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2
Índice
Resumen .............................................................................................................. 3
DESCRIPCION DE LA SITUACION PROBLEMÁTICA ................................................... 4
DIAGNOSTICO ..................................................................................................... 15
DEFINICION DEL PROBLEMA................................................................................ 41
DELIMITACION DEL PROBLEMA ........................................................................... 54
OBJETIVOS .......................................................................................................... 55
PLANIFICACION ................................................................................................... 56
Descripción de actividades .................................................................................. 57
RESULTADOS ...................................................................................................... 58
SOLUCION........................................................................................................... 59
3
Resumen
4
Consideremos que, además del alimento, la madre es una figura que provee afecto
al bebé, le traduce necesidades, las satisface y se convierte, para aquel, en la
representante del mundo que poco a poco el bebé va a conocer, animado por la
seguridad que le ofrece el vínculo materno .Winnicott propuso que la madre, al
presentarle al bebé el mundo en pequeñas dosis , adaptándose a la disposición y a
las necesidades de este, le daría tiempo para ampliar sus capacidades, con el
desarrollo que trae la maduración (3). Para el ser humano, dotado a todas luces de
un gran comportamiento afectivo en su individualidad, resulta fundamental que la
integridad de ese vínculo madre-hijo de los primeros años no vea amenazada su
existencia. Este camino puede llevarnos a una explicación para los hallazgos de
Spitz.
vínculo temprano con los padres moldearía la vida emocional del niño y sería el
prototipo de las posteriores experiencias emocionales que el individuo pudiese tener
a lo largo de la vida (7).
Harlow et al. Plantearon que el aislamiento social en los seres humanos produciría
efectos deletéreos en el ajuste individual, el desarrollo heterosexual normal y el
control de impulsos agresivos y antisociales (8). Dada la dificultad de realizar estudios
de aislamiento social en humanos, justificaron sus estudios en monos Rhesus,
partiendo de la similitud que existe entre el desarrollo social normal de los bebés
humanos y las crías de monos Rhesus (9, 10).Aunque reconocían que el
comportamiento humano es mucho más complejo, variado y sutil en diversos
aspectos, consideraron que las condiciones sociales que producían anormalidad en
los primates producirían efectos similares en los humanos. Partiendo del anterior
supuesto, expusieron a estos monos a privación materna total y aislamiento social,
con la imposibilidad de establecer relaciones con otros pares. Los monos fueron
divididos en subgrupos de acuerdo con el tiempo de experimentación al que fueron
sometidos, siendo los periodos de privación de tres, seis y doce meses,
diferenciándose dependiendo de si el aislamiento se producía en el primer o segundo
año de vida. Al ser removidos del aislamiento, los monos que fueron privados en el
primer año de vida mostraron conductas autistas dadas por auto asirse y balancearse.
Si bien, ninguno de los seis monos aislados por tres meses murió en el primer año,
dos de ellos rehusaron comer hasta el punto que uno de ellos finalmente falleció y el
otro tuvo que ser alimentado forzosamente. Pesé a este efecto anorexígeno, el
estudio de en aislamiento se producía en el primer o segundo año de vida. Harlow
concluyó que los efectos debilitantes del aislamiento en monos durante un periodo de
tres meses eran reversibles pero no así privaciones mayores a seis meses (10). Los
monos liberados después de ese tiempo no mostraron ninguna conducta de contacto
con sus congéneres durante el juego, conducta que era frecuente en los monos
control. Aunque hubo algún incremento del contacto en las semanas posteriores, este
nunca fue comparable a lo observable en los monos control. Otro hallazgo fue que
7
entre los monos aislados por seis meses y sus controles, no se dio ninguna
interacción social, presentándose solamente ocasionales explosiones de agresividad
de los monos control dirigida hacia aquellos que habían permanecido aislados. Los
efectos anteriores no fueron observados cuando los períodos de aislamiento se
aplicaron en el segundo año de vida: después de un lapso temporal corto de
adaptación, los monos aislados pudieron integrarse al grupo control y exhibir
conductas sociales adecuadas, sugiriendo que el período crítico para los monos
Rhesus es el primer año de vida. Estos experimentos fueron continuados por G. D.
Mitchell, quién hizo un seguimiento a mediano plazo delos monos reevaluándolos a
los 12 y 24 meses, tiempo durante el cual estuvieron en contacto permanente con sus
congéneres control (11). Mitchell evaluó los comportamientos sociales de los monos
previamente aislados y encontró que aquellos privados por periodos de 12 meses no
mostraron conductas de juego. Adicionalmente, no expresaron agresión, casi ninguna
conducta sexual y, en cambio, mostraban altos niveles de miedo a los adultos, a sus
pares e incluso a monos pequeños.
