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Deforestación

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Imagen de la NASA de la cuenca del río Branco en Brasil observada el 28 de julio de


2000
La deforestación o tala de árboles es un proceso provocado generalmente por la
acción humana, en el que se destruye la superficie forestal.12 Está directamente
causada por la acción de las personas sobre la naturaleza, principalmente debido a
las talas o quemas realizadas por la industria maderera, así como por la obtención
de suelo para la agricultura, minería y ganadería.

La deforestación arrasa los bosques y las selvas de la Tierra de forma masiva


causando un inmenso daño a la calidad de los suelos. Los bosques todavía cubren
alrededor del 30 % de las regiones del mundo.

Talar árboles sin una eficiente reforestación resulta en un serio daño al hábitat,
en pérdida de biodiversidad y en aridez. Tiene un impacto adverso en la fijación de
dióxido de carbono (CO2). Las regiones deforestadas no tienden a una erosión del
suelo y frecuentemente degradan a las tierras no productivas.

Entre los factores que llevan a la deforestación en gran escala se cuenta: el


descuido e ignorancia medieval del valor intrínseco, la falta de valor atribuido,
el manejo poco responsable de la forestación y leyes medioambientales deficientes.

Los motivos de la tala indiscriminada no son muchos, pero la mayoría no están


relacionados con el dinero o la necesidad de los granjeros de mantener a sus
familias. El inductor subyacente de la deforestación es la agricultura. Los
agricultores talan los bosques con el fin de obtener más espacio para sus cultivos
o para el pastoreo de ganado. A menudo, ingentes cantidades de pequeños
agricultores despejan hectáreas de terreno arbolado, para alimentar a sus familias,
mediante tala y fuego en un proceso denominado «agricultura de roza y quema».

Las operaciones madereras comerciales, que proporcionan productos de pulpa de papel


y madera al mercado mundial, también participan en la tala de innumerables bosques
cada año. Los leñadores, incluso de forma furtiva, también construyen carreteras
para acceder a bosques cada vez más remotos, lo que conlleva un incremento de la
deforestación. Los bosques y selvas también caen víctimas del crecimiento urbano
constante.

No toda la deforestación es consecuencia de la intencionalidad. Alguna es causa de


factores humanos y naturales como los incendios forestales y el pastoreo intensivo,
que puede inhibir el crecimiento de nuevos brotes de árboles.

La deforestación tiene muchos efectos negativos para el medio ambiente. El impacto


más dramático es la pérdida del hábitat de millones de especies. Setenta por ciento
de los animales y plantas habitan los bosques de la Tierra y muchos no pueden
sobrevivir sin los árboles ni las plantas, la deforestación que destruye su medio.

La deforestación es también un factor coadyuvante del cambio climático. Los suelos


de los bosques son húmedos, pero sin la protección de la cubierta arbórea, se secan
rápidamente. Los árboles también ayudan a perpetuar el ciclo hidrológico
devolviendo el vapor de agua a la atmósfera. Sin árboles que desempeñen ese papel,
muchas selvas y bosques pueden convertirse rápidamente en áridos desiertos de
tierra yerma.

La eliminación de la capa vegetal arrebata a los bosques y selvas sus palios


naturales, que bloquean los rayos solares durante el día y mantienen el calor
durante la noche. Este trastorno contribuye a la aparición de cambios de
temperatura más extremos, que pueden ser nocivos para las plantas y animales.
Los árboles desempeñan un papel crucial en la absorción de gases de efecto
invernadero, responsables del calentamiento global. Tener menos bosques significa
emitir más cantidad de gases de efecto invernadero a la atmósfera y una mayor
velocidad y gravedad del cambio climático.

En muchos países la deforestación causa extinción de especies, cambios en las


condiciones climáticas, desertificación, desplazamiento de poblaciones indígenas,
inundaciones o tormentas de arena.3

El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 15 llama a detener la deforestación (es


decir, que el planeta pare la merma neta de superficie forestal, plantando más
hectáreas de bosque que las perdidas) para 2020.4

