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Departamento de derecho
Grupo 001
Presentado por:
Para el desarrollo del tema de la equidad en el contrato de fianza, resulta necesario partir
de un concepto unificado de éste tipo de contrato, el cual envuelva la mayor cantidad
posible de elementos, y así poder tratar detalladamente este tema.
Para iniciar, la definición legal que ofrece nuestro Código Civil en su artículo 2011 es la
siguiente: “El que presta fianza por una obligación, se obliga respecto al acreedor a
cumplir la misma, si no lo hiciese el deudor”. En palabras de la doctrina, la fianza es
una garantía personal que consiste en una obligación de carácter accesorio en la cual un
tercero, llamado fiador (del latín fidejussor, que hace referencia al vocablo “fide
jubere”, que quiere decir “responder por”), se obliga a cumplir la obligación de un
deudor frente a su acreedor, en caso de incumplimiento1. Es decir, es un tipo de
precaución (como en latín: “cautio”, del verbo “cavere”, es decir: “tener cuidado”)2,
que se toma para el efectivo cumplimiento de la obligación. De este concepto se
desprenden varias consecuencias:
4. En caso de que sea una fianza simple, es una obligación sometida a una
condición suspensiva, ya que la obligación del fiador frente al acreedor no se
1
OSSORIO, Manuel: “Diccionario de ciencias jurídicas, políticas y sociales”; Editorial Heliasta, 1987,
Buenos Aires, Argentina.
2
CAPITANT, Henri: “Vocabulario jurídico”, Ediciones Depalma, 1978, Buenos Aires, Argentina.
3
ROMERO BUTTEN, Carlos: “Manual de derecho civil”, Ediciones del Economato Universitario de la
UASD, 1985, Santo Domingo, República Dominicana.
configura hasta tanto no ocurra el incumplimiento por parte del deudor
principal4.
4
Artículo 2021 del Código Civil dominicano.
5
Artículos 2018, 2019, 2092 y 2093 del Código Civil dominicano.
entre particulares y grandes proveedores de servicios, donde las partes desempeñan
papeles desiguales, ya que una impone un reglamento a la otra, y ésta última lo acepta.6
Por supuesto, existe una situación en la cual es posible construir el contrato de fianza
como un contrato desigual, y es en el caso en que el acreedor sea un proveedor de
servicios (como un banco) y asimismo imponga ciertas cláusulas en el contrato de
fianza al fiador. Pero, indiscutiblemente, y en detrimento de la validez de esta situación
especial, cualquier cláusula que pretenda ser desigual contra el fiador carece de sentido,
ya que el Código Civil mismo prevé de manera explícita en sus artículos 2013 y 2015,
6
JOSSERAND, Louis: “Derecho civil”, Teoría General de las Obligaciones, Tomo II, Volumen I,
Ediciones Jurídicas Europa-América, 1939, Buenos Aires, Argentina.
7
Artículo 1134 del Código Civil dominicano.
8
Artículo 3, literal “L”, de la Ley General de Protección a los Derechos del Consumidor o Usuario 358-
05.
que el fiador no puede estar nunca obligado en condiciones más gravosas que el deudor.
Además de este argumento, el fiador obligado frente a un proveedor, tendría entonces
los demás beneficios que le confiere la ley 358-05 para proteger sus derechos.
De acuerdo a un análisis de Emmanuel Gounot, los contratos tienen una finalidad más
allá de la generación de obligaciones, tienen un fin social superior. Dice: “el contrato
no extrae su fuerza obligatoria de la voluntad individual en sí misma, sino del bien
común del que es instrumento (…) el único contrato conforme al bien común, el único
orientado hacia la satisfacción máxima de las legítimas necesidades de cada uno y de
todos, el único que une a los hombres, que estimula y regulariza a la vez el juego
normal de las actividades individuales en concurso, es el contrato justo, el contrato
conforme con la antigua noción de la justicia conmutativa (…) proclamar la libertad
absoluta de las convenciones desde ese punto de vista, tener por válido todo contrato
por el solo hecho de que habría sido consentido regularmente en apariencia, sería
consagrar en muchos casos el triunfo de la fuerza, de la astucia o de cualquiera otra
superioridad de hecho”9.
Por supuesto, esa teoría encuentra respuesta en los mecanismos jurídicos establecidos
por la ley para regular estas condiciones extremas de desigualdad. No sólo existe una
gama de condiciones de validez (artículo 6 y 1108 del Código Civil) y condiciones
complementarias (como por ejemplo: la parte in fine del artículo 1134, el artículo 1325
y 1326) de las obligaciones, sino que además, existen mecanismos jurídicos completos
para poder atacar irregularidades de los contratos que resulten en perjuicio para una de
9
GOUNOT, Emmanuel: “La liberté des contrats et ses justes limites" (Semaines sociales de France,
1938), citado por MAZEAUD, Henri, Léon y Jean : «Lecciones de derecho civil », Ediciones Jurídicas
Europa-América, 1978, Buenos Aires, Argentina.
las partes en el contrato, provocando consecuentemente una situación de “desigualdad”.