Se ha podido establecer que desde los primeros días del período posparto, las
madres desarrollan una habilidad particular para reconocer diferentes señales
sensoriales (auditivas, visuales, olfativas) de sus propios bebés, señales que motivan
diferentes tipos de respuesta en ellas (contacto físico, verbal, juego).Strathearn et al.
Plantean que la habilidad materna de conectar esas señales con las necesidades
subyacentes del bebé y tener una respuesta diferenciada y acorde con estas es la
base para el establecimiento de un vínculo seguro entre la madre y su hijo (15). Dada
su especial relevancia para la maternidad se ha prestado especial interés a la
neurobiología de la empatía, entendida como la adecuada percepción, experiencia y
respuesta a las emociones de otra persona (16). Si bien, las necesidades del bebé
son muchas, su comunicación es casi exclusivamente no verbal, haciéndose
necesaria la capacidad materna de empatía para suplir esas necesidades. Por medio
de aplicación de técnicas de neuroimágenes funcionales en situaciones que
despiertan empatía en los sujetos de estudio, se ha podido establecer que las dos
regiones claves del cerebro para el desarrollo de la empatía son las cortezas
cingulada e insular (16).
Donald Winnicott, uno de los autores que más importancia dio a la diada madre-
hijo a lo largo de su obra, planteó que la madre desarrollaría desde los últimos meses
del embarazo la capacidad de ponerse en lugar del bebé, es decir, identificarse con
él (17). Esto le facilitaría a ella su misión de satisfacer las necesidades básicas de su
hijo, siendo el sostén la labor fundamental. La capacidad de brindar sostén le
permitiría a la madre, según Winnicott, suplir de un yo auxiliar a ese ser inmaduro,
incapaz de satisfacer por sí mismo sus necesidades. El yo auxiliar constituiría para el
bebé un ambiente facilitador, fundamental para su integración y su crecimiento
emocional (17).
Los lazos afiliativos, definidos por Ruth Feldman como vínculos selectivos y
perdurables, proporcionan al infante en desarrollo la capacidad para adaptarse y
funcionar competentemente en el nicho social en el que nace y crece (18). También
le permiten, más adelante, formar vínculos con miembros que no hacen parte de su
9
Como otros mamíferos, las madres humanas y sus bebés se entrelazan por medio
del repertorio de comportamientos típicos de la especie, que incluyen la mirada al
rostro o al cuerpo del bebé, el lenguaje maternal de tonalidad aguda en sus
vocalizaciones, la expresión afectuosa en general hacia el bebé, el tacto amoroso,
comportamientos afines al lamido y acicalamiento expresado por otros mamíferos.
Aproximadamente, a los tres meses de edad, el bebé humano entra al mundo social
como u miembro activo y comienza a realizar intercambios sincrónicos con sus
cuidadores que contienen secuencias coordinadas de miradas, vocalizaciones,
expresiones de afecto y contactos táctiles amorosos. La sincronía experimentada en
el vínculo con la madre durante el período crítico de los 3 a los 9 meses de edad se
ha relacionado con la capacidad del niño para adquirir una autorregulación, para
aprender el uso de los símbolos y para desarrollar la capacidad de empatía (18). Al
finalizar el primer año de vida, con el aumento de las competencias simbólicas del
infante, la interacción sincrónica entre este y sus cuidadores crece en dos líneas
paralelas: por un lado una sincronía en la comunicación no verbal, basada en la
mirada, la expresión afectiva, la calidad de la voz, los movimientos y posiciones
10
corporales, y ,por otro lado, una sincronía en la comunicación verbal, que guardará
relación con los diferentes niveles de intimidad comunicativa que se alcancen, por
ejemplo, en las futuras relaciones de amistad o de pareja (18).
El sistema del vínculo, postulado por Bowlby para denominar la tan particular
relación que existe entre la madre y su bebé, ha sido estudiado en modelos animales.
En su artículo “The neurobiology of attachment”, Insel y Young propusieron que el
vínculo entre la madre y su cría requiere de un procesamiento multisensorial
(predominantemente olfativo en roedores y visual en primates) e implica unas
respuestas motoras complejas como búsqueda de proximidad, comportamientos de
protección y defensa de las crías (20). También requiere de procesos cognitivos que
integren los datos de las entradas sensoriales con las respuestas motoras efectoras:
atención, memoria, reconocimiento social y, muy importante, motivación. En los
modelos animales el aspecto motivacional del vínculo puede apreciarse en las
conductas de búsqueda de proximidad, preferencia social y respuesta a la separación.
necesario tener en cuenta que las conductas relacionadas con él están fuertemente
influidas por estructuras cognitivas, emociones complejas y aspectos culturales (34).
