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Música del Clasicismo

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Clasicismo

Orígenes musicales Música galante (1740-1770)

Orígenes culturales Clasicismo europeo

Instrumentos comunes Piano, violín, clarinete, etc.

Popularidad Segunda mitad del siglo XVIII

Fusiones

Neoclasicismo del siglo XX

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Clasicismo es el estilo de la música culta europea desarrollado aproximadamente


entre 1750 y 1820 por compositores como Joseph Haydn, Wolfgang Amadeus
Mozart y Ludwig van Beethoven. Coincide con la época cultural y artística (en la arquitectura,
la literatura y las demás artes) hoy denominada Neoclasicismo. Tuvo sus grandes centros de
difusión en Berlín, París, Mannheim y, sobre todo, Viena. Se caracteriza por la claridad de las
texturas, la simetría de las frases, la consolidación de la tonalidad plena y el establecimiento
de las formas musicales clásicas (sinfonía, sonata, cuarteto...).

Denominación[editar]
Mientras que las restantes artes redescubrían y copiaban en esta época los antiguos modelos
grecorromanos, los muy escasos restos musicales conocidos de la música de la
Antigüedad eran insuficientes para basarse en ellos, por lo que el clásico es un estilo musical
nuevo.
Por esta misma razón, la denominación música clásica nunca se usó para la música
grecorromana, prácticamente desconocida, y comenzó a ser utilizada por los románticos para
nombrar a la música de la época que les precedió, esta de la segunda mitad del siglo XVIII;
luego, por extensión, el nombre fue usado para toda la música culta occidental anterior al siglo
XX.
Estética y características generales[editar]
El siglo XVIII fue el de la Ilustración, y su estética se trasladó al estilo musical: gusto por lo
natural, lo equilibrado y lo claro; rechazo del artificio y el exceso de sofisticación de la música
barroca; imitación de la naturaleza, en forma de estructuras simples y frases simétricas
similares a las de la música folclórica; en la ópera, verosimilitud y cercanía al espectador de
los argumentos, e integración íntima del drama y la música.
Además el público de la música culta se extendió de la vieja aristocracia a la pujante
burguesía, que compraba masivamente ediciones de partituras y llenaba los teatros de ópera
y de concierto, lo que impulsó a los compositores a acercar su estilo a lo popular. La difusión
de la música aumentó y se internacionalizó, y con ella la fama de los compositores más
destacados, de modo que el estilo se unificó en toda Europa y los autores más conocidos
hicieron frecuentes giras por las principales capitales del continente.

MENÚ

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Molto allegro (I) de la Sinfonía no. 40 de Mozart. Con forma sonataglobal, los once primeros segundos
ejemplifican la típica melodía acompañada y simétrica del Clasicismo.

Como consecuencia de todo ello las características principales de la música del Clasicismo
son:

 Uso de la textura de melodía acompañada, consistente en el predominio de la voz más


aguda, que centra el interés en su melodía, mientras el resto de instrumentos la
acompañan; sólo en ocasiones se usa la homofonía o la polifoníaimitativa. El
acompañamiento es ya escrito explícitamente (desuso del bajo continuo).
 Melodías de un mayor carácter cantabile y simétricas, con frases estructuradas en
antecedente y consecuente (o pregunta y respuesta), que típicamente se cierran en las
armonías de dominante y tónica, respectivamente.
 Armonías muy claras y funcionales, basadas en los acordes de tónica, dominante y
subdominante, que estructuran las frases y la forma musical con cadencias muy claras. El
ritmo armónico (velocidad a la que cambian los acordes) suele ser más lento que en el
Barroco: es típico el acompañamiento arpegiado llamado bajo de Alberti en el piano, o el
trémolo en el acompañamiento orquestal.
 Se escribe mucha más música en modo mayor (más alegre) que en modo menor. Se
amplía el campo de las modulaciones y se usan tonalidades cada vez con más
alteraciones.
 Compás muy claro y regido también por la armonía.
 Se amplía la orquesta y su rango dinámico. Cada vez se escribe en detalle una mayor
variedad de dinámicas y articulaciones, dejando menos espacio a la interpretación del
ejecutante.
 Se usan formas estandarizadas (en particular la llamada forma sonata) pero con gran
interés y variedad en la estructura interna de la música. Es en este periodo cuando se
definen claramente las formas y estructuras en las que se basa la música culta occidental
casi hasta nuestros días: la sonata, la sinfonía y el concierto clásico.
Periodos y autores de la música del Clasicismo[editar]
Véase también: Anexo:Compositores del Clasicismo

Johann Christian Bach, hijo de Johann Sebastian Bach, retratado por Thomas Gainsborough, 1776.

