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MISTERIO DE DIOS

Alberto Múnera, S.J.


2019-3

TEMA 6
EL DIOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO
DIOS DESDE DIOS MISMO: EN SU HISTORICO DON-DE-SÍ A ISRAEL

EXPOSICIÓN DEL PROFESOR

1. Revelación de Dios en el Antiguo Testamento como etapa preparatoria

- Debemos preguntarnos si en la revelación categorial de Dios ocurrida en la historia de


Israel sucedió una comunicación real de la interioridad de Dios, o si Israel percibe
únicamente las actuaciones de Dios relacionadas con el mundo y con el ser humano. Dicho
de otra manera: ¿en la revelación acaecida en Israel se historizó objetivamente la presencia
de Dios? O ¿Israel interpretó la historia, a partir de su experiencia religiosa, como un
acontecer de Dios sin que objetivamente Dios se hubiera hecho presente en esa historia?

- Siguiendo las afirmaciones de Rahner consideradas en el Tema anterior, debemos


preguntarnos si la revelación ocurrida en Israel coincide o no con cualquier otra revelación
categorial de Dios en cualquier otra religión (excepto la cristiana). Sin olvidar que la
revelación en Israel forma parte de la revelación "oficial" de Dios (según pensamos los
cristianos), pero como "pre-historia" de Cristo, como "un último instante antes del suceso
Cristo", "breve instante de la última preparación de la historia para Cristo". (Rahner, Curso
fundamental de la fe, pp. 203-205).

2. Relación de estos datos de la revelación con los de la Filosofía y las religiones

- Por otra parte debemos ver si estas percepciones de Israel, que consideramos fruto de la
revelación, coinciden o no con las proposiciones de la Filosofía y de otras religiones. Si
coinciden, quiere decir que la revelación confirma y avala esas proposiciones, con lo cual
se garantiza su validez. Esto significaría, igualmente, que la revelación confirma y valida el
conocimiento "natural" de Dios.

- Esas percepciones de la Filosofía y de las religiones podrían sintetizarse en estos


aspectos:

* Atributos de Dios: eternidad, no-espacialidad, trascendencia, bondad, justicia, perfección,


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santidad, invisibilidad, etc.

* Relación con el mundo: creación, providencia, actividad en la historia, salvación.

* Relación con el ser humano: creación, intercomunicación, salvación, escatología,


paternidad.

3. Criterios hermenéuticos del Vaticano II para entender el proceso revelatorio

- Según el Vaticano II, debemos interpretar el Antiguo Testamento desde el Nuevo.

- En consecuencia: tratamos de describir cómo es percibido Dios en el Antiguo Testamento.


Y posteriormente, aplicando los criterios hermenéuticos del Vaticano II, debemos
preguntarnos cuáles de estos datos sobre Dios obtenidos en el análisis de la pedagogía
divina podemos mantener y cuáles no son admisibles, analizando el Antiguo Testamento
desde la plenitud de la revelación en Cristo.

- Criterios de la Dei Verbum: Nos. 14, 15, 16 y 17:

* El Antiguo Testamento como preparación de la salvación. (14).

* Fin principal del Antiguo Testamento. Datos válidos sobre Dios. Datos imperfectos y
pasajeros. (15).

* Continuidad en la inspiración. El Nuevo descubre el Antiguo. La validez que el Antiguo


posee, la obtiene para nosotros, desde su incorporación al Nuevo. En el Nuevo alcanzan
plenitud de sentido. (16).

* "Cristo ... se manifestó a sí mismo y a su Padre... y enviando al Espíritu Santo. A otras


edades no fue revelado este misterio como lo ha revelado ahora el Espíritu Santo a los
Apóstoles y Profetas". (17).

- Del análisis de la Constitución dogmática Dei Verbum se sigue que Dios sólo revela lo que
no es accesible al conocimiento natural humano como son Él mismo en su intimidad y su
plan de la divinización humana.

- Según la doctrina tradicional del cristianismo, toda persona puede llegar a conocer a Dios
al contemplar las maravillas que descubre en el cosmos y en el mismo ser humano. Esto
lo llama conocimiento “natural” de Dios.

