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EMPLEO DEL ESTIERCOL VACUNO PARA MEJORAR UN SUELO

IMPRODUCTIVO DE LA PROVINCIA DE CAMAGUEY, CUBA.

Autor: Ing. Julio Enrique Gandarilla Benítez

Tutor: Dr. Szegi Jozsef (PhD)

TESIS

Enviada a la Academia de Ciencias de Hungría


en parcial cumplimiento de los requerimientos
para el grado de

PhD en Ciencias Agrícolas

Instituto de Investigaciones para las Ciencias del


Suelo y la Agroquímica de la Academia de Ciencias de
Hungría.

Budapest
1988
DEDICATORIA

CON CARIÑO:

A mi madre.

A mi esposa.

A mis hijos.

2
AGRADECIMIENTOS.

Quiero expresarle al profesor, Dr. J. Szegi, mi mas profundo y sincero


agradecimiento, no solo por su ayuda, preocupación y estimulación
constante en la realización de este trabajo, sino también y de manera
especial, por haberme acogido y tratado como a un hijo desde el momento en
que llegué por primera vez a este magnifico país. Espero no defraudarlo y
trabajar en el futuro siguiendo su ejemplo de dedicación y sacrificio por el
desarrollo de la Ciencia y la Amistad de nuestros pueblos. De nuevo, muchas
gracias por sus enseñanzas y que tenga una larga y fecunda vida.

Le doy las gracias además, a todos los colegas del Instituto de Suelos y
Agroquímica de Hungría que de una forma u otra me prestaron su
colaboración durante mi trabajo, pero especial reconocimiento debo hacerle a
las Dras. I. Voros, K. Koves y M. Antal; a los Dres: F. Gulyas y T. Soos; a la
Ing. G. Kungl; a los Ing. A. Attila y T. Szili-Kovacs y a las Tec. M. Gyurjacs y
R. Wolmuth, del Departamento de Microbiología; al Lic. S. Kabos, del
Departamento de Computación y a las Sras. J. Szabados, M. Frevert y E.
Orban, de la Biblioteca por el esfuerzo y dedicación con que me auxiliaron,
así como por la sincera y honesta amistad que me ofrecieron durante mi
permanencia en Hungría.

Le estoy profundamente agradecido también a la Sra. Erika Csikos, la


diligente y alegre secretaria del Dr. J. Szegi, quien se dió a la tarea de
mecanografiar los originales de este trabajo en el idioma español sin conocer
nada del mismo pero con un gran interés y sobre todo con una paciencia sin
límites.

Para mis colegas y compañeros del Departamento de Investigaciones de


Camagüey del Instituto de Suelos y los del Departamento de Suelos y

3
Fertilizantes en esa provincia, que contribuyeron de una manera u otra de
forma desinteresada con sus esfuerzos a este trabajo les expreso mis mas
profundas gracias, pero sobre todo les deseo agradecer al Ing. R. Caballero y
a los Tec. Emelina Peña y M. Sánchez, el cuidado y la devoción que pusieron
en la conducción de los experimentos.

A la Ing. Denia Pérez Guzmán, mi esposa y compañera de trabajo,


que no solo me dió su cooperación ilimitada y valiosa como investigadora,
sino que también contribuyó con su amor y comprensión a hacer menos
difíciles los momentos de tensión, mi más eterna y profunda gratitud.

Mi agradecimiento especial a la Dra. Angélica Martínez, que con sus


consejos y trabajo personal, me ayudó de manera fundamental en el desarrollo
de los aspectos referentes a la Microbiología de Suelos; de la misma forma a
la Ing. Mercedes Fernández del Departamento de Superación del Instituto de
Suelos y a la señora Felicia Baubi, del mismo Departamento pero de la
Dirección de Ciencia y Técnica del Ministerio de Agricultura de Cuba que con
optimismo y dedicación muy personal me facilitaron el desenvolvimiento sin
problemas de muchas etapas de este trabajo les estoy profundamente
agradecido.

Quiero patentizar mis más profundos agradecimientos también a los


gobiernos de Cuba y Hungría que me brindaron toda clase de facilidades para
hacer posible la realización de este trabajo sin escatimar recursos ni medios.

Por último les doy las gracias a todos los colegas cubanos que
estuvieron conmigo durante las etapas de estancia en Hungría y que me
auxiliaron con sus consejos y experiencias, pero de manera especial le
agradezco a la Profesora Zenaida M. Porto su ayuda en la corrección de los
manuscritos y su paciencia con mi idioma ingles y al Dr. J. Martí,
representante del MES en Hungría, su interés y preocupación personal así
como las facilidades brindadas.

4
CONTENIDO

Pág.
INTRODUCCIÓN GENERAL 7
CAPITULO 1.- ESTUDIO BIBLIOGRÁFICO 9
1.-El uso de los abonos orgánicos 9
1.1.- Los abonos orgánicos como fuente de nitrógeno para los suelos 11
1.1.1.-Efecto sobre el contenido de nitrógeno de los suelos 11
1.2.- Los abonos orgánicos como fuente de fósforo para los suelos... 15
1.2.1.-Efectividad de los abonos orgánicos como fuente de fósforo. 16
1.2.2.-Efecto sobre el contenido de fósforo de los suelos 18
1.2.3.-Efecto sobre el movimiento de fósforo en los suelos 21
1.3.-Los abonos orgánicos como fuente de potasio para los suelos 23
1.3.1.-Efecto sobre el contenido de potasio de los suelos. 24
1.4.-Los abonos orgánicos como fuente de microelementos para los
25
suelos
1.5.-Los abonos orgánicos como enmiendas en los suelos 26
1.5.1.-Efecto sobre el contenido de materia orgánica de los suelos 26
1.5.2.-Efecto sobre el pH de los suelos. 27
1.5.3.-Efecto sobre otras propiedades físicas- químicas de los suelos. 28
1.6.-Los abonos orgánicos y la actividad biológica de los suelos 30
1.6.1.-Efecto sobre los microorganismos de los suelos. 30
1.6.2.-Efecto sobre la evolución de CO2 de los suelos. 33
1.6.3.-Efecto sobre la actividad enzimática de los suelos. 35
1.7.-Los abonos orgánicos y los rendimientos de los cultivos 36
1.7.1.-Efecto sobre los rendimientos de los pastos y forrajes. 38
CAPITULO 2.- MATERIALES Y MÉTODOS 41

5
2.1.-Ubicación y características de la zona 41
2.2.-Características agroquímicas principales de los suelos estudiados 42
2.3.-Composición química del estiércol utilizado para los experimentos 43
2.4.-Diseños y tratamientos empleados 45
2.5.-Procedimientos y fertilización. 46
2.5.1.-Experimento de macetas. 46
2.5.2.-Experimento de campo. 48
2.6.-Precipitaciones y temperaturas 48
2.7.-Cosechas y análisis químicos de las plantas. 49
2.8.-Composición botánica. 52
2.9.-Análisis de la actividad biológica del suelo 52
2.9.1.-Microorganismos totales 52
2.9.2.-Actividad celulolítica 53
2.9.3.-Evolución de CO2 53
2.10.-Formas de muestreo y análisis de los suelos. 54
2.11.-Análisis estadístico de los resultados 54
CAPITULO 3.-RESULTADOS. 55
3.1.-Experimento de macetas 55
3.1.1.-Rendimiento y composición química de la planta. 55
3.1.2.-Actividad biológica. 62
3.1.3.-Características químicas del suelo. 67
3.2.-Experimento de campo 71
3.2.1.-Rendimientos, composición química y área cubierta por las
71
especies en el corte de establecimiento.
3.2.2.-Rendimientos, composición química y área cubierta por las
74
especies en los años de corte
3.2.3.-Actividad biológica en los años de corte. 85
3.2.4.-Efecto sobre algunas características químicas del suelo 96
CAPITULO 4.- DISCUSIÓN. 103
4.1.-Rendimientos, área cubierta por las especies y composición
103
química.
4.2.-Actividad biológica del suelo. 109
4.3.-Suelos 115

6
CONCLUSIONES. 121
RECOMENDACIONES 125
BIBLIOGRAFIA. 126

7
INTRODUCCIÓN GENERAL

En la provincia de Camagüey, la ganadería es una de las actividades


agrícolas que mayor extensión abarca debido a que la alimentación de sus
animales se basa de forma fundamental en el empleo de los pastos y forrajes;
sin embargo, el desarrollo y diversificación de la agricultura en la provincia,
impone que las tierras más fértiles y con mejores condiciones naturales se
destinen a otros cultivos que tienen una mayor exigencia para su crecimiento y
producción. Esto hace necesario la búsqueda de soluciones a corto y largo
plazo que permitan hacer frente no solo a esta disminución en sus áreas sino
también y de manera fundamental al crecimiento que esta actividad económica
deberá tener en los próximos años.

Una de las soluciones posibles para aliviar esta situación es la


incorporación a la producción ganadera de un área de aproximadamente 80
000 ha, que actualmente no tiene un gran uso agrícola y que esta ubicada en
una llanura o sabana serpentinítica al norte-nordeste de la ciudad de
Camagüey, pero para ello debido a los grandes problemas de desbalance
nutricional y otras características físico-químicas desfavorables que presentan
estos suelos y las limitaciones en la compra de fertilizante mineral que tiene el
país, se hace necesario la realización de estudios e investigaciones que sirvan
para establecer la estrategia mas apropiada para su explotación óptima y
racional.

Los abonos orgánicos han sido utilizados desde tiempos inmemoriales para
elevar la fertilidad de los suelos y la provincia de Camagüey presenta un gran
potencial de estos materiales si se tiene en cuenta que solo la producción
estimada de estiércol vacuno supera el millón y medio de toneladas anuales,
según datos de la Dirección de la Agricultura, por lo que el empleo de este tipo
de abono para mejorar las características desfavorables de este suelo tiene
una gran perspectiva y por ello uno de los objetivos de este trabajo fue
establecer como es la influencia del estiércol vacuno solo o combinado con
dosis bajas de fertilizante mineral en algunas propiedades químicas
fundamentales de este suelo, que puedan servir de base para caracterizar su
efecto a corto y largo plazo.

Otro de los objetivos de este trabajo consistió en esclarecer las relaciones


que tiene la aplicación del estiércol vacuno solo o combinado con el fertilizante
mineral, sobre algunos aspectos de la actividad biológica de este suelo
teniendo en cuenta que es conocido que este indicador constituye un buen
indicio para caracterizar el grado de fertilidad de un suelo y permite establecer
la intensidad de los procesos de descomposición y síntesis que se producen en
el mismo. Como esta es una cuestión muy poco estudiada en Cuba, aunque
constituye un estudio obligado cuando se emplea la fertilización orgánica en
muchos países desarrollados del mundo, su introducción permitirá mejorar los
conocimientos que sobre este tema se tiene en el país.

Por otra parte, como este suelo estará dedicado fundamentalmente a la


explotación ganadera, el tercer objetivo básico de este trabajo fue determinar la
influencia que el estiércol vacuno solo o combinado con el fertilizante mineral
presentó sobre el establecimiento y crecimiento de algunas gramíneas
promisorias de reciente introducción en la provincia, así como evaluar su efecto
sobre los rendimientos y el contenido mineral de las mismas, con el fin de
seleccionar las de mejores perspectivas, puesto que ello como es conocido,
forma parte de la estrategia para mejorar la eficiencia de utilización de la
fertilización tanto mineral como orgánica en casi todo el mundo y es este caso
puede servir como complemento indispensable e instrumento necesario para
incorporar estos suelos a la producción intensiva.

9
CAPITULO 1.

ESTUDIO BIBLIOGRÁFICO.

1.- El uso de los abonos orgánicos.

La utilización del abonado orgánico en los suelos, con el objetivo de elevar


la fertilidad de los mismos y por ello los rendimientos de las cosechas, es una
práctica tan antigua que se remonta prácticamente a los albores de la
agricultura, sin embargo, ella fue preterida o no tomada en su debida
importancia después que se empezaron a usar otras fuentes de nutrientes
minerales y se comenzaron a sintetizar los primeros fertilizantes químicos, los
cuales como es conocido poseen una concentración mayor de elementos
nutritivos por unidad de peso.

Al pasar el tiempo, muchos investigadores, (Russell y Russell,1959;


Aguirre,1963; Voisin,1964; Berrios,1965; Millar,1967; Jacob y Uexkull,1968;
Arteaga et al.,1978a; Aspiolea y Arteaga,1978; Pichot et al.,1981; Hedley et
al.,1982; Loll y Bollag,1983; Arzola y Cairo,1985a; Lang,1985; Schoenan y
Bettany, 1985; entre otros) encontraron que aparecían diversos efectos
negativos por el empleo continuado de los fertilizantes minerales, como por
ejemplo, la contaminación de las aguas por el nitrógeno y la acidificación de
los suelos por la aplicación de altas dosis de fertilizantes NPK, entre los más
principales y empezaron a replantearse de nuevo la posibilidad del uso de los
materiales orgánicos.

Esta situación, desde principios de la década pasada se aceleró, con el


encarecimiento de los fertilizantes minerales por el desarrollo de la mal
llamada, crisis energética mundial y el agotamiento de las reservas mundiales
de las fuentes naturales y ha provocado, que el uso de los materiales
orgánicos, vuelva a adquirir la importancia que tenia en casi todo el mundo y
se le deba prestar atención principalmente, como recomienda
Singh,(1976), en los países en vías de desarrollo.

Kovda,(1974) plantea que un número muy amplio de productos orgánicos


pueden ser probados, analizados y mezclados para su utilización como
abonos, en conformidad con el clima, el tipo de suelos, la variedad de cultivos
y su concentración, pero entre ellos se destacan, los que según la
FAO.,(1979) los chinos han clasificado de forma general en: desechos
animales (estiércoles, orina, sangre, etc.); desechos agrícolas (pajas,
cáscaras, hierbas, rastrojos de cosechas, etc.) y desechos industriales y
urbanos (aguas cloacales, lodos residuales, basuras, etc.) por lo que ellos
serán considerados en este capitulo.

Hay autores que basan el empleo de estos abonos orgánicos, en el valor


del contenido de uno de sus elementos químicos principales como fuente de
nutrientes, así, Bartholomew,(1965); Montero et al.,(1978) y Hadas et
al.,(1983), aplican distintos materiales orgánicos a dosis variables de acuerdo
con su contenido de nitrógeno; Lee y Bertlett,(1976) utilizan el valor del
carbono y Kirkham,(1982) informa del uso de lodos residuales por sus
concentraciones de fósforo.

Sin embargo, la gran variación encontrada en la composición química de


estos abonos, (Millar,1967; Jacob y Uexkull,1968; FAO.,1979; Pomares y
Pratts,1979; Leiros de la Peña et al., 1983; Paretas et al.,1983; Somani,1983 y
otros), ha provocado que sus aplicaciones se efectúen fundamentalmente, en
base a una unidad de volumen o peso por unidad de superficie prácticamente
en casi todo el mundo.

Al ser usados de esta manera, los materiales orgánicos se van a


comportar como fertilizantes completos, ya que van a aportar tanto
macroelementos como microelementos y a su vez servirán como enmiendas
orgánicas por el alto contenido de materia orgánica que por regla general
contienen por lo que van a afectar las características químicas, físicas y

11
biológicas de los suelos donde se utilicen y por tanto los rendimientos de los
cultivos.

1.1.-Los abonos orgánicos como fuente de nitrógeno para los suelos.

El nitrógeno ocupa un lugar preponderante entre todos los nutrientes


esenciales para el crecimiento de las plantas, sin embargo, la mayoría de los
suelos agrícolas del mundo, sometidos a una explotación intensiva, no
contienen de forma general la concentración necesaria de este elemento que
permita satisfacer la demanda creciente que las altas cosechas y los cultivos
continuados requieren, por lo que se hace imprescindible aplicar al suelo
cantidades adicionales para alcanzar este objetivo.

Entre las distintas y variadas formas utilizadas para corregir esta dificultad,
los abonos orgánicos presentan actualmente una gran perspectiva, no solo por
el contenido de nitrógeno que poseen, sino también, porque van a afectar las
transformaciones que sufre este elemento antes de ser disponible para las
plantas, como plantean, Welte y Timmermann, (1985), lo que conllevaría a su
mejor aprovechamiento por los cultivos.

1.1.1.-Efecto sobre el contenido de nitrógeno de los suelos.

En su comportamiento como fertilizantes, los abonos orgánicos van a


aportar en mayor o menor medida cantidades apreciables de nitrógeno; sin
embargo, el aumento que provocarán en las concentraciones de este
elemento en el suelo va a ser variable pues Johnston,(1976), encuentra mas
del doble de incremento en el contenido de nitrógeno total como resultado de
mas de 100 años del uso del estiércol en el suelo, mientras Korchens y
Klimanek,(1980), lo alcanzan en solo dos años de abonado.

Hernández et al.,(1982) y Cegarra et al.,(1983 a) al aportar pajas de maíz


y soya así como estiércol obtienen crecimientos de este elemento con todos los
materiales adicionados, pero añaden, que este es particularmente estable y
se mantiene solo con el último y Hoffamann, (1983), alcanza un aumento

12
desde 0.11 hasta el 0.43% en el contenido de nitrógeno al aplicar durante 8
años residuos municipales en un suelo ácido.

En Cuba, Arzola et al.,(1985) informan de resultados similares al utilizar


un residual de matadero avícola con un gran contenido de este elemento y
sin lignina, pero Andrade et al., (1985) en España, aunque encuentran
incrementos al usar lodos residuales consideran que estos no son tan grandes
ni significativos como podría esperarse teniendo en cuenta su riqueza en el
material y las cantidades aplicadas.

Al adicionar pajas de cereales al suelo, Wojcik-Wojtkowiak, (1969)


encuentra, que el contenido de nitrógeno orgánico aumentó y las pérdidas de
este elemento se redujeron. Resultados similares obtuvieron Yoshida,(1976) y
Wojcik- Wojkowiak, (1976), mientras Sinha et al.,(1977) consideran que se
producen variaciones en la proporción de nitrógeno potencialmente
mineralizable en suelos mejorados con materiales orgánicos.

En un suelo Truffin abonado con cachaza, Arzola y Carrandi, (1982)


encuentran aumentos en el N hidrolízable. A similares resultados llegaron
Cabaneiros et al.,(1983); Carballas et al, (1983 a) y Rodríguez et al.,(1983),
aunque usan materiales diferentes y añaden que el nitrógeno total
prácticamente no fue afectado.

Por su parte, Arcara y Spavoli,(1983) informan que las pérdidas de N


en forma gaseosa fueron disminuidas al aplicar abono en un suelo Vértico y
Stadelmann y Furrer,(1983 b) concluyen que la aplicación de residuales de
lodos urbanos o de granjas de cerdos por largo tiempo incrementan el
contenido de nitrógeno no solo en la superficie del suelo sino hasta un metro
de profundidad considerando que sea debido a un aumento de la lixiviación
de este elemento.

Los resultados presentados en relación con el efecto que los abonos


orgánicos ejercen sobre el contenido de nitrógeno en el suelo, como se

13
pudo apreciar, muestran una gran variación. Esto parece debido a que la
disponibilidad de este elemento desde los residuos es compleja y esta
influenciada por diversas transformaciones químicas-físicas y biológicas.

Estos procesos y transformaciones van a ser afectados principalmente por


factores tales como: la relación C:N y el contenido de nitrógeno del residuo, la
humedad, la temperatura y las características del suelo, así como por la
forma de aplicación y la cantidad del abono empleada.

Un gran número de investigadores consideran que la relación C:N y sobre


todo el contenido de nitrógeno del abono va a incidir directamente en los
procesos de mineralización y fijación de este elemento en el suelo; así
Parvery y Swaby (1942); Rubins y Bear (1942); Waksman y Tenney (1947);
Harmsen y Van Scheveren (1955); Iritani y Arnold (1960); Allison y Klein
(1962); Martines y Martínez (1968); Ayanaba y Okigbo (1976); Enwenzar
(1976); Montero et al.,(1978); y Tunney (1980) entre otros, fijan de forma
empírica o experimental que el rango por debajo del cual ocurre la
mineralización, o sea la liberación del nitrógeno de los compuestos, se
encuentra entre una relación C:N de 18 a 25 lo que hace necesario que el
contenido de nitrógeno del material tenga que oscilar entre un 1.7 y 2.5 por
ciento. Jensen citado por Pink et al.,(1946) no obstante observó al tratar con
materiales frescos de plantas descompuestas en un suelo ácido, que la
relación C:N se hace crítica a valores entre un 13 y un 18 por los mayores
requerimientos de nitrógeno de los hongos, los cuales son predominantes en
estos suelos.

Para Jacob y Uexkull (1968); Simón y Traphagen (1970) y Ortega


(1982) con valores superiores a la relación C:N de 25 e inferiores del 2.5%
de nitrógeno, tendrán lugar procesos de fijación y casi todo el nitrógeno sea
nativo o adicionado con el material pasará a formas orgánicas y por tanto no
asimilables por los cultivos; sin embargo, Castellanos y Pratts (1981)
observan este mismo efecto empleando estiércol vacuno con una relación C:N

14
de 15.9 y un contenido de nitrógeno del 2% mientras Bartholomew 1965) y
Allison (1973) advierten que cuando se utiliza el concepto de la relación C:N
solamente a estos abonos sin conocer algo de su composición, el resultado
podría ser engañoso dado que esta relación en algunos materiales inertes,
aunque es reducida, no provoca efectos sobre el nitrógeno del suelo.