Índice
1 Antigüedad
2 Periodo histórico
2.1 Siglos XV y XVI
2.2 Actualidad
3 Deforestación por regiones
3.1 África
3.2 Asia y el Pacífico
3.3 Europa
3.4 América Latina y el Caribe
3.5 América del Norte
3.5.1 Superficie forestal: extensión y variación
3.5.2 Bosque de Agua
3.6 Asia occidental y central
4 Efectos medioambientales
4.1 Impacto en la atmósfera
4.2 Impacto hidrológico
4.3 Impacto en el suelo
4.4 Impacto en la biodiversidad
5 Lucha contra la deforestación
5.1 Reducción de emisiones
5.2 Pagos para conservar los bosques
5.3 Propiedad de la tierra
5.4 Métodos agrícolas que no exigen despejar bosques
5.5 Seguimiento de la deforestación
5.6 Gestión forestal
5.6.1 Prácticas sostenibles
5.7 Reforestación
5.8 Plantaciones de árboles
6 Véase también
7 Referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Antigüedad
Hace unos ocho mil años, los seres humanos empezaron a talar bosques en cantidades
pequeñas pero significativas, aunque para ello sólo dispusieron de hachas de
sílex.5

A medida que la agricultura se iba extendiendo, el ser humano limpiaba el terreno


de árboles y arbustos para permitir que la luz del sol llegara hasta el suelo. El
desbroce se hacía por el método de cortar y quemar. Al cabo de un año o dos,
durante la estación seca se quemaban los residuos caídos y los árboles muertos y se
sembraba en el suelo enriquecido con las cenizas.
En los seis mil años que van desde la prehistoria hasta el comienzo de la era
histórica, hace dos mil años, el hombre fue mejorando sus herramientas para
trabajar la tierra disponiendo de hachas y arados en la Edad del Bronce y luego en
la Edad del Hierro, así como de bueyes y caballos domesticados que tiraban de los
arados. Estos avances hicieron que la agricultura fuera ganando tierras al bosque,
que fue talado allí donde ésta se desarrolló.

Periodo histórico
Hace dos mil años, en China, India, el sur y el oeste de Europa y el Magreb
mediterráneo, así como en las tierras bajas de Centroamérica y las tierras altas de
Perú se empleaban prácticas agrícolas sofisticadas (cultivos diversificados,
plantaciones múltiples y cría de ganado). Todas esas regiones son naturalmente
boscosas, y la agricultura a gran escala exigió talar esos árboles.6

En el año 1089, Guillermo el Conquistador ordenó realizar el estudio Domesday, un


estudio de sus nuevos dominios (Inglaterra). Este estudio demostró que se había
deforestado el 85 % de los campos, así como el 90 % de la tierra cultivable (de
altitud inferior a los mil metros).6 Siete siglos antes de la era industrial, Gran
Bretaña estaba totalmente deforestada y muchos de los bosques que quedaban estaban
protegidos en calidad de reservas de caza para la realeza y la nobleza.

El primer censo fiable de China data de la dinastía Han, hace cerca de dos mil años
y por entonces el país tenía 57 millones de habitantes, con una densidad que
triplicaba la de Inglaterra en el momento del estudio Domesday lo que implicaba que
tanto China como India e Indonesia, zonas densamente pobladas estaban deforestadas
ya hace dos mil años6

Siglos XV y XVI
Las islas del Caribe, como también partes de México y Centroamérica, contaban con
una gran riqueza forestal, la cual estaba compuesta de maderas como caoba y palo
maría, entre otras. Con la llegada de los españoles a América comenzó la
explotación de estos bosques, para la construcción y la extracción de productos
químicos tintóreos, como también su utilización como combustibles. Ante un
peligroso incremento del consumo, la Monarquía Española promulgó leyes para regular
el aprovechamiento de los bosques y no comprometer al ambiente.7

Ante el poderío británico en los mares, los reyes Felipe V, Fernando VI y Carlos
III incentivaron la creación de astilleros en algunas ciudades americanas, como La
Habana, Campeche, Guayaquil, El Realejo, Nicoya, Panamá, El Callao y Coatzacoalcos,
con el objetivo de recuperar el poderío naval que se había perdido. Ante esta
situación, se produjo una gran demanda de madera para la construcción de estos
barcos.7

