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Universidad Católica de Temuco.

Facultad de Ciencias Jurídicas.


Carrera de Derecho.
Bases de la institucionalidad.
Prof. Iván Díaz.

Actividad 11.
Principio de probidad administrativa.

Instrucciones.

1. Forme grupos de dos o tres personas.

2. Lea el extracto de la tesis de pregrado de la estudiante Carla Figueroa Riquelme y cuyo


profesor guía es Luis Fernando Pacheco, titulada “Mecanismos jurídicos de tutela de la
probidad administrativa”, del año 2014.

3. Responda las siguientes preguntas:

a) ¿Cómo se define la probidad administrativa?

b) ¿Existe un listado de conductas que atentan contra la probidad administrativa en la


legislación chilena? ¿Es taxativo ese listado?

c) ¿Quiénes son los destinatarios de la probidad administrativa, es decir, a quiénes obliga?

Texto:

Debido a la estrecha relación entre el principio de probidad administrativa y la ética, es


necesario hacer un alcance al carácter moral que se le otorga a este deber de conducta que
se les impone a los funcionarios públicos tanto por la ley como por la Constitución.

Como mencionábamos anteriormente, la Ley número 18.834, sobre Estatuto


Administrativo, en su artículo 61: Serán obligaciones de cada funcionario (…) g) Observar
estrictamente el principio de la probidad administrativa regulado por la ley Nº 18.575 y
demás disposiciones especiales (…)”. Por otra parte, la Ley de Bases Generales de la
Administración del Estado enuncia que: El principio de la probidad administrativa consiste
en observar una conducta funcionaria intachable y un desempeño honesto y leal de la
función o cargo, con preeminencia del interés general sobre el particular. Su inobservancia
acarreará las responsabilidades y sanciones que determinen la Constitución, las leyes y el
párrafo 4º de este Título, en su caso.”

De esto último se desprende el verdadero significado moral que se le otorga a la función


pública a través del principio de probidad, el que exige una “conducta funcionaria
intachable y un desempeño honesto y leal de la función o cargo, con preeminencia del
interés general sobre el particular”. Siendo este tipo de conductas que no están
taxativamente prohibidas por la legislación, las que han dado lugar a una considerable y
variada jurisprudencia administrativa, lo que a su vez hace imposible describir todas las
situaciones que podrían acarrear eventualmente la violación del mencionado principio .

En el ámbito del derecho administrativo la Ley de Bases Generales de la Administración


del Estado tipifica una serie de conductas las cuales contravienen especialmente el principio
de probidad . Con esto la legislación específica las conductas que entiende que son
atentados al principio de probidad sin perjuicio de no crear un listado taxativo de
conductas, de esta forma cualquier conducta que atente contra el principio, aun sin estar en
el mentado art. 62, es una infracción dable de perseguir las responsabilidades que
correspondan. Dentro de la esfera del derecho penal se han tipificado también conductas
penales que son propias de los funcionarios públicos, ya que solo estos pueden cometer esa
clase de delitos; entre los cuales destacan el cohecho, malversación y fraude como delitos
que atentan contra la probidad administrativa y por lo tanto también son directrices de
conducta para quien ejerza la función pública.

El alcance que hacemos a la frase conducta funcionaria intachable es “como concepto ético
político se aplica a la conducta de los agentes públicos y se refiere a la integridad en el
cumplimiento de las obligaciones y deberes propios y anexos a los cargos y funciones
públicas” entendiendo por integridad la concreción cabal de lo encargado.

Analizando lo descrito de la conducta que debe ser “honesta y leal”, lo que tiene una obvia
connotación ética respecto al actuar de los funcionarios, ésta descripción implica un actuar
conforme a la ley, pero he ahí el vacío legal que trata de cubrir este principio, no todas las
conductas “antiéticas” están contenidas en la ley.

(…).

2.2.- A quienes obliga el principio de probidad

Prima facie la solución sencilla es señalar que el principio de probidad afecta a los
funcionarios de la administración pública, más es dable hacer una precisión conceptual y
hablar de agentes públicos. Así la Comisión Nacional de Ética Pública amplía la noción de
funcionario público, haciéndola extensiva a todo aquel que presta un servicio en el ámbito
de la administración en cualquier poder público e, inclusive, en las empresas que le
pertenecen al estado chileno. Concordante con este análisis es el dictamen número 16360 a
través de la cual la Contraloría ratifica como ya había hecho en otros dictámenes , a
propósito de un caso sobre conflicto de intereses ocurrido en el Consejo Nacional de la
Cultura y las Artes, que los funcionarios que prestan servicios a honorarios también se
encuentran afectos a obedecer el principio de probidad administrativa. En la misma línea
que nuestro argumento anterior el dictamen es categórico en hacer extensivo a los
funcionarios que prestan servicios ad honorem el principio de probidad, al considerar que
cualquiera que ejerza función pública, sin importar si esta es remunerada, no remunerada,
como funcionario de planta, a contrata u honorarios, mientras ejerza función pública estará
tutelado por el principio de probidad.

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