La humedad y la temperatura son dos factores ecológicos que están muy


relacionados con las pérdidas y ganancias de nitrógeno del suelo al
adicionarle sustancias orgánicas, por cuanto como plantean, Da Eira et
al.,(1968); Giambiagi et al.,(1970); Cornforth (1971); Biederbeck y Campell
(1973); Seifert (1973); Myers (1975); Smith y Zimerman (1980); Spoerl y Garz
(1981); Apfelthaler (1983) y Hadas et al.,(1983), un aumento en la humedad y
la temperatura hasta ciertos límites, en condiciones de abundante sustrato
favorecerá los procesos de amonificación y de nitrificación aunque no en la
misma medida, lo cual podría entonces provocar pérdidas de nitrógeno en
forma gaseosa o por lixiviación como informan Dinchev (1972); Reddy et
al.,(1982) y Mc Coll y Firestone (1987).

Sowden (1976); Carpena et al.,(1977) y Martínez (1985) estiman que estas


pérdidas podrán ser mayores en los suelos arenosos que en los arcillosos,
por el mayor efecto de retención de las arcillas y su gran capacidad de
cambio. Por su parte, Aulakh y Rennie (1986) afirman que bajos suelos
inundados, la desnitrificación es el más importante proceso bioquímico que
provoca pérdidas de nitrógeno cuando se añaden abonos orgánicos y
encuentran que el rango de desnitrificación en suelos secos fue despreciable
ya que después de 96 días de haber incorporado los residuos, las pérdidas
por este proceso fueron de 2.5 hasta 10.1 ugN\g de suelo en ellos, pero en los
inundados fue de 61.6 hasta 83.9 ugN\g de suelo.

La forma de aplicación del residuo al suelo y su cantidad también pueden


influir en la magnitud y naturaleza de las pérdidas y ganancias que sufre el
nitrógeno en el suelo; así, Larson y Gilley (1976) informan que cuando se

15
aplica el abono en la superficie mucho del N-NH4 es volatilizado, con lo cual
coincide Tunney (1980), mientras Cochran et al.,(1980) encuentran un mayor
potencial para la mineralización con las pajas mezcladas con el suelo que con
las depositadas en la superficie.

Linn y Doran (1984) consideran que con la acumulación de residuos en


la superficie se incrementa el nitrógeno de la misma, pero Schoenan y Bettany
(1987) explican la persistencia de estos compuestos orgánicos en la
profundidad por una disminución en la liberación del nitrógeno de la materia
orgánica añadida por condiciones desfavorables para los microorganismos y
Aidag y Dohler (1986) citando a otros autores, plantean que las pérdidas de
amonio, durante el esparcimiento del abono en el campo varían entre el 10 y el
85 por ciento.

Las altas aplicaciones de estiércol son la causa, según Burford et


al.,(1976) de las pérdidas excesivas de nitratos por lixiviación, pues observan
que en las aguas de drenaje el contenido de nitrógeno aumentó con las
cantidades de este material aplicadas; sin embargo, López (1984) en Cuba,
encontró en un suelo Ferralítico rojo mayor inmovilización del nitrógeno
asimilable al duplicar las dosis de residuos de caña y Zibilske (1987) informa
que a mayor cantidad de residuos de papel aplicados hubo una inmovilización
mas elevada del nitrógeno, pero que la mineralización en las dosis bajas
comenzó prácticamente de forma inmediata, en las dosis intermedias a los 50-
100 días y después de ese tiempo en las dosis altas.

Al estudiar tres formas de aplicación del estiércol vacuno en el suelo,


Díaz-Ferros et al.,(1986) concluyen que el incremento del nitrógeno inorgánico
va a depender en un corto tiempo de las fracciones líquidas y semi-líquidas,
mientras el efecto a largo plazo, envuelve a los residuos estables de estas
dos formas y a la sólida.

1.2.- Los abonos orgánicos como fuente de fósforo para los suelos.

16
En la actualidad, se le concede al fósforo un gran interés por ser un
elemento esencial para el crecimiento de los cultivos y si bien en la mayoría
de los países de clima templado, no existen graves problemas en relación
con su concentración en el suelo, (King y Morris,1972; Kelling et al.,1977;
Sikora et al., 1982; Gestring y Jarrell,1982), si hay grandes dificultades en su
aprovechamiento.

En muchos países de clima tropical sin embargo, se presentan extensas


áreas como indican, Sánchez y Uehara, (1980); Mutert,(1985) y
Sánchez,(1986), en que la falta de este elemento y la alta capacidad de
fijación del mismo en el suelo, provocan serias deficiencias, que hacen
imprescindible su aplicación para la obtención de cualquier cosecha.

Por otra parte, las fuentes para el suministro de fósforo son caras y
tienen un carácter finito como señala White,(1981), lo que hace necesario la
búsqueda de materiales que sean capaces de brindar, no solo una
determinada cantidad de este elemento, sino también, que mejoren la
efectividad del contenido en el suelo y el añadido con el fertilizante. Entre
los materiales estudiados, los abonos orgánicos parecen entonces ofrecer,
desde este punto de vista, una alternativa promisoria como se puede
observar en los numerosos trabajos que con este objetivo se han realizado.

1.2.1.- Efectividad de los abonos orgánicos como fuente de fósforo.

La efectividad de la adición de fósforo en forma de abonos orgánicos


comparándola con la de los fertilizantes fosfóricos minerales, ha sido
analizada en varios trabajos; así, en una revisión sobre el tema, Azevedo y
Stout,(1974), informan que esto es un poco contradictorio, porque hay autores
que consideran que el fósforo de la fuente orgánica estuvo tan disponible
como el del fertilizante mineral pero que otros concluyen que fue menos y lo
relacionan con el rango de descomposición de los compuestos orgánicos
contenidos en este material. Tunney,(1980) al analizar los datos obtenidos en

17
un grupo de experimentos, estima que en suelos con una fertilidad fosfórica
donde solo son requeridas dosis de mantenimiento, el fósforo del abono
puede ser considerado 100% tan efectivo como el mineral, aunque sobre
suelos deficientes, esto puede ser discutido, ya que solo el fósforo inorgánico
y la porción de fósforo orgánico que será mineralizada estará disponible en
el primer año.

Por su parte, Elias-Azar et al.,(1980), al comparar la capacidad como


portadores de fósforo de dos fuentes de estiércol vacuno con el KH2PO4,
encontraron que se presentan menores valores en el suelo cuando se aplicó
el fósforo como estiércol que cuando se hizo en forma de fertilizante
inorgánico. Gracey, (1984) al estudiar la efectividad del fosfato de amonio y
las heces de varios animales de granja en dosis equivalentes a: 0; 200; 400
y 600 mg de P, observaron que el nivel de fósforo extractable del suelo, al
final del experimento, fue mayor con el fosfato de amonio, seguido por las
heces de cerdos, las de vacas y por último las heces de oveja.

Kirkham, (1982) y Andrade et al.,(1985) concluyen, de estudios


realizados en diferentes suelos con varias clases de lodos residuales, tanto
urbanos como industriales, que la concentración de fósforo total y extractable
es mayor donde se aplicaron los lodos que en el suelo control fertilizado,
mientras Mc Laughlin y Champion,(1987) al comparar la efectividad de un
lodo urbano digerido anaerobicamente con el superfosfato sencillo en dos
suelos con alta capacidad de fijación de fósforo, encuentran que la eficiencia
del fósforo del lodo como fuente de fertilizante fosforado, se incrementa con
el tiempo y fue de 90 a 100 por ciento tan efectivo como el superfosfato
sencillo.

Los resultados expuestos permiten considerar que la efectividad del


fósforo del abono va a estar influenciada por la clase del material empleado,
ya que en el caso de los lodos y residuales urbanos procesados o no, esta es
prácticamente igual e inclusive mayor que la del fertilizante inorgánico,

18
mientras que en los otros tipos casi siempre es menor. Esto al parecer puede
deberse a lo que Cline et al.,(1985) sugieren con referencia a que las
reacciones químicas, primero que las biológicas, son las que dirigen el
incremento del fósforo extractable en los suelos abonados con lodos.

Además de las características del suelo relacionadas con el contenido de


fósforo y materia orgánica, que como se ha podido apreciar, van a influir
notablemente en la capacidad de los abonos orgánicos para aumentar el
fósforo disponible, el valor del pH del suelo va a ejercer un considerable
efecto. Elias-Azar et al.,(1980) informan que el índice de disponibilidad del
fósforo del estiércol aumenta con el pH, mientras Soon y Bates, (1982)
advierten que a pH elevados la adsorción del fósforo puede incrementarse
porque esos valores del pH por regla general están unidos a elevados
contenidos de Ca+2 y Mg+2 que tienden a formar complejos insolubles con este
elemento.

Cavallaro,(1982), en un experimento realizado para observar el efecto


de la adición de dos tipos de estiércol sobre la solubilidad del fósforo a
diferentes valores de pH en dos suelos altamente fijadores de este elemento,
encuentra que en el suelo con alto contenido de materia orgánica, estas
aplicaciones aumentan la solubilidad hasta pH de 6.5 dando un máximo a pH
de 5.5-6.0, mientras que en el suelo con baja cantidad de materia orgánica,
los máximos valores ocurren a pH de 6-7 y aumentan desde un pH de 5 hasta
un pH de 7-7.5.

1.2.2.- Efecto sobre el contenido de fósforo de los suelos.

La aplicación de los abonos orgánicos, aun en dosis moderadas,


incorporara una considerable cantidad de fósforo en el suelo, ya que el
contenido de este elemento en la mayoría de los materiales empleados con
este fin, va a oscilar en un rango de entre 0.1 y 0.5 % de P como informan,
Singh y Jones,(1976); Pomares y Pratt,(1979); Aina y Egolum,(1980):

19
Prasad y Sinha, (1981); Somani,(1983); Crespo y Arteaga,(1984), entre
otros, aunque en ocasiones se encuentren valores extremos. Asi, Wrigley,
(1981) encuentra en rastrojos de arroz, concentraciones inferiores a 0.1%
de P y Kirkham,(1982) refiere que algunos lodos residuales pueden contener
mas del 7% de P en dependencia del proceso por el cual fueron obtenidos.

Debido a que solo un 30% de estos valores, según Peperzak et al.,(1959),


estará como una fracción orgánica y el resto en distintas formas inorgánicas
que se comportarían como señalan Gil et al.,(1985) como las de cualquier
fertilizante fosfatado usual, se puede estimar entonces, que esta adición de
abonos orgánicos elevará los contenidos de fósforo disponible del suelo de
una manera parecida a la de los fertilizantes minerales.

No obstante, esto no sucede exactamente de la misma manera, porque


junto al fósforo añadido se va a adicionar también una considerable cantidad
de materia orgánica que, en su proceso de descomposición por los
microorganismos, va a producir determinadas cantidades y tipos de ácidos
orgánicos y otros compuestos que como informan, Struther y Sieling,(1950);
Dalton et al.,(1952); Manojlovic,(1965); Bhat y Bouyer,(1968); Del
Rivero,(1968); Gaur,(1969); Abbott y Tucker,(1973); Gamal El-Din, (1976);
Pepper et al.,(1976); Singh y Jones,(1976) Prasad y Singha,(1981); Arzola
y Carrandi,(1982); Guijarro et al.,(1982); Vergara y Ortega,(1982) y Jiao,(1983)
van a facilitar la conversión gradual de los fosfatos y otros compuestos
fosforados del suelo en formas asimilables y a su vez, van a formar complejos
estables con el hierro y el aluminio, si están presentes en la solución del
suelo, o con el calcio y el magnesio, si se encuentran en altas
concentraciones. Esto posibilitaría que ellos disminuyeran la retención del
fósforo y consecuentemente que la solubilidad de este elemento, tanto del
propio suelo, como del adicionado, aumente.

El incremento obtenido en la asimilabilidad del fósforo por Fortun y


Hernando,(1981 a) y (1981 b), al aplicar distintos compuestos orgánicos y

20
el mayor contenido de fósforo observado por Rodríguez et al.,(1983) y
Portíeles et al., (1985) como ejemplos, parecen confirmar estos efectos.

Hay autores como Kaila,(1949); Van Diest y Black,(1959);


Jackman,(1965); Harter,(1969); Sen Gupta,(1969) y Alexander,(1977); sin
embargo, que advierten que esta adición de materia orgánica al aumentar la
actividad microbial inicialmente de forma explosiva, puede también causar
cierta retención de fósforo inorgánico, mientras Singh y Jones,(1976) añaden
que ello va a depender, entre otras cosas, al tipo y cantidad de materia
orgánica adicionada, su contenido de fósforo y el tiempo seguido a la
aplicación. Ellos encontraron, en un experimento donde utilizaron diversos
materiales orgánicos, que algunas pajas como las de trigo y maíz con un
0.3% de P, disminuyen el fósforo lábil del suelo e incrementan la sorción
después de su incubación por 75-150 días, pero que los residuos de alfalfa,
avena, frijoles y estiércol vacuno que contienen un mayor porcentaje de este
elemento, provocan en ese tiempo un resultado inverso.

Somani,(1983) obtiene una respuesta similar al utilizar 6 clases de


abonos orgánicos y añade que el tipo de suelo y su contenido de fósforo
también va a influir en esta retención microbial, pero considera que a valores
mayores de 0.12% de P del residuo se produce una mineralización pero que a
una concentración menor es que se produce esta inmovilización, aunque
después de un tiempo, parte del fósforo retenido dentro de las células
microbiales es también mineralizado.

Estos resultados corroboran a Mishustin,(1972); Mc Gill y Cole,(1981);


Kapoor y Haider,(1982) y Mishustin y Emtzev,(1987) quienes afirmaron que la
mineralización del fósforo orgánico es frecuentemente controlada por el
suministro y necesidad de fósforo para los microorganismos y están de
acuerdo con Hedley et al.,(1982) que plantean que la redistribución del
fósforo en el suelo, por la aplicación de una fuente carbonada, puede ser
inferida como un proceso en el cual el fósforo inorgánico disponible se mueve

21
a fósforo inorgánico y orgánico inmovilizado a la vez que ocurre una
mineralización de estas formas que provocan de nuevo su transformación como
disponible.

Según distintos investigadores, los procesos de solubilización,


inmovilización y mineralización del fósforo por parte de los microorganismos
podrían explicar el aumento en la efectividad de los abonos orgánicos con el
tiempo y su efecto residual. Así, Olsen y Barber,(1977), afirman que el efecto
a largo plazo de fósforo del abono fue mayor que la misma cantidad de fósforo
inorgánico.

De los resultados obtenidos en varios trabajos de invernadero y


experimentos de campo al aplicar estiércol para varios años, Goss y
Stewart,(1979) concluyen, que el fósforo dejó un remanente de un año al otro
y se hace aprovechable con el tiempo. Tveines, (1979) después de tratar un
suelo con estiércol durante dos años y estudiar su efecto residual en el tercer y
cuarto año, llega a conclusiones similares.

Pommel,(1981) encuentra que la disponibilidad de fósforo en un suelo


arenoso abonado, se incrementa desde un 17% después de 7 días hasta un
66% después de los 300 días. En Cuba, Guijarro et al.,(1982) informan de un
aumento en el contenido de fósforo de un suelo Ferralítico rojo durante el
primer año pero después, observan una disminución gradual, sin embargo,
Arozarena et al., (1985) en un experimento de macetas, utilizando este mismo
tipo de suelos y abono, plantean que el fósforo asimilable fue creciendo a
medida que pasó el tiempo y las dosis de abono aplicadas fueron mayores.

Los efectos descritos anteriormente sugieren que los abonos orgánicos


pueden ser considerados como fertilizantes fosfóricos de liberación lenta, lo
cual seria una característica de singular mérito cuando se piensa en su
utilización en suelos que tienen una alta capacidad de fijación de fósforo o en
suelos donde solo es necesario mantener un determinado nivel de este
elemento.

22
1.2.3.- Efecto sobre el movimiento de fósforo en los suelos.

Es generalmente aceptado que el ion fosfato no puede esparcirse mas


que unos pocos mm dentro del suelo y los resultados encontrados con
relación a su movimiento a través del perfil, resumidos por Sánchez,(1976)
muestran que el desplazamiento del P hacia los horizontes inferiores estuvo
entre los 0.01 y 0.17 metros en diferentes condiciones edafo-climáticas.
Cooke,(1985) informa que en un experimento de Rothamsted donde habían
sido aplicados 33 kg/ha de P cada año por mas de un siglo, el fósforo solo
había penetrado en el subsuelo a una profundidad de 0.5 metros.

Según Follet et al.,(1974) esta situación es diferente cuando se emplean


los abonos orgánicos como portadores de fósforo, ya que después de aplicar
distintas dosis de estiércol vacuno por 3 años se produce un aumento del nivel
residual de fósforo tanto del suelo superficial como del subsuelo mientras
Johnston, (1976) observa un incremento considerable en el contenido de
fósforo total de los horizontes inferiores en parcelas abonadas con estiércol
y lodos residuales por mas de 100 años.

Pratt y Laag,(1981) cuando aplican sobre un suelo loam arenoso,


excretas sólidas de vaquerías y líquidas de cebadero, en dosis crecientes,
encontraron que el fósforo extraíble aumentó con todos los niveles de
fertilización orgánica en los 0.3 m superiores del suelo; en las capas de 0.3-
0.6 y de 0.6-0.9 m de profundidad, los incrementos de fósforo se produjeron
solo con los mayores niveles de aplicación, pero en la capa de 0.9 a 1.2 m
solo el mayor nivel de aplicación provocó este efecto. Estos autores
concluyeron planteando que el fósforo contenido en las excretas líquidas
parece moverse más fácilmente hacia las capas inferiores del suelo que el de
las sólidas.

Después de estar aplicando 10 t/ha/año de estiércol vacuno durante más


de 10 años, Kuo y Baker,(1982) indican que aunque mucho del fósforo

23
añadido con el abono permanece en los primeros 0.3 m del suelo, otra parte
del mismo presenta algún movimiento hacia abajo y sugieren que el
incremento observado en el subsuelo podría haber sido debido en parte a la
lixiviación del fósforo orgánico del abono, con lo cual están de acuerdo
Schoenan y Bettany,(1987) ya que plantean que la asociación que
normalmente se produce en el suelo entre el fósforo orgánico y el ácido
fúlvico, lo hace particularmente susceptible a pérdidas de esta manera dada
la gran movilidad de esta fracción de humus.

Este aumento de la movilidad del fósforo cuando es adicionado con los


abonos, podría explicarse además, por el bloqueo que la materia orgánica
provoca en los sitios de adsorción de P en los suelos sesquióxidos que
informan Fox y Kramprath,(1970); Moshi et al.,(1974) y López-Hernández et
al., (1979) ya que este mecanismo químico-físico es una de las causas que
afectan la inmovilización y el transporte de los fosfatos en el suelo según
Hoffman y Rolston,(1980); Bloom,(1981) y Urquiza y González,(1982). Si
bien esto puede ser una característica meritoria por cuanto permite a las
raíces de la planta entrar en contacto mucho mas rápidamente con este
nutriente, podría ser también una fuente importante de pérdidas y llegar
incluso a convertirse en un problema ambiental al incrementar el contenido
de fosfatos, hasta rangos nocivos, en las aguas subterráneas cuando se
usan altos niveles (Kirkham,1982) o en las de escorrentías al aplicarlo de forma
superficial como informan Muller et al.,(1984).

1.3.- Los abonos orgánicos como fuente de potasio para los suelos.

Al igual que sucede en los casos del nitrógeno y el fósforo, cuando se


adiciona cualquier material orgánico al suelo, se va a incorporar también una
determinada cantidad de potasio; así, Millar,(1967) informa que la
composición química de varios estiércoles animales fluctúa entre 0.33% de K
en las aves hasta 0.82% de K en las heces de ovejas y añade que esto puede
suceder por el tipo de alimentación. Jacob y Uexkull,(1968) presentan

24
valores para estos materiales entre 0.3 y 0.5% de K2O considerando que las
variaciones van a estar dadas por el tipo de animal, el forraje que reciba y el
mantenimiento que se le brinde; a similares conclusiones llegan Simons y
Traphagen,(1970) aunque ellos dicen que el purín tiene un mayor contenido
de K2O.

En un análisis de la composición química de distintos productos


orgánicos de origen animal que se utilizan en China, la FAO,(1979) informa
que el contenido de potasio varia desde 0.10% de K2O en el Caravao, hasta
el 2.45% de K2O en los residuos de cerdos secos. Al analizar el valor
fertilizante de los purines de vacuno en Galicia, una región española, Leiros
et al.,(1983) plantean que existe una acusada desproporción en su
composición ya que para una cantidad dada de nitrógeno, el fósforo era muy
escaso y el potasio alto, mientras Somani,(1983) considera que el porcentaje
de K estará en un rango que oscila desde 0.53 en los estiércoles animales
hasta 3.53 en los rastrojos de trigo.

