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VALOR PROBATORIO DEL DOCUMENTO ELECTRONICO (+)

Después de haber explorado los capítulos precedentes los fundamentos teóricos y


las bases legales sobre la documentación electrónica, se hace indispensable introducirse
al análisis de la valoración de los mismos, por tal razón el presente tema conforma la
columna vertebral de esta investigación ya que en el mismo se profundizará sobre los
medios que tienen los operadores de justicia para darle legitimidad a este tipo de
pruebas, y más preciso en relación al documento electrónico, dado que su estudio
permitirá precisar el valor que, como prueba, puede llegar a tener dicha herramienta
ante el juzgador.

Con respecto al documento electrónico se puede decir que tiene valoración


jurídica y probatoria, siendo competencia y responsabilidad de los jueces el evaluarla y
darles el valor y eficacia jurídica que las normas establecen. En Venezuela desde el año
2001, se promulgó la Ley de Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas comprobando la
eficacia probatoria de tales herramientas de intercambio de información haciéndolos
jurídicamente transcendentes a la administración de justicia, permitiendo apreciarlos y
valorarlos para garantizar el cumplimiento de las obligaciones asumidas mediantes
dichos instrumentos.

El compromiso de la averiguación del tema planteado dentro de la prueba, se


ajusta al juez para su análisis amplio y es así como se llega directamente a los
diferentes procedimientos permitidos para la valoración de la misma, que deberán ser
usados al momento de que se encuentre en este punto, por consiguiente, se presentan
algunos inconvenientes ya que existe la posibilidad de que se tengan que valorar
mediante el procedimiento legal de la sana crítica o también que deba ser
responsablemente encaminada hacía otro método, el cual no pueda simplemente
evitarse.
Evidentemente, al momento de valorar una prueba se deberá tener en cuenta la
certeza del método electrónico usado para crearlo, sin ir mas lejos, se debe verificar su
valor probatorio o particularmente debe constatarse que el instrumento electrónico es
tan seguro como el procedimiento tradicional. Asimismo se debe mantener la adecuada
durabilidad del archivo y la escritura exacta de todo el mensaje, así como la
identificación de la autoría y cualquier información destacada que se pueda estimar
importante. Como es un documento privado, su eficacia y validez obedecerá
especialmente a la legitimidad que presente el documento, además que el mismo
presente firma lo que produce seguridad sobre la confianza del documento.

Todo lo anterior nos lleva al planteamiento de uno de los principales problemas


que se han originado en este campo, y que es el siguiente: La fiabilidad judicial en los
medios informáticos pueden apoyarse en la particularidad de que poseen procedimientos
de control para evitar omisiones, cuya articulación debe ser comprobado en caso
necesario. La inalterabilidad y el carácter imborrable de los datos son requisitos que
responden evidentemente a exigencias de la confiabilidad de la información.

Cabe agregar, que la prueba documental, en este caso electrónica, siempre causará
la creencia de ser completamente falsa, ya que desde un principio no se podrá tener
certeza de su veracidad y autenticidad. Esto sucede a menudo cuando los documentos
son transferidos mediante redes de comunicación por Internet y se debe al desarrollo
de la tecnología, a ello se adhiere la desconfianza de muchas personas sobre las
informaciones obtenidas de la Web.
Es preciso señalar, que la prueba documental, en este caso digital, siempre causará
la creencia de ser completamente fraudulenta, ya que desde un principio no se podrá
tener evidencia de su confianza y autenticidad. Esto ocurre frecuentemente cuando los
documentos son transferidos mediante servicios de comunicación por Internet y se
debe al progreso de la tecnología, a ello se une la inseguridad de muchos ciudadanos
sobre las informaciones logradas de la Web.
Para Jurado, A (2011), el valor probatorio de los documentos electrónicos, de
conformidad con lo establecido en la Ley sobre Mensajes de Datos y Firmas
Electrónicas (2001), será de “plena prueba” como elementos de convicción valorable
conforme a las reglas de la sana crítica o tendrán el valor de simple indicio, el mismo
autor señala los recursos de convicción a lo que están supeditado la validez de los
documentos digitales:
a.- El documento electrónico que esté asociado a una firma electrónica
debidamente certificada por un Proveedor de Servicios de Certificación conforme a lo
establecido en la Ley sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas (2001), tendrá la
misma validez y eficacia probatoria que la Ley otorgue al documento que contiene una
firma autógrafa, es decir, hace plena prueba entre las partes.
b.- El documento electrónico al cual esté asociado una firma electrónica validada
por un certificado electrónico de firma emitida por un Proveedor de Servicios de
Certificación no acreditado ante la Superintendencia de Servicios de Certificación
Electrónica o al cual esté asociado simplemente una firma electrónica no certificada,
constituirá un elemento de convicción valorable conforme a la regla de la sana crítica.
c.- El documento electrónico no asociado a una firma electrónica, solo tendrá el
valor de un indicio, por lo que debe ser acompañado de otros medios de prueba que
sustenten los hechos contenidos en el mensaje de datos.
No obstante, en los documentos electrónicos, la firma no es la única manera de
confirmar la autoría del documento, ya que con respecto a los que no tengan suscripción
podría hablarse de la demostración de la autoría por la exclusividad del uso del recurso
técnico usado para la elaboración y transmisión del documento electrónico, sistema que
aunque complicado, permite la posibilidad que los mismos puedan ser utilizados como
pruebas

Equivalencia funcional

Según el autor Jurado, A. (2011) sobre el tema de equivalencia funcional dice:

El principio de equivalencia funcional se orienta hacia la


afirmación según la cual el contenido de un documento electrónico surte
los mismos efectos que el contenido de un documento en soporte papel.
Por ejemplo, la función jurídica que cumple la instrumentación mediante
soportes documentales en papel y firma autógrafa respecto de todo acto
jurídico, lo cumpla igualmente la instrumentación electrónica a través de
un mensaje de datos (p.56)

Al respecto Rico (2005) expone que:

De acuerdo con los postulados de este principio, los efectos que


produce un documento contenido en un soporte de papel, con la firma
autógrafa de su emisor, los producirá su homólogo en soporte
informático, firmado electrónicamente. La equivalencia funcional,
permite aplicar a los mensajes de datos un principio de no discriminación
respecto de las declaraciones de voluntad, independientemente de la
forma en que hayan sido expresadas, de este modo, los efectos jurídicos
deseados por el emisor se producirán con independencia del soporte
donde conste la declaración (p.76).
Al mismo tiempo es fundamental señalar, que el valor jurídico de los mensajes de
datos es comprobado en la Ley de Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas (2001) en
el artículo 2, que lo conceptualiza como toda información inteligible en formato
electrónico o similar que pueda ser almacenada o intercambiada por cualquier medio.

De igual forma, otro de los elementos sobresalientes sobre la materia de estudio


es el de la neutralidad tecnológica, determinada en la exposición de motivos de la citada
Ley de Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas (2001), referida a que la misma no se
inclina a una determinada tecnología para las firmas y certificados electrónicos, sino
que respeta y es flexible al abarcar tantas tecnologías ya existente como las que estén
por existir, cuya finalidad es evitar posibles obsolescencias legales.

Fortaleza Probatoria de los Documentos


Con relación a la fuerza probatoria de los documentos y de acuerdo con la
doctrina de los autores más notables (Echandia, Romberg y Guasp, Carnelutti, Alsina,
Liebman), estos teóricos la definen como “cosas” de representar en un acto procesal o
un hecho jurídico notorio. Los mencionados teóricos están de acuerdo con el concepto,
que documento es toda cosa que sirve de prueba histórica indirecta y representativa de
una acción. Asimismo están de acuerdo al indicar que un medio de prueba son las
herramientas que proporcionan al Juez el saber y la fuente de la prueba como el testigo,
el confesante, el documento y la cosa que sirve de demostración lo que comprende el
elemento personal y material de la prueba, en otras palabras la adquisición de la prueba.
Por consiguiente que si se, trata de verificar un contrato y se argumenta un medio de
prueba documental escrito, el acto a probar se supone de los hechos relatados en ese
documento.

Ahora, con referencia a la fuerza probatoria de los documentos, interpretado el


documento como un medio de prueba indirecto, real, objetivo, histórico y
representativo; en ocasiones declarativo por contener una declaración o un acto de
voluntad realizado extra procesalmente, se está en presencia de una prueba de segundo
grado contenida en una cosa o en un objeto que sirve para representar un acontecimiento
cualquiera. El documento no representa un verdadero elemento de prueba en significado
material, sino formal, por lo que atendiendo a este carácter formal, se le debe
considerar, para todo efecto procesal, como medio de prueba autónomo. El documento
no es la declaración de voluntad, sino la representación de la declaración de voluntad.
La declaración es un acto; el documento es objeto.
Se observa que no todo documento consiste en un escrito, pero la cosa que lo
contenga representativamente, es aceptada generalmente como documento, tal sería el
caso desde principios de siglo, cuando se aceptó como documento la fotografía, el
fonógrafo y la cinematografía, aceptados por autores como Carnelutti y Couture. Al
decir que es representación y califica la prueba fotográfica como documento
fotográfico, coincidiendo de este modo con los argentinos Lino Palacios y Hugo Alsina
que también consideran el documento como un objeto susceptible de representación. Se
puede demostrar que la mayoría de los autores sostienen el carácter representativo del
documento.
El documento escrito como el documento digital tienen los mismos riesgos de
falsificar, extravíos, destrucción y deterioro para entender mejor se dice que la base de
su eficacia probatoria esta dada por que: el documento electrónico, conformado por la
serie de datos contenidos en soporte magnético, constituye un documento en la
significado jurídico sustancial del concepto, y de ahí que se trata de un elemento de
prueba no un medio de prueba, sus impulsos electrónicos están en el soporte magnético,
como la escritura está en el soporte papel y por lo tanto los hechos registrados en el
documento electrónico , constituyen el objeto de la prueba. Se debe estar seguro y
demostrar la fortaleza o eficacia probatoria para tomarlo como elemento de prueba y así
introducirlo al proceso a través de algún medio de prueba.

Para ser mas especifico debemos partir de dos hipótesis diferentes, tomando al
documento electrónico como prueba documental, o como prueba pericial. El Dr. Lino
Palacios sostiene que "La prueba es la comprobación judicial por los medios que la ley
establece, de la verdad de un hecho del cual depende un derecho" Couture añade "que es
un medio de comprobación, de averiguación" Vale la aclaración que ello es valido para
la materia civil, la cual es distinto al procedimiento penal porque mientras en este se
representa como un método de averiguación, el procedimiento civil es un método de
comprobación o verificación de los hechos esgrimidos por las partes.

