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Territorio, Cultura y Manifestación Cultural

GUIÓN MUSEOGRÁFICO

TÍTULO: Ibanasca: Un ícono femenino regional de protección, y lucha por la


libertad de un pueblo ancestral.

DURACIÓN: 30 mins – 45 mins, el 8 Marzo de 2020 (Día de la Mujer)

RECORRIDO:
El público se acerca a los puntos o el punto elegido, el cual si tiene tarima se
dispondrán las personas a sentarse en dos pequeños bloques de sillas para
observar el performance; si el lugar no tiene tarima, la Universidad se encarga de
montar una pequeña tarima para la presentación del performance.

INVESTIGACIÓN:

https://ibanasca.wordpress.com/2012/11/21/ibanasca-la-
diosa-de-las-nieves/
http://monumentosdeibague.blogspot.com/2011/09/monu
mento-la-cacica-dulima.html?view=magazine
https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-
546020

CACICA IBANASCA
Dulima “Surgida de las nieves” o ibanasca protectora indígena de los nevados
de los cuales la tierra Tolimense es rica en ellos.

Era una valiente cacica nacida cerca al vocan machín; Ibanasca era la
sacerdotisa y líder de su tribu los Dulimas, indígenas que habitaban la zona del
Cañón del río Combeima, también era su protectora medicinal, como una
especie de chaman. Defendió fielmente su raza y su tierra mostrando sus
cualidades de guerrera cuando los españoles llegaron a tierras tolimenses y
quienes acusándola de bruja la quemaron viva.
Se dice que al ser quemada Ibanasca maldijo los cantos y esta era la manera en
la que los Dulima contaban su historia, tal vez Ibanasca quiso que fuera una
tierra sin cantos para que no se conociera la tragedia de su pueblo, mientras, su
tribu no veía que estuviese siendo quemada sino que un enviado del dios fuego
la cubrió para purificarla y su espíritu trascendiera para ser la diosa de las
nieves que duerme en las profundidades del Nevado del Tolima, donde
descansan los sabios.

Ahora bien, Dulima, defensora y guardiana de las tradiciones de su raza, a


ratos injustamente olvidada; ella luchó y murió defendiendo el único patrimonio
natural de un indígena: la libertad y la indibisilidad de nuestro territorio.

La Cacica Dulima era una indígena pijao, los españoles pensaban que era la
guardiana de un gran tesoro, por lo que la acusaron de brujería para que fuera
ejecutada y así robarlo. Andrés López de Galarza accedió a tal condena y atacó el
templo de Dulima decapitando a los guardianes y luego de un falso juicio la
condenaron a las llamas como a una bruja. Tras su muerte los españoles
descubrieron que el único tesoro del que la cacica era guardiana era la libertad
del pueblo pijao.

Es el símbolo tolimense de abnegación y rebeldía sacrificada con increíble


crueldad y su sangre derramada inició la historia heroica del Tolima; hoy es
ella el monumento más representativo de la historia ibaguereña.

IBAGUÉ NO FUE TERRITORIO PIJAO


El afamado cronista de la conquista Fray Lucas Fernandez de Piedrahíta,
describió geográficamente el territorio de los Quimbayas de la siguiente
manera: La provincia de los Quimbayas comprende los confines, de los indios
Pantágoras, y yace entre las ciudades de Ibagué y Santa Ana de Anserma, hay en
ella un volcán de humo que respira en la gran sierra conocida por sus laderas
llamadas Toche.
Sus naturales así sean hombres como mujeres son de muy buen parecer, y no
comen carne humana. Funden preciosas joyas de oro por la idea de cuantas
cosas ven. Congregándose se dividen las mujeres en dos escuadrones, y los
hombres en otros dos, a cuya imitación hacen lo mismo los de tirna edad, y al
compás de cierto son de sus instrumentos musicales se arrojan entre sí varas y
tiraderas, y se acometen fuertemente, este juego remata en muertos y heridos, lo
que hasta hoy permanece. En sus bailes uno de ellos lleva el compás
rítmicamente, cantando, de suerte que bailando bebían y cantaban los trabajos
presentes y acaecimientos pasados. Reconocían que el hombre tiene algo de
inmortal, y lo más singular es que no tienen ídolos.

