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ANEXO 1

RESPONSABILIDAD DEL TRANSPORTADOR AEREO RESPONSABILIDAD DEL


TRANSPORTADOR AEREO
TRANSPORTE DE ANIMALES
SUMARIO
RESPONSABILIDAD DEL TRANSPORTADOR AEREO: Muerte de un perro competidor de
raza en un avión. Negligencia de la compañía aérea: "Temeraria desaprensión" de sus
dependientes en el transporte de animales vivos. Indemnizaciones
CAUSA 10400/2000 -S.I.- "Fasanelli de Gianfrate Mirta Silvia y otro c/Air France s/daños y
perjuicios" - CNCIV Y COMFED SALA I - 14/11/2002
"Los actores, dedicados a la cría de perros de la raza "mastín napolitano", eran dueños de un
ejemplar macho de nombre "Gino del Bresiano", al que habían inscripto en un campeonato
mundial a celebrarse en la ciudad de Milán los días 22 y 25 de junio de 1998. Con tal propósito,
viajaron a Milán por la empresa Air France, con escala en París, junto con el "handler" del
canino, señor Alberto Ferrari, y el perro, acondicionado en bodega conforme es habitual en
este tipo de traslados. El animal no fue embarcado en el vuelo AF 1714 París-Milán, y, horas
más tarde, arribó en otro vuelo al aeropuerto de Malpenza, muerto." (Del voto de la Dra.
Najurieta)
"La desatención de las necesidades vitales del animal durante la escala en el aeropuerto de
París configura una conducta reprobable por parte de dependientes por quienes la demandada
tiene la obligación de responder. La compañía aérea había asumido una obligación de
resultado, que consistía en entregar el can en el destino, Milán, en el mismo estado en que
había sido embarcado, es decir, en óptimas condiciones vitales. Al respecto, coincido
plenamente con el señor juez de la primera instancia y juzgo que la demandada es responsable
ante la actora por el incumplimiento contractual que implicó la muerte del animal transportado,
sin que se hayan demostrado circunstancias que exoneren de tal responsabilidad al
transportador en los términos del Art. 20.1 de la Convención de Varsovia de 1929." (Del voto de
la Dra. Najurieta)
"Aún cuando se trate de comportamiento no doloso, el caso se subsume en el Art. 25 del
Protocolo de La Haya reformado por el protocolo N° 4 de Montreal.
El Protocolo N° 4 de Montreal que, en lo pertinente, describe la conducta en estos términos:
"...los límites de responsabilidad especificados en el artículo 22 no se aplicarán si se prueba
que el daño es el resultado de una acción u omisión del transportista o de sus dependientes,
con intención de causar el daño o con temeridad y sabiendo que probablemente causaría el
daño; sin embargo, en el caso de una acción u omisión de los dependientes, habrá que probar
que éstos actuaban en el ejercicio de sus funciones" (Art. 9, que sustituye el artículo 25 A del
convenio de Varsovia-La Haya)." (Del voto de la Dra. Najurieta)
"De los antecedentes de animal y del informe del responsable de Puesto de Inspección
Fronterizo de Malpenza resulta altamente verosímil que el can "Gino del Bresiano", de estado
óptimo al momento de embarcar, haya fallecido como consecuencia de un shock térmico con
consiguiente colapso cardiocircutalorio. Ello implica que dependientes de la demandada se
desentendieron del hecho de que un animal vivo no había sido embarcado en el vuelo previsto
París-Milán AF 1714 y debía esperar un nuevo embarque en condiciones de necesidad que no
se esclarecieron (sed, calor, rigidez, falta de alimento).-
De las constancias resulta que la espera en París duró aproximadamente seis horas y que fue
embarcado probablemente después de muerto en el vuelo Af 2114." (Del voto de la Dra.
Najurieta)
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TEXTO COMPLETO
En Buenos Aires, a los 14 días del mes de noviembre de 2002, reunidos en Acuerdo los jueces
de la Sala I de esta Cámara para dictar sentencia en los autos mencionados en el epígrafe, y
conforme el orden del sorteo efectuado, la doctora María Susana Najurieta, dijo:
I)) La sentencia de fs. 167/171 admitió la demanda instaurada por Mirta Fasanelli de Gianfrate
y Héctor Alejandro Gianfrate contra Compagnie Nationale Air France, condenando a esta última
a pagarle a los actores, en forma indistinta, la suma de veinte mil novecientos setenta pesos,
con más sus intereses calculados con la tasa que percibe el Banco de la Nación Argentina en
sus operaciones de descuento a treinta días, desde el 20/6/2000 hasta el efectivo pago, con
costas a la vencida.//-
Los actores, dedicados a la cría de perros de la raza "mastín napolitano", eran dueños de un
ejemplar macho de nombre "Gino del Bresiano", al que habían inscripto en un campeonato
mundial a celebrarse en la ciudad de Milán los días 22 y 25 de junio de 1998. Con tal propósito,
viajaron a Milán por la empresa Air France, con escala en París, junto con el "handler" del
canino, señor Alberto Ferrari, y el perro, acondicionado en bodega conforme es habitual en
este tipo de traslados. El animal no fue embarcado en el vuelo AF 1714 París-Milán, y, horas
más tarde, arribó en otro vuelo al aeropuerto de Malpenza, muerto.-
El juez a quo juzgó que la demandada era responsable de los daños y perjuicios por el
incumplimiento del contrato de transporte internacional pues no () había aportado ninguna
prueba que demostrara que había adoptado todas las medidas necesarias para satisfacer de
manera apropiada el transporte de un animal vivo y, por el contrario, de las constancias
resultaba que la causa más probable de la muerte del can era un shock térmico, circunstancia
atribuible a la negligencia de dependientes de la demandada. en consecuencia, y con sustento
en el Art. 520 del Código Civil, el juez estimó el daño resarcible y dispuso que, en virtud de la
conducta de la demandada, eran aplicables los límites de responsabilidad contemplados en el
artículo 22 de la Convención de Varsovia-Protocolo de la Haya.-
II) Contra dicho pronunciamiento, apelaron ambas partes. La actora expresó sus agravios a fs.
