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Portada
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Índice
Resumen .............................................................................................................. 3
DESCRIPCION DE LA SITUACION PROBLEMÁTICA ................................................... 4
DIAGNOSTICO ..................................................................................................... 15
DEFINICION DEL PROBLEMA................................................................................ 41
DELIMITACION DEL PROBLEMA ........................................................................... 54
OBJETIVOS .......................................................................................................... 55
PLANIFICACION ................................................................................................... 56
Descripción de actividades .................................................................................. 57
RESULTADOS ...................................................................................................... 58
SOLUCION........................................................................................................... 59
3

Resumen
4

DESCRIPCION DE LA SITUACION PROBLEMÁTICA


La importancia del apego o también denominado vínculo materno-filial como fue
definido en sus inicios, tras las primeras investigaciones realizadas por el
psicoanálisis y la neurobiología, más los postulados que propone la etología donde
se refiere al vínculo como experiencias tempranas se puede evidenciar a través de
una serie de tendencias experimentales.

Una de las primeras objetivaciones de la importancia de las experiencias tempranas


de los seres humanos en su proceso de desarrollo fue hecha por Rene Spitz (2). Este
autor realizó una investigación con dos grupos de lactantes separados de sus
madres. Los lactantes de un grupo fueron criados en un orfanato donde eran cuidados
por niñeras, cada una de las cuales tenía a su cargo siete niños. Los lactantes del
otro grupo vivían en un anexo a la prisión donde estaban sus madres y tenían la
oportunidad de ser cuidados por ellas durante el día. Spitz noto que hacia el final del
primer año de vida, el rendimiento motor e intelectual de los lactantes criados en el
orfanato por niñeras era ostensiblemente menor al de los niños que habían
permanecido en contacto con sus madres; además presentaban conductas de
retraimiento y mostraban poca curiosidad y alegría en el juego.¿ Que explicación
puede darse a los hallazgos de Spitz?

Consideremos que, además del alimento, la madre es una figura que provee afecto
al bebé, le traduce necesidades, las satisface y se convierte, para aquel, en la
representante del mundo que poco a poco el bebé va a conocer, animado por la
seguridad que le ofrece el vínculo materno .Winnicott propuso que la madre, al
presentarle al bebé el mundo en pequeñas dosis , adaptándose a la disposición y a
las necesidades de este, le daría tiempo para ampliar sus capacidades, con el
desarrollo que trae la maduración (3). Para el ser humano, dotado a todas luces de
un gran comportamiento afectivo en su individualidad, resulta fundamental que la
integridad de ese vínculo madre-hijo de los primeros años no vea amenazada su
existencia. Este camino puede llevarnos a una explicación para los hallazgos de
Spitz.

Uno de los postulados de la teoría freudiana radica en la reivindicación de las


experiencias tempranas de la vida de un individuo como factor preponderante en el
posterior origen de psicopatología (4). Junto con las influencias constitucionales
(hereditarias), las experiencias emocionales y ambientales adversas de los primeros
5

años cumplirían un rol en la patogénesis de diferentes trastornos mentales. De


acuerdo con los planteamientos cognitivos y neurobiológicos, existen en la vida de
todo niño periodos críticos durante los cuales debe darse una interacción con un
ambiente receptivo y retro-alimentador sin el cual no se daría el desarrollo cerebral
satisfactorio y la adecuada conformación de la personalidad del individuo (5). En sus
trabajos sobre epigenetica, Francis Champagne ha propuesto que las variaciones
inducidas por el ambiente en la expresión genética del cerebro pueden persistir más
allá de la infancia y ser observadas en la vida adulta, lo cual sugiere que existe un
interjuego entre los genes y el ambiente que puede ser crítico en mediar los efectos
a largo plazo de las experiencias sociales (6).

Históricamente, el termino epigenetica se ha usado para describir la interacción


dinámica entre los genes y el ambiente, que puede conducir a variaciones en el
fenotipo. La variación de la expresión y no de la secuencia genética es lo
característico de las influencias epigeneticas. La expresión genética depende de la
accesibilidad del ADN a la RNA polimerasa y otros factores de transcripción. Para la
cromatina densamente empaquetada esta accesibilidad está disminuida y la
expresión genética se ve reprimida; dentro del núcleo de la célula, el ADN está
envuelto en un centro de proteínas histonas. Las histonas pueden sufrir una serie de
modificaciones (metilación, acetilación, ubiquitinacion) que pueden alterar su
interacción con el ADN y aumentar la accesibilidad de este a los factores de
transcripción. Por medio de alteraciones en la conformación de las histonas, la
accesibilidad al ADN puede ser alterada rápida y reversiblemente (6).

Otro proceso de modificación epigenética es la metilación del ADN, proceso más


estable y perdurable que la alteración de las histonas. La metilación del ADN ocurre
cuando los nucleó-tidos de citosina son convertidos en 5-metilci-tosina. Esta
modificación no altera la secuencia del ADN, pero sí disminuye la probabilidad de que
dicha secuencia sea transcrita (6).Los procesos descritos en los párrafos anteriores,
que explican la influencia del ambiente sobre la expresión del ADN, permiten
comprender por qué la relación con la madre, entendida desde luego como un factor
ambiental, podría incidir de forma ostensible en el desarrollo del bebé. La primera
relación que un ser humano tiene es con sus padres. Gracias a las diversas
experiencias que un niño en crecimiento tiene con ellos, un lazo emocional muy fuerte,
un vínculo, se comienza a desarrollar desde el nacimiento. Fairbairn propuso que el
6

vínculo temprano con los padres moldearía la vida emocional del niño y sería el
prototipo de las posteriores experiencias emocionales que el individuo pudiese tener
a lo largo de la vida (7).

Un vínculo adecuado con los padres le permitiría al niño en desarrollo satisfacer


sus necesidades de dependencia y afirmación, lo cual le facilitaría una orientación
hacia el exterior, hacia las nuevas experiencias con personas reales que pudiesen
brindar un contacto y un intercambio emocional (7).

Harlow et al. Plantearon que el aislamiento social en los seres humanos produciría
efectos deletéreos en el ajuste individual, el desarrollo heterosexual normal y el
control de impulsos agresivos y antisociales (8). Dada la dificultad de realizar estudios
de aislamiento social en humanos, justificaron sus estudios en monos Rhesus,
partiendo de la similitud que existe entre el desarrollo social normal de los bebés
humanos y las crías de monos Rhesus (9, 10).Aunque reconocían que el
comportamiento humano es mucho más complejo, variado y sutil en diversos
aspectos, consideraron que las condiciones sociales que producían anormalidad en
los primates producirían efectos similares en los humanos. Partiendo del anterior
supuesto, expusieron a estos monos a privación materna total y aislamiento social,
con la imposibilidad de establecer relaciones con otros pares. Los monos fueron
divididos en subgrupos de acuerdo con el tiempo de experimentación al que fueron
sometidos, siendo los periodos de privación de tres, seis y doce meses,
diferenciándose dependiendo de si el aislamiento se producía en el primer o segundo
año de vida. Al ser removidos del aislamiento, los monos que fueron privados en el
primer año de vida mostraron conductas autistas dadas por auto asirse y balancearse.
Si bien, ninguno de los seis monos aislados por tres meses murió en el primer año,
dos de ellos rehusaron comer hasta el punto que uno de ellos finalmente falleció y el
otro tuvo que ser alimentado forzosamente. Pesé a este efecto anorexígeno, el
estudio de en aislamiento se producía en el primer o segundo año de vida. Harlow
concluyó que los efectos debilitantes del aislamiento en monos durante un periodo de
tres meses eran reversibles pero no así privaciones mayores a seis meses (10). Los
monos liberados después de ese tiempo no mostraron ninguna conducta de contacto
con sus congéneres durante el juego, conducta que era frecuente en los monos
control. Aunque hubo algún incremento del contacto en las semanas posteriores, este
nunca fue comparable a lo observable en los monos control. Otro hallazgo fue que
7

entre los monos aislados por seis meses y sus controles, no se dio ninguna
interacción social, presentándose solamente ocasionales explosiones de agresividad
de los monos control dirigida hacia aquellos que habían permanecido aislados. Los
efectos anteriores no fueron observados cuando los períodos de aislamiento se
aplicaron en el segundo año de vida: después de un lapso temporal corto de
adaptación, los monos aislados pudieron integrarse al grupo control y exhibir
conductas sociales adecuadas, sugiriendo que el período crítico para los monos
Rhesus es el primer año de vida. Estos experimentos fueron continuados por G. D.
Mitchell, quién hizo un seguimiento a mediano plazo delos monos reevaluándolos a
los 12 y 24 meses, tiempo durante el cual estuvieron en contacto permanente con sus
congéneres control (11). Mitchell evaluó los comportamientos sociales de los monos
previamente aislados y encontró que aquellos privados por periodos de 12 meses no
mostraron conductas de juego. Adicionalmente, no expresaron agresión, casi ninguna
conducta sexual y, en cambio, mostraban altos niveles de miedo a los adultos, a sus
pares e incluso a monos pequeños.

Es claro que en las investigaciones de Harlow las condiciones de aislamiento extremo


en las cuales fueron mantenidos los Rhesus fueron completamente artificiales y
seguramente. Incompatibles con cualquier situación en la que pueda hallarse un ser
humano en crecimiento. De acuerdo con esto, quizá los estudios de Harlow
desarrollados en primates no sean extrapolables a humanos. Sin embargo, es factible
que depravaciones más sutiles que las allí recreadas puedan influir en el desarrollo
de individuos humanos y producir alteraciones dela conducta durante el crecimiento.
Para la teoría psicoanalítica es casi axiomático plantear que experiencias muy
tempranas en el desarrollo del individuo determinan los rasgos caracterízales
posteriores y la predisposición a diferentes tipos y grados de psicopatología (12, 13).
Gran parte de esas experiencias tempranas se dan en el contexto madre-hijo y están
determinadas por la relación que el niño en crecimiento mantiene con su cuidador
generalmente la madre. La importancia del
sistema de vínculo John Bowlby afirmó que el infante indefenso mantiene una
cercanía con la madre por medio de un patrón de respuestas emocionales y
comportamentales que denominó como sistema de vínculo (14). Para este autor, el
vínculo tendría un origen instintivo o motivacional similar al de la sed o el hambre, que
organizaría los procesos de memoria del niño y determinaría una conducta de
búsqueda de proximidad y comunicación con su madre. Bowlby sugirió además la
8

importancia que tendría la respuesta de la madre frente a estas conductas. En cuanto


a esto, la respuesta receptiva e interesada de la madre generaría en el niño un estado
emocional positivo, caracterizado por sentimientos de protección y seguridad que
mantiene con su cuidador, generalmente la madre.

Se ha podido establecer que desde los primeros días del período posparto, las
madres desarrollan una habilidad particular para reconocer diferentes señales
sensoriales (auditivas, visuales, olfativas) de sus propios bebés, señales que motivan
diferentes tipos de respuesta en ellas (contacto físico, verbal, juego).Strathearn et al.
Plantean que la habilidad materna de conectar esas señales con las necesidades
subyacentes del bebé y tener una respuesta diferenciada y acorde con estas es la
base para el establecimiento de un vínculo seguro entre la madre y su hijo (15). Dada
su especial relevancia para la maternidad se ha prestado especial interés a la
neurobiología de la empatía, entendida como la adecuada percepción, experiencia y
respuesta a las emociones de otra persona (16). Si bien, las necesidades del bebé
son muchas, su comunicación es casi exclusivamente no verbal, haciéndose
necesaria la capacidad materna de empatía para suplir esas necesidades. Por medio
de aplicación de técnicas de neuroimágenes funcionales en situaciones que
despiertan empatía en los sujetos de estudio, se ha podido establecer que las dos
regiones claves del cerebro para el desarrollo de la empatía son las cortezas
cingulada e insular (16).

