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¿PARA QUÉ SIRVE REALMENTE UN SOCIÓLOGO?

admin | Nov 17, 2014 | Comentarios 0

¿Para qué sirve realmente un sociólogo?


Autor: Zygmunt Bauman, ed. Paidós, Barcelona, 2014.
La última publicación de Z. Bauman es un pequeño libro, consta sólo de cuatro
capítulos, y llega en un momento muy oportuno. La sociología como profesión
está en el debate; se desarrollan seminarios, es tema de congresos, es motivo de
reunión de responsables académicos, etc.
La pregunta no es nueva, pocas ciencias como la sociología se interrogan desde
su nacimiento sobre su necesidad, por el contrario las diferentes disciplinas no
sólo no se hacen esa pregunta dando por hecho que sirven, sino que además el
objetivo es asentarse, acotar su espacio y desarrollarse sin mayores debates.
Alguna vez hemos oído o leído ¿Para qué sirve la historia? ¿Para qué sirve la
economía? Por citar disciplinas afines. Si estos interrogantes no los hemos visto
ni oído, es mucho más impensable preguntar ¿Para qué sirve la biología? o
¿Para qué sirve la psicología?
La sociología es una disciplina en un estado de crisis continuo, al estar de
manera permanente defendiéndose y legitimándose, en definitiva al estar
continuamente analizando su razón de ser. Los propios sociólogos admiten que
la gran dificultad de la sociología en su desarrollo, además de ser una ciencia
poliparadigmática, radica en su inherente sentido autocrítico.
Bauman expone la necesidad de la sociología a partir del primer capítulo ¿qué
es la sociología? “La sociología es una conversación con la experiencia
humana” “es una actividad crítica, en la medida en que lleva a cabo una continua
deconstrucción derridiana de la percepción de la realidad social…” finaliza el
capítulo siguiendo a C. Wright Mills sobre la labor sociológica “uniendo
biografía e historia con la hermenéutica sociológica, descifrando la conducta
humana como una interacción e intercambio continuo entre los desafíos
situacionales (objetivos) y las estrategias de vida humanas (subjetivas); una
suerte de interpolación al recordatorio de Marx de que los ‘hombres hacen su
propia historia, pero no como ellos la eligen’, se puede vivir con esa disyuntiva,
pero los sociólogos difícilmente podrían vivir sin ella”.
En el capítulo 2 la pregunta que lo resume es: ¿por qué ser sociólogo? Jocobsen
y Tester le recuerdan su lección inaugural en Leeds (febrero de 1972) en la que
afirmaba que “la misión de la sociología es dar poder a los que no tenían poder
y sin esa habilidad, la sociología debería aceptar su propia impotencia para
entender el mundo social”. A lo que Bauman responde contundentemente que
en este momento; “no he hallado ninguna razón para cambiar de parecer. En
cambio, he hallado muchas razones adicionales para creerlo aún más”.
En el siguiente capítulo ¿cómo hacer sociología? El autor reflexiona sobre la
tarea de la sociología; “es hacer factible y plausible el hecho de la elección de
un valor, así como hacerlo accesible al individuo, que es quien tiene la
posibilidad de encontrar sus propias soluciones frente a los problemas vitales
que genera la sociedad. La sociología no está en contra de un determinado grupo
de valores, sino contra la afirmación TINA (There Is No Alternative), inspirada
por Margaret Thatcher, de la que los poderes establecidos usan y abusan”.
Bajo la pregunta de ¿cómo hacer sociología? en este capítulo añade una crítica
a la academia, como ya lo hiciera en el anterior cuando recordaba que entre los
más ilustres padres de la sociología Marx y Simmel, desarrollaron su teoría
sociológica fuera de la academia e incluso Weber pasó la mayor parte de su
tiempo en excedencia académica. El diagnóstico que hace de la academia es el
de acoger una sociología poco crítica. Una sociología pendiente del
procedimiento establecido de promoción, rotación de plantillas,
autorreproducción, etc. “Una sociología que aferrándose a su propia situación
se olvida del mundo cambiante. Un mundo cada vez más desregulado,
privatizado e individualizado”.
Aquí Bauman se remite a su libro Para una sociología crítica escrito en 1976,
por la importancia del contenido y actualidad del mismo se reproduce un
fragmento: “ Durante más de medio siglo de nuestra reciente historia, y debido
al intento de ponerse al servicio de la razón empresarial, la sociología luchó por
presentarse como una ciencia/tecnología de la ‘no libertad’: como un taller de
diseño del entorno social pensado para resolver en la teoría, pero aún más en la
práctica, lo que Talcott Parsons articuló de manera memorable como la
‘cuestión hobbesiana’ : ¿cómo inducir/forzar/adoctrinar a los seres humanos,
bendecidos/maldecidos con el ambiguo regalo del libre albedrío, a ser guiados
por las normas y seguir de manera rutinaria un esquema, si no manipulable,
predecible de acción?… En pocas palabras ¿cómo hacer que la gente haga lo
que tiene que hacer?…”
Finaliza el pequeño pero interesantísimo texto de Bauman con una última
pregunta ¿qué puede conseguir la sociología? Su respuesta es muy crítica una
vez más con la academia; está en contra de la “sociología que ‘ha perdido su
conexión con el espacio público’ que no le importa lo relevantes que puedan ser
los asuntos que investiga en su disertación y la demanda social que existe para
sus descubrimientos, lo que verdaderamente importa para una carrera
convencional es si utiliza la metodología de sus maestros que están sentados en
el comité examinador, o si ha sido o no ha sido leal”.
Es muy recomendable la lectura detenida y reflexiva de la cuestión planteada
por Jacobsen y Tester: “si aceptamos que la sociología es, y debería ser, un
compromiso crítico frente al mundo del sentido común y la opinión, al mundo
de lo que se da por sentado, al mundo naturalizado, al mundo aparente y
obstinadamente impermeable al cambio y a la crítica, ¿para qué sirve la crítica
(y con ello la sociología)?”
En las conversaciones con Michael H. Jacobsen y Keith Tester, el autor les
explica por qué la sociología es necesaria, analizado las razones con referencias
desde los padres fundadores y sus diferentes posturas, a los contemporáneos
como Pareto, Parsons, Kuhn, Nisbet, Burawoy, Bourdieu o Sennett,
interrelacionado sus reflexiones con la filosofía, a la que tanto debe la
sociología; de Platón y Aristóteles a Gramsci o Lyotard.
Bauman defiende que la praxis de la sociología va más allá de su contribución
al progreso económico y la producción de datos, para volver siempre al origen
“lo humano”; el hombre en la polis.
Como no puede ser de otra manera, concluye en la relevancia del papel de la
sociología, al tiempo que alerta de la necesidad de cuestionar el mundo en que
vivimos y desarrollar un espíritu crítico. ¿Se había convertido la sociología en
una ciencia acomodaticia?
Es un libro que en sus 157 páginas encierra todo un manual de teoría y práctica
sociológica. Un libro que a los profesionales de la sociología conducirá a
muchos y dolorosos planteamientos y replanteamientos sobre su hacer
sociológico, y a los estudiantes de sociología les dibuja un escenario con un
recorrido histórico y actual profundo, de lo que es, puede ser, deber ser… su
futura profesión.
El autor:
Zygmunt Bauman nació en Polonia en 1925. Actualmente es catedrático
emérito de Sociología de la Universidad de Varsovia. Ha sido profesor en las
universidades de Leeds, Tel Aviv, The London School of Economics, entre
otras. Sus aportaciones a la conceptualización de la posmodernidad, a la que
denomina “modernidad líquida” le han valido el reconocimiento internacional.
Ha sido galardonado con el European Amalfi Prize for Sociology and Social
Science en 1992 y el Theodor W. Adorno Award en 1998. En 2010 le fue
concedido, junto con Alain Touraine, el Premio Príncipe de Asturias de
Comunicación y Humanidades.
Pilar Nova Melle
Sociólogos sin Fronteras
Fuente: http://www.sociologossinfronteras.org/%C2%BFpara-que-sirve-
realmente-un-sociologo/

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