Actualidad

Deforestación de un bosque tropical en el este de Bolivia provocada por el


desarrollo de un proyecto agrícola para cultivar soja. Cada forma circular
estrellada es una zona agrícola deforestada y en su centro hay una pequeña
población distanciadas 5 km unas de otras, apreciándose las carreteras que las
unen. La fotografía fue tomada por los astronautas de la Estación Espacial
Internacional en 2001.8
En el presente, la deforestación ocurre principalmente, en América Latina, África
Occidental y algunas regiones de Asia. En Brasil la deforestación en 2017 aumentó
en un 28 %, con más de 5 mil kilómetros cuadrados de árboles talados, en gran
medida, por la reforma del Código Forestal durante el gobierno de Michael Temer que
achicó las áreas verdes protegidas dando cabida a megaproyectos que destruyen la
vegetación carioca. Los estados de Mato Grosso, Roraima y Pará, registraron los
mayores índices de deforestación. En Paraguay, se incrementó un 34 % la
deforestación a comparación del 2012, con más de 160 mil hectáreas de boques
taladas, afectando gravemente la Reserva Natural Cabrera Timane y el Parque
Nacional Médanos del Chaco. En Perú, se deforestan alrededor de 150 000 hectáreas
al año, por la práctica de la minería ilegal, el país ha perdido más del 50 % de la
cubierta vegetal de la costa.9

Una tercera parte del total de la tierra está cubierta por bosques, lo que
representa cerca de 4 000 000 000 (cuatro mil millones) de hectáreas. Hay 10 países
que concentran dos tercios de este patrimonio forestal: Australia, Brasil, Canadá,
China, la República Democrática del Congo, India, Indonesia, Perú, la Federación
Rusa y los EE. UU.10 Estos han sido explotados desde hace años para la obtención de
madera, frutos, sustancias producidas por diferentes especies o para asentamientos
de población humana, ganadería y agricultura. Indonesia, Malasia, Paraguay,
Bolivia, Zambia y Angola han sido los países que más superficie forestal han
perdido11

En los últimos 25 años la tasa de desaparición de los bosques se redujo a la mitad.


Desde 1990 se han perdido 129 millones de hectáreas de bosque. La tasa anual de
pérdida neta de bosques (que tiene en cuenta los nuevos bosques que se plantan)
pasó de 0,18 % en los años 1990 a 0,08 % en los cinco últimos años.12 Más países
están mejorando la gestión forestal y existe una superficie cada vez mayor de áreas
protegidas.13Particularmente relevante es el caso de Europa cuya superficie boscosa
aumentó considerablemente, teniendo en 2016 un tercio más de bosques que un siglo
atrás.14 El mismo fenómeno se produce en Cuba con un aumento de la superficie
boscosa del casi 30 % en las últimas décadas, como resultado de un ambicioso
programa de reforestación.15 Igual situación se da en Rusia, que posee el 20 % de
todos los bosques del planeta, cuyas áreas boscosas se están ampliando desde
1961.16

En los países más desarrollados la cubierta forestal sufre otras agresiones, como
la lluvia ácida, que comprometen la supervivencia de los bosques, situación que se
pretende controlar mediante la exigencia de requisitos de calidad para los
combustibles, como la limitación del contenido de azufre o la desulfuración de los
humos de las centrales térmicas y refinerías.

En los países menos desarrollados las masas boscosas se reducen año tras año,
mientras que en los países industrializados se están recuperando debido a las
presiones sociales, reconvirtiéndose los bosques en atractivos turísticos y lugares
de esparcimiento.

Mientras que la tala de árboles de la pluviselva tropical ha atraído más atención,


los bosques secos tropicales se están perdiendo a un ritmo sustancialmente mayor,
sobre todo como resultado de las técnicas utilizadas de tala y quema para ser
reemplazadas por cultivos. La pérdida de biodiversidad se correlaciona generalmente
con la tala de árboles.

La deforestación es un proceso antiguo que se ha incrementado en los últimos tres


siglos. Principalmente se produjo en el Hemisferio Norte, en los siglos XVIII y
XIX, aunque en el siglo XX comenzó a realizarse en el Hemisferio Sur, especialmente
en las selvas tropicales de la región amazónica. En 2019 se perdían anualmente 26,1
millones de hectáreas de bosque, cuando de 1999 a 2019 solo se habían restaurado
26,7 millones de hectáreas.17 Es decir, el ritmo de deforestación era 10 veces más
rápido que el de reforestación.

Deforestación por regiones


África
En África, entre los años 2000 y 2005 se perdieron unos cuatro millones de
hectáreas de bosques al año, cerca de una tercera parte del área deforestada en
todo el mundo. La causa principal es la conversión a una agricultura permanente de
las áreas deforestadas.18Como medidas contra la deforestación en África se está
adoptando un sistema de certificación, dada la preocupación mundial por obtener
madera a partir de bosques gestionados de manera sostenible, aunque la aplicación
de esta certificación sigue siendo escasa todavía. De los 306 millones de hectáreas
de bosques certificados del mundo (junio de 2007), unos 3 millones (solo el 1 %)
corresponde a África y la mayoría son bosques plantados. Con unos 15 millones de
hectáreas de bosques plantados en todo el mundo (FAO, 2006), África solo representa
el 5 % del total.