Donald Winnicott, uno de los autores que más importancia dio a la diada madre-
hijo a lo largo de su obra, planteó que la madre desarrollaría desde los últimos meses
del embarazo la capacidad de ponerse en lugar del bebé, es decir, identificarse con
él (17). Esto le facilitaría a ella su misión de satisfacer las necesidades básicas de su
hijo, siendo el sostén la labor fundamental. La capacidad de brindar sostén le
permitiría a la madre, según Winnicott, suplir de un yo auxiliar a ese ser inmaduro,
incapaz de satisfacer por sí mismo sus necesidades. El yo auxiliar constituiría para el
bebé un ambiente facilitador, fundamental para su integración y su crecimiento
emocional (17).

Los lazos afiliativos, definidos por Ruth Feldman como vínculos selectivos y
perdurables, proporcionan al infante en desarrollo la capacidad para adaptarse y
funcionar competentemente en el nicho social en el que nace y crece (18). También
le permiten, más adelante, formar vínculos con miembros que no hacen parte de su
9

familia y, eventualmente, cuidar y proteger a la siguiente generación. El vínculo


materno filial se expresa en una serie de comportamientos de cuidado, repetitivos y
específicos para cada especie, que aparecen en un período crítico inmediatamente
después del nacimiento y proveen las bases para la maduración
neurocomportamental del infante. Los comportamientos en mención, que promueven
la formación del vínculo, están soportados por sistemas neurohormonales y circuitos
cerebrales específicos que posiblemente guardan relación con los tres prototipos de
afiliación en los mamíferos: parental, de pareja y filial (su equivalente humano sería
la amistad). Feldman sugiere que los mecanismos biocomportamentales que se
forman en la primera infancia, gracias al vínculo materno filial, pueden sentar las
bases del funcionamiento del individuo en futuros vínculos a lo largo de su vida.

En las especies mamíferas la diada madre-cría construye el vínculo materno filial


por medio de patrones vivenciados de forma repetitiva de señales sensoriales,
motoras y comportamentales en cada uno de los miembros de la diada. Con el tiempo
y las experiencias repetidas se termina generando una sincronización
biocomportamental entre la madre y su cría, que determina los ritmos, contenidos y
foco de cada relación particular (18).

Como otros mamíferos, las madres humanas y sus bebés se entrelazan por medio
del repertorio de comportamientos típicos de la especie, que incluyen la mirada al
rostro o al cuerpo del bebé, el lenguaje maternal de tonalidad aguda en sus
vocalizaciones, la expresión afectuosa en general hacia el bebé, el tacto amoroso,
comportamientos afines al lamido y acicalamiento expresado por otros mamíferos.
Aproximadamente, a los tres meses de edad, el bebé humano entra al mundo social
como u miembro activo y comienza a realizar intercambios sincrónicos con sus
cuidadores que contienen secuencias coordinadas de miradas, vocalizaciones,
expresiones de afecto y contactos táctiles amorosos. La sincronía experimentada en
el vínculo con la madre durante el período crítico de los 3 a los 9 meses de edad se
ha relacionado con la capacidad del niño para adquirir una autorregulación, para
aprender el uso de los símbolos y para desarrollar la capacidad de empatía (18). Al
finalizar el primer año de vida, con el aumento de las competencias simbólicas del
infante, la interacción sincrónica entre este y sus cuidadores crece en dos líneas
paralelas: por un lado una sincronía en la comunicación no verbal, basada en la
mirada, la expresión afectiva, la calidad de la voz, los movimientos y posiciones
10

corporales, y ,por otro lado, una sincronía en la comunicación verbal, que guardará
relación con los diferentes niveles de intimidad comunicativa que se alcancen, por
ejemplo, en las futuras relaciones de amistad o de pareja (18).

Winnicott habló en su obra de un estado materno que denominó “preocupación


maternal primaria” (19). Es un estado que se desarrolla gradualmente, generando en
la madre una sensibilidad exaltada en lo concerniente a su bebé. Este estado le
permite a ella, por un periodo limitado, preocuparse exclusivamente de su hijo dejando
de lado otros intereses. Y le permitirá al bebé comenzar a desplegar sus tendencias
hacia el desarrollo y tener las sensaciones apropiadas para esta fase precoz de la
vida. Para Winnicott los fracasos de la madre en este campo son sentidos por el bebé
como amenazas a la existencia personal (19).

El sistema del vínculo, postulado por Bowlby para denominar la tan particular
relación que existe entre la madre y su bebé, ha sido estudiado en modelos animales.
En su artículo “The neurobiology of attachment”, Insel y Young propusieron que el
vínculo entre la madre y su cría requiere de un procesamiento multisensorial
(predominantemente olfativo en roedores y visual en primates) e implica unas
respuestas motoras complejas como búsqueda de proximidad, comportamientos de
protección y defensa de las crías (20). También requiere de procesos cognitivos que
integren los datos de las entradas sensoriales con las respuestas motoras efectoras:
atención, memoria, reconocimiento social y, muy importante, motivación. En los
modelos animales el aspecto motivacional del vínculo puede apreciarse en las
conductas de búsqueda de proximidad, preferencia social y respuesta a la separación.

Los cambios hormonales que se dan durante el embarazo pueden generar


modificaciones neurales en el hipocampo que facilitan varios aspectos del cuidado
materno como el aprendizaje, la memoria espacial y el procesamiento de señales
faciales. Strathearn ha descrito estos cambios del periodo posparto, que se deben a
la plasticidad cerebral, y guardan relación con las señales faciales, el llanto y el
contacto físico con el bebé (21). La experiencia de la maternidad genera una
regulación hacia arriba de la expresión cerebral del receptor de oxitocina y esta
hormona, liberada durante el parto y la lactancia, parece ejercer un efecto ansiolítico
duradero y promotor del vínculo materno filial. Como tal, la oxitocina puede mediar la
asociación entre lactancia y menores tasas de descuido materno (21).
11

Estos cambios dependerían de una interacción adecuada entre la madre y el bebé


(30). Las investigaciones en animales han planteado que la conducta materna
receptiva y de cuidado a las crías tiene una influencia duradera en el desarrollo
cognitivo de estas, su reactividad al estrés y su comportamiento materno en la vida
adulta (15). Los niños desprotegidos y descuidados son más proclives a mostrar un
deterioro progresivo en sus funciones cognitivas en el tiempo, un desarrollo de
lenguaje más lento, un funcionamiento social y académico menor, y tienen un mayor
riesgo de desplegar conductas agresivas. Las madres que cursan con depresión
posparto muestran una menor sensibilidad hacia sus hijos y tienden a ser más
negativas en las descripciones que hacen de ellos. La perturbación de la relación con
el bebé, que se puede generar a causa de la depresión materna, predice un
empobrecimiento del desarrollo cognitivo del infante a la edad de 18 meses e incluso
a un más largo plazo como los 7 años (32, 33). Bowlby propuso que el vínculo entre
la madre y su hijo era un proceso de base biológica que, como cualquier sistema
biológico, puede ser modificado por la experiencia (14). Desde esa afirmación, se ha
confirmado que las conductas parentales y sociales dependen de mecanismos
biológicos genéticamente programados pero también están influidas por factores
ambientales como el estrés durante el embarazo, la experiencia temprana de cuidado
y las relaciones afectivas a lo largo de la vida (21). Desde esa afirmación, se ha
confirmado que las conductas parentales y sociales dependen de mecanismos
biológicos genéticamente programados pero también están influidas por factores
ambientales como el estrés durante el embarazo, la experiencia temprana de cuidado
y las relaciones afectivas a lo largo de la vida (21). La capacidad responsiva y
empática de un cuidador puede ser rastreada y explicada en parte a partir de su propia
infancia y su propia historia relacional con sus cuidadores, lo que constituye un
potencial círculo vicioso de vínculos y cuidados parentales inapropiados (38).Las
experiencias de cuidado y protección con los cuidadores se codifican en lo que se ha
denominado “Modelos Internos de Trabajo “del self y de los otros, que establecen
estilos de comunicación emocional que pueden ayudar al individuo en momentos de
estrés o, por el contrario, contribuyen a crear patrones mal adaptativos de regulación
del afecto y de la conducta (35). La investigación en humanos también ha demostrado
que la historia personal de relaciones afectivas de la madre y el estrés psicosocial
pueden influir en el desarrollo de un vínculo seguro con su hijo (21).Autores como
Hinde plantean que, al estudiar los aspectos etológicos del vínculo humano, es
12

necesario tener en cuenta que las conductas relacionadas con él están fuertemente
influidas por estructuras cognitivas, emociones complejas y aspectos culturales (34).
Esto implica que, si bien es necesario estudiar los comportamientos maternos visibles
para entender el vínculo materno-filial, igualmente importante sería considerar y
estudiar los estados mentales de la madre, sus pensamientos, sentimientos,
preocupaciones, esperanzas y representaciones mentales de su bebé, que son
únicas para cada madre y fundamentales para el desarrollo de un vínculo individual y
único (34).

Para Fonagy, la relación de apego, precursora del vínculo, actúa como un sistema
de regulación emocional, cuyo objetivo principal es la experiencia de seguridad (40).
Mientras que la conducta de apego puede manifestarse con relación a diferentes
individuos, el vínculo es selectivo y se limita a unos pocos, permanece a lo largo del
tiempo y persiste incluso ante situaciones de separación (41). En línea con el
pensamiento freudiano, la importancia del vínculo estudiado por Bowlby está en que
la naturaleza de nuestros primeros vínculos tiende a influir en nuestra vida posterior,
no solo en nuestras relaciones futuras, sino también en el desarrollo de otros sistemas
conductuales, como el juego y la exploración (41). Autores como Carlson proponen
que los patrones de regulación emocional temprana, funcionales o distorsionados,
sirven como prototipos para los estilos posteriores de regulación emocional (42).

Mary Ainsworth es una figura relevante en el estudio y la clasificación del tipo de


vínculo que un bebé establece con su madre (43). Su Procedimiento de la Situación
extraña en la que se observaba al bebé exponiéndolo a situaciones de separación y
reunión con su madre y situaciones de separación y reunión con un extraño, le
permitió establecer tres patrones de vínculo: seguro, ambivalente/resistente y
evitativo o elusivo. Pudo apreciar que los bebés que mostraban un vínculo seguro al
año de edad tendían en etapas posteriores a expresar afectos más positivos, ser
menos agresivos y tener menos conductas de evitación, mostrándose además más
competentes y colaboradores en la interacción con sus pares (43).

Winnicott reconoce que gran parte de la evolución del ser humano tiene lugar en
etapas posteriores, pero “solo cuando existe un buen comienzo todo lo que se realiza
en las etapas posteriores puede ser efectivo” (48). Ruth Feldman propone que los
bloques comportamentales del afecto maternal —mirada, tacto, voz y afecto —, que
guardan clara relación con la función de sostén materno descrita por Winnicott, sirven
13

como los canales básicos de expresión de amor y subyacen a cualquier forma de


intimidad humana. Representan un símbolo fundamental de la capacidad humana de
amar (18).

Hay evidencia clínica y epidemiológica de que la exposición a un ambiente adverso


temprano incrementa la vulnerabilidad al desarrollo de respuestas fisiológicas
alteradas frente al estrés y puede ser un factor para el inicio de trastornos depresivos
o de ansiedad (49). Si bien, las situaciones adversas tempranas y el vínculo inseguro
no pueden establecerse como causas proximales de psicopatología en la adultez, sí
pueden considerarse como un factor de riesgo para el desarrollo de esta (30).

