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MEJORA Y CONSOLIDACION DE SUELOS - INYECCIONES

1. Definición:
Las inyecciones genéricamente consisten en un conjunto de operaciones necesarias para rellenar
huecos o fisuras no accesibles en el terreno. Su objeto fundamental es mejorar las características
mecánicas del suelo (incremento de resistencia, disminución de la deformabilidad, etc.) así como la
disminución de la permeabilidad.

Las finalidades de los tratamientos de inyección pueden ser la mejora de las características
resistentes del terreno, reducir su permeabilidad, colmatar los huecos del terreno y el sellado con
estructuras.

El fluido de inyección es variable, pudiendo ser exclusivamente químico (resinas y mezclas). Las
presiones en las inyecciones convencionales no suelen sobrepasar los 50 bar.

2. Clasificación:

• Inyecciones de Consolidación
• Inyecciones de Compactación
• Inyecciones de Impermeabilización
• Inyecciones de Fracturación Hidráulica
• Inyecciones de Contacto

a) Inyecciones de Consolidación:
El método permite intervenir de forma rápida, económica y sin necesidad de mover o desmontar
maquinaria pesada, evitando interrumpir la actividad de trabajo diario de una empresa.

Las inyecciones de consolidación son las que se realizan con el objetivo de mejorar las características
portantes del terreno y reducir su deformabilidad.

Se emplean en como recalce, en túneles como mejora previa o para subsanarinstabilidades, como
consolidación de terraplenes, en cimentaciones, etc…

La técnica de inyección que se emplea generalmente es mediante tubos-manguito, que consiste en


la perforación y colocación en el terreno de unos tubos provistos de válvulas. Una vez colocados, se
sella el espacio anular tubo-terreno con una mezcla plástica. La inyección se realiza posteriormente
a través de estas válvulas, mediante la introducción de un obturador neumático. La inyección se
realiza por fases introduciendo volúmenes limitados en cada episodio. El sistema por el cual se
consigue la consolidación del terreno, es por relleno de los huecos inyectables, la fracturación de
este y la formación de “lajas” de inyección que comprimen el terreno. La actuación en un número
de fases permite la consolidación del terreno hasta el grado deseado. La ventaja de este sistema es
el control que ofrece sobre la inyección y el grado de mejora del terreno.
Esta tecnología se diseñó y utilizó principalmente para resistir el asentamiento de estructuras y
edificios; en la actualidad, la técnica de inyecciones de compactación es una solución válida para la
aplicación en situaciones como las siguientes:

- estabilizar, consolidar y recuperar cimentaciones existentes, estructuras y edificios

- consolidar suelos con baja capacidad portante

- llenar cavidades o bloqueos de suelo particularmente «abierto» o poroso.

b) Inyecciones de Compactación:
La inyección de compactación se realiza con la intención de mejorar el grado de consolidación del
terreno. Consiste en la inyección a presión de una mezcla de cemento de alta consistencia, para
formar un bulbo de inyección que comprime y compacta el terreno. Esta técnica se emplea para
recalces y mejora de terrenos.

El procedimiento de trabajo general consiste en la inyección en retirada a través de un varillaje


especifico, preparado para facilitar la autoobturación de la mezcla.

Las bombas y útiles a emplear son clave, dada la poca trabajabilidad de la mezcla empleada. Los
equipos empleados cuentan con registro de parámetros de inyección.

Esta técnica se emplea con frecuencia como una fase previa a la inyección de compensación
deasientos.
c) Inyecciones de Fracturación Hidráulica:
Desde mediados de los años setenta se ha estudiado y desarrollado en España la posibilidad de
aplicar, a través de tubos de acero equipados conmanguitos de inyección, una fracturación
hidráulica sistemática y controlada del terreno, empleando lechadas estables de cemento para
mejora mecánica de suelos de toda índole (desde granulares gruesos a arcillosos de alta plasticidad),
acompañada por movimientos no superiores a dos o tres milímetros en construcciones o servicios
existentes en el entorno de la inyección.
El proceso de inyección se efectúa a través de tubos de acero dotados de perforaciones, a intervalos
regulares de 0.33 a 0.50 m, cubiertos por manguitos de goma colocados a presión que actúan a
modo de válvulas antiretorno.

