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La sectorización se ha visto como una necesidad importante dentro de nuestra Iglesia, aunque aún no acabamos de
entender, la riqueza y renovación que significa esto para nuestras parroquias.
El documento de Puebla en el No. 632 nos dice: “En la línea de la evangelización, la parroquia presenta una doble
relación de comunicación y comunión pastoral: en nivel diocesano, las parroquias se integran en regiones, vicariatos,
decanatos; en el interior de si mismos. La pastoral se diversifica según los diferentes sectores y se abre a la creación de
comunidades menores”
Así mismo el documento de Sto. Domingo dice: “Hay que revisar y redimensionar las estructuras para que se adecúen a
la nueva Evangelización” así mismo nos habla de “Renovar las parroquias a partir de estructuras que permitan
sectorizar la pastoral mediante pequeñas comunidades eclesiales en las que aparezca la responsabilidad de los fieles
laicos.
En este proyecto misionero y pastoral de SINE, sugerimos estructurar la parroquia con la lógica de la estructura católica: a
nivel universal la Iglesia se organiza en Diócesis y Congregaciones Romanas; la Diócesis a su vez, se organiza en Parroquias
y Secretariados diocesanos de pastoral. A nivel parroquial seguimos los mismos criterios: la Parroquia se organiza así
en Sectores y ministerios.
La renovación de la parroquia, para que pueda realizar su misión integralmente, debe tener como primera medida
la sectorización en dos dimensiones: Territorial y ministerial y poder combinar lo territorial con lo pastoral y funcional,
donde se de todo a todos y algo a algunos, la tarea global con las acciones especializadas.
DIVISIÓN FÍSICA: Sugerimos hacer la sectorización de acuerdo a los siguientes criterios:
En sectores, sub-sectores y calles, con un número de familias en cada uno de alrededor de 500, 100 y 20. División ideal
en múltiplo de cuatro, porque se necesitan tener reuniones mensuales de Sector. Aprovechar los conglomerados
humanos que ya se reconocen entre si (barrios, colonias, fraccionamientos, etc).
Los criterios para cómo y dónde hacer la división entre los diversos sectores, varía según el tipo de parroquia de que se
trate, si es parroquia urbana; tomar en cuenta avenidas anchas, periféricos, viaductos que a veces dividen notablemente
la población; si es parroquia rural, además del número de familias hay que tomar en cuanta las distancias, los ríos, las
montañas, los abismos que se atraviesan, etc. que dividen las familias.
En algunas parroquias tienen diferentes clases sociales desde la más alta hasta la más miserable, también hay que
tomarlo en cuenta cuando hay que dividir para lograr grupos más homogéneos que nos permitan agilizar este trabajo.
RESPONSABLES: Un responsable pastoral de sector, algunos coordinadores de sub-sector, y muchos visitadores dándoles
a cada uno de 10 a 20 familias.
El párroco nombra al responsable pastoral de sector o jefe de sector, y éste selecciona a los coordinadores de sub-
sectores y escoge los visitadores entre las personas evangelizadas de su propio sector. Recién terminado el curso de
Pastoral de Seguimiento todos tendrán una tarea semanal de visiteo sectorial.
La sectorización o división geográfica es el punto de partida de la renovación de la parroquia, en vista de la realización
integral de su misión a través del visiteo integral permanente, es preciso entender porque y para que son los sectores:
ARTICULA TODO: El sector debe dar todo a todos y por eso debe articular los procesos que conlleva la propuesta
de la vida cristiana; comenzando por enviar un visitador, y desde la respuesta al anuncio kerigmática, dar
continuidad al proceso, casas abiertas, casa de preparación y verificación, retiro de evangelización, pastoral de
seguimiento, comunidades, catequesis. Apostolado, vida sacramental, etc. En cuanto a servicios y necesidades
específicas, es el sector a través de su visiteo integral permanente el que los articula: niños, enfermos, jóvenes,
ancianos, drogadictos, necesitados, etc.
Para dividir geográficamente una parroquia en sectores es necesario contar con un mapa detallado de la parroquia, se
puede tomar una foto aérea, donde se perciban todos los detalles del territorio parroquial, con sus límites bien definidos,
el conteo de las casas, incluyendo las vacías y terrenos. Llevar a cabo un censo muy global para conocer cuántas familias y
qué tipo de familias viven ahí.
La sectorización no tendrá la plenitud de desarrollo sino es por el trabajo del visitador integral permanente.
Todo visitador debe estar evangelizado, en comunidad, y dar un diezmo de su tiempo laboral, unas 4 horas a la semana
mínimo, en su trabajo apostólico para la extensión del Reino de Dios.
El responsable pastoral de sector asigna a todos, primero un trabajo de visiteo sectorial, él entrega individualmente a
cada evangelizado, las familias que se le asignan para visitar, con nombre y domicilio. Este visiteo ordinariamente se
hace de uno en uno y no de dos en dos como en las misiones intensivas. De otra manera se reduce a la mitad el equipo, y
a veces las dos personas no coinciden en el día y la hora para visitar.
Todo lo que haga el visitador será escrito en un cuaderno de registro de visitador, en cada cuaderno estarán los datos de
sus 20 familias, y lo que ha logrado hacer al visitarlas.
C A T E Q U E S I S:
Escuela de Formación en la Fe, de 3 a 14 años
Catequesis pre-sacramentales mejor llevadas
LITURGIA: Promover Liturgias de la Palabra y Asambleas de Oración, piedad popular evangelizada y purificada.
ACCIÓN SOCIAL – PROMOCIÓN HUMANA INTEGRAL:
Asistencial de forma provisoria para urgencias, idealmente a cambio de un servicio comunitario.