Heim et al. han retomado la idea de que los eventos adversos en la infancia volverían
al individuo vulnerable frente a los efectos del estrés que podría presentar a lo largo
su vida, lo que aumenta el riesgo de desarrollar psicopatología (59, 60). En
investigaciones con roedores, se ha encontrado una asociación entre experiencias
tempranas adversas y el posterior desarrollo de déficits en la atención y la memoria
de trabajo espacial. En estudios con seres humanos, se ha podido establecer que
efectivamente las experiencias adversas en la infancia tienen consecuencias
negativas que pueden perdurar a lo largo de la vida de los individuos. Por ejemplo, un
estudio prospectivo evaluó la influencia de condiciones estresantes en la infancia
temprana de 705 individuos, se encontró un riesgo elevado de desarrollar depresión
entre los sujetos estudiados. Adicionalmente, se reportó mayor tendencia a sufrir
estrés en la adolescencia, y mayores efectos negativos en la salud global de dichos
individuos (62). (Rev.Cienc.Salud. 14 (2): 261-280 Rendón-Quintero E, Rodríguez-
Gomez R.La Importancia del Vínculo en la Infancia.)

Todos los autores y autoras que realizaron las investigaciones relacionadas a


explicar y fundamentar la importancia del apego en la infancia, etapa de desarrollo
donde se adquieren y producen la mayoría de las interacciones neuronales ,las cuales
provocan la transmisión de conocimientos e incorporación de tales conocimientos a
nivel cerebral que promueven el desarrollo psicomotor de los NNA, son concluyentes
a través de estas experiencias y descubrimientos que este vínculo es un factor
protector de la infancia, cuando promueve el desarrollo positivo generando un trato
condescendiente con un alto grado de tolerancia y respeto frente a los NNA, debido
a que el establecimiento de un apego sano permite que estos adquieran vinculaciones
tempranas sanas las cuales serán primordiales para cursar con éxito las etapas de
14

desarrollo presentes a lo largo de su vida. Esto significa que un vínculo sano provee
al niño/niña de cuidados apropiados debido a su necesidad de dependencia biológica
imposible de subsistir en forma independiente, por su incapacidad de auto cuidarse.
Por lo cual es de gran importancia que exista para estos una figura con quien se cree
este lazo emocional adecuado, es decir un cuidador responsable, sensible, empático
con sus necesidades. .

Desde aquí se puede afirmar que el apego, como fue denominado por Bowlby, el
vínculo materno-filial por Sigmund Freud y las experiencias tempranas a las que se
refiere la etología van a incidir positiva o negativamente ( según se dé la configuración
de este vínculo en la etapa infantil ) en todos los aspectos de su vida, transgrediendo
las etapas de los cambios madurativos por las que pasan los seres humanos, las
cuales se pueden tornar muy complejas si se avanza a través de esta habiendo
evidencia de disrupciones, en el caso contrario, se dará una serie de refuerzos
positivos que permiten un actuar social sano y competente ante las adversidades.

Un individuo criado con un lazo de apego sano (con refuerzos positivos) se


caracteriza por tener una actitud positiva frente a las dificultades de su vida, pudiendo
recuperarse adecuadamente ante obstáculos o eventos negativos, aprendiendo de
éstos en vez de sentirse derrotado.

Además en el caso de quienes han adquirido estos refuerzos positivos se encontrarán


mejor preparados para la etapa adulta, siendo padres, madres y o cuidadores
responsables y capacitados para responder con éxito a las demandas que exigen
sus NNA. Por consiguiente sus labores de crianza culminarán siendo exitosas,
debido a que proveerán al niño/niña de un ambiente seguro donde se le brindará
autonomía para el desarrollo adecuado de su salud emocional, esto quiere decir que
verán a sus hijos e hijas como sujetos de derecho no incurriendo en niveles de
jerarquía inadecuados, que anulan al infante en sus interacciones y posibles
búsquedas de soluciones a situaciones que obstaculizan su capacidad de reaccionar
frente a los estímulos producidos en su ambiente de juego y exploración.
disminuyendo su capacidad de resilencia que conlleva a psicopatías o estados
deprimentes a lo largo de su vida .

El Apego durante el primer año de vida, se fortalece a través del contacto físico,
cariño, cuidado y protección, y todas las maneras posibles de contacto positivo que
15

se le otorguen, desarrollando hasta los 3 años de vida en él, un cerebro que puede
alcanzar el 90% del tamaño de un adulto. En las últimas dos décadas el apego y la
lactancia ha generado bastante importancia nacional, debido a que favorece con
mayor efectividad los lazos entre la madre y su hijo, como también estimulando un
desarrollo psicomotor y una salud óptima para el niño. La mayoría de las madres se
encuentran en condiciones de alimentar a sus hijos por medio de la lactancia materna,
es por ello que Chile es uno de los países pioneros en identificar la importancia del
apego, por lo que en consecuencia el año 2002, la Sociedad Chilena de Pediatría
entregó en la Oficina de Partes del Congreso Nacional un proyecto titulado
"Prolongación dela Licencia Postnatal a Seis Meses, para proteger el Apego y
Lactancia Natural", previamente conocido y aprobado por la Comisión de Salud de la
Cámara de Diputados, apoyado y financiado en parte por la UNICEF (United Nations
International Children's Emergency Fund). En consideración Chile el 17 de Octubre,
2012 puso en vigencia la ley del postnatal extendido, siendo el primer país en el
mundo con la política de proteger el apego y la lactancia natural de acuerdo a las
legítimas necesidades del recién nacido y su madre. (Arévalo Rifo, E, Cabrera Toledo,
M. Matamala Escalona, L. (2012) “Apego prevaleciente en niños y niñas de 4 a 5 años
del Primer nivel de transición de un colegio particular subvencionado de la comuna
de Chillán.” Seminario para optar al título de Educadora de Párvulos Universidad Del
Bio- Bio Facultad De Educación y Humanidades Pedagogía En Educación
Parvularia).

DIAGNOSTICO
El presente diagnostico se basa en varios estudios sobre el apego realizados en
Chile, por diversos actores, los cuales arrojan datos, mayoritariamente cualitativos,
relacionados con problemas biopsicosociales en diversos ámbitos en los que incide
el apego.

Además contempla entrevistas realizadas a diferentes instituciones de la ciudad de


Los Ángeles mediante las cuales se busca identificar a través de la recopilación de
datos cual es el apego predominante presente en la ciudad, donde se recopilaron
datos cualitativos y cuantitativos, de acuerdo al tipo de intervención que estas
instituciones realizan en relación al apego y sus implicancias derivativas. En tales
16

entrevistas se pudo constatar una multiplicidad de aspectos biopsicosociales en lo


que incide en el apego.

Las experiencias derivadas de las relaciones sociales con los sujetos adultos en los
primeros años de vida constituyen el origen y marcan la evolución de la personalidad
posterior del niño o niña, sobre todo en la configuración de la intersubjetividad. En
este sentido, un desafío prioritario es mejorar la interacción entre el padre, la madre,
los individuos cuidadores y los niños y niñas, promoviendo un estilo relacional más
seguro y adecuado a las necesidades y características de cada uno (Berman, 2006,
Gómez, Muñoz & Santelices, 2008). Las vivencias de apego van construyendo un
mundo de la vida (lebenswelt) que condiciona la construcción de representaciones
sociales de los diferentes actores que participan en el complejo entramado de la vida
de una persona. Lo anterior, obliga a otorgar importancia a la educación y desarrollo
emocional de los niños y niñas, y al papel que desempeñan las emociones en su
desarrollo social y cognitivo futuro. En este contexto resulta pertinente relevar las
aportaciones de la teoría del apego (Lecannelier, 2006). Este enfoque ha permitido
comprender el desarrollo afectivo del ser humano, específicamente la necesidad de
establecer lazos permanentes entre los sujetos cuidadores y las niñas y niños,
situación que es trascendental en la primera infancia. Lo anterior influye
significativamente en la toma de decisiones de las niñas y niños en las etapas
posteriores de la vida.

Datos cualitativos-descriptivos obtenidos por el estudio de Attachment:


Representations of educators in kindergartens in Temuco, Chile. Artículo recibido
en enero 10 de 2015; artículo aceptado en marzo 12 de 2015 (Eds.)

A continuación presentamos un análisis de las categorías y subcategorías


surgidas desde la codificación. La categoría tipos de representaciones con respecto
al apego, evidenció dos subcategorías: "experiencias desde las prácticas
pedagógicas de las educadoras de párvulos", donde se manifiesta "presencia y
ausencia de apego", y "tipos de apego que reconocen las educadoras de párvulos".

Respecto a la primera subcategoría, las educadoras plantean que se


observa ausencia de apego en el ingreso del niño o niña a la sala cuna, lo que provoca
negación a la contención por la separación y alejamiento de la madre, lo cual se
17

visibiliza en el siguiente muestreo empírico de la entrevista: "(…) si (…) lo hemos


notado a la llegada de los niños, por ejemplo, cuando un niño le cuesta mucho
separarse de su madre, o le cuesta pero la mira y le dice chao, ahí vemos hay apego
y hay un apego seguro que es lo ideal, no así cuando el niño llora y llora y sigue
llorando cuando ha pasado el tiempo (…)" (E5 § [101:101]).

Por el contrario, las educadoras de párvulos dejan ver en sus relatos que han
observado niños y niñas con apego seguro, con ausencia de la ansiedad, confianza
y seguridad perdurable en el tiempo, lo que se evidencia en los siguientes fragmentos
de los textos de entrevistas y grupos focales: "(…) El apego es un vínculo afectivo
que se desempeña entre dos personas que es perdurable en el tiempo y genera
confianza en el niño (…)" (GF2: § [110:110]); "(…) Presencia de apego, bueno eh,
cuando tú recepcionas a los niños, pienso yo que es cuando ellos llegan, el niño
queda seguro, la mamá se despide, se quedan feliz con nosotros, trabajando en mesa
ehh ese niño que explora, puede ser ejemplo de un apego seguro que ellos reciben
bien a las tías cuando lo reciben en las mañanas (…)" (GF1: § [116:116]).

Otro aspecto fundamental que plantean las entrevistadas es el periodo de


amamantamiento, señalando que en esta fase se evidencia mayor apego del niño o
niña con su madre, lo que se visualiza en el siguiente fragmento de la entrevista: "(…)
El amamantamiento, la hora de dormir cuando los bebés aún están compartiendo
cama cuando están pequeñitos, el juego, hora del baño, cuando se les da la
alimentación, la hora de la muda (…)" (E3 § [80:80]).

Con respecto a la subcategoría tipos de apego que reconocen las educadoras de


párvulos, en sus relatos se evidencian con mayor frecuencia dos tipos de apego: el
apego seguro y el inseguro. De esta manera, uno de los hallazgos que las educadoras
de párvulos mencionan, es que existe un apego natural y sensorial, señalando que el
apego con la madre o con un sujeto adulto cercano -figura significativa-, se da a través
de la estimulación de los sentidos, lo que se advierte en el siguiente muestreo
empírico del material de las entrevistas: textualidad: "(…) El sensorial y el cognitivo,
que es el que yo más o menos…, siento que el sensorial es el que uno más trabaja,
pero ya como que debería llevarlo más a la parte cognitiva, a lo mejor (…)" (E10 §
[183:183]).
18

Por otro lado, las educadoras concuerdan en que existen dos clases de apego: el
apego seguro, que es el que ellas fomentan a diario en el aula, y el inseguro, este
último dividido en dos clases: ansioso y evitativo. A su vez, hacen mención a otro tipo
de apego, llamado desorganizado o inseguro, donde se evidencia ausencia de
dominio de este estilo de apego, lo que se puede observar en el siguiente texto: "(…)
el apego seguro y el apego inseguro, dentro del apego inseguro el
ansiosoambivalente, el desorganizado, me falta uno que no recuerdo cuál es […] pero
la verdad es, si estamos en la sala con los niños nos damos cuenta inmediatamente
de quiénes son más ansiosos, quiénes observan más, y sobre todo quiénes son más
inseguros cuando deben tomar responsabilidades en las diversas rutinas que se
deben hacer (…)" (GF2, § [120:120]).

