lar–, pero afortunadamente existen va- Diego Madoery (2000) realizó estudios y nombres.
liosos estudios que no sólo develan ese publicaciones en este sentido que repre- El arreglo implica un procedimiento,
“valor” sino que establecen, incluso, cri- sentan un aporte, sobre todo en lo refe- la instancia de “hacer el arreglo”, ya sea
terios de articulación entre el arte popular rido a los procesos de construcción del como tarea del arreglador o como acción
y la comunidad, que son superadores de arreglo en música popular. También los colectiva de un grupo de personas. Pero,
esa dicotomía. En el caso de la música, estudios y las definiciones de Aharonián también, se podría individualizar un “pro-
Frith sostiene que “no es que un grupo operan como valioso marco teórico a la ducto-arreglo” –que no es la versión–,
social tiene creencias luego articuladas problemática que aquí se trata. Aharonián un objeto, una partitura, un material que
en su música, sino que esa música, una advierte la necesidad de identificar un es- puede estar escrito de manera detallada
práctica estética, articula en sí misma una pacio diferenciado de producción que se –los arreglos de orquestas o de grupos de
comprensión tanto de las relaciones gru- manifiesta en la mesomúsica cuando dice tango, por ejemplo– o que podría escribir-
pales como de la individualidad, sobre la que la musicología “no ha definido hasta se para su estudio aunque los músicos no
base de la cual se entienden los códigos ahora un tercer estadio intermedio entre necesitaran hacerlo. Ése es el arreglo: un
éticos y las ideologías sociales” (Frith, la composición y la interpretación que conjunto de decisiones para “luego” lle-
1986). Desde la antropología, las nuevas proponemos denominar versión, estadio var adelante la interpretación.
lecturas sobre los estudios folclóricos en que se modifica en grado sumo la com- Entonces, consideramos que arreglo
permiten repensar la vinculación con “el posición original sin que el consumidor y versión son estratos y hasta “objetos”
pasado” y generar un diálogo que pro- deje de reconocerla” (Aharonián, 1990). bien diferenciados en la producción ar-
fundice los significados sin necesidad de En otros trabajos se refiere a versión como tístico musical, que se manifiestan en
cercenar las nuevas ideas. Alicia Martín es el “estadio medio entre composición ori- distintos momentos, implican diferentes
categórica: “El folclore no remite a la re- ginal y mera interpretación que existe en acciones y resultados, y necesitan para
petición automática, acrítica o irreflexiva mesomúsica” (Aharonián, 2007). El autor diferenciarse de un elemento fundamen-
de los hábitos y tradiciones culturales. El no se muestra muy convencido con el tér- tal como es la interpretación musical.
pasado se transforma en un activo confi- mino, pero no encuentra un neologismo
gurador del presente” (Martín, 2005). que lo defina mejor. A este estadío medio
A partir de este marco inicial, es im- se lo denomina, frecuentemente, arreglo La interpretación musical
portante señalar sobre qué músicas po- en los espacios de producción musical
pulares basa su estudio este artículo. La popular. De esta manera se podría decir En una entrevista periodística, el mú-
mirada propuesta está centrada, princi- que Aharonián considera al arreglo y a la sico argentino Dino Saluzzi señala: “La
palmente, en las músicas argentinas y, versión como un mismo elemento. interpretación es muy importante, y no
quizás, latinoamericanas contemporá- En su artículo “El arreglo en la música se piensa en ella suficientemente. [...] La
neas. Dentro de las argentinas: el llamado popular”, Madoery desarrolla el concepto música no existe sin la interpretación”
folclore –catalogado así por el mercado o de arreglo y sus vinculaciones con el gé- (Saluzzi en Fischerman, 2010). La afirma-
por los músicos que lo hacen–, la músi- nero o, en sus palabras, con la especie- ción es terminante: sin interpretación no
ca rioplatense –el tango, el candombe marco a la que pertenece la obra. Pero no hay música. Ahora bien, ¿qué es la inter-
canción (no así el candombe de llamada diferencia claramente arreglo de versión pretación?
y/o comparsa) y la canción murguera3–, y cuando dice: “Se hará referencia a este En el marco de este trabajo, cuando
las músicas urbanas contemporáneas –la procedimiento en forma indistinta como hablamos de interpretación musical nos
cumbia, el jazz, el rock y sus derivados–. versión o arreglo. Es claro que los dos referimos exclusivamente a la utilización
Es posible que queden afuera todas las términos se refieren a lo mismo” (Ma- tradicional del término en el vocabulario
otras músicas que otros pueblos del mun- doery, 2000). En un artículo posterior, el de uso habitual en la práctica musical:
do puedan identificar como populares. autor señala que “si bien el ‘arreglo’ y la esa acción compleja que supone la eje-
Seguramente algún estudioso de ellas ‘versión’ pueden considerarse sinónimos, cución del instrumento a través de gran
podría establecer similitudes y puntos en el ‘arreglo’ se refiere principalmente al cantidad de habilidades motrices puestas
común con los que aquí se desarrollan. procedimiento y la ‘versión’ al producto” al servicio de la manifestación de ideas

