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PORTAFOLIO
Actividades formativas de los
temas de la Unidad I
AUTOR(A): CECILIA ALINE RAMOS YOVERA
DOCENTE TUTOR: DARWIN ENRIQUE CÓRDOVA PALACIOS
2016
Descripción de la actividad:
Para conocer a Dios el hombre encuentra muchas dificultades. Además no puede entrar por
sí mismo en la intimidad del misterio divino. Por ello, Dios el deseo de Dios está inscrito en
el corazón del hombre, porque el hombre ha sido creado por Dios y para Dios; y Dios no
cesa de atraer al hombre hacia sí, y solo en Dios encontrara el hombre la verdad y la dicha
que no cesa de buscar.
Nuestro conocimiento de Dios es limitado, nuestro lenguaje sobre Dios no están bien. No
podemos nombrar a Dios sino a partir de las criaturas, y según nuestro modo humano
limitado de conocer y de pensar.
Todas las criaturas poseen una semejanza con Dios, el hombre creado a imagen y
semejanza de Dios. Las múltiples perfecciones de las criaturas reflejan, por tanto, la
perfección infinita de Dios. Por ello, podemos nombrar a Dios a partir de las perfecciones
de sus criaturas, "pues de la grandeza y hermosura de las criaturas se llega, por analogía, a
contemplar a su Autor" (Sb 13,5).
El cristianismo no es una religión que solo trsmte verdades, ante todo es una experiencia
vivida en la historia; de la manifestación de Dios, por medio de hechos y palabras.
Dios tienen como punto de partida la creación: el mundo material y la persona humana. Las
cinco vías de la demostración de la existencia de Dios. En la "Suma Teológica", primera
parte, capítulos 2 y 3, encontramos formuladas las cinco pruebas tomistas de la
•LA TERCERA VÍA: parte de que todo lo que existe en el mundo es contingente .
•LA CUARTA VÍA: considera los grados de perfección que hay en las cosas exige algo
que sea máximo en su género que sea causa de todos los que son de aquél género.
•LA QUINTA VÍA: parte del orden que se observa en el mundo, y especialmente de la
finalidad que se advierte en los seres vivos.
LAUDATO SI
Su testimonio nos muestra también que una ecología integral requiere apertura hacia
categorías que trascienden el lenguaje de las matemáticas o de la biología y nos conectan
con la esencia de lo humano. Así como sucede cuando nos enamoramos de una persona,
cada vez que él miraba el sol, la luna o los más pequeños animales, su reacción era cantar,
incorporando en su alabanza a las demás criaturas.
San Juan Pablo II se ocupó de este tema con un interés cada vez mayor. En su primera
encíclica, advirtió que el ser humano parece «no percibir otros significados de su ambiente
natural, sino solamente aquellos que sirven a los fines de un uso inmediato y consumo».
Sucesivamente llamó a una conversión ecológica global. Pero al mismo tiempo hizo notar
que se pone poco empeño para «salvaguardar las condiciones morales de una
auténtica ecología humana». La destrucción del ambiente humano es algo muy serio,
porque Dios no sólo le encomendó el mundo al ser humano, sino que su propia vida es un
don que debe ser protegido de diversas formas de degradación. Toda pretensión de cuidar y
mejorar el mundo supone cambios profundos en «los estilos de vida, los modelos de
producción y de consumo, las estructuras consolidadas de poder que rigen hoy la sociedad”.
El auténtico desarrollo humano posee un carácter moral y supone el pleno respeto a la
persona humana, pero también debe prestar atención al mundo natural y «tener en cuenta la
naturaleza de cada ser y su mutua conexión en un sistema ordenado». Por lo tanto, la
capacidad de transformar la realidad que tiene el ser humano debe desarrollarse sobre la
base de la donación originaria de las cosas por parte de Dios.
Descripción de la actividad:
Descripción de la actividad:
Descubre que Dios es Amor Trinitario: Padre, Hijo y Espíritu Santo, que nos libera por
medio de la caridad, a través de un reporte de lectura de la temática del Compendio CEC
(N° 112-217) y del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (N° 199-200).
El hecho de que Dios como origen de todo nos haya dado todo como un don nos interpela a
administrar convivial y responsablemente los dones recibidos. Como don también nos
entregó los mandamientos, enseñándonos a vivir de modo que nuestra sociedad alcance la
realización y la felicidad a la cual está llamada. Los diez mandamientos, que constituyen un
extraordinario camino de vida e indican las condiciones más seguras para una existencia
liberada de la esclavitud del pecado, contienen una expresión privilegiada de la ley natural.
Por la enseñanza de Cristo sabemos que el Dios único en esencia existe en tres Personas
divinas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Dios, Padre todopoderoso. Dios reveló su nombre a
Moisés: "Yo soy el que soy" (Éxodo3, 14), Yahvé. Es decir, Dios es el que es por sí mismo
sin depender de nadie, principio sin principio, razón de ser de todo lo que es, origen de
todo, causa de todo, fuente de todo, ser soberano, ser supremo, Dios.
El mandamiento del amor recíproco, que constituye la ley de vida del pueblo de Dios,
“debe inspirar, purificar y elevar todas las relaciones humanas en la vida social y política:”
Humanidad significa llamada a la comunión interpersonal “porque la imagen y semejanza
del Dios trino son la raíz” de todo el „ethos‟ humano... cuyo vértice es el mandamiento del
amor. “El moderno fenómeno cultural, social, económico y político de la interdependencia,
que intensifica y hace particularmente evidentes los vínculos que unen a la familia humana,
pone de relieve una vez más, a la luz de la Revelación , un nuevo modelo de unidad del
género humano, en el cual debe inspirarse en última instancia la solidaridad.
« La libertad se ejercita en las relaciones entre los seres humanos. Toda persona humana,
creada a imagen de Dios, tiene el derecho natural de ser reconocida como un ser libre y
responsable. Todo hombre debe prestar a cada cual el respeto al que éste tiene derecho. El
derecho al ejercicio de la libertad es una exigencia inseparable de la dignidad de la persona
humana ».
Coautor (a)