184/187 vta., los que fueron contestados por su contraria a fs. 193/194. la parte demandada
presentó sus agravios a fs. 188/191, los que fueron contestados por la actora a fs. 195/198.
también se presentaron apelaciones contra las regulaciones de honorarios a fs. 173 y fs. 176.-
III) Las críticas que la parte actora presentó en esta instancia pueden agruparse del modo
siguiente: a) el juez ha excluido sin fundamentos la reparación del daño por lucro cesante y ha
establecido un monto exiguo en concepto de valor de un ejemplar de raza como "Gino del
Bresiano", a pesar del informe concluyente de la Federación Cinológica Argentina, que calculó
un valor de aproximadamente veinte mil dólares;; b) ha prescindido de la declaración testifical
del señor Ferrari, de la que resulta con evidencia que debe repararse el gasto efectuado por los
actores y por el cuidador del can en concepto de viáticos y pasajes a Milán, para asistir a un
evento que perdió todo su sentido; c) ha fijado un monto reducido en concepto de reparación
por daño moral, a pesar de las circunstancias que rodearon la muerte de un perro valioso y
sano; d) finalmente, la actora se agravia de la tasa de interés aplicada al monto de la condena,
pues estima que es notoria la inflación que se vive ene l curso del año 2002 y, por ello, reclama
la revocación de lo decidido sobre el punto y la aplicación de una tasa del 5% mensual desde
enero del corriente año y hasta el efectivo pago.-
IV) Por su parte, la empresa Compagnie Nationale Air France presentó los siguientes agravios:
a) el juez a quo equivocó la atribución de responsabilidad a su parte, pues no hubo un
comportamiento irregular y se verificaron todas las diligencias para evitar el daño, en los
términos del Art. 20 de la Convención de Varsovia. Añadió que no se ha demostrado en el
expediente el motivo del fallecimiento del perro y que el informe del veterinario en el aeropuerto
de Malpenza no es suficiente para descartar la regularidad en el comportamiento de la
empresa transportista; b) la sentencia ha reconocido montos exorbitantes en concepto de
resarcimiento omitiendo que un perro es para nuestro derecho una cosa mueble en los
términos del Art. 2318 del Código Civil. En este sentido, se queja especialmente: por el valor
asignado al animal, rubro sobre el cual nada se demostró en concreto; por el monto en
concepto de flete y honorarios proporcionales del cuidador, a pesar de que no se produjo
prueba sobre la necesidad de contratar un experto para viajar y permanecer en Milán durante
la exposición; asimismo, se queja por la admisión del daño moral, que considera totalmente
improcedente a un supuesto de incumplimiento contractual culposo; c) finalmente, la
demandada reclama la aplicación de los límites de la responsabilidad del transportista aéreo,
en los términos de Protocolo de Montreal de 1975 -vigente tanto en el país de partida como en
el país de destino-, considera inexcusable la aplicación del tope establecido en los convenios
internacionales (17 derechos especiales de giro por kilogramo de equipaje/mercadería
despachada) y juzga improcedente subsumir el caso en alguna de las causales de pérdida del
beneficio de la limitación.-
V) Alteraré el orden de tratamiento de los agravios que se han presentado en esta instancia, a
fin de mantener el hilo de la argumentación y esclarecer los aspectos conducentes. Por
razones lógicas, comenzaré por los agravios de la parte demandada que ponen en tela de
juicio el principio de la responsabilidad y, subsidiariamente, insisten en el beneficio de la
limitación de los montos en los términos del Protocolo de Montreal de 1975.-
Ahora bien, comenzaré por recordar que entre los actores y Air France, se concertó un contrato
de transporte internacional regido por la Convención de Varsovia de 1929, modificada en La
Haya en 1955 (véase los billetes de pasajes y los hechos que forman la litis), que incluyó el
traslado del mastín napolitano "Gino del Bresiano" a la Ciudad de Milán. Ciertamente, el Código
Civil argentino afirma que son cosas muebles "las que pueden transportarse de un lugar a
otro... moviéndose por sí mismas" (Art. 2318 del código citado) y esa autonomía de movimiento
es característica del reino animal. Mas no debe olvidarse que se trata de un transporte de
mercancía de caracteres especiales que algunos autores denominan de "transporte
condicionado" (Tapia Salinas Luis, "La regulación jurídica del transporte aéreo", Madrid, 1953,
Pág. 407), pues un animal es un ser vivo. Cuando el transportista acepta transportarlo, su
obligación de custodiar la mercadería comporta la debida atención y diligencia para mantenerlo
con vida y entregarlo en destino en su condición normal (conf. Videla Escalada Federico N,.
Derecho aeronáutico, tomo III, Pág. 469). En autos, consta el informe y certificado sanitario
oficial que demuestra que el perro "Gino del Bresiano" se hallaba sano al tiempo de su examen
clínico (fs. 105) y era transportado a una exposición de perros de su raza a realizarse en Milán,
lo cual evidencia la calidad de su estado.-
Por lo demás, la demandada, prestigiosa empresa con sede en un estado miembro del consejo
de Europa, no podía ignorar los principios y disposiciones de la Convención europea sobre la
protección de animales en transporte internacional (vigente tanto en Francia como en Italia) y
que enuncia el propósito de evitar todo sufrimiento a los animales transportados, especialmente
las excesivas temperaturas y las variaciones térmicas cuando se trata de transporte de
animales por avión (Art. 36 de la citada convención). Me parece pertinente señalar esa
circunstancia pues la noción de culpa y, sobre todo, de "temeridad negligente" guarda estrecha
relación con las circunstancias personales por las cuales un sujeto tiene mayor o menor aptitud
para prever y anticipar las consecuencias posibles de sus hechos, lo cual incide en la medida
de su obligación (doctrina del Art. 902 del Código Civil).-
Es claro que el transportista no debe hacerse cargo de la muerte natural de animales que
transporte, pues ese extremo configuraría un típico caso fortuito, con sus notas de
inevitabilidad e imprevisibilidad y sus efectos liberatorios. Pero ese extremo debe ser probado
por el transportados que lo alegue y que pretenda destruir con ello la presunción de
responsabilidad que está a su cargo (doctrina de esta Sala, en la causa 7664/93, "Lillo Juan
Hipólito c/Aerolíneas Argentinas SA s/Varios transporte de cosas", del 19 de septiembre de
1996). En este orden de ideas, destaco que según surge del informe del profesional
interviniente en el procedimiento que se llevó a cabo en el aeropuerto de Malpenza el 22 de
junio de 2000 (fs. 19/22), el animal presentaba una rigidez mortuoria de por lo menos quince
horas, es decir, que habría muerto antes de embarcar en el vuelo París-Milán. Esta prueba
demuestra que la muerte se produjo en la escala en el aeropuerto Charles de Gaulle, en
Francia, probablemente como consecuencia de un shock térmico. En esa ocasión, el
responsable de la inspección veterinaria afirmó "no contamos con los datos clínicos del animal",
pero en este expediente se cuenta con esa información, dada a través del certificado
zoosanitario de exportación de caninos (fs. 23 en copia). Es decir: la desatención de las
necesidades vitales del animal durante la escala en el aeropuerto de París configura una
conducta reprobable por parte de dependientes por quienes la demandada tiene la obligación
de responder. La compañía aérea había asumido una obligación de resultado, que consistía en
entregar el can en el destino, Milán, en el mismo estado en que había sido embarcado, es
decir, en óptimas condiciones vitales. Al respecto, coincido plenamente con el señor juez de la
primera instancia y juzgo que la demandada es responsable ante la actora por el
incumplimiento contractual que implicó la muerte del animal transportado, sin que se hayan
demostrado circunstancias que exoneren de tal responsabilidad al transportador en los