Los estilos preclásicos[editar]


A mediados del XVIII convivieron diversas corrientes musicales. El Rococó o estilo galante,
ejemplificado por Johann Christian Bach (hijo de Johann Sebastian Bach y conocido como el
Bach de Londres), se caracterizó por el paso de las texturas complejas a melodías claras con
acompañamientos sencillos, y la creación de estructuras formales bien definidas con
secciones claramente articuladas: una fusión de la claridad formal de la música francesa con
las innovaciones armónicas y estructurales del estilo italiano, como las del sinfonista
milanés Giovanni Battista Sammartini. En Alemania surgió el Empfindsamer Stil o estilo
sentimental, que buscaba la expresión directa y natural de sentimientos, y que
practicaron Wilhelm Friedemann Bach y Carl Philipp Emmanuel Bach (el Bach de Berlín), hijos
ambos también de Johann Sebastian.
Una de las figuras decisivas en la fijación de la forma sonata fue el compositor
italiano Domenico Scarlatti. El estilo de sus obras era innovador porque utilizaba estructuras
claras, y melodías con acompañamientos cada vez más comprensibles para el oyente. Otro
compositor influyente fue Christoph Willibald Gluck, reformador operístico que pretendió volver
a una fusión de música y texto, restándole importancia a la improvisación de ornamentostípica
del bel canto y atendiendo más a la modulación como forma de articular las escenas
dramáticas.
En el campo sinfónico fue fundamental la aportación de la Escuela de Mannheim, cuya
orquesta de corte estuvo en la vanguardia de la técnica orquestal (cambios dinámicos
espectaculares, introducción de los clarinetes...). A esta escuela pertenecieron Johann
Stamitz, Franz Xaver Richter, Carl Stamitz, Franz Ignaz Beck y Christian Cannabich.
1750 a 1775[editar]

Joseph Haydn, retratado por Thomas Hardy, 1792.

Para la década de 1750 las formas instrumentales como el concierto y la sinfonía(ésta


originalmente la mera obertura de las óperas) habían ganado la suficiente fuerza como para
ser interpretadas independientemente de la música vocal, y tenían gran aceptación en las
cortes.
El compositor del momento era Franz Joseph Haydn. Además de escribir sinfonías de
estructura claramente clásica, escribió sonatas para pianoforte, el nuevo instrumento de
teclado en plena fase de perfeccionamiento y que permitía mayores capacidades expresivas.
Fue considerado también el gran creador del cuarteto de cuerda, pues sus obras para esta
formación, de gran refinamiento melódico y armónico, dieron una importancia similar a los
cuatro instrumentos y fijaron la forma, lo que contribuyó a que el cuarteto quedase establecido
hasta nuestros días.
Hacia 1770 surgió el estilo llamado Sturm und Drang, inspirado en una especie de
protorromanticismo literario del mismo nombre que podemos ejemplificar en el Werther de
Goethe, y que en música produjo obras sinfónicas de ambiente trágico y apasionado, casi
todas en modo menor, como algunas sinfonías de Haydn y C.P.E. Bach.
1775 a 1790[editar]

Wolfgang Amadeus Mozart, en retrato póstumo de Barbara Krafft, 1819.

El centro de gravedad de la música europea se situó en Viena, donde un joven compositor


comienza a revolucionar la ópera y el concierto: Wolfgang Amadeus Mozart. Aunque se basó
en los aportes de Haydn, Mozart prefería melodías más cantables, al estilo italiano. Además
en sus obras se aprecian más cromatismos y otras modificaciones armónicas. En cuanto a la
instrumentación, utiliza más variedad de instrumentos, en ricas combinaciones tímbricas.
En la década de 1780 Muzio Clementi adquiere prestigio con sus sonatas y estudios para
piano. Este compositor incentivó la extensión de la tesitura del instrumento, entre otras
modificaciones que brindaron nuevas posibilidades. Similar papel jugó para
el violonchelo Luigi Boccherini, italiano afincado en España.

Beethoven y el paso al Romanticismo[editar]


Ludwig van Beethoven, retratado por Joseph Karl Stieler, 1820.

Una nueva generación de compositores formada por Johann Nepomuk Hummel, Luigi
Cherubini, Gaspare Spontini, Gioachino Rossini y Ludwig van Beethoven comenzó a cobrar
importancia. Formalmente, la sección de desarrollo de la forma sonata se hizo cada vez más
compleja. También se complicaron los acompañamientos para crear texturas más ricas, y la
armonía se volvió más flexible y elaborada. El piano ocupó un lugar central. Beethoven fue el
que produjo los cambios más profundos en el estilo y por ello es considerado el responsable
de la transición hacia el periodo romántico. Sus principales aportes fueron las innovaciones
armónicas, y la búsqueda de una mayor expresividad. También fue un pionero en cuanto a la
orquestación de sus sinfonías, ya que utilizó muchos instrumentos que no formaban parte de
la orquesta y esto impulsó la ampliación de la misma.

Las formas musicales del Clasicismo[editar]


En este periodo se establecen las principales formas musicales vigentes hasta entrado el siglo
XX, y las estructuras que las rigen; entre estas estructuras se destaca la llamada forma
sonata, implementada en los primeros movimientos de la mayoría de las formas musicales del
momento (sonata propiamente dicha, cuarteto,sinfonía, etc.).