Como la prueba a través del tiempo ha sido de gran valor para resolver litigios
entre las partes, teniendo las pruebas por objeto acreditar los hechos y causas con que
se cuenta para decidir el conflicto a favor de uno de los litigantes. De igual manera se
define, medio de prueba es el acto por el cual la persona física aporta al proceso el
conocimiento de un objeto de prueba: el acto del testimonio, el acto del informe que da
el perito, el acto durante el cual confiesa, etc. Todo documento como medio de prueba
debe tener por tanto una significación probatoria, lo que no significa que su aprobación
necesariamente tenga que ser eficaz para probar el hecho que se propuso documentar y
por ende, producir en el Juez el convencimiento sobre tal hecho. Por ser importante, se
procede a analizar qué entiende la doctrina por documento, ya que como señala Téllez
J. (2007)

“Si bien es cierto que la mayoría de los medios de prueba pueden


interrelacionarse con las computadoras, es la prueba documental la que, en
última instancia, guarda un vínculo mas estrecho debido a que los soportes
magnéticos pueden ‘constar’ al igual que un documento”(p.243)

Pero se requiere del documento la existencia de una serie de requisitos para su


existencia jurídica. Así, para los documentos considerados como públicos, para su
eficacia se requiere de una serie de requisitos específicos tales como la intervención del
funcionario público autorizado para ello, en ejercicio de sus funciones y su intervención
para autorizar el acto, lo cual incluye su formación para darle esa autenticidad al hecho
del cual se refieran los otorgantes. De faltar esta formalidad, se estará en presencia de
un documento privado.
Los documentos públicos tienen una eficiencia probatoria privilegiada, debido a
que tienen dos requisitos de carácter esencial tal es la autoría publica que se traduce en
la legitimación de su autor (función documentadora) y la forma pública que en cada
ordenamiento jurídico imponga la ley. Es por razón de la forma que los documentos se
dividen en documentos públicos y privados pues todo depende de que los intervinientes
del acto estén constreñidos a cumplir con determinadas normas de forma.
Al analizar la fuerza probatoria del documento electrónico, en el desarrollo del
proceso, se puede observar que desde el punto de vista de su fuerza probatoria este
documento es débil, por lo que existe la posibilidad de desconocer la escritura o la
firma, cuando tal documento se presenta como prueba, por no presentar en sí mismo,
ninguna garantía de su origen. En el documento electrónico no existen precauciones
para impedir el hecho de una redacción falsa, tampoco existen vestigios para reconocer
el documento verdadero.
En este contexto, se encuentra que el mensaje de datos entendido como
documento electrónico también es susceptible de ser firmado e tener un titular o
creador, e igualmente, puede diferenciarse cuando un mensaje de datos es un documento
electrónico original y auténtico, en la medida que no ha sido alterado.

En año 2007 la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia en


sentencia del 24 de octubre, numero RC00769, expediente N° AA20-C-2006-
000119.Ponencia de la Magistrada Dra. Isbelia Pérez Velásquez, sobre el documento
electrónico apuntó lo siguiente:

Primeramente, debemos precisar que el documento electrónico está


previsto en la Ley sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas de 2001,
y en sentido amplio, debe entenderse como cualquier tipo de documento
generado por medios electrónicos, incluyendo en esta categoría los sistemas
electrónicos de pago, la red de internet, los documentos informáticos y
telemáticos, entre otros.
También es catalogado como un medio atípico o prueba libre, por ser
aquél instrumento que proviene de cualquier medio de informática o que
haya sido formado o realizado por éste, o como el conjunto de datos
magnéticos grabados en un soporte informático susceptible de ser
reproducidos que puede fungir como objeto de prueba y su reproducción,
independientemente de su denominación, debe ser considerada otro
documento que actúa como medio para su traslado al expediente.
Por su parte, la Ley de Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas
considera, en su artículo 2, al documento electrónico o mensaje de datos -
como también lo denomina- como “...toda información inteligible en
formato electrónico o similar que pueda ser almacenada o intercambiada por
cualquier medio...”.
Una de las características más relevantes de los documentos
electrónicos es que sus datos electrónicos se encuentran almacenados en la
base de datos de un PC o en el proveedor de la empresa; su comprobación
requerirá una ulterior reproducción o impresión del documento.
Sobre el particular, la Ley de Mensaje de Datos y Firmas Electrónicas
establece en el artículo 7 que:
“...cuando la ley requiera que la información sea presentada o
conservada en su forma original, ese requisito quedará satisfecho con
relación a un mensaje de datos si se ha conservado su integridad y cuando la
información contenida en dicho mensaje de datos esté disponible. A tales
efectos, se considerará que un mensaje de datos permanece íntegro, si se
mantiene inalterable desde que se generó, salvo algún cambio de forma
propio del proceso de comunicación, archivo o presentación…”.
Es evidente, pues, que el documento electrónico o mensaje de datos es
un medio de prueba atípico, cuyo soporte original está contenido en la base
de datos de un PC o en el servidor de la empresa y es sobre esto que debe
recaer la prueba.
En razón a esta determinación, los documentos electrónicos no pueden
ser exhibidos, por cuanto la manera en la cual son almacenados los datos
electrónicos, impide que puedan ser presentados al juicio, pues ellos están
en la base de datos de un PC o en el servidor de la empresa, razón por la
cual se está frente a la necesidad de una experticia para verificar la autoría
de los documentos que se emitan con tales características y si estos están en
poder del adversario, hasta tanto se ponga en funcionamiento la
Superintendencia de Servicios de Certificación Electrónica.

De la opinión que realiza la Sala, se deduce el reconocimiento deliberado del


documento electrónico entendido como cualquier información grabada en un soporte
informático, como seria por ejemplo el mensaje de datos a la que refiere, la Ley de
Mensaje de Datos y Firmas Electrónicas (2001)
Precisamente en este mismo capítulo se ha disertado sobre las diferentes leyes que
jurídicamente son normas en Venezuela en materia de documentos electrónicos, pero
principalmente existen dos fuentes legales que orientan el sistema probatorio relativo a
los documentos electrónicos, en primer lugar y en virtud de la especialización de la ley,
tenemos el Decreto Ley sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas (2001), el cual
remite directamente al Código de Procedimiento Civil (1990) en lo relativo al
documento y a la prueba libre.
En lo concerniente a su promoción y evacuación, establece el artículo 4 del
Decreto Ley sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas, que: “...Su promoción,
control, contradicción y evacuación como medio de prueba, se realizará conforme a lo
previsto para las pruebas libres en el Código de procedimiento Civil (1990)”.Más aun,
en el artículo 16 de esta Ley, equipara la firma electrónica a la firma autógrafa, cuando
establece en uno de sus párrafos: “… A los efectos de este artículo, la Firma Electrónica
podrá formar parte integrante del Mensaje de Datos, o estar inequívocamente asociada a
éste; enviarse o no en un mismo acto”.
Así mismo, establece el artículo 395 del Código de Procedimiento Civil (1990)
que: “...Pueden también las partes valerse de cualquier otro medio de prueba no previsto
expresamente en la ley y que consideren conducentes a la demostración de sus
pretensiones. Estos medios se promoverán y evacuarán aplicando por analogía las
disposiciones relativas a los medios de pruebas semejantes contemplados en el Código
Civil (1982), y en su defecto, en la forma que señale el juez”.
Del anterior artículo se resalta que cualquier medio probatorio es válido y
conducente para acreditar los hechos afirmados por las partes, a no ser que esté
expresamente prohibido por la Ley. En consecuencia a esta libertad de pruebas es a lo
que los teóricos han llamado la libertad de medios probatorios, lo cual permite a las
partes acreditar sus alegatos mediante cualquier medio probatorio pertinente enumerado
o no en la ley, siempre y cuando se circunscriba al criterio de la pertinencia y
conducencia o utilidad del medio de prueba propuesto.
Por ejemplo, en el ordenamiento jurídico venezolano se establece la libertad de
medios probatorios en el artículo 395 del Código de Procedimiento Civil, en el
artículo198 del Código Orgánico Procesal Penal (2012), artículo 156 de Código
Orgánico Tributario (2014)), y en el artículo 70 de Ley Orgánica Procesal del Trabajo
(2002), al determinar que las partes pueden valerse de cualquier medio de prueba no
prohibido expresamente por la ley, que consideren conducentes para demostrarla
existencia de sus hechos afirmados
En definitiva, y tal como lo ordenan las dos normas parcialmente transcritas, los
Mensajes de Datos (equivalentes a los documentos electrónicos), deberán promoverse
en juicio siguiendo las reglas sobre la promoción de documentos privados, que son al
fin y al cabo análogos a los documentos electrónicos ó mensajes de datos, como los ha
definido la ley.
Así pues, de conformidad con el contenido del Capítulo V, sección 1ª del Código
de Procedimiento Civil Venezolano vigente (1990), y entendiendo como análogos a los
documentos privados, los “mensajes de datos”, los mismos deberán ser producidos junto
con la demanda, en la contestación de la demanda, o en el lapso probatorio, en
originales o copias que deberán ser impugnadas por la parte contraria dentro de los
cinco días siguientes a su producción en juicio, o en la contestación de la demanda si
fueran producidos junto con la demanda, so pena de tenerlos por reconocidos, con la
consecuencias procesales del caso.
Igualmente son aplicables las normas sobre tacha y reconocimiento de los
documentos (438 y siguientes del Código de Procedimiento Civil y 444 y siguientes del
Código de Procedimiento Civil) que se llevará de conformidad con las previsiones
legales del Código Civil (1982) y el Código de Procedimiento Civil (1990) aplicables
analógicamente y en conjunto con la revisión del cumplimiento de los requisitos de las
Firmas Electrónicas previstos en el Decreto Ley sobre Mensajes de Datos y Firmas
Electrónicas.
Es importante resaltar que la ley procesal venezolana prevé la posibilidad de que
las partes lleven al tribunal los medios de reproducción adecuados para decodificar la
información contenida en los mensajes de datos que constituyen documentos. Esta
posibilidad está prevista en él articulo 502 y siguientes del Código de Procedimiento
Civil vigente. Esto hace posible la presentación de estos documentos ante el tribunal y
su tratamiento como tales documentos.
En lo relativo a su valoración, existe el mandato expreso de la ley especial (Ley de
Mensajes de Datos y Firma Electrónica (2001) cuya jerarquía sobre el Código de
Procedimiento Civil, debe aplicarse con relación a la materia que regula, en particular
en lo relativo a la valoración de los documentos electrónicos, que: “Los Mensajes de
Datos tendrán la misma eficacia probatoria que la ley otorga a los documentos
escritos...”. Igualmente establece dicho Decreto ley, en su artículo 6 que: “Cuando para
determinados actos o negocios jurídicos la ley exija el cumplimiento de solemnidades o
formalidades, estas podrán realizarse utilizando para ello los mecanismos descritos en
este Decreto-Ley”.
Con la finalidad de tener una percepción referente a la normativa legal vigente en
el país, en conexión con la fortaleza probatoria de los documentos, existen preceptos
que son adecuados, como una elemental declaración, para privar de manera provisional
al documento irreconocible de toda su fuerza probatoria correspondiéndole al
contrincante que reclama basándose en tal documento, establecer su origen, El Código
Civil Venezolano (1982) en el artículo 1363 dispone:

“El instrumento privado reconocido o tenido legalmente por


reconocido, tiene entre las partes y respecto de terceros, la misma fuerza
probatoria que el instrumento público en lo que se refiere al hecho material
de las declaraciones; hace fe, hasta prueba en contrario de la verdad de esas
declaraciones.”

Así pues, el Mensaje de Datos hará plena prueba si ha sido reconocido o si debe
ser tenido por reconocido, tanto como el documento privado, tal como lo establece la
presunción iuris tantum contenida en el mencionado articulo anterior.
Es de hacer la observación que el documento privado reconocido seguirá teniendo
ese carácter de documento autentico, por cuanto la autenticación confiere esta cualidad
a la firma y a las declaraciones de los reconocientes, así se le registre, y podrá en todo
caso, ser desvirtuado por cualquier prueba en contrario. Pero, a pesar que el documento
electrónico no haya sido reconocido, el juez puede apreciarlo como instrumento público
si ha mediado resistencia para su reconocimiento o en los supuestos de silencio o
respuestas ambiguas, de conformidad con lo establecido en el artículo 444 del Código
de Procedimiento Civil (1990).

Es preciso hacer la observación que el documento privado continuara teniendo el


carácter de documento autentico, por cuanto la autentificación confiere esa cualidad a la
firma y a las declaraciones de los reconocientes, así se le registre, y podrá en todo caso,
ser cambiada por cualquier prueba en contrario.

El Código Civil Venezolano (1982) en el artículo 1364 expone:

Aquél contra quien se produce o a quien se exige el reconocimiento


de un instrumento privado está obligado a reconocerlo o negarlo
formalmente. Si no lo hiciere, se tendrá igualmente como reconocido.
Los herederos o causahabientes pueden limitarse a declarar que no
conocen la firma de su causante.