Para cada fase de inyección, la lechada fractura hidráulicamente el terreno mediante fracturas de
tracción, perpendiculares en cada momento a la menor presión normal efectiva existente en el
terreno (fig. 6.2). Estas fracturas, con empleo de mezcla estable y adecuando el caudal de inyección
a la fracturación del terreno (descenso drástico del caudal de inyección tras manifestarse, por caída
de presión, la fracturación), constituyen auténticas inclusiones de lechada en el suelo.

Al fraguar y endurecer, la lechada va introduciendo progresivamente un esqueleto de inclusiones


que rigidizan e incrementan la resistencia del terreno.

Esta vertebración del terreno se produce a través de tres procesos simultáneos:

- Consolidación de los dominios de terreno entre lenguas de lechada.


- Estructuración por inclusiones coalescentes de lechadas de cemento fraguada y
endurecida.
- Bulonado o claveteo del terreno tratado, por medio de los tubos de acero de inyección, que
quedan solidarizados al terreno.
Este sistema de inyección tiene igualmente su aplicación en rocas. En este caso en que se han
de rellenar fracturas y fisuras preexistentes, los tubos de manguito pueden acomodarse a la
inyección en roca, invalidando el conocido aforismo (por otra parte, correcto en parte) de que
es inviable la adopción de inyección de manguitos en roca, pues ‘estos no abren.

Tal aforismo es correcto si se cumplen dos condiciones que, lógicamente, deben evitarse:

- Se coloca la ‘gaine’ en toda la longitud del tubo de manguitos como si se tratase de un suelo,
en operación preliminar.
- Esta `gaine’ fraguada y rápidamente endurecida bloquea efectivamente los manguitos.

Ha de tenerse en cuenta que, en un macizo rocoso la lechada tiende a subir hacia las fracturas más
abiertas en superficie, lo que, en inyecciones ascendentes dificulta mucho la correcta inyección de
las fracturas más finas, además de ‘sellar’ al terreno cualquier obturador recuperable que sufra el
‘by-pass’ de la lechada.

La inyección por fases descendentes, con obturadores perdidos (MPSP), es por ello el sistema más
adecuado para el tratamiento de mejora de los macizos rocosos diaclasados.

3. Control de la Inyección:
Los controles que deben seguirse en la ejecución de una inyección son los siguientes:

Control de la mezcla: Debe tratarse de una mezcla estable de agua, cemento y bentonita. Con ello
se evitará la sedimentación o disgregación. Una relación agua/cemento a/c = 0.5 es estable pero
excesivamente densa. Hay que utilizar, por tanto, mezclas más fluidas (generalmente en torno a
a/c=1), debiendo añadir, por ello, bentonita para estabilizarlas. En el gráfico de la figura se
muestra cómo es posible estabilizar mezclas menos densas.
Para conseguir una dispersión suficiente de la bentonita y del cemento, la mezcla ha de
prepararse en mezcladoras del tipo denominado de “alta turbulencia”.

Asimismo, deberá conseguirse una viscosidad adecuada de la mezcla.

El control del proceso de inyección se lleva a cabo midiendo continuamente los caudales (con
caudalímetro) y las presiones de inyección (con manómetro).

4. Conclusiones:
Una buena inyección se realiza de forma lenta, acomodándose al comportamiento del terreno.

Son necesarias condiciones cuasi-estáticas (1 litro/min) para el control de las presiones de inyección.
Efectivamente se ha de evitar que esta presión se vea influenciada por la energía necesaria para
impulsar un caudal mayor y, simultáneamente, se ha de evitar el cierre del manguito, que rompería
la continuidad de la lengua de lechada cuya presión se mide en el manómetro de boca de tubo.

Adicionalmente, el control de la inyección debe vigilar la admisión de lechada. Esta admisión debe
encontrarse en torno al 10% del volumen de terreno tratado. Un 20% de admisión (sin contar
lógicamente el posible tratamiento previo de inyección de cavidades), indica que se ha perdido la
lechada. Las lenguas de lechada no deben propagarse a más de 0,75-2 metros alrededor del
manguito, según profundidad y presión de inyección, para obtener un buen esqueleto de refuerzo
del terreno tratado.

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