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EL CAMINO REAL DE MÉRIDA A CAMPECHE

Cuando, en 1527, las tropas de Francisco de Montejo "El Adelantado", llegaron a


las tierras bajas mayas (zona geográfica que hoy comprende la mayor parte de la
Península de Yucatán), ya existía un extenso sistema de vías terrestres y fluviales,
por las que los mayas comerciaban y tenían intercambios socio-culturales, con las
diversas ciudades-estados que integraban las tierras bajas y altas. Algunos de estos
caminos eran conocidos como Sacbeo 'ob (caminos blancos o principales), los
cuáles no eran simples veredas, sino obras de ingeniería prehispánica, como la que
aplicaban a sus principales templos. Esta red de caminos eran usados,
principalmente, por los ahcuchpacho 'ob o tamemes (cargadores), y por los
mensajeros o corredores indígenas (correos).
En el tercer intento de conquista iniciado en 1540, por los Montejo (El Mozo y el
Sobrino), Salamanca de Campeche, fue renombrada como San Francisco de
Campeche, en 1541. Desde esta villa, los españoles tomaron el camino que
atravesaba los cacicazgos de: Ah kin Pech, Ah Canul (donde fundaron Calkiní), y
Chakán, donde llegaron a T' hó y fundaron Mérida, el 6 de enero de 1542. Una vez
integrado el Cabildo de Mérida y reconocida como la capital de la provincia, se
iniciaron una serie de Leyes y Ordenanzas por parte de la corona española, para la
buena administración pública de esta parte de las Indias.
Una de las principales preocupaciones de la Corona, fue la mejora de las
comunicaciones tanto internas como externas, sobre todo, las que unían la capital
de la provincia con sus principales puertos, como Campeche y Sisal; esto con el fin
de tener un mejor control de los impuestos aplicables a las mercancías, pero
también para evitar seguir usando a los tamemes en la sufrida actividad de llevar su
carga a cuestas, y poder introducir carretas, arrias y recuas, las cuales todavía no
se conocían entre la población maya. Una de estas primeras Ordenanzas para la
apertura o mejora de caminos, se dio en el año de 1552; sin embargo, se encontró
con la férrea oposición de los encomenderos, quienes alegaban la falta de mano de
obra, así como la carencia de bestias de carga. El primer Alcalde Mayor de Yucatán,
que logró mejorar y ampliar la red de caminos, fue Don Diego Quijada (1561-1565),
quien al final de su administración dijo al rey Felipe II, que su jurisdicción contaba
con caminos que permitían el tránsito de carretas y arrias. La administración del
gobernador Carlos de Luna y Arellano (1604-1612), fue la que terminó de abrir y
rectificar los caminos a Campeche, Valladolid y Bacalar, además de dotarlos con
mesones para el descanso de los viajeros. En 1700, durante el gobierno de Martín
de Urzúa, se le hizo una mejora importante a este camino, hasta Hecelchakán, para
que fuera punto de conexión con el camino que se construyó, de este lugar, hasta
Guatemala.
Es importante mencionar, que el término "Camino Real", hacía alusión a los caminos
anchos y principales cuya apertura, mantenimiento y control, estaba a cargo de las
autoridades. Además el término dejaba implícito el dominio que la corona española
ejercía sobre sus posesiones, tanto en Europa, como en América. En México,
existieron, además del Camino Real que unía Mérida y Campeche; otros caminos
reales muy importantes, como el de Veracruz a México; el de Acapulco a México; el
de México a Guatemala; y el más largo, que fue de Ciudad de México a Santa Fe,
Nuevo México (actual E.U.A.). El significado de camino real se modificó a lo largo
de la legislación española: en el "Tratado legal y político de Caminos públicos y
Posadas", elaborado en 1755; se definía como el que "une dos cabezas o sitios
importantes"; en el "Diccionario de Autoridades", de principios del siglo XVIII, se
definía como: "camino ancho cuya apertura y mantenimiento, se rige por las
autoridades". En este sentido, las autoridades también especificaban el ancho que
debían de tener ciertas vías, según su importancia; además que se hacía referencia
constante de los caminos como bien público, ya que empezaron a cobrar mayor
relevancia en el flujo de mercancías. También por este camino entró la fe; una de
las primeras referencias del término "Camino Real", de las condiciones y longitud
de está vía, es la que describe en 1588, Fray Antonio, secretario del padre comisario
Fray Alonso Ponce, en su visita a la península.
Durante el siglo XVII, el Camino Real de Mérida a Campeche, cobró vital
importancia para la economía de la península de Yucatán, tanto por las estancias
ganaderas, así como por el flujo de productos como: las mantas, la cera, la miel, el
palo de tinte, el maíz, etc., que se exportaban por el principal puerto, que era
Campeche. Pero este incremento del comercio a través de este camino, requirió de
un mayor control para la protección de los que hacían la travesía, por lo que en
1794, se promulgó una "Ordenanza general de Correos, Postas, Caminos y demás
Ramos, de Orden Superior agregados a la Superintendencia general"; que exigía
que los caminos se mantuvieran "transitables y seguros".
Unos años antes que se publicara esta Ordenanza, se le había hecho una mejora
considerable al Camino Real, durante el gobierno de don Lucas de Gálvez (1789-
1792), quien lo amplió para el tránsito de carruajes y carretas. Al finalizar estas
mejoras, se colocó una placa que dice: "Año de 1790 - Este Camino real se debe a
la personal asistencia, buen celo y prudente política, con que el Gob. Cap. Gen. e
Inte. de esta prov., el sr. D. lucas de Gálvez, supo animar los estímulos generosos
de un pueblo amante al común beneficio propenso a la libertad; en cuyo noble
recurso halló los fondos de su abertura y construcción". Para esos años, el inicio del
Camino Real lo delimitaba el "Arco de San Juan", construido durante el gobierno de
Juan José de la Bárcena (1690-1693), como entrada al barrio del mismo nombre y
a la ciudad de Mérida; se pasaba por una garita, cuya finalidad no se sabe si era
para control mercantil o para seguridad; por último se pasaba por la Ermita de Santa
Isabel o de Nuestra Señora del Buen Viaje, construida en el siglo XVII, para