términos del Art. 20.1 de la Convención de Varsovia de 1929.-
VI) Trataré seguidamente el argumento de la demandada relativo a la aplicación de los límites
de responsabilidad previstos en los Protocolos de Montreal de 1975.-
Observo, en primer lugar, que los billetes de pasaje tienen la leyenda: "además de lo
establecido en el aviso y en las condiciones del contrato consignadas en el billete de pasaje,
este transporte puede regirse por los Protocolos 1, 2 y 4 de Montreal de 1975, los que disponen
un límite de responsabilidad de hasta 16.600 DEG en caso de lesión o muerte del pasajero y
17 DEG por kilogramo de equipaje transportado" (el énfasis no está en el texto). La demandada
sostiene que es irrelevante que el Protocolo N° 4 no estuviese vigente en Francia al tiempo del
contrato (informe de fs. 151), puesto que estaba efectivamente en vigor tanto en el Estado
correspondiente al punto de partida (Argentina), como en el correspondiente al punto de
destino (Italia). Sin embargo, aún cuando aceptemos que ambas partes entendieron celebrar
un contrato bajo las condiciones del Convenio de Varsovia de 1929, modificado por los
Protocolos de La Haya de 1955 y, además, por los Protocolos de Montreal de 1975, ello no
conduce a la solución que pretende la recurrente.-
En efecto, si bien es cierto que bajo las reglas del Convenio de Varsovia de 1929 -que remitía a
la "Ley del tribunal competente"-, podía afirmarse que en nuestra legislación interna sólo el dolo
contractual era causal de pérdida del beneficio de la limitación por motivos relacionados con la
conducta reprobable del transportista o de sus dependientes (conf. Videla Escalada Federico
N., "Derecho Aeronáutico", tomo IV-A, Págs. 390/403), ello se vio modificado con la redacción
del Protocolo de La Haya de 1955 que omitió hacer referencia a nociones desprovistas de valor
universal y definió sustancialmente la falta excluyente de la limitación (artículo 25). El mismo
criterio ha seguido el Protocolo N° 4 de Montreal que, en lo pertinente, describe la conducta en
estos términos: "...los límites de responsabilidad especificados en el artículo 22 no se aplicarán
si se prueba que el daño es el resultado de una acción u omisión del transportista o de sus
dependientes, con intención de causar el daño o con temeridad y sabiendo que probablemente
causaría el daño; sin embargo, en el caso de una acción u omisión de los dependientes, habrá
que probar que éstos actuaban en el ejercicio de sus funciones" (Art. 9, que sustituye el artículo
25 A del convenio de Varsovia-La Haya).-
En primer lugar, de los antecedentes de animal (fs. 105 y fs, 118/119), de la declaración del
testigo Ferrari (fs. 115) y del informe del responsable de Puesto de Inspección Fronterizo de
Malpenza (fs. 18/22) resulta altamente verosímil que el can "Gino del Bresiano", de estado
óptimo al momento de embarcar, haya fallecido como consecuencia de un shock térmico con
consiguiente colapso cardiocircutalorio (fs. 21). Ello implica que dependientes de la demandada
se desentendieron del hecho de que un animal vivo no había sido embarcado en el vuelo
previsto París-Milán AF 1714 y debía esperar un nuevo embarque en condiciones de necesidad
que no se esclarecieron (sed, calor, rigidez, falta de alimento). De las constancias resulta que
la espera en París duró aproximadamente seis horas y que fue embarcado probablemente
después de muerto en el vuelo Af 2114 (fs. 20 vta.). El diálogo del cuidador Ferrari con la
azafata (fs. 115 vta.), no desvirtuado por ninguna prueba, revela con evidencia la desatención
consciente de las obligaciones asumidas respecto del transporte del animal. Es mi convicción
que dependientes de la demandada, en ejercicio de sus funciones y mientras la "mercancía" se
hallaba bajo custodia del transportista, cometieron actos de temeraria desaprensión, debiendo
saber -por su especialización y profesionalidad- las consecuencias dañosas. Como he
señalado anteriormente, mayor es la obligación de quien tiene la preparación adecuada para
anticipar las consecuencias nefastas de sus hechos (Art. 902 del Código Civil).-
En suma, aún cuando se trate de comportamiento no doloso, el caso se subsume en el Art. 25
del Protocolo de La Haya reformado por el protocolo N° 4 de Montreal. Por ello, propiciaré
confirmar lo decidido al respecto por el a quo, que ha considerado configurado el extremo que
determina la exclusión de la especie de la limitación de la responsabilidad.-
VII) Respecto del quantum del resarcimiento, traté en forma conjunta los agravios que han
presentado ambas partes. Está fuera de duda que se trata de responsabilidad contractual y que
corresponde la aplicación de los Arts. 520, 522 y 902 del Código Civil.-
La actora insiste en su reclamo por gastos de pasajes y viáticos de los actores y del cuidador.
Coincido con la solución dada por el seños juez pues de las constancias se desprende -y ello
no ha sido fehacientemente desvirtuado- que viajaban otros canes a ser presentados por los
actores en el campeonato de Milán; en consecuencia, las erogaciones efectuadas por los
conceptos mencionados se hubieran realizado de igual manera, con prescindencia de la
presencia de "Gino del Bresiano".-
La Compagnie Nationale Air France cuestionó los rubros flete, valor de la jaula y honorarios
proporcionales de Alberto Ferrari (fs. 189, III). Sin embargo, sólo desarrolló consideraciones
que satisfacen los racaudos del Art. 265 del Código Procesal respecto de la suma reconocida
como menoscabo en el patrimonio de los actores por pago del cuidador profesional. Coincido
también en este punto con la posición del juez, que ha calculado como gasto sólo la parte
proporcional por trabajos que hubieran correspondido respecto de un can, a saber, la suma de
$600, que propongo confirmar, dejando firme los rubros otorgados por jaula y parte
proporcional del flete.-
Ambas partes han criticado la sentencia en cuanto al valor del animal, la actora por considerar
que se ha reconocido un monto exiguo -$12.000- en atención a los caracteres de un perro
campeón en su raza, y la demandada por considerar que el sentenciante ha fijado esa cifra de
manera discrecional, sin contar con elementos objetivos concretos. Advierto que los actores, en
su escrito de demanda, reclamaron un monto de $15.600 (fs. 42 vta.), cifra a la que arribaron
mediante una metodología cuestionable. En cuanto al informe de la Federación Cinológica
Argentina- que coincide con las apreciaciones de Alberto Ferrari- son de relativo valor puesto
que la entidad ha señalado expresamente que "no interviene en transacciones entre
particulares" (fs. 118). Este informe, no obstante, indica pautas que son de gran utilidad para la
decisión del punto, pues señala que "el valor en plaza dependerá de los factores tales como las
líneas de sangre ejemplar, los títulos de campeonato y ranking eventualmente obtenidos, las
expectativas que el can genere como padrillo...". En atención a las circunstancias de esta
causa, estimo prudente elevar el monto reconocido en concepto de "valor animal" a la suma de
"16.000, monto que incluye como componente del daño por pérdida del can, el valor de un
mínimo de cuatro crías (de $1000 cada una, fs. 119), que es la apreciación mínima de una
pérdida ínsita en el valor de un animal de raza destinado a ser valioso padrillo.-
VIII) Respecto del daño moral reclamado, considero que el proyecto de los actores se vio
claramente alterado, tanto por la perdida del ejemplar, especialmente preparado para competir,
como por la perturbación lógica de estar obligados a efectuar trámites conducentes a la
autopsia del can y a la presentación de reclamos ante la firme transportadora responsable, en
forma concomitante con la exhibición de los restantes canes en un campeonato mundial.-
Destaco que, tratándose de un incumplimiento contractual por pérdida de un bien que debe
calificarse jurídicamente como mercadería, la jurisprudencia -como en tantas otras materias- no
ha sido uniforme y corresponde distinguir las peculiaridades que singularizan cada caso (conf.