También se han llevado a cabo otras medidas a nivel regional contra la


deforestación y la desertificación como la Iniciativa de la Gran Muralla Verde del
Sahara (UNU, 2007), con un enfoque integrado entre la agricultura, la ganadería y
la actividad forestal.

Prácticamente todos los países de Europa

han firmado la Convención de las Naciones Unidas para la Lucha contra la


Desertificación y han elaborado planes nacionales, a menudo con apoyo externo.
Superficie forestal: extensión y variación

Superficie total
(1000 ha) Variación anual
(1 000 ha) Tasa de variación anual
%
1990 2000 2005 1990-2000 2000-2005 1990-2000 2000-2005
699 361 655 613 635 412 –4 375 –4 040 –0,64 –0,62
fuente: FAO, 2006a

Asia y el Pacífico

Imagen del sudeste de Asia captada por MODIS. La imagen se centra en los países de
Birmania, Tailandia, Laos, Camboya y Vietnam, de izquierda a derecha,
respectivamente. En el este de Tailandia, el color marrón que domina el centro de
la imagen habla de la deforestación masiva que se produce en esta región.19
Esta región posee el 18,6 % de la superficie forestal mundial, repartida en una
gran variedad de ecosistemas, como bosques tropicales, bosques templados, manglares
costeros, montañas y desiertos.

La región contaba con 734 millones de hectáreas de bosques en el año 2005, unos
tres millones más que en 2000. No obstante, este aumento fue resultado, en gran
medida, de la alta tasa de repoblación forestal de China, la cual oculta la notable
desaparición de bosques naturales en diversos países; en total, desaparecieron en
la región 3,7 millones de hectáreas de bosque al año entre 2000 y 2005.

Algunos países han invertido sus tendencias de pérdida de bosques, pero no es


probable que los países que sufren una mayor deforestación sean capaces de hacerlo.
La expansión de los cultivos comerciales a gran escala será la causa más importante
de deforestación en la región.18

La región de Asia y el Pacífico cuenta con 136 millones de hectáreas de bosques


plantados, prácticamente la mitad del total mundial. La mayor parte de los bosques
plantados se encuentran en Australia, China, Filipinas, la India, Indonesia, Nueva
Zelanda, Tailandia y Vietnam.

Superficie forestal: extensión y variación

Superficie total
(1 000 ha) Variación anual
(1 000 ha) Tasa de variación anual
%
1990 2000 2005 1990–2000 2000–2005 1990–2000 2000–2005
743 825 731 077 734 243 –1 275 633 –0,17 0,09
fuente: FAO, 2010a

Europa
Europa cuenta con una cuarta parte de los recursos forestales mundiales,
aproximadamente mil millones de hectáreas, el 81 % de las cuales se encuentran en
la Federación Rusa.

Prácticamente todos los países europeos poseen leyes que dificultan notablemente la
deforestación y la reconversión a otros usos de la tierra. Además, se proporciona
apoyo fiscal a la actividad forestal en virtud del Fondo Europeo Agrícola de
Desarrollo Rural, lo que fomenta de manera significativa la plantación de árboles.
Por ello, es probable que la superficie forestal aumente a medida que decrecen las
tierras dedicadas a la agricultura.

Las principales amenazas a las que se enfrentan los recursos forestales en Europa
son de naturaleza ambiental, como incendios, brotes de plagas y tormentas, algunas
de las cuales se podrían incrementar con el cambio climático. Aunque se desconocen
las repercusiones a largo plazo del cambio climático en los bosques, se han
atribuido a este fenómeno numerosos acontecimientos catastróficos recientes. Se
prevé un incremento considerable de la magnitud y de la frecuencia de los
incendios, por ejemplo en la península ibérica y en la Federación Rusa

Superficie forestal: extensión y variación

Superficie total
(1 000 ha) Variación anual
(1 000 ha) Tasa de variación anual
%
1990 2000 2005 1990–2000 2000–2005 1990–2000 2000–2005
989 320 998 091 1 001 394 877 661 0,09 0,07
fuente: FAO, 2010a

América Latina y el Caribe

Selva quemada para la agricultura en el sur de México.