Con respecto a la valoración de apego, las entrevistadas concuerdan en que los


momentos donde más han fomentado el apego seguro con sus niños y niñas es en la
ingesta, en el juego, ante una situación de conflicto, en momentos de higiene y muda,
recepción y llegada; finalmente señalan que el apego se debe fomentar durante toda
la jornada diaria mientras que el niño o niña permanece en el jardín, lo que se observa
en la siguiente textualidad: "(…) el apego debe estar presente durante toda la
distribución de la jornada, entonces en todo momento, porque así es más fácil lograr
que se predispongan a estar en el jardín con cariño (…)" (E7 § [140:140]). A su vez
mencionan que en todos los momentos donde fomentan el apego seguro, se dan
instancias de experiencias de aprendizaje, todas ellas actividades estimuladoras, lo
que se puede observar en el siguiente texto: "(…) y en las actividades cuando uno los
premia, los felicita, los estimula que lo han hecho bien" (E9 § [175:175]).

Con respecto a los efectos que produce al niño o niña haber desarrollado un apego
seguro e inseguro, se desprenden códigos como, la estabilidad emocional, la
irritabilidad, el desinterés, lo que se puede observar en la siguiente referencia: "(…)
va a ser un adulto seguro, va a ser un buen rendimiento escolar, buenas relaciones
humanas, resiliente (…)" (E5 § [123:123]). Plantean también: "(…) seguridad,
confianza en sí mismo, tolerancia a las dificultades que le presenta la vida, un camino
lleno de cosas positivas, porque aunque no consiga lo que él quiere, siempre va tener
esa fortaleza que le dio el tener un buen apego (…)" (E12 § [242:242]). En este
sentido, esto puede afectar sus rendimientos académicos y la adquisición significativa
de ciertas destrezas. Por ejemplo, en el campo de la escritura, algunos estudios
19

evidencian que los niños y niñas requieren seguridad, autonomía y tolerancia a la


exigencia (Scheuer, De la Cruz & Iparraguirre, 2010).

Las educadoras de párvulos plantean que haber desarrollado relaciones de apego en


los primeros años de vida incide en la estabilidad emocional del niño o niña. Un niño
o niña con carencias afectivas importantes no tendrá la fuerza emocional necesaria
para desenvolverse. Además, entienden la irritabilidad y el desinterés como efectos
negativos producto de un inadecuado apego, lo que se puede ver reflejado en el
siguiente relato: "(…) falta de autonomía, lo contrario que te nombraba inseguridades,
malas reacciones, irritabilidad y desinterés; de pronto nada les llama la atención y
requieren estar llamando la atención de los mayores por no sentirse a veces con
derecho de afecto (…)" (E7 § [164:164]).

El estudio presentado a continuación habla acerca de la parentalidad positiva que


desarrollan padre e hijo/hija realizado en el mes de noviembre del año 2010.

La Relación del Hombre con su Primer(a) Hijo(a) Durante los Primeros Seis
Meses de Vida: Experiencia Vincular del Padre

La muestra se determinó en base al criterio de saturación teórica de las categorías


conceptuales centrales y de las relaciones entre ellas. La saturación teórica puede
definirse como el momento en que los datos recogidos ya no logran aportar nuevas
características a las categorías conceptuales descubiertas (Strauss & Corbin, 2002).
De este modo, la muestra estuvo constituida por 14 padres, 7 con hijos hombres y 7
con hijas mujeres. El detalle de la muestra se puede observar en la Tabla 1.
20

El instrumento utilizado fue una entrevista individual semiestructurada que permitió


obtener información de los padres acerca de los siguientes tópicos: establecimiento
del vínculo con su hijo o hija, identidad de padre a partir del vínculo con su hijo y
vínculos significativos actuales y pasados que han influido en la relación con su hijo.

Las entrevistas fueron realizadas por el investigador principal en una sala habilitada
para tales fines, fuera del lugar de residencia o trabajo del participante. Las entrevistas
tuvieron una duración promedio de 75 minutos.

Estos primeros resultados relaciónales se sintetizaron mediante el procedimiento de


codificación selectiva en torno al fenómeno central del estudio: la experiencia de
conocerse padre e hijo mutuamente (ver la Figura 1). El modelo central ilustra que los
padres significan su vínculo con su primogénito como una experiencia de conocerse
mutuamente e incluye la descripción de cómo se da este proceso (contacto sensorial
directo), las condiciones que permiten este conocimiento mutuo
(capacidad/incapacidad paterna), los principales factores inter-vinientes (presencia
21

disponible, cambios en la identidad y relación con la madre) y las consecuencias,


tanto si se desarrolla de manera gratificante como no gratificante.

Figura 1. Experiencia de conocerse Padre e hijo mutuamente.

La experiencia de conocerse padre e hijo mutuamente incluye tres procesos: el


cuidado del padre al hijo, la confianza del hijo hacia el padre y el afecto mutuo. Este
conocimiento mutuo se da a través del contacto sensorial directo con el hijo. Dentro
de las principales formas de contacto sensorial que sostienen el conocimiento mutuo
están percibir / ser percibido por el hijo, las manifestaciones físicas mutuas de cariño
y la comunicación auditiva. La participación del hijo en este proceso va aumentando
desde el embarazo (mínima) hasta que el hijo nace y luego a medida que va creciendo
(mayor). Si este contacto sensorial directo ocurre en base a un conocimiento mutuo,
surgen sensaciones gratificantes para el padre que permiten el desarrollo del afecto
mutuo.

...yo lo cambié, y mientras lo estoy cambiando, el empieza como a balbucear: "agu-


ag", entonces, mientras yo le hablo, yo le digo: "hijo, yo te quiero mucho, estoy feliz
de que estés aquí, soy feliz cuando llego a la casa y cuando en los controles me dicen
que eres inteligente", entonces, yo le converso, le converso, le digo que lo queremos
22

mucho que "tu mamá te quiere mucho, yo te quiero mucho “y él me mira, chupa su
mano, se chupa un dedo, me mira y empieza: "ua ua"; entonces me da la sensación
de que yo estoy conversando con un amigo, y eso me, en el momento, claro, en el
momento me dan ganas de llorar de alegría y de felicidad, y en ese momento,
específicamente sería, porque como hablaba, con la detención que me mira, la
atención que me presta... (II, 32)2

La experiencia de conocerse mutuamente puede darse de manera positiva, dando


lugar a una experiencia gratificante, o de manera negativa, lo que se traduce en una
experiencia no gratificante. ¿Qué es lo que determina que la experiencia sea
gratificante o no gratificante? Se pueden distinguir ciertas condiciones y algunos
factores que intervienen. Dentro de las condiciones que permiten a los hombres este
conocimiento mutuo está la progresiva capacidad/ incapacidad paterna para
responder sensiblemente a las necesidades y adaptarse al temperamento del hijo.
Así, el padre, en el cual se expresan dichas capacidades, podrá acercarse al hijo de
mejor manera, permitiéndole ser reconocido por el hijo como un agente de cuidado y,
de esta manera, obtener también la confianza del hijo:

De primera no teníamos idea, ahora ya se sabe, por ejemplo, si el niño alega y hace
algún gesto (...) tiene hambre o tiene un chancho, entonces, si tú le das, le pones el
dedito en la boca y el chupa es porque tiene hambre, entonces, tú le das la mamadera
y ningún problema (...) En el caso de que el niño alegue, alegue y, no sé, y no es por
eso, es porque hay que cambiarlo, está pasao, tú lo vai tocando, si está mojadito o
no, y a veces él, tan solo de tú acercarte y hablarle, ya se queda quieto, eso ya es
cuando se siente solo. Alega y, si tú le hablas, te mira y se queda quieto, se queda
tranquilo. (X, 22)

Los factores que intervienen en la experiencia de conocerse son, en primer lugar, la


relación con la madre, ya que esta facilita los procesos de conocimiento mutuo
(entrega claves, pone al día al padre), además de incentivar el contacto sensorial
entre el padre y el hijo, tanto con su presencia como con el incentivo de la relación
dual. Si hay una relación disfuncional con la madre, estos procesos facilitadores se
verían afectados, tal como lo señala un entrevistado:

Por ejemplo, algunas veces cuando no lo puedo calmar, no lo puedo calmar (...) me
dice: "¿pero por qué siempre llora cuando está en tus brazos"?" Chuta, no siempre
23

llora, no siempre llora cuando está en mis brazos. Entonces, yo siento que no ve nada
de lo que yo hago, ahí dificulta. (XII, 174)

Otro factor interviniente es cómo los padres significan los cambios en la identidad
durante la espera y el nacimiento del hijo. Para los padres entrevistados la llegada de
su primogénito/a implica el sentirse padre, responsable por una entrega total a su hijo.
Sin embargo, esto se puede vivenciar de dos maneras distintas: como una
oportunidad de trascendencia o como una restricción de la libertad personal. Si el
padre tenía en su proyecto vital el anhelo de tener un hijo, los cambios en la identidad
tenderán a vivenciarse como positivos. En este caso, ser padre se experimentará
positivamente, asociado a una experiencia de entrega total y visión trascendente de
la vida, y aumentará la disposición y capacidad del padre para conocer a su hijo así
como las estrategias de contacto sensorial mutuo. Además, el padre sentirá cambios
positivos en la identidad, como mayor madurez, más energía y mayor autoestima. Si
los cambios son vividos de manera negativa y predomina una sensación de pérdida
de libertad, habrá un menor disfrute e interés por el contacto sensorial y el
conocimiento del hijo se tornará más arduo.

Un tercer factor interviniente fundamental es la presencia disponible con el hijo.


Mientras más presente esté el padre, con mayor facilidad podrá contactarse
sensorialmente con el hijo, así como este podrá contactarse con su padre,
aumentando el afecto mutuo. También podrá conocer mejor a su hijo y permitir que el
hijo lo conozca a partir del desarrollo de su capacidad. Por esto la actividad laboral
aparece como uno de los principales obstáculos para contactarse con el hijo:

Es que porque, porque de repente la pienso, trabajo y no puedo pasar con él. Es que
me gustaría a mí como padre, me gustaría pasar todo el tiempo con él, pero no puedo,
porque tengo que trabajar pa tenerle las cosas a él. Me gustaría, esa es la rabia, de
repente, por eso el día libre lo aprovecho harto con él... (VIII, 39)

En consecuencia, a partir del análisis de participantes que reportaron experiencias


gratificantes y no gratificantes, se puede afirmar que si estos tres factores
intervinientes se dan en forma positiva, se desarrollará un buen conocimiento mutuo,
lo que significa que habrá una relación caracterizada por el cuidado del padre hacia
el hijo y, por lo tanto, se desarrollará la confianza del hijo hacia el padre, lo que
derivará, a su vez, en un desarrollo potencial del afecto mutuo y se tornará gratificante
24

para el padre. De esta forma, lo gratificante de la relación retroalimentará los deseos


de contacto sensorial directo y, por ende, el padre mejorará su capacidad de
adaptarse a su hijo. Si, en cambio, estos tres factores inter-vinientes se dan de forma
negativa (padre poco disponible, cambios en la identidad vivenciados como
restricción de la libertad personal y mala relación con la madre del hijo), el vínculo se
verá afectado, por lo que el padre se sentirá menos motivado para conocer a su hijo.
Luego, el contacto sensorial en sí mismo será menos gratificante, lo que podría influir
en un menor cuidado del padre, afectando el desarrollo de la confianza del hijo y el
afecto mutuo, pudiendo el padre, en algunos casos, vivir la relación como extraña:

... la relación que tengo con él ahora ha sido un poco, no sé, ha sido extraña, ha sido
muy extraña porque quizás fue el cambio muy fuerte al momento de que, no sé, que
cambió mi vida un 100%, 360 grados, porque algunas veces siento que no entiendo
por qué está más con ella, yo sé por qué, pero no lo entiendo, que yo no puedo estar
más con él, así sentirlo más, entonces, algunas veces entro en conflicto y, no sé, unas
veces .