Sala II, causa N° 8460/95 del 12/9/96 y sus citas). Ciertamente, el Art. 522 del código civil no
autoriza a apreciar como resarcible cualquier inquietud o cualquier perturbación del ánimo,
pues su reconocimiento no tiene por finalidad engrosar la indemnización de los daños
materiales, sino mitigar por "compensación de bienes", los males o las heridas causados a las
afecciones más estrechamente ligadas a la dignidad y a la plenitud del ser humano. En este
sentido, las circunstancias fácticas de esta causa me parecen elocuentes, pues la peculiar
mercancía objeto de este contrato de transporte internacional era un ser vivo criado con la
finalidad de preservación y mejoramiento de la raza a la que pertenecía, con inversión de
esfuerzo y generación de expectativas como sólo suscitan los seres vivientes, lo cual me
parece suficiente fundamento para confirmar la admisión del resarcimiento por daño moral, si
bien propicio reducir el quantum establecido por el señor juez a quo a la suma de $4000 (por
partes iguales a cada uno de los coactores) y ello en virtud el criterio restrictivo de apreciación
en supuestos de responsabilidad contractual a que se ha hecho referencia.-
VIII) solamente me resta examinar un último agravio de la parte actora, que es el relativo a la
tasa de interés que ha establecido el juez en su sentencia conforme al unánime criterio seguido
en este fuero (entre muchas, Sala I, causa 2094/92 del 26/5/94, causa 20482/96 del 18/6/98;
causa 19894/94 del 15/7/99; sala 2, causa "Grossi Juan José c/CNAS" del 8/8/95). Con
fundamento en que es notoria la inflación sufrida en los primeros meses del corriente año, el
apoderado de la actora reclama que el capital devengue accesorios a una tasa del 5% mensual
a partir del 6 de enero de 2002 y hasta el efectivo pago (fs. 187).-
Sin duda, el reclamo del recurrente procura incorporar una compensación por la depreciación
de la moneda, hecho que alega con caracteres de notoriedad. La pretensión es inatendible en
razón de que la tasa bancaria que la sentencia ha dispuesto tiene en cuenta -entre otros
elementos- la pérdida del valor adquisitivo de la moneda; por tanto, cuanto de más pretende el
acreedor en exceso de la proporción que los bancos incorporan a tal tasa, comporta un
reajuste directo, improcedente en el estado de emergencia pública declarado por ley, con
prohibición de todo tipo de repotenciación de deuda monetaria (Art. 4 de la ley 25561, que
modifica los artículos 7 y 10 de la ley 23928), con las únicas salvedades previstas en la
legislación de emergencia, ajenas a cuanto se discute en el sub lite.-
Corresponde, pues, rechazar el agravio de la actora enunciado como "c" en el considerando III
del presente voto.-
Por todo lo expuesto, propongo al Acuerdo: a) hacer lugar parcialmente al recurso de la
demandada, exclusivamente en cuanto a reducir el monto del resarcimiento por daño moral,
que se establece en $4000; y b) hacer lugar parcialmente al recurso de la actora, en cuanto a
incrementar el resarcimiento por el rubro "valor animal" a la suma de $16.000. Se confirma la
sentencia apelada en todo lo demás que ha sido materia de agravio. Las costas de la alzada se
deben distribuir en un 80% a la parte demandada, que ha resistido su responsabilidad, y en un
20% a la parte actora, que ha pretendido en demasía y debe asumir en justicia una porción de
los gastos causídicos (Art. 71 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación).-
El doctor Francisco de las Carreras dijo:
1) Coincido con la solución alcanzada por la distinguida colega, Dra. Najurieta, en cuando al
fondo, es decir, respecto de la condena a la accionada en virtud de la presunción "iuris tantum"
de la responsabilidad del porteador por los daños ocurridos a la carga en ocasión del transporte
(cfr. Mi voto en la causa N° 7664/93 "Lillo, Juan Hipólito c/Aerolíneas Argentinas s/varios
transporte de cosas", fallo del 19 de septiembre de 1196), y respecto de la exclusión de la
limitación de la reparación, considerando la probada conducta excesivamente imprudente
evidenciada por los dependientes de la demandada, habida cuenta del equívoco suscitado con
motivo del trasbordo en París, a lo que se añadió una nueva negligencia: la falta de atención
adecuada de la carga viviente demorada (lo que distingue la situación d autos del precedente
señalado y justifica la solución propuesta).-
2) Sin embargo, en mi parecer la reparación propiciada debe ser incrementada hasta alcanzar
la proporción en el costo total por la participación de "Gino del Bresiano", no advirtiendo
suficiente el argumento de que el gasto de todos modos se hubiera realizado.-
En efecto, ello es así, simplemente, porque la participación del cánido en cuestión en las
erogaciones totales resultó infructuosa, habida cuenta el incidente de marras. Dicho de otro
modo, lo invertido a su respecto careció de fundamento, aún cuando de algún modo se lo
aprovechara porque no fue el único animal que la actora presentara en el aludido concurso.
Fue la participación de todos y cada uno de los canes que justificó inicialmente el gasto y,
además, el episodio se verificó una vez iniciado el viaje cuando ya se encontraban instalados
en Italia.-
Por lo dicho, tengo para mí que la reparación debe incrementarse con la quinta parte (20%) de
los gastos totales por pasajes y viáticos del actor y el cuidador (con exclusión de lo ya
indemnizado en concepto de flete y honorarios de éste último), es decir, la suma de $ 1440.-
habida cuenta que se trató de la participación inicial de cinco perros, y los gastos por pasaje y
estadía alcanzaron un total de $7.2000 (cfr. Punto 4 de la demanda y fs. 4, 5, 6, 30 y 103), los
que fueron invertidos teniendo en mira una participación determinada, siendo justo que se
restituyan en la proporción frustrada.-
Con esta salvedad, adhiero al voto de la distinguida colega preopinante.-
El doctor Martín D. Farrell adhiere al voto del doctor Francisco de las Carreras.-
Por los fundamentos del Acuerdo que antecede, el tribunal RESUELVE: A) Hacer lugar
parcialmente al recurso de la demandada exclusivamente en cuanto se reduce el resarcimiento
por daño moral a la suma de $4000;; y b) hacer lugar parcialmente al recurso de la actora, en
cuanto al resarcimiento por rubro "valor del animal", que se fija en la suma de $16000 y en
cuanto se admite el resarcimiento proporcional por le rubro "gastos por pasajes y viáticos", que
se establece en la suma de $1440. en consecuencia, se modifica la sentencia apelada en lo
que respecta al monto total de la condena, que asciende a la suma de pesos veintidós mil
cuatrocientos diez ($22410), confirmándola en todo lo demás que ha sido materia de agravio.
Las costas de la alzada se imponen en un 80% a la parte demandada y en un 20% a la parte
actora (Art. 71 del Código Procesal Civil y comercial de la Nación).//-
Regístrese, notifíquese y devuélvase
Fdo.: MARIA SUSANA NAJURIETA (En disidencia parcial) - MARTIN D. FARRELL -
FRANCISCO DE LAS CARRERAS
CONFIRMACION DE RESERVA
TEMA
CONTRATO DE TURISMO - DAÑOS Y PERJUICIOS - INDEMNIZACION-RESPONSABILIDAD
DE LA AGENCIA DE VIAJES - BILLETE DE PASAJE AEREO-RESPONSABILIDAD DEL
TRANSPORTADOR AEREO
Texto
La actividad desplegada por las Agencias de Viajes y Turismo, presupone el nacimiento de un
área de confluencia con la desarrollada por las empresas aerocomerciales, dando lugar a una
serie de conflictos de responsabilidad originados en gran medida en la tarea común de vender
pasajes aéreos, principalmente cuando el agente posee stock de billetes de viajes. Uno de os
problemas más frecuentes se da cuando el agente turístico confirma motu-propio el pasaje
aéreo que entrega al pasajero, omitiendo contar con la debida confirmación de la reserva
hecha por el aerotransportista. La Empresa de Aviación suele asumir la obligación de
indemnizar al viajero afectado, para luego repetir lo pagado del agente, generalmente por vía
extrajudicial.
CAMARA NAC. DE APELACIONES EN LO CIVIL COMERCIAL FEDERAL, CAPITAL
FEDERAL
Sala 03 (VAZQUEZ)
PODESTA, MARIO HORACIO c/ AIR INDIA Y OTRO s/ DAÑOS Y PERJUICIOS VARIOS
SENTENCIA del 10 de Diciembre de 1993. Argentina.
ANEXO 2
CONTRATO DE TRANSPORTE AEREO. Incumplimiento. Demora en la partida de un
vuelo programado
RESPONSABILIDAD POR DEMORA III
CONTRATO DE TRANSPORTE AEREO. Incumplimiento. Demora en la partida de un vuelo
programado - desperfectos técnicos en pleno vuelo - trato desconsiderado a los pasajeros.
DAÑO MORAL: Procedencia CAUSA 4623/02 - "Rotelo Hugo Alberto y otro c/ Iberia Líneas
Aéreas de España SA s/ daños y perjuicios" - CNCIV Y COMFED - SALA I - 26/02/2004
"El retraso es un hecho generador de responsabilidad para todos los tipos de transporte aéreo
(Videla Escalada Federico N., "Derecho Aeronáutico", tomo IV, volumen A, ed. Zavalía,1976,
Pág. 430 y 466). Sin duda, la obligación del transportista en cuanto a la puntualidad de los
viajes no puede ser apreciada rígidamente, por las características propias de la aviación y la
prioridad de observar la condición de seguridad en los vuelos."
En el sub lite, la demandada no intentó demostrar cuáles fueron las causales del retraso del
24/6/01, ni ofreció prueba alguna para verificar que el segundo avión del 25/6/01 se hallaba en
perfectas condiciones de vuelo, a pesar de que tuvo problemas técnicos a los pocos minutos
de la partida, provocando una escena -seguramente la necesaria y, tal vez, la única posible
para preservar la seguridad de las vidas humanas que transportaba- que conmocionó
profundamente el espíritu de los pasajeros que no recibieron explicaciones oportunas sobre el
nivel de gravedad de la situación. Se desconoce, pues, si la demandada hizo lo posible para
mantener esa aeronave en condiciones seguras de prestar servicio, y consta en este
expediente la desconsideración con que fueron tratados los pasajeros, que venían de atravesar
un momento comprensible de angustia, una vez arribados al aeropuerto de Barajas. En esas
condiciones, coincido plenamente con la conclusión del juez a-quo y juzgo, como él, que la
demandada es responsable por incumplimiento ante los actores."
"En el conflicto sub examine, el agravio moral de los actores se ve plasmado por un conjunto
de conductas de consecuencias perturbadoras en el ánimo de los actores: la demora en la
salida del primer vuelo programado, la carencia absoluta de explicaciones por personal
responsable, la conmoción al advertir desperfectos técnicos en pleno vuelo y carecer de
información al tiempo de ver descargar el combustible, el trato desconsiderado al retorno al
aeropuerto de Barajas: todo ello supera un cuadro de simple incomodidad y configura una
mortificación susceptible de ser reparada."
Texto completo
En Buenos Aires, a los 26 días del mes de febrero de 2004, reunidos en Acuerdo los jueces de
la Sala 1 de esta Cámara, para dictar sentencia en los autos citados en el epígrafe, y de
conformidad con el orden de sorteo efectuado, la doctora María Susana Najurieta dijo:
1. La sentencia de fs. 61/66vta. admitió la responsabilidad de la empresa Iberia Líneas Aéreas
de España S.A. por el daño moral causado a los actores con motivo del incumplimiento del
contrato de transporte aéreo, que originariamente debía concretarse mediante el vuelo N° 6841
del 24/6/2001, trayecto Madrid-Buenos Aires. El a-quo estimó que la demandada no había
demostrado haber hecho lo necesario para prevenir, evitar o paliar las graves molestias
sufridas por los actores con motivo de la demora en la partida del primer vuelo y las
perturbaciones sucedidas en ocasión del segundo vuelo del 25/6/2001, incluido el trato
desconsiderado a los pasajeros cuando el avión arribó nuevamente al aeropuerto de Barajas,
tras la interrupción del viaje por desperfectos técnicos. El magistrado calificó el comportamiento
de la demandada en esas circunstancias como incumplimiento culpable y estimó
prudencialmente la cuantía de la indemnización por daño moral en la suma de $ 8000, en
conjunto para ambos coactores, imponiendo la totalidad de las costas del juicio a la empresa
de transporte aéreo.//-Contra ese pronunciamiento, ambas partes presentaron sendos recursos
de apelación, que fueron concedidos a fs. 70, segundo párrafo, y a fs. 74, párrafo primero. La
demandada fundó su apelación mediante el escrito de fs. 80/81, respondido a fs. 87/88 por su
contraria. La actora mantuvo su recurso a fs. 82/83 vta., y mereció la contestación de fs. 85/86.-
También se presentaron recursos contra las regulaciones de honorarios, en el otrosí de fs. 69 y
a fs. 73, segundo párrafo, los que serán tratados en conjunto a la finalización del presente
Acuerdo.-
2. Trataré en primer lugar el recurso de Iberia Líneas Aéreas de España S.A., que impugna la
atribución de responsabilidad. Tres agravios concretos plantea en esta instancia: a)) la
configuración de algún incumplimiento de su parte habida cuenta las particularidades del
suceso;; b) subsidiariamente, impugna la cuantía de la indemnización que considera elevada, y
c) cuestiona la liquidación de intereses conforme a la tasa activa que cobra el Banco de la
Nación Argentina en sus operaciones habituales de descuento a treinta días, cuando
corresponde -a su juicio- aplicar la tasa pasiva, pues los actores no () probaron que se vieron
obligados a recurrir al crédito por no contar con la suma reclamada en estos autos.-
3. Ha quedado fuera de toda controversia que los actores debían partir en el vuelo regular N°
6841, programado para el día 24 de junio de 2001 a las 23,45 desde el aeropuerto de Barajas
con destino la ciudad de Buenos Aires. Ese día el vuelo fue demorado y luego suspendido y los
actores, con otros pasajeros, fueron ubicados en un hotel de la ciudad de Madrid sin los
equipajes, que habían sido despachados. Al día siguiente fueron embarcados en un vuelo de
las 13,30 horas y, aproximadamente a la media hora de trayecto, advirtieron evidentes
desperfectos en una de las turbinas, observaron desde las ventanillas cómo se descargaba
combustible y fueron informados del regreso al aeropuerto de Barajas por desperfectos
técnicos del avión. Una vez llegados al aeropuerto, no recibieron explicaciones de personal
responsable de la empresa, fueron tratados con desconsideración por empleados y, ante el
nerviosismo y la alteración de los ánimos del conjunto de pasajeros, se produjeron incidentes
con la policía o el personal de seguridad del aeropuerto. Finalmente fueron reubicados en
hoteles y a las 23.45 del 25 de junio de 2001, fueron embarcados con destino Buenos Aires.
Todas las constancias de la causa coinciden en estas bases tácticas, que tampoco han sido
cuestionadas por la demandada, parte que sostuvo en todas sus presentaciones que lamentó
sinceramente los hechos acaecidos, cuyo control estuvo absolutamente fuera de su alcance.-
4. Ahora bien, el retraso es un hecho generador de responsabilidad para todos los tipos de
transporte aéreo (Videla Escalada Federico N., "Derecho Aeronáutico", tomo IV, volumen A, ed.
Zavalía,1976, Pág. 430 y 466). Sin duda, la obligación del transportista en cuanto a la
puntualidad de los viajes no puede ser apreciada rígidamente, por las características propias
de la aviación y la prioridad de observar la condición de seguridad en los vuelos. Sin embargo,
en este litigio, no se discute solamente un retraso de 24 horas y no se ha reclamado
resarcimiento material sino moral. Conforme al Código Aeronáutico, "el transportador es
responsable de los daños resultantes del retraso en el transporte de pasajeros" y sólo se puede
eximir si "prueba que él o sus dependientes han tomado todas las medidas necesarias para
evitar el daño o que les fue imposible tomarlas" (Arts. 141 y 142, que coinciden con los Arts. 19
y 20 de la Convención de Varsovia). En el sub lite, la demandada no intentó demostrar cuáles
fueron las causales del retraso del 24/6/01, ni ofreció prueba alguna para verificar que el
segundo avión del 25/6/01 se hallaba en perfectas condiciones de vuelo, a pesar de que tuvo
problemas técnicos a los pocos minutos de la partida, provocando una escena -seguramente la
necesaria y, tal vez, la única posible para preservar la seguridad de las vidas humanas que
transportaba- que conmocionó profundamente el espíritu de los pasajeros que no recibieron
explicaciones oportunas sobre el nivel de gravedad de la situación. Se desconoce, pues, si la
demandada hizo lo posible para mantener esa aeronave en condiciones seguras de prestar
servicio, y consta en este expediente la desconsideración con que fueron tratados los
pasajeros, que venían de atravesar un momento comprensible de angustia, una vez arribados
al aeropuerto de Barajas. En esas condiciones, coincido plenamente con la conclusión del juez
a-quo y juzgo, como él, que la demandada es responsable por incumplimiento ante los
actores.-
5) La procedencia y la cuantía del daño moral en el ámbito de la responsabilidad contractual es
facultativa para los jueces y por ello su admisión se encuentra supeditada a mayores
exigencias que cuando se trata de responsabilidad extracontractual (conf. Art. 522 del Código
Civil; Borda G., "Tratado de Derecho Civil. Obligaciones", t.1, Pág. 194/196). En caso de
incumplimiento de transporte aéreo si bien no resulta una consecuencia inexorable el
resarcimiento del daño moral, esta Sala lo ha admitido en atención a la índole del hecho
generador y a las particulares circunstancias del caso (conf. causa 1611/97 "Botindari José y
otro c/Malaysia Airlines s/incumplimiento de contrato", del 31/10/02). En el conflicto sub
examine, el agravio moral de los actores se ve plasmado por un conjunto de conductas de
consecuencias perturbadoras en el ánimo de los actores: la demora en la salida del primer
vuelo programado, la carencia absoluta de explicaciones por personal responsable, la
conmoción al advertir desperfectos técnicos en pleno vuelo y carecer de información al tiempo
de ver descargar el combustible, el trato desconsiderado al retorno al aeropuerto de Barajas:
todo ello supera un cuadro de simple incomodidad y configura una mortificación susceptible de
ser reparada.-
6. Respecto de la cuantificación del daño moral, ambas partes han presentado sus quejas: la
demandada lo impugnó por elevado, la actora por considerar que el a-quo lo determinó en
valores muy inferiores a lo que en justicia le corresponde. Este reproche constituye el único
agravio que desarrolla el actor en su escrito de fs. 82/83 vta., que trataré de manera conjunta
con la impugnación de la empresa transportista.-La determinación de la cuantía del daño moral
es tarea ardua para los jueces, pues se trata de mensurar la realidad de un padecimiento
espiritual -como tal, profundamente subjetivo- con criterios de razonabilidad, lo cual implica
colocarse en el estado de ánimo de una persona común que atraviesa las condiciones
concretas en las que se halló la victima del acto lesivo. En palabras de Bustamante Alsina, no
corresponde fijar la cuantía en función de la representación del daño que se hace la víctima,
sino de la constatación de la realidad del daño y de su evaluación objetiva por parte del juez
(conf. Autor citado en "Equitativa evaluación del daño no mensurable". La ley 1990-A-654 y ss).
En este sentido, esta Sala sostiene la naturaleza principalmente resarcitoria del daño moral
(Sala 1, causa 8534/92 del 8/8/02; causa 3863/00 del 17/7/03, entre otros) y, por tanto, su
finalidad no es, en esencia, infligirle un castigo al responsable sino procurar a la víctima una
compensación o satisfacción (conf. Orgaz Alfredo, "El daño resarcible", ed. Omeba, 1960, Pág.
230/231), por la privación injusta de bienes -a la paz, a la tranquilidad espiritual, a su libertad
individual de disponer de su tiempo- que ha sufrido a raíz de los actos que se discuten en el
sub lite.-
Por ello, en las concretas circunstancias de esta causa, considero que los agravios de ambas
partes deben ser desestimados y corresponde confirmar la prudente cuantificación del rubro
que ha efectuado el señor Juez de la primera instancia.-
7. Resta tratar el último agravio de Iberia Líneas Aéreas de España S.A. atinente a la tasa
dispuesta por el magistrado para la liquidación de los intereses moratorios. Las breves
consideraciones de fs. 81, punto IV, no tienen entidad para modificar lo resuelto en la sentencia
apelada pues el juez ha aplicado la solución que responde a la línea jurisprudencial
unánimemente seguida por todas las Salas de esta Cámara desde hace casi una década (conf.
Sala 1, causa 2094 del 26/5/94; Sala 2, causa 6378/92 del 8/8/95;; Sala 3, causa 9397/93 del
27/10/94, entre otras muchas que se dictaron posteriormente con el mismo criterio), lo cual
hubiera requerido, cuanto menos, un desarrollo jurídico coherente y sólido, con argumentos
idóneos para formar convicción sobre los errores de aquella línea jurisprudencial, circunstancia
que no ha sucedido en la especie.-
Por las consideraciones expuestas, expreso mi voto en el sentido de rechazar los recursos de
ambas partes y confirmar la sentencia de fs. 61/67. Las costas de Alzada se impondrán, un
80% a la demandada, que cuestionó la atribución de responsabilidad además de la cuantía del
rubro, y el 20% restante a la parte actora (Art. 71 del Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación).-
El doctor Martín Diego Farrell dice:
Pese a mi resistencia a indemnizar -como regla- el daño moral en casos de incumplimiento
contractual, las circunstancias particulares del sub lite me conducen a adherir al voto de la
doctora Najurieta.-
Por los fundamentos del Acuerdo que antecede, el Tribunal RESUELVE: rechazar los recursos
de ambas partes y confirmar la sentencia de fs. 61/67. Las costas de Alzada se imponen en un
80% a la demandada y en el 20% restante a la parte actora (Art. 71 del Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación).-
El doctor Francisco de las Carreras no suscribe la presente por hallarse en uso de licencia (Art.
109 R.J.N.).- [1]

ANEXO 3
CAS. Nº 460-2007 LIMA. Indemnización por Daños y Perjuicios. Lima, diez de septiembre del
dos mil siete.- LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA
REPÚBLICA
CAS. Nº 460-2007 LIMA. Indemnización por Daños y Perjuicios. Lima, diez de septiembre del
dos mil siete.- LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA
REPÚBLICA, en la causa vista en audiencia pública de la fecha emite la siguiente sentencia;
MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación, interpuesto por la demandante
MAPFRE PERU Compañía de Seguros y Reaseguros, contra la resolución de vista de fojas
seiscientos treintiséis, su fecha veinticinco de octubre del dos mil seis, que Revocando la
apelada de fojas quinientos noventisiete, fechada el veinticuatro de abril del dos mil seis,
declara Fundada la excepción de prescripción extintiva de la acción formulada por la
demandada El Pacífico - Peruano Suiza Compañía de Seguros, Nulo todo lo actuado y por
Concluido el proceso en cuanto a dicha parte; en los seguidos por MAPFRE PERU Compañía
de Seguros y Reaseguros contra Servir y Vender Sociedad Anónima y otra sobre
Indemnización por Daños y Perjuicios; FUNDAMENTOS DEL RECURSO: La Corte mediante
resolución de fecha catorce de junio del año en curso, obrante a fojas treinticuatro del
cuadernillo formado en este Supremo Tribunal, ha estimado Procedente el recurso por la
causal de contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso;
expresando la empresa recurrente como fundamentos: a) que la Sala Revisora no ha reparado
que la empresa recurrente desde su escrito de demanda, subsanación de la misma y a lo largo
del proceso ha señalado que su petitorio de demanda está referido a uno sobre indemnización
por inejecución de obligaciones, esto es, de naturaleza contractual; por tanto, es dicho órgano
jurisdiccional el que resuelve contrariamente a lo peticionado por las partes; violando así los
artículos ciento treintinueve inciso cinco de la Constitución Política del Estado; VII del Título
Preliminar y ciento veintidós inciso tres del Código Procesal Civil; y, b) que no se ha reparado
que el plazo prescriptorio de la citada pretensión, al tratarse de una acción personal, debe ser
computado desde que la actora podía ejercitarlo, conforme al artículo mil novecientos
noventitrés del Código Civil, esto es, desde que adquirió la calidad de cosa juzgada lo resuelto
por el Tribunal Comercial Inglés, con la resolución de fecha treintiuno de julio del dos mil dos,
de tal modo que no ha prescrito la acción; CONSIDERANDO: Primero.- Que, respecto al
agravio a), sobre violación del principio de congruencia por resolver la Sala Revisora
contrariamente a lo peticionado por las partes, al estimar la demanda como una de
Indemnización por Responsabilidad Extracontractual cuando ésta es de naturaleza contractual,
debe indicarse en principio que se entiende por principio de congruencia procesal a la
obligatoria presencia de identidad que debe existir entre lo resuelto por el órgano jurisdiccional
y lo controvertido por las partes, principio que actúa como límite ante cualquier aplicación
desproporcionada en sede civil del principio de iura novit curia; que es por esta razón que el
artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Civil preceptúa que el Juez debe aplicar el
derecho que corresponda al proceso, aunque no haya sido invocado por las partes o lo haya
sido erróneamente, pero no puede ir más allá del petitorio ni fundar su decisión en hechos
diversos de los que han sido alegados por las partes; Segundo.- Que, de la revisión de los
autos aparece del escrito de demanda obrante a fojas doscientos cincuenticuatro del Cuaderno
de Excepciones, que MAPFRE PERU Compañía de Seguros interpone demanda de
Indemnización por Daños y Perjuicios contra Servir y Vender Sociedad Anónima y contra El
Pacífico Peruano Suiza Compañía de Seguros y Reaseguros, expresando la actora que la
segunda demandada es emplazada en virtud a que Servir y Vender Sociedad Anónima tiene
contratada con El Pacífico Peruano Suiza una Póliza de Seguro por Responsabilidad Civil
Profesional hasta por la suma de dos millones de dólares; que, posteriormente por mandato de
subsanación del juzgador, MAPFRE PERU, precisa su demanda señalando, mediante escrito
número dos de fojas cuatrocientos veintiuno, que: “Se trata, por consiguiente, de un supuesto
de concurrencia de responsabilidades, toda vez que un mismo hecho dañoso supone la
aplicación acumulativa de más de un sistema de responsabilidad: contractual con Vías Re
Sociedad Anónima y extracontractual con el Pacífico” (Resaltado y Subrayado de esta
Suprema Sala); Tercero.- Que, tal como puede apreciarse, es la propia actora quien, para
obtener la calificación positiva de su demanda y por ende admisión a trámite, precisa que su