Tenemos desde acciones de rescisión por vicios del consentimiento, hasta acciones
resolución y nulidad de los contratos10, lo cual afirma que tenemos un repertorio de
elementos procesales que equipan a un co-contratante para defenderse en una situación
que le perjudique.
La opinión de Gounot parece ser compartida por Jean Carbonnier al expresar que “el
acuerdo de voluntades deben someterse a las imposiciones de la sociedad” además de
las condiciones exigidas por la ley, es decir, atribuye la existencia de ciertas exigencias
sociales. En este sentido, organiza elementos básicos del contrato de la siguiente
manera:11
10
Artículo 1109 y 1184 del Código Civil dominicano.
11
CARBONNIER, Jean: “Droit civil”, Tomo 4: “Les obligations", Presses Universitaires de France,
1988, Paris, France.
materializada formalmente al proteger el patrimonio del fiador mediante la
subrogación legal en los derechos del acreedor una vez realizado el pago.12
Por otro lado, a parte de las herramientas procesales ya mencionadas, el fiador simple
tiene a su disposición los beneficios de “excusión” y de “división”14, los cuales son
herramientas que innegablemente le otorgan cierta ventaja en caso del inicio de una
persecución por parte del acreedor.
Tomando en cuenta la fianza solidaria, aquí si sucede una situación especial, y es que el
fiador tiene una naturaleza muy parecida al codeudor, y es porque el acreedor puede
perseguir por la totalidad indistintamente al deudor principal o al fiador, lo que anula la
posibilidad del ejercicio del beneficio de “excusión” y “división”.
12
Artículo 2029 del Código Civil dominicano.
13
Artículo 1321 del Código Civil dominicano.
14
Artículos 2021 y 2026 del Código Civil dominicano.
No obstante, se debe recordar que la modalidad solidaria de la fianza debe ser pactada
de manera expresa, y en caso de duda, la interpretación se hace a favor del fiador
(deudor de la obligación)15. En todo caso, debemos recordar que esta solidaridad fue
consentida por el fiador, y no implica la renuncia a los derechos más esenciales: la
subrogación en sus derechos, no obligación en condiciones más gravosas, etc.
Expresaba el jurista y orador Marco Tulio Cicerón en el capítulo X del libro I de su obra
“De officiis” (“De los deberes”) citando un proverbio romano sobre la idea de injusticia:
“summum jus, summa injuria”, es decir, no hay más injusticia que el derecho llevado al
extremo. Explica Josserand que “los derechos que han otorgado los poderes públicos a
los particulares deben ejercerse en el plano de la institución, con arreglo a su espíritu,
o de lo contrario seguirán una dirección falsa, y el titular que de ellos haya abusado
verá comprometida su responsabilidad para con la víctima de esa desviación culposa
del derecho llevado precisamente al extremo, consistiendo en una inmoralidad a la par
que un absurdo”16.
Como vemos, existe una relación intrínseca entre el “derecho llevado al extremo” y el
fenómeno del “abuso de derecho”, relación que ya había sido construida por las
Institutas de Gayo: “male enim nostro jure uti nom debemus” (no debemos hacer mal
uso de nuestros derechos).
En fin, tal y como expresa el autor Lino Rodriguez: “el titular de un derecho subjetivo
habrá de actuar conforme a un “motivo legítimo”, que responde al fin abstracto y
permanente de cada institución jurídica. Este fin institucional y aquel “motivo
15
Artículo 1162, 1202 y 2015 del Código Civil dominicano.
16
JOSSERAND, Louis: "Del abuso de los derechos y otros ensayos", Editora Temis, 1982, Bogotá,
Colombia.
legítimo” del derecho subjetivo en ejercicio, forman parte de ese armazón ajustado y
armonioso que se conoce con el nombre de ordenamiento legislativo”17.
Partiendo de esta teoría, el acreedor, al actuar contra un fiador, debe hacerlo conforme a
la institución jurídica, al fin estipulado entre ellos y acorde a las reglas previstas por el
Código Civil. Así, los derechos ejercidos por sus titulares, no serán ejercidos con toda
impunidad y con carácter absolutista, sino que en caso de una actuación temeraria por
parte del acreedor, éste no podrá argumentar, como en el vocablo latino “feci sed jure
feci”, que “os he causado un daño, pero tenía yo derecho a ello, no es debo ninguna
reparación”.18
Conclusión
17
RODRIGUEZ ARIAS, Lino: "El abuso del derecho", Ediciones Juridicas Europa-America, 1971,
Buenos Aires Argentina.
18
TERRERO PEÑA, Plinio: “Compendio de derecho civil”, Primera Parte, Volumen I, Editora Corripio,
1986, Santo Domingo, República Dominicana.
juez, además de los parámetros de interpretación a favor del obligado que le ofrece la
ley, está facultado para “en consideración a la posición del deudor, y usando de este
poder con mucha discreción, acordar plazos moderados para el pago, y sobreseer en
las ejecuciones de apremio, quedando todo en el mismo estado”.19
19
Artículo 1244 del Código Civil dominicano.