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al Jesús que ha vivido en un lugar y tiempo determinado; su fascinante vida, sus acciones,
palabras y manera de pensar resultan altamente atrayentes para cualquier persona que se
interese por este personaje, en especial para una persona de fe, que está llamada a cimentar
de manera más consiente y profunda su vida cristiana. Este informe se basa en la lectura del
libro: Jesús, aproximación histórica de José Antonio Pagola, quien ha querido aproximarme
quienes están hoy dedicados de manera más intensa a esta investigación. Recuperar su
José, no nació en Judea o algún lugar con mayor riqueza o importancia cultural, nació en
una aldea pobre, de pocos habitantes, desconocida y pequeña, lejos de la gran ciudad de
Jerusalén; nació en Nazaret, de un padre cuyo oficio no era de los altos cargos y de mejor
prestigio en la palestina del siglo I, era hijo de un artesano que iba de aldea en aldea
buscando alguien que requiriese de sus labores en alguna de sus casa o reparando las
Aquel lugar, que como toda esta región palestinense se encontraba bajo el poder del gran
imperio de Roma, que aunque nunca conoció a sus emperadores porque nunca pisaron su
tierra, tenían claro sus rostros, ya que su imagen estaba gravada sobre las monedas que por
allí circulaban.
En la Galilea de Jesús, el país era de una riqueza digna de envidiar; su clima, sus vientos
suaves y frescos provenientes del mar y la fertilidad de sus tierras eran signo de la
gentes que vivían del campo y contaban solo con la austera ayuda de las bestias que
poseían, país donde a orillas del lago, por donde se movió tanto Jesús, se vivía de la pesca
con técnicas bastante rudimentarias, con redes simples y pequeñas barcas, pero cuyo
su familia o a quienes le complaciera por su servicio lotes que podían administrar; quienes
poseían sus propia tierra eran ayudados en el trabajo por más miembros de su familia, pero
también quienes nada tenían, se ofrecían como jornaleros de un día, en busca de algún
contrato para comer y que cuando no había cosecha, su sostén era la mendicidad.
desigualdad y empobrecimiento, donde los únicos beneficiados era la gente dirigente que
vivía en las grandes ciudades como Séforis y Tiberíades, esta vista de la injusticia en su
región fue crucial en la predicación del Reinado de Dios, que poseía una fuerte crítica a este
sistema y que siempre buscaba defender a los pobres e indigentes con acogida sin igual a
En Nazaret, lugar donde nació, se crío Jesús y donde vivió su familia, las casas no eran de
grande arquitectura, algunas de ellas eran cuevas excavadas en las laderas, oscuras y
primitivas, con techos de ramajes viejos y pisos de tierra apisonada, casas pequeñas y
primarias, suficiente en medida para acostar toda la familia y los animales, sin duda, Jesús
habrá vivido en una casa de estas, humilde, modesta, suficiente para quienes la habitaban y
Sabe cuál es el mejor lugar para colocar el candil, de manera que el interior de la casa, de
oscuras paredes sin encalar, quede bien iluminado y se pueda ver. Ha visto a las mujeres
barriendo el suelo pedregoso con una hoja de palmera para buscar alguna moneda perdida por
cualquier rincón. Conoce lo fácil que es penetrar en algunas de estas casas abriendo un
boquete para robar las pocas cosas de valor que se guardan en su interior. Ha pasado muchas
horas en el patio de su casa y conoce bien lo que se vive en las familias. No hay secretos para
nadie. Ha visto cómo su madre y las vecinas salen al patio al amanecer para elaborar la masa
del pan con un trozo de levadura. Las ha observado mientras remiendan la ropa y se ha fijado
en que no se puede echar a un vestido viejo un remiendo de tela sin estrenar. Ha oído cómo
los niños piden a sus padres pan o un huevo, sabiendo que siempre recibirán de ellos cosas
buenas. Conoce también los favores que saben hacerse entre sí los vecinos. En alguna
Estas experiencias, hacen que la predicación de Jesús no sean discursos filosóficos cargados de
conocimiento teórico, él les hablará desde la vida, desde lo que todos conocen bien, la cotidianidad
El ambiente en el que Jesús crece es totalmente natural, de campo, teniendo contacto con los
resaltaban la identidad misma del ser, por eso abandonar la familia era un escándalo y una deshonra,
pero a Jesús poco le importaron estas concepciones, él quería algo mayor, no podía limitarse dentro
de un grupo así, su ideal de crear una familia que abarcara a todos los hombres le perseguía y
resonaba en su cabeza. Jesús, como todos los niños, estuvo al cuidado de su madre y de las mujeres
de su familia, por eso luego quedaría tan marcada en su predicación la defensa por el rol de la mujer
En estas familias de aquella aldea, la vida religiosa no quedaba olvidada, entre ellos, familiares y
vecinos, se preocupaban por alimentar la fe en los hogares y en las reuniones en las sinagogas. La
distancia entre Galilea y Jerusalén, hacía que el ambiente religioso fuera un tanto diferente, la
experiencia judía de aquellos aldeanos era bastante elemental, menos rubricista y más arraigada en
sus corazones. No desconocían el Dios de la Alianza, que les sacó de Israel y los condujo por el
desierto, se sabían cómo pueblo elegido por Dios. Peregrinaban a Jerusalén para alabar a su Dios en
el Templo Santo, el cual tenían siempre presente cuando hacían oración, puesto que orientaban su
mirada hacia este lugar. Entre los días más deseados y alegres de la semana, se encontraba con
Jerusalén, que cuidaban rigurosamente la norma, le consideraban como una fiesta y era donde
no habría materiales para ello. Todo lo que sabía no lo aprendió leyendo o como alumno de algún
maestro de la ley, solo escuchaba con atención y guardaba en su corazón las oraciones, palabras
sagradas y salmos que más eran de su aprecio. Jesús, como todos debió aprender algún oficio para
trabajar, no fue campesino, pero debió tener contacto con el campo en tiempo de cosecha ayudando
a su familia, seguramente fue artesano, como su padre José, quizá su en su trabajo estuvo atento de
reparar techos, fijar vigas, construir puertas y ventanas, hacer arcos y algunos oficios sencillos.
Aprender un oficio, era fundamental para mantener la familia que luego debería conformar. Pero no
fue así, Jesús no se casó, un hecho desconcertante y hasta ciertamente vergonzoso para su familia,
con esta decisión no habría más descendencia; su opción no se debe a un tema de pureza o sexual,
su opción de vida era más profunda que una familia o un matrimonio, era algo mayor que le
apasionaba y enamoraba: el Reino de Dios. Por esta convicción dejó su familia, su trabajo, renunció
Bautista, al abandonarle busco colaboradores y se fue por toda Galilea anunciando la Buena
Noticia.
Jesús, como todo judío, consideraba que cuando la fidelidad con Dios se rompía, habría que volver
al desierto para comenzar de nuevo la historia. En el desierto se escuchaba la voz de un hombre que
invitaba a la conversión por medio del bautismo en el rio Jordán, Juan el Bautista, quien en algún
momento de su labor sacerdotal en un sitio rural, rompe toda relación con el templo y las leyes y
marcha al desierto a gritar su mensaje. Juan cree que todo lo que ha sucedió en Israel es producto
del pecado y la rebeldía, consideraba que este era ya el punto final de la alianza con Dios, que se
había roto; para Juan, todo estaba contaminado y su bautismo iniciaba una alianza nueva para el
pueblo fracasado. EL lugar que escoge es intencional, allí lo podía escuchar mucha gente que pasara
por las rutas comerciales cercanas, aunque su sentido era mucho más profundo, “el desierto
escogido se encontraba frente a Jericó, en el lugar preciso en que, según la tradición, el pueblo
p.64). Regresar al desierto, bautizarse y entrar de nuevo a la tierra prometida, sería hacer una
alianza nueva con Dios para siempre, con la esperanza escatológica de la llegada de Dios, donde su
Jesús se convierte en discípulo del Bautista, aunque tiempo después le dejaría para dar a conocer
que el Reinado de Dios, que Juan predicaba escatológicamente, era algo que en realidad ya estaba
que alcanzaba a bautizados y no bautizados, ya Dios no era juez, sino salvador, su invitación a
dejarse encontrar por la fuerza salvadora de Dios era tan libre que cada uno tendría la oportunidad
de rechazarla o aceptarla; Jesús deja el desierto y se dirige a toda la tierra habitada por Israel para
proclamar la llegada del Reino de Dios que se debía caracterizar por la festividad, la alegría, el
Jesús empieza su vida de itinerante, no se instala en ningún lugar, él quiere andar por todas partes
anunciando el Reinado de Dios, dónde iba se reunía con los vecinos, iba a las casa y allí compartía
con las madre y los niños, iba a los campos donde compartía con los campesinos, y sin duda alguna,
se reunía en las sinagogas para compartir con la gente que se congregaba allí los sábados; esta
itinerantica de Jesús es algo bien pensado, pues ya nadie tendría que ir al desierto, no tendría que ir
a buscar, era el momento de dejarse encontrar por Dios, pues a ellos estaba llegando ya su reinado.
Para Jesús, la semilla del Reino solo puede encontrar buena tierra en los pobres de Israel, en
quienes eran más enfermos a causa de la injusticia, desigualdad y opresión, en quienes de manera
Las declaraciones del Reinado de Dios no eran fáciles de entender, más aún cuando se anunciaba su
llegada presente y el pueblo aún seguía oprimido, dominado y corrupto, pero lo cierto es que esta
predicación de Jesús, nacía desde su experiencia de vida, donde experimentaba que Dios actuaba y
decía Pagola (2013) lo primero para Jesús en su predicación del Reino de Dios, es la vida de la
gente, no la religión. Curar a los enfermos, liberar a los endemoniados y defender a los más
Jesús piensa que el Reino de Dios es una fuerza trasformadora que daba esperanza “La irrupción de
Dios está pidiendo un cambio profundo. Si anuncia el reino de Dios es para despertar esperanza y
llamar a todos a cambiar de manera de pensar y de actuar. Hay que entrar en el reino de Dios,
dejarse transformar por su dinámica y empezar a construir la vida tal como la quiere Dios.” (Pagola,
2013, p. 100), Jesús quería ver a su pueblo restaurado y transformado, un lugar donde
verdaderamente Dios reinaba, así que se atreve a denunciar todo aquello que impide esta
restauración y renovación, a hablar acerca de modelos sociales más justos, de las relaciones
familiares, de la vida desde una perspectiva más amplia que había que disfrutar, para Jesús las cosas
tenían que cambiar, para que Dios reine. Pero esto no termina aquí, para Jesús no solo hay que
aceptar la salvación de Dios, sino parecerse a él en sus actos de compasión, misericordia, perdón,
encuentro y cercanía.
Para Jesús, el Reino está presente y al mismo tiempo está por llegar y no es contradictorio ya que
considera que ya empezó a germinar, pero solo en el futuro tendrá su plena realización.
El Dios compasivo es una de las imágenes que más marcaron la predicación de Jesús a través de
parábolas, quería mostrar como Dios, sin duda alguna acoge y busca indudablemente a quienes se
han alejado de él, si bien, su lenguaje no era fácil de entender por las concepciones religiosas y
culturales del momento, pero la gente empezaba a intuir su mensaje y más aún a entender que las
exigencias del Reinado de Dios, si Dios es compasivo, las relaciones familiares, entre vecinos,
completamente acogedor, Dios busca a quienes se han alejado de él incluso antes que estos
muestren signos de arrepentimiento, pues es su misericordia la que irrumpe en la vida del hombre, y
esto lo predica Jesús, según el evangelio de Lucas, en las parábolas de la oveja perdida, la moneda
perdida y el padre misericordioso; aunque esta predicación tiene doble vía, entender la manera de
actuar de Dios, pero también la manera en que quienes le escuchaban y acogían su mensaje debían
actuar.
Jesús sabía que para mostrar la inminencia del reino de Dios, debía empezar a proporciónale a la
difícil pues la enfermedad era considerada como castigo de Dios o un mal que de él provenía, y más
aún esta situación era más dolorosa cuando eran excluidos de la sociedad, del culto, de su familia,
sociedad. La forma de sanar que usaba Jesús, era a partir de los gestos proporcionaba inclusión,
organismo queda englobada dentro de una sanación más integral de la persona. Jesús
reconstruye al enfermo desde su raíz: suscita su confianza en Dios, lo arranca del aislamiento
y la desesperanza, lo libera del pecado, lo devuelve al seno del pueblo de Dios y le abre un
Ser sanado y liberado por Jesús no es solamente la mejora de la parte física, sino espiritual, no todo
Pagola, J. A. (2013). Jesús, aproximación histórica. Journal of Chemical Information and Modeling,