Esta región contiene el 22 % de la superficie forestal mundial. En ella se
encuentra la mayor masa continua de bosque pluvial tropical del mundo: la cuenca
del Amazonas.

En los últimos dos decenios, algunos países han concedido la propiedad legal de los
bosques a las comunidades indígenas, por ejemplo, Perú, 6400 millones de hectáreas;
Bolivia, 1200 millones de hectáreas; Brasil, 10 300 millones de hectáreas;
Colombia, 27 millones de hectáreas; Ecuador, 4,5 millones de hectáreas y Guyana,
1,4 millones de hectáreas de tierra, comprendidos los bosques. Si bien la propiedad
confiere a las comunidades derechos firmes de uso sostenible de los recursos
forestales, los conflictos sobre la propiedad, en ocasiones violentos, y la falta
de aplicación de las normas y los reglamentos han permitido la ocupación y la
explotación maderera ilegales en extensas áreas de estos bosques.

Entre 2000 y 2010, esta región perdió casi 64 millones de hectáreas, un 7 %, de su


superficie forestal. Más de una tercera parte de la deforestación mundial entre
2000 y 2010 tuvo lugar en esta región.

Todos los países de América del Sur registraron una pérdida neta en la superficie
forestal entre 2000 y 2005, excepto Chile y Uruguay,[cita requerida] que
presentaban tendencias positivas debido a programas de plantación industrial a gran
escala. Los nuevos bosques plantados para usos industriales, en particular en
Argentina, Uruguay y, posiblemente, Colombia, podrían contrarrestar, en lo que se
refiere a hectáreas forestadas, la desaparición de bosques naturales, pero no en
términos ecológicos. En caso de los países integrados en la Región Norte de América
Latina como lo son Ecuador, Colombia y Venezuela las políticas de protección de
áreas forestales no son estrictas y la deforestación de la zona persiste, lo que
amenaza el equilibrio ecológico y climático de América del Sur, y puede tener
repercusiones mundiales (expuesto en el Acuerdo Caracas FAO 2010).20

En contrapartida, en la mayoría de los países de América Central, la pérdida neta


de superficie forestal disminuyó entre 2000 y 2005 en comparación con la década
anterior, y Costa Rica logró un incremento neto de dicha superficie.

No obstante, en términos porcentuales, América Central presenta una de las mayores


tasas de desaparición forestal del mundo en relación con el resto de las regiones,
más del 1 % anual en el período entre 2000 y 2005.18

En el Caribe se registró un reducido aumento de la superficie forestal entre 2000 y


2005, principalmente en Cuba. La liberalización del comercio, que ha hecho que
exportaciones agrícolas tradicionales como el azúcar y los plátanos no sean
competitivas, está ocasionando el abandono de las tierras agrícolas y su conversión
en bosque secundario (Eckelmann, 2005). Además, se está dando mayor énfasis a la
protección del medio natural para apoyar la creciente industria del turismo. Por
ello, se espera que la superficie forestal permanezca estable o se incremente en la
mayoría de los países caribeños.

Superficie forestal: extensión y variación

Superficie total
(1 000 ha) Variación anual
(1 000 ha) Tasa de variación anual
%
1990 2000 2005 1990–2000 2000–2005 1990–2000 2000–2005
923 807 882 339 859 925 –4 147 –4 483 –0,46 –0,51
fuente: FAO, 2010a

Deforestación en Mato Grosso, Brasil, fotos satelitales.


Matogrosso l5 1992219 lrg.jpg Matogrosso ast 2006209 lrg.jpg
1992
2006
Véase también: Deforestación en Colombia
América del Norte
La región contiene el 17 % de la superficie forestal global (677 millones de
hectáreas). Aproximadamente una tercera parte del territorio regional está cubierto
de bosques. Debido a la gran variedad de condiciones climáticas hay una gran
diversidad de ecosistemas forestales, desde bosques húmedos tropicales a bosques
boreales. Algunos de los bosques más productivos del mundo se encuentran en esta
región.

Kootenay Valley en la Columbia Británica, Canadá; bosque destruido por el


escarabajo del pino de montaña (Dendroctonus ponderosae).
La cubierta forestal en la región se mantiene estable.