pretensión es de Indemnización por Responsabilidad Extracontractual respecto de la empresa
El Pacífico Peruano Suiza; por consiguiente, el análisis que realiza la Sala Revisora sobre la
fundabilidad de la excepción de prescripción extintiva de la acción formulada por El Pacífico
Peruano Suiza sobre la premisa de que en cuanto a la excepcionante la pretensión
indemnizatoria es de naturaleza extracontractual y por ende se aplica el plazo de prescripción
de dos años previsto en el artículo dos mil uno inciso cuatro del Código Civil, no viola el
principio de congruencia; Cuarto.- Que, en este punto, corresponde precisar que esta Sala de
Casación no ingresa a analizar la posibilidad de una aplicación especial del principio iura novit
curia en el sentido de que el juzgador puede entender que, dada la vinculación obligacional
entre la empresa Servir y Vender y El Pacífico Peruano Suiza, la demanda en realidad versa
para ambas emplazadas sobre responsabilidad contractual, toda vez que, lo que es materia de
casación no es el fondo de la pretensión sino solo una defensa de forma planteada
precisamente en función al petitorio expresa de la demanda; debiendo abordarse dicho tema
cuando se resuelva el fondo, de ser el caso; Quinto.- Que, en relación al agravio b), sobre
indebido cómputo del plazo prescriptorio, se tiene que de acuerdo al artículo mil novecientos
noventitrés del Código Civil la prescripción comienza a correr desde el día en que puede
ejercitarse la acción y continúa contra los sucesores del titular del derecho; que al respecto la
doctrina señala que: “La norma del artículo mil novecientos noventitrés constituye, pues, por
todo lo expuesto, una de carácter general que precisa el inicio del decurso prescriptorio, a la
que deben adaptarse las múltiples y variadas hipótesis que pueden plantearse como resultado
de la complejidad de las relaciones jurídicas y de las causas que las constituyen” (La
Prescripción y la Caducidad en el Código Civil Peruano. Cultural Cuzco Sociedad Anónima,
Lima, mil novecientos ochenticinco, página ciento veintidós); que en tal sentido, debe analizar a
partir de qué momento MAPFRE PERU podía ejercer su pretensión indemnizatoria frente a las
demandadas; Sexto.- Que, ahora bien, nadie puede peticionar indemnización respecto de un
daño que no conoce o del cual en ninguna forma válida pudo conocerlo; por consiguiente, es a
partir del conocimiento del daño -acto conocido-, o del momento en que se presentaron
elementos que brindaron al pretensor la posibilidad de tomar conocimiento del referido daño,
de haber actuado diligentemente -acto conocible-, que se inicia el decurso prescriptorio;
Sétimo.- Que, en ese sentido, debe repararse que el daño cuya indemnización reclama
MAPFRE PERU consiste en la información inexacta brindada por la empresa Servir y Vender
Sociedad Anónima: -antes Vías Re Corredores de Reaseguros Sociedad Anónima- a la
Reaseguradora Extranjera Lloyd´s, representada por la empresa Lambert Fernchurch
International Group, que dio lugar a la resolución del contrato de reaseguro celebrado entre
MAPFRE PERU y la citada Reaseguradora Extranjera; por tanto, es a partir de que el contrato
de reaseguro queda resuelto que el daño se produce y por ende es de conocimiento del
pretensor, pudiendo desde ese momento ejercitar la acción; Octavo.- Que, en tal virtud,
habiéndose resuelto el referido contrato por resolución de la Corte de Comercio del Tribunal
Superior Ingles, División de Su Majestad La Reina, de fecha dieciocho de enero del dos mil
dos, conforme se aprecia de la Traducción Oficial de fojas setentiuno; la cual quedó firme con
la resolución dictada por el Tribunal Superior Ingles de fojas setentisiete, fechada, según la
actora, el treintiuno de julio del dos mil dos, que desestimó la impugnación planteada por
MAPFRE PERU contra la resolución del contrato dispuesta por la resolución judicial anterior, el
decurso prescriptorio se inició en todo caso, a falta de indicación de la fecha de notificación de
esta última resolución, el treintiuno de julio del dos mil dos y debió vencer el treintiuno de julio
del dos mil cuatro; por lo que habiéndose notificado con la presente demanda a la
excepcionante el treintiuno de marzo del dos mil cuatro, conforme la misma parte lo señala en
su escrito de excepción de fojas cuatrocientos veintinueve y aparece de la copia del cargo de
notificación de fojas cuatrocientos veintiséis, a dicha fecha la pretensión indemnizatorio aún
estaba vigente por que no vencía aún el plazo de dos años previsto en el mencionado artículo
dos mil uno inciso cuatro del Código Civil; Noveno.- Que, si bien es verdad, de las copias
certificadas que corren en el presente cuaderno de excepción no se aprecia la fecha de
emisión de la segunda resolución del Tribunal Superior Inglés, que según MAPFRE ocurrió el
treintiuno de julio del dos mil cuatro, cierto es también que la misma resolución señala que la
impugnación de MAPFRE contra la primera resolución se presentó el veinticuatro de abril del
dos mil dos, lo que significa que la última resolución se dictó, en el mejor de los casos, el
mismo veinticuatro de abril del dos mil dos, de tal modo que de estimarse ésta como fecha de
inicio ello no altera la conclusión anterior puesto que al treintiuno de marzo del dos mil cuatro,
tampoco habría vencido el plazo de dos años; Décimo.- Que, por consiguiente, el amparo de la
excepción de prescripción extintiva de la acción dispuesta en la sentencia de vista, viola el
derecho al debido proceso y a la tutela jurisdiccional efectiva de la empresa recurrente
contemplados en el artículo ciento treintinueve inciso tres de la Constitución Política del Perú y
I del Título Preliminar del Código Procesal Civil; configurándose así la causal invocada en
casación, por lo que hay lugar a casar la resolución de vista de conformidad con el artículo
trescientos noventiséis del Código Civil, empero, en este caso, en aplicación de los principios
de tutela jurisdiccional efectiva, celeridad y economía procesal, contemplados en los artículos I
y V del Título Preliminar del Código Adjetivo; corresponde que esta Sala de Casación actué en
sede de instancia; y en ese sentido, atendiendo a que el A Quo desestimó la referida excepción
de prescripción extintiva de la acción, debe confirmar la apelada; estando a las consideraciones
que preceden declararon: FUNDADO el recurso de casación, interpuesto a fojas seiscientos
cuarentiocho por MAFRE Perú Compañía de Seguros y Reaseguros; en consecuencia: NULA
la resolución de vista de fojas seiscientos treintiséis, su fecha veinticinco de octubre del dos mil
seis; y actuando en sede de instancia; CONFIRMARON la resolución apelada de fojas
quinientos noventisiete, fechada el veinticuatro de abril del dos mil seis, en la parte materia del
recurso que declara INFUNDADA la excepción de prescripción de la acción deducida por la
empresa; en los seguidos por MAPFRE Perú Compañía de Seguros y Reaseguros con Pacífico
Peruano Suiza y otra sobre Indemnización por Daños y Perjuicios; y, los devolvieron; Vocal
Ponente señor Palomino García.- SS. TICONA POSTIGO, SOLIS ESPINOZA, PALOMINO
GARCIA, CASTAÑEDA SERRANO, MIRANDA MOLINA.

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