Formas instrumentales[editar]
Artículo principal: Sonata

Las formas instrumentales del Clasicismo reciben su nombre según el conjunto al que están
destinadas:

 La sonata está escrita para un instrumento solista (generalmente el piano), o bien para
piano y un segundo instrumento (violín, flauta, etc.).
 El trío, el cuarteto, el quinteto... denominan a obras escritas respectivamente para tres,
cuatro, cinco... instrumentos. Entre estas combinaciones quedan fijadas algunas plantillas,
como la del cuarteto de cuerda o el quinteto de viento.
 La serenata, el divertimento y la casación suelen estar escritas para un conjunto de
tamaño medio (pequeña orquesta de cuerdas, banda de viento), para ser interpretados al
aire libre.
 El concierto está escrito para un instrumento solista y orquesta.
 La sinfonía es una obra escrita para orquesta sinfónica.
L'orchestre de l'Opéra, cuadro de Edgar Degas, 1870.

Todas estas obras son estructuradas de modo similar, tomando como modelo la sonata. Tiene
esta tres o cuatro movimientos:

 En el primero se sigue un esquema con tres partes: primero una exposición en la que el
compositor nos presenta dos temas, uno enérgico, en la tonalidad principal, y otro más
melódico, en la dominante o el relativo mayor. En segundo lugar, el desarrollo, en el que
se establece un conflicto entre los dos temas, que son fragmentados, transportados,
variados... Finalmente la reexposición, en la que la tensión armónica se resuelve al volver
a escucharse los temas iniciales en la misma tonalidad.
 El segundo movimiento, lento, suele ser más melodioso, utilizándose la forma lied, de
estructura ternaria y carácter lírico.
 El tercer movimiento tiene un carácter más desenfadado, generalmente en forma
de minueto, danza de origen francés, o de scherzo (en el caso de Beethoven).
 En el cuarto movimiento se adopta casi siempre la forma rondó, que alterna un tema
principal a modo de estribillo, en la tonalidad principal, con episodios en otros tonos.
En la sonata propiamente dicha los compositores solían prescindir a veces de alguno de los
cuatro movimientos canónicos, a su elección. El concierto nunca tiene minueto, quedando por
tanto estructurado siempre en sólo tres movimientos. Los divertimentos y serenatas, por el
contrario, solían ampliar la secuencia habitual con algún movimiento suplementario.
Si bien la mayoría de los instrumentos sinfónicos ya existían desde el Barroco, muchos de
ellos cambian y se adaptan a los nuevos requerimientos estilísticos y de composición de la
época: así, los de viento aumentan el número de agujeros y llaves para adaptarse a las
tonalidades con muchas alteraciones. Algunos instrumentos que surgen en este periodo son el
pianoforte, el arpeggione y el clarinete, mientras pierden vigencia casi hasta su extinción la
viola da gamba, el clavicordio, la flauta dulce (que volverá a renacer en el siglo XX), el bajón y
el laúd, entre otros. El fortepiano se impuso sobre el clave de tal forma que pasó a ocupar un
lugar central en la música de cámara e incluso en los conciertos solistas.
Este es un periodo clave también para la orquesta porque se configura la orquesta sinfónica
como tal, por influencia de Mozart, Haydn y la escuela de Mannheim. De la orquesta de
cámara heredada del Barroco se mantiene la sección de cuerdas como base, aunque esta es
ampliada en número y suele complementarse con al menos un par de oboes y de trompas. Al
avanzar el siglo queda fijada la sección de instrumentos de madera a dos: dos flautas
traveseras, dos oboes, dos clarinetes y dos fagotes. La sección de metal solía incluir entre dos
y cuatro trompas, dos trompetas (con timbales) y, ocasionalmente, uno o varios trombones. Se
abandona la práctica del bajo continuo, y con ello el clavecín en la orquesta, salvo para los
recitativos operísticos.

Las formas vocales[editar]

Manuscrito del Requiem de Mozart: inicio del Lacrimosa.

La ópera[editar]
Artículo principal: Ópera

Ya desde inicios del siglo XVIII se había convertido en un fastuoso espectáculo de corte, a
través del cual los monarcas y aristócratas exhibían su esplendor. Los temas se referían a la
mitología y representaban grandes tragedias lírico-heroicas, montadas con gran aparato: era
la llamada ópera seria, cantada en italiano.
Por el contrario, las clases sociales menos favorecidas contaban con su propio teatro musical,
la ópera buffa, pequeñas actuaciones satírico-burlescas. De breve duración y argumento
simple, recurren a la expresión directa en lenguaje coloquial y se sirven de dos o tres
personajes solamente, reduciendo al máximo los elementos musicales, en los que desde
luego están ausentes los coros y cobra la mayor importancia la melodía popular de fácil
construcción. La ópera buffa ganó importancia y nivel artístico durante el Clasicismo, y
aparecieron además versiones nacionales, escritas en la lengua local y con diálogos en lugar
de recitativos, como el Singspiel en Alemania, la zarzuela en España y la opéra-comique en
Francia.
La música religiosa[editar]
Un gran número de compositores siguió adscrito al servicio de la Iglesia, y continuaron
escribiendo por tanto formas religiosas como la misa y el motete, en general para orquesta,
coro y solistas, y en un estilo deliberadamente arcaico. Un ejemplo muy conocido de este
género es el Réquiem de Mozart.

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