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expresivas. Quedan explícitamente de cuados en relación con cierta tradición de


lado los posibles alcances del término usos habituales. Ahora bien, como señala
vinculados a los estudios estéticos, se- Ana María Ochoa: “Se ha hecho cada vez
mióticos, hermenéuticos, del ámbito de más claro que las categorías genéricas
la comunicación y sus campos de estudio no son evidentes ni naturales” (Ochoa,
asociados. 2003). Será necesario, entonces, buscar
En la interpretación musical se toman en profundidad los rasgos sobresalientes
gran cantidad de decisiones y se realizan que permitan diferenciar, por ejemplo, los
gran cantidad de acciones que son priva- recursos interpretativos más apropiados
tivas de este dominio, estadio o momento para una zamba o los que se ajustan a una
de la producción musical. Es cierto que interpretación posible de un tango, en vez
en algunas músicas populares, en donde de acudir a generalidades ancladas en el
los arreglos son meticulosamente escri- esencialismo.
tos con indicaciones expresivas, podría Todavía es muy común escuchar, in-
decirse que hay una parte de la interpre- cluso como devolución pedagógica, ex-
tación que ya está definida en el arreglo. presiones del tipo: “Le falta tango”, “Le
Aun así, la función del instrumentista es, falta tierra” (para el folclore, claro), “Le
justamente, interpretar esos signos, esas falta swing”, “Le falta expresividad”, etc.;
indicaciones, para transformarlos en com- u observaciones “positivas” como: tiene
binaciones particulares de sonidos que “ángel”, “Lo lleva en la sangre” (sobre
terminan de dar sentido a la obra que se todo para lo afro). Es menos común, des-
está tocando. No son otras que las herra- pués de comentarios de este tipo, la ex-
mientas “tradicionales” de ejecución las plicitación de qué es, exactamente, lo que
que se ponen en juego en este acto: la le está faltando a esa interpretación que
regulación del volumen –a través de los la hace merecedora de tal generalidad.
matices y las dinámicas–; la articulación Como excusa para no explicarlo, en mu-
de los sonidos –de ligado a estacato, pa- chos casos se echa mano a cierta intangi-
sando por todas sus posibilidades inter- bilidad de esos atributos, como si fueran
medias y combinaciones–; la utilización conseguidos sólo a través de la herencia
del timbre –de manera acústica o electró- genética, la experiencia o la vivencia in-
nica–; la variabilidad del ritmo –mediante transferible (muchas veces no musical) o
la fluctuación o no del tempo, la alternan- la imitación. En el caso de la música aca-
cia de la acentuación–; y el contraste con démica también es frecuente escuchar la
los diferentes planos de la textura. Sin expresión: “La obra te lo pide” o alguna
embargo, como explican Daniel Belinche otra cosa parecida. En rigor de verdad:
y María Elena Larrègle: “La interpretación ni las obras piden nada ni la tierra en su
en música no se resume en la apropiación composición química aporta ninguna
de los recursos referidos sino en la utili- herramienta musical, ni la vivencia de la
zación de los mismos subordinados a las noche y la ingesta de alcohol mejoran la
necesidades expresivas” (Belinche y La- performance de tangueros y de jazzeros.
rrègle, 2006). Si algo puede ofrecer –más que pedir– un
La pregunta central, en la música po- conjunto de soluciones para un problema
pular, es de qué manera las necesidades de, digamos, ausencia de rasgos genéri-
expresivas del intérprete coinciden con cos adecuados en una interpretación es
las “necesidades” de expresión del géne- la cultura.
ro o, dicho de otro modo, cómo dialogan Y en el caso de la música, son los géne-
con él. Una vez más, entra en escena el ros y los estilos –aun con sus dificultades
género como elemento organizador. Y, de delimitación– y sus rasgos sobresa-
aunque no se va a desarrollar aquí la pro- lientes los que incluyen las “recetas”
blemática sobre el género en la música, para un buen resultado. Y, a la vez, esas
se plantea la hipótesis de qué es quien músicas están insertas en un marco so-
“contiene” la información necesaria para cial y cultural que vale la pena vivenciar,
determinar qué elementos son más ade- transitar, conocer, influir, y, entonces,