Admitido el medio privado, o si se declara debidamente aceptado, tiene para las


partes y sus sucesores los mismo resultados y eficacia que un instrumento público. El
reconocimiento es indivisible y tiene la misma fuerza contra el reconocedor y contra el
presentante del instrumento. El Código Civil Venezolano (1982) en el artículo 1365
refiere:

Cuando la parte niega la firma o cuando sus herederos o


causahabientes declaran no conocerla, se procederá a la comprobación
del instrumento en el Código de Procedimiento Civil (1990).”. El
desconocimiento de la firma por parte de la parte debe ser categórico y
formal; la negativa debe ser clara, precisa y especifica; y si son varios
documentos debe concretarse en cuales niega la firma y en cuales la
reconoce; la otra parte pueda ser valer su derecho positivamente
desconocidos.

De modo que, al estar en presencia de un documento privado, el


establecimiento de su origen se verifica por medio de un procedimiento especial
llamado cotejo y que en el artículo 444 del Código de Procedimiento Civil (1990), se
normaliza al expresar lo siguiente:

La parte contra quien se produzca en juicio un instrumento privado


como emanado de ella o de algún causante suyo, deberá manifestar
formalmente si lo reconoce o lo niega, ya en el acto de la contestación de
la demanda, si el instrumento se ha reproducido con el libelo, ya dentro
de los cinco días siguientes a aquel en que ha sido producido, cuando lo
fuere posteriormente a dicho acto. El silencio de la parte a este respecto,
dará por reconocido el instrumento.

Si bien es cierto, que el reconocimiento del instrumento privado es la declaración


o confesión que hace el emplazado de alguna obligación a favor de otro o de algún
instrumento privado que otorgó y tiene por objeto hacer que los instrumentos tengan
plena validez en el juicio a promoverse, o en el promovido si se pide dentro del juicio.
Reconocido un instrumento privado, o si se declara debidamente reconocido, tiene para
las partes y sus sucesores las mismas consecuencias y eficacia que un instrumento
público. El reconocimiento es indivisible y tiene la misma fuerza contra el reconocedor
y contra el presentante del instrumento.
El reconocimiento es expreso, cuando lo hace el obligado, y tácito cuando se
manda dar por reconocido en rebeldía o silencio de la parte. Negada la firma o
declarado por los herederos o causahabientes no conocerla, toca a la parte que produjo
el instrumento probar su autenticidad. A este efecto, puede promover la prueba de
cotejo, y la de testigos, cuando no fuere posible hacer el cotejo, el cual es el medio
probatorio que consiste en la comparación de un documento auténtico con otro cuya
autenticidad se pretende acreditar. El dictamen se aprecia según la regla de la sana
critica, esto es, que no constituye prueba plena, lo que está justificado por tratarse de
una prueba pericial.
En cambio en los documentos informáticos no hay firma dada que se verifica con
el clic, por ende, no puede ser generada más que por el emisor del documento, por lo
que es infalsificable e inimitable. Con relación a la impugnación de instrumentos
privados, establece el artículo 430 del Código de Procedimiento Civil Venezolano
(1990) que: “Respecto de los instrumentos privados, cartas o telegramas provenientes
de la parte contraria, se observarán las disposiciones sobre tacha y reconocimiento de
instrumentos privados”.
Valoración de los Mensajes de Texto o Documentos Electrónicos por el Juez
Para Jaime, H. (2016), respecto a la valoración de las pruebas es una función que
corresponde al Juez y un deber que el artículo 509 del CPC le impone: “Los Jueces
deben analizar y juzgar todas cuantas pruebas se hayan producido, aun aquellas que a su
juicio no fueren idóneas para ofrecer algún elemento de convicción, expresándose
siempre cual sea el criterio del Juez respecto de ellas”. Para el autor ante referido la
valoración de la prueba electrónica no resulta fácil por varias razones:

a. Las leyes que regulan los mensajes de datos son incompletas y aún
contradictorias, como se vio en el caso del artículo 4 del LMDFE el cual, por una parte
los equipara a los documentos privados, mientras que por la otra los somete al régimen
de la prueba libre.
b. Las leyes procesales, aún las más recientes, hacen caso omiso de estos medios
de prueba por lo que no contienen normas específicas que las regulen; y,
c. El manejo de las pruebas electrónicas requiere de una serie de conocimientos
tecnológicos que sólo tienen en parte los profesionales del Derecho de recientes
promociones.
Visto todo lo anterior, ante las dificultades encontradas no queda otro camino que
acudir a los principios generales del Derecho Procesal, a la analogía y a las reglas de la
Sana Crítica.
Por su parte, el artículo 10 LOPTRA establece como principio general que los
Jueces del Trabajo apreciarán las pruebas de acuerdo con las reglas de la Sana Crítica.
Esta es definida por Couture (1958, p.273), como “la correcta apreciación de ciertas
proposiciones de experiencia que todo hombre se sirve en la vida”.
Citando a Henríquez La Roche (2003: p.76), destaca dos aspectos de la regla
que se derivan de las dos palabras que la componen: el subjetivo representado por la
palabra crítica: “valoración razonada argumentada y el aspecto objetivo derivado de la
palabra sana: comedida, imparcial, fundada en los principios lógicos y las máximas de
experiencia”. Por ello concluye que ambos elementos deben concurrir por igual para
evitar que la apreciación y valoración de la prueba sea producto de un capricho del Juez.
Fuera del campo del proceso laboral, es esta la opinión que sostienen tanto
Velandia Ponce (2015) como Rico Carrillo. Para el primero:

En su tarea valorativa, dada la naturaleza de la prueba electrónica,


no quedará al juez otra alternativa que tratar de establecer la autenticidad
de la prueba de acuerdo con esa sana crítica, lo cual lo hará buscar
cualquier recurso disponible para acercarse a la verdad probatoria (p.
201).
En tanto que para Rico Carrillo (2005, p. 101-102): “En estos casos entran en
juego las reglas de la sana crítica, correspondiendo al juzgador la facultad de valorar el
instrumento de acuerdo con los análisis a que haya sido sometido”.

Los Documentos Electrónicos como medio de Prueba en el Proceso Judicial

A todo esto en referencia al documento electrónico como medio de prueba en el


Proceso Civil Venezolano; se puede decir, que en el derecho moderno, la prueba
documental no solamente incluye la prueba escrita, sino todo aquello que contenga un
hecho que sea representado en virtud de obra o inteligencia humana, por ejemplo
fotografías, películas, videos, croquis, planos, mapas, diskettes, grabaciones, entre
otras.
Los documentos electrónicos como medio de prueba pueden ser usados en dos
acepciones: como documento privado y como medio de prueba libre, sin marginar lo
significativo de la firma electrónica como método de suscripción con la cual se le
otorgará al mensaje de datos la validez y eficacia probatoria que la ley permite a la
firma autógrafa.
En relación a las dos acepciones descritas, a continuación:
Los Documentos Electrónicos como Documentos Privados

En opinión del documento electrónico como documentos privados autores como


Devis Echandia (1984) señalan:

Es documento privado el que no tiene carácter de público. Puede


consistir en instrumentos, cuando se trata de escritos firmados o no, y en
simples documentos no declarativos como mapas, cuadros, planos. Hay
documentos privados firmados y no firmados, manuscritos o escritos en
maquina o impresos, auténticos y no auténticos. Los hay también que gozan
de presunción de autenticidad, por lo cual no es menester su reconocimiento
ni la atestación de un funcionario público, como los instrumentos o efectos
negociales (tales como cheques, letras, pagares, bonos, cedulas, certificados
de unidades de fondo de inversión, aunque hayan sido otorgados en el
exterior (p.551)
Los instrumentos privados son aquellos que dejan constancia de un hecho sin
solemnidad alguna, en cuyo otorgamiento no interviene un funcionario como tal, y que
no llevan en sí ningún sello de autenticidad. Por lo que como su nombre lo indica
pertenecen al ámbito jurídico privado; ellos no valen por sí mismos, sino hasta que sean
reconocidos (Son reconocidos cuando el autor acepte que los redactó o firmó), teniendo
a partir de ese momento la misma fuerza probatoria que el instrumento público de
acuerdo con lo establecido en el artículo 1.363 del Código Civil (1982).

La Ley sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas (2001), en su artículo 4,


equipara al documento electrónico respecto del documento escrito al establecer: “Los
mensajes de datos tendrán la misma eficacia probatoria que la ley otorga a los
documentos escritos sin perjuicio de lo establecido en la primera parte del artículo 6 de
este Decreto-Ley”. Señala Humberto Enrique Tercero Bello Tabares/Isabel Cristina
Bello Tabares, (2007, p. 27).

..El mensaje de datos tiene la misma eficacia probatoria que los


instrumentos o documentos escritos; luego hemos señalado también, que
la autoría del mensaje de datos se obtiene por la firma electrónica que
debe estar certificada por un proveedor de servicio de certificación,
certificado que es garantía de autoría de la firma electrónica y de la
integridad del mensaje de datos conforme a lo provisto en el artículo 38
de la ley de mensaje de datos y firmas electrónicas, pero que no confiere
autenticidad o fe pública que conforme a la ley otorgan los funcionarios
públicos que con tal carácter suscriba, vale decir, que el certificado
electrónico no confiere autenticidad o fe pública, lo cual – creemos – en
nada afecta al mensaje de datos, pues su eficacia probatoria – tarifada –
dependerá de donde emane el mismo.

Por otra parte, conforme a lo previsto en el artículo 6° de la Ley de Mensaje de


Datos y Firmas Electrónicas, cuando para determinados actos o negocios jurídicos se
requiera o exija la firma autógrafa, dicho requisito quedará satisfecho en relación a un
mensaje de datos, cuando esté asociado a una firma electrónica, que supone un
certificado electrónico, circunstancia ésta que esfuerza el criterio que se ha sostenido en
relación a los mensajes de datos emanados de sujetos sin certificados electrónicos.

Los Documentos Electrónicos como Medio de Prueba Libre


Con los avances tecnológicos y científicos se han incrementados otras herramientas con
sus propias particularidades y falta de reglamentación jurídica. Actualmente en la
mayoría de las leyes, los instrumentos informáticos no se encuentran instituidos en los
sistemas judiciales. En nuestro país se promulgo en el 2001 la Ley de Mensajes de
Datos y Firmas electrónicas la cual determina claramente la eficacia probatoria del
documento electrónico; evidencia que estos mensajes constituyen medios de prueba
legítimos, aparte de que, la forma de su promoción y evacuación, de la citada ley remita
a las normas procesales dispuestas para las pruebas libres. Realizados los argumentos
anteriores se puede aseverar que los mensajes de datos, constituyen medios de pruebas
libres legalmente establecido, lícito en el proceso si su argumento se considera
importante para verificar la autenticidad de los actos determinados y dar seguridad
jurídica al Juez

Parrilli, O. (1997) ha interpretado acertadamente este concepto cuando


expone:
Las pruebas en nuestra legislación son clasificadas en libres y legales,
(aunque como dicen varios doctrinarios todas ellas son legales porque si no,
no se emplearían como medio de prueba), esta clasificación viene dada en
razón de que existen pruebas taxativamente señaladas y desarrolladas en las
leyes de nuestro país, donde le legislador no se limita a nombrarlas si no que
explica como es su promoción, evacuación, oposición y hasta la respectiva
valoración que el juez debe darles a la hora de sentenciar, pero también
existen otras clases de pruebas que en el marco de las facultades del juez es
él quien debe ordenar su evacuación bajo su respectiva supervisión o a
través de la supervisión de otro funcionario que pueda dar fe de los hechos
sucedidos (p.150)
Es esencial señalar que, la doctrina llama con el nombre de pruebas libres a
aquellas cuya promoción, reproducción, contradicción o control no está expresamente
regulado, pero a pesar de esto permiten la demostración del hecho afirmado, decir,
aquellas que sin estar explícitamente establecidas en la ley, menos aun están
expresamente prohibidas.
La prueba documental electrónica no se aparta de la anterior denominación, por
cuanto a pesar que el documento electrónico se equipara al documento escrito, no existe
en el ordenamiento jurídico venezolano alguna y que regule lo concerniente a su
promoción, control, contradicción y evacuación, y por el contrario considerando su
virtualidad, la misma Ley Sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas (2001) en el
artículo 4 remite a las reglas previstas en el Código de Procedimiento Civil (1990) para
las pruebas libres. El CPC contempla en materia de medios probatorios la libertad
probatoria, según lo establecido en el artículo 395.
. Así pues, de acuerdo a lo establecido en el artículo 395 Código de Procedimiento
Civil (1990), la prueba documental electrónica, se deberá promover y evacuar
aplicando por analogía las Disposiciones Relativas a los Medios de prueba semejantes
contempladas en el Código Civil, así para acreditar el valor probatorio del documento
electrónico se aplican las reglas del documento escrito en papel, pero para ser
promovido y reproducido se aplican las normas de las Pruebas libres, de conformidad a
lo establecido al artículo 4 de la Ley Sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas.

De tal forma que, todos los correos electrónicos, informaciones, páginas WEB y
cualquier otro documento electrónico, así como sus copias computarizadas
almacenadas en discos e inclusive las impresiones de esos documentos (a pesar que solo
tendrán valor como fotostatos de documentos privados de acuerdo al mismo artículo 4
ejusdem).
Todos estos instrumentos son considerados como pruebas documentales, pues
son la representación objetiva de un hecho y en razón de ello, debe aplicarse por
analogía las normas sobre las pruebas por escrito a los fines de tutelar la promoción,
control y evacuación de estos medios probatorios, ya que como se mencionó para la
promoción de los documentos electrónicos se deben aplicar las reglas de la prueba libre,
puesto que una cosa es que el medio ya incorporado al proceso valga lo que vale un
documento y otra es que sus características propias no permiten promoverlo con la
simple consignación, siendo necesario un medio electrónico para poder apreciarlo y
percibirlo.
Por tanto, en virtud de la libertad probatoria, el legislador venezolano le da
apertura a las nuevas tecnologías como medios probatorios. De tal manera que, una vez
incorporado el documento electrónico al proceso, entran en juego los distintos sistemas
de valoración de las pruebas.

En este sentido afirma Rico (2003), que:


El principal inconveniente observado en estos casos está
directamente relacionado con los parámetros a los cuales debe someterse
el juzgador en el momento de su valoración. Esto es, si debe valorar los
documentos electrónicos atendiendo a las reglas de la sana crítica o si por
el contrario, existe un sistema legal de valoración en concreto y el juez
no puede apartarse de él (p. 95)

El autor (Nemirovsky, H; 2006), alega que:


Uno de los mayores inconvenientes que ha suscitado la aplicación de
normas sobre la admisión de medios de prueba que no están previstos
legalmente o que no están prohibidos expresamente, ha sido la falta de
uniformidad de criterios que permitan identificar el genero de ciertas
pruebas libres, sus diferentes especies, su valor y eficacia probatoria así
como los mecanismos de control de las mismas. Hay que señalar que él
documento electrónico ha sido concebido por la vigente legislación
venezolana como una prueba legal que se tramita como una prueba libre
Como fue indicado en el punto anterior y de acuerdo en lo previsto en
el articulo 395 del CPC, es posible producir en el proceso cualquier medio
de prueba no prohibido expresamente por la ley, utilizando para su
promoción y evacuación las disposiciones establecido por medios
semejantes y su defecto, según lo señale el juez (p.172)

El juez, al encargarse de apreciar en forma directa los hechos debe acudir a su


sana crítica, ya que de acuerdo con la legislación venezolana no existe un sistema
tarifado para las pruebas, tal como lo establece el artículo 507 del Código de
Procedimiento Civil (1990). Sin embargo, en el caso de los documentos electrónicos,
existe la posibilidad que en virtud de la equivalencia funcional, estos son equivalentes a
los tradicionales documentos en soporte papel, por lo cual al momento de la valoración
de los documentos electrónicos debe tomarse en cuenta las siguientes situaciones:
El valor probatorio de los documentos electrónicos, de conformidad con lo
establecido en la Ley sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas (2001), será de
“plena prueba” como elementos de convicción valorable conforme a las reglas de la
sana crítica o tendrán el valor de simple indicio, lo cual estará supeditado a que:
a.- El documento electrónico que esté asociado a una firma electrónica
debidamente certificada por un Proveedor de Servicios de Certificación conforme a lo
establecido en la Ley sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas (2001), tendrá la
misma validez y eficacia probatoria que la Ley otorgue al documento que contiene una
firma autógrafa, es decir, hace plena prueba entre las partes.
b.- El documento electrónico al cual esté asociado una firma electrónica validada
por un certificado electrónico de firma emitida por un Proveedor de Servicios de
Certificación no acreditado ante la Superintendencia de Servicios de Certificación
Electrónica o al cual esté asociado simplemente una firma electrónica no certificada,
constituirá un elemento de convicción valorable conforme a la regla de la sana crítica.
c.- El documento electrónico no asociado a una firma electrónica, solo tendrá el
valor de un indicio, por lo que debe ser acompañado de otros medios de prueba que
sustenten los hechos contenidos en el mensaje de datos.
Sin embargo, en los documentos electrónicos, la firma no es la única manera de
demostrar la autoría del documento, ya que con respecto a los que no posean
suscripción podría hablarse de la demostración de la autoría por la exclusividad del uso
del instrumento técnico utilizado para la elaboración y transmisión del documento
electrónico, método que aunque complicado, permite la posibilidad que los mismos
puedan ser utilizados como probanzas.
Aceptando el documento electrónico como documento privado, éste goza de
autenticidad una vez que ha sido reconocido por la parte contra quien se opone,
adquiriendo de esta forma toda su fuerza y valor probatorio, tanto respecto a las partes
como respecto de terceros, tal como lo establece el artículo 1.363 del Código Civil
(1982). En caso contrario, es decir, mientras no se determine su autenticidad no produce
ningún efecto y menos de autoría contra quien se opone ni de su causante y menos aún
respecto de terceros.
En mayor abundancia, en cuanto a la promoción y producción de la prueba libre
es preciso citar la sentencia número 769 dictada por la Sala de Casación Civil del
Tribunal Supremo de Justicia, (caso: Distribuidora Industrial de Materiales, C.A., contra
Rockwell Automation de Venezuela, C.A.), en fecha 24 octubre de 2007, en la cual se
estableció lo siguiente:

Es evidente, pues, que el documento electrónico o mensaje de datos


es un medio de prueba atípico, cuyo soporte original está contenido en la
base de datos de un PC o en el servidor de la empresa y es sobre esto que
debe recaer la prueba. En razón a esta determinación, los documentos
electrónicos no pueden ser exhibidos, por cuanto la manera en la cual son
almacenados los datos electrónicos, impide que puedan ser presentados al
juicio, pues ellos están en la base de datos de un PC o en el servidor de la
empresa, razón por la cual se está frente a la necesidad de una experticia
para verificar la autoría de los documentos que se emitan con tales
características y si estos están en poder del adversario, hasta tanto se
ponga en funcionamiento la Superintendencia de Servicios de
Certificación Electrónica.
Cabe destacar que los artículos 20 y 21 de la Ley de Mensaje de
Datos y Firmas Electrónicas, crea la Superintendencia de Servicios de
Certificación Electrónica, para acreditar, supervisar y controlar a los
proveedores de servicios de certificación públicos o privados;
inspeccionar y fiscalizar la instalación, operación y prestación de servicios
realizados por los proveedores de servicios de certificación y; seleccionar
los expertos técnicos o legales que considere necesarios para facilitar el
ejercicio de sus funciones.
Sin embargo, actualmente dicho organismo no está en
funcionamiento, razón por la cual hasta tanto se establezca la
Superintendencia, debe recurrirse a otro medio de autenticación de los
documentos electrónicos, como lo es la experticia. (...) ‘...la doctrina es
conteste al considerar respecto a la tramitación de las pruebas libres que
no se asimilan a los medios probatorios tradicionales.

De la Ley sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas (2001), no se ha


dilucidado ningún conflicto que hayan generado decisiones por parte del Tribunal
Supremo de Justicia, con respecto al contenido o las consecuencias legales de la dicha
Ley.
A pesar de, los efectos de la Ley sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas
(2001) han sido aplicados en innumerables sentencias a partir de su vigencia como
alegatos incidentales que es importantes mencionar algunas jurisprudencias
Asimismo, se puede señalar decisiones jurídicas donde se pronuncian sobre
documentos electrónicos, como el caso de la Sentencia 274 de fecha de 30 de mayo de
2013, la Sala de Casación Civil, con ponencia de la Magistrada Dra. Yraima Zapata
Lara, se pronunció sobre un recurso de casación, en el uso del correo electrónico como
medio de prueba. Caso: OriónRealty, C.A. contra Franklin del Valle Rodríguez
Roca.
… En tal sentido, dispone la normativa denunciada como infringida, lo
siguiente:
Ley sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas (2001)
“Artículo 4. Los Mensajes de Datos tendrán la misma eficacia
probatoria que la ley otorga a los documentos escritos, sin perjuicio de lo
establecido en la primera parte del artículo 6 de este Decreto-Ley. Su
promoción, control, contradicción y evacuación como medio de prueba,
se realizará conforme a lo previsto para las pruebas libres en el Código de
Procedimiento Civil (1990).
La información contenida en un Mensaje de Datos, reproducida en
formato impreso, tendrá la misma eficacia probatoria atribuida en la ley
a las copias o reproducciones fotostáticas”.
Del artículo precedentemente transcrito se evidencia, que la
información contenida en un mensaje de datos reproducida en un formato
impreso (como en el presente caso), posee el mismo valor probatorio al
que tienen las copias o reproducciones fotostáticas simples, así, debe
entenderse su eficacia probatoria, idéntica al tratamiento aportado por el
legislador a los documentos privados simples, por lo que el mensaje de
datos impreso tendrá la eficacia probatoria de las copias o reproducciones
fotostáticas y su contenido podrá ser desvirtuado a través de cualquier
otro medio de prueba regulado de conformidad a lo establecido en el
artículo 429 del Código de Procedimiento Civil (1990).
De conformidad con lo anteriormente expuesto, habrá de tomarse
en cuenta respecto de los mensajes de datos impresos, que al dársele la
eficacia probatoria de las copias o reproducciones fotostáticas y hallarse
bajo las regulaciones establecidas en el artículo 429 del Código de
Procedimiento Civil (1990), si las mismas no son impugnadas en la
contestación de la demanda si son de la actora, o cinco días después de
producida la contestación de la demanda si son de la demandada, o cinco
días después de la promoción de pruebas, dichas copias o mensaje de
datos se tendrán como fidedignas. En contraposición no tendrán valor
alguno si se acompañan en cualquier otra oportunidad y no son aceptadas
expresamente por la otra parte.

También es conveniente mencionar, otro caso ventilado en la misma Sala de


Casación Civil en fecha La Sala en la sentencia Nº 905 dictada en fecha 7 de octubre de
2015 en el caso: PDV Marina, S.A, ponente la Magistrada Dra. Mónica Gioconda
Misticchio Tortorella, en dicha sentencia trato determinó que el correo electrónico tiene
el mismo valor probatorio que la copia de un documento, cuando es promovida una
impresión del mismo.

