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Sin embargo, con mayor precisión, en esta etapa centralizamos el análisis en las
construcciones caracterizadas como edificios elevados en un mismo suelo como torres
material y funcionalmente independientes unas de otras. [1]
En el derecho comparado se han empleado distintos vocablos para designar la cuestión que
tratamos ahora: en el derecho español se habla de “ciudades dormitorio” o “propiedades
horizontales atípicas” [2]; en el italiano de “supercondominio” o “condomini autonomi”
[3]; mientras que el derecho francés ha caracterizado a cada una de las torres que forman el
complejo como “sindicato secundario” [4].-
Desde nuestro punto de vista la introducción de la figura del derecho real de superficie, no
tendría incidencia en el sistema que analizamos.
Algunas notas propias del fenómeno que hemos definido “megaconsorcio” están
constituidas así:
Puede resultar también que el reglamento de copropiedad admita y prevea cierta autonomía
para cada bloque de edificación, disponiéndose la existencia y funcionamiento de
administradores, asambleas y consejos de propietarios para cada torre.
Aun así, y si se concibe - SEQ CHAPTER 1en cada uno de los sectores o edificios- la
existencia de órganos de administración y asamblearios separados, sin duda cada uno de
ellos actuará sujeto a un órgano de administración y gobierno que representa a la
comunidad en forma única e indivisible frente a terceros; o sea, responderá a un
administrador general y se someterá –en definitiva- a una asamblea general.
En cuanto a la responsabilidad civil frente a terceros, tiene que recaer necesariamente sobre
la persona jurídica “madre” consorcio y no sobre cada edificación autónoma material o
funcional, pues estas carecen de personalidad jurídica propia. En este caso, nada impide
reclamos de regreso contra los condóminos del sector en el cual se generó el daño, pero ello
así por aplicación de las normas reglamentarias que disponen sobre la responsabilidad por
el hecho propio o las legales que aluden a las diversas hipótesis de responsabilidad civil. -
Los sectores y edificaciones separados, aún contando con administraciones separadas, sub-
asambleas y consejos de propietarios, no podrían ser elevadas a la categoría de sujetos de
derecho demandables judicialmente ni aún por sus propios integrantes. Este principio
también es aplicable a los reclamos de terceros –no por la naturaleza u origen del crédito-
sino por una cuestión de fondo más significativa cual es la personalidad como sujeto
procesal de los sectores independientes funcionalmente, personalidad que no existe.
La realidad de nuestros días ha revelado la creciente frecuencia y generalización de estas
construcciones de diversos edificios sobre un mismo terreno común, formando parte de una
suerte de complejo o conglomerado habitacional con algunas notas propias dentro del
régimen general de la propiedad horizontal.
Cada sector puede tener una subasamblea, cuyo funcionamiento y atribuciones deben
regularse especialmente y puede designarse a un sub- Administrador del sector.
Frente a terceros responde todo el consorcio sin tener en cuenta los diversos sectores que lo
integran”.
Sin duda, del texto reseñado se traslucen notas que entendemos propias del
“megaconsorcio”: a) Sectores ediliciamente distintos o separados pero asentados sobre un
terreno común, b) Acotada independencia económico-funcional, justamente limitada por la
pertenencia a una comunidad abarcativa; c) Ausencia de personalidad propia de cada sector
y –por ende- carencia de capacidad para obligarse o responsabilizarse civilmente,
respondiendo frente a terceros acreedores el consorcio “madre”.-
Si bien el art. 2068 del Código Civil y Comercial, se refiere a una modalidad originaria del
“megaconsorcio”, pues admite su regulación en el reglamento de copropiedad, sostenemos
que la norma sería aplicable también al “megaconsorcio” de hecho.-
(*)Doctor en Derecho por la Universidad Nacional de Mar del Plata, Profesor Titular
Regular de Derecho Procesal Civil y autor de diferentes obras en la materia de propiedad
horizontal y Derecho Procesal Civil.
[1]Costantino, Juan A., La responsabilidad civil contractual y extracontractual en los
“Megaconsorcios”. Operatividad y Legitimación Procesal, en Responsabilidad Civil de la
Empresa, Edit.Jurídica Panamericana SRL., Sta.Fe, 1996, p.244.
[2] Mariano Fernadez Martín–Granizo, La Ley de Propiedad Horizontal en el Derecho
Español, Editoriales de Derecho Reunidas, Madrid, 1983, p.222.
[3] Adriana Nicoletti, Manuale del condominio, Buffetti Editore, Roma, 1986, p.8 y ss. y
Cass.22 ottobre 1974, n.3033
[4] Joelle Duchet, Guide Juridique de la Copropiete, Editions De Vecchi, París, 1987, p.79
y sgtes..
[5]Joelle Duchet, Guide Juridique de la Copropiete, Editions De Vecchi, París, 1987, Alain
Coret, Le Condominium, Edit.R.Pichot & Durand-Auzias, París, 1960; Marie Francoise
Ristchym Guide Des Copropietaires, Edit.Marabout, París, 1990; Les copropietaires et leur
syndic, Edit.La Decouverte. París, 1989; Claudio Carli, ABC del condominio, Buffettio
Editore, Roma, 1988; Renanta Guiliana Balzani, Le spese condominiali, Buffetti Editore,
Roma, 1988; José Arroyo López – Soro, Propiedad Horizontal, Edit.Grefol S.A., Madrid,
1990; José Alfredo Caballero Gea, La Propiedad Horizontal, Edit.Dykinson, Madrid, 1987;
Daniel Loscertales Fuertes, Propiedad Horizontal, Edit.Grefol S.A., Madrid, 1992 y
Mariano Fernadez Martín – Granizo, La Ley de Propiedad Horizontal en el Derecho
Español, Editoriales de Derecho Reunidas, madrid, 1983.