Esto implica que, si bien es necesario estudiar los comportamientos maternos visibles
para entender el vínculo materno-filial, igualmente importante sería considerar y
estudiar los estados mentales de la madre, sus pensamientos, sentimientos,
preocupaciones, esperanzas y representaciones mentales de su bebé, que son
únicas para cada madre y fundamentales para el desarrollo de un vínculo individual y
único (34).
Para Fonagy, la relación de apego, precursora del vínculo, actúa como un sistema
de regulación emocional, cuyo objetivo principal es la experiencia de seguridad (40).
Mientras que la conducta de apego puede manifestarse con relación a diferentes
individuos, el vínculo es selectivo y se limita a unos pocos, permanece a lo largo del
tiempo y persiste incluso ante situaciones de separación (41). En línea con el
pensamiento freudiano, la importancia del vínculo estudiado por Bowlby está en que
la naturaleza de nuestros primeros vínculos tiende a influir en nuestra vida posterior,
no solo en nuestras relaciones futuras, sino también en el desarrollo de otros sistemas
conductuales, como el juego y la exploración (41). Autores como Carlson proponen
que los patrones de regulación emocional temprana, funcionales o distorsionados,
sirven como prototipos para los estilos posteriores de regulación emocional (42).
Winnicott reconoce que gran parte de la evolución del ser humano tiene lugar en
etapas posteriores, pero “solo cuando existe un buen comienzo todo lo que se realiza
en las etapas posteriores puede ser efectivo” (48). Ruth Feldman propone que los
bloques comportamentales del afecto maternal —mirada, tacto, voz y afecto —, que
guardan clara relación con la función de sostén materno descrita por Winnicott, sirven
13
Heim et al. han retomado la idea de que los eventos adversos en la infancia volverían
al individuo vulnerable frente a los efectos del estrés que podría presentar a lo largo
su vida, lo que aumenta el riesgo de desarrollar psicopatología (59, 60). En
investigaciones con roedores, se ha encontrado una asociación entre experiencias
tempranas adversas y el posterior desarrollo de déficits en la atención y la memoria
de trabajo espacial. En estudios con seres humanos, se ha podido establecer que
efectivamente las experiencias adversas en la infancia tienen consecuencias
negativas que pueden perdurar a lo largo de la vida de los individuos. Por ejemplo, un
estudio prospectivo evaluó la influencia de condiciones estresantes en la infancia
temprana de 705 individuos, se encontró un riesgo elevado de desarrollar depresión
entre los sujetos estudiados. Adicionalmente, se reportó mayor tendencia a sufrir
estrés en la adolescencia, y mayores efectos negativos en la salud global de dichos
individuos (62). (Rev.Cienc.Salud. 14 (2): 261-280 Rendón-Quintero E, Rodríguez-
Gomez R.La Importancia del Vínculo en la Infancia.)
desarrollo presentes a lo largo de su vida. Esto significa que un vínculo sano provee
al niño/niña de cuidados apropiados debido a su necesidad de dependencia biológica
imposible de subsistir en forma independiente, por su incapacidad de auto cuidarse.
Por lo cual es de gran importancia que exista para estos una figura con quien se cree
este lazo emocional adecuado, es decir un cuidador responsable, sensible, empático
con sus necesidades. .
Desde aquí se puede afirmar que el apego, como fue denominado por Bowlby, el
vínculo materno-filial por Sigmund Freud y las experiencias tempranas a las que se
refiere la etología van a incidir positiva o negativamente ( según se dé la configuración
de este vínculo en la etapa infantil ) en todos los aspectos de su vida, transgrediendo
las etapas de los cambios madurativos por las que pasan los seres humanos, las
cuales se pueden tornar muy complejas si se avanza a través de esta habiendo
evidencia de disrupciones, en el caso contrario, se dará una serie de refuerzos
positivos que permiten un actuar social sano y competente ante las adversidades.
El Apego durante el primer año de vida, se fortalece a través del contacto físico,
cariño, cuidado y protección, y todas las maneras posibles de contacto positivo que
15
se le otorguen, desarrollando hasta los 3 años de vida en él, un cerebro que puede
alcanzar el 90% del tamaño de un adulto. En las últimas dos décadas el apego y la
lactancia ha generado bastante importancia nacional, debido a que favorece con
mayor efectividad los lazos entre la madre y su hijo, como también estimulando un
desarrollo psicomotor y una salud óptima para el niño. La mayoría de las madres se
encuentran en condiciones de alimentar a sus hijos por medio de la lactancia materna,
es por ello que Chile es uno de los países pioneros en identificar la importancia del
apego, por lo que en consecuencia el año 2002, la Sociedad Chilena de Pediatría
entregó en la Oficina de Partes del Congreso Nacional un proyecto titulado
"Prolongación dela Licencia Postnatal a Seis Meses, para proteger el Apego y
Lactancia Natural", previamente conocido y aprobado por la Comisión de Salud de la
Cámara de Diputados, apoyado y financiado en parte por la UNICEF (United Nations
International Children's Emergency Fund). En consideración Chile el 17 de Octubre,
2012 puso en vigencia la ley del postnatal extendido, siendo el primer país en el
mundo con la política de proteger el apego y la lactancia natural de acuerdo a las
legítimas necesidades del recién nacido y su madre. (Arévalo Rifo, E, Cabrera Toledo,
M. Matamala Escalona, L. (2012) “Apego prevaleciente en niños y niñas de 4 a 5 años
del Primer nivel de transición de un colegio particular subvencionado de la comuna
de Chillán.” Seminario para optar al título de Educadora de Párvulos Universidad Del
Bio- Bio Facultad De Educación y Humanidades Pedagogía En Educación
Parvularia).