Con base en el artículo 4 del Decreto con Fuerza de Ley Sobre


Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas (“Decreto”) (2001), la Sala
determinó que los correos electrónicos tenían el valor de la copia un
documento, porque la parte actora promovió una impresión de los
mismos, así se señaló:
De la decisión anterior, se desprende que los correos electrónicos
tienen la misma eficacia probatoria de una copia o reproducción
fotostática, debiendo realizarse su control, contradicción y evacuación, de
la forma prevista para los documentos escritos, por lo que el formato
impreso de dicho medio electrónico se asemeja a una copia fotostática.
Sin embargo, la Sala desechó los correos electrónicos, por cuanto
consideró que violaban el principio de alteridad de la prueba, porque eran
documentos emanados de la parte, sin que existiera evidencia en autos
que la demandada haya recibido los correos electrónicos, así dispuso:
Esta Sala de Casación Social evidencia, que las documentales
consignadas por el ciudadano Luis Rafael Pulido Salazar, en formato
impreso, se tratan de correos electrónicos suscritos por su persona y
dirigidos a PDV Marina, S.A., sin intervención de la demandada, los
cuales fueron valorados por el juzgador de alzada por tener la misma
eficacia probatoria que el de una copia o reproducción fotostática.

Por ultimo se analizó la decisión de la Sala de Casa Civil del Tribunal Supremo de
Justicia. Sentencia 460, expediente N° 2011- 000237; de fecha 5 de octubre de 2011.
Caso: Transporte Doroca, C.A., contra la sociedad mercantil Cargill de Venezuela
S.R.L. estableció criterio respecto al valor probatorio de los correos electrónicos:
Ponencia de la Magistrada Dra. Isbelia Pérez Velásquez.
…Respecto de ellos, consideró que hablar de documentos
electrónicos en la era actual, no parece presentar ningún tipo de
problema, ya que tales documentos son comunes en la vida cotidiana,
por lo que es normal que se reciban correos electrónicos y por este
medio, se trate cualquier tipo de compromiso, que es un contrato en
sentido estricto, así como la utilización de tarjetas de créditos para
todo tipo de pago.
Asimismo, indicó que conforme el artículo 395 del
Código de Procedimiento Civil (1990), los medios de pruebas libres,
deben promoverse y evacuarse aplicando por analogía las
disposiciones relativas a los medios de pruebas semejantes, y en su
defecto, en la forma que señale el juez.
Sobre este particular, señaló que el valor probatorio de
los mensajes de datos y firmas electrónicas, reproducidos en formato
impreso, debían considerarse semejantes, en cuanto a su eficacia y
valor probatorio, a las copias o reproducciones fotostáticas, de
conformidad con lo establecido en el artículo 4 del Decreto con
Fuerza de Ley Sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas
(2001), razón por la cual le dio pleno valor probatorio a los correos
electrónicos al amparo de lo establecido en el artículo 429 del
Código de Procedimiento Civil (1990), con base en que los mismos
no fueron impugnados en su oportunidad legal.

Haciendo un análisis de las sentencias presentadas en esta investigación, podemos


observar lo siguientes sobre las decisiones de la Sala de Casación Civil del Tribunal
Supremo de Justicia, los casos planteados tienen que ver con el valor probatorio del
correo electrónico, vemos en la sentencia N° 905, dictada el 7 de octubre de 2015 en el
caso: PDV Marina, S.A., determino que el correo electrónico tiene el mismo valor
probatorio que la copia de un documento, cuando es promovida una impresión del
mismo.
La decisión la Fundamenta la Sala en base al artículo 4 de la Ley Sobre Mensajes
de Datos y Firmas Electrónicas, la cual determino el valor probatorio de los correos
electrónicos, al igual que un documento, porque la parte actora promover una
impresión de los mismos. También señala que este documento electrónico tienen la
misma eficacia probatoria de una copia o reproducción fotostática, debiendo realizarse
su control, contradicción y evacuación, de la forma prevista para los documentos
escritos, por lo que el formato impreso de dicho medio electrónico se asemeja a una
copia. En conclusiones se puede indicar que en base al artículo 4 de la Ley Sobre
Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas, los mensajes de datos tienen el mismo valor
probatorio que los documentos. Igualmente cuando el correo electrónico es promovido
por una de las partes, sin que existan evidencias que la otra parte lo recibió, no tendrá
valor probatorio por violar el principio de alteridad de la prueba.
Igualmente en las otras sentencias (ejemplo: Sentencia 460, de fecha 5 de octubre
de 2011, caso: Transporte Doroca, C.A.) podemos evidenciar que los documentos
electrónicos ha sido relacionados como un medio atípico o prueba libre, por ser una
herramienta que proviene de medios informáticos o que haya sido formado o hecho por
éste, o como un conjunto de datos magnéticos grabados en un soporte informático
susceptible de ser reproducidos que puede fungir como objeto de prueba y su
reproducción, independientemente de su denominación, debe ser considerada otro
documento que actúa como medio para su traslado al expediente.
Asimismo, la valoración de los mensajes de datos o correos electrónicos se rige
por la normativa prevista la Ley Sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas (2001)
y por el Código de Procedimiento Civil (1990), texto legal aplicable por remisión
expresa del artículo 4 del referido Decreto-Ley.
En efecto, el artículo 2 del Decreto-Ley, consagrada al mensaje de datos
como “...toda información inteligible en formato electrónico o similar que pueda ser
almacenada o intercambiada por cualquier medio...”.
La Sala en la sentencia antes referida (24 de octubre de 2007) dispuso que era
evidente que los mensaje de datos son un medio de prueba atípico, cuyo soporte original
está contenido en la base de datos de una computadora o en el servidor de la empresa y
es sobre esto que debe recaer la prueba. Con respecto a su eficacia probatoria, el
Decreto-Ley en su artículo 4, lo expone.
ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE LOS RESULTADOS
.

Dado que la prueba constituye la etapa primordial del procedimiento judicial. Los
medios probatorios no pueden desvincularse del proceso, porque sobre ellos depende el
desenlace del juicio. Forman parte del debido proceso y la tutela judicial efectiva. Las
pruebas juegan un papel inapelable para que el juez pueda lograr la debida convicción
sobre las acciones o hechos controvertidos dentro de cualquier gestión procesal. El
derecho a la defensa representa la esencia de la garantía constitucional, en la totalidad
de las constituciones del mundo, siendo que forma parte del principio del debido
proceso. En Venezuela, el debido proceso se establece en la Constitución como parte
del derecho de acceder a las pruebas y de disponer del tiempo y de los medios
adecuados para el ejercicio de la defensa en el artículo 49.1, de la Carta Magna (1999).
La doctrina de la prueba ha sido uno de las más minuciosas dentro del derecho procesal.

Debemos hacer notar, el debido proceso y la tutela judicial efectiva, será central
la revisión de cuatro aspectos de la diligencia probatoria, en relación con los
documentos electrónicos y multimedia, como son: la promoción, bajo su particular
forma de presentación o incorporación de la prueba al proceso; la admisión que
comporta, en razón de sus características o singularidades comparadas con los
documentos tradicionales; la evacuación de este tipo de prueba con todas sus variables
diferenciales con la clásica prueba documental; y, por último, la valoración probatoria, a
cargo de un juez quien debe encontrarse a la par con los progresos de la tecnología, para
que pueda articularse sobre su eficacia probatoria con la confianza requerida para todo
el sistema judicial y las partes de un determinado proceso sometidos a los órganos
jurisdiccionales.

En este análisis se utilizaron jurisprudencias del máximo tribunal de justicia del


país y decisiones emanadas de la Sala Civil de Casación sobre la valoración y la eficacia
probatoria de los documentos electrónicos. Asimismo es importante las consideraciones
dispuestas por la Sala Política Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia,
Sentencia N° 00157. Expediente N° 2004-0183, ponente Magistrado: Lewis Ignacio
Zerpa, en el caso PDV-IFT, PDV Informática y Telecomunicaciones, S.A. contra
INTESA y SAIC Bermuda en sentencia del 13 de febrero 2008.
En esta sentencia El Tribunal Supremo de Justicia precisó “la valoración de los
mensajes de datos, entendidos estos como toda información inteligible generada por
medios electrónicos o similar que pueda ser almacenada o intercambiada por cualquier
medio, se rige por la normativa prevista en el Decreto con Fuerza de Ley Sobre
Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas (2001) y por el Código de Procedimiento
Civil, texto aplicable por remisión expresa del articulo 4”.
También es conveniente citar, como pronunciamiento a favor de esta teoría, la
decisión de la Sala de Casación Civil en sentencia promulgada el 24 de octubre de 2007,
en el caso Distribuidora Industrial de Materiales C.A., contra Rockwell Automation de
Venezuela C.A., dejo establecido que el documento electrónico debe entenderse como
cualquier clase de documento creado por instrumentos electrónicos, comprendiendo en
este rango los métodos electrónicos de pago, la red de internet, los documentos digitales
y telemáticos, etc.
Dentro de los medios probatorios electrónicos se encuentra el documento
electrónico y la firma electrónica, estipulados en Venezuela en la Ley sobre Mensajes
de Datos y Firmas Electrónicas (2001) en la cual se le asigne la misma eficacia
probatoria que los documentos escritos.
Igualmente con este precepto, su promoción, control y contradicción se hace
conforme a la prueba libre prevista en el Código de Procedimiento Civil (2000) en su
artículo 395. En este sentido, en la legislación venezolana, este artículo establece la
libertad de los medios probatorios, pero allí mismo se conviene que aquellos medios
que no estén claramente considerados en la ley, se promoverán y evacuarán aplicando
por analogía las disposiciones relativas a los medios de prueba afines contemplados en
el Código Civil, y en su defecto, en la forma que indique la ley.
En el ordenamiento jurídico venezolano, desde hace más de quince años entró en
vigencia la Ley sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas (LMDFE), en el año
2001, reconociendo los medios probatorios electrónicos que van en sintonía con los
avances tecnológicos de la informática, telemática y cibernética, cuya relación se
aprecia en el acervo probatorio, producido en las causas que los justiciables ponen en
consideración de los tribunales de instancia, por razones de cumplimiento,
incumplimiento, resolución, nulidad y cualquier otro tipo d acción o pretensión, como
consecuencia de las discrepancia que hubiese entre las partes litigantes de acuerdo al
principio pro actione.
En tal sentido existe correspondencia entre la Ley sobre Mensajes de Datos y
Firmas Electrónicas, el Código de Procedimiento Civil (1990), el Código de Comercio y
el Código Civil Venezolano y por supuesto con la Constitución de 1999, la cual
establece en los artículos 108 y 110, la constitucionalidad de las modernas tecnologías,
otorgando desde dicho texto fundamental a los organismos públicos, personas naturales
y jurídicas un mandato sobre la utilización de lo referidos medios electrónicos. El
problema esencial de la prueba electrónica es su valoración, esta es una acción ejecutada
por el Juez. Además los documentos electrónicos originan una carga para el juez, el cual
se ve en la obligación de instruirse para darle un apropiado procedimiento jurídico a
estos, como medio probatorio. Dado que el juez debe tener una participación activa,
desde el mismo instante en que la prueba es incorporada al proceso.

Cabe añadir, la LMDFE en su artículo 4, establece que “Los Mensajes de Datos


tendrán la misma eficacia probatoria que la ley otorga a los documentos escritos”, de lo
cual se desprende que la ley concede al documento electrónico el mismo valor
probatorio que el ordenamiento legal le otorga a los documentos escritos, a los fines
que haga plena prueba de su contenido entre las partes y frente a terceros. De igual
forma agrega dicho artículo que “Su promoción, control, contradicción y evacuación
como medio de prueba, se realizará conforme a lo previsto para las pruebas libres en el
Código de Procedimiento Civil…”

Con respecto a lo prescrito en el procedimiento que precede, se deduce que la


promoción y evacuación del mensaje de datos, así como el ejercicio de los derechos de
control y contradicción se siguen las normas que para los documentos escritos que
establece el CPC, es decir, la impugnación, la tacha y el desconocimiento. Lo mas
importante en este entorno, detenerse para considerar la apreciación que sobre este
tema en determinado sustento la Sala Civil de Casación del Tribunal Supremo de
Justicia, en sentencia N° 00769 de fecha 24 de octubre de 2007. Caso
DISTRIBUIDORA INDUSTRIAL DE MATERIALES C.A.
(DIMCA), contra ROCKWELL AUTOMATION DE VENEZUELA C.A.

El documento electrónico es calificado como un medio atípico o prueba libre por


ser un instrumento que proviene de cualquier medio informático o que haya sido
realizado por este, o como el conjunto de datos magnéticos grabado en un soporte
informático susceptible de ser reproducido que puede ser usado como medio de prueba.
La valoración de los mensajes de datos o correos electrónicos, como suelen llamarse
también, se rige por la normativa prevista en el Decreto con Fuerza de Ley Sobre
Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas (publicado en Gaceta Oficial No. 37.148 del
28 de febrero de 2001) y por el Código de Procedimiento Civil, texto legal aplicable por
remisión expresa del artículo 4 del referido Decreto-Ley.

Se puede decir que una de las particularidades mas sobresaliente de los


documentos electrónicos es que sus datos electrónicos se hallan almacenados en la base
de datos de un computador o en el proveedor de la empresa; su comprobación requerirá
una posterior reproducción o impresión del documento, razón por la cual se está frente a
la necesidad de una experticia para verificar la autoría de los documentos que se emiten
con tale características y si estos están en poder del adversario. Sobre esta afirmación de
la sala, es conveniente precisar que el mensaje de datos, efectivamente puede producirse
en juicio, tanto en formato impreso como en su formato original. Dicho supuesto está
regulado expresamente en la LMDFE en su artículo 7.

Cabe destacar que los artículos 20 y 21 de la Ley de Mensaje de Datos y Firmas


Electrónicas, crea la Superintendencia de Servicios de Certificación Electrónica, para
acreditar, supervisar y controlar a los proveedores de servicios de certificación públicos
o privados; inspeccionar y fiscalizar la instalación, operación y prestación de servicios
realizados por los proveedores de servicios de certificación y; seleccionar los expertos
técnicos o legales que considere necesarios para facilitar el ejercicio de sus funciones.
Sin embargo, actualmente dicho organismo no está en funcionamiento, razón por la cual
hasta tanto se establezca la Superintendencia, debe recurrirse a otro medio de
autenticación de los documentos electrónicos, como lo es la experticia.

De conformidad con la citada ley especial, el valor probatorio de los


mensajes de datos, es asimilable al de los documentos escritos y están sujetos a las
regulaciones que plantea el artículo 395 del Código de Procedimiento Civil en lo
referido a la prueba libre, por lo que el juez superior al apreciarlos con el mismo
valor que se les da a las copias o reproducciones fotostáticas, aplicó correctamente
el Decreto con Fuerza de Ley Sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas, al
caso concreto.

Es preciso señalar a este respecto cuando se comenta del documentos electrónicos


no presentan ninguna clase de inconvenientes ya que semejantes documentos son
frecuentes en la vida diaria, por lo que es corriente que se reciban correos electrónicos y
por este medio, se trate cualquier tipo de obligación, que es un contrato en sentido
riguroso, así como el uso de tarjetas de créditos para todo tipo de pago.

La Sala de Casación Civil, en sentencia dictada el 24 de octubre de 2007, caso:


Distribuidora Industrial de Materiales C.A. contra Rockwell Automation de Venezuela
C.A., dejó asentado que los medios electrónicos están considerados dentro de las
pruebas libres, según lo establecido en el articulo 395 del Código de Procedimiento
Civil (2000). Este artículo recoge el principio de libertad de los medios de prueba, el
cual, está sometido al principio dispositivo del proceso civil, permitiendo que las partes
puedan valerse de cualquier otro medio provisto nominalmente en el Código Civil, en el
Código de Procedimiento Civil o en otras leyes de la República, entre los que se
incluyen los registros, discos magnéticos y ópticos, o cintas magnéticas, las tarjetas de
memoria o cualquier otro soporte de almacenamiento de datos donde se almacenan los
daros que pueden ser procesados por un computador

La extensión de la descripción de documento y el método por medios


informáticos, hace posible que se reemplace el típico soporte en papel por uno de
naturaleza electrónica, hablándose en tal sentido, de un nuevo instrumento “el
documento electrónico.

En lo que respecta al régimen probatorio de los mensajes de datos en Venezuela, la Sala


de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, mediante sentencia Nº 460, de
fecha 05/10/2011, Exp. Nº AA20-C-2011-000237, específicamente por los correos
electrónicos consignados en el juicio seguido por cumplimiento de contrato e
indemnización por daños y perjuicios, por la sociedad mercantil Transporte Doroca,
C.A. contra la sociedad mercantil Cargill de Venezuela, S.R.L., luego de una revisión
sucinta de la jurisprudencia relacionada con la valoración de los mensajes de datos,
indicó sobre la eficacia probatoria de este atípico medio de prueba lo siguiente:

“La valoración de los mensajes de datos o correos electrónicos,


como suelen llamarse también, se rige por la normativa prevista en el
Decreto con Fuerza de Ley Sobre Mensajes de Datos y Firmas
Electrónicas (publicado en Gaceta Oficial No. 37.148 del 28 de febrero
de 2001) y por el Código de Procedimiento Civil, texto legal aplicable
por remisión expresa del artículo 4 del referido Decreto-Ley…”.

Finalmente, se ha examinado la jurisprudencia en diferentes sentencias del Tribunal


Supremo de Justicia, han quedado establecidas en numerosas decisiones que son de
suma importancia acerca del valor probatorio y los medios de prueba de los documentos
electrónicos; en este trabajo se han analizado algunas sentencias sobre este tema, que
han brindado claridad en la investigación, asimismo podemos mencionar la Ley Sobre
Mensajes de Datos y Formas Electrónicas (2001) ) y por el Código de Procedimiento
Civil, se rigen principalmente por la normativa legal de estos dos instrumentos. Sobre
el valor probatorio de los mensajes de datos y firmas electrónicas en las jurisprudencias
revisadas en la presente investigación exponen:

Que el valor probatorio de los mensajes de datos y firmas


electrónicas, reproducidos en formato impreso, debían considerarse
semejantes, en cuanto a su eficacia y valor probatorio, a las copias o
reproducciones fotostáticas, de conformidad con lo establecido en el
artículo 4 del Decreto con Fuerza de Ley Sobre Mensajes de Datos y
Firmas Electrónicas, razón por la cual le dio pleno valor probatorio a los
correos electrónicos al amparo de lo establecido en el artículo 429 del
Código de Procedimiento Civil, con base en que los mismos no fueron
impugnados en su oportunidad legal.

Aguirre y Manasía (2007) señalan que “el documento en soporte electrónico,


informático y telemático, es un documento con las mismas características, en principio y
en cuanto a su validez jurídica, que cualquier otro de los que tradicionalmente se
aceptan en soporte papel, es decir que para estos autores se le podría dar, a este tipo de
herramienta, el mismo tratamiento que se le otorgaría a cualquier otro tipificado en el
código civil y de comercio venezolano”.

Con la finalidad de tratar el objetivo de los requisitos de los documentos


electrónicos como medio de prueba en el orden jurídico venezolano, debemos revisar
las nociones más amplias y extensas contenidos en la legislación venezolana consiste en
el denominado “mensajes de datos”, concepto que refiere prácticamente toda
información disponible para la transferencia de ideas entre personas que se sirven de
cualquier tipo de infraestructura computacional

El Artículo 4° de la Ley sobre Mensajes de Datos y Firmas electrónicas dispone


que “Los Mensajes de Datos tendrán la misma eficacia probatoria que la ley otorga a
los documentos escritos (…). De tal forma que, todos los correos electrónicos,
informaciones, páginas WEB y cualquier otro documento electrónico, así como sus
copias computarizadas almacenadas en discos e inclusive las impresiones de esos
documentos (a pesar que solo tendrán valor como fotostatos de documentos privados de
acuerdo al mismo artículo 4 ejusdem).

Por lo que se puede decir que el correo electrónico es un sistema de red que
permite a los usuarios enviar y recibir mensajes mediante procesos de comunicación
electrónicos. Por medio del mismo, se puede enviar, no solamente texto, sino todo tipo
de documentos, bien sean legales, comerciales, personales, es una innovación a la cual
se debe brindar atención, debido a su utilización casi permanente hoy día para establecer
relaciones procesales.

De cualquier modo, la utilización frecuente que se le viene dando al documento


electrónico, (página web, e-mail) en los últimos años, ha traído como resultado la
instauración de relaciones jurídicas entre sujetos, por lo que se hace necesaria la
existencia de un medio probatorio que verifique la preexistencia de las
responsabilidades y derechos de la vinculación contraída por las partes. Por lo que el
instrumento idóneo como prueba de dicha relación, sería el mensaje de datos enviado,
recibido y almacenado en el servicio de correo electrónico. Dicho de otro modo, en caso
de existir una contradicción entre las partes, estas pueden llevar al proceso judicial un
correo electrónico que pruebe su pretensión.

Según el profesor Villasmil (2006):

La tendencia predominante en el Derecho Procesal moderno apunta


hacia la progresiva reducción y simplificación de las formalidades,
reduciéndolas al mínimo compatible con la seguridad jurídica y
manteniendo solo aquellas que aparecen como esenciales para evitar la
sorpresa, la desigualdad o falta de lealtad procesal; la conculcación de los
derechos de las partes o la colocación de alguna de ellas o de ambas en
estado de indefensión

Se puede decir que cada uno de los actos judiciales está sujeto al cumplimiento de
ciertas condiciones primordiales que limitan su validez y cuyo conjunto constituyen la
forma de los actos procesales. Es complejo crear un sistema que no se halle subordinado
a estos modos procesales que, se insiste, que no constituyen un simple ornato sino un
recurso fundamental al debido proceso. En cambio cuando esas formalidades se
exagera, el formalismo tiende a traducirse en retrasos innecesarios en la realización de
los actos, en un incremento de los costos y de los inconvenientes para la demostración
de los hechos, desventajas que han puesto de bulto la necesidad de lograr la mesura
entre las formas necesarias para respaldar la certeza jurídica y la simplificación de
diligencias que accedan un proceso fácil, económico y rápido.

Se requiere, por esta razón, la categoría de sujeto procesal, es decir, el requisito


de parte, como condición de legitimación para ofrecer y evacuar pruebas en un
procedimiento jurídico civil; pero en los métodos vigentes hoy en día, en los cuales el
Juez tiene iniciativa probatoria, también éste es un sujeto legitimado para esta
intención en concreto.
Tanto es así que, el Artículo 401 del Código de Procedimiento Civil (1990)
autoriza al Juez para ordenar las diligencias de oficio de ciertos trámites probatorios.
Por lo que se debe decir, que el Juez venezolano tiene actualmente la legitimidad
probatoria; no obstante, es importante señalar que las diligencias autorizadas por este
artículo del CPC, tienen carácter estricto y para su legalidad, deben tener como
presupuesto alguna intervención o referencia procedente de las partes.

De acuerdo a los conceptos planteados, para que un medio probatorio tenga


validez, debe de cumplir con tres fundamentos básicos: (a) adecuación de la prueba,
que no es más que la pertinencia que tendría este para probar los hechos en el proceso;
(b) formalidad probatoria que es cumplir de forma cabal las formalidades respecto a
los requisitos de lugar, de tiempo y de modo para la introducción de los medios
probatorios al proceso; y (c) que la prueba sea valida, como se ha apuntado, no es sino
que el medio probatorio provenga de un sujeto legitimado para alegarla.

A todo esto, comprendido ya cuales son los requisitos básicos para que un medio
probatorio tenga validez, es preciso señalar los requerimientos elementales que debe
contener un documento electrónico, por ejemplo un correo electrónico, como
herramienta probatoria en el proceso, unidos a los referidos anteriormente, se debe
destacar los recursos que se deben llevar ante el Juez para que el mismo, indique la
valoración de este medio de prueba en el procedimiento, dentro de los que se
encuentran:

(a) Promover el mensaje de datos con fundamento en el Artículo 41 del Decreto


con Fuerza de Ley Sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas (2001).

(b) Promover y acompañar ejemplar impreso del mensaje de datos, con


fundamento en el aparte único del Artículo 4 antes mencionado.

(c) Configurar el programa de correo electrónico o la interfase Web o programa


de visualización de correo, para que exhiba e imprima la meta data.

(d)Identificar en la promoción la cuenta de correo del destinatario y la del


emisor.

(e). Indicar en la promoción Horas de envío y recepción y otros datos técnicos


como las direcciones IP.
(f) Si se copió a terceras personas, señalar las demás direcciones de correo,
nombres de usuarios de las cuentas, empresas a las que representan.

(g) Citar textualmente en la promoción el contenido del mensaje de datos.

(h) Si el mensaje de datos tiene archivos anexos (Attachments) señalar sus


nombres y llevarlos impreso al proceso.

(i) Promover y consignar una versión digital del mensaje de datos y sus anexos
digitales si fuere el caso.

(j) Promover la prueba de informes a efectos de que se establezca la identidad


del Usuario de la cuenta de correo electrónico del emisor y del receptor.

(k) Promover prueba de informes a efectos de que se establezca a quien estaba


asignada la dirección IP del emisor del mensaje de datos.

(l) Promover la prueba de Experticia Informática en los computadores del


receptor y emisor a efectos de verificar el origen o procedencia del mensaje de datos y
solicitando a los expertos verifiquen la integridad de la data que será objeto de
experticia. Todo ello para demostrar la autoría de mensaje de datos, en este caso en
particular, del emisor del correo electrónico.

A continuación se analiza si los medios informáticos como firma electrónica.


Mensajes de datos y otros instrumentos, poseen estos recursos y así tenemos que los
medios informáticos tienen materia, aún más si los mencionados medios puedan
suprimirse y copiarse en otros formatos de manera indefinida, los archivos digitales
están guardados el material físico. Se puede indicar también que los medios
informáticos son auténticos documentos competentes para indicar niveles de evidencias
al Juzgador y sistemáticamente pueda establecerse como medio de prueba dentro del
procedimiento judicial

Hay una clara diferencia entre el medios electrónicos y medio informático, los
primeros pueden incluir mensajes de datos, información, es decir trasmite información,
y eso que todo medio informático, es un medio electrónico. Dan a saber manifestaciones
de relaciones sociales y en diferentes casos voluntades, además entre otras cosas puede
servir de medios para realizar distintas transacciones humanas como contrato por
ejemplo.
Rivera Morales (2013, p.942), explica que la doctrina distingue dos elementos
constitutivos del documento como:

El corpus y el docet. El corpus es la cosa corporal sobre la que consta inserta


representación gráfica, una grafía, de un hecho.

El docet o docere, que en latín significa enseñar, mostrar, indicar y está referido a
todo aquello que pueda representar la existencia de un hecho. Es decir la manifestación
de lo que el actor intenta expresar al destinatario del documento, se entiende como la
manifestación volitiva.

Por consiguiente aquello que incluya estos recursos puede estimarse como
documento: una un croquis carta, un grafiti, un plano, etc., es incuestionable que el
documento electrónico, cuando contiene un testimonio o manifestación de voluntad
participa de los perfiles característicos de los documentos convencionales, se trata de un
objeto mueble que tiene independencia física de su creador y del instrumento que lo
hace, pudiendo ser llevado ante la instancia jurisdiccional mediante su inserción a un
soporte estipulado (impresión, pen drive, CD-Rom, DVD, Blu- ray, disquete ordinario,
disco duro de ordenador, entre otros).

Con esta interpretación queda claro, que todo aquello que no tenga expresividad e
intencionalidad no es documento. Los medios informáticos deben cumplir la función de
docere para aceptar como verdaderos documentos, pero no obstante se señala que puede
suceder que en el medio informático se plasme un rastro o una huella de algún hecho o
acontecimiento mecánico, pero no se puede catalogar como documento, sino
sencillamente una prueba material, en el cual hay el estampado de esa marca o huella

Tal vez la cuestión primordial consiste en explicar si los instrumentos


informáticos –, páginas web, mensajes de datos, correos electrónicos fax, etc. – poseen
ese factor corporal, pues no hay dudas de que existe intencionalidad y expresividad. De
acuerdo a la concepción y reglamentación actual, los recursos informáticos carecen de
escasa corporalidad, y presentan un alto nivel de volatilidad, por lo que normalmente se
encuentran en el límite del universo documental.

289-1673-1-PB
Tipos de Documentos Electrónicos

(Peñaranda H; 2001), indica, que existen dos tipos de documentos electrónicos,


siendo:

Tipos Strictu Sensu o Específico del Documentos Electrónico

Cuando se habla de documento electrónico se hace referencia a todo documento


elaborado por el computador o aquel documento formado por medio de este.

El caso del documento electrónico elaborado por el computador u ordenador.

En este argumento, el computador basado en una serie de parámetros,


información, reglas y procedimientos a través de un programa adecuado, decide el
contenido del documento y la regulación de los intereses, pudiéndose concluir este
contrato por uno o varios ordenadores, determinando el contenido de las voluntades, sin
hacer alusión, por supuesto a que estas máquinas, sin las instrucciones previamente
determinadas por el elemento humano no funcionarían.

Caso en que el ordenador o computador no forma la mencionada voluntad, sino


que se limita a documentar declaraciones de voluntad previamente manifestadas. De
esta manera, la información o documento es almacenado en la memoria del computador
y podrá ser leído por el usuario con solo la utilización de las maquinas adecuadas.

Tipos Lato Sensu o en Sentido Amplio del Documento Electrónico

Este tipo de documentos electrónicos se clasificaran a continuación de la siguiente


manera:

Los que tienen como soporte el papel y son reflejados por una información que
existe o se soporta en la informática.

Los de soporte de la información electrónica o informática, es decir, datos


almacenados en un ordenador.

Para concluir, debemos destacar, que existen documentos electrónicos en sentido


estricto, que son elaborados por el computador o por medio de este, pero existen
aquellos documentos electrónicos en sentido amplio que son obtenidos mediante los
elementos de salida del computador u ordenador, sin necesidad de estar plasmado de
manera digital, es decir, que podrían no estar grabados en la memoria luego de ser
exteriorizados.
Es de recordar que la doctrina ha catalogado los documentos electrónicos como
todos aquellos que tengan alguna relación con el medio informático o electrónico. Así
pues en estos casos si se ha exteriorizado el documento a través de un instrumento de
salida del computador como impresora, su prueba será mas directa pues la persona
podrá leerlo sin necesidad de tener que acudir a una maquina informática para obtener la
información.

La Firma Electrónica

Para definir a la firma electrónica, Rico (2005, p.198) señala que ésta “consiste en
cualquier método o símbolo basado en medios electrónicos, utilizado o adoptado por
una parte con la intención de vincularse o autenticar un documento, cumplido todas o
algunas de las funciones características de una firma manuscrita”.

En este sentido, la Ley de Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas (2001) en el


artículo 2, define a la Firma Electrónica como toda “información creada o utilizada por
el Signatario, asociada al Mensaje de Datos, que permite atribuirle su autoría bajo el
contexto en el cual ha sido empleado”. La concepción anterior, obedece a un sentido
amplio, sin limitarla por ejemplo, a la firma digital como se refirió ut supra, respecto al
panorama latinoamericano, lo cual evidencia el respeto al principio de neutralidad
tecnológica presente en nuestro ordenamiento jurídico.
En este punto se hace referencia a la significación legal del documento electrónico
en la legislación venezolana, se expondrán como son tomados los requisitos para darle
validez a la prueba electrónica y además se tomará como base legal para su explicación.
Considerando los requisitos establecidos en el artículo 16 de la Ley sobre
Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas (2001) se indica lo siguiente:
La firma electrónica que permita vincular al signatario con el mensaje de datos y
atribuir la autoría de éste, tendrá la misma validez y eficacia probatoria que la ley otorga
a la firma autógrafa. A tal efecto, salvo que las partes dispongan otra cosa, la firma
electrónica deberá llenar los siguientes aspectos:
Este articulo de la referida Ley, consagra la validez y eficacia de la firma
electrónica equiparándola a las funciones que la ley otorga a la firma autógrafa. A tal
efecto, salvo que las partes dispongan otra cosa, la firma electrónica deberá llenar los
siguientes aspectos:
• Garantizar que los datos utilizados para su generación puedan producirse
sólo una vez, y asegurar, razonablemente, su confidencialidad.

• Ofrecer seguridad suficiente de que no pueda ser falsificada con la


tecnología existente en cada momento.

• No alterar la integridad del mensaje de datos. A los efectos de este


artículo, la Firma Electrónica podrá formar parte integrante del mensaje
de datos, o estar inequívocamente asociada a éste; enviarse o no en un
mismo acto.

A los efectos de este artículo, la firma electrónica podrá formar parte integrante
del mensaje de datos, o estar inequívocamente asociada a éste; enviarse o no en un
mismo acto.

Según lo citado, el documento electrónico deberá poseer algunos aspectos


importantes, uno de ellos es que se tenga la certeza de que no habrá reproducción de los
datos suministrados para la investigación y que no se permita la alteración de los
mensajes de datos estudiados, así como tener la garantía de que los mismos no serán
objeto de modificación debido a el avance tecnológico que se está conociendo en esos
instantes.
No obstante, la firma electrónica que no cumpla con los requisitos señalados
podrá constituir un elemento de convicción valorable conforme a las reglas de la sana
crítica. La interpretación que exige la propia esencia de la firma es la de asumir la
paternidad y alcance de las declaraciones inter-partes.
Carrascosa y otros (1991, p.50), explican que la firma como signo distintivo y
personal, reúne los siguientes mecanismos prácticos, aplicables también a las firmas
electrónicas:
• La identificación: La firma asegura la relación jurídica entre el acto
firmado y la persona que lo ha firmado. Este elemento conduce al autor
de la firma, y es un proceso pasivo por cuanto dicha función puede
hacerse a posteriori o incluso sin el consentimiento del autor.

• La autentificación: En contraposición a la anterior función, ésta consiste


en un proceso activo según el cual el autor expresa su consentimiento
sobre un acto jurídico. Es el acto que materializa el consentimiento en los
actos jurídicos solemnes. Esto supone un vínculo material entre el escrito
y la firma y un vínculo intelectual entre la firma y el texto del
documento.

Como resultado, firmar significa hacer propio el mensaje y manifestar la voluntad


de apropiarse de los términos del escrito. Frente a la esencialidad de la firma en algunas
declaraciones de voluntad, ésta no es determinante para la existencia y validez de la
mayoría de las declaraciones negociales, en base al principio de libertad de forma de los
contratos; no obstante, es necesaria para tener certidumbre acerca de la autoría de la
declaración (función indicativa de la firma); del alcance del consentimiento contractual
(función declarativa de la firma) y de la eventual prueba del contrato (función
probatoria de la firma) (Flores, 2002, p.172).