De este modo se comprueba que los indios Quimbayas vivían en las extensas
zonas aledañas a Ibagué, y no los Pijaos como se venía creyendo. Estos Pijaos de
raza Caribe, costumbre y hábitos distintos, dominaban el sur, haciendo frontera
con el río Guatipori o Coello, habitando lo que es Rovira, Ortega, Guamo,
Espinal, Chaparral, etc.

Por su parte los Quimbayas se dividían en Cocoras, Tuamos, Moncaguas,


Dulima, Ancones, Ambalaes, etc. Eran de piel ligeramente pálida, esbeltos de
cuerpo, cabello largo, temperamento afable. Gustaban de la práctica de los
deportes, entre ellos un juego con pelotas de caucho natural, que lanzaban con
los hombros y las caderas; Carreras de maratón, competencias de armas
embotadas, inclinados al canto y a la música, frecuentaban danzas colectivas,
sosteniendo mientras bailaban una copa de vino en la palma de las manos,
usaban banderas de algodón teñida, adornadas con cascabeles y campanitas de
oro.

Premiaban a sus campeones con mantas, joyas de oro, en ruidosas fiestas en las
que las mujeres se coronaban con guirnaldas de flores y diademas de filigrana.
A sus muertos les rendían culto, los momificaban recubiertos de finas láminas
de oro y mascarillas.

En las proximidades del Volcán Machín tenían un santuario religioso, dedicado


a sus dioses, la luna y el sol, representados en dos grandes discos de metro y
medio de diámetro, de oro y plata bruñidos. En dicho Santuario asistían dos
monjes o mohanes dedicados a exparcir incienso, y a atender las consultas sobre
malos o buenos sucesos futuros.

Existía una sacerdotisa a la cual las tribus le rendían homenaje y ciega


obediencia, llamada Ibanasca, conocida como Dulima en memoria de la tribu
que habitaba en los alrededores del nevado. Los conquistadores asaltaron este
Santuario atraído por sus grandes tesoros, asesinaron a quienes lo custodiaban,
y tomando prisionera a la sacerdotisa Dulima, y a sus doncellas, la condujeron
encadenada a Ibagué, en donde la sacrificaron quemada sobre una pira pública,
mientras recibía las bendiciones de los Padres Dominicos, entre ellos el Padre
Isidro Cobo, para que su alma volara directamente al cielo purificada por el
fuego.

El Departamento conserva el nombre de aquella Cacica quimbaya perpetuando


su fama estereotipada en la posteridad, a quien sin duda se le debe el homenaje
de un bronce o monumento de proporciones gigantezcas como la máxima
heroína de la raza aborigen.

TEXTO INTRODUCTORIO DE LA EXPOSICIÓN:

Las mujeres con el andar del tiempo, han hecho parte importante dentro de la
defensa y lucha de sus comunidades, contra entes superiores que quieren
vulnerarles, y obtener beneficios para sí mismos sin importar el costo que se ha
de pagar.
No hay que irnos muy lejos para presenciar tal acto de valentía y pasión, por parte
de una mujer… una mujer aborigen, propia y nacida en tierras tolimenses, que en
su época parte era territorio Quimbaya. Así es, se trata de Ibanasca, una mujer
cacica de la tribu de los Dulimas; venerada y adorada como una diosa por su
pueblo, pero era una mujer amorosa, determinada, protectora, atada de corazón
su pueblo y a su territorio.

Y como toda lucha, lastimosamente, también hay caídos, aplastados por el poder
del bando contrario que busca más poder y dominación, e Ibanasca fue una de
ellos, pero hasta el final, nunca abandonó a su pueblo. A continuación, te dejaré
que la propia Ibanasca, te cuente su historia.

ELEMENTOS DE MONTAJE:

- Audio introductorio de fondo, explicación y contextualización histórica del


personaje.
- Música ambiental Andina.
- Presentación teatral, monólogo en primera persona, de la cacica Ibanasca.
Cuenta sobre sí misma y lo que deseaba para su pueblo, conflictos con los
colonos, y su trágico final. (Presentación con micrófono)
- Actriz caracterizada físicamente como el personaje (vestuario, maquillaje,
accesorios)
- Fondo ambientado, basado en el la historia.

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