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Índice de Contenido
15 Mitos griegos cortos de los dioses del Olimpo
o 1. Mito de Perséfone
o 9. Mito de Hilas
1. Mito de Perséfone
Entre los mitos de Zeus, cuenta una leyenda que este dejó embarazada a
una oceánide llamada Metis. Cuando ella estaba en una avanzado estado
de gestación, a Zeus le profetizaron que tendría hijos más poderosos
que él que podrían derrocarlo. Para solucionarlo, decidió tragarse a
Metis e impedir que diera a luz. Sin embargo, el embarazo siguió su
curso en el interior del dios del trueno, sin que este lo supiera.
5. Mito de Aracne
Un día, tras una tremenda vibración, un volcán se formó junto a la isla. Allí
encontró su fragua Hefesto, y con un nuevo taller pudo crear unos nuevos
rayos que le entregó a su padre como regalo. Zeus, agradecido, le permitió
volver al hogar de los dioses. Así, Hefesto recuperó su lugar,
demostrando su bondad al intentar salvar a su madre y su valía. Su
cojera se volvió legendaria dentro de los mitos de Hefestos.
De esta parte del cuerpo cercenada surgió una espuma que dio
lugar a una mujer adulta. Impulsada por el viento, esta nueva diosa
llegó flotando sobre una pechina hasta la costa y la primavera cubrió su
desnudez, vistiéndola. Es uno de esos mitos griegos cortos que han
inspirado a muchísimos artistas.
8. Mito de Atalanta
Fragmento de «Atalanta» por John William Godward
Este es uno de los mitos griegos cortos protagonizado por una mujer
exitosa. Atalanta era una joven cazadora con una agilidad prodigiosa,
conocida por ser la corredora más veloz de su tiempo, que decidió
consagrarse y permanecer virgen, sin casarse, pese a lo cual no dejaban de
pretenderla muchos hombres. Para evitarlos, Atalanta decidió que el único
hombre con el que se casaría sería aquel que lograra vencerla en
una carrera. Todo aquel que lo intentase, pero perdiera, sería ejecutado.
Pese a la amenaza, esto no impidió que los pretendientes siguieran
intentando y pagando la penitencia con su vida.
9. Mito de Hilas
Fragmento de «Hércules matando al dragón del jardín de las Hespérides» (1639-1640) por
Rubens
En su viaje en busca del Vellocino de Oro, Jasón fue acompañado por varios
héroes, entre ellos Hércules y su escudero Hilas. Hércules e Hilas se
embarcaron con los Argonautas y llevaban tres días de viaje cuando el
viento los llevó hasta un pequeño mar llamado Propontis. El viento
empezó a detenerse y decidieron parar en tierra firme. El lugar donde
atracaron era una isla llena de campos de flores y pantanos, con cañas y
una vegetación muy variada. Allí descansaron esperando la noche.
Con el tiempo y sin rastros de Hilas, Hércules, pensando que aquella voz
era el producto de su imaginación o de algún ser ruin, se dirigió al lugar al
que iban los argonautas a pie. Hilas no sabía que Hércules se había
marchado y siguió llamándolo: “Hércules, hércules. ¡Aquí
estoy!”. Durante muchas noches su voz siguió sonando.
Años más tarde, Calisto, en forma de oso, vagaba por el bosque cuando se
cruzó con un cazador que resultó ser su hijo. El joven al ver que el oso
se acercaba a él con intención de abrazarlo, interpretó el gesto
como un ataque y se preparó para acabar con la vida de la
bestia. Zeus, que era testigo de la situación, decidió evitar una tragedia y
se llevó a Calisto a lo más alto de los cielos, donde se convirtió en estrellas:
es lo que hoy conocemos como la Osa Mayor.
Este es otro de esos mitos griegos cortos que termina en tragedia, pues si
bien el rey, tío de Antígona, termina cambiando de opinión en la disputa,
este lo hace cuando ya es demasiado tarde. Antígona, no obstante, no
ha pasado a la historia por su desgracia, sino como un ejemplo de
que debe ser la moral, y no la ley, la que prima cuando la ley va en
detrimento de la moral. Las discusiones y reflexiones que ha provocado
el mito de Antígona siguen vigentes en la actualidad.
Como nadie podía castigarlo, por su enorme fuerza, fue él mismo quien se
impuso penitencia, practicando, sobre todo, el autocontrol. Además, para
alcanzar la inmortalidad, le fueron impuestas 12 tareas dificilísimas, que
luego se convertirían en los mitos de Hércules, como matar a la Hidra de
Lerna o capturar a Cerbero, el can del infierno, y sacarlo del
inframundo. Con todas estas tareas, que se creían imposibles,
Hércules cumplió, con la ayuda de algunos dioses que le tenían en
estima, convirtiéndose así en inmortal y en uno de estos mitos griegos
cortos.
De esta caja escaparon todos los males del mundo, como la envidia
y la lujuria, y en ella solo quedó la esparanza. De ahí viene la frase: La
esperanza es lo último que se pierde. Y con esto cerramos nuestro listado
de 15 mitos griegos cortos.