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Licenciatura en Historia.
América Latina, desafía de la democracia y la globalización
Este ensayo pretende evidenciar los vínculos que se instauran entre lo social y lo político en
el desenvolvimiento de las protestas y su penetración en las instituciones gubernamentales
del Estado. Este texto tratará la situación que se vivió en Bolivia; La guerra del Agua, del
año 2000, un estallido social que tiene lugar en Cochabamba, ocasión en que la población se
alza contra la privatización del agua y el alza del coste, logrando, luego de más varios días
de intenso enfrentamiento, la invalidación del contrato de privatización. Este hito se enmarca
como el primer triunfo de victoria social contra la globalización y el neoliberalismo.
Bolivia ha padecido las consecuencias del Ajuste Estructural, bajo la influencia del Banco
Mundial, desde el año 1985, lo que se ve manifestado en reformas sociales, políticas y
económicas, dirigidas a impulsar una economía de mercado, una sociedad de inversionistas
o accionistas y una política asentada en la democracia liberal.
1
Flores, C. (2000). La guerra del agua en Cochabamba: Movimientos sociales y crisis de
dispositivos del poder. Ecología Política, (20), 59-70. Extraído de
http://www.jstor.org/stable/20743108
Por otra parte, en cuánto a los movimientos sociales, o más bien campesinos de resistencia a
la sobreexplotación de recursos naturales -en este caso específico; del agua- para el consumo
de la urbe, aunque estos levantamientos venían sucediendo desde la década de los setenta
para el año 1994 y 1997 seguían teniendo vigencia, puesto que para la fecha enunciada se
produjeron fuertes movilizaciones campesinas que resistían a las perforaciones de pozos
profundos ejecutadas por la SEMAPA. Y es precisamente que de estos grupos es que
desembocará la Federación Departamental de Regantes o FEDECOR (Crespo, 1999;
Fernández 1999)2; El comité por su parte también surgen los movimientos cocaleros del
trópico liderados por Evo Morales; y también, CSUTCB (Confederación sindical única de
los trabajadores campesinos de Bolivia)3. Estas agrupaciones serán los principales
protagonistas de la Guerra del Agua.
Los hechos principales que desencadenaron el levantamiento popular, y posterior Guerra del
Agua fueron:
2
Carrillo, Marianela, Reseña de "La Guerra del Agua en Cochabamba, Bolivia: dos lecturas" de
Carlos Crespo, Omar Fernández y Gabriel Herbas. Cuadernos del CENDES [en línea] 2005, 22
(mayo-agosto) : [Fecha de consulta: 27 de julio de 2019] Disponible
en:<http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=40305919> ISSN 1012-2508
3
Neso, Nicola, DE LA GUERRA DEL AGUA HASTA LA GUERRA DEL GAS- LOS
MOVIMIENTOS SOCIALES DE BOLIVIA Y LA ELECCIÓN DE EVO MORALES. Iberoforum.
Revista de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana [en línea] 2013, VIII (Enero-Junio) :
[Fecha de consulta: 27 de julio de 2019] Disponible
en:<http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=211028906009> ISSN
4
Kruse, Thomas. La "Guerra del Agua" en Cochabamba, Bolivia: terrenos complejos,
convergencias nuevas. En libro: Sindicatos y nuevos movimientos sociales en América Latina.
el alero del BIM, por su parte en junio del mismo año, un informe secreto de esta
institución propone los permisos privados, a su vez destaca el rol de las
superintendencias como entidades de regulación, y sugiere que no se subvencionen
los servicios básicos.5
Se puede decir que la causa determinante para que estallara el conflicto fue el aumento
desmesurado de las tasas de agua en 35% por ciento. Es por ello que la masa indignada
responde con una movilización que lideraría la Coordinadora Departamental del Agua y la
Vida, iniciando la “toma simbólica de Cochabamba”, la cual sería fuertemente reprimida por
la policía boliviana. Posteriormente, el gobierno seguiría en la línea de responder con
represión el descontento generalizado y al quinto día la población se vuelca a las calles
espontáneamente para enfrentar al brazo armado del Estado. El resultado de esto sería el
bloqueo de la mayoría de las rutas de acceso a la ciudad, terminando con decenas de heridos
y detenidos, forzando a la Iglesia Católica y la Defensoría del Pueblo a mediar el conflicto.
Con esto, el gobierno se ve en la obligación de admitir a la Coordinadora como su antagonista
y demandante del pueblo en la disputa, lo que se traduce en que tendrá que negociar las
reformas a la Ley y Contrato.
Los regantes tenían conciencia de que su poder era insuficiente para alcanzar sus metas:
Cambiar la ley que se había impuesto y a su vez reformar el contrato con la empresa Betchel
(Aguas del Tunari). Como pieza esencial en su política para enlazar alianzas, emplazaron una
múltiple variedad de organizaciones a una asamblea el 12 de octubre de 1999, en la que se
concentraron dirigentes de la Central Obrera Departamental y de la Federación de vecinos,
juntas de estudiantes, también organizaciones medioambientales, autoridades locales y
comisiones cívicas provinciales; en las que en su conjunto conglomeraron más de 40
organizaciones sociales.
Los convocados adhirieron al proyecto expuesto por Omar Fernández, dirigente de los
regantes, que implicaba un accionar coordinado entre el campo y la ciudad para revertir la
privatización y la ley que la amparaba. Es en este contexto y con estas condiciones materiales
es que nace la “Coordinadora de Defensa del Agua y de la vida” en la que se plantea y se
insiste en que,
6
Kruse, Thomas. La "Guerra del Agua" en Cochabamba, Bolivia: terrenos complejos, convergencias nuevas.
En libro: Sindicatos y nuevos movimientos sociales en América Latina. Enrique de la Garza Toledo
(compilador). Colección Grupos de Trabajo de CLACSO, Buenos Aires, Argentina. 2005. P. 153
usos y costumbres. Se desarrollaba entonces, una extensión de “articulación de
redes”, cada cual con particularidades diferentes pero esencialmente
complementarias. Innovador en su estructura, consiguió materializar las distintas
demandas que se desarrollaban entre cada elemento de la colación; lograron
asignarse elementos técnicos; desarrollar y emitir mensaje consistente y potente, por
otro lado se lograr innovar articulando una alta gama de iniciativas, cómo también
logrando sacar provechos ante las equivocaciones de la administración
gubernamental.
Para las elecciones de 1997, el MAS se alió con otros partidos indigenistas del incipiente
movimiento cocalero. Fue ese año, cuando bajo la presión de las fechas electorales, se
necesitó un partido ya registrado, por lo que se decidió que el MAS, que ya tenía sus siglas
legalizadas, se fusionase, a su vez, con el Instrumento de Soberanía Popular y la
Confederación de Trabajadores del Trópico Cochabambino. Por ello fue refundado el 23 de
julio de 1997 bajo la nueva dirección de Juan Evo Morales Ayma.
Es importante señalar que la Confederación de Trabajadores del Trópico Cochabambino fue
esencial en el desarrollo del conflicto y parte de la estructura primordial del movimiento, es
preciso indicar que Evo Morales fue participe de esta gesta pero fue solo una “tuerca” dentro
del gran engranaje, si bien sus participaciones como dirigente y diputado fueron esenciales
para el direccionamiento del movimiento, existían otros cabecillas como Omar Fernández
por nombre a uno de los principales líderes.
Las condiciones que se presentan respecto a lo social en cuanto a reivindicaciones sociales
por parte del pueblo exigiendo justicia por necesidades básicas como lo es el agua, comienza
a tener tintes en lo político, puesto que son las agrupaciones sociales y su capacidad de influir
en el direccionamiento de estos movimientos las q toman protagonismo y alcanzan un nivel
de “caudillismo” tal que posteriormente, como en el caso del MAS, llegan a incidir en las
problemáticas a nivel nacional, e incluso llegando a gobernar.
Conclusiones:
Sin tener una estructura sólida, ni líderes con un pasado glorioso, la coordinadora alcanzó
establecer límites dentro del conflicto, puesto que se trataba de un estallido y una
acumulación de fuerzas que se fue dando con el tiempo, demostraron que podían desarrollar
una poderosa simbiosis con las bases del pueblo, habilidades en lo social como en lo político,
así como también una excelente comunicación y retroalimentación con las bases, y por último
pero no menos importante lograron generar magníficas técnicas de análisis respecto al
quehacer durante el desarrollo del conflicto. Se generó un mensaje claro y se utilizó una
flexibilidad táctica pertinente para lograr abrir y mantener extensiones de autogestión que
sobrepasaban las demandas del propio movimiento. A su suerte tuvo la fortuna de enfrentarse
con un gobierno dubitativo y poco eficaz en la solución de problemas.
Se puede especular que el movimiento no logró concebir el conflicto de la “guerra del agua”
como tal, y que fue superado en varias instancias por querer desarrollar una estrategia
autosuficiente, y que ni siquiera éste (la Coordinadora) direccionaba el movimiento.
Bajo este contexto, la certeza de los artilugios del movimiento obrero del pasado convergería
no en dispositivos de tipo organizacional, sino que más bien, en la experiencia de la asamblea,
capacidades comunicacionales, y reestructuraciones simbólicas. Como por ejemplo en la
elaboración discursiva del sujeto y claves en la oratoria en la Guerra del Agua “pueblo
sencillo y trabajador” que se heredó de la tragedia y la solidaridad de los años 607
Respecto a las instituciones democráticas que se ha desarrollado en Bolivia se han
evidenciado como aptos para formular transiciones por las urnas, paralelamente se han
mostrado incapacitados de desarrollar esta ciudadanía característica, sin dejar de lado que la
base central de la Coordinadora en la Guerra del Agua, era mostrarse reacios ante cualquier
participación dentro de la estructura gubernamental.
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Kruse, Thomas. La "Guerra del Agua" en Cochabamba, Bolivia: terrenos complejos, convergencias nuevas.
En libro: Sindicatos y nuevos movimientos sociales en América Latina. Enrique de la Garza Toledo
(compilador). Colección Grupos de Trabajo de CLACSO, Buenos Aires, Argentina. 2005. P. 159