Tunney,(1980) manifiesta que es generalmente aceptado en la literatura


que el potasio en los residuos agrícolas es tan efectivo como el fertilizante
potásico; y afirma que esto es comprensible, considerando que todo el potasio
en los residuos es soluble y esta disponible sin mineralización de la materia
orgánica. Por su parte, Paretas et al.,(1983) informan que el K contenido en
el estiércol se encuentra en cantidades mas o menos asimilables por las
plantas.

Crespo y Arteaga,(1984) plantean que el potasio del estiércol se


caracteriza por su elevada solubilidad, sin embargo en un estudio reciente
sobre el tema, Xi et al.,(1986) encuentran que del potasio total de distintos
materiales orgánicos solo entre un 50 y un 80% estuvo en forma fácilmente
disponible y por tanto efectiva para el suelo.

1.3.1.-Efecto sobre el contenido de potasio de los suelos.

25
Por los contenidos de potasio que presentan los materiales orgánicos
podría suponerse que en todos los casos su aplicación provocaría una mayor
concentración de este elemento en el suelo, pero esto siempre no es así, ya
que Mc. Allister,(1971) afirma que el abonado orgánico intensivo causaría
movimientos hacia abajo del potasio en el suelo bajo determinadas
condiciones, lo que provocaría una disminución de su concentración en los
horizontes superficiales. Adams,(1973) al aplicar residuales líquidos de aves y
cerdos en distintos suelos dedicados a pastos, encuentra que hay un
decrecimiento en el contenido de potasio y lo explica por las grandes
extracciones que realiza este cultivo y la demora del elemento en hacerse
disponible; en un trabajo posterior Adams (1974) informa que este efecto se
mantiene en años sucesivos pero que las razones para ello no las considera
claras.

Prasad y Sinha,(1981) no obstante, obtienen un aumento en la


disponibilidad del potasio al aplicar abono orgánico; Cabaneiros et al.,(1983)
encuentran similares resultados al utilizar estiércol líquido, pero consideran
que este elemento fue acumulado en el suelo posteriormente porque su
contenido en el cultivo no fue tan alto, mientras Andrade et al.,(1985) al utilizar
lodos residuales como fuente de potasio comparándolos con los fertilizantes
potásicos, informan que el contenido de este elemento en el suelo solo quedó
por debajo del fertilizante mineral cuando se usaron las menores dosis de
estos abonos.

En Cuba, Crespo y Oduardo,(1985) encuentran un menor contenido de


K2O en las parcelas sin abonar con estiércol que en las abonadas, en un suelo
Ferralítico rojo y Portieles et al., (1985) observaron, en un suelo Pardo
grisáceo, similares resultados. Todo lo hasta aquí presentado parece indicar
que la efectividad de los abonos orgánicos como fuente de potasio para el
suelo va a depender no solo del contenido de este elemento en el material

26
utilizado, sino también de su solubilidad, el tipo de suelo, las condiciones
climáticas y la forma y cantidad aplicada.

1.4.- Los abonos orgánicos como fuente de microelementos para los


suelos.

Las plantas no solo necesitan del nitrógeno, fósforo y potasio para su


desarrollo normal, sino también requieren de otros elementos minerales
aunque en concentraciones menores. Debido a que en su mayoría los
abonos orgánicos son residuos agrícolas o industriales, van a contener en
mayor o menor medida estos elementos químicos, (Tunney, 1980; Wolski y
Glinski, 1984) por lo cual su aporte ayudará a evitar la normal disminución que
se produce en el suelo por las cosechas continuadas u otras causas,
aunque no siempre el efecto sea positivo.

Asi, Villarroel et al.,(1981) observaron deficiencias micro nutrimentales en


suelos de textura loam con pH elevado y plantean que lograron controlarlas
con el uso de estiércol vacuno o gallinaza. Singhania et al.,(1983) obtuvieron
un aumento en el Zn disponible del suelo al aplicar estiércol y un resultado
similar alcanzan Arozarena et al.,(1985) al aplicar cachaza, pero añaden que
el manganeso disminuye.

Flores-Roman et al .,(1984) al aplicar gallinaza y compost informan que el


contenido de Fe aumenta aunque no existe efecto sobre el Cu. pero Sanzo et
al., (1985), encuentran incrementos en varios microelementos de un suelo
dedicado al cultivo del arroz, aunque dicen que se presenta una tendencia a la
disminución del Cu.

Estos resultados se corresponden con los efectos, algunas veces


contradictorios, que una determinada característica del suelo va a provocar
en la disponibilidad de estos microelementos y en su balance en el suelo,
pues como plantea Sillanpaa,(1984) como ejemplo, en un pH ácido, la

27
disponibilidad del Boro y Manganeso aumentan, la del Cobre disminuye y la de
Zinc solo es afectada por condiciones extremas de acidez o alcalinidad.

1.5.- Los abonos orgánicos como enmiendas en los suelos.

Los abonos orgánicos, debido a su composición, al incorporarse al


suelo van a mejorar un grupo de características y propiedades del mismo,
tales como, el contenido y calidad de la materia orgánica, el pH, la
capacidad de cambio catiónico, la estructura, la porosidad, la densidad
aparente y otras, que tienen una enorme influencia en la fertilidad y
productividad agrícola, por lo que son considerados como materiales
enmendantes por excelencia, por numerosos investigadores.

1.5.1.-Efecto sobre el contenido de materia orgánica de los suelos.

Debido al alto contenido de sustancias orgánicas de los abonos, su


adición va a provocar de forma general, un aumento en el contenido y calidad
de la materia orgánica del suelo, así Korschens y Klimanek,(1980) indican
que hay una correlación positiva entre el abonado y la materia orgánica del
suelo, mientras Shughya y Karyagina,(1982) observan que dosis crecientes
de estiércol vacuno incrementaron el contenido de humus y Rodríguez et
al.,(1983) al usar algas encuentran un aumento grande en la materia
orgánica en los dos meses siguientes a su aplicación.

Andrade et al.,(1985) informan, sin embargo, que la cantidad de materia


orgánica del suelo crece progresivamente, pero que este crecimiento no es
tan grande y significativo como podría esperarse, sobre todo teniendo en
cuenta el contenido de sustancias orgánicas de los lodos residuales
empleados. Según Kononova,(1976) los coeficientes de humificación por la
descomposición de restos vegetales dependen de su composición química,
por ejemplo durante la descomposición de raíces de la hierba Phileum
pratense el coeficiente es 10 pero por la descomposición de hojas de Clover
solo es 2-3. Otros autores como Oberlander y Roth,(1968) habían

28
indicado anteriormente que los restos de distintos vegetales (maíz, trigo, etc.)
tenían coeficientes de humificación de 20 a 30.

En Cuba Arzola y Carrandi,(1982) obtienen incrementos en la materia


orgánica de varios suelos tratados con agua de cachaza y Guijarro et
al.,(1982) informan que las aplicaciones de cachaza aumentaron los
contenidos de M.O. del suelo en el primer año pero a partir de aquí observan
una disminución gradual con el tiempo, aunque el efecto se mantuvo aún en el
tercer año y consideran que se deba a que en las condiciones de humedad y
temperaturas elevadas prevalecientes en el país, la biodegradación de los
residuos orgánicos ocurre con bastante rapidez siendo necesario la aplicación
constante de dichos materiales. A una conclusión semejante llegan Arzola y
Cairo, (1985) y Portieles et al.,(1985) por los mismos motivos aunque aplican
otros tipos de residuales.

1.5.2.- Efecto sobre el pH del suelo.

Los resultados que se presentan con relación a la influencia de los


abonos orgánicos sobre el pH del suelo son variados y algunas veces
contradictorios, pues al parecer este efecto estará en dependencia,
principalmente del material utilizado como enmienda y su composición
química ya que como informan Pomares y Pratt,(1979) en un mismo suelo el
estiércol aumenta el pH pero los lodos residuales lo disminuyen y lo explican
por el aumento en la acidez originada por la mayor nitrificación y producción
de CO3H que provocan los lodos al tener mas cantidad de nutrientes y
contenido de Carbono que el estiércol y que los cationes básicos no son
capaces de neutralizar.

Doran,(1980) al aplicar residuos de maíz al suelo, dice que el pH no tuvo


variación, sin embargo Arteaga et al.,(1982) en un suelo Pardo grisáceo de
Cuba encuentra aumentos en el pH y disminución de la acidez hidrolítica a los
8 meses de haber adicionado estiércol y añaden que a los dos años todavía

29
ese efecto era evidente, pues donde no se había abonado la acidez
hidrolítica era en esa fecha de 2.38 meq/100 g de suelo, pero donde se había
estercolado con 25 y 50 t/ha era de 1.74 y 1.62 meq/100 g de suelo
respectivamente, resultados muy parecidos informan Portieles et al.,(1985) y
Crespo y Oduardo (1985) en otros suelos no obstante en un suelo Ferralítico
rojo, Ruiz y Medina (1982), observan que con 200 t/ha de cachaza solo se
incrementa el pH en 0.55.

Altos incrementos del pH, sin embargo, tienen Días-Fierros et al.,(1983) al


aplicar estiércol líquido, aunque plantean que no pudieron identificar los
componentes de este residual que causan este aumento pero que observaron
que son solubles en agua y exhiben algún grado de cristalización a los rayos
X, mientras Arozarena et al.,(1985) explican el aumento de 5.8 hasta 7.2 en el
pH de un suelo Ferralítico rojo por la sustitución, en el complejo adsorvente, de
los iones Hidrógenos por los cationes Calcio y Magnesio contenidos en la
cachaza aplicada. A similares conclusiones llegó Arzola (1985), mientras
que Arcia et al.,(1983) consideran que el aumento obtenido en la acidez de
un suelo Solonchak al aplicar vinaza se deba al pH de 3.4 a 4.2 de este
material.

1.5.3.- Efecto sobre otras propiedades físicas-químicas de los suelos.

Las propiedades físicas del suelo van a estar muy estrechamente


relacionadas con el contenido de materia orgánica y humus que este
presente y por este motivo, la adición de abonos orgánicos va a tener un rol
muy importante en su mejoramiento y es recomendada para ello por Del
Rivero,(1968); Glander,1968); Aloma,(1973); Aina y Egolum,(1980) y Díaz y
Colmenares,(1983) y Karyagina (1983).

El mejoramiento de la estructura del suelo y la formación de gránulos y


agregados estables por el humus son considerados en FAO,(1979) como las
causas del aumento en la porosidad y la disminución de la densidad aparente

30
o volumétrica encontrada en varios suelos de China al aplicar compostes de
diferentes materiales, resultados similares alcanzan Alfonso et al.,(1982) en
Cuba y Díaz-Fierros et al.,(1983) en España pero utilizando estiércol sólido
y líquido respectivamente. Metzger et al., (1987) por su parte consideran
que cuando se usan materiales ricos en componentes rápidamente
descomponibles los agregados formados desaparecerán rápidamente pero
en los de más baja descomposición como las pajas, etc., el mejoramiento de
la estabilidad estructural es significativa a veces después de varios meses.

Un aumento en la capacidad de retención de agua del suelo por el uso


de distintos residuos orgánicos obtienen Delas,(1971); Doran,(1980); Korchen
y Klimanek,(1980); Wrigley,(1981); Martínez et al.,(1982 b); Campos et
al.,(1983) y consideran de forma general que esto es sumamente beneficioso
para los cultivos, sin embargo Cegarra et al.,(1983 b) afirman que esto puede
ser así solo en suelos de textura ligera pues en los demás gran parte del agua
retenida en la Materia Orgánica, lo está tan fuertemente que resulta poco útil
para las plantas.

La capacidad de cambio del suelo se ve también favorecida con la


adición de los abonos orgánicos, como lo demuestran los trabajos
presentados por Delas,(1971); Arzola y Cairo,(1981); Pichot,(1981); Ruiz y
Medina,(1982) y Rodríguez et al.,(1983) al aplicar varios materiales de este
tipo a distintos suelos , en diferentes condiciones climáticas, lo que puede
deberse al incremento del humus y su conocido efecto sobre esta importante
característica.

Berrios,(1965) afirma que la materia orgánica tiende a minimizar el lavado


de las sustancias minerales al combinarse con algunas de ellas, sin embargo,
otros investigadores como Belikova,(1979); Fuentes et al.,(1980);
Mijailov,(1981); Arcia, (1983) y Zhuravliova et al.,(1986) han demostrado que
esta adición favorece el lavado de las sales en el suelo y por lo tanto la
recomiendan para el mejoramiento de los suelos salinos o salinizados.

31
1.6.-Los Abonos Orgánicos y la actividad biológica del suelo.

Al ser aplicados al suelo, los abonos orgánicos van a aportar una variada
flora microbiana, como señalan Martínez y Martínez, (1968) y Acea et
al.,(1983), pero además van a suministrar una abundante cantidad de sustrato
y energía para los microorganismos presentes en ese medio,(Abbott y Tucker,
1973; Alexander, 1977; Goss y Stewart, 1979 ) y cambios en sus propiedades
físicas y químicas, que provocarán que los procesos biológicos del suelo
sufran profundas transformaciones y por tanto su actividad biológica se
intensifique, como plantean Shuglya y Koryagina,(1982); Singha et al.,(1982)
y Szegi (1988).

Este incremento va a estar dado no solo por los cambios en cantidad y


calidad de la biomasa microbial como consideran Alemán et al.,(1982);
Bhardwaj y Patil,(1982) y Gaur,(1982) sino también por un aumento en la
actividad bioquímica del suelo, principalmente la relacionada con los
aspectos enzimáticos, (Hofmann y Pfitscher, 1982; Galstyan, 1978 y Alemán
et al.,1985) y va a estar afectado, como todo proceso biológico por diversos
factores ecológicos, (Calvo y Díaz-Fierros, 1982; Linn y Doran, 1984;
Zvyagintsev y Golimbet, 1984; Martínez, 1986; Coll y Firestone,1987) como
la temperatura, la humedad, el clima, etc. y por las propiedades físicas y
químicas del suelo, (Szegi et al., 1984; Szegi et al., 1985 y Martínez 1986).

1.6.1.- Efecto sobre los microorganismos de los suelos.

Aunque la materia orgánica esta siempre presente en el suelo,


sosteniendo la perpetua actividad de la microflora heterotrófica en un sistema
interconexionado mas o menos en equilibrio como plantean Russell y
Russell,(1959); Alexander,(1977) y Anderson y Domsch,(1980), al incorporar
materiales orgánicos frescos se produce un intenso estado de
biotransformaciones que rompe este equilibrio y donde, según Hernández
et al., (1977) y Zibiliske y Wagner,(1982), se suceden una serie de

32
fenómenos, en los cuales los antagonismos y las inhibiciones desempeñan
un importante papel.

Así, Ishizawa,(1969) considera la posibilidad de un aumento en el rango


de actinomicetos por la aplicación del abono, pues encontró este efecto al
hacerlo y establece que este material y las condiciones ambientales
estimulan su desarrollo, mientras Kobus y Kabata-Pendias,(1977) al
adicionarle rastrojos de trigo y heno de trébol a dos suelos disturbados y
mantenerlos en incubación a 25 oC, observaron un progresivo cambio en el
número de bacterias y actinomicetos en las etapas iniciales pero a las dos
semanas se produce un intenso desarrollo de los hongos y la desaparición
del genero Azotobacter.

Por su parte, Ahrens y Farkasdi,(1978) al investigar en un período de


seis años, las modificaciones de la flora microbiana de un suelo por las
aplicaciones de distintos materiales orgánicos, encontraron que el orden de
respuesta fue de una mayor estimulación de los microorganismos
descomponedores de celulosa, seguidos de otras bacterias y hongos y por
ultimo los Streptomicetos y los Azotobacter, sin embargo, Novo,(1980) y (1981)
afirma que en un suelo Ferralítico rojo de Cuba, donde era muy escaso este
último género, las adiciones crecientes de cachaza fresca estimularon su
población enormemente, lo que al parecer no es un comportamiento muy
general pues, Fresquez y Lindemann, (1982) observan también una
disminución en la población de Azotobacter al utilizar lodos residuales,
aunque añaden que el número de bacterias heterotróficas aeróbicas, los
Streptomicetos, los hongos y los oxidadores de amonio si aumentan.

Doran,(1980) informa que las poblaciones de microorganismos totales,


bacterias, actinomicetos y hongos fueron de 10 hasta 300 % mas altas sobre
las parcelas tratadas con residuos y que todos los grupos microbiales,
excepto Nitrosomonas, fueron correlacionados significativamente con el
incremento del rango de los residuos y concluye que la respuesta de los

33
hongos a las aplicaciones de este material fueron mejoradas por la
competición ventajosa sobre las bacterias y actinomicetos al bajar el pH del
suelo. Arcia et al.,(1983) presentan resultados similares en el caso de las
bacterias y los hongos pero plantean que los actinomicetos muestran un alto
grado de inhibición y estiman que ello se deba a la influencia de los bajos pH
del residual utilizado porque con el tiempo, existe una tendencia al aumento
de las poblaciones de ese grupo.

Al estudiar el efecto de varias aplicaciones de Purin, Acea et al.,(1986)


plantean que la población microbial del suelo abonado se mantiene siempre
a niveles muy superiores al que tenia al principio del estudio aunque va
descendiendo progresivamente hasta tener al final de los 33 meses que
duró la experiencia valores similares al inicial y añaden que los oxidadores de
amonio se comportan un poco opuestos a la población microbiana total como
consecuencia de la actividad heterotrófica que hace que se reduzcan las
condiciones de oxigenación, lo cual corrobora los resultados obtenidos por
Farini,(1982) al adicionar abono líquido, estiércol vacuno y residuos de maíz y
trigo en un experimento de varios años y esta parcialmente de acuerdo con lo
que informan Metzger et al.,(1987) al aplicar lodos residuales, ya que estos
autores afirman que la población de bacterias se mantiene siempre con un alto
nivel y la de los hongos es la que declina.

Según Fedorov (1952) los microorganismos que descomponen restos


vegetales, estimulan el crecimiento de los fijadores de nitrógeno, porque los
productos de la descomposición pueden usarlos como fuente de carbono, es
decir, que durante la descomposición de los restos vegetales se forman ácidos
orgánicos y glucosa que los microorganismos fijadores de nitrógeno pueden
utilizar fácilmente.

Estos resultados parecen confirmar la hipótesis de que la adición de los


abonos orgánicos a los suelos tiene un efecto inicial estimulante sobre la
población microbiana en general que va declinando a medida que los

34
procesos de descomposición y humificación avanzan, aunque en un
momento cualquiera pueda predominar uno o varios grupos de
microorganismos en detrimento de los otros, lo cual dependerá tanto de las
condiciones edafo-climáticas, como del material añadido y de la población
autónoma del suelo.

1.6.2.-Efecto sobre la evolución de CO2 de los suelos.

La evolución de CO2 puede ser tomada también como un buen índice del
efecto que provoca la incorporación de los abonos orgánicos sobre la
actividad biológica ya que el volumen de este compuesto es el resultado,
principalmente de la actividad microbiana e indica la intensidad de los
procesos de descomposición como señalan, Agbim et al.,(1977); Olah y
Szegi, (1980); Reinke et al.,(1981); Calvo y Díaz-Fierros,(1982); Pedziwilk et
al.,(1983); Raich et al.,(1985); Van Clempat y El-Saabay, (1985) y Fernández y
Kosian,(1987).

Por lo anteriormente planteado, la incorporación de materiales orgánicos


va a provocar un incremento significativo en el contenido de CO2 de la
atmósfera del suelo como informa Doran, (1980) al incorporar residuos de
maíz y Arcia et al.,(1983) al utilizar un residuo de destilería, mientras que
Stroo y Jencks, (1982) observan un incremento inicial de los valores de la
respiración y la M.O. y su declinación posterior con el tiempo a medida que
los residuos accesibles fueron rápidamente descompuestos y Somani (1983)
encuentra que el desprendimiento de CO2 aumenta con el tiempo de
incubación y alcanza un máximo a los 120 días cuando aplica seis materiales
orgánicos distintos al suelo.

Al estudiar la descomposición de tres materiales orgánicos en dos suelos


calizos, Hernández et al,(1982) y Hernández et al., (1983) encuentran que el
desprendimiento de CO2 de la materia orgánica autóctona del suelo era
muy pequeño e incluso nulo debido a que ya estaba muy transformada pero

35
al añadir materiales orgánicos frescos, se presenta un gran desprendimiento
en la etapa inicial en orden creciente para el estiércol, paja de soya y paja de
maíz y consideran que estas diferencias sean un reflejo de la distinta
incidencia sobre la actividad biológica de estos materiales como
consecuencia de su diferente composición química y añaden que la velocidad
de desprendimiento de CO2 disminuye para todos los materiales y en ambos
suelos, conforme transcurre el proceso de mineralización y humificación, lo
que parece indicar que los microorganismos actúan selectivamente,
descomponiendo inicialmente los materiales mas lábiles para continuar con los
de mediana y mayor estabilidad.

La aplicación de la materia orgánica, afirma Norstad y Poter,(1984)


tiene un definido efecto sobre la composición de los gases del suelo, aunque
el rango de evolución de CO2 depende además de la estación del año y la
temperatura, pues encuentran correlaciones positivas entre ellas y la
cantidad desprendida, mientras Wood y Petratis,(1984) observan producción
de CO2 en la profundidad y aunque analizan varias hipótesis, concluyen que la
mas probable estaría dada porque el carbono orgánico se moviera hacia los
horizontes inferiores y allí fuera oxidado por la población microbial aeróbica,
utilizando el oxigeno presente en la atmósfera del suelo.

La influencia de los factores ecológicos, ya observada, se ve resaltada


por Szegi et al.,(1984) cuando plantean, al analizar 25 muestras de distintos
suelos de Hungría que la intensidad de la respiración en suelos no tratados
esta determinada por la cantidad y calidad de la materia orgánica de cada
suelo, pero que el grado de respiración inducida por la celulosa, al ser utilizada
como fuente de carbono depende, primeramente de la cantidad de nutrientes
disponibles en el suelo. Zibilske,(1987) encuentra que un aumento en la
adición de lodos residuales resulta en un incremento en el desprendimiento de
CO2, pero que a 25 oC este fue aproximadamente dos veces el de 12 oC lo
que explican por la estimulación de la actividad microbial.

36
1.6.3.-Efecto sobre la actividad enzimática de los suelos.

Debido a que el número de enzimas en el suelo es muy amplio y cada una


tiene sus características particulares, el efecto que los abonos orgánicos
ejercerán sobre su actividad o contenido será muy variado, así Khan,(1970),
al estudiar la actividad de la deshidrogenasa, fosfatasa, ureasa, catalasa e
invertasa, en un suelo abonado con 44.8 t/ha cada cinco años, observa que
aunque hubo un mayor efecto en los suelos tratados en relación al control ,
estas diferencias no fueron significativas estadísticamente, sin embargo, Kiss
et al.,(1975) plantean que la actividad enzimática de suelo es incrementada
con el aumento del contenido de materia orgánica, ya que las enzimas juegan
un importante papel en la fase inicial de la descomposición de los residuos
orgánicos.

En FAO.,(1979) se informa que con el aumento del abonado se incrementa


también la actividad de la ureasa y la proteinasa, lo que no solo denota que el
suelo contiene mas materia nitrogenada sino también la proporción de la
mineralización de estos compuestos y el incremento del suministro de
nitrógeno a los cultivos, mientras, Loll y Bollag,(1983) afirman que los abonos
y lodos incorporados al suelo contienen proteasas extracelulares
estabilizadas por la materia orgánica, que contribuyen a la transformación de
las sustancias proteicas en el suelo y por su parte, Pérez y González,(1985),
al estudiar durante 10 meses, la evolución de la actividad ureasica en dos
suelos abonados con gallinaza, paja de cereal, paja de leguminosas, turba,
lignito y lodos residuales, encuentran un incremento en esta enzima y
consideran que se deba a que estos materiales pueden ser utilizados como
fuente de carbono, lo cual aumenta la población microbiana y por tanto la
actividad ureasica asociada con ella y añaden que el aumento observado fue
diferenciado según el tipo de material y el suelo.

37
Osmanezyk,(1980) al investigar 6 enzimas, (deshidrogenasa, catalasa,
sacarasa, B-glucosidasa, ureasa y asparginasa) observa que aunque en todos
los casos hay un incremento sustancial de su actividad en el suelo tratado, en
el caso de la sacarasa y la B-glucosidasa, el aumento fue de 10 veces mas
que en el suelo no tratado, por lo cual considera que existe una favorable
situación para el metabolismo de los carbohidratos. Resultados parecidos
informan Duxbury y Tate III,(1981) y añaden que el principal papel de las
carbohidratasas aisladas estuvo relacionado con la descomposición de los
residuos frescos y que la polyfenoxidasa aparentemente esta involucrada en la
descomposición de la materia orgánica nativa del suelo.

En Cuba, Alemán et al.,(1982) informan de un aumento en la actividad de


la enzima deshidrogenasa al aplicar agua de cachaza en un suelo Pardo con
carbonatos típico y en un trabajo posterior (Alemán et al.,1985) plantean que
este aumento es proporcional a las dosis aplicadas estando en relación
directa con los rendimientos, aunque en este caso emplean residuos de
destilerías en suelos Ferralítico rojo y Pardo con carbonato.

1.7.- Los abonos orgánicos y los rendimientos de los cultivos.

Como se ha podido observar, los abonos orgánicos, tienen una gran


influencia en las características físicas, químicas y biológicas del suelo y por
ello juegan un importante papel en la producción de los cultivos agrícolas.
La respuesta a su aplicación, sin embargo, va a ser muy variable ya que
dependerá principalmente de los diversos factores edafo-climáticos del lugar,
del tipo y calidad del material utilizado, así como de los propios
requerimientos de las plantas, que van a influir unos en otros y a actuar en
conjunto sobre todo el sistema, como plantean, Russell y Russell,(1959);
Millar,(1967); Larson y Gilley,(1976); Kuo y Baker,(1982) y Gaur,(1982).

Así al utilizar cachaza como abono para la caña de azúcar sembrada en


un suelo Gris amarillento de Cuba, Alomá,(1973) alcanza aumentos entre un

38
11 y un 36% cuando emplea dosis de 148 y 259 t/ha/año en las cuatro
cosechas efectuadas, resultados similares informan Arzola,(1973) en un
suelo Ferralítico rojo y Paneque,(1979) en uno Pardo sin carbonato, lo que
corrobora a Subba Rao,(1978) que en una revisión bibliográfica sobre el
empleo de este material en este cultivo, pero en distintos países, afirma
que la respuesta positiva parece estar muy por encima de las 15 t/ha/año.

Gaur,(1982) informa que en la India, los resultados de 258 experimentos


distribuidos en diferentes estados y suelos, mostraron que el promedio de
respuesta fue del orden de las 8 t/ha de caña de azúcar por la aplicación de
25 t/ha de abono orgánico de origen animal, pero que otros autores, al
emplear diferentes materiales encuentran otras cantidades muy diferentes.

En el cultivo del maíz, Carlson et al.,(1961) encuentran durante un


primer año un incremento lineal al aplicar dosis crecientes de estiércol
vacuno hasta las 40 t/ha con un efecto residual de esa cantidad hasta el
tercer año y añaden que ya en el segundo año con 20 t/ha el peso en forraje y
grano es similar al del testigo mientras que Ríos et al.,(1982) al emplear este
material sobre el mismo cultivo, sembrado en áreas degradadas de México
recomiendan el uso de 15 t/ha solamente ya que al utilizar varios niveles entre
0 y 60 t/ha no observaron una tendencia definida en los demás.

Al estudiar dosis bajas de gallinaza (0; 2.5; 5 y 10 t/ha) en el cultivo del


maíz durante dos años en dos lugares diferentes de México, Sánchez y
Núñez,(1979) obtienen incrementos en los rendimientos en ambos años y
calculan que durante el segundo año el efecto residual de las cantidades
usadas fue de 109.6; 81.4 y 64.9% sobre el testigo, mientras Martínez et
al.,(1982 b) informan que el máximo aumento en la cosecha de granos de maíz
durante cuatro años consecutivos se alcanza con 10 t/ha de gallinaza.

Cavallaro et al.,(1982) plantean que la respuesta de este cultivo fue


positiva a niveles crecientes de porqueraza o estiércol de cerdos, hasta las 6
t/ha y Campos et al.,(1983) al utilizar estiércol solo o combinado con rastrojos

39
en dosis variables desde 0 hasta 10 t/ha encuentran que los mayores
rendimientos se obtienen con altas densidades de plantas y aplicaciones de la
mezcla de estiércol y rastrojos a razón de 5 t\ha.

Para las hortalizas o vegetales se ha observado que las aplicaciones de


abono orgánico han provocado efectos beneficiosos en los rendimientos,
como informan, Riollano, (1943): Loescin, (1953); Fernández, (1962) y Azzam
y Samuels,(1964), sin embargo las recomendaciones en cuanto a las dosis
que se han de utilizar son muy variadas, ya que como plantean De
Geus,(1967); Laske,(1968); Martínez y Alcalde (1980) Maurya yDhar (1983)
y (1984); Cardoza et al.,(1981) las cantidades de abonos que van a provocar
efectos beneficiosos en los rendimientos van a oscilar desde 10 hasta 50 t/ha,
sin embargo, Martínez y Alcalde,(1980) informan que la cantidad óptima con la
que alcanzaron una cosecha elevada, en distintos cultivos hortícolas fue de 10
t/ha para el fríjol y la calabacita pero de solo 3 t/ha para la zanahoria y la papa,
mientras que Maurya y Dhar,(1983) y Maurya y Dhar,(1984) al emplear Jacinto
de agua y otros residuales, encuentran que con 25 t/ha se logran resultados
superiores en una primera cosecha de papas y en la residual de chilli.

En Cuba, al utilizar cachaza en un suelo Ferralítico rojo, Guzmán et


al.,(1978a) y Guzmán et al,(1983), no observan diferencias ni en los
rendimientos de la papa ni en el tomate por el uso de cantidades crecientes de
este abono, sin embargo, Cardoza et al.,(1981) en este mismo suelo obtienen
una respuesta positiva a la aplicación de 15 t/ha de distintos abonos en el
cultivo de la cebolla.

1.7.5.- Efecto sobre los rendimientos de los pastos y forrajes.

La aplicación de estiércol vacuno en los pastizales, según Voisin,(1962)


tiene un efecto beneficioso en los rendimientos a la vez que contribuye a la
recirculación de los nutrientes dentro del sistema de producción ganadero,
Simmons y Traphagen,(1970) coinciden con esto y consideran que 10 t/ha

40
aplicadas en los pastos son suficientes para alcanzar buenos resultados, sin
embargo, Tveines,(1979) utilizando dosis crecientes de este abono hasta las
300 t/ha en varios cultivos forrajeros de distintos lugares de Noruega,
encuentra que durante el primer año hay un aumento lineal en los
rendimientos manteniéndose un efecto considerable a las dosis superiores al
tercer y cuarto año.

Para forrajes, Tunney,(1980) recomienda entre 40 y 45 t/ha aplicadas por


lo menos 6 meses antes del corte, pero Pratts y Laags,(1981) al utilizar dosis
de: 0; 49; 79 y 58 t/ha base seca de este abono, obtienen con 79 t/ha la
mejor respuesta en la hierba Sudan pues con la cantidad siguiente se
presentó un significativo efecto depresivo. Castellanos y Pratts,(1981) sin
embargo, encuentran en un experimento en condiciones de casa de cristal
que el estiércol produjo un rendimiento en el primer corte menor que en el
control.

En Cuba, los resultados obtenidos en varios suelos con diferentes


gramíneas en siembra, rehabilitación o mantenimiento, indican que la sola
aplicación del estiércol incrementa marcadamente el rendimiento del pasto con
respecto al control de cada uno, no obstante, las cantidades con las cuales
se alcanza esta respuesta también varia grandemente.

Así, Corona et al.,(1981) plantean que con 20 t/ha base húmeda, hay
un aumento del 45 % sobre el control; Cordoví y López,(1982) informan que
con 25 t/ha base seca se obtiene un 36 % mas de rendimiento mientras
Crespo y Oduardo,(1985) alcanzan porcentajes similares pero con 40 t/ha
base seca.

Por su parte, Cordoví y Gómez,(1982) al utilizar la Bermuda cruzada 1 en


un suelo arcilla Bayamo, informan que 45 t/ha anuales de estiércol
aumentan los rendimientos en un 42 % sobre el testigo y Arteaga y
Martínez,(1983) en este mismo cultivo pero en un suelo Pardo grisáceo y
utilizando regadío, encuentran que hay un 72 y un 67 % mas de rendimiento

41
al aplicar 30 y 50 t/ha cada año de este abono respectivamente, mientras
Portieles et al.,(1985) en el mismo suelo plantean que la sola aplicación de
21 t/ha/año produjo mas del doble del rendimiento de la Pangola.

El estiércol de aves o gallinaza, es otro desecho de origen animal que se


ha empleado como fertilizante para aumentar los rendimientos de las
cosechas, así en un grupo de experimentos conducidos en Irlanda del Norte,
Adams,(1973a) encuentra que hay de forma general, en todos ellos un
aumento en los rendimientos sobre el testigo al utilizar una dosis elevada de
estos abonos.

En un trabajo posterior, Adams,(1974) informa que esta respuesta se


mantuvo durante tres años, un resultado similar alcanza Temple-
Smith,(1980) en un suelo Podsolico de Australia, utilizado en este cultivo con
niveles variables desde 0 hasta 32 t/ha de gallinaza.

En Cuba, Gandarilla et al.,(1984) encuentran que 25 t/ha de gallinaza


elevan considerablemente los rendimientos del Pasto estrella durante tres
años sobre el testigo, en un suelo Fersialítico rojo pardusco ferromagnesial
con alta capacidad de fijación de fósforo y Zhuravliova et al.,(1986) al usar 4
t/ha de este abono informa de un 207 % de aumentos en los rendimientos
del Rhodes común en un suelo salino del valle de Guantánamo.

42
CAPITULO 2
MATERIALES Y MÉTODOS
2.1.-Ubicación y características de la zona.

El área donde se realizó el estudio es una llanura o sabana que se


encuentra ubicada al norte - nordeste de la ciudad de Camagüey, de
acuerdo a la hoja cartográfica 4680 "CAMAGÜEY", del mapa de Cuba escala
1:100000 editado por el Instituto Cubano de Geografía y Catastro,(1968). En la
misma, los suelos pertenecientes a la familia Limones: series La Larga, Martí y
Limones (Bennett y Allison,1966) son los mas ampliamente representados y
según el mapa de suelos de la provincia escala 1:50000 (Dirección General de
Suelos y Fertilizantes,1985) se encuentran formando grandes complejos,
muchas veces asociados con suelos Holguín poco desarrollados.

Estos complejos de suelos, ocupan un área de aproximadamente 80,000


ha. y por sus características físicas y químicas, se corresponden con los
descritos en la II Clasificación genética de los suelos de Cuba (Instituto de
Suelos 1975; 1979), actualmente en vigor, como correspondientes al suelo
Fersialítico rojo pardusco ferromagnesial.

Debido a que estos suelos están sobre serpentinitas, son en su


generalidad muy poco profundos y rocosos o pedregosos y con un drenaje
interno deficiente, además de presentar relaciones intercatíonicas
inadecuadas para la generalidad de las plantas cultivadas, principalmente por
el predominio del magnesio en el complejo adsorbente (Dirección General de
Suelos y Fertilizantes, 1985). Esto hace que su vegetación se caracterice por
un acusado xerofitísmo donde predominan las especies que presentan una
mejor adaptación a las condiciones inhóspitas, según describen Marrero et
al.,(1986), como son la Palma cana (Sabal parviflora), el Yarey (Copernicia
hospita), el pajón (Andropogun virginicas) y el pajón hembra (Andropogun
graulis) estas dos últimas, gramíneas toscas con poco valor alimenticio y baja
digestibilidad. (foto 1)
Foto 1: Vegetación típica de la zona en estudio. Los árboles que se aprecian al
fondo han sido sembrados como parte del aprovechamiento forestal de la zona
pero su crecimiento es muy lento y poco vigoroso.

2.2.-Características agroquímicas principales de los suelos estudiados.

En una parte de la zona en estudio, se recogió una cantidad suficiente


de suelo, que sirviera para montar un experimento de macetas y cuando este
suelo, ya estuvo seco al aire y tamizado por malla de 2 mm, se tomó una
nuestra representativa para su análisis en el laboratorio. En la misma zona
se seleccionó un área que por sus cualidades sirviera para el montaje del
experimento de campo y después de su desbroce y preparación para la
siembra, se procedió a su caracterización química y física por medio de una
calicata abierta en el lugar.

Los resultados del análisis de estos suelos se muestran en la tabla 2.


Como se puede observar ellos se corresponden de forma general con las

44
características descritas para el Fersialítico rojo pardusco ferromagnesial,
principalmente en lo relacionado con la desfavorable proporción entre el Calcio
y el Magnesio, los contenidos muy bajos de P2O5 y K2O asimilables y los
valores de medios a altos de la materia orgánica ya que el pH es un poco
menor que el informado para este tipo de suelo.

2.3.-Composición química del estiércol utilizado para los experimentos.

La composición química del estiércol vacuno que se empleó en cada


experimento se muestra en la tabla 1 y aunque en ambos casos este material
provenía de vaquerías cercanas a la zona de estudio, por las condiciones de
manejo de los animales, no se pudo controlar la alimentación que los mismos
recibieron en el periodo previo a la acumulación del estiércol, así como
tampoco se pudo establecer con precisión la cantidad de agua que se
produjo con las precipitaciones durante los mas de tres meses en que este
material permaneció apilado a la intemperie, todo lo cual puede explicar, en
parte, las variaciones observadas en cuanto a sus porcentajes de N, P2O5 y
K2O.
Tabla # 1.- Composición química del estiércol empleado en cada
experimento.

Estiércol vacuno Por ciento de:


destinado a:
N P2O5 K2O

Exp. macetas 2.30 0.52 1.15

Exp. de campo 1.46 0.37 2.01

45
Tabla 2.: Principales características químicas y físicas de los suelos estudiados
EXPERIMENTO DE MACETAS.

Prof. Hy*1 Plast.*1 pH*2 Ca+2 Mg+2 K+ Na+ M.O.*3


*4
Y1 Y2 S T P2O5
(cm) (%) (ml) CLK H2O mEq/100 g de suelos *2 (%) mg/100 g

0.03 0.1
0-20 4.84 35 4.95 6.40 3.96 1.65 14.42 0.22 16.39 26.66 3.01 1.33
4 0

EXPERIMENTO DE CAMPO.
Prof. Hy*1 Plast.*1 pH*2 Y1 Y2 Ca+2 Mg+2 K+ Na+ S T M.O.*3 P2O5 *4
(cm) (%) (ml) CLK H2O mEq/100 g de suelos *2 (%) mg/100 g
0.1
0-10 3.95 37.6 4.60 5.95 5.04 0.08 1.66 18.43 0.21 20.42 34.22 4.23 1.33
2
0.0
10-26 - - 4.95 6.70 2.34 - 1.18 25.23 0.29 26.73 33.48 1.61 0.66
3
0.0
26-45 - - 5.00 6.90 2.00 - 0.78 36.32 0.39 37.52 44.27 - -
3

*1
De acuerdo a Arany
*2
Según métodos unificados de la Dirección de Suelos.
*3
Por Walkey y Black
*4
Por Oniani.

46
2.4.-Diseños y tratamientos empleados.

En el experimento de macetas, se empleó un diseño factorial con un


testigo de referencia, en una distribución completamente aleatorizada y 3
repeticiones. Los tratamientos consistieron en 5 niveles de fósforo,
equivalentes a 0; 150; 300; 450 y 600 kg/ha de P2O5 aplicados mediante el
uso del fertilizante mineral, el estiércol vacuno y la combinación de ambos en
un 50 por ciento de acuerdo a sus concentraciones en este elemento, por lo
que para el análisis de la influencia de estos portadores los mismos se
consideraron como subtratamientos, como se presenta en la tabla 3.

Tabla 3. Tratamientos y subtratamientos en el experimento de macetas.

NIVELES DE P2O5
FUENTES
(kg/ha)
0 -------

FERTILIZANTE MINERAL (F.M.)


150 ESTIÉRCOL VACUNO (E.V.)
COMBINACIÓN (F.M.) + (E.V.) al 50 %
FERTILIZANTE MINERAL (F.M.)
300 ESTIÉRCOL VACUNO (E.V.)
COMBINACIÓN (F.M.) + (E.V.) al 50 %
FERTILIZANTE MINERAL (F.M.)
450 ESTIÉRCOL VACUNO (E.V.)
COMBINACIÓN (F.M.) + (E.V.) al 50 %
FERTILIZANTE MINERAL (F.M.)
600 ESTIÉRCOL VACUNO (E.V.)
COMBINACIÓN (F.M.) + (E.V.) al 50 %
CONTROL ABSOLUTO
En el experimento de campo se utilizó un diseño de parcelas divididas
en bloque al azar, con tres tratamientos, (especies de pastos), tres
subtratamientos, (niveles de estiércol vacuno) y cuatro réplicas, como se
muestra en la tabla 4. Las parcelas midieron 13.6 * 4 m. y las subparcelas
fueron de 4 * 4 m., con un área de calculo de 9 m2 (3 * 3 m.); La separación
entre réplicas fue de 1.60 m, entre parcelas fue de 0.80 m. y entre las
subparcelas de 0.50 m para un total de 12 parcelas y 36 subparcelas. Después
de dos años de corte se adicionaron, de un área adyacente inmediata al
experimento, 4 parcelas más con la vegetación natural de la zona y sin ningún
tipo de fertilización, para ser usadas como testigos de referencia en los
trabajos relacionados con la actividad biológica del suelo.

2.5.-Procedimiento y fertilización.

2.5.1.-Experimento de macetas

En recipientes metálicos de 1 kg de capacidad, previamente


impermeabilizados, se depositaron 0.9 kg de suelo seco después de haberle
aplicado cada tratamiento y se sembraron 10 plantas de Millo (Sorghum
bicolor) pregerminadas, para dejar a los 7 días siguientes solo 6 plantas por
maceta. Además se preparó un grupo o juego de macetas iguales que las
anteriores que se mantuvo todo el tiempo sin ser plantado aunque bajo las
mismas condiciones de humedad y temperatura, para ser utilizado en las
pruebas relacionadas con la evolución de CO2

Para lograr un nivel similar de Nitrógeno y Potasio en todas las macetas,


se empleo fertilizante mineral en forma de Sulfato de amonio (20 % de
Nitrógeno) y Cloruro de potasio (60 % de K2O), en dosis equivalentes a la
cantidad de estos elementos adicionados en el tratamiento donde se aplicó el
mayor nivel de estiércol.

48
49
Durante todo el tiempo que duró el experimento, las macetas
sembradas se mantuvieron a un 70 % de la humedad de campo por medio del
riego con agua destilada dos veces al día y en los demás recipientes la
cantidad de agua aplicada se ajustó de forma gravimétrica. Diariamente se
realizaron observaciones del estado de las plantas y no se detectaron plagas
ni enfermedades.

Tabla 4.- Tratamientos y subtratamientos en el experimento de campo.

*
Fertilizante Mineral. EST.
ESPECIES DE PASTOS (kg/ha/año) VACUNO

N P2O5 K2O T/ha/5 años

200 45 120 0
Cynodon nlemfuensis var Pasto
200 45 120 12.5
Estrella
200 45 120 25

200 45 120 0

Brachiaria decumbens. 200 45 120 12.5

200 45 120 25

200 45 120 0
Digitaria decumbens var Pangola
200 45 120 12.5
PA-32
200 45 120 25

Control Absoluto** 0 0 0 0

* En los 2 primeros años experimentales se emplearon 150 kg/ha/año de N


** A partir del segundo año de corte para los trabajos relacionados con la
actividad biológica.

50
2.5.2.- Experimento de campo.

En las parcelas que fueron trazadas, después de la preparación del


suelo, se procedió a incorporar el estiércol vacuno de acuerdo a los
subtratamientos a una profundidad de 10-15 cm mediante azada
aproximadamente 15-20 días antes de la siembra, mientras que la dosis total
de P2O5 y K2O unidas a 1\4 de la cantidad de N establecida fue aplicada en
forma de Superfosfato Sencillo (20 % de P2O5), Cloruro de Potasio (60 % de
K2O) y Sulfato de Amonio (20 % de N) respectivamente, en el momento de
la plantación de las especies seleccionadas.

Debido a las características de estas especies, la siembra fue por


estolones a una distancia de camellón de 30 cm y a una profundidad de entre
5-10 cm. a surco corrido entre la segunda quincena de Agosto y los primeros
días de Septiembre de 1982.

Después de la cosecha de establecimiento, realizada a principios de


Mayo de 1983 y en años sucesivos después del último corte de seca, se
aplicaron las mismas cantidades de N; P2O5 y K2O que en la siembra,
utilizando los mismos portadores y las 3/4 partes restantes del nitrógeno se
distribuyeron en los cortes de lluvia usando el Nitrato de Amonio (34 % de N).
A partir del segundo año de corte la cantidad de Nitrógeno se aumentó en 50
kg/ha debido a los síntomas manifiestos de necesidad de este elemento que
presentaban todas las plantas; en todos los casos , las fertilizaciones fueron a
voleo en la superficie de la parcela dentro de los primeros 5 días después del
corte.
2.6.-Precipitaciones y Temperaturas.

Las precipitaciones y las temperaturas de cada año experimental, así


como los valores de los 10 años anteriores, fueron tomados por meses de la
Estación de Meteorología de Camagüey , ubicada a una distancia de
aproximadamente 11-12 Km. del experimento de campo y se muestran en los

51
gráficos 1 y 2. En el análisis de estos gráficos se puede observar que la lluvia
acumulada mensual se comportó de forma muy irregular con relación al
promedio de 10 años ya que para un mismo mes los valores oscilan
ampliamente lo mismo por mas que por menos a excepción del mes de
Diciembre en que las precipitaciones caídas fueron en todos los casos
inferiores al promedio histórico, las temperaturas tuvieron un
comportamiento similar aunque su variación en la mayoría de los casos es
menor que la de las precipitaciones.

En la tabla 5 se presentan estos datos agrupados por épocas y anual,


lo mas significativo que se observa en la misma es el largo período de sequía
que se presenta a partir de la época de lluvia del año 83-84 y que se extiende
prácticamente hasta el final del periodo experimental ya que solo hay un ligero
balance positivo en el año 85-86, debido a un aumento en las
precipitaciones en la época lluviosa de ese año. Como se puede apreciar
también, estos años fueron de forma general ligeramente mas cálidos, con la
excepción del año 84-85 en que la temperatura promedio estuvo en 0.2 oC por
debajo del promedio, por ser ese invierno mucho mas frío que el resto.
2.7.-Cosechas y análisis químico de las plantas.

En el experimento de campo se realizaron 6 cosechas anuales, cuatro


en la época de lluvia y dos en la de seca durante 4 años a partir de la
efectuada en el mes de Mayo de 1983 en que se efectúo el corte de
establecimiento, hasta el mes de Abril de 1987 en que se hizo la última, por lo
que en total se dieron 25 cosechas en los cinco años experimentales. Los
cortes se realizaron mediante una motosegadora manual a una altura de
entre 8 y 12 cm. del suelo y en cada uno se separo una muestra de 100 g del
pasto por parcela para determinar los porcentajes de N; P; K y MS.

En el experimento de macetas se hicieron 3 cortes, el primero a los 25


días de sembradas las plantas y los siguientes con una frecuencia de 30 días
a una altura de 3 cm. de la superficie del suelo. Las plantas cortadas por

52
macetas fueron llevadas al Laboratorio para obtener los por cientos de MS; N;
P y K.

53
54
TABLA 5.- Precipitaciones y temperaturas por épocas y anual

O
PRECIPITACIONES (mm) TEMPERATURAS ( C)
SECA LLUVIA ANUAL SECA LLUVIA ANUAL
VALOR DIF. VALOR DIF. VALOR DIF. VALOR DIF. VALOR DIF. VALOR DIF.
MEDIA DE 10 AÑOS (72-82) 300.63 - 1055.66 - 1356.27 - 23.0 - 26.0 - 24.5 -
AÑO EXPERIMENTAL (82-83) 524.80 +224.16 873.70 -181.93 1398.50 +42.23 23.2 +0.2 26.7 +0.7 24.9 +0.4
AÑO EXPERIMENTAL (83-84) 346.40 +45.76 1025.90 -29.73 1372.30 +16.03 23.8 +0.8 26.2 +0.2 25.0 +0.5
AÑO EXPERIMENTAL (84-85) 238.40 -62.24 870.30 -185.33 1108.70 -247.57 22.6 -0.4 26.0 0.0 24.3 -0.2
AÑO EXPERIMENTAL (85-86) 227.80 -72.84 1165.70 +110.07 1393.50 +37.23 23.0 0.0 26.0 0.0 24.5 0.0
AÑO EXPERIMENTAL (86-87) 235.20 -66.44 562.60 -493.03 796.80 -559.47 23.7 +0.7 26.7 +0.7 25.2 +0.7

55
La materia seca (MS) se determinó mediante secado a 65 oC en estufa de
circulación forzada de aire, el nitrógeno (N) por Kjeldahl, el fósforo (P) por el
método azul fosfomolibdico y el potasio (K) por fotometría de llama de acuerdo
a los métodos descritos por Ríos et al., (1982) y la Norma Ramal 564 del
Ministerio de la Agricultura (1982).

Los resultados de las cosechas en cuanto a rendimientos en base seca se


informan como acumulados o bien por época y anual en el caso del
experimento de campo o de tres cosechas en el de macetas y el contenido
químico de N, P y K en planta como promedios por corte para cada año en el
experimento de campo o de tres cortes en el de macetas.
2.8.-Composición botánica.

En el experimento de campo se realizó la primera composición botánica a


los 4 meses de sembradas las especies y la segunda a los 8 meses cuando
se fue a hacer el corte de establecimiento; en los años posteriores se
efectuaron 2 composiciones botánicas por épocas y los resultados se
promediaron para cada año. En todos los casos se utilizó el método del metro
cuadrado estratificado que consiste en un marco de madera dura de un m2 de
área interior dividido en cuadriculas de 10 cm2 mediante cordeles finos de
algodón o nylon que se tira al azar al menos 3 veces en cada parcela
estableciendo entonces el porcentaje de la composición botánica del pastizal
mediante el conteo del área cubierta por la especie estudiada, por otras
plantas ajenas y los espacios vacíos.

2.9.-Análisis de la actividad biológica del suelo.

2.9.1.-Microorganismos totales.

Los conteos de microorganismos totales se realizaron por el método de la


suspensión - dilución del suelo, con inoculación profunda en placas de Petri,
utilizando como medio de cultivo el extracto de carne, peptona, agar, según lo
descrito por Novo (1975) y Szegi (1979). En el experimento de campo se

56
efectuó un primer muestreo al acabar el año experimental 83-84 y el segundo
cuando terminó el experimento. En el experimento de macetas, se llevó a
cabo a los 5 días de haber aplicado los tratamientos inmediatamente antes de
la siembra y al finalizar el mismo.

Las muestras se tomaron en condiciones estériles desde 0 hasta 10-15 cm


de profundidad en el experimento de campo y en los primeros tres centímetros
en el de maceta y se conservaron en refrigeración a una temperatura entre 10
y 15 oC hasta su análisis, en cada caso se procedió a determinar la humedad
del suelo por gravimetría de acuerdo a Sokolov (1975) para presentar los
resultados en base a suelo seco.

2.9.2.-Actividad celulolítica.

Durante tres años, comenzando en la época de lluvia de 1984 hasta la


de seca de 1987, se estableció la actividad celulolítica en el experimento de
campo; para ello se enterraron, a una profundidad de entre 10-15 cm, tres
bolsas o sacos de malla de nylon conteniendo cada uno 5 g de algodón puro
en cada parcela y después de tres meses se sacaron para proseguir con la
técnica descrita por Szegi (1979). De la misma forma se procedió en el
experimento de macetas, excepto que en este caso , se utilizaron solo dos
bolsas con 2 g de algodón puro colocadas en la parte media de cada
recipiente a unos 4 cm de la superficie del suelo.

2.9.3.-Evolución de CO2.

Al finalizar el año experimental 84-85 se tomaron muestras de suelo por


parcelas en el experimento de campo en cantidad suficiente para establecer
la dinámica de la evolución de CO2 de cada tratamiento en condiciones de
laboratorio, o sea bajo temperatura y humedad controladas y flujo continuo de
aire durante 4 semanas según la técnica planteada por Szegi,(1979).

La evolución de CO2 en el experimento de campo se realizo a partir del año


85-86 en cada época directamente en cada parcela, poniendo debajo de un

57
recipiente metálico de 4 litros de capacidad enterrado invertido
aproximadamente 3 cm en el suelo, una placa Petri llena con 20 ml de una
solución alcalina 0.1 N de NaOH durante dos horas, transcurrido ese tiempo
se prosiguió con lo descrito por Krutova (1984). Este procedimiento se volvió
a hacer en el año experimental 86-87 siempre empleando tres repeticiones por
parcela.

La misma técnica se siguió en el experimento de macetas, con la variante


que en este caso el vaso aislador fue un recipiente metálico similar al
empleado como maceta, el cual se ponía invertido y se sellaban sus bordes
manteniéndolos unidos durante 1 hora cada vez que se realizó la medición
que se efectúo con un intervalo de 30 días a partir de la primera semana en
que comenzó el experimento y hasta finalizar el mismo.

2.10.- Formas de muestreos y análisis de los suelos.

En el experimento de campo se realizó después del corte de


establecimiento y antes de la fertilización NPK un muestreo de suelos
tomando una muestra compuesta de 5 puntos en cada parcela, este
procedimiento se repitió al terminar el año 84-85 (32 meses) y al finalizar el
periodo experimental en el año 1987 (56 meses) En el experimento de
macetas, el primer muestreo se efectuó a los 5 días de haber aplicado los
tratamientos, recogiendo 100 gramos de suelo por maceta inmediatamente
antes de la siembra, posteriormente esto se volvió a hacer después de realizar
la última cosecha.

En todos los casos se determinó el pH en ClK relación 1:2,5 por


potenciometría, el P2O5 y K2O asimilables por Oniani y el % de materia
orgánica por Walkey y Black modificado, de acuerdo a las técnicas descritas
en la norma ramal 279 del Ministerio de Agricultura (1980).

2.11.-Análisis estadísticos de los resultados.

58
El análisis estadístico se efectuó según el diseño empleado en cada
experimento y en los casos de significación se le realizó la prueba de Duncan
o la de las Mínimas Diferencias Significativas (MDS) para una probabilidad de
error de un 5 por ciento.

59
CAPITULO 3

RESULTADOS

3.1.-Experimento de macetas.

3.1.1.- Rendimiento y composición química de la planta.

Como se refleja en el gráfico 3a existe una evidente respuesta positiva a


las aplicaciones de dosis crecientes de P2O5 hasta los 300 kg\ha de este
elemento, ya que los rendimientos van a aumentar de forma creciente hasta
ese nivel y a partir del mismo se estabilizan pues no se presentan diferencias
significativas entre ellos y mas bien aparece una ligera tendencia a su
disminución.

Esta tendencia va a depender principalmente del uso del estiércol vacuno,


pues como se aprecia en la tabla 7 a partir de la aplicación del equivalente a
300 kg\ha de P2O5 en que se alcanzan los mayores rendimientos con todas las
fuentes, las producciones de masa seca con el estiércol vacuno van a
disminuir significativamente mientras se mantienen estables con las otras dos
formas de aplicación esto provoca como se observa en la tabla 6 que los
menores rendimientos se alcancen de forma general con el abono orgánico.

Resulta interesante destacar que sin el empleo de ningún tipo de


fertilización o con solo el uso del nitrógeno y el potasio los rendimientos son
mínimos y alcanzan menos de un gramo por maceta, (tablas 6 y 7) ya que las
plantas que se encontraban sembradas sobre estos suelos crecieron
pequeñas y cloróticas, como se puede observar en las fotos 2a, 2b y 2c, no
pudiendo rebrotar después del primer corte como el resto.

El contenido promedio de nitrógeno en planta por corte (gráfico 3b) va a


aumentar por el incremento de los niveles de P2O5 hasta los 150 kg\ha pues a
partir de aquí comienza a disminuir paulatinamente hasta la máxima cantidad
de fósforo aplicada, estando esta disminución influenciada principalmente,

60
como se observa en la tabla 6, por el uso como fuente de fósforo del estiércol
vacuno, pues cuando se utiliza este material orgánico sea solo o combinado,
se alcanzan, de forma general, las menores concentraciones de nitrógeno,
mientras se obtienen valores relativamente altos de este elemento al emplear
el fertilizante mineral.

Gráfico 3a. Rendimientos Gráfico 3b. Contenido prom edio


acumulados de nitrógeno por corte

14 g/ m a c 2,50
N (%)
12 2,00
10
1,50
8
6 1,00
4
0,50
2
0 0,00
0 150 300 450 600 0 150 300 450 600
kg/ha
kg/ha

Gráfico 3c. Contenido prom edio de Gráfico 3d. Contenido prom edio
fósforo por corte de potasio por corte

0,14
% 2,50
0,12 K (%)
0,10
2,00

0,08 1,50
0,06
1,00
0,04

0,02
0,50

0,00 0,00
0 150 300 450 600 0 150 300 450 600
kg/ha kg/ha

Gráfico 3. Efecto de los niveles de fósforo sobre los rendimientos y


contenido químico de la planta

61
En la tabla 7, sin embargo, se nota que si bien el menor contenido de
nitrógeno aparece cuando se emplea para suministrar la máxima cantidad de
fósforo el estiércol vacuno solo o combinado con fósforo mineral, también al
aumentar las dosis de este elemento por el fertilizante los valores de nitrógeno
de la planta tienen la tendencia a disminuir, sobre todo, con las mayores
dosis, aunque esta disminución no es muy grande ni significativa
estadísticamente.

TABLA 6.- Efecto de las fuentes de fósforo empleadas sobre los rendimientos
y composición química de la planta. (Promedio por corte)

COMPOSICIÓN QUÍMICA
FORMA DE RENDIMIENTOS (%)
APLICACIÓN
g/macetas P K
N

FERT. MINERAL 11.49 1.96 0.09 1.80

ESTIÉRCOL VACUNO 5.53 1.48 0.12 2.04

MEZCLA AL; 50 % 11.36 1.64 0.09 1.88

CONTROL ABSOLUTO 0.33 0.90 0.05 1.28

MDS- 5% 1.75 *** 0.23 *** 0.01 *** 0.08 ***

*** Significativo a P<= 0.001

Los contenidos promedios de fósforo y potasio en planta por corte, como


se muestra en los gráficos 3c y 3d, van a aumentar por el incremento de
las cantidades de fósforo aunque este crecimiento no es de la misma forma o
sigue el mismo patrón, ya que en el caso del por ciento de P los valores van a
aumentar casi proporcionalmente hasta los 600 kg\ha sin sufrir ninguna caída,
pero en los por cientos de potasio ya a partir de 450 kg\ha no hay incrementos
y mas bien el próximo valor tiende a disminuir.

62
En la tabla 6 se observa que las mayores concentraciones de fósforo y
potasio en planta se producen cuando se emplea el estiércol vacuno como
fuente de fósforo y en la tabla 7 se revela que a medida que se aumentan las
dosis de fósforo mediante el empleo de cantidades crecientes del estiércol se
incrementan de la misma manera las concentraciones de estos elementos en
la planta, sobre todo en los máximos niveles, pero no sucede así con el
fertilizante mineral solo o su mezcla, pues los porcentajes de fósforo
permanecen mas o menos estables a partir de los 150 kg\ha y los de
potasio, aunque aumentan, el crecimiento es mas paulatino que con el
estiércol y cesa a partir de los 300 kg\ha.
TABLA 7.- Efecto de los niveles de fósforo y las fuentes sobre los rendimientos
acumulados y la composición química de la planta. (Promedio por corte)

NIVELES COMPOSICION QUIMICA (%)


DE FUENTES DE RENDIMIENTO
N P K
FOSFORO FOSFORO g/mac.
kg/ha
0 --- 0.53 1.00 0.63 1.28
FERT. 6.17 2.07 0.082 1.59
MINERAL
150
ESTIERCOL 1.36 1.79 0.080 1.35
MEZCLA 50 % 10.23 1.95 0.085 1.73
FERT. 13.11 2.04 0.093 1.83
MINERAL
300
ESTIERCOL 10.53 1.48 0.090 2.00
MEZCLA 50 % 11.46 1.79 0.090 1.87
FERT. 13.03 1.90 0.098 2.01
MINERAL
450
ESTIERCOL 6.79 1.37 0.136 2.38
MEZCLA 50 % 11.71 1.46 0.096 1.94
FERT. 13.64 1.83 0.093 1.78
600
MINERAL
ESTIERCOL 3.44 1.29 0.177 2.42

63
MEZCLA 50 % 12.06 1.34 0.090 1.99
MDS 5 % = 2.64 *** 0.32 *** 0.015 *** 0.19 ***
*** Significativo a P<= 0.001

64
V IV III II I

Foto 2a.- Experimento de macetas. Efecto de la aplicación de


cantidades de P2O5 mediante el empleo de la Fertilización Mineral
exclusivamente.

I 0 kg ha-1 de P2O5 como fertilizante mineral


II 150 kg ha-1 de P2O5 como fertilizante mineral
III 300 kg ha-1 de P2O5 como fertilizante mineral
IV 450 kg ha-1 de P2O5 como fertilizante mineral
V 600 kg ha-1 de P2O5 como fertilizante mineral

65
V IV III II I

Foto 2b. Experimento de macetas. Efecto de la aplicación de cantidades


crecientes de P2O5 utilizando el Estiércol Vacuno como portador de

I 0 kg ha-1 de P2O5 como Estiércol Vacuno


II 150 kg ha-1 de P2O5 como Estiércol Vacuno
III 300 kg ha-1 de P2O5 como Estiércol Vacuno
IV 450 kg ha-1 de P2O5 como Estiércol Vacuno
V 600 kg ha-1 de P2O5 como Estiércol Vacuno

66
V IV III II I

Foto 2c. Experimento de macetas. Efecto de la aplicación de cantidades


crecientes de P2O5 por medio de la combinación al 50 % del Fertilizante
Mineral y el Estiércol Vacuno

-1
I 0 kg ha de P2O5
II 75 kg ha-1 de P2O5 como E. Vacuno + 75 kg ha-1 de P2O5 como F. Mineral
III 150 kg ha-1 de P2O5 como E. Vacuno + 150 kg ha-1 de P2O5 como F. Mineral
IV 225 kg ha-1 de P2O5 como E. Vacuno + 225 kg ha-1 de P2O5 como F. Mineral
V 300 kg ha-1 de P2O5 como E. Vacuno + 300 kg ha-1 de P2O5 como F. Mineral

67
3.1.2.- Actividad biológica.

En el gráfico 4 se muestra la influencia de los niveles de fósforo


estudiados, de acuerdo a las fuentes empleadas para su aplicación, sobre el
por ciento de celulosa descompuesta en 3 meses. En el mismo se observa de
forma general, que el incremento de las cantidades de P2O5 va a ejercer un
efecto positivo sobre la actividad celulolítica del suelo pues el por ciento de
celulosa descompuesta va a aumentar desde menos del 40 % cuando no se
utiliza el fósforo hasta mas de un 70 % con la cantidad de 150 kg\ha de
P2O5 para posteriormente continuar creciendo hasta los 600 kg\ha aunque ya
los incrementos no son tan notables y los mayores por cientos de celulosa
descompuesta van a estar relacionados tanto con la fuente empleada como
portador de fósforo como con el nivel de este elemento aplicado.

100
Ce lulosa de sc omp.
90 (% )

80
70
60

50
40

30
20 Control
10 absoluto

0
0 150 300 450 600
P 2 O 5 (kg/ha )

Ninguno Fertilizante mineral Niveles MDS 5 % = 0,56


Fuentes MDS 5% = 0,63
Estiércol vacuno Mezcla 50 %

Gráfico 4: Influencia de los niveles de fósforo y las fuentes empleadas


sobre la actividad celulolítica del suelo

68
De esta forma, se puede apreciar que cuando se emplea el fertilizante
mineral el mejor porcentaje de celulosa descompuesta aparece con 450 kg\ha
de P2O5 y a partir de este nivel hay una pequeña disminución de su valor. De
la misma manera ocurre al utilizar la combinación con estiércol pero los
resultados obtenidos son superiores a los alcanzados con el fertilizante
mineral; sin embargo, cuando se emplea solo el estiércol vacuno como fuente
de fósforo, va a presentarse un incremento sostenido de los por cientos de
celulosa descompuesta hasta los 600 kg\ha de P2O5 donde se observa la
mayor actividad celulolítica del suelo ya que su valor esta por encima del
90 % de celulosa descompuesta en 3 meses. Se refleja además en este
gráfico que la actividad celulolítica del suelo sin fertilizar es muy baja pues solo
se alcanza un once por ciento de celulosa descompuesta en 3 meses.

Se puede apreciar en el gráfico 5 la dinámica de la evolución de CO2


debida a los niveles de fósforo empleados y las fuentes utilizadas para su
aplicación durante cuatro etapas del experimento: al inicio, al mes, a los dos
meses y al final del mismo. En este gráfico se observa que aunque se produce
de forma general un aumento en la evolución de CO2 del suelo a medida
que se incrementan las cantidades de fósforo aplicadas para todas las
fuentes, la influencia que van a ejercer tanto los niveles crecientes de fósforo
como los portadores utilizados va a ir disminuyendo paulatinamente hasta el
final del trabajo.

A los cinco días de iniciado el experimento, como aparece en el gráfico


5a, se produce la mayor evolución de CO2 del suelo de entre todos los otros
momentos en que se midió este índice y el incremento del CO2 desprendido por
el aumento de las cantidades de P2O5 con todas las fuentes presenta sus
valores mas acentuados aunque se destacan de manera principal, los
alcanzados cuando se emplean como portadores de fósforo el estiércol vacuno
o su mezcla. En esta etapa, al emplear el material orgánico solo se obtiene la
mayor evolución de CO2 al usar el equivalente a 300 kg\ha de P2O5,

69
pues aunque se observa una cierta tendencia a seguir aumentando con las

70
71
dosis de 450 y 600 kg\ha no hay diferencias significativas entre ellas, pero
cuando se utiliza la mezcla o combinación para alcanzar valores semejantes a
estos es necesario utilizar el máximo nivel de fósforo estudiado.

Después de 30 días (gráfico 5b) se observa que hay una mejor influencia
sobre la evolución de CO2 del suelo cuando se emplea el estiércol vacuno en
casi todos los niveles de fósforo estudiados y se alcanza el mayor valor de
CO2 desprendido cuando se utiliza este material orgánico como portador de
P2O5 en el máximo nivel de este elemento aplicado. A los 60 días (gráfico 5c)
y a los 90 días o final del experimento, (gráfico 5d) se mantiene que con el
estiércol vacuno en la dosis equivalente a 600 kg\ha de P2O5 se obtienen los
mayores valores de desprendimiento de CO2; sin embargo, en los niveles
inferiores de fósforo ya no se notan diferencias significativas con la
combinación del estiércol vacuno y el fertilizante mineral. En todas estas
etapas el empleo del fertilizante mineral como portador de P2O5 presentó la
menor influencia sobre la evolución de CO2 del suelo principalmente a partir del
nivel de 150 kg\ha.

En el gráfico 6a se refleja que el número de microorganismos totales del


suelo al principio del experimento, aumenta paulatinamente de forma general
cuando se incrementan los niveles de fósforo hasta los 300 kg\ha y a partir
de este nivel disminuyen de la misma manera; sin embargo, se puede
observar que cuando se emplea el estiércol vacuno o su combinación como
portadores de fósforo este crecimiento es mucho mas pronunciado que al
utilizar el fertilizante mineral y por el contrario la disminución es menos brusca.

Al final del experimento (gráfico 6b) se aprecia que el numero de


microorganismos totales mantiene la tendencia general a ser mayor a medida
que se aumentan las cantidades de P2O5; sin embargo, ya aquí la máxima
cantidad de los mismos se observa con el nivel de 450 kg\ha y prácticamente
no se nota gran diferencia con el nivel de fósforo siguiente. De la misma
manera que sucede en el muestreo del inicio, (gráfico 6a) se presentan

72
60 105 M.O./ g
60 suelo
5
10 M.O./ 100 g
50
50
40
40

30
30
Control Control
20 20 absoluto
absoluto

10 10

0 0
0 150 300 450 600 P2O5 (kg/ha) 0 150 300 450 600 P2O5 (kg/ha)

Gráfico 6a. Inicio del experimento Gráfico 6b. Final del experimento

Ninguno Fertilizante mineral

Estiércol vacuno Mezcla 50 %

Gráfico 6: Efecto de los niveles de fósforo y las fuentes empleadas sobre el número de microorganismos totales
del suelo al inicio y final del experimento

73
los crecimientos mas pronunciados al utilizar el estiércol vacuno o su
combinación que con el fertilizante mineral solamente, encontrando inclusive
con este último en las dosis mas bajas, valores inferiores o iguales al
alcanzado donde únicamente se empleo nitrógeno y potasio. Tanto al inicio
como al final del experimento se nota que el número de microorganismos
totales del suelo control no fertilizado es muy bajo.

3.1.3.- Características químicas del suelo.

El contenido de materia orgánica del suelo al principio del experimento


(gráfico 7a) va a aumentar a medida que se incrementan los niveles de P2O5
cuando se emplea como portador de fósforo el estiércol vacuno o su mezcla
con fertilizante mineral alcanzando el valor máximo en el nivel de 450 kg\ha
de P2O5 aunque se observa una ligera tendencia a seguir aumentando, sin
embargo, al utilizar el fertilizante mineral solamente no se presentan
variaciones en los por cientos de materia orgánica para ninguno de los
niveles estudiados.

Al finalizar el experimento, como se aprecia en el gráfico 8a, el mayor


por ciento de materia orgánica solo aparece cuando se utiliza el estiércol
vacuno para aplicar la máxima dosis de P2O5 pues entre los demás niveles y
fuentes no se presentan diferencias significativas aunque se mantiene una
cierta tendencia a que los porcentajes de materia orgánica aumenten con el
incremento de las cantidades de fósforo cuando se emplea para ello el
estiércol vacuno o su combinación.

Como se muestra en el gráfico 7b en el análisis de suelo inicial se encontró


un incremento notable en el contenido de P2O5 a medida que se aumentaba la
aplicación de este elemento en el suelo mediante cualquier portador, no
obstante resulta interesante observar que los valores obtenidos con la
combinación del estiércol vacuno con el fertilizante mineral presentan siempre
la tendencia a ser mayores que los alcanzados con cada una de estas fuentes.

74
75
por separado y entre estas, las cantidades mas bajas se corresponden con el
empleo del fertilizante mineral

En el análisis final del suelo, como se refleja en el gráfico 8b, se observa


que el efecto alcanzado por el aumento de las dosis crecientes de P2O5
permanece aún en el suelo, aunque no aparece ya la tendencia notada en
el análisis inicial con relación a las fuentes o portadores utilizados en los
primeros niveles, sin embargo con 450 y 600 kg\ha de P2O5 se vuelve a
presentar este aumento de la misma forma, solo que los mg de P2O5\100 g
de suelos obtenidos son muy inferiores.

En el gráfico 7c se observa que el contenido de potasio del suelo al inicio


del experimento no resulta prácticamente alterado por el incremento de los
niveles de P2O5 cuando se utiliza el fertilizante mineral como fuente de
fósforo, sin embargo al emplear el estiércol vacuno o su mezcla para ello, los
valores de K2O van a ir aumentando hasta ser máximos cuando se aplica la
cantidad de estos portadores equivalente al nivel de 600 kg\ha de P2O5 y por
el contrario en el análisis final del suelo (gráfico 8c) se revela una
disminución notable en el contenido de potasio del suelo al ser mayores los
niveles de P2O5 aplicados por cualquiera de las fuentes usadas sin diferencias
significativas entre ellas.

76
Foto 3a. Experimento de campo. Influencia de los niveles de estiércol
vacuno en el crecimineto de la especie Cynodon nlenfuensis.
Foto 3b. Experimento de campo. Influencia de los niveles de estiércol
vacuno en el crecimineto de la especie Digitaria decumbens.

Foto 3c. Experimento de campo. Influencia de los niveles de estiércol


vacuno en el crecimiento de la especie
77 Brachiaria decumbens.
3.2.-Experimento de campo.

3.2.1.-Rendimientos, composición química y área cubierta por las


especies en el corte de establecimiento.

En el corte de establecimiento, como se observa en la tabla 8, se


encontró que con el empleo solo del fertilizante mineral los rendimientos son
mínimos y no llegan a la tonelada de M. Seca pero que cuando se le añade a
estas dosis de NPK, el estiércol vacuno a razón de 12.5 t\ha, los rendimientos
aumentan de forma explosiva, casi 10 veces y alcanzan su valor máximo con
25 t\ha de este material, aunque ya el crecimiento no es tan notable por
cuanto solo se produce un incremento de menos de 2 t\ha de M. Seca al
duplicar las cantidades de este material orgánico.

Se aprecia además en esta tabla 8, que solo el uso del estiércol vacuno
provoca una disminución notable en el por ciento de nitrógeno de las plantas,
pues el mayor valor obtenido se alcanza cuando se utiliza el fertilizante
mineral y ya con 12.5 t\ha de estiércol se presentan contenidos inferiores;
sin embargo, los porcentajes de fósforo y potasio en planta, a pesar de ser,
en sentido general, muy bajos, para estos cultivos, son máximos con el uso
de 25 t\ha de estiércol mas el NPK.

Cada especie, no obstante, presenta una respuesta diferente al empleo


del abono orgánico, así en el gráfico 9a se puede apreciar que la Digitaria
decumbens con solo 12.5 t\ha de estiércol supera los rendimientos alcanzados
por las dos especies restantes con 25 t\ha de este material y tienen entre
ellas un comportamiento bastante similar, sin embargo la disminución en el
contenido de nitrógeno en planta observada por el incremento de las dosis del
abono es mucho menor con la Cynodon nlenfuensis y la Digitaria decumbens
que con la Brachiaria decumbens la cual alcanza valores muy bajos con la
máxima cantidad empleada como se muestra en el gráfico 9b.

78
TABLA 8.- Efecto de las dosis de estiércol y fertilizante mineral sobre los

rendimientos y composición química de los pastos en el corte de

establecimiento.

FERTILIZANTE EST.
RENDIMIENTOS COMPOSICIÓN QUIMICA (%)
kg/ha/año VACUNO
N P K t/ha/5 años t/ha N P K
c a b
37.5 45 120 0 0.94 1.42 0.065 0.89 b
37.5 45 120 12.5 10.53 b 0.90 b 0.077 b 0.96 b
37.5 45 120 25.0 11.81 a 0.88 a 0.095 a 1.30 a
ES (x) =< 0.2444 *** 0.0339 ** 0.0339 ** 0.0490 **

*** Significativo a P< 0.01


a, b, c, Cifras con subíndices distintos dentro de cada columna difieren
significativamente a P< 0.05 según dócima de Duncan.

En el caso de los aumentos obtenidos en los porcentajes de fósforo y


potasio en planta por el incremento de las dosis de estiércol vacuno, (gráficos
9c y 9d) la Cynodon nlenfuensis presenta la mejor respuesta, mientras que la
Digitaria decumbens y la Brachiaria decumbens tienen un comportamiento mas
variable ya que en la primera, el contenido de fósforo alcanza su mayor
valor con 12.5 t\ha y después permanece constante mientras que en la
segunda es a partir de ese nivel cuando hay un crecimiento. En el contenido
de potasio de la Brachiaria el incremento de las dosis de estiércol no ejerce
una gran influencia, pero en la Digitaria sus por cientos caen hasta niveles
muy bajos con 12.5 t\ha y después aumentan considerablemente con 25 t\ha.
El incremento de los niveles de estiércol vacuno tiene un efecto muy
favorable sobre el área cubierta por las especies a los 4 meses de sembradas,
como se muestra en el gráfico 10. Este efecto se acentúa a medida que pasa

79
el tiempo pues ya a los 8 meses, se observa que en los tratamientos donde
solo se empleo el fertilizante mineral se produce una disminución del por
ciento de área cubierta por las especies, mientras que al emplear el abono
orgánico este porcentaje aumenta en todos los casos. Cada especie, como
es natural, desarrolla su propio potencial de adaptación, así la Brachiaria
decumbens nunca llega a cubrir toda el área, ni siquiera con 25 t\ha de
estiércol después de 8 meses de sembrada; sin embargo, las dos especies
restantes para esa fecha, ya han sellado completamente con solo 12.5 t\ha
del abono.

Gráfico 9a. Rendimientos N (%)


1,8
14 Cynodon n.
M.S. 1,6
(t/ha) Brachiaria d.
12 1,4
Digitaria d.
1,2
10
1,0
8 0,8
0,6
6
0,4
4 0,2
0,0
2 0 12,5 25 Est. (t/ha)
Estiércol (t/ha)
Gráfico 9b. Contenido de nitrógeno (%)
0
0 12,5 25

0,12

0,10
2,0 K ( %)

0,08
1,5
0,06
1,0
0,04

0,02 0,5

0,00 Est . ( t / ha) 0,0


Est . ( t / ha)
0 12,5 25 0 12,5 25
Gráfico 9c. Contenido de fósforo (%) Gráfico 9d. Contenido de potasio

Gráfico 9. Efecto de los niveles de estiércol vacuno y fertilizante mineral


sobre los rendimientos y contenido químico de cada una de las especies
en el corte de establecimiento.
80
81
3.2.2. Rendimientos, composición química y área cubierta por las
especies en los años de corte.

En el gráfico 11a se observa que en los años donde se efectuaron los 6


cortes establecidos, se va a mantener que con el empleo del fertilizante
mineral solo se obtienen los peores rendimientos mientras que cuando a este
se le añade el estiércol vacuno en dosis crecientes los rendimientos se
incrementan y son máximos con la mayor cantidad utilizada de este material
(25 t\ha) en todos los años, no obstante, se aprecia una gradual disminución
de este efecto positivo a medida que transcurre el tiempo y ya al finalizar el
último año experimental, las diferencias no son tan grandes como al inicio
aunque permanecen siendo significativas.
Una situación similar, aunque mas aguda, se presenta en el área cubierta
por las especies introducidas (gráfico 11b) pues al usar únicamente el
fertilizante mineral el pasto se va a ir deteriorando de forma tan rápida que ya
al finalizar el primer año solo cubre un 30% de la superficie de la parcela y en
el último año prácticamente ha desaparecido totalmente de la misma, sin
embargo al emplear el estiércol vacuno, sobre todo en la mayor dosis, este
deterioro es mas lento y al terminar el experimento todavía mas del 40% del
área de forma general estaba cubierto por las especies.

En el primer año de cortes (83-84) el tratamiento donde no se utiliza el


estiércol vacuno presenta los mayores contenidos de nitrógeno en planta con
una diferencia con relación a donde se emplea este material, de
aproximadamente un 0.4% como se puede apreciar en el gráfico 12a, En los
años sucesivos este efecto se va a mantener pero las diferencias entre ellos
van a ser menores, aunque siguen siendo significativas estadísticamente,
hasta el año 85-86 en que se observa entonces que los tratamientos con

82
estiércol son los que superan a aquel en el que se utilizó el fertilizante mineral
solamente. Se nota además que los porcentajes de N del pasto, de forma
general, van a ir disminuyendo durante los años estudiados en todos los
tratamientos, aunque en aquellos en donde se usó el estiércol este
decrecimiento no fue tan grande y en el año 85-86 se produjo un aumento
considerable.

120
Area cubierta (%)
100 4 meses
80 8 meses

60
1 Cynodon
2 Brachiaria
40 3 Digitaria

20

0
1 2 3 1 2 3 1 2 3

0 12,5 25 t ha-1 est.


200-45-120 200-45-120 200-45-120 Kg ha-1 FM

Gráfico 10. Efecto de los niveles de estiércol y fertilizante mineral sobre el área
cubierta por cada especie (%) a los 4 y 8 meses de sembradas

El contenido de fósforo en planta, como se aprecia en el gráfico 12b, va a


ser mayor en aquellos tratamientos donde se utilizó el estiércol vacuno y entre
ellos, la dosis de 25 t\ha tiene una respuesta superior a la de 12.5 t\ha tanto
en el año 83-84 como en el 84-85 aunque en ambos niveles se observa un
decrecimiento con el tiempo que provocó que a partir del año 85-86 sus
contenidos en planta se igualen con aquellos del tratamiento donde se

83
empleo el fertilizante mineral y se mantengan así hasta el final del
experimento.

En el gráfico 12c se observa que el contenido de potasio en planta hasta


el año 85-86 presenta un comportamiento similar al descrito para el fósforo,
pero en el siguiente ciclo de cosechas esto cambia ya que se produce un
aumento considerable en los valores de este elemento en el tratamiento sin
estiércol pero con fertilizante mineral mientras el mas bajo contenido de
potasio se encuentra al utilizar 12.5 t\ha del estiércol vacuno que tiene
diferencias significativas con relación al nivel de 25 t\ha de este material.

25
Gráfico 11a. Rendimientos 83-84
20
84-85
15 85-86
86-87
10

0
0 12,5 25 Est . ( t / ha)

-1
200-45-120 200-45-120 200-45-120 Kg ha FM

120 A re a 83-84
100 c ubie rt a ( %)
84-85
80
60 85-86
40 86-87
20
0
0 12,5 25 E st . ( t / ha )

Gráfico 11b. Area cubierta

84
Gráfico 11: Efecto de los niveles de estiércol vacuno y fertilizante mineral sobre los
rendimientos y el porcentaje de área cubierta por las especies durante los años de
corte continuado
Tabla 9:- Comportamiento de las especies en los años de corte.

9 a:- Rendimientos por época y anual.

AÑO 83 -84 (t/ha) AÑO 84 -85 (t/ha) AÑO 85 -86 (t/ha) AÑO 86 -87 (t/ha)
ESPECIES
LLUVIA SECA ANUAL LLUVIA SECA ANUAL LLUVIA SECA ANUAL LLUVIA SECA ANUAL

Cynodon
14.65 a 2.14 a 16.79 a 9.87 c 0.80 a 10.67 b 9.89 b 1.02 a 10.91 b 6.24 b 0.41 b 6.65 b
nlenfuensis

Brachiaria
11.52 c 0.98 c 12.50 c 10.06 b 0.40 b 10.46 b 10.54 ab 0.55 b 11.09 b 6.72 ab 0.37 b 7.09 a
decumbens

Digitaria
13.63 b 1.46 b 15.09 b 10.54 a 0.72 a 11.26 a 11.85 a 1.22 a
a
13.07 7.03 a 0.51 a 7.54 a
decumbens

ES (x)=± 0.2477 * 0.0483 * 0.2791 * 0.0548 * 0.0345 * 0.0759 * 0.4273 * 0.1058 * 0.4591 * 0.1550 * 0.0161 * 0.1494 *

* Diferencias significativas a P<= 0.01

a, b,…Cifras con letras distintas en cada columna difieren a P<= 0.05 según dócima de Duncan.

85
En la tabla 9a se muestra el comportamiento por épocas y anual de las
tres especies estudiadas en los años de corte. En la misma se observa que
en el año 83-84 la especie que presentó los mejores rendimientos fue la
Cynodon nlenfuensis, seguida por la Digitaria decumbens y por último por la
Brachiaria decumbens. En los años posteriores, la Digitaria decumbens
supera ampliamente a las demás excepto en las épocas de seca de los
años 84-85 y 85-86 en que sus rendimientos son similares a los obtenidos con
la Cynodon nlenfuensis y en el año 86-87 en que las t\ha de masa seca
alcanzadas en la época de lluvia y el acumulado anual no presentan
diferencias significativas con las de la Brachiaria decumbens.

La composición química de estos pastos no se mantiene uniforme en los


años estudiados como se muestra en la tabla 9b ya que el mayor contenido
de nitrógeno en planta se encuentra durante el año 83-84 en la Brachiaria
decumbens pero las otras dos especies tienen valores parecidos de este
elemento. En el año 84-85 todas las especies presentan contenidos de
nitrógeno semejantes y en los dos últimos años la Brachiaria vuelve a
superar a la Digitaria en su porcentaje de nitrógeno aunque no tiene
diferencias significativas con la Cynodon nlenfuensis.

En la tabla 9b se puede apreciar además que el por ciento de fósforo


presenta valores mas uniformes en las especies estudiadas ya que en el
año 83-84 la Brachiaria decumbens supera a las otras dos especies en sus
por cientos de este elemento manteniéndose en años posteriores esta
tendencia. Aunque no van a existir diferencias significativas entre ellas, en
todas las especies y años los valores de este elemento en planta van a ser
muy bajos con relación a lo considerado como normal u óptimo para los
pastos.

86
9 b:- Contenido químico de NPK (%) en planta. (Promedio por corte en cada año experimental)

CONTENIDO PROMEDIO DE N (%) CONTENIDO PROMEDIO DE P (%) CONTENIDO PROMEDIO DE K (%)


ESPECIES
83-84 84-85 85-86 86-87 83-84 84-85 85-86 86-87 83-84 84-85 85-86 86-87

Cynodon
b a ab b b b a
1.46 1.36 1.32 1.53 0.14 0.11 0.11 0.11 1.66 1.36 1.52 1.43
nlenfuensis

Brachiaria
1.65 a 1.40 1.30 a 1.60 a 0.15 a 0.12 0.12 0.12 2.00 a 1.59 a 1.45 1.40 ab
decumbens

Digitaria
1.46 b 1.31 1.07 b 1.47 b 0.14 b 0.11 0.11 0.11 1.62 b 1.44 b 1.40 1.26 b
decumbens

ES (x)=± 0.023* 0.021 n 0.048 * 0.023 * 0.002 * 0.001 s 0.004 s 0.003 s 0.049* 0.025 * 0.070 s 0.038 *

* Diferencias significativas a P<= 0.01

a, b,…Cifras con letras distintas en cada columna difieren a P<= 0.05 según dócima de Duncan.

87
2.1 N (%) 0.18
1.9 0.16
1.7 0.14
1.5 0.12

P (%)
0.1
1.3
0.08
1.1
0.06
0.9 0.04
0.7 0.02
0
0.5
83-84 84-85 85-86 86-87
Años
83-84 84-85 85-86 86-87 Años
Gráfico 12a. Contenido de nitrógeno Gráfico 12b. Contenido de fósforo promedio
promedio por corte (%) por corte (%)

2,5
K ( %)
2 0
1,5 12,5
1 25
0,5

0
83-84 84-85 85-86 86-87 A ño s

Gráfico 12c. Contenido de potasio


promedio por corte (%)

Gráfico 12: Efecto de los niveles de estiércol vacuno y fertilizante mineral sobre el contenido químico (%
NPK) en los años de corte

88
El contenido de potasio en planta (tabla 9b) durante los años 83-84 y 84-85
es mayor en la Brachiaria decumbens que en las otras dos especies
estudiadas mientras que no hay diferencias significativas en los porcentajes de
este elemento en cada una de ellas. En el año 85-86 y durante el año 86-87;
sin embargo, la Cynodon nlenfuensis presenta la mayor concentración de este
elemento, pues aunque no tiene diferencias significativas con la Brachiaria
esta última tampoco las tiene con la Digitaria decumbens que es la de menor
contenido. Se observa además que los porcentajes de este elemento en planta
son muy altos en el año 83-84 pero que después van a ir disminuyendo
paulatinamente de forma general a medida que transcurre el tiempo.

Como se muestra en la tabla 10 cada especie presentó un patrón de


respuesta diferente a las aplicaciones de estiércol vacuno y el fertilizante
mineral tanto por épocas como anual, destacándose en el año 83-84 la
Cynodon nlenfuensis que tiene incluso con 12.5 t\ha de estiércol rendimientos
parecidos a los alcanzados con la Digitaria decumbens con 25 t\ha y
superiores en casi 3 t\ha de M.S. a los de la Brachiaria decumbens,
mientras en los años posteriores resultó mejor la interacción de 25 t\ha de
estiércol con la Digitaria decumbens prácticamente en todas las épocas y
años, excepto en la época de lluvia del año 85-86 en que prácticamente
todas las especies respondieron de la misma manera a los niveles utilizados
pues no se encontró el efecto de interacción entre ellas.

Como era de esperar, los rendimientos de la época seca son inferiores a


los de la lluvia en todas las especies y niveles de fertilización mineral y
orgánica empleados siendo las épocas de seca de los años 84-85 y 86-87 las
mas críticas en cuanto a este índicador al presentar los peores niveles de
producción, observándose incluso en la seca del último año que en las
parcelas donde no se aplicó el estiércol vacuno los cortes no pudieron
realizarse ya que las plantas introducidas tenían un tamaño muy pequeño y se
encontraban completamente secas.

89
Tabla 10.- Efecto de las especies estudiadas y los niveles de estiércol vacuno con fertilizante mineral sobre los rendimientos en

los años de corte.

SUB-TRATAMIENTOS AÑO 83-84 (t/ha) AÑO 84-85 (t/ha) AÑO 85-86 (t/ha) AÑO 86-87 (t/ha)

TRAT
LLUVIA SECA ANUAL
N P2O5 K2O E. V. LLUVIA SECA ANUAL LLUVIA SECA ANUAL LLUVIA SECA ANUAL

4.58 d 0.00 d 4.58 e


200 45 150 0 7.05 f 0.75 e 7.80 e 4.36 h 0.14 d 4.50 h 5.75 0.42 c 6.17 e

Cynodon 6.92 b 0.48 c 7.40 d


200 45 150 12.5 10.64 b 2.32 b 18.96 b 11.16 e 0.70 b 11.86 e 10.33 1.10 bc 11.43 d
nlenfuensis
7.24 b 0.76 b 8.00 c
200 45 150 25 20.25 a 3.36 a 23.61 a 14.08 b 1.56 a 15.65 b 13.61 1.51 b 15.12 b

4.50 d 0.00 d 4.50 e


200 45 150 0 5.45 g 0.67 e 6.12 f 5.89 g 0.22 d 6.11 g 6.16 0.41 c 6.57 e

Brachiaria 6.77 c 0.56 c 7.32 d


200 45 150 12.5 14.33 d 1.05 d 15.38 d 10.71 f 0.42 c 11.13 f 11.89 0.60 c 12.49 cd
decumbens
8.89 a 0.55 c 9.44 b
200 45 150 25 14.79 cd 1.20 d 15.99 cd 13.59 c 0.55 bc 14.14 c 13.64 0.59 c 14.23 bc

4.87 d 0.00 d 4.87 e


200 45 150 0 8.10 e 0.66 e 8.76 e 4.69 h 0.14 d 4.83 b 6.69 0.56 c 7.25 e

Digitaria 7.21 bc 0.51 c 7.72 c


200 45 150 12.5 15.61 c 1.50 c 17.11 c 11.75 d 0.60 b 12.36 d 12.80 0.82 c 13.62 c
decumbens
9.00 a 1.03 a 10.0.1 a
200 45 150 25 17.17 b 2.23 b 19.40 b 15.16 a 1.42 a 16.59 a 16.07 2.29 a 18.36 a

ES (x) = ± 0.134* 0.046 0.158


0.333 * 0.099 * 0.377 * 0.115 * 0.059 * 0.113 * 0.427 ns 0.133 0.422*

• Diferencias significativas a P≤ 0.01

• A, b, ....Cifras con letras distintas en cada columna difieren a P≤ 0.05 según dócima de Duncán.

90
En la tabla 11 se observa que la Brachiaria decumbens cuando no se
emplea el estiércol vacuno es la que presentó el mayor contenido de nitrógeno
por cortes en el año 83-84, de forma similar sucede en el año 84-85 aunque
aquí se puede notar que también la Cynodon nlenfuensis para ese mismo
nivel de estiércol tiene una respuesta semejante pues no hay diferencias
significativas entre sus valores. En este año se aprecia además que todas
las especies con la máxima cantidad de estiércol utilizada tienen los por
cientos mas bajos de este elemento por corte. En el año 85-86 no hay efecto
de interacción entre las especies y los niveles de fertilización aunque se
encuentra cierta tendencia a tener las mas altas concentraciones de este
elemento por corte cuando no se emplea el estiércol y las mas bajas al
emplearlo en la Cynodon y la Brachiaria no reflejando ninguna tendencia la
Digitaria; sin embargo, en el último año experimental los mejores valores de
nitrógeno en planta se alcanzan con la Brachiaria y el empleo de 12.5 y 25
t\ha de estiércol sin diferencias significativas entre ellos y los peores en esta
misma especie y la Digitaria al utilizar fertilizante mineral solamente.

En el contenido promedio de fósforo por corte no fue encontrado el


efecto de la interacción entre las especies estudiadas y los niveles de
fertilización empleados en ninguno de los años experimentales lo cual indica
que en la concentración de este elemento en las plantas la cantidad de
estiércol utilizada influyó de forma similar para todas las especies y que estas
de forma general no actuaron de manera específica sobre un nivel
determinado; no obstante, se refleja una ligera tendencia en los años 83-84 y
84-85 a que los mejores por cientos de este elemento se presenten en la
Brachiaria decumbens con la máxima cantidad de estiércol pero ello
desaparece en los años posteriores.

91
Tabla 11.- Efecto de las especies estudiadas y los niveles de estiércol vacuno con el fertilizante mineral sobre el contenido
químico de las plantas (% de NPK) por corte en cada año experimental.

SUBTRATAMIENTOS CONTENIDO PROMEDIO DE N (%) CONTENIDO PROMEDIO DE P (%) CONTENIDO PROMEDIO DE K (%)
TRATAMIENTOS
N P2O5 K2O E. V. 83-84 84-85 85-86 86-87 83-84 84-85 85-86 86-87 83-84 84-85 85-86 86-87
b a c f e a
200 45 150 0 1.76 1.53 1.45 1.32 0.11 0.12 0.12 0.11 1.42 1.30 1.71 1.56 a
Cynodon
200 45 150 12.5 1.36 e 1.30 c 1.34 1.66 b 0.15 0.11 0.10 0.11 1.74 cde 1.38 de 1.44 ab 1.40 ab
Nlenfuensis
200 45 150 25 1.27 e 1.23 c 1.18 1.62 b 0.16 0.12 0.11 0.11 1.81 cd 1.41 cd 1.40 b 1.34 bc

Brachiaria 200 45 150 0 1.99 a 1.49 a 1.41 1.19 d 0.12 0.11 0.11 0.11 1.58 e 1.38 de 1.49 ab 1.56 a
decumbens 200 45 150 12.5 1.46 d 1.40 b 1.32 1.82 a 0.16 0.12 0.12 0.12 1.99 b 1.50 c 1.41 ab 1.20 cd
200 45 150 25 1.50 d 1.31 c 1.17 1.80 a 0.19 0.14 0.12 0.12 2.44 a 1.90 a 1.44 ab 1.43 ab

Digitaria 200 45 150 0 1.60 c 1.41 b 1.08 1.21 d 0.11 0.12 0.10 0.12 1.30 f 1.18 f 1.24 b 1.38 abc
decumbens 200 45 150 12.5 1.32 e 1.28 c 1.12 1.64 b 0.14 0.10 0.13 0.10 1.65 de 1.44 cd 1.28 b 1.10 d
200 45 150 25 1.44 d 1.24 c 1.00 1.56 b 0.16 0.12 0.11 0.11 1.90 bc 1.70 b 1.67 ab 1.30 bc
ES. (x) = ± 0.028* 0.023* 0.057NS 0.029* 0.004 NS 0.005 NS 0.010 NS 0.003 NS 0.053 * 0.033 * 0.086 * 0.056 *

* Diferencias significativas a P ≤ 0.01

a, b, .... Cifras con letras distintas en cada columna difieren a P ≤ 0.05 según dócima de Duncán.

92
En la misma tabla 11 se puede apreciar que durante los años 83-84 y
84-85 la mayor concentración de potasio en planta se alcanza con la
Brachiaria decumbens y la máxima cantidad de estiércol empleada, en los
años siguientes este efecto varia y así en el año 85-86 es la Cynodon
nlenfuensis sin el uso de este material la que tiene el mayor por ciento de este
elemento y en el 86-87 es esta última especie y la Brachiaria con el
fertilizante mineral solamente las que presentan los mas altos porcentajes de
este elemento en cada corte.

3.2.3.- Actividad biológica en los años de corte.

En el gráfico 13 se muestra el efecto de los niveles crecientes de


estiércol vacuno y fertilizante mineral sobre el por ciento de celulosa
descompuesta en 3 meses durante cada época en los últimos tres años
experimentales. En el mismo se puede apreciar que durante las épocas de
lluvia la actividad celulolítica del suelo es mucho mayor, en sentido general
que la alcanzada en los periodos secos del año y que en ambas épocas hay
un aumento del por ciento de celulosa descompuesta en los tratamientos que
recibieron fertilización mineral sobre el control o suelo no fertilizado, a
excepción de la época de lluvia del 86 y las de seca del 86 y 87 en que las
diferencias no son significativas entre las parcelas control y aquellas donde
se empleó el fertilizante mineral solamente. Se observa además que el por
ciento de celulosa descompuesto va disminuyendo a medida que pasan los
años presentando siempre, el suelo natural no fertilizado una actividad
celulolítica muy baja.

93
Foto 4 Experimento de campo. Bolsas de nylon usadas en la prueba de
descomposición de celulosa (Época de lluvia del año 1984)

En las épocas de lluvia de todos los años (gráfico 13a) se produce una
estimulación notable de la actividad celulolítica por el aumento creciente de las
cantidades de estiércol vacuno, pues por cada 12.5 t\ha de este material
aplicado hay un incremento de aproximadamente un 15 % de celulosa
descompuesta lo cual provoca que el mayor valor se alcance con el nivel de
25 t\ha de estiércol. En las épocas de seca (gráfico 13b) se puede apreciar un
comportamiento muy similar, solo que los incrementos no son tan notables
pues se encuentran dentro de un rango de un 3 a un 5 % de celulosa
descompuesta por cada 12.5 t\ha de estiércol aplicado aunque se mantiene
que con 25 t\ha se presenta la mayor estimulación de esta actividad en los
períodos secos de todos los años.

94
Gráfico 13a. epoca de lluvia
60

50 Lluvia 84
AC (%)
40 Lluvia 85
30 Lluvia 86
20

10

0
Control 0 12.5 25
t ha-1 est.
absoluto

Gráfico 13b. Epoca de seca


Seca 84
25 AC (%) Seca 85
20 Seca 86
15
10
5
0
Control 0 12.5 25
absoluto

Gráfico 13: Efecto de los niveles de estiércol vacuno y fertilizante mineral sobre la
actividad celulolítica (% de celulosa descompuesta en 3 meses) durante las épocas
de lluvia y seca en los 3 últimos años experimentales

95
En el gráfico 14a se presenta el efecto de los niveles de estiércol
vacuno y el fertilizante mineral sobre la evolución de CO2 en condiciones de
laboratorio, o sea manteniendo a las muestras de suelo tomadas en el campo
al finalizar el año de corte 84-85 a temperatura y humedad óptimas durante 4
semanas.

En este gráfico se observa que en la primera semana de incubación hay


una influencia grande de los niveles crecientes de estiércol sobre el CO2
liberado ya que en las muestras donde solo se aplicó el fertilizante mineral
el incremento sobre el suelo control sin fertilizar es muy pequeño, pero al
usar 12.5 t\ha de estiércol esto va a aumentar y es ya de 14 mg de CO2\100g
de suelos superior al control donde se emplearon 25 t\ha de estiércol vacuno.

En la segunda semana la situación cambia pues la evolución de CO2 es


muy similar para todos los niveles y el control hasta donde se usaron las
muestras con 12.5 t\ha de estiércol, pero en las que se aplicó 25 t\ha el
desprendimiento de este gas aumenta y presenta diferencias significativas con
el resto. En la tercera y cuarta semana se repite el efecto observado en la
primera semana aunque los incrementos no son tan grandes y se aprecia ya
una disminución general en los rangos de evolución de CO2 del suelo.

Los resultados obtenidos en cada semana provocan que en el total de CO2


desprendido se presente una amplia y creciente respuesta al incremento de
las cantidades de estiércol aplicadas pues en las muestras donde se
aplicaron 12.5 t\ha de este material en la tercera semana se superan los mg
de CO2\100g de suelo desprendidos en el control y en las de 25 t\ha este
efecto se encuentra ya en la segunda semana, lo cual hace que este nivel
tenga la mayor capacidad estimulante sobre la evolución de CO2 del suelo en
estas condiciones

96
Gráfico 14a. Laboratorio
Semana 4
CO2 (mg/100 g
80 Semana 3
suelo)
60 Semana 2
40 Semana 1
20
0
Control 0 12.5 25 t ha-1 E. Vac.
absoluto

Gráfico 14b. Campo


Luvia 85
CO2 (mg/m2/hora)

200
Seca 86
150
Lluvia 86
100
Seca 87
50
0
Control 0 12.5 25 t ha-1 E.Vac.
absoluto

Gráfico 14: Efecto de los niveles de estiércol vacuno y fertilizante mineral sobre la
evolución de CO2 del suelo en el campo y el laboratorio

97
En el gráfico 14b se muestran los resultados de esta medición
realizados en el campo por épocas en los dos últimos años experimentales y se
puede apreciar que los mismos reflejan una situación parecida a la encontrada
en el laboratorio en cuanto al incremento del desprendimiento de CO2 del
suelo en las parcelas donde se aumentó las dosis de estiércol vacuno en
todas las épocas, aunque en los periodos secos, debido a las bajas
condiciones de humedad existentes se observa, en sentido general, un
decrecimiento notable con relación a las lluvias y esto hace que las
diferencias encontradas también sean menos marcadas.

Tabla 12 a.- Influencia de las especies de pastos en la dinámica de la


evolución de CO2 en condiciones de laboratorio.

SEMANAS
ESPECIES TOTAL
1 2 3 4

Cynodon nlenfuensis 28.98 12.55 11.61 4.18 56.98

Brachiaria decumbens 30.98 12.54 12.46 6.66 62.64

Digitaria decumbens 22.70 11.35 9.81 3.84 47.70

Control absoluto 19.97 12.29 7.43 4.61 44.29

MDS 5 % 1.74 0.61 1.33 1.23 2.92

En la tabla 12a se puede observar la influencia que las especies de pastos


van a ejercer sobre el desprendimiento de CO2 del suelo cuando este se
coloca en condiciones óptimas de humedad y temperatura. Así, se aprecia
que la Digitaria decumbens va a tener un efecto menor que las otras
especies ya que en todas las semanas y por supuesto en el acumulado final
los valores obtenidos en los suelos extraídos de las parcelas sembradas con
ella van a ser los peores, mientras que los de la Brachiaria decumbens por el

98
contrario presentan los resultados mas altos pues supera a los de la
Cynodon nlenfuensis en la primera y cuarta semana y en el acumulado total.

Tabla 12 b.- Efecto de las especies y los niveles de estiércol vacuno con
fertilizante mineral sobre la dinámica de la evolución de CO2 en condiciones de
laboratorio.
SUBTRATAMIENTOS SEMANAS
TRATAMIENTOS TOTAL
N P2O5 K2O E.VAC 1 2 3 4
200 45 120 0 21.76 12.55 9.73 4.61 48.65
Cynodon
200 45 120 12.5 31.49 9.73 10.49 3.84 55.55
nlenfuensis
200 45 120 25 33.69 15.36 14.59 4.10 66.74
200 45 120 0 22.02 10.49 9.73 4.35 46.59
Brachiaria
200 45 120 12.5 32.26 13.82 12.03 7.94 66.05
decumbens
200 45 120 25 38.66 13.31 15.62 7.68 75.27
200 45 120 0 21.25 12.55 9.99 2.81 46.59
Digitaria
200 45 120 12.5 21.25 11.01 9,21 4.09 45.56
decumbens
200 45 120 25 25.60 10.49 10.24 4.61 50.94
MDS 5% 6.88 1.14 2.35 1.66 9.20

En la tabla 12b se nota que esta influencia de las especies va a estar


muy relacionada también con los niveles de fertilización orgánica utilizada ya
que con la Brachiaria decumbens cuando se usan 12.5 t\ha de estiércol se
superan o se alcanzan similares cantidades de CO2 desprendido que con las
otras especies con 25 t\ha, por lo cual en el acumulado total de esta especie
con la máxima dosis de estiércol se van a presentar los mayores valores de
CO2 desprendido.

Como se observa en la tabla 13, en el campo las especies de pastos


influyeron también en la cantidad de CO2 desprendido del suelo en las épocas
de lluvia de los años 85 y 86, sin embargo, no ejercieron ningún efecto en las
épocas secas estudiadas pues no se encontraron diferencias significativas en
los valores obtenidos durante esos períodos. En las épocas de lluvia de estos
años, a diferencia de lo que se presenta en el laboratorio se destaca por la

99
influencia que va a ejercer sobre los mg\m2\hora de CO2 desprendido,

100
Tabla 13.- Influencia de las especies en la actividad biológica del suelo por épocas en condiciones de campo.

Actividad celulolítica (% Celulosa descompuesta/3 meses) Evolución de CO2 (mg/m2/hora)

ESPECIES LLUVIA SECA LLUVIA SECA

84 85 86 85 86 87 85 86 86 87

Cynodon
35.34 26.59 23.17 13.50 10.57 8.13 135.00 81.26 57.29 56.14
nlenfuensis

Brachiaria
37.42 33.04 26.98 11.50 14.00 8.69 126.61 129.13 60.78 55.67
decumbens

Digitaria
42.79 48.22 26.81 19.50 13.89 10.82 145.14 151.78 57.06 56.98
decumbens

MDS 5 % 2.24 2.42 20.04 1.75 3.55 4.83 8.18 15.25 20.92 16.10

101
la Digitaria decumbens mientras que la Brachiaria decumbens tiene el menor
efecto en la lluvia del 85 y la Cynodon nlenfuensis en la del 86.

Como se muestra también en la tabla 13 se encontró que las especies de


pastos estudiadas van a influir en la actividad celulolítica del suelo durante las
épocas de lluvia de los años 84 y 85 siendo la Digitaria decumbens la que
provocó el mayor por ciento de celulosa descompuesta seguida por la
Brachiaria decumbens y por último por la Cynodon nlenfuensis. En la época
seca del año 85 si bien la Digitaria mantiene este efecto la Cynodon supera a
la Brachiaria en este aspecto y en las dos épocas del año 86-87 no se
observan diferencias significativas en los porcentajes de este material
descompuesto por lo que al parecer la influencia ejercida por estas especies
cesa a partir de la primera fecha.

En la tabla 14 se puede apreciar que va a existir una interacción positiva


entre las especies de pastos y los niveles de estiércol utilizados en los
porcentajes de celulosa descompuesta de todas las épocas en los últimos tres
años experimentales, solo que esta respuesta no es similar siempre pues en
las épocas de lluvia de esos años la Digitaria decumbens con 25 t\ha de
estiércol resulta la que provoca el mayor por ciento de celulosa
descompuesta mientras que la Brachiaria decumbens con la misma cantidad
de abono también tiene un gran efecto aunque presenta diferencias
significativas con la primera. Las parcelas sembradas con la Cynodon
nlenfuensis sin embargo, presentan los menores valores de este material
descompuesto aunque se mantiene en este caso que los incrementos de los
niveles de estiércol aumentan la actividad celulolítica del suelo como en los
casos anteriores.

102
Tabla 14.- Influencia de la interacción de las especies con los niveles de estiércol vacuno y fertilizante mineral en la
actividad biológica del suelo en condiciones de campo.

Subtratamientos Actividad celulolítica (% cel. desc./3 meses) Evolución de CO2 (mg/m2/hora

Tratamientos LLUVIA SECA LLUVIA SECA


N P2O5 K2O E.V.
84 85 86 85 86 87 85 86 85 86

200 45 120 0 23.13 20.83 7.83 10.83 3.70 4.53 95.44 52.37 44.83 42.34
Cynodon
200 45 120 12.5 34.68 27.38 20.00 13.34 10.00 8.33 144.15 84.00 60.77 55.28
nlenfuensis
200 45 120 25 48.23 31.55 41.67 16.33 18.00 11.53 163.31 107.34 74.68 70.79

200 45 120 0 24.23 20.10 5.60 9.17 10.00 4.73 101.84 51.40 49.46 43.96
Brachiaria
200 45 120 12.5 34.23 28.42 17.33 12.68 14.30 7.67 128.41 147.36 63.04 57.44
decumbens
200 45 120 25 53.80 50.61 58.00 12.66 17.67 13.67 149.56 188.64 69.83 65.60

200 45 120 0 23.80 28.23 7.10 10.33 7.33 3.57 101.36 63.29 46.09 45.53
Digitaria
200 45 120 12.5 41.77 51.02 19.33 18.50 14.00 13.33 151.54 174.58 61.10 59.48
decumbens
200 45 120 25 62.80 65.40 54.00 29.66 20.33 15.57 182.53 217.73 64.00 65.94

MDS 5 % 5.37 3.59 24.25 2.83 5.97 6.07 14.40 23.54 27.98 22.72

103
En la época de seca del año 85 el efecto descrito para los periodos
lluviosos es parecido solo que presenta ligeras variaciones por cuanto si bien
la Digitaria decumbens con 25 t\ha de estiércol presenta los mayores valores
de celulosa descompuesta, es la Cynodon nlenfuensis y no la Brachiaria
decumbens la que le continua pues esta última especie disminuye tanto su
influencia con 25 t\ha del abono que ese nivel no presenta diferencias
significativas con el de 12.5 t\ha. En los periodos secos de los años 86 y 87
no obstante, se encontró que todas las especies con 25 t\ha van a tener
efectos semejantes en este índice aunque hay cierta tendencia a que los
mejores resultados se observen en la Digitaria.

En la tabla 14 se observa además que en la evolución de CO2 se va a


presentar también este efecto de interacción pues en las épocas de lluvia
estudiadas se produce el mas alto desprendimiento de CO2 con la Digitaria
decumbens y 25 t\ha de estiércol mientras que los valores obtenidos en las
otras especies para esa misma cantidad de abono son semejantes a los
alcanzados con la primera pero con 12.5 t\ha. En las épocas secas, sin
embargo se encontró que todas las especies respondían de manera semejante
a los incrementos de estiércol vacuno notándose con 25 t\ha los mejores
resultados.

En el gráfico 15a se observa que la población de microorganismos totales


del suelo al final del año 84-85, o sea a mediados del experimento de campo,
con todas las especies cuando se utiliza el fertilizante mineral supera a la
cantidad existente en el suelo control no fertilizado aunque este aumento no
es muy grande y en el gráfico 15b se aprecia que este efecto al final del
experimento ya es mínimo pues solo en las parcelas sembradas con
Brachiaria decumbens para ese nivel de fertilización se supera al control
mientras las dos restantes tienen valores similares.

La situación descrita es distinta cuando se utiliza junto al fertilizante


mineral el estiércol vacuno pues su incremento hace aumentar la cantidad de

104
microorganismos del suelo en ambas ocasiones, aunque la respuesta
encontrada va a variar en cada año pues al final del año 84-85 este aumento
es en sentido general creciente, presentando cada especie su propia
influencia pero al terminar el experimento, a pesar de que se mantiene esta
característica, la dosis de 12.5 t\ha de estiércol provoca una mayor población
que la de 25 t\ha de este material. Se refleja además en este gráfico la
disminución del número de microorganismos totales del suelo con los años
ya que a mediados del experimento hubo necesidad de utilizar una dilución de
106 para realizar el conteo pero al finalizar el trabajo ya se tuvo que usar una
dilución menor.

3.2.4.- Efecto sobre algunas características químicas del suelo.

A los 8 meses de haber aplicado los tratamientos se encontró, como se


muestra en el gráfico 16a que en el suelo de las parcelas donde se había
utilizado el estiércol vacuno el pH aumentó de forma general, aunque este
incremento no fue muy grande ya que se obtuvo con la máxima dosis de
estiércol un crecimiento de 0.22 unidades de pH por sobre lo alcanzado en los
suelos donde se uso el fertilizante mineral. En el muestreo efectuado a los
32 meses se observa que este efecto se mantiene, solo que las diferencias
entre estos niveles, no obstante ser significativas, son muy pequeñas y en el
realizado a los 56 meses o sea al finalizar el experimento se obtuvo una
diferencia de 0.25 unidades de pH entre el mayor nivel de abono y la no
aplicación del mismo ya que el uso continuado del fertilizante mineral solo
presenta una disminución tan grande del pH que sus valores para esa fecha
son menores de 4.1 unidades.

En la tabla 15 se puede apreciar que en los 3 muestreos realizados, las


especies de pastos no tienen una gran influencia en el pH del suelo sobre el
que están sembradas, sin embargo como se presenta en la tabla 16 en el
muestreo realizado a los 8 meses se observa un ligero efecto de interacción
con los niveles de estiércol utilizados ya que con la Digitaria decumbens y

105
12.5 t\ha del abono se alcanzan valores de pH similares a los obtenidos con
25 t\ha en la Cynodon nlenfuensis y la Brachiaria decumbens. En el muestreo
posterior este efecto desaparece y en el realizado al terminar el
experimento se observa de nuevo solo que en este caso los mayores
valores del pH se obtienen con la Digitaria y la Cynodon y la máxima dosis
de estiércol empleada.

15a. Final año 84-85

30
25
106 MO g/suelo

20
15
10
Control
5
0
0 12.5 25 t ha-1 est.
200-45-120 200-45-120 200-45-120 Kg ha-1 FM

15b. Final año 86-87

35 Estrella
30 Brachiaria
105 M.O. g/suelo

25 Pangola

20
15 Control

10
5
0
0 12.5 t ha-1 est.
25
200-45-120 200-45-120 200-45-120 Kg ha-1 FM

Gráfico 15: Influencia de los nivel de estiércol vacuno y fertilizante mineral sobre la
cantidad de microorganismos totales en el suelo con cada especie de pastos a
mediados y final del experimento de campo
106
El uso del estiércol vacuno va a provocar un aumento en el contenido de
materia orgánica del suelo como se refleja en el gráfico 16b que se va a
mantener durante todo el tiempo que duró el experimento, aunque este
efecto va a variar en intensidad e ir disminuyendo paulatinamente, así a los 8 y
32 meses de aplicado el abono no hay diferencias significativas entre los por
cientos de materia orgánica obtenida entre los niveles de 12.5 y 25 t\ha de
estiércol pero si entre estos y el suelo donde solo se empleó el fertilizante
mineral. A los 56 meses ya se observa que los por cientos de materia orgánica
alcanzados con 12.5 t\ha de estiércol son similares a aquellos donde no se
emplea este abono pero se mantienen superiores con el nivel de 25 t\ha de
estiércol. Se observa además que los porcentajes de materia orgánica del
suelo van a ir disminuyendo progresivamente y de forma notable a medida que
transcurre el tiempo llegando desde valores de entre 4.5 y 5.3% a los 8 meses
hasta 2.3 y 2.9% a los 56 meses.

Como se observa en la tabla 15, las especies estudiadas a los 8 meses


no tienen ningún efecto sobre el contenido de materia orgánica del suelo, sin
embargo a los 32 meses en las parcelas sembradas con Digitaria decumbens
se encuentran por cientos menores con relación a las otras dos especies que
no tienen diferencias significativas entre si y al finalizar el experimento se
vuelven a obtener porcentajes de materia orgánica del suelo similares para
todas las especies.

Cada especie no obstante, como aparece en la tabla 16, de acuerdo a los


niveles de abono utilizado, va a provocar un por ciento diferente de materia
orgánica del suelo y resulta interesante que a los 8 y 32 meses en las parcelas
sembradas con Digitaria decumbens no se encuentren diferencias significativas
para ninguno de los niveles de estiércol utilizados lo cual si sucede con las
otras dos especies, sin embargo a los 56 meses estas diferencias son mas
acusadas en esta especie que en el resto para el nivel de 25 t\ha de
estiércol.

107
Gráfico 16b. Efecto sobre la materia
Gráfico 16a. efecto sobre el pH orgánica
6
5.5 pH 0

M.O. (%)
5 12.5
5
4 25
4.5
3
4
2

3.5 1

3 0
8 32 56 8 32 56 Meses
M e se s

Gráfico 16c. Efecto sobre el P2O 5 Gráfico 16d. Efecto sobre el K2O
P 2O 5 40
(mg/100g 35
2
)
1.8 30
K2O (mg/100 g)

1.6
1.4 25
1.2 20
1
0.8 15
0.6
10
0.4
0.2 5
0
0
8 32 56 M eses
8 32 56 Meses

Gráfico 16: Influencia de los niveles de estiércol vacuno y fertilizante mineral sobre
la composición química del suelo

Como se puede apreciar en el grafico 16c se encontró a los 8 meses un


aumento creciente en el contenido de P2O5 asimilable por el incremento de
las dosis de estiércol vacuno, obteniéndose la mayor cantidad de este
elemento en el suelo con las dosis de 25 t\ha del abono. En el muestreo
realizado a los 32 meses, si bien se mantiene que hay un contenido

108
superior de P2O5 en el suelo donde se utilizo el abono no hay diferencias
significativas entre las cantidades de 12.5 y 25 t\ha de estiércol y ya al
finalizar el experimento para todos los niveles se presentan valores
semejantes de este elemento en el suelo aunque persiste todavía una ligera
tendencia a ser mayores en los suelos de las parcelas abonadas. En todos los
casos los mg de P2O5\100 g de suelo encontrados resultan bajas de acuerdo
a las cantidades de este elemento aplicadas tanto con el fertilizante mineral
como con el estiércol, pero a medida que transcurre el tiempo esta situación
se va agudizando y en el muestreo final los valores obtenidos resultan
ínfimos pues oscilan entre 0.59 y 0.64 mg de P2O5\100 g de suelo. según
Oniani.

Tabla 15.- Influencia de las especies de pastos sobre la composición química


del suelo en las diferentes fechas de muestreo.

P2O5 (mg/100 g K2O mg/100 g


Especies/ pH Mat. Orgánica (%)
suelo) suelo)
meses
8 32 56 8 32 56 8 32 56 8 32 56

Cynodon 5.0
4.82 4.22 5.01 4.14 2.66 1.20 0.68 0.59 21.05 16.65 13.49
nlenfuensis 1

Brachiaria 4.9
4.76 4.15 5.14 4.15 2.74 1.53 0.71 0.63 24.33 16.46 12.88
decumbens 9

Digitaria 5.0
4.78 4.21 4.81 3.72 2.56 1.56 0.66 0.64 24.47 17.66 12.44
decumbens 7

MDS 5 % 0.1
0.25 0.15 0.46 0.22 0.36 0.22 0.08 0.11 7.47 2.97 1.75
1

109
En la tabla 15 se muestra que a los 8 meses el menor contenido de
P2O5 asimilable se encuentra en el suelo de las parcelas sembradas con
Cynodon nlenfuensis pero en los dos muestreos posteriores esto cambia y no
hay diferencias significativas entre los mg de P2O5 del suelo para ninguna de
las especies estudiadas. En la tabla 16 se observa que a los 8 meses la
mayor cantidad de P2O5 se obtiene con la Digitaria decumbens y 25 t\ha de
estiércol sin embargo a los 32 meses este efecto se alcanza con la Brachiaria
decumbens y 12.5 t\ha del abono y ya en el muestreo final no se presenta
ninguna interacción entre las especies estudiadas y los niveles.

En el gráfico 16d se observa que a pesar de producirse una disminución


considerable en el contenido de K2O asimilable del suelo en el transcurso del
tiempo donde se utiliza el abonado orgánico en todos los muestreos se
encontró que las cantidades de este elemento van a ser mayores a medida
que las dosis de estiércol se incrementan, obteniéndose siempre los máximos
contenidos con 25 t\ha de estiércol. Se nota además que los valores
alcanzados en el suelo donde se emplea el fertilizante mineral solamente son
bajos en todos los casos pues van a estar comprendidos entre los 10.2 mg
de K2O\100 g de suelo a los 8 meses y los 7.3 mg de K2O\100 g de suelo a los
56 meses según Oniani.

Las especies de pastos no van a ejercer ninguna influencia significativa en


el contenido de K2O del suelo como se puede apreciar en la tabla 15 ni por si
mismas ni cuando se relacionan con los niveles de estiércol empleados
como se presenta en la tabla 16 pues no se encontró en ninguno de estos
casos diferencias significativas en los resultados obtenidos.

110
Tabla 16.- Efecto de las especies y los niveles de estiércol vacuno con fertilizante mineral sobre la composición
química del suelo en las diferentes fechas de muestreo.

Niveles Materia Orgánica P2O5 (mg/100 g de K2O (mg/100 g de


pH en ClK
(%) suelo) suelo)
Especies
N P2O5 K2O E.V.
8 32 56 8 32 56 8 32 56 8 32 56

200 45 120 0 4.57 3.59 2.45 0.90 0.59 0.54 9.63 7.02 7.62 4.87 4.75 4.15
Cynodon
200 45 120 12.5 5.14 4.35 2.72 1.16 0.73 0.59 19.27 16.38 14.76 5.07 4.82 4.16
nlenfuensis
200 45 120 25 5.34 4.48 2.81 1.54 0.73 0.63 36.35 26.54 18.33 5.10 4.90 4.34

200 45 120 0 4.55 3.58 2.45 1.20 0.59 0.59 11.92 7.29 6.61 4.97 4.72 4.07
Brachiaria
200 45 120 12.5 5.22 4.39 2.84 1.50 0.80 0.63 27.58 16.27 11.28 4.87 4.75 4.15
decumbens
200 45 120 25 5.66 4.49 2.92 1.90 0.73 0.67 33.50 25.81 20.74 5.12 4.80 4.21

200 45 120 0 4.59 3.83 2.18 1.24 0.59 0.63 9.04 8.89 7.68 4.92 4.68 4.02
Digitaria
200 45 120 12.5 4.92 3.48 2.45 1.43 0.66 0.63 25.72 16.40 11.78 5.10 4.80 4.16
decumbens
200 45 120 25 4.93 3.84 3.05 2.01 0.73 0.67 32.55 27.68 17.85 5.20 4.85 4.45

MDS 5 % 0.54 0.41 0.34 0.37 0.20 0.15 11.41 5.06 3.02 0.12 0.30 0.21

111
CAPITULO 4

DISCUSIÓN.

4.1.-Rendimientos, área cubierta por las especies y composición química.

La evidente respuesta positiva a las aplicaciones de dosis crecientes


de fósforo hasta el nivel de 300 kg\ha de P2O5 y su estabilización posterior
observada en este trabajo, coincide con lo que encuentran Gandarilla et
al.,(1984b) para este mismo suelo, pero con dos grados diferentes de
desarrollo pedogenético y es muy parecida a los resultados que informan
Gandarilla et al.,(1986) para este suelo pues en el mismo se destaca que al
no utilizar el P2O5 ninguna de las plantas logro establecerse.
El nivel de fósforo del suelo parece estar asociado con esta respuesta ya
que Hernández y Acosta (1979) no la encuentran en un suelo rojo latosólico
con una concentración adecuada de este elemento; sin embargo, Mesa et
al.,(1983) la obtienen en un suelo arenoso con este elemento deficiente y
Paretas et al.,(1983), así como Brunet et al., (1986), plantean que se han
alcanzado notables respuestas a la fertilización fosfórica en suelos pardos de
reacción ácida de Las Tunas y el Escambray pero no en los ferraliticos de
Matanzas
En el mismo suelo Fersialítico rojo pardusco ferromagnesial que es objeto
de este trabajo Pérez et al.,(1987) después de realizar un ensayo usando la
técnica de omisión de nutrientes notaron que existen serios problemas
relacionados con su balance nutrimental, pero que la situación se convierte
crítica en el caso del fósforo, potasio y nitrógeno. Los resultados obtenidos
en el experimento de macetas de este trabajo en cuanto al poco desarrollo y
producción de las plantas, así como sus bajos contenidos de N; P y K
cuando no se emplea ningún tipo de fertilización confirman lo observado por
estos autores pero además la gran cantidad de fósforo necesario para
obtener los aumentos encontrados, así como el gran incremento de los
rendimientos seguidos a la aplicación del fósforo de cualquier fuente que aquí

112
se aprecian, parecen indicar una alta capacidad de fijación de este elemento
por este suelo, de acuerdo a lo que plantean León y Fenster (1979) y Mc
Laughlin y Champion (1987).
Los efectos que se aprecian sobre los rendimientos en el experimento de
macetas, cuando se utiliza el estiércol vacuno como fuente de fósforo pueden
deberse principalmente a una disminución en el nivel de nitrógeno asimilable
para las plantas como consecuencia de la mayor necesidad de este
elemento que tuvieron los microorganismos del suelo al aumentar la cantidad
de carbono en forma brusca, pues la concentración de nitrógeno en la planta
sigue una tendencia similar y se debe de tener en cuenta que la cantidad de
este elemento empleada como fertilizante mineral para igualar al incorporado
con la mayor dosis de estiércol fue también disminuyendo consecuentemente,
desde los tratamientos con niveles mas bajos hasta el mas alto en que no se
utilizó.
Hay autores como Chaminade (1963); Yoshida (1976); Castellanos y
Pratts (1981); Fortun y Hernando (1981c); Pratts y Laag (1981); Cegarra et
al.,(1983a); Rodríguez (1983) y Nogales et al.,(1984) que informan haber
observado una disminución en los rendimientos de los cultivos cuando
aplican diversos materiales orgánicