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Ana Sofía Alvarado De la Hoz 11-1

DISERTACIÓN: ¿Son las santandereanas bravas o es solo


un estereotipo?
Existen muchos los estereotipos que se han construido alrededor de los santandereanos y
que a lo largo de los años han servido de insumo para construir historias y chistes en los que
se muestra al santandereano y a las santandereanas como las personas con el carácter más
fuerte de la geografía nacional. Esto a dado pie a darle muchas etiquetas a la mujer
santandereana como: “Que hablan ‘golpiado’, que gritan, que manotean todo el tiempo, y
además, que no son capaces de disimular el mal genio y, que hasta le pegan al marido”
¿Pero qué tanta realidad hay en estos estereotipos y qué tanto de esto es un mito que pasa
de generación en generación?
En lo que sí podemos coincidir todos es en que la mujer santandereana posee un carácter
más fuerte que otras mujeres del país. Siendo, en realidad las santandereanas
responsables, aguerridas, luchadoras, echadas pa’lante, frenteras, juguetonas, tiernas y
también, si quieren, pueden llamarlas ‘bravas’. Bravas para trabajar, sacar adelante a sus
hijos y empiezan también a ser bravas para exigir y hacer respetar sus derechos.
El carácter fuerte de las santandereanas se origina en que son mujeres históricamente
trabajadoras e independientes, desde las revoluciones independentistas del país y en
diferentes épocas, como espías, reclutadoras o colaboradoras. Las mujeres
santandereanas son quizá valientes, tal vez visionarias, siempre impertinentes, y siempre
heroicas; es por ello quizá que históricamente aparecen generalmente retratadas como
madres de guerreros, mártires o auxiliadoras de las causas guerreristas: preparan comida
de tropas, remiendan pantalones rotos y cuidan de la casa mientras “ellos” defienden a la
patria. Las mujeres santandereanas a través de la historia nos han legado un sentimiento,
un pensamiento, una forma de ser, percibir y ser percibidas en el país. Son fundadoras de
una identidad marcada o entroncada por diversos valores como: la honestidad, la lealtad,
el respeto, la responsabilidad, la solidaridad, la perseverancia, la resiliencia, además de la
fuerza, el temperamento y el carácter.
En el pensamiento popular nacional se tiene el imaginario de que las santandereanas son
difíciles, complicadas, peleadoras, frenteras; pero la mujer en general y la santandereana
en particular, encierra todo un legado histórico: su feminidad, su amor filial, su maternidad,
su belleza natural, su delicadeza, su inteligencia, que son cualidades o atributos muy
diferentes al carácter. La mujer santandereana es parte de una herencia compartida en el
cruce de las culturas asentadas desde la época de los guanes, pasando por la conquista
española, la herencia negra, alemana, árabe, judía, en este cruce de que nos da una cultura
híbrida, muy particular.

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