América del Norte contribuyó en un 2 % aproximadamente a la deforestación mundial


anual entre 2000 y 2005, aunque la tasa de desaparición de los bosques presenta una
tendencia a la baja. El cambio climático podría intensificar las amenazas al estado
de los bosques. La intensidad y la frecuencia de los incendios forestales han
aumentado tanto en el Canadá como en los Estados Unidos, impulsadas por prolongadas
sequías (atribuidas al cambio climático) y por programas de control de incendios
que, aunque han tenido éxito, han incrementado de manera inadvertida la cantidad de
material combustible. De igual manera, el cambio climático está fomentando las
infestaciones de plagas: en el oeste del Canadá y de los Estados Unidos, el
escarabajo del pino de montaña está causando mortalidad de árboles y daños de
especial gravedad.

Superficie forestal: extensión y variación


Superficie total
(1 000 ha) Variación anual
(1 000 ha) Tasa de variación anual
%
1990 2000 2005 1990–2000 2000–2005 1990–2000 2000–2005
677 801 677 971 677 464 17 –101 0 –0,01
fuente: FAO, 2010a

Bosque de Agua
El Gran Bosque de Agua se encuentra21 entre las ciudades de México D.F., Cuernavaca
y Toluca. Este bosque posibilita la vida no sólo de quienes lo habitan, sino
también la de quienes viven en los alrededores. Abarca las sierras de las Cruces,
del Ajusco, del Chichinautzin, de Zempoala y el sistema Cadera, en los estados de
Morelos, Estado de México y el Distrito Federal. Alberga casi 2 por ciento de la
biodiversidad mundial, ayuda a regular el clima y la calidad del aire de la región,
proporciona casi tres cuartas partes del agua que se consume en la ciudad de México
y abastece de agua a dos de los ríos más importantes del país: el Lerma y el
Balsas. Desafortunadamente, esta región se encuentra amenazada y está
desapareciendo rápidamente: si continúa el actual ritmo de deforestación, podría
desaparecer21 en solo 50 años. De acuerdo con el Instituto de Geografía de la
Universidad Nacional Autónoma de México, cada año se pierden 2400 hectáreas de este
bosque, lo que equivale a destruir una superficie de más seis campos de fútbol por
día. El Gran Bosque de Agua abarca 120 000 ha, incluye los parques nacionales de La
Marquesa, Ajusco, Desierto de los Leones, Lagunas de Zempoala y Tepozteco, entre
otras áreas. La tala ilegal, y el crecimiento desmedido de las urbes, la conversión
del bosque en zonas de cultivo y potreros para ganado, los incendios forestales y
la extracción de materiales y la venta del suelo lo merman constantemente. Además,
la cacería furtiva y la introducción de especies exóticas ponen en riesgo la
biodiversidad de esta región y son las causas por las que este bosque está en
peligro. Mucha gente que reside en los estados donde se encuentra este bosque no
conoce su importancia ecológica y la relevancia que tiene como principal fuente de
abastecimiento de agua. Varios organismos e instituciones están trabajando en el
análisis para la protección de este gran pulmón y fuente de agua.22 La Comisión
Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) declaró parte de
esta zona como una de las regiones terrestres prioritarias para la conservación en
México, y la llamó "Corredor biológico Ajusco-Chichinautzin".21 Greenpeace México
ha lanzado una campaña para protegerla.

Asia occidental y central


Es la región con menos bosques del mundo, con tan sólo un 4 % de cubierta forestal
(el 1,1 % de la superficie forestal mundial). La mayor parte de la superficie
forestal corresponde a unos pocos países, mientras que en 19 países se encuentra
menos del 10 % de la cubierta forestal. Cerca del 75 % de la región es árida, con
una baja productividad de biomasa. La vegetación varía desde matorrales desérticos
en Asia Central y la península arábiga hasta pequeñas áreas de manglares en la
costa del golfo Pérsico y praderas de altura en Asia central. Debido a esta
reducida cubierta forestal, los árboles fuera del bosque, especialmente en granjas
y en otras tierras arboladas, desempeñan importantes funciones productivas y
protectoras.

El establecimiento de cortavientos es una parte integral de las prácticas agrícolas


en la mayoría de los países. El cultivo de palma datilera en diversos países de
Asia occidental ha convertido los desiertos en oasis. En los Emiratos Árabes
Unidos, las extensas plantaciones de palmas datileras han mejorado el paisaje a la
vez que producen ingresos sustanciales.

Superficie forestal: extensión y variación

Superficie total
(1 000 ha) Variación anual
(1 000 ha) Tasa de variación anual
%
1990 2000 2005 1990–2000 2000–2005 1990–2000 2000–2005
43 176 43 519 43 588 34 14 0,08 0,03
fuente: FAO, 2006a

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