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sí, aparecerán síntesis de conocimiento, Además, Chertudi incluye, aunque sin aportan, seguramente, un elemento más
formal o informal, que impactarán fuer- detenerse en un análisis pormenorizado, al arreglo: la introducción instrumental.
temente en la producción artística. Y, en aspectos vinculados con el momento de Este material se encuentra en las partitu-
el caso de la música, habiendo superado realización: “Es sabido que una versión no ras editadas que, en realidad, transcriben
la instancia de composición del tema y de es nunca exactamente igual a otra [...] en lo registrado en la grabación.
realización del arreglo de manera exito- sus elementos expresivos emocionales, Desde el aspecto interpretativo tam-
sa –también a través de las “claves” del como movimientos corporales, matices bién se presentan recursos que respon-
género– en el espacio de la interpretación de entonación, de tempo, etc.” (Chertudi, den a la época. Las guitarras mantienen
musical es donde se completa la obra, en 1967). Es decir: en su interpretación. una articulación muy regular en el marca-
donde la versión pasa a ser un ejemplo El concepto de versión está bastante to y muy ligada en las melodías del bajo
o un caso del género. Y es allí donde es definido y consensuado en la música aca- melódico. El fraseo del canto de Gardel
posible, mediante el análisis cuidado- démica. Cuando escuchamos una graba- establece formas de interpretación del
so hecho por expertos o por aprendices ción reciente de una suite de Bach o una ritmo que distan considerablemente de
bien orientados, develar las característi- sinfonía de Beethoven –obras compues- las duraciones escritas en las partituras.
cas particulares de interpretación de ese tas en otra época e interpretadas por un El ritmo allí consignado se reinterpreta
género: qué dinámicas, articulaciones, instrumentista contemporáneo– tenemos a partir de formas posibles para decir el
acentuaciones, fraseos, etc., son más siempre en claro que estamos frente a texto, que se encuentran muy emparen-
frecuentes y apropiados. Esto permite una nueva versión4. Lo que sucede en la tadas con cierto modo de hablar de los
ponerlos en funcionamiento y, también, música popular no es muy diferente. Cada porteños de esa época, al menos los que
y aquí lo más importante, transgredirlos. nueva grabación o cada presentación en aparecen en las películas y los programas
Porque es tan importante la experiencia, vivo de una obra (una canción, una obra radiales. Estos recursos no han sido toda-
la vivencia y el marco social, como la in- instrumental, etc.) representa una nueva vía estudiados en profundidad. Desde un
genuidad, la experimentación, la apropia- versión que contiene, seguramente, un abordaje mensural se podría concluir que
ción “inocente”, ya que, históricamente, nuevo arreglo y una particular interpreta- Gardel utiliza proporciones ternarias para
a partir de esos “errores” cometidos por ción. Veamos un ejemplo. el agrupamiento de palabras y de versos,
los “inexpertos” se han renovado y de- El tango Mano a mano es una signi- privilegia las síncopas anticipatorias al in-
sarrollado en gran medida los géneros ficativa muestra de los primeros Tango terior de las frases y los desplazamientos
musicales. Canción de la Guardia Nueva, cerca de para los finales, y realiza importantes de-
los años 205. El entonces nuevo tango se tenciones entre estrofas. Estos recursos
construye con las parejas de autor-compo- son claramente interpretativos, ya que
La construcción de versión sitor, lo que representa una novedad para no están definidos a priori en el arreglo,
la época. Según algunas crónicas, el poe- y aunque respondieran a una posible
Como se mencionó, el campo de estudio ta Celedonio Esteban Flores fue quien le estructura previa del cantor, los canales
sobre lo popular encierra una importante acercó el texto a Carlos Gardel quien, jun- a través de los cuales se desarrollan –la
diversidad de productos culturales y de to con José Razzano, compuso la música6. articulación, la acentuación, el vibrato,
disciplinas que los estudian. En el marco La grabación que realizó Gardel en etc.– deben ser puestos en juego en el
de los estudios sobre el cuento folklórico 1922 es la primera edición que se conoce momento de la ejecución.
se plantean algunos tópicos que invitan y se la podría considerar como la versión Una versión posterior del trío instru-
a la analogía con el tema que nos ocu- original7. Realizada con acompañamiento mental de Ciriaco Ortiz –de bandonéon y
pa. Siendo el cuento folklórico una obra de guitarras, en ella se advierten una gran dos guitarras–, grabada en 1933, eviden-
literaria anónima que vive en la tradición cantidad de recursos de construcción de cia en el arreglo estrechas vinculaciones
oral, cada aparición de ese cuento supone arreglo vinculados a la época: patrones con la primera versión9. Las guitarras
una versión del mismo. Susana Chertudi, rítmicos de marcatos en 4, síncopas y trabajan con roles y con recursos simila-
en un texto ya clásico, plantea al respecto paradas (Samela & Polemann, 2006). La res ya que se toma la melodía de la intro-
una definición clara: “Llamamos versión construcción de la textura de acompaña- ducción y se mantiene la forma aunque
a cada realización de un cuento, sea ella miento en las guitarras también responde con menos estrofas, posiblemente por la
registrada o no; es decir, cada vez que se a roles típicos de ese orgánico de nueva ausencia del texto. El bandoneón sostie-
narra un relato se produce una versión” guardia: guitarra rítmica, grave y melódi- ne un rol de figura dentro de la textura in-
(Chertudi, 1967). Lo interesante de la com- ca. La primera es la encargada de la reali- terpretando la melodía principal durante
paración es que en estos casos la obra no zación del patrón rítmico; la segunda, del toda la versión. Desde el punto de vista
se encuentra escrita, definida con anterio- bajo melódico; la tercera, de la función del arreglo, hasta allí parecen llegar las
ridad. Sin embargo, existe y lo que la hace de trémolos, introducciones e interlu- decisiones, con la particularidad de incor-
tangible es esa realización, esa versión. dios (Polemann, 2004)8. Los guitarristas porar una variación10 sobre el final. Desde