- Pero lo que concierne a la intimidad de Dios, es decir, su misma realidad interior y sus
designios sobre el cosmos y la humanidad, lo que llamamos el plan de salvación en Cristo
que consiste en que los seres humanos podamos participar de la naturaleza de Dios
imperfectamente ya en este mundo y después de la muerte en plenitud y por toda la
eternidad, son asuntos que, si Dios no nos los hubiera revelado por medio del mismo Cristo,
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nunca el ser humano hubiera podido tener conocimiento de ello. Por eso, a este
conocimiento adquirido por la revelación explícita de Dios, el Concilio lo llama “sobre-
natural”, para distinguirlo del conocimiento “natural” por el cual cualquier ser humano puede
conocer a Dios.

- Más aún: nada de lo que el ser humano puede conocer de Dios por medio de su
conocimiento “natural”, requiere revelación. Aunque, como ya se dijo, el Catecismo de Juan
Pablo II insiste en que Dios “reveló” una Ley en el Antiguo Testamento, y “revela” una Ley
también en el Nuevo Testamento. Lo cual parece ser que no coincide con lo que afirmó el
Concilio Vaticano I y reafirma el Vaticano II en sus textos. Porque la Ley y las leyes
consignadas en el Antiguo Testamento claramente son accesibles al ser humano por el
simple conocimiento “natural”. Y lo mismo las leyes que aparecen en el Nuevo Testamento,
incluso la ley del amor propuesta por el Señor Jesús.

- Dice el Concilio Vaticano I: “Mediante la revelación divina quiso Dios manifestarse a Sí


mismo y los eternos decretos de su voluntad acerca de la salvación de los hombres, ‘para
comunicarles los bienes divinos, que superan totalmente la comprensión de la inteligencia
humana’” (Dei Filius, Vaticano I).

- Y reafirma esto el Concilio Vaticano II: “Confiesa el Santo Concilio ‘que Dios, principio y fin
de todas las cosas, puede ser conocido con seguridad por la luz natural de la razón
humana, partiendo de las criaturas’ (Dei Filius, Vaticano I); pero enseña que hay que atribuir
a Su revelación ‘el que todo lo divino que por su naturaleza no sea inaccesible a la razón
humana lo pueden conocer todos fácilmente, con certeza y sin error alguno, incluso en la
condición presente del género humano’”. (DV 6).

- Es evidente que lo referente a la intimidad de Dios como Trinidad, y lo referente a su plan


divino de divinizar a los seres humanos por la encarnación de Dios-Hijo en Jesucristo, por
su muerte y resurrección, lo que constituye el objeto de la revelación según lo expresó el
texto en el numeral 2, es inaccesible a la razón humana y era lo que en realidad requería
una revelación explícita de parte de Dios.

4. Confrontación de la percepción de Dios en Israel con la del Nuevo Testamento

- El problema:

* ¿Podemos decir que Yahvéh, el Dios de Israel, es el Dios de los cristianos?

* ¿Adoramos o debemos adorar los cristianos a Yahvéh?

- Pistas para la solución del problema:

* La revelación "oficial" de Dios es una continuidad que se inicia en el Antiguo Testamento


y tiene su plenitud en el Nuevo. Pero a la vez afirmamos los cristianos que la revelación en
el Nuevo Testamento constituye una novedad absoluta. Es necesario aclarar en qué
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consiste esta continuidad y en qué consiste la novedad absoluta.

* Si el Dios del Antiguo Testamento es el mismo Dios del Nuevo, en el Nuevo no ha ocurrido
ninguna novedad sino un simple esclarecimiento. Tendríamos una gradualidad cuantitativa:
en el Antiguo habría unos datos incompletos que se completan con datos del Nuevo.

* Pero si la novedad del Nuevo Testamento es novedad absoluta, quiere decir que en el
Antiguo Testamento no se reveló el Dios del Nuevo. Quiere decir que estamos ante una
diferencia cualitativa total: en el Antiguo Testamento no están los datos que obtenemos en
el Nuevo.