Mensajes de Datos

Mediante la tecnología de la información y a través de una estación informática,


una computadora, laptop, tableta, o incluso un teléfono inteligente (Smartphone),
podemos acceder a información y obtener mensajes de datos que luego pueden ser
impresos y constituir documentos electrónicos cuyo contenido es de lo más diverso:
constancias o comprobantes bancarios, recibos de pago de servicios, compra de billetes
aéreos, realizar compras de objetos, y en el campo tributario: presentar declaraciones,
pagar tributos, etc. Estos documentos constituyen novedosos medios probatorios, sobre
los cuales se puede ejercer el control necesario que permita investirlos de certeza para
mediante su uso dar por demostrado un determinado hecho.
Los documentos escritos, mensajes de datos y firmas electrónicas, son toda la
información exacta de toda forma electrónica que se pueda recopilar y tratar como
medio de prueba, su actividad probatoria se basa principalmente en la misma validez
que poseen los documentos escritos, y la promoción, el control, la contradicción y
evacuación, será igual que cualquier otro medio legal, lo que quiere decir, que tendrá la
misma eficacia que la ley establezca previamente, de igual manera, será regulada por la
vigente Ley de Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas(2001).
Establece en el texto de Facchin, Ponte y Daré (2004), lo siguiente:

La Ley de Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas confiere


fuerza probatoria y validez jurídica a los mensajes de datos (correos
electrónicos, por ejemplo); prevé que el requisito de firma autógrafa
pueda ser satisfecho utilizando un método que otorgue autenticidad e
integridad y mediando certificación emanada del proveedor de servicios
de certificación; prevé expresamente que el requisito “por escrito” será
satisfecho con un mensaje de datos; establece disposiciones que regulan
el cómo, cuándo y dónde de la formación electrónica de contratos;
estipula presunciones de identidad acerca de remitentes de mensajes de
datos; reconoce a la firma electrónica el mismo valor probatorio y los
mismos efectos jurídicos que los de la firma autógrafa (p.10).

Significa entonces, que la mencionada Ley especial será la encargada de otorgarle


la eficacia probatoria a los mensajes de datos y conjuntamente a la firma electrónica,
con ello, las técnicas necesarias para cumplir con la rectitud y veracidad de las pruebas
electrónicas. Por otro lado, en los documentos escritos el procedimiento de evaluación
transcurre en que los medios de prueba serán leídos, analizados, expuestos y debatidos
en la controversia. Cuando se deba leer el contenido del documento, el juez podrá
acordar con las partes que solo se haga la lectura precisa y concisa de los puntos que se
quieren demostrar, haciendo un resumen e indicando lo indispensable.
El artículo 1 del Decreto-Ley sobre Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas
(2001), otorga reconocimiento jurídico al mensaje de datos o documento electrónico,
como también se le conoce, y lo define como toda información electrónica trasmitida de
manera inteligible, “independientemente de su soporte material, atribuible a personas
naturales o jurídicas, públicas o privadas”. Con base en ello se puede concluir que se
incluye tanto a las comunicaciones transmitidas a través de la Internet, como a través de
redes privadas, independientemente del medio que se utilice, sea alámbrico o
inalámbrico. Cabe señalar el carácter progresivo de la Ley cuando incluye no sólo los
medios existentes sino también los desarrollos tecnológicos que se produzcan en el
futuro, lo cual le permite adaptarse a las tecnologías venideras.
De acuerdo con el artículo 2 de la Ley modelo sobre Comercio Electrónico de la
Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (1996), se
inserta dentro de la definición de mensaje de datos, aquella información transmitida por
telegrama, télex o telefax.
La definición contenida en el artículo 2 de la Ley Especial contra los delitos
informáticos, a diferencia de la contenida en el LMDFE no requiere que el mensaje sea
inteligible.
Ciertamente, los mensajes de datos son impulsos electrónicos que se caracterizan
por la posibilidad no sólo de su comunicación o intercambio, sino también por la
posibilidad de ser almacenados. El almacenamiento puede efectuarse tanto en elementos
tangibles, como un disco de memoria interna o externa, un disco (CD-Rom), como en
elementos no tangibles como las llamadas nubes o simplemente se encuentran en una
red (web). En todo caso el acceso a esta información requerirá de máquinas y sistemas
que la interpreten y la puedan reflejar o en una pantalla o ser impresa en una hoja de
papel.
Si bien es cierto que, la información electrónica generalmente proviene de alguna
persona (natural o jurídica) a la cual se le puede atribuir la autoría de la misma y a la
que la Ley denomina: emisor. Pero además, es necesario que el mensaje haya sido
remitido a un destinatario, pues de lo contrario no podría ser considerado como tal.
Ahora bien, los mensajes de datos incluyen no sólo las informaciones destinadas a ser
comunicadas a un destinatario en particular, sino que pueden englobar cualquier
información que pretenda darse a conocer a un número indeterminado de personas.
Asimismo, un mensaje de datos puede contener una información adicional creada
o utilizada por el Signatario, asociada al Mensaje de Datos, que permite atribuirle su
autoría bajo el contexto en el cual ha sido empleado, estamos así en presencia de la
firma electrónica que permite determinar que el mensaje efectivamente ha sido emitido
por la persona que lo ha originado en forma similar como se atribuye la autoría de un
documento a la persona que coloca sobre él su firma autógrafa (Signatario).
Evidentemente que la Ley va a requerir el cumplimiento de ciertos requisitos para la
validez de la firma electrónica.
Así pues, habrá mensajes de datos que contendrán una información adicional; la
firma electrónica, en tanto otros carecerán de tal información, por lo que los efectos
jurídicos serán diferentes. No obstante la existencia de una normativa que regula los
requisitos que deben llenar los mensajes de datos, así como la eficacia jurídica que se
les reconoce, cabe señalar que la prueba electrónica, dado su carácter novedoso y su
inacabada reglamentación, no resulta ser una prueba fácil. Se entiende que estos
requisitos son los mínimos, pues las partes pueden prever otros adicionales.
A tenor de lo dispuesto en el artículo 18 del DLMDFE (2001), la firma electrónica
debe ser certificada por un proveedor de servicios de certificación. Sólo así se garantiza
tanto la autenticidad del mensaje como la integridad del mismo a la que se refiere el
artículo 7 ejusdem, es decir, que el mensaje “se mantiene inalterable desde que se
generó”.
Los proveedores de los servicios de certificación deben ser acreditados por la
Superintendencia de Servicios de Certificación Electrónica, servicio autónomo adscrito
al Ministerio de Ciencia y Tecnología, organismo al cual se le ha confiado la
supervisión y control de tales servicios.
El valor que posee un mensaje de datos con firma electrónica es el mismo que se
otorga a un documento escrito con una firma autógrafa como se desprende de las
normas contenidas tanto en el aparte único del artículo 6, como en el artículo 16. Ahora
bien, como lo dispone el artículo 38, el certificado electrónico “no confiere la
autenticidad o fe pública que conforme a la ley otorguen los funcionarios públicos a los
actos, documentos y certificaciones que con tal carácter suscriban”. Con base en ello
habrá que concluir que los mensajes de texto con firma electrónica deben equiparase a
un documento privado y valorarse en la misma forma como lo establece el artículo
1.363 del Código Civil (1982).

Certificados electrónicos

Como es indicado, en la Ley de Mensajes de Datos y Firmas Electrónicas (2001)


se define a los certificados electrónicos de la siguiente manera: “Artículo 2. A los
efectos del presente Decreto-Ley, se entenderá por: (...) Certificado Electrónico:
Mensaje de Datos proporcionado por un Proveedor de Servicios de Certificación que le
atribuye certeza y validez a la Firma Electrónica”. El cual debe ser entendida
acopladamente con el artículo 38 ejusdem, que plantea la función principal de los
certificados electrónicos, cual es garantizar la autoría de la firma electrónica que
certifica así como la integridad del mensaje de datos.
A su vez, la citada Ley regula en el artículo 43 los aspectos que deben contener
los certificados electrónicos y se observa que en tales requisitos, el legislador
venezolano obvia la mención de la firma electrónica del PSC que emite el certificado, a
efectos de comprobar su autenticidad, lo cual resulta indispensable para vincular
jurídicamente los documentos electrónicos con su emisor. En este mismo orden de
ideas, el Reglamento Parcial de la citada Ley, establece en el artículo 32, que el
contenido de los certificados electrónicos no se limita a lo anterior, pero hace la
siguiente salvedad, a saber: “Los Certificados Electrónicos emitidos por los Proveedores
de Servicios de Certificación Electrónica, podrán incluir información adicional a la
requerida en el artículo 43 del Decreto Ley sobre Mensajes de Datos y Firmas
Electrónicas, siempre y cuando ésta no dificulte o impida su lectura o el reconocimiento
de dichos certificados por terceros”.
Por su parte, un sistema de certificación electrónica permite, por una parte,
acreditar la autenticidad de las partes intervinientes en una transacción de este tipo; y
por la otra, permite conocer la hora y fecha del envío de un documento electrónico,
circunstancia por demás importante para determinar el momento de la formación del
contrato, de una notificación electrónica, de una contestación de alguna demanda, o del
nacimiento de las obligaciones de las partes, entre otras situaciones de relevancia
jurídica.
Enseña Rico (2005) que:

Dentro de los componentes básicos de un sistema de certificación


electrónica encontramos tres elementos: (1) el uso de la firma electrónica,
(2) la presencia de un tercero de confianza –el prestador de servicios de
certificación, comúnmente conocido por las siglas PSC– y (3) la emisión
de un documento que respalde esa firma; el certificado
electrónico(p.223).

En cierta forma, el carácter que se repite en las definiciones aportadas sobre


certificado electrónico, deviene de su primordial función: vincular una clave pública con
un determinado titular. Así se tiene que la principal función del certificado electrónico
es asociar la identidad de una persona determinada a una clave pública concreta (e
indirectamente a una clave privada).
Luego, los usos de los certificados electrónicos, se puede enumerar de la siguiente
manera: 1) autenticar si quien remite el mensaje de datos al que se adjunta el certificado
es efectivamente quien dice ser, lo que se conoce como garantía de autoría; y 2)
proporcionar al receptor del certifica do la clave pública del remitente que le permita
desencriptar el texto del mensaje de datos, lo que se conoce como garantía de
integridad. Por tanto, para que el certificado electrónico cumpla con la finalidad que se
ha destinado será necesaria la intervención del Proveedor del Servicio de Certificación
(PSC).
A las entidades encargadas de otorgar tales certificados electrónicos le son
consideradas como las terceras partes de confianza (TrustedThirdParties) que son
aquellas entidades que merecen la confianza de otros actores en un escenario de
seguridad donde no existe confianza directa entre las partes involucradas en una cierta
transacción. Es por tanto necesaria, una infraestructura de clave pública para cerrar el
círculo de confianza, proporcionando una asociación fehaciente del conocimiento de la
clave pública a una entidad jurídica, lo que le permite la verificación del mensaje y su
imputación a una determinada persona.
La previsión de la certificación como mecanismo de seguridad para el documento
electrónico, se encuentra contemplado en la Ley de Mensajes de Datos y Firmas
Electrónicas, siendo la Superintendencia de Servicios de Certificación Electrónica
(SUSCERTE) el órgano encargado por parte del Estado, de la designación de aquellos
institutos u organismos que concretamente certificarán las firmas electrónicas que sean
susceptibles de la adquisición de tal seguridad. Es preciso señalar que actualmente tal
proceso de “revestimiento de seguridad sobre las firmas electrónicas”, no se está
produciendo en efecto, en virtud de que la Superintendencia antes referida, se encuentra
en proceso de análisis, revisión e implementación para la fecha.
En este mismo sentido, y en el plano supuesto del inicio del proceso de
certificación de las firmas electrónicas, se encuentra el organismo público, denominado
Fundación Instituto de Ingeniería para Investigación y Desarrollo Tecnológico, órgano
adscrito al Ministerio del Poder Popular de Ciencia y Tecnología, y como institución
privada, el proveedor de certificados PROCERT C.A.

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