Monitoreo de los indicadores del Programa "Chile Crece Contigo" 2008-2011

El presente estudio consistió en Monitorear la cobertura y resultados de las


principales actividades planificadas en el subsistema de protección social Chile Crece
Contigo (CHCC) en relación al desarrollo psicosocial integral en niños de 18 meses y
3 años, en cada una de los 29 Servicios de Salud del país y los cambios observados
en 4 años.

En el período estudiado el promedio de menores de 3 años controlados en el sistema


público de salud fue de 505.471 niños, cifra que representa el 67,4% de la población
chilena de esa edad. La cobertura de Chile Crece Contigo en actividades de vigilancia
y prevención de problemas en el desarrollo infantil es evidente, lo que se refleja en la
aplicación anual de cerca de 350 mil pruebas para evaluar el desarrollo psicomotor,
la realización de un número importante de talleres educativos y un número menor,
pero creciente, de visitas domiciliarias (tabla 1).
25

A nivel nacional destaca un alto grado de aplicación de los test diagnósticos, con una
diferencia significativa entre el 2008 y 2011 (p < 0,002). La prevalencia de retraso o
riesgo en ambos grupos de edad fue inferior al 7%, con un leve aumento en menores
de 2 años (p 0,05) y una leve disminución en niños de 3 años (p < 0,01). Cerca de la
mitad de los niños con déficit se recupera, proporción que aumentó en menores de 2
años, pero que disminuyó en el grupo de mayor edad. La participación de madres en
talleres educativos es baja pero creciente, así como las visitas domiciliarias integrales
en niños con retraso o riesgo. La "cobertura" de esta última cifra superior al 100%, se
puede explicar porque algunos hogares reciben más de una visita (tabla 2).

Tabla 2. Mediana de cumplimiento de los principales indicadores de Chile Crece


Contigo en relación a desarrollo psicomotor por Servicios de Salud, 2008 y 2011

*Dato correspondiente al 2010. EEDP: Escala de


Evaluación del Desarrollo Psicomotor. TEPSI: Test de Desarrollo Psicomotor.

Tabla 3. Mediana de cambio en los indicadores de Chile Crece Contigo en


relación al niño por Servicios de Salud 2008 y 2011 (puntos porcentuales)
26

Tabla 4. Distribución del puntaje obtenido por cada Servicios de Salud


considerando los cambios observados en las variables relacionadas con el niño

EEDP: Escala de Evaluación del Desarrollo Psicomotor. TEPSI: Test de Desarrollo


Psicomotor

Tabla 5. Puntaje total de los Servicios de Salud considerando los cambios


observados en las variables analizadas en embarazadas y niños(as).
27

Chile Crece Contigo representa un importante esfuerzo estatal, dentro del Sistema
Intersectorial de Protección Social, para contribuir a generar las condiciones
necesarias para que todos los niños crezcan en entornos familiares y comunitarios
que favorezcan el óptimo desarrollo13,16.

En Chile, el desarrollo psicomotor de niños y niñas se evalúa desde el año 1979 a


través de instrumentos estandarizados, su objetivo es pesquisar riesgo o retraso en
su DSM. Para el año 2013, un 12,44% de los niños entre 7 y 59 meses controlados
en el sistema público presentaron alguna alteración en su desarrollo psicomotor10.
(Estrella Ofelia Álvarez Pacheco, Tesis Estilos de apego materno y nivel desarrollo
psicomotor del niño/a “Concepción-Chile 2016).

Estudio “Efecto del maltrato físico en la calidad de las representaciones de


apego infantil en Chile: resultados preliminares “Santiago, Diciembre, 2011.

. Para poder evidenciar el efecto del maltrato físico en la calidad de las


representaciones del apego se utilizó ANOVA factorial. En el caso de que el efecto
fuera significativo, se calculó el tamaño del efecto d de Cohen (1988). En los análisis
28

se consideró el efecto del maltrato físico para cada dimensión de apego evaluada con
el A.S.C.T. Q-sort: segura, desactivada, hiperactivada y desorganizada.

A nivel descriptivo los resultados expuestos en la Tabla 1 muestran que, para el grupo
de niños sin sospecha de maltrato, la media más alta corresponde a la

víctimas de maltrato físico, la estrategia con la media más alta es la de


desorganización (58.5), le siguen la de hiperactivación (54.1), la de desactivación
(52.7) y la de seguridad (46.5). Cabe destacar que las mayores diferencias entre
grupos se aprecian en las dimensiones de hiperactivación y desorganización.

En la Tabla 2 se aprecia que el efecto del maltrato físico en la calidad del apego sólo
es significativo para las dimensiones del apego que son hiperactivación y
desorganización. El tamaño del efecto para la dimensión de hiperactivación es
cercano al efecto medio y para la dimensión desorganización el efecto es grande
(Cohen, 1988).

(Ter.Psicol vol. 29 no.2 Santiago Dic.2011).


29

Apego y Ajuste Socioemocional: un Estudio en Embarazadas


Primigestas.Santiago Mayo, 2018.

. Este artículo se centra en el estudio del apego adulto y su relación con el ajuste
socioemocional durante el primer embarazo. Se utiliza una investigación descriptiva
correlacional de carácter transversal. La muestra se compone de 139 embarazadas
primigestas de 19 a 40 años y nivel socio-económico medio, medio bajo y bajo.

Análisis Descriptivo de la Muestra

Respecto al tipo de apego de las mujeres evaluadas, se pudo observar que un 63.3%
de la muestra obtuvo un estilo de apego autónomo. A la vez, un 20.1% de la muestra
fue clasificada con un apego inseguro preocupado, y un 15.1% obtuvo un estilo de
apego predominantemente inseguro rechazante. Finalmente, un 1.4% se consideró
como apego no resuelto (ver Figura 1).

Figura 1. Distribución de los estilos de apego en la muestra del estudio. N = 139.


30

En cuanto a los niveles de ajuste socioemocional de las mujeres evaluadas, los


resultados indicaron que un 88.3% de ellas se ubicaban en un puntaje de ajuste
adecuado o ausencia de disconfort, mientras que el 11.7% obtenían un puntaje que
indicaba desajuste o disconfort. Un 14.6% presentaba sintomatología ansiosa-
depresiva, un 13.9% presentaba desajuste en las relaciones interpersonales y un
25.5% lo hacía en cuanto al rol social (ver Figura 2).

Figura 2. Ajuste socioemocional en la muestra del estudio según escalas del OQ-45.2.
N = 139.

Análisis de Correlaciones Entre Estilos de Apego y Ajuste Socioemocional En la Tabla


1 se aprecian las correlaciones entre los estilos de apego obtenidos en el CaMir, y los
puntajes en ajuste socioemocional obtenidos en el Cuestionario OQ-45.2, tanto en las
3 subescalas como en la escala total.

Tabla 1. Correlaciones entre estilos de apego y ajuste socioemocional (N = 137)


31

Se aprecia una correlación significativa e inversa entre el estilo de apego autónomo y


la escala de sintomatología ansiosa-depresiva (r2 = -.228; p < 0.01), relaciones
interpersonales (r2 = -.318; p < 0.01), rol social (r2 = -.247; p < 0.01) y el puntaje total
de ajuste socioemocional (r2 = -.282; p < 0.01). Estos resultados indican que mientras
más seguro es el apego, menos sintomatología ansiosa-depresiva presenta la
persona, menos problemas en las relaciones interpersonales y en el rol social, y un
mayor ajuste socioemocional en general. En otras palabras, el estilo de apego
autónomo se relaciona con un mayor ajuste socioemocional, expresado en menor
sintomatología y mayor ajuste en las relaciones interpersonales y en el rol social.

Además se observa una correlación significativa y directa entre el estilo de apego


preocupado y la escala de sintomatología ansiosa-depresiva (r2=.388; p < 0.01),
relación interpersonal (r2 =.376; p < 0.01), rol social (r2 = .336; p < 0.01) y el puntaje
total de ajuste socioemocional (r2 = .419; p < 0.01). Estos resultados indican que
mientras más ansioso es el estilo de apego, se encuentra una mayor sintomatología
de tipo ansiosa depresiva, un mayor desajuste social y problemas en el rol social, y
un menor ajuste socioemocional en general.

Finalmente no se aprecian correlaciones significativas entre el estilo de apego


rechazante y las escalas de ajuste socioemocional.

Análisis Comparativo de las Escalas de Ajuste Socioemocional Según Estilo de Apego

La Tabla 2 muestra la comparación de los puntajes de las distintas escalas de ajuste


socioemocional, usando como variable independiente el estilo de apego principal
mostrado por las embarazadas (comparación inter e intragrupos).

Tabla 2. Análisis de varianza para las escalas de ajuste socioemocional según estilo
de apego (N = 136)
32

En la Tabla 2 se aprecia que el tipo de apego principal de cada embarazada marca


diferencias en su comportamiento observado en las distintas escalas de ajuste,
existiendo diferencias estadísticamente significativas en todas las escalas
(sintomatología ansiosa depresiva F = 6. 168, p < 0.01; relación interpersonal F=
6.929, p < 0.01; rol social F= 5.840, p < 0.01 y ajuste total F= 7.918, p< 0.01).

Al analizar las diferencias específicas entre los grupos de apego para cada escala de
ajuste socioe-mocional (por medio de pruebas post hoc de Tukey) se puede decir que
en la escala de sintomatología ansiosa depresiva existen diferencias significativas
entre los tipos de apego autónomo y preocupado (p < 0.05), teniendo mayor nivel de
sintomatología ansiosa depresiva el tipo preocupado (ver Tabla 3). No existen
diferencias significativas entre los estilos autónomo y rechazante, ni entre el estilo
rechazante y el preocupado. La Figura 3 muestra el comportamiento de la escala de
sintomatología ansiosa depresiva según el tipo de apego, donde se aprecia la
tendencia a mostrar una baja sintomatología ansiosa depresiva en el apego
autónomo, volviéndose más alta en el estilo preocupado.
33

Tabla 3. Prueba HSD de Tukey para el comportamiento de los tipos de apego en la


escala de sintomatología ansiosa depresiva (N = 137)

En la escala de relación interpersonal existen diferencias significativas entre los tipos


de apego autónomo y preocupado, y autónomo y rechazante (p < 0.05), teniendo
mayor nivel de desajuste los tipos preocupado y rechazante (ver Tabla 4). No existen
diferencias significativas entre los estilos rechazante y preocupado, los cuales tienen
un comportamiento similar. La Figura 4 muestra el comportamiento de la escala de
relación interpersonal según el tipo de apego, donde se observa que hay mayor
presencia de ajuste socioemocional en las relaciones interpersonales en el apego
autónomo que en los estilos de apego preocupado o rechazante.

Tabla 4. Prueba HSD de Tukey para el comportamiento de los tipos de apego en la


escala de relación interpersonal (N= 137)
34

Figura 3. Comportamiento de la escala de sintomatología ansiosa depresiva según


tipo de apego. N = 137.
35

Figura 4. Comportamiento de la escala de relación interpersonal según tipo de apego.


N = 137.

En la escala de rol social existen diferencias significativas entre los tipos de apego
autónomo y preocupado (p < 0.05), teniendo mayor nivel de desajuste nuevamente el
tipo preocupado (ver Tabla 5). No existen diferencias significativas entre los estilos
autónomo y rechazante, y rechazante y preocupado. La Figura 5 muestra el
comportamiento de la escala de rol social según el tipo de apego, donde se observa
un comportamiento similar al encontrado en la escala de sintomatología ansiosa
depresiva.

Figura 5. Comportamiento de la escala de rol social según tipo de apego. N= 137


36

Tabla 5. Prueba HSD de Tukey para el comportamiento de los tipos de apego en la


escala de rol social (N = 137).

Finalmente, en la escala total de ajuste socioemocional se dan diferencias


significativas entre los estilos de apego autónomo y preocupado (p < 0.05).
Nuevamente los mayores puntajes están en el estilo preocupado y por tanto
representa niveles más altos de desajuste (ver Tabla 6). La Figura 6 muestra el
comportamiento de la escala total de ajuste según el tipo de apego.

Tabla 6. Prueba HSD de Tukey para el comportamiento de los tipos de apego en la


escala total de ajuste socioemocional (N=137)

Figura 6. Comportamiento de la escala total de ajuste socioemocional según tipo de


apego. N = 137

En términos generales, en todos los casos se aprecia un comportamiento coherente,


donde de manera estadísticamente significativa el estilo de apego autónomo se
relaciona con mayor ajuste socioemocional, mientras que el estilo de apego
37

preocupado tiende a relacionarse con niveles más altos de sintomatología ansiosa-


depresiva, mayor desajuste en cuanto a las relaciones interpersonales y rol social, y
menor ajuste socioemocional. El estilo rechazante en cambio tiende a estar en un
punto intermedio entre ambos, aunque siempre más cercano al estilo preocupado.
38

Estudio: Estilos de Apego Dificultades de Regulación Emocional en Estudiantes


Universitarios

Análisis Descriptivo

En la Tabla 1 se presenta la descripción de las variables evaluadas y los análisis de


curtosis y simetría para evaluar si las variables se desvían sustancialmente de la
curva normal. Tal como se observa en ella, ninguna de las variables supera el valor
crítico de ± 2 en los índices de curtosis y asimetría.

Tabla 1 Medias, Desviaciones Estándar e Índices de Curtosis y Asimetría de las


Dimensiones del Apego y las DRE

Al evaluar variaciones entre hombres y mujeres en las variables evaluadas, no se


detectaron diferencias en ninguna de ellas: Ansiedad ante el abandono, t(546) = -
0,51, p = 0,609; Evitación de la intimidad, t(546) = 0,43, p = 0,665; Rechazo
emocional, t(546) = -1,59, p = 0,111; Interferencia cotidiana, t(546) = -1,75, p = 0,081;
Desatención emocional, t(546) = 1,51, p = 0,131; Descontrol emocional, t(546) = -
0,03, p = 0,975; y Confusión emocional, t(546) = -0,18, p = 0,861.

Posteriormente se evaluó la presencia de diferencias en las DRE en función del estilo


de apego. Los resultados indican que existen diferencias en las variables
dependientes según el estilo de apego, ?(5, 540) = 0,77, p < 0,001. El tamaño del
efecto observado para este análisis fue de ?2 = 0,139, lo que indica que un 13,9% de
la varianza en las DRE sería explicada por los estilos de apego.
39

Tal como se observa en la Tabla 2, de los análisis invariados de la varianza (ANOVA)


se desprende que existirían diferencias en todas las escalas de DRE según los estilos
de apego. Al realizar los contrastes post hoc, de acuerdo a lo planteado por la primera
hipótesis, las personas con estilos de apego seguro presentaron los puntajes más
bajos de DRE en todas sus dimensiones; sin embargo, solo difieren en la confusión
emocional respecto de los patrones inseguros. Si bien poseen puntuaciones más
bajas que los apegos preocupados y temerosos en el descontrol emocional, el
rechazo emocional y la interferencia cotidiana, las personas con estilos seguros no
difieren en estas dificultades de quienes poseen apego desentendido. Tampoco
difieren en la desatención emocional respecto de las personas con apego
preocupado, pero sí de quienes poseen patrones desentendidos y temerosos.

En relación con la segunda hipótesis, se observó que las personas que poseen estilos
desentendidos y temerosos, es decir, caracterizadas por alta evitación, presentarían
mayores dificultades que las personas seguras y preocupadas en la desatención
emocional, tal como se había formulado. El mismo patrón de resultados se observa
respecto de la confusión emocional.

Respecto de los estilos con elevados puntajes en la dimensión de ansiedad


(preocupados y temerosos), se observó que presentan mayor descontrol emocional
que los individuos con estilos de apego seguro y desentendido. El mismo patrón de
resultados se observó respecto del rechazo emocional y la interferencia cotidiana, lo
cual es coherente con lo que se había propuesto.

Finalmente, se evaluó el efecto de interacción del sexo y los estilos de apego en las
DRE, no encontrándose tales efectos?, (15, 1480) = 0,98 p = 0,840, por lo tanto, el
efecto del estilo de apego sobre la regulación emocional no estaría moderado por el
sexo. Tabla
40

2 Diferencias en las DRE en Función de los Estilos de Apego

Los resultados obtenidos en este estudio apoyan la existencia de una relación entre
las características del apego y las DRE. Asimismo, sostienen la noción que al analizar
las estrategias de regulación emocional desde un marco más integral y con mejor
delimitación de las posibles dificultades en dicho proceso, se detectan variaciones
según los estilos de apego.
41

DEFINICION DEL PROBLEMA


Los primeros escritos en apego se encuentran en el trabajo desarrollado por el
psicoanalista inglés John Bowlby a fines de la década de los 60. Bowlby (1995) define
el apego como:

"Cualquier forma de conducta que tiene como resultado el logro o la conservación de


la proximidad con el otro individuo claramente identificado al que se considera más
capacitado para enfrentar al mundo. Esto resulta sumamente obvio cada vez que la
persona está asustada, fatigada o enferma, y se siente aliviada con el consuelo y los
cuidados", (p. 40) A partir de sus escritos se formula la teoría del apego, la cual apunta
a describir y conceptualizar la tendencia de los seres humanos a crear fuertes lazos
afectivos o vínculos, especialmente entre las madres o cuidadores, y sus niños(as)
(Ainsworth, 1969; Bowlby, 1969, 1979, 1980, 1993, 1995). Esta búsqueda de
vinculación es entendida como una necesidad universal y primaria de los seres
humanos, una urgencia biológica. La calidad de estos vínculos permitirá tanto el
desarrollo socioemocional como mental de los niños(as), encontrando sus raíces
primordialmente en la infancia temprana (Sroufe, 2000). En momentos de ansiedad,
temor o estrés, el ser humano recurre a su figura de apego para calmarse o
apaciguarse. De este modo, varios autores coinciden en que el apego es una
conducta surgida en el curso de la evolución de la especie, y que tiene un innegable
valor de supervivencia, en términos darwinianos (Bowlby, 1969; Garelli & Montuori,
1998; Sroufe, 2000). (Chamarrita Farkas, María Pía Santelices, Marcela Aracena y
José Pinedo (2008) Apego y Ajuste Socio Emocional: Un Estudio en Embarazadas
PrimigestasPsykhe v.17 n.1, 65-80).

Definiciones de los tipos de apego (Ainsworth y Bell, 1970)

Estos autores evaluaron la calidad del apego durante los dos primeros años de vida
mediante el experimento que denominaron “situación extraña”: observaron el modo
en que el niño organizaba su conducta en relación con su madre durante una serie
de episodios estresantes ensayados, de corta duración. Estos episodios incluían una
situación desconocida, el encuentro con una persona desconocida y finalmente la
separación de su madre por un corto espacio de tiempo.
42

Establecieron una distinción fundamental entre apego seguro e inseguro, a


través la capacidad del niño para utilizar la figura de apego como base para explorar
su entorno y desde su forma de reaccionar ante el retorno de la madre. Los tipos de
apego que describieron son:

Establecieron una distinción fundamental entre apego seguro e inseguro, a través la


capacidad del niño para utilizar la figura de apego como base para explorar su entorno
y desde su forma de reaccionar ante el retorno de la madre.

Los tipos de apego que describieron son:

Apego seguro (Tipo B)

Apego Inseguro

o Ansioso ambivalente (Tipo C)

o Huidizo evitativo (Tipo A)

o Inseguro desorganizado (Tipo D) (Introducido por Main y Salomón en 1986 ).

Apego seguro

El individuo tiene confianza en la disponibilidad, comprensión y ayuda que la figura


parental le dará en situaciones adversas. Se siente animado a explorar el mundo.
Este esquema se lo proporciona una figura parental (generalmente la madre) que sea
fácilmente disponible, atenta a las señales del niño y preparada a responder.
Manifiesta una búsqueda activa de contacto con la madre y ofrece respuestas
adecuadas ante ella. Expresa una amplia gama de sentimientos positivos y negativos
Este tipo de apego evoca sentimientos de pertenencia, de aceptación de sí mismo y
de confianza de base.

¿Cómo se muestran los Padres-Madres de niños con tipos de apego Seguro?

Diferentes estudios realizados por distintos medios (entre otros, a través del
“Cuestionario de apego para adultos”), ofrecen interesantes conclusiones que
43

complementan la visión del apego aportando las conductas de los padres-madres de


los niños identificados en las tipologías anteriores.

En el caso de los padres-madres de niños con apego seguro, aquellos se muestran


disponibles, ofreciendo contacto al niño cuando llora. Responden de forma sincrónica
al estado emocional. Son capaces de visualizar las necesidades del niño en sí
mismas, y no como necesidades propias o ataques a su integridad Sus propias
narraciones de las historias de apego son coherentes. Describen fácilmente
experiencias de apego tanto positivas como negativas, con buena integración de
ambas.

Apego inseguro huidizo-evitativo (A)

El niño tiende a ignorar o esquivar a su madre (por ejemplo, evitando el contacto o la


mirada). A su vez, la evitación del hijo puede amplificar la conducta parental que ha
generado esta percepción en el hijo. Muestra mayor ansiedad o al menos igual
comportamiento ante padres que ante figuras extrañas. Manifiestan una impresión
general de de indiferentes o fríos con el adulto. Parece intentar vivir la propia vida
emocional sin el apoyo y el amor de los otros, desde una tendencia a la
autosuficiencia, y con una ausencia casi total de expresiones de miedo, malestar o
rabia.

¿Cómo se muestran los Padres-Madres de niños con tipos de apego huidizo-


evitativo?

Se relacionan con el niño con una mezcla de angustia, rechazo, repulsión y hostilidad.
Esto se expresa en actitudes controladoras, intrusivas y sobreestimulantes.La madre
o cuidador principal reacciona sintiéndose amenazada por los lloros o necesidades
insatisfechas de los bebés, no controla la situación para actuar en consecuencia. Ante
ello, niegan las necesidades del bebé: toman distancia con el estado emocional del
bebé, forzándole a modificar su estado emocional o distorsionando los sentimientos
en otros más tolerables, dando su propia lectura.

Apego inseguro ansioso-ambivalente (C)

El individuo no tiene la certeza de que la figura parental esté disponible o preparada


a responder. La presencia de la madre no le calma después de una ausencia corta.
44

Manifiesta ambivalencia: puede reaccionar hacia su madre con cólera, rechazando el


contacto o la interacción, y enseguida buscar ansiosamente el contacto. Se da una
oscilación entre búsqueda y rechazo de la madre. Propenso a la angustia de
separación. Por ello, tienden a aferrarse a la madre. La exploración del mundo les
genera ansiedad, que genera a su vez una ausencia de conductas exploratorias. Esta
modalidad de apego se crea en torno a una figura parental que unas veces está
disponible y otras no. También la potencian las separaciones y las amenazas de
abandono como medio de control. Se dan de forma prolongada y exagerada
manifestaciones de rabia, miedo y malestar.

¿Cómo se muestran los Padres-Madres de niños con tipos de apego ansioso-

Ambivalente?

El elemento que más llama la atención es la falta de “sincronía emocional” con el


bebé. Puede haber periodos de ausencia física de la madre, pero sobre se produce
una ausencia de su disponibilidad psicológica, que convierte los cuidados en
incoherentes, inconsistentes e impredecibles. En resumen, no responden a los niños,
pero no les rechazan.