DIAGNOSTICO
El presente diagnostico se basa en varios estudios sobre el apego realizados en
Chile, por diversos actores, los cuales arrojan datos, mayoritariamente cualitativos,
relacionados con problemas biopsicosociales en diversos ámbitos en los que incide
el apego.
Las experiencias derivadas de las relaciones sociales con los sujetos adultos en los
primeros años de vida constituyen el origen y marcan la evolución de la personalidad
posterior del niño o niña, sobre todo en la configuración de la intersubjetividad. En
este sentido, un desafío prioritario es mejorar la interacción entre el padre, la madre,
los individuos cuidadores y los niños y niñas, promoviendo un estilo relacional más
seguro y adecuado a las necesidades y características de cada uno (Berman, 2006,
Gómez, Muñoz & Santelices, 2008). Las vivencias de apego van construyendo un
mundo de la vida (lebenswelt) que condiciona la construcción de representaciones
sociales de los diferentes actores que participan en el complejo entramado de la vida
de una persona. Lo anterior, obliga a otorgar importancia a la educación y desarrollo
emocional de los niños y niñas, y al papel que desempeñan las emociones en su
desarrollo social y cognitivo futuro. En este contexto resulta pertinente relevar las
aportaciones de la teoría del apego (Lecannelier, 2006). Este enfoque ha permitido
comprender el desarrollo afectivo del ser humano, específicamente la necesidad de
establecer lazos permanentes entre los sujetos cuidadores y las niñas y niños,
situación que es trascendental en la primera infancia. Lo anterior influye
significativamente en la toma de decisiones de las niñas y niños en las etapas
posteriores de la vida.
Por el contrario, las educadoras de párvulos dejan ver en sus relatos que han
observado niños y niñas con apego seguro, con ausencia de la ansiedad, confianza
y seguridad perdurable en el tiempo, lo que se evidencia en los siguientes fragmentos
de los textos de entrevistas y grupos focales: "(…) El apego es un vínculo afectivo
que se desempeña entre dos personas que es perdurable en el tiempo y genera
confianza en el niño (…)" (GF2: § [110:110]); "(…) Presencia de apego, bueno eh,
cuando tú recepcionas a los niños, pienso yo que es cuando ellos llegan, el niño
queda seguro, la mamá se despide, se quedan feliz con nosotros, trabajando en mesa
ehh ese niño que explora, puede ser ejemplo de un apego seguro que ellos reciben
bien a las tías cuando lo reciben en las mañanas (…)" (GF1: § [116:116]).
Por otro lado, las educadoras concuerdan en que existen dos clases de apego: el
apego seguro, que es el que ellas fomentan a diario en el aula, y el inseguro, este
último dividido en dos clases: ansioso y evitativo. A su vez, hacen mención a otro tipo
de apego, llamado desorganizado o inseguro, donde se evidencia ausencia de
dominio de este estilo de apego, lo que se puede observar en el siguiente texto: "(…)
el apego seguro y el apego inseguro, dentro del apego inseguro el
ansiosoambivalente, el desorganizado, me falta uno que no recuerdo cuál es […] pero
la verdad es, si estamos en la sala con los niños nos damos cuenta inmediatamente
de quiénes son más ansiosos, quiénes observan más, y sobre todo quiénes son más
inseguros cuando deben tomar responsabilidades en las diversas rutinas que se
deben hacer (…)" (GF2, § [120:120]).
Con respecto a los efectos que produce al niño o niña haber desarrollado un apego
seguro e inseguro, se desprenden códigos como, la estabilidad emocional, la
irritabilidad, el desinterés, lo que se puede observar en la siguiente referencia: "(…)
va a ser un adulto seguro, va a ser un buen rendimiento escolar, buenas relaciones
humanas, resiliente (…)" (E5 § [123:123]). Plantean también: "(…) seguridad,
confianza en sí mismo, tolerancia a las dificultades que le presenta la vida, un camino
lleno de cosas positivas, porque aunque no consiga lo que él quiere, siempre va tener
esa fortaleza que le dio el tener un buen apego (…)" (E12 § [242:242]). En este
sentido, esto puede afectar sus rendimientos académicos y la adquisición significativa
de ciertas destrezas. Por ejemplo, en el campo de la escritura, algunos estudios
19
La Relación del Hombre con su Primer(a) Hijo(a) Durante los Primeros Seis
Meses de Vida: Experiencia Vincular del Padre
Las entrevistas fueron realizadas por el investigador principal en una sala habilitada
para tales fines, fuera del lugar de residencia o trabajo del participante. Las entrevistas
tuvieron una duración promedio de 75 minutos.
mucho que "tu mamá te quiere mucho, yo te quiero mucho “y él me mira, chupa su
mano, se chupa un dedo, me mira y empieza: "ua ua"; entonces me da la sensación
de que yo estoy conversando con un amigo, y eso me, en el momento, claro, en el
momento me dan ganas de llorar de alegría y de felicidad, y en ese momento,
específicamente sería, porque como hablaba, con la detención que me mira, la
atención que me presta... (II, 32)2
De primera no teníamos idea, ahora ya se sabe, por ejemplo, si el niño alega y hace
algún gesto (...) tiene hambre o tiene un chancho, entonces, si tú le das, le pones el
dedito en la boca y el chupa es porque tiene hambre, entonces, tú le das la mamadera
y ningún problema (...) En el caso de que el niño alegue, alegue y, no sé, y no es por
eso, es porque hay que cambiarlo, está pasao, tú lo vai tocando, si está mojadito o
no, y a veces él, tan solo de tú acercarte y hablarle, ya se queda quieto, eso ya es
cuando se siente solo. Alega y, si tú le hablas, te mira y se queda quieto, se queda
tranquilo. (X, 22)
Por ejemplo, algunas veces cuando no lo puedo calmar, no lo puedo calmar (...) me
dice: "¿pero por qué siempre llora cuando está en tus brazos"?" Chuta, no siempre
23
llora, no siempre llora cuando está en mis brazos. Entonces, yo siento que no ve nada
de lo que yo hago, ahí dificulta. (XII, 174)
Otro factor interviniente es cómo los padres significan los cambios en la identidad
durante la espera y el nacimiento del hijo. Para los padres entrevistados la llegada de
su primogénito/a implica el sentirse padre, responsable por una entrega total a su hijo.
Sin embargo, esto se puede vivenciar de dos maneras distintas: como una
oportunidad de trascendencia o como una restricción de la libertad personal. Si el
padre tenía en su proyecto vital el anhelo de tener un hijo, los cambios en la identidad
tenderán a vivenciarse como positivos. En este caso, ser padre se experimentará
positivamente, asociado a una experiencia de entrega total y visión trascendente de
la vida, y aumentará la disposición y capacidad del padre para conocer a su hijo así
como las estrategias de contacto sensorial mutuo. Además, el padre sentirá cambios
positivos en la identidad, como mayor madurez, más energía y mayor autoestima. Si
los cambios son vividos de manera negativa y predomina una sensación de pérdida
de libertad, habrá un menor disfrute e interés por el contacto sensorial y el
conocimiento del hijo se tornará más arduo.
Es que porque, porque de repente la pienso, trabajo y no puedo pasar con él. Es que
me gustaría a mí como padre, me gustaría pasar todo el tiempo con él, pero no puedo,
porque tengo que trabajar pa tenerle las cosas a él. Me gustaría, esa es la rabia, de
repente, por eso el día libre lo aprovecho harto con él... (VIII, 39)
... la relación que tengo con él ahora ha sido un poco, no sé, ha sido extraña, ha sido
muy extraña porque quizás fue el cambio muy fuerte al momento de que, no sé, que
cambió mi vida un 100%, 360 grados, porque algunas veces siento que no entiendo
por qué está más con ella, yo sé por qué, pero no lo entiendo, que yo no puedo estar
más con él, así sentirlo más, entonces, algunas veces entro en conflicto y, no sé, unas
veces .
A nivel nacional destaca un alto grado de aplicación de los test diagnósticos, con una
diferencia significativa entre el 2008 y 2011 (p < 0,002). La prevalencia de retraso o
riesgo en ambos grupos de edad fue inferior al 7%, con un leve aumento en menores
de 2 años (p 0,05) y una leve disminución en niños de 3 años (p < 0,01). Cerca de la
mitad de los niños con déficit se recupera, proporción que aumentó en menores de 2
años, pero que disminuyó en el grupo de mayor edad. La participación de madres en
talleres educativos es baja pero creciente, así como las visitas domiciliarias integrales
en niños con retraso o riesgo. La "cobertura" de esta última cifra superior al 100%, se
puede explicar porque algunos hogares reciben más de una visita (tabla 2).