* La continuidad tiene que entenderse, entonces, en términos de proceso histórico tanto de


la manifestación divina como de la percepción humana, pero no en términos de identidad
de contenidos.

* En otras palabras: Dios, que es uno y único, se revela tanto en el Antiguo como en el
Nuevo Testamento, en un proceso histórico cronológico sucesivo. Es en esto en lo que hay
continuidad entre los dos Testamentos. Pero lo que Dios revela de sí mismo en el Antiguo
Testamento no es lo mismo que revela en el Nuevo. Ni la manera como se revela en el
Antiguo es igual a la manera como se revela en el Nuevo. Por consiguiente: lo que se
obtiene de conocimiento sobre Dios en el Antiguo, no es lo mismo que se obtiene en el
Nuevo. En esto consiste la novedad absoluta del Nuevo con respecto al Antiguo.

5. Análisis del tema Dios en el Catecismo de la Iglesia Católica (Juan Pablo II)

- Lea detenidamente los números 199 a 231. Posteriormente los números 268-289.

- Analice con cuidado este conjunto de textos para saber si el Catecismo está aplicando allí
los criterios hermenéuticos propuestos por la Dei Verbum para la interpretación de la
Sagrada Escritura.

- Trate de ver ¿a qué Dios se refieren estos textos: al Dios del Antiguo o del Nuevo
Testamento?

- Veamos si en alguna forma en esta parte del Catecismo se manifiesta la novedad absoluta
de la revelación de Dios en el Nuevo Testamento.

- Es muy importante preguntarnos: si la Iglesia oficialmente insiste en proceder a la


presentación de los datos sobre Dios básicamente a partir del Antiguo Testamento, ¿qué
modificación podemos esperar en la religión de nuestro pueblo?

6. Efectos de una carga excesiva de Antiguo Testamento en la religión cristiana

- Análisis de la versión de Dios en el pueblo cristiano: datos provenientes del Antiguo


Testamento.
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- Conocemos el influjo de la catequesis, de la liturgia y de la predicación en la manera de


vivir la religión por parte del pueblo. Según vemos, continúan centradas en el Dios de Israel
sin aplicación de los criterios hermenéuticos del Vaticano II. Efectos de esta percepción de
Dios con rasgos veterotestamentarios en la situación social de nuestro pueblo.

- Muchos fenómenos de la realidad social, especialmente la permanencia de la grave


injusticia que padecen nuestras masas populares empobrecidas provienen de una religión
basada en la percepción de Dios con las características de la revelación del Antiguo
Testamento.

- Graves efectos sociales ha producido la mezcla de datos del Dios de Israel con los del
Dios de los filósofos y de las otras religiones.

7. Valoración adecuada del Dios del Antiguo Testamento

- Debemos preguntarnos si lo anterior significa que, como lo propuso el Gnosticismo, el


Dios del Antiguo Testamento es "malo".

- Y tendríamos que establecer si las percepciones logradas en la revelación vetero-


testamentaria sobre Dios no son asumibles en forma alguna por el cristianismo.

- Habrá deteminar si es necesario rechazar toda la conceptualización de Dios como la


propone el Antiguo Testamento.

- Si, en razón de la validez revelatoria del Antiguo Testamento, no se rechaza su conceptua-


lización de Dios, de todas maneras, será necesario establecer cómo se debe presentar
pastoralmente el Antiguo Testamento a los cristianos, y cómo se debe interpretar el Dios de
Israel para los cristianos.

- Pastoralmente parece que no convendría recalcar la continuidad de los dos Testamentos


en el tema Dios, porque es necesario afirmar taxativamente la novedad absoluta del Nuevo
en este asunto que es el tema primario de la revelación porque ella tiene por objeto directo
e inmediato precisamente a Dios, y porque el hecho del Nuevo Testamento es la revelación
plena y definitiva de Dios.

- Habría que modificar la catequesis y la liturgia para hacer efectivos los postulados del
Concilio Vaticano II.

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