Apego inseguro desorganizado-indiscriminado (D)

En el contexto de un modelo relacional de carácter caótico, cambiante e


indiscriminado (se apegan, se desapegan para apegarse a otro, pero siempre de
manera superficial), se produce un modelo de vinculación “utilitario” ante rupturas
previas, para protegerse de la frustración y vulnerabilidad. Se produce por tanto una
relación desorganizada y cambiante con adultos, mediante comportamientos
aparentemente “casuales”, confusos y desorganizados. Hay una oscilación
desorganizada entre búsqueda y evitación.

¿Cómo se muestran los Padres-Madres de niños con tipos de apego desorganizado-


indiscriminado?

Prácticas parentales altamente incompetentes y patológicas como consecuencia de


haber sufrido experiencias muy traumáticas y/o pérdidas múltiples no elaboradas en
la propia infancia. Nos encontramos con padres-madres con incompetencias
45

parentales severas y crónicas, con frecuencia irrecuperables: patologías psiquiátricas


crónicas, alcoholismo y toxicomanías.

Es frecuente el estilo parental violento, desconcertante, impredecible. Se produce


aquí una paradoja vital: si el niño se acerca buscando apego, provoca ansiedad en el
progenitor; si se aleja, éste se siente provocado, y canalizará su ansiedad mediante
comportamientos hostiles y rechazo. ( Escuela Vasco Navarra de Terapia Familiar,
Terapia Apego. Vinculo. Agintzari S. Coop. de Iniciativa Social).

Apego Adulto

Si bien en sus inicios la teoría del apego se focalizó en los vínculos tempranos, a
partir de finales de los 80 surgieron estudios que aplicaron los principios del apego a
la edad adulta (Hazan & Shaver, 1987). En el estudio y medición del apego adulto
han existido dos tradiciones provenientes de ámbitos distintos (Martínez & Santelices,
2005). La primera de ellas tiene sus raíces en la psicología evolutiva, dentro de la cual
la evaluación del apego se ha realizado mediante entrevistas, cuyo objetivo es
acceder a las representaciones y coherencia con que los individuos describen sus
experiencias de apego pasadas (Roisman, 2009). En esta tradición el instrumento
más utilizado ha sido la Adult Attachment Interview (AAI; George, Kaplan & Main,
1985, citado en Crowell & Treboux, 1995).

Paralelamente, existe una segunda vertiente enmarcada en la psicología social y de


la personalidad, representada por autores como Hazan y Shaver (1987) y
Bartholomew y Horowitz (1991), en la que se evalúa el apego accediendo a las
cogniciones, conductas y sentimientos respecto de relaciones actuales,
fundamentalmente a través de cuestionarios de auto-reporte (Martínez & Santelices,
2005). Es en esta segunda perspectiva en la que se insertó el presente estudio.

Dentro de esta segunda tradición, las diferencias en el apego adulto pueden


conceptualizarse a partir de variaciones en dos dimensiones: la ansiedad ante el
abandono y la evitación de la intimidad (Brennan, Clark, & Shaver, 1998; Fraley &
Waller, 1998). La primera de ellas, basada en el modelo de sí mismo descrito por
Bowlby (1986/2003), se refiere a la preocupación constante ante el posible rechazo
de los otros. Por su parte, la dimensión de evitación, basada en el modelo de los otros,
alude a la incomodidad con la cercanía y a la dificultad para confiar en otros (Hazan
46

& Shaver, 1987) Con base en estos planteamientos, Bartholomew y Horowitz (1991)
desarrollaron un modelo de cuatro categorías o estilos de apego: seguro, preocupado,
desentendido y temeroso, en los que subyacen las dos dimensiones descritas:
ansiedad y evitación. El estilo de apego seguro se asocia a bajos niveles de ansiedad
y evitación. El estilo de apego preocupado se caracteriza por altos niveles de
ansiedad y bajos de evitación. El estilo desentendido evidencia bajos niveles de
ansiedad y altos de evitación. Por último, el estilo temeroso se relaciona con altos
niveles de ansiedad y de evitación (Bartholomew & Horowitz, 1991). (Guzmán M-
González-Carrasco N,(2016) Estilos de Apego y Dificultades de Regulación
Emocional en Estudiantes Universitarios Psykhe vol.25 no.1).

A continuación se describen una serie de aspectos y/o conductas que tienen directa
relación con el tipo de apego desarrollado en la infancia:

Apego y desarrollo emocional.

La evolución emocional, especialmente la del niño, incluye muchos aspectos. Uno de


los más fundamentales es el del aprendizaje afectivo a partir de la observación de las
relaciones que se crean en su entorno familiar, en el que la madre se erige como
elemento clave de su vinculación afectiva (Fonagy, 2004; Del Barrio, 2002; Belsky,
1999a; Bowlby, 1990). Algunas investigaciones han demostrado que la interpretación
de eventos con componentes emocionales se encuentran mediados directa e
indirectamente por el estilo de apego (Niedenthal, Brauer, Robin, y Innes-Ker, 2002).
Se parte del supuesto de que existen diversos niveles de organización en el sistema
de apego, y que se presentan secuencialmente a lo largo del desarrollo; y va desde
una organización en términos de estrategias del comportamiento al final del primer
año, hasta una organización representacional posteriormente (Spander y
Zimmermann, 1999).

Desorganización del apego y psicopatología.


47

Dentro de las posibles relaciones existentes entre los patrones de apego y la


psicopatología, no podemos pasar por alto las conductas contradictorias,
desorganizadas o estereotipadas. En el año 1986, Main y Solomon describieron por
primera vez la conducta desorganizada de apego. Más tarde Main y Hesse (1990)
relacionaron el apego desorganizado con un ambiente asustado o de cierto miedo.
Este patrón de apego, según los autores citados, aparece con frecuencia en niños
cuyos cuidadores inspiran miedo, por lo que se encuentran frente a la paradoja de
necesitar protección de las figuras que a su vez les provocan circunstancias
atemorizantes. En una investigación posterior Lyons-Ruth y col., (1999) hallaron
también que cuando la figura del cuidador provoca miedo, esto puede predecir la
desorganización del apego.

Apego, socialización y adolescencia.

Los estilos de apego continúan a lo largo del ciclo vital, y a través de generaciones
(Oliva, 2004; Gloger-Tippelt, 1999; Buchheim, Brisch y Kächele, 1998). Las nuevas
relaciones parecen afectadas por las expectativas desarrolladas en las relaciones
pasadas (Waters, Hamilton y Weinfield, 2000).

Musitu y Allatt (1994) definen la socialización como proceso de aprendizaje no


formalizado y en parte inconsciente, en el que a través del entramado de relaciones,
el niño asimila conocimientos, actitudes, valores, sentimientos y necesidades que
caracterizarán para toda su vida su estilo de adaptación al ambiente. Arnett (1995)

La adolescencia es una producción social, un período en el que la identidad adquiere


nuevas y significativas dimensiones y se alcanza una mayor autonomía mediante la
abstracción y la puesta a prueba de hipótesis sobre el mundo y sobre sí mismos
(Alves, 1995, 1998).

Apego y variables de personalidad. Apego y estrés.

Según Bowlby, el estilo de apego refleja la interacción entre la personalidad del niño,
la familia y el entorno más amplio, por lo que no debe resultarnos extraño que exista
una influencia conjunta entre las variables propias del cuidador y el temperamento
infantil. Sobre la calidad del apego, un estudio llevado a cabo en niños españoles
muestra cómo la calidad del apego está más fuertemente ligada al temperamento del
niño que a los rasgos de personalidad de la madre (Martínez-Fuentes y cols., 2000),
48

Apego temprano, persistencia y relaciones interpersonales futuras

Como hemos citado anteriormente, las formas de apego se desarrollan en forma


temprana y poseen alta probabilidad de mantenerse toda la vida (Bartholomew, 1997,
1994), permitiendo la formación de un modelo interno que integra por un lado las
creencias acerca de sí mismo y de los demás y por el otro una serie de juicios que
influyen en la formación y el mantenimiento de las dinámicas relacionales durante
toda la vida del individuo (Bradley y Cafferty, 2001).( Frances Sanchis Cordellat (2008)
Apego, Acontecimientos Vitales y Depresión En Una Muestra De Adolescentes,
Facultad de psicología ¡Ciencies de l´Educacio ¡ de Esport Blanquerna Universitat
Ramon Llul).

Apego y Regulación Emocional

Desde el marco de la teoría del apego y desde la tradición impulsada por la psicología
social y de la personalidad sobre el apego adulto, se ha señalado que, dependiendo
de las características individuales, las personas despliegan estrategias de regulación
emocional distintas ante situaciones estresantes (Shaver & Mikulincer, 2002). Así, se
ha planteado que las personas seguras en el apego activan la denominada estrategia
primaria, caracterizada por la búsqueda de proximidad de la figura de apego como
forma de obtener confort y protección. Sin embargo, en el caso de quienes poseen
estilos de apego inseguros, se ocupa más bien la hiperactivación o desactivación de
las necesidades de apego (estrategia secundaria) como forma de resguardar el sí
mismo del potencial abandono en el primer caso y del rechazo en el segundo
(Mikulincer & Shaver, 2003).

De acuerdo a Mikulincer et al. (2003), las estrategias de hiperactivación son


prototípicas de las personas que puntúan alto en la dimensión de ansiedad asociada
al apego, caracterizándose por la tendencia a exagerar los signos de amenaza y a
reaccionar ante situaciones estresantes con intenso malestar y rumiación continua.
Esta hiperactivación de la búsqueda de proximidad se fundamentaría en que la
distancia es experimentada como peligrosa o indicadora de potencial abandono. Por
otro lado, las estrategias de desactivación son propias de las personas que puntúan
alto en la dimensión de evitación, caracterizándose por la supresión y represión de
pensamientos y emociones negativas. Es decir, tenderían a desactivar las conductas
de apego, dado el temor a los resultados aversivos que la proximidad con la figura de
49

apego podría generar; por tanto, buscan minimizar el contacto con ella, tanto en lo
real como en lo imaginario Si bien las dos tendencias (hiperactivación y desactivación)
implican manejos emocionales opuestos, intensificación y supresión,
respectivamente, ambas conducen a DRE.( Guzmán M-González-Carrasco N,(2016)
Estilos de Apego y Dificultades de Regulación Emocional en Estudiantes
Universitarios Psykhe vol.25 no.1) .

Cambios generados a partir de la reformulación de políticas e implementación de un


sistema de protección a la infancia:

Los siguientes documentos se relacionan con los avances de protección de


derechos de la infancia en chile a través de políticas de infancia las que han sido
significativas en materias de identificar la importancia del adecuado desarrollo
sicomotor y social de los niños, niñas y adolescentes vinculadas al apego seguro.

El Desarrollo Integral de la Infancia en Chile: Una deuda pendiente

En América latina y muy especialmente en los países del cono sur en los últimos años,
se ha producido un significativo y sostenido descenso de la mortalidad infantil. En
particular Chile ha alcanzado una mortalidad de 7.9 por mil nacidos vivos en el año
2005, según el último informe de Los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Estos datos
y otros son muy semejantes a los países desarrollados con ingresos per capita hasta
10 veces mayor, lo que demuestra la eficacia y eficiencia de las políticas, planes y
programas sociales y de salud materno infantil desarrollados en Chile en las décadas
anteriores.

Sin duda han sido factores claves políticas públicas sostenidas que han permitido el
avance en saneamiento básico, agua potable, acceso a servicios de salud, atención
profesional del parto y los programas de inmunización

A pesar de estos datos aparentemente satisfactorios :

Anualmente más de 200 millones de niños y niñas menores de 5 años de países en


desarrollo no logran desplegar su óptimo potencial de desarrollo físico, psíquico y
social (Grantham-McGregor et al. 2007). Los factores que inciden sobre estos
resultados son múltiples y responden tanto a condiciones biológicas, como sociales y
50

ambientales, dístales y proximales al niño que han sido sistematizadas en base al


modelo ecológico del desarrollo humano (Bronfenbrenner 1979).

Así mismo, los últimos 50 años de investigación neurobiológica ha probado la


existencia de períodos críticos o sensibles en el desarrollo temprano de varios
sistemas (visual, lenguaje), que definen tiempos y ventanas de oportunidad en las
que se "imprimen o marcan" en el desarrollo cerebral, las posibilidades para desplegar
una función, con múltiples efectos a corto y largo plazo en el desarrollo cognitivo,
psicológico y social que impactan de forma permanente en la salud y el desarrollo a
lo largo de toda la vida

El modelo ecológico del desarrollo infantil, considera que el desarrollo en su conjunto


depende de la interacción dinámica del niño o niña con su entorno. En esta visión
(figura 1), los ambientes y entornos están representados por el Estado, la comunidad
y la familia, y cada uno de ellos posee sus normas y valores; el Estado a través de
formulación de políticas y marcos institucionales; la comunidad, mediante sus
modelos de organización y participación; y las familias, en su papel trascendente de
protección, cuidado y satisfacción de necesidades inmediatas de la niñez
51

Chile Crece Contigo: Un sistema integrado de servicios a favor de la primera infancia

A un mes de iniciado su gobierno, por decreto supremo (Decreto Supremo n°072,4


abril de 2006) la Presidenta de la República Michelle Bachelet constituyó un Consejo
Asesor Presidencial para la Reformas de las Políticas de Infancias. Tal consejo tuvo
por mandato "Elaborar un diagnostico de la situación actual y de las insuficiencias
existentes en materia de protección a la infancia, para luego, formular y proponer un
conjunto de políticas y medidas idóneas para efectos de implementar un sistema de
protección a la infancia".El organismo entregó a la Mandataria un informe denominado
"El Futuro de los Niños es Siempre Hoy". Tal informe contenía las propuestas de
consenso para implementar una reforma profunda de los servicios sociales y de salud
para la primera infancia. Tal propuesta se baso en un amplio proceso de participación
ciudadana, donde se escuchó, analizó e incorporó las visiones de especialistas,
organizaciones de la sociedad civil y de la ciudadanía en general; se recibieron a más
de 45 grupos y organizaciones, además de realizar audiencias en cada región,
además se recibieron más de 17 mil correos electrónicos de adultos y más de 7 mil
de niños(as) de todo el país.

El Informe del Consejo fue recibido para su análisis por un Comité de Ministros de
Infancia, coordinado por el Ministerio de Planificación. El objetivo central de este
comité técnico fue analizar las propuestas del Consejo Asesor Presidencial, estudiar
su viabilidad, y proponer iniciativas de implementación. Finalmente, parte importante
de las recomendaciones contenidas en el informe final del consejo llegaron a
plasmarse en lo que hoy se denomina Sistema de Protección Integral a la Infancia
Chile Crece Contigo (ChCC). Este sistema ha sido creado con la misión de igualar
oportunidades de desarrollo en niños, niñas, sus familias y comunidades. El sistema
busca generar una red integrada de servicios dirigidos a optimizar el ambiente de
desarrollo desde la gestación y hasta los cuatro años de edad, edad en la cual se
espera que muchos niños y niñas de esta generación ingresen al sistema de
educación preescolar.

La operación de este sistema se sustenta en la gestión local de los servicios (figura


3) con múltiples apoyos desde el gobierno central. Así cada repartición pública pone
a disposición del sistema su oferta programática en materia de primera infancia en un
territorio particular. Por ejemplo, el sector salud integra sus múltiples acciones y
servicios dirigidos a familias con niños y niñas menores de 4 años. Por otra parte, el
52

sector de educación, comienza un progresivo incremento en la oferta de servicios de


apoyo al cuidado infantil y de ecuación temprana.

Es interesante notar que una de las principales recomendaciones del consejo para el
sector salud, fue hacer una profunda modificación del enfoque en la atención de la
salud de los niños, niñas y sus familias. Ampliar la visión biomédica clásica del
crecimiento y desarrollo hacia un modelo con mayor énfasis en la dimensión
psicosocial, que considere centralmente la dimensión social del desarrollo infantil.

Chile Crece Contigo es una intervención universal y selectiva

Chile Crece Contigo se erige como una Red que busca la articulación e integración
de los servicios a favor del desarrollo infantil con el objeto de responder oportuna y
pertinentemente a las necesidades de cada niño, niña y familia.

En esta red los servicios de salud son fundamentales para el sistema, dado que es
mediante los frecuentes contactos del niño o niña y su familia se puede dar un
seguimiento cercano a la trayectoria de desarrollo. En Chile el 84% de los niños y
niñas nacen el sistema público, por ello este constituye la puerta de entrada
privilegiada a un seguimiento personalizado del desarrollo de cada niño, niña y su
familia.
53

La instalación progresiva de importantes modificaciones a los programas dirigidos a


la salud infantil y a la salud sexual y reproductiva, es la base de lo que se denomina
componente de Salud del Sistema o "Programa de Apoyo al Desarrollo
Biopsicosocial" (PADBP) que se implementa en los servicios de salud de la atención
primaria, secundaria y terciario El PADBP considera acciones en los tres niveles de
la red mediante las siguientes estrategias:

1. Fortalecimiento de los Cuidados prenatales.

2. Atención personalizada del proceso de nacimiento.

3. Atención integral durante la hospitalización de una mujer en gestación o de un


niño/a.

4. Fortalecimiento del control de salud infantil.

5. Fortalecimiento de las intervenciones en niños y niñas en riesgo o con rezagos en


su desarrollo. (MOLINA M.HELIA, MIGUEL CORDERO V.MIGUEL, V SILVA V,
VERONICA (2008). De la sobrevida al desarrollo integral de la infancia: Pasos en el
desarrollo del sistema de protección integral a la infanciaRev Chil Pediatr 2008; 79
Supl (1): 11-17).
54

DELIMITACION DEL PROBLEMA


La presente investigación se desarrolló en la Comuna de los Ángeles, ubicada en la
Octava región del Bio Bio.
55

OBJETIVOS

 Objetivo General:

Describir los tipos de apego

 Objetivo específico:

Mencionar la importancia del apego y cual predomina en nuestra ciudad según


estudios.
56

PLANIFICACION

Carta Gantt

Actividad Responsable Junio Julio Entrevistado

1 2 3 4 1 2 3 4
57

Recursos

Descripción de actividades
58

RESULTADOS
59

SOLUCION
60

CONCLUSIONES Y REFLEXIONES

De acuerdo a la investigación realizada, además de los distintos experimentos


realizados por psicólogos y neurólogos con el fin de validar y estudiar los efectos y
causas del desarrollo óptimo del vínculo materno- filial sano o seguro y mediante las
opiniones recogidas a través de las entrevistas realizadas a diversas instituciones de
la ciudad de Los Ángeles; se puede reconocer la importancia de la adquisición de
un apego sano o seguro desde la infancia factor que incide en la condición de
conducta determinante de las personas, por tanto es de gran relevancia fomentar la
óptima vinculación entre los padres o cuidadores con los niños, niñas al interior o
exterior de las familias debido a que el vínculo o apego seguro trasciende a lo largo
del crecimiento de los niños, niñas, y o adolescentes hasta la vida adulta de los seres
humanos, por lo que si en la infancia este se desarrolla efectivamente permite
asegurar interacciones sociales adecuadas y relaciones personales que se forjaran
desde el respeto, empatía, sensibilidad, responsabilidad y tolerancia. Mejorando los
aspectos biopsicosociales de los individuos provocando un cambio a nivel social, ya
que por medio de lo anterior vemos dentro de los entornos sociales actores
responsables y comprometidos con sus acciones que desencadenan una serie de
comportamientos pro-sociales. En cambio sí se establece un estilo de apego inseguro
nos vemos enfrentados a distintas disrupciones tales como: vulneraciones a los
derechos de protección de los NNA.ocurridas dentro y fuera del entorno familiar,
problemas conductuales observados en los niños, niñas y adolescentes, afecciones
en el desarrollo biopsicosocial de los NNA .afección responsable que estos no
alcancen el óptimo nivel de crecimiento cerebral, lo que en pocas palabras hace
referencia a un rezago, dicho rezago presente en los niños, niñas interfiere en sus
futuras relaciones e interacciones dentro de la sociedad .Sin embargo las políticas
chilenas que se han desarrollado de acuerdo a la protección de la infancia, han
afirmado a través de sus modificaciones lo necesario que es promover el lazo del
apego seguro, por lo que explican que es necesario partir desde este escenario para
provocar cambios en la sociedad, además de las sugerencias que desarrollan a través
de los distintos avances obtenidos a través de los tratados internacionales de la
convención sobre los derechos del niño/niña organizados por UNICEF y la OMS.
Entre las más reconocidas en el ámbito de los avances en leyes que resguardan el
bienestar de los infantes actuando como guardianes de los derechos del niño y niña,
61

gracias a estas hoy en día surge la visión de “Los niños y niñas como sujetos de
derecho”.

Las principales políticas chilenas que optimizan la protección de la infancia el


desarrollo del apego sano, favoreciendo desde este tan importante lazo afectivo, el
crecimiento psicomotor, emocional y social en los niños y niñas las cuales han vuelto
a fomentar la importancia de este; uno de los primeros cambios hechos fue la
extensión del postnatal de 3 meses a 6 meses después del nacimiento, a través de la
Ley de Lactancia Materna que como su nombre lo dice promueve el amamantamiento
materno y a su vez fortalece el vínculo entre la madre hijo/hija; lo que es primordial
para desplegar su aprendizaje, exploración y juego.

Otro actor importante en este tema, es el subsector Chile Crece Contigo creado en el
primer gobierno de la expresidenta Michelle Bachelet Jeria el 04 Abril de 2006,
(Decreto Supremo N°072) que trabaja con JUNJI, INTEGRA, MINSAL y varios otros.
A pesar de estos cambios aún no han sido suficientes los avances que se han
generado, por consiguiente los estudios realizados por profesionales de salud y
educación mediante el campo psicológico y neurológico demuestran que el tiempo
necesario para forjar un apego sano que perdure a lo largo de la vida es de 0a 4 años
de edad, lo que evidentemente no ocurre, debido a que como se comentó antes el
postnatal solo aumento a un periodo de 6 meses, pero este no es principal motivo,
puesto que falta educar en la toma de conciencia y a su vez difundir lo importante que
es desarrollar adecuadamente el vínculo del apego desde la infancia para que los
seres humanos por esencia sociales sean parte de una sociedad sana y competente
frente a las adversidades de la vida y responsables en la toma de decisiones .

Los niños son actores del cambio social desde el momento en que comienzan a
desarrollarse, si se saben contener efectivamente serán capaces de aceptar los
desafíos y aprenderán de estos.

Solo quienes no han tenido la oportunidad de desarrollar un vínculo sano no serán


capaces de levantarse después de las grandes pérdidas que existen en la vida,
puesto que no han desarrollado su capacidad de resilencia.

El futuro de los países comienza desde fortalecerlas las políticas de protección a la


infancia, y por ende cuidar a los infantes, ya que serán estas generaciones jóvenes
62

los encargados de forjar las artes políticas, las demandas sociales y la integridad de
la vida de los futuros niños/niñas y o adolescentes además de velar por el bienestar
de los adultos mayores del país.

Tomemos conciencia de la importancia del apego seguro, que merecen los niños,
niñas y adolescentes, con el fin de promover un buen desarrollo biopsicosocial
incidiendo directamente en la prevención de disrupciones en sus etapas de vida.
63

BIBLIOGRAFIA
64

ANEXOS

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