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AMERICA DEL SUR: DE NUEVE

PAÍSES QUE AGRAVIARON LOS


DERECHOS INDÍGENAS EN LA
REGIÓN, AL MENOS OCHO
VULNERARON EL DERECHO AL
TERRITORIO

El marco político, social y económico en el que se desarrolló América del Sur el año
pasado estuvo marcado por una creciente participación de trasnacionales ejerciendo su
influencia en aras de tender nexos con los gobiernos de la región que permitieran
realizar actividades de extracción y otras relacionadas con la apropiación de tierras y
de recursos naturales, principalmente territorios pertenecientes a pueblos indígenas,
otras minorías étnicas y comunidades campesinas

Es preocupante como violaciones de derechos humanos producto de estas


situaciones se presentaron a lo largo y ancho de la región:

En Argentina los pueblos indígenas denunciaron más de 200 casos de violaciones


de sus derechos humanos relacionados con la tierra, la participación y la consulta,
la igualdad, la no discriminación y el acceso a la justicia, entre otros. Solo a unos
cuantos kilometros, en Chile, el Congreso creó una comisión para investigar la
violencia en la Araucanía, la región más afectada por los conflictos de tierras que
implicaban al pueblo mapuche. Paradójicamente, la comisión se centró en delitos
presuntamente cometidos por los mapuches como forma de protesta, obviando
investigar los constantes abusos de fuerza y detenciones realizados por los cuerpos
policiales, por no ser parte del ámbito de competencia de la Comisión.

En esta tónica, en Brasil peligraba gravemente la supervivencia de la comunidad


guaraní-kaiowá de Apika´y en el estado de Mato Grosso do Sul. En julio del año
pasado, esta comunidad fue desalojada a la fuerza de sus tierras ancestrales. Esto
se realizó sin haber sido consultados ni ubicado opciones para una reubicación. A
pesar de que había recibido notificación del desalojo, no había sido consultada ni
se le habían dado opciones de reubicación. Las familias de Apika´y quedaron
viviendo en los márgenes de una autopista, con acceso limitado a agua y
alimentos.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos dictó medidas cautelares en
favor de las comunidades ayoreo totobiegosode que vivían en aislamiento
voluntario, y pidió a Paraguay que las protegiera frente a terceros que intentaban
acceder a sus tierras ancestrales. L a comunidad yakye axa seguía sin poder
acceder a sus tierras a pesar de que una sentencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos había ordenado al gobierno construir una vía de acceso. El
CERD pidió a Paraguay que redoblara sus esfuerzos para cumplir efectivamente la
sentencia de la Corte. El caso relativo a la propiedad de las tierras expropiadas a la
comunidad sawhoyamaxa seguía pendiente al terminar el año.

Por otra parte, en Bolivia varios líderes de pueblos indígenas amazónicos y el


Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB) denunciaron que no se
estaba garantizando el consentimiento libre, previo e informado para proyectos de
prospecciones petrolíferas en territorios indígenas. Asimismo, en Venezuela la
aprobación para la puesta en marcha de proyectos se concedía sin consultar con
las comunidades indígenas de la zona ni obtener su consentimiento libre, previo e
informado siendo la región meridional de Venezuela conocida como el Arco Minero
el lugar donde se presentan las mayores violaciones debido a que allí se realizan
los proyectos más grandes.

En Colombia, la actuación legislativa estuvo orientada a producir instrumentos


normativos que condicionaban gravemente el derecho de los pueblos indígenas.
Así, podemos ver que la Corte Constitucional del mencionado Estado se vio en la
obligación de decretar la inconstitucionalidad de la legislación que estipulaba que
no se aceptarían reclamaciones de restitución de tierras en las áreas denominadas
Proyectos de Interés Nacional y Estratégicos (PINES). Por otro lado, en Perú aún
existen situaciones de impunidad pues no se ha procesado a ninguno de los
funcionarios responsables en la escalada del conflicto en los enfrentamientos con
las fuerzas de seguridad que habían tenido lugar en 2009.

Ecuador también incurrió en estas prácticas al realizar una serie de actos de


violencia y hostigamiento a través de las autoridades contra el pueblo indígena
shuar por su oposición a un proyecto minero en Morona Santiago, el gobierno
declaró el estado de emergencia en la zona y detuvo al presidente de la Federación
Interprovincial de Centros Shuar, Agustín Wachapá.

Urge que países de América del Sur se comprometan a poner fin estas prácticas y
a cumplir los pactos internacionales en materia de derechos indígenas, a volver
realidad los derechos y las garantías establecidas en la Declaración Americana
sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

Blanca Medina

Amnistía Internacional Venezuela

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