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el aspecto interpretativo, las guitarras Es una versión que, difícilmente, se pueda


mantienen gestos de estilo con una arti- catalogar dentro del tango. Sin embargo
culación extremadamente marcato en el es la versión de un tango.
acompañamiento rítmico y muy ligada en
las melodías del bajo melódico.
Un aspecto particular a señalar es, una Conclusiones preliminares
vez más, el fraseo de la melodía principal.
En este caso, los recursos no estarán li- Este rápido análisis sobre las tres versio-
gados a las posibilidades del habla sino nes del mismo tema permite poner en fun-
a las del instrumento que la ejecuta y al cionamiento estos términos o categorías
instrumentista. Así, es posible identificar para la comprensión de los elementos de
gran cantidad de adornos en fusas, pe- construcción de esa música. Son puntos
queñas variaciones, incorporación de vo- de entrada al análisis de la producción
ces paralelas en 8vas. y saltos también de que, en el espacio de enseñanza-apren-
8va. al interior de las frases. Estos recur- dizaje, pueden ser herramientas valiosas
sos son, una vez más, interpretativos, ya para orientar el trabajo del estudiante y
que corresponden a un conjunto de deci- del docente en la búsqueda de ideas, en
siones que toma el intérprete tanto en la la solución de dificultades y en el desarro-
elección de alturas como en la definición llo de diferentes canales expresivos.
de dinámicas y de articulaciones. La hipótesis de trabajo es, entonces,
En la construcción de esta versión se que lo que definimos habitualmente
imitan también gestos expresivos de la como música, en un marco determinado
anterior, como las grandes detenciones de estudio, podría definirse como versión
sobre los últimos versos de la estrofa y ésta no es otra que el resultado de un
B, y aunque estas últimas no tienen una tránsito del tema a través del arreglo y la
duración precisa, mantienen un acertado interpretación, siendo el género un marco
equilibrio rítmico. organizador de los procedimientos y de
El músico brasileño Caetano Veloso las decisiones que se llevan adelante en
realizó en 1990 otra versión de Mano a cada una de estas instancias. Arreglo y
Mano en la que se advierte un alto gra- versión, lejos de ser sinónimos, represen-
do de reelaboración de los recursos de tan objetos y momentos distintos. El arre-
arreglo e interpretación de la versión ori- glo, como procedimiento y material, es
ginal11. Por momentos, aparece lo que po- de una tangibilidad diferente a los otros
dría denominarse un desarrollo metafóri- estratos. En otras palabras: la versión se-
co12 de aquella, ya que evoca materiales ría la música misma como resultado de el
allí presentes pero desde una perspectiva tema + el arreglo + la interpretación, y re-
estética diferente. Por ejemplo, se inclu- presentaría, en algunos casos, una mues-
yen los materiales de introducción, esta tra más del género.
vez sólo como interludios, pero utilizan-
do solamente las notas más pregnantes
del arreglo original y con una interpreta- Notas tos, completan un paisaje, por demás lúgubre, en el

ción mucho más ligada, más “blanda”. 1 Este artículo forma parte de los trabajos realizados nacimiento de una rica etapa de la “cultura nacional”.

Se extreman los rangos dinámicos de la para el proyecto de investigación “La enseñanza de 3 Principalmente de origen uruguayo, aunque también

interpretación proponiendo momentos la Música Popular en el nivel superior. Elementos hay algunas producciones vinculadas con la murga

de gran intimidad, pianisimo, a través de estructurantes de los géneros musicales para la pro- argentina. La murga uruguaya, ese espectáculo per-

texturas muy despojadas. En la elección ducción de nuevas músicas”, del Programa de Incen- formático de escenario, también podría ser analizada

del orgánico, para el arreglo, también se tivos del Ministerio de Educación de la Nación, bajo la con las herramientas que aquí se proponen. Pero la

toman decisiones de estilización: “sólo” dirección de la Prof. Marcela Ramona Mardones y la murga argentina aún no, ya que, como espacio de

la voz y el cello. En la interpretación de codirección del Lic. Alejandro Polemann. producción colectivo y performático, trabaja con
estos instrumentos se profundizan las 2 La incipiente organización gremial, las reiteradas revo- otros códigos, otros usos y otros procedimientos.

posibilidades de ejecución: vibratos, dife- luciones yrigoyenistas, la Ley de Residencia de 1902 4 Muchas veces esas versiones incluyen adaptaciones

rentes articulaciones, pizzicatos y arcos y para expulsar anarquistas y socialistas, el hacina- o transcripciones, términos que serían equivalentes a

arrastres en el cello, glissandos en la voz. miento en los conventillos, entre otros acontecimien- lo que definimos como arreglo en la música popular.

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5 Distintos autores y compiladores no acuerdan con el funciones dentro de la textura. En grupos más nu-
año de composición. Para Juan Ángel Russo fue en merosos es posible la duplicación de alguna de las
1918; para José Gobello, en 1923, año que coincidiría funciones, como dos guitarras rítmicas, por ejemplo.
aproximadamente con la primera grabación realizada 9 Ciriaco Ortiz. Conversando con el fueye. Ciriaco Ortiz
por Carlos Gardel que, sin embargo, Noemí Ulla ubica Trío. Grabaciones de RCA VICTOR, entre 1930 y 1937.
en 1922. Una compilación que toma ediciones del se- Buenos Aires: El bandoneón.
llo Odeón, la fecha en 1927. 10 La variación en el tango representa un material meló-
6 Carlos Gardel “Poesía lunfarda. Carlos Gardel acom- dico que en valores cortos, de fusas, realiza una dis-
pañado en guitarras”. Argentina: Comp. 1997 1927. minución o una elaboración de la melodía o sobre los
EMI ODEON SAIC. ARG. acordes de acompañamiento. Generalmente están
7 Cómo se construye “el original” en la música popu- escritas previamente, es decir, son parte del arreglo
lar del siglo xx, si es la partitura –en el caso que la y se interpretan al final de la versión.
hubiera– o si es la primera edición grabada, es una 11 Circulado Vivo. Caetano Veloso. Buenos Aires: Poly-
interesante discusión aun pendiente. Gram 1991.
8 Las tres funciones no implican necesariamente can- 12 Para profundizar sobre el procedimiento metafórico
tidad de instrumentos ya que, como en este caso, en el arte y en la música en particular, ver: Daniel Be-
las guitarras son sólo dos pero van intercalando las linche, Arte, poética y educación, 2011.

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ARTE E INVESTIGACIÓN 9 · noviembre 2013 · ISSN 1850-2334 101

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