encomendar la protección de todo aquel que partía; así como la gratitud de aquellos
que llegaban con bien de su viaje.
De Mérida, los viajeros iniciaban su periplo de 32 leguas largas (equivalente a 190
kilómetros), hasta el puerto de San Francisco de Campeche, pasando por los
poblados de: Umán, Chocholá, Kopomá, Maxcanú, Halachó, Bécal, Tepakán,
Calkiní, Dzitbalché, Pocboc, Hecelchakán, Pomuch, Tenabo, Hampolol (donde se
ubica el único puente de la ruta, construido en el siglo XVI, para salvar las aguas
del río Homtún), para finalmente entrar a Campeche por el estero y puente de San
Francisco.
La importancia que cobró el Camino Real, fue motivo para su modificación y mejora
continua. En 1830, Francisco de Paula Toro, inició la reconstrucción de esta vía;
obra a la que se le dio mucha importancia y dedicación a lo largo de varios años, ya
que incluso en 1843, se conformó una cuadrilla de trabajadores presidiarios, con el
fin de terminar los trabajos de manera expedita. Es posible que en esta última
reconstrucción, se haya utilizado el moderno sistema "Macadam" (en 1858, se
menciona que se estaba construyendo con éste); inventado en los E.U.A., a
principios de siglo, el cual consistía en un relleno con diversos tamaños de grava,
hasta finalizar en arena o polvo fino apisonado (es probable que acá se utilizara
como relleno último, el "Sascab").
A lo largo de los siglos, el Camino Real fue objeto de importantes modificaciones,
acorde a las necesidades de los usuarios y de los transportes en que viajaban éstos;
así como a las nuevas tecnologías en infraestructura carretera. Esto se hizo más
evidente y necesario con la llegada de los vehículos de motor en los inicios del siglo
XX; sin embargo, sería hasta mediados de ese siglo, que dos hijos de Hecelchakán,
con visión modernizadora y espíritu de emprendimiento, harían realidad que parte
de esta vía de comunicación se mejorara: Maximiliano Ávila Barbosa y José Ortiz
Ávila. El primero de ellos, consiente de la necesidad de tener mayor movilidad para
el intercambio comercial, y siendo presidente municipal de Hecelchakán (1950-
1952), conforma un comité para gestionar la construcción de la carretera Chencollí-
Bécal, el 6 de febrero de 1950. Envuelto de un espíritu de hermandad con los
pueblos vecinos y sabiendo que la unión hace la fuerza, Don Maximiliano Ávila y su
comité, visitan y logran conformar subcomités en Bécal, Tepakan, Calkiní,
Dzitbalché, Pocboc, Hecelchakán, Pomuch, Tenabo y Hampolol, para apoyar la
propuesta. La iniciativa que se gestó en el período del gobernador Manuel López
Hernández (1949-1955), tuvo fin en el gobierno del Dr. Alberto Trueba Urbina (1955-
1961), quien logró por medio del gobierno federal, la conclusión de la carretera de
terracería Chencollí-Bécal y Edzna-Cayal, que sería inaugurada el 6 de agosto de
1961, previo a su último informe de gobierno.
En septiembre de 1961, llegó al gobierno del estado, un hijo agradecido de
Hecelchakán, José Ortiz Ávila, quien logró, entre sus múltiples obras, la
modernización y pavimentación de la vía Chencollí-Bécal, la cual enlazaba está
región con la ciudad de Mérida, y se conoció como "vía larga", pues ya no seguía el
trazo más directo del Camino Real, sino que había que hacer la conexión con la
carretera de lo "chenes". Sin embargo, el futuro alcanzó y rebasó la capacidad de
esta vía que pasaba por todos los "pueblos" y que ponía en riesgo a la población,
por el incremento en el tráfico vehicular que fue aumentando con la modernidad,
además de lo tardado que era llegar hasta la capital yucateca. Es en el gobierno de
Carlos Sansores Pérez (1967-1973), cuando se proyectó una vía más directa entre
Campeche y Mérida, que tuviera desviaciones para evitar el paso por las
poblaciones, quedando el Camino Real, de esta manera, sólo para comunicación
interna de estos lugares, y en algunos tramos, como parte de la nueva vía. Con el
paso de los años esta vía de dos carriles, también se hizo insuficiente, debido al
flujo de pesados camiones de carga que transitaban por esta carretera federal
denominada "180", que comunicaba la península de Yucatán con el resto del país.
Con la llegada del nuevo milenio y la oportunidad para detonar esta región de
México, el presidente de la república, Vicente Fox Quesada, firmó en acuerdo con
los presidentes de Centroamérica, el Plan Puebla-Panamá, con el propósito de
impulsar el desarrollo de este corredor y que, entre otras cosas, incluía una mejor
conectividad comercial. Es así como se inicia una nueva y moderna autopista de 4
carriles, con acotamientos y distribuidores viales, entre Mérida y Campeche, dentro
del eje México-Puebla-Progreso; la cuál, sólo conservó muy pocos tramos del
antiguo Camino Real, pues había necesidad de hacerla más eficiente. Finalmente
la mañana del sábado 24 de noviembre del 2012, en el distribuidor vial de Pocboc,
Hecelchakán, el presidente de la república, Felipe Calderón Hinojosa (quien hizo el
recorrido en bicicleta desde Campeche), inauguró, en compañía del gobernador de
Campeche, Fernando Ortega Bernés; de Yucatán, Rolando Zapata Bello; y del
secretario de Comunicaciones y Transportes, Dionisio Pérez-Jácome Friscione, la
autopista Campeche-Mérida, la cual tiene una longitud de 149 km y 10.5 mts de
ancho, para una movilidad diaria de 6500 vehículos; tuvo ésta un costo de
aproximadamente cuatro mil millones de pesos.
Aquel camino campestre de Mérida a Campeche, que en sus inicios era utilizado
por gente de a pie en viaje que duraba aproximadamente cuatro días, hoy no existe;
en su lugar hay dos vías pavimentadas que unen los mismos destinos: una que
cruza las antiguas poblaciones en un derrotero similar al del Camino Real, en donde
todavía se pueden ver personas caminando con sus atados de leña en la espalda o
el machete al hombro, viniendo de la milpa; y otra que es una moderna autopista la
cual, por tramos, se fusiona con la anterior, pero que es transitada por toda clase
de vehículos modernos, a una velocidad máxima permitida de 110 km/hora, en viaje
que permite llegar de Mérida a Campeche o viceversa, en aproximadamente 1.30
horas. Así, el antiguo Camino Real, se quedó entre el tranquilo pasado y el
promisorio futuro.

