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Sobre el ecumenismo
Intro:
- CVII quiere la unidad de la Iglesia. Esa división es piedra de escándalo para el mundo y
obstáculo para la Evangelización.
- En el ecumenismo intervienen todos aquellos que invocan al Dios Trino y Uno, y profesan
a Jesucristo como salvador.
- Primero exposición de la doctrina y luego el deseo de unión.
Cap. I:
- Unidad y unicidad de la Iglesia: El triduo pascual busca la unidad, en Cristo para que así
seamos uno con el Padre y el Espíritu. Sólo si somos uno en Dios el mundo podrá creer que
Jesús es el Mesías. Y es en la Eucaristía donde se realiza la unidad de la Iglesia. ¿Qué
sucede con aquellas confesiones que no viven la Eucaristía?
- Han acontecido separaciones de la Iglesia y por cuestión de ambas partes, más no por ello
los que se nutren de otras comunidades eclesiales pueden ser tenidos como responsables
de la separación. La Iglesia los abraza con respeto y amor, dado que por el debido
bautismo sostienen algún grado de comunión; por ello reciben el justo título de cristianos.
Pues se pueden encontrar en ellos muchos elementos que edifican a la Iglesia, por
ejemplo: la Palabra, la vida de la gracia, la fe, la esperanza, la caridad y algunos dones del
Espíritu santo. Sin embargo, todos los elementos se encuentran en la única Iglesia.
- Cristo no ha rehusado servirse de ellas como medio de salvación.
- Los hermanos separados no gozan de la Unidad que Cristo quiso dar a los que regeneró y
que manifiesta la Sagrada Escritura y la Tradición de la Iglesia.
- Solo en la Iglesia católica está la plenitud total de los medios de salvíficos.
Ecumenismo
La reforma de la Iglesia
Cristo llama a la Iglesia a una perenne reforma para que se restaure oportunamente recta y
debidamente la fidelidad de su vocación.
NO existe verdadero ecumenismo sin conversión interior. Quien dice que no ha pecado hace de
Dios un mentiroso “San Juan”. La Iglesia pide perdón a quienes a ofendido y perdona a quienes la
han ofendido.
La oración unánime
El corazón del ecumenismo es: conversión del corazón, santidad de vida y la oración (privada-
pública). Por ello el ecumenismo espiritual. Pero esto no valida la comunicación en las funciones
sagradas. Pues se ha de distinguir la unidad de la iglesia y la participación en los medios de la
gracia. Sólo el Obispo o la santa sede puede determinar esto.
Conocimiento mutuo de los hermanos
Es necesario que los fieles católicos estén debidamente formados en: Doctrina, historia de la
iglesia, historia de la vida espiritual y cultural, de la psicología religiosa y de la cultura peculiar de
los hermanos.
La formación ecuménica
Es necesaria la formación teológica y sobre todo la historia de la iglesia para responder mejor a la
realidad.
Se debe exponer con claridad toda la doctrina católica. El ecumenismo es contrario al Irenismo
(desvirtuaba la pureza de la doctrina católica y oscurecía su sentido). Exponerla con mayor
profundidad y rectitud.
Pero siempre se ha de proceder con amor a la verdad, con caridad y con humildad. Y en el
catolicismo existe la jerarquía de las verdades reveladas que debe tenerse muy claro pues dista
del fundamento cristiano de otras comunidades.
Cap. III Las Iglesias y las comunidades eclesiales separadas de la sede apostólica romana
La herencia trasmitida por los Apóstoles fue recibida de diversas formas y maneras.
Todo ello, más la falta de caridad y comprensión, juntos con las causas externas
propició la separación. Observar esto ayuda al diálogo necesario.
II. La tradición litúrgica y espiritual de los orientales
Por la Eucaristía se edifica y crece la Iglesia de Dios, y por la concelebración se
manifiesta la comunión entre ellas. Cuentan con verdaderos sacramentos, sucesión
apostólica por ello se recomienda alguna comunicación con ellos en las funciones
sagradas, aprobándolo la autoridad eclesiástica. El monaquismo proviene de Oriente y
por ello conviene acudir a su espiritualidad que levanta a al hombre a la
contemplación de lo divino. Resguardar el patrimonio litúrgico y espiritual de los
orientales es de gran importancia para conservar fielmente la plenitud de la
tradición cristiana y para conseguir la reconciliación de los cristianos orientales y
occidentales.
III. Disciplina propia de los orientales
Siguen las normas sancionadas por los Santos Padres y los concilios ecuménicos. El
CVII afirma que las Iglesias orientales tienen el derecho y la obligación de regirse
según sus propias ordenaciones, pues es más acomodado a la idiosincrasia de sus
fieles y la promoción del bien de sus almas. Esta observancia es obligatoria para el
restablecimiento de la unidad.
IV. Carácter propio de los orientales en la exposición de los misterios
Existe una legítima diversidad en la exposición de la doctrina teológica, pues ha sido
diverso en Oriente y Occidente. Así las diversas fórmulas teológicas no se
contradicen, sino que se complementan y perfeccionan unas a otras.
V. Conclusión
Cristo hará de las dos Iglesias una sola morada.
VI. Las iglesias y comunidades eclesiales separadas en occidente.
condición propia de estas comunidades.
se anhela que el sentimiento ecuménico vaya creciendo en todos ellos. Se ha de
reconocer que han una gran diferencia entre la manera de interpretar la verdad
revelada por parte de la Iglesia católica y las otras Iglesias y comunidades. Los
siguientes puntos iluminarán el devenir ecuménico.
VII. La confesión de Cristo
La Iglesia católica se une con aquellos que profesan a Jesucristo como salvador e hijo
de Dios. Esa profesión nos une.
VIII. Estudio de la Sagrada Escritura
Es ella una gran herramienta con la que podemos unirnos, aunque en la Iglesia católica
el magisterio es fundamental para el estudio e interpretación de las Escrituras.
IX. La vida sacramental
El bautismo constituye un poderoso vínculo sacramental de unidad entre todos los
que con él se han regenerado. Pero recordar que el bautismo es el inicio a la plenitud
en la comunión eucarística que ellos no poseen. Pero ellos reconocen la doctrina sobre
la cena del Señor, así debe ser tema de diálogo.
X. La vida con Cristo
Su culto muchas veces presenta elementos claros de la antigua Liturgia común. Buscan
seguir la palabra de Cristo, de aquí es de donde puede surgir el diálogo ecuménico
sobre la aplicación moral del Evangelio.
conclusión
El CVII exhorta a evitar toda ligereza o imprudente celo que atente contra el proceso de unidad.