Promocional para fomentar la autosuficiencia, y para que se vayan bastando a sí mismos: educación,
entrenamiento y capacitación.
Micro-estructural formando en el lugar la comunidad territorial organizada auto-determinante política y
económicamente
MINISTERIOS ESPECIALES: informar, motivar, conectar y acompañar:
FAMILIA, JÓVENES, ENFERMOS Y REHABILITACIÓN
Hay que saber bien lo que hace el visitador en las visitas, y cómo reportar por escrito en su cuaderno, y los informes que
debe estar dando al responsable de Sector. Y luego el informe detallado del responsable del sector al consejo
parroquial cada dos meses en donde se entera lo que esta sucediendo en el sector. El párroco debe ser cabeza de ese
cuerpo eclesial local que es la parroquia, y no sombrero sobrepuesto; debe ser chofer del vehículo que lleva la dirección,
el acelerador y el freno en caso necesario, y no agente de tránsito que está fuera, diciendo permitido o prohibido.
Hasta que la parroquia lleva esta misión y pastoral sectorial con su visiteo integral permanente realmente bien y
completo nuestro Sistema no funciona, y se llevan acciones sueltas, dispersas, paralelas o divergentes. Sólo a través del
sector se cumple la Integralidad y la integración de todo y de todos.
171. Todos los miembros de la comunidad parroquial son responsables de la evangelización de los hombres y mujeres
en cada ambiente. El Espíritu Santo, que actúa en Jesucristo, es también enviado a todos en cuanto miembros de la
comunidad, porque su acción no se limita al ámbito individual, sino que abre siempre a las comunidades a la tarea
misionera, así como ocurrió en Pentecostés (cf. Hch 2, 1-13).
172. La renovación de las parroquias, al inicio del tercer milenio, exige reformular sus estructuras, para que sea una red
de comunidades y grupos, capaces de articularse logrando que sus miembros se sientan y sean realmente discípulos y
misioneros de Jesucristo en comunión.
Desde la parroquia, hay que anunciar lo que Jesucristo “hizo y enseñó” (Hch 1, 1) mientras estuvo con nosotros. Su
Persona y su obra son la buena noticia de salvación anunciada por los ministros y testigos de la Palabra que el Espíritu
suscita e inspira. La Palabra acogida es salvífica y reveladora del misterio de Dios y de su voluntad. Toda parroquia está
llamada a ser el espacio donde se recibe y acoge la Palabra, se celebra y se expresa en la adoración del Cuerpo de Cristo,
y, así, es la fuente dinámica del discipulado misionero. Su propia renovación exige que se deje iluminar siempre de nuevo
por la Palabra viva y eficaz.
173. La V Conferencia General es una oportunidad para que todas nuestras parroquias se vuelvan misioneras. Es
limitado el número de católicos que llegan a nuestra celebración dominical; es inmenso el número de los alejados, así
como el de los que no conocen a Cristo.
La renovación misionera de las parroquias se impone tanto en la evangelización de las grandes ciudades como del
mundo rural de nuestro continente, que nos está exigiendo imaginación y creatividad para llegar a las multitudes que
anhelan el Evangelio de Jesucristo. Particularmente, en el mundo urbano, se plantea la creación de nuevas estructuras
pastorales, puesto que muchas de ellas nacieron en otras épocas para responder a las necesidades del ámbito rural.
COMENTARIOS A ESTOS NUMEROS DE APARECIDA
La parroquia: Comunidad de comunidades. Aquí se recoge una definición de parroquia presentada en un documento anterior, y que
concibe la parroquia, más que como un determinado territorio, como una “Comunidad” que a su vez está formada por “diversas
comunidades”.
La comunión, de la que hemos hablado en números anteriores, tiene otro modo de concretizarse: en la vida parroquial. Es fácil
descubrir como en las parroquias hay diversidad de “comunidades”, en unas más que otras, pero todas con un mismo fin: llevarnos a
la vivencia de fe cristiana. Nos referimos a los diversos grupos parroquiales, pastorales, ministerios, comunidades, movimientos,
asociaciones, institutos… presentes en la parroquia. Uno que vive dentro de la parroquia habrá experimentado dificultades para
coordinar el trabajo con estas diferentes realidades; algunas veces es palpable cierta rivalidad o crítica de unos con otros, -que en el
fondo se deriva de la falta de conversión- pero se trata se superar todo esto para ver el desafío que tenemos todos por delante: “ ser
responsables de la evangelización de los hombres y mujeres en sus ambientes”.
La comunidad parroquial tiene una singular importancia: “en ella viven y se forman los discípulos misioneros de Jesucristo”. Es
importante dar el lugar que tiene la parroquia, que de modo especial se visualiza en Domingo, donde la gran comunidad escucha al
Señor y celebra su memorial. Superar también dentro de la Iglesia nuestros particularismos: antes que pertenecer a tal o cual
comunidad o movimiento somos una única Iglesia, redimida con la sangre de Jesucristo.
Una llamada de los obispos reunidos en Aparecida va en este sentido: impulsar la “renovación misionera de las parroquias” para
conseguir que: que sus miembros se sientan y sean realmente discípulos y misioneros de Jesucristo en comunión. Conseguir esto
no es tarea fácil. Cada uno se aferra a sus propias convicciones. En lo personal creo que vale la pena aceptar este reto, y a esto se
dirige el blog –conocer el texto de Aparecida y ofrecer algunos comentarios- insistir “con ocasión o sin ella” –como dice san Pablo-
sobre esta urgencia pastoral: que todos los bautizados nos sintamos y lo seamos, en la medida de nuestras capacidades, “discípulos y
misioneros” de Jesucristo, para que nuestros pueblos en Él tengan vida.