Chile Crece Contigo representa un importante esfuerzo estatal, dentro del Sistema
Intersectorial de Protección Social, para contribuir a generar las condiciones
necesarias para que todos los niños crezcan en entornos familiares y comunitarios
que favorezcan el óptimo desarrollo13,16.
se consideró el efecto del maltrato físico para cada dimensión de apego evaluada con
el A.S.C.T. Q-sort: segura, desactivada, hiperactivada y desorganizada.
A nivel descriptivo los resultados expuestos en la Tabla 1 muestran que, para el grupo
de niños sin sospecha de maltrato, la media más alta corresponde a la
En la Tabla 2 se aprecia que el efecto del maltrato físico en la calidad del apego sólo
es significativo para las dimensiones del apego que son hiperactivación y
desorganización. El tamaño del efecto para la dimensión de hiperactivación es
cercano al efecto medio y para la dimensión desorganización el efecto es grande
(Cohen, 1988).
. Este artículo se centra en el estudio del apego adulto y su relación con el ajuste
socioemocional durante el primer embarazo. Se utiliza una investigación descriptiva
correlacional de carácter transversal. La muestra se compone de 139 embarazadas
primigestas de 19 a 40 años y nivel socio-económico medio, medio bajo y bajo.
Respecto al tipo de apego de las mujeres evaluadas, se pudo observar que un 63.3%
de la muestra obtuvo un estilo de apego autónomo. A la vez, un 20.1% de la muestra
fue clasificada con un apego inseguro preocupado, y un 15.1% obtuvo un estilo de
apego predominantemente inseguro rechazante. Finalmente, un 1.4% se consideró
como apego no resuelto (ver Figura 1).
Figura 2. Ajuste socioemocional en la muestra del estudio según escalas del OQ-45.2.
N = 139.
Tabla 2. Análisis de varianza para las escalas de ajuste socioemocional según estilo
de apego (N = 136)
32
Al analizar las diferencias específicas entre los grupos de apego para cada escala de
ajuste socioe-mocional (por medio de pruebas post hoc de Tukey) se puede decir que
en la escala de sintomatología ansiosa depresiva existen diferencias significativas
entre los tipos de apego autónomo y preocupado (p < 0.05), teniendo mayor nivel de
sintomatología ansiosa depresiva el tipo preocupado (ver Tabla 3). No existen
diferencias significativas entre los estilos autónomo y rechazante, ni entre el estilo
rechazante y el preocupado. La Figura 3 muestra el comportamiento de la escala de
sintomatología ansiosa depresiva según el tipo de apego, donde se aprecia la
tendencia a mostrar una baja sintomatología ansiosa depresiva en el apego
autónomo, volviéndose más alta en el estilo preocupado.
33
En la escala de rol social existen diferencias significativas entre los tipos de apego
autónomo y preocupado (p < 0.05), teniendo mayor nivel de desajuste nuevamente el
tipo preocupado (ver Tabla 5). No existen diferencias significativas entre los estilos
autónomo y rechazante, y rechazante y preocupado. La Figura 5 muestra el
comportamiento de la escala de rol social según el tipo de apego, donde se observa
un comportamiento similar al encontrado en la escala de sintomatología ansiosa
depresiva.
Análisis Descriptivo
En relación con la segunda hipótesis, se observó que las personas que poseen estilos
desentendidos y temerosos, es decir, caracterizadas por alta evitación, presentarían
mayores dificultades que las personas seguras y preocupadas en la desatención
emocional, tal como se había formulado. El mismo patrón de resultados se observa
respecto de la confusión emocional.
Finalmente, se evaluó el efecto de interacción del sexo y los estilos de apego en las
DRE, no encontrándose tales efectos?, (15, 1480) = 0,98 p = 0,840, por lo tanto, el
efecto del estilo de apego sobre la regulación emocional no estaría moderado por el
sexo. Tabla
40
Los resultados obtenidos en este estudio apoyan la existencia de una relación entre
las características del apego y las DRE. Asimismo, sostienen la noción que al analizar
las estrategias de regulación emocional desde un marco más integral y con mejor
delimitación de las posibles dificultades en dicho proceso, se detectan variaciones
según los estilos de apego.
41
Estos autores evaluaron la calidad del apego durante los dos primeros años de vida
mediante el experimento que denominaron “situación extraña”: observaron el modo
en que el niño organizaba su conducta en relación con su madre durante una serie
de episodios estresantes ensayados, de corta duración. Estos episodios incluían una
situación desconocida, el encuentro con una persona desconocida y finalmente la
separación de su madre por un corto espacio de tiempo.
42
Apego Inseguro
Apego seguro
Diferentes estudios realizados por distintos medios (entre otros, a través del
“Cuestionario de apego para adultos”), ofrecen interesantes conclusiones que
43
Se relacionan con el niño con una mezcla de angustia, rechazo, repulsión y hostilidad.
Esto se expresa en actitudes controladoras, intrusivas y sobreestimulantes.La madre
o cuidador principal reacciona sintiéndose amenazada por los lloros o necesidades
insatisfechas de los bebés, no controla la situación para actuar en consecuencia. Ante
ello, niegan las necesidades del bebé: toman distancia con el estado emocional del
bebé, forzándole a modificar su estado emocional o distorsionando los sentimientos
en otros más tolerables, dando su propia lectura.
Ambivalente?
Apego Adulto
Si bien en sus inicios la teoría del apego se focalizó en los vínculos tempranos, a
partir de finales de los 80 surgieron estudios que aplicaron los principios del apego a
la edad adulta (Hazan & Shaver, 1987). En el estudio y medición del apego adulto
han existido dos tradiciones provenientes de ámbitos distintos (Martínez & Santelices,
2005). La primera de ellas tiene sus raíces en la psicología evolutiva, dentro de la cual
la evaluación del apego se ha realizado mediante entrevistas, cuyo objetivo es
acceder a las representaciones y coherencia con que los individuos describen sus
experiencias de apego pasadas (Roisman, 2009). En esta tradición el instrumento
más utilizado ha sido la Adult Attachment Interview (AAI; George, Kaplan & Main,
1985, citado en Crowell & Treboux, 1995).
& Shaver, 1987) Con base en estos planteamientos, Bartholomew y Horowitz (1991)
desarrollaron un modelo de cuatro categorías o estilos de apego: seguro, preocupado,
desentendido y temeroso, en los que subyacen las dos dimensiones descritas:
ansiedad y evitación. El estilo de apego seguro se asocia a bajos niveles de ansiedad
y evitación. El estilo de apego preocupado se caracteriza por altos niveles de
ansiedad y bajos de evitación. El estilo desentendido evidencia bajos niveles de
ansiedad y altos de evitación. Por último, el estilo temeroso se relaciona con altos
niveles de ansiedad y de evitación (Bartholomew & Horowitz, 1991). (Guzmán M-
González-Carrasco N,(2016) Estilos de Apego y Dificultades de Regulación
Emocional en Estudiantes Universitarios Psykhe vol.25 no.1).
A continuación se describen una serie de aspectos y/o conductas que tienen directa
relación con el tipo de apego desarrollado en la infancia:
Los estilos de apego continúan a lo largo del ciclo vital, y a través de generaciones
(Oliva, 2004; Gloger-Tippelt, 1999; Buchheim, Brisch y Kächele, 1998). Las nuevas
relaciones parecen afectadas por las expectativas desarrolladas en las relaciones
pasadas (Waters, Hamilton y Weinfield, 2000).
Según Bowlby, el estilo de apego refleja la interacción entre la personalidad del niño,
la familia y el entorno más amplio, por lo que no debe resultarnos extraño que exista
una influencia conjunta entre las variables propias del cuidador y el temperamento
infantil. Sobre la calidad del apego, un estudio llevado a cabo en niños españoles
muestra cómo la calidad del apego está más fuertemente ligada al temperamento del
niño que a los rasgos de personalidad de la madre (Martínez-Fuentes y cols., 2000),
48
Desde el marco de la teoría del apego y desde la tradición impulsada por la psicología
social y de la personalidad sobre el apego adulto, se ha señalado que, dependiendo
de las características individuales, las personas despliegan estrategias de regulación
emocional distintas ante situaciones estresantes (Shaver & Mikulincer, 2002). Así, se
ha planteado que las personas seguras en el apego activan la denominada estrategia
primaria, caracterizada por la búsqueda de proximidad de la figura de apego como
forma de obtener confort y protección. Sin embargo, en el caso de quienes poseen
estilos de apego inseguros, se ocupa más bien la hiperactivación o desactivación de
las necesidades de apego (estrategia secundaria) como forma de resguardar el sí
mismo del potencial abandono en el primer caso y del rechazo en el segundo
(Mikulincer & Shaver, 2003).
apego podría generar; por tanto, buscan minimizar el contacto con ella, tanto en lo
real como en lo imaginario Si bien las dos tendencias (hiperactivación y desactivación)
implican manejos emocionales opuestos, intensificación y supresión,
respectivamente, ambas conducen a DRE.( Guzmán M-González-Carrasco N,(2016)
Estilos de Apego y Dificultades de Regulación Emocional en Estudiantes
Universitarios Psykhe vol.25 no.1) .
En América latina y muy especialmente en los países del cono sur en los últimos años,
se ha producido un significativo y sostenido descenso de la mortalidad infantil. En
particular Chile ha alcanzado una mortalidad de 7.9 por mil nacidos vivos en el año
2005, según el último informe de Los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Estos datos
y otros son muy semejantes a los países desarrollados con ingresos per capita hasta
10 veces mayor, lo que demuestra la eficacia y eficiencia de las políticas, planes y
programas sociales y de salud materno infantil desarrollados en Chile en las décadas
anteriores.
Sin duda han sido factores claves políticas públicas sostenidas que han permitido el
avance en saneamiento básico, agua potable, acceso a servicios de salud, atención
profesional del parto y los programas de inmunización
El Informe del Consejo fue recibido para su análisis por un Comité de Ministros de
Infancia, coordinado por el Ministerio de Planificación. El objetivo central de este
comité técnico fue analizar las propuestas del Consejo Asesor Presidencial, estudiar
su viabilidad, y proponer iniciativas de implementación. Finalmente, parte importante
de las recomendaciones contenidas en el informe final del consejo llegaron a
plasmarse en lo que hoy se denomina Sistema de Protección Integral a la Infancia
Chile Crece Contigo (ChCC). Este sistema ha sido creado con la misión de igualar
oportunidades de desarrollo en niños, niñas, sus familias y comunidades. El sistema
busca generar una red integrada de servicios dirigidos a optimizar el ambiente de
desarrollo desde la gestación y hasta los cuatro años de edad, edad en la cual se
espera que muchos niños y niñas de esta generación ingresen al sistema de
educación preescolar.
Es interesante notar que una de las principales recomendaciones del consejo para el
sector salud, fue hacer una profunda modificación del enfoque en la atención de la
salud de los niños, niñas y sus familias. Ampliar la visión biomédica clásica del
crecimiento y desarrollo hacia un modelo con mayor énfasis en la dimensión
psicosocial, que considere centralmente la dimensión social del desarrollo infantil.
Chile Crece Contigo se erige como una Red que busca la articulación e integración
de los servicios a favor del desarrollo infantil con el objeto de responder oportuna y
pertinentemente a las necesidades de cada niño, niña y familia.
En esta red los servicios de salud son fundamentales para el sistema, dado que es
mediante los frecuentes contactos del niño o niña y su familia se puede dar un
seguimiento cercano a la trayectoria de desarrollo. En Chile el 84% de los niños y
niñas nacen el sistema público, por ello este constituye la puerta de entrada
privilegiada a un seguimiento personalizado del desarrollo de cada niño, niña y su
familia.
53
OBJETIVOS
Objetivo General:
Objetivo específico:
PLANIFICACION
Carta Gantt
1 2 3 4 1 2 3 4
57
Recursos
Descripción de actividades
58
RESULTADOS
59
SOLUCION
60
CONCLUSIONES Y REFLEXIONES
gracias a estas hoy en día surge la visión de “Los niños y niñas como sujetos de
derecho”.
Otro actor importante en este tema, es el subsector Chile Crece Contigo creado en el
primer gobierno de la expresidenta Michelle Bachelet Jeria el 04 Abril de 2006,
(Decreto Supremo N°072) que trabaja con JUNJI, INTEGRA, MINSAL y varios otros.
A pesar de estos cambios aún no han sido suficientes los avances que se han
generado, por consiguiente los estudios realizados por profesionales de salud y
educación mediante el campo psicológico y neurológico demuestran que el tiempo
necesario para forjar un apego sano que perdure a lo largo de la vida es de 0a 4 años
de edad, lo que evidentemente no ocurre, debido a que como se comentó antes el
postnatal solo aumento a un periodo de 6 meses, pero este no es principal motivo,
puesto que falta educar en la toma de conciencia y a su vez difundir lo importante que
es desarrollar adecuadamente el vínculo del apego desde la infancia para que los
seres humanos por esencia sociales sean parte de una sociedad sana y competente
frente a las adversidades de la vida y responsables en la toma de decisiones .
Los niños son actores del cambio social desde el momento en que comienzan a
desarrollarse, si se saben contener efectivamente serán capaces de aceptar los
desafíos y aprenderán de estos.
los encargados de forjar las artes políticas, las demandas sociales y la integridad de
la vida de los futuros niños/niñas y o adolescentes además de velar por el bienestar
de los adultos mayores del país.
Tomemos conciencia de la importancia del apego seguro, que merecen los niños,
niñas y adolescentes, con el fin de promover un buen desarrollo biopsicosocial
incidiendo directamente en la prevención de disrupciones en sus etapas de vida.
63
BIBLIOGRAFIA
64
ANEXOS