Bibliografía
Escamilla Peraza, Ricardo. "Los caminos de Yucatán en la encrucijada del siglo
XVI". Tesis. Mérida, Yucatán. Agosto del 2012.

Ojeda Mas, Heber. Benavides Castillo, Antonio. "El puente colonial de Hampolol,
Campeche". Boletín de monumentos históricos. Tercera época, número 20.
Septiembre-diciembre 2010.

Pacheco Berzunza, Joel Gonzalo. "Hecelchakán: de villa a ciudad". Gobierno del


estado de Campeche. 2007. 83 pp.

Pérez-Jácome Friscione, Dionisio. Discurso de inauguración de la carretera


Campeche-Mérida en el tramo Campeche. 24 de noviembre del 2012.

Tuz Chi, Lázaro Hilario. "Historia cronológica de Hecelchakán". PACMYC. 2000. 122
pp.

Victoria Ojeda, Jorge. "Hallazgo de una garita colonial: historia y arqueología en el


temprano camino real a Campeche (siglo XVII)". Península, vol. VI, núm. 2, enero,
2011, pp. 47-70. Universidad Nacional Autónoma de México. Mérida, México.

Hemerografía
Tun Chuc, Jorge Jesús. "Un camino de esperanza y progreso". Periódico "Tribuna".
4 de julio del 2010.

Índice de imágenes
1.- Arco de "San Juan". Delimitaba la entrada a la ciudad de Mérida, viniendo desde
el Camino Real.
2.- Placa de 1790, que se colocó durante el gobierno de Don Lucas de Galvez,
donde iniciaba el Camino Real a Campeche.
3.- Tramo del Camino Real, entre el Arco de San Juan y la Ermita de Santa Isabel,
la cual se ve al final de la calle.
4.- Ermita de Santa Isabel o de Nuestra Señora del Buen Viaje.
5.- Tramo de la calle 20 de Hecelchakán, parte del Camino Real. En documentos
de principios del siglo XX, de propiedades colindantes, se le denomina: "Calle Real".
6,7,8.- Tramos originales del Camino Real a su paso por el puente de Hampolol.
9.- Puente de Hampolol, Campeche. El más antiguo y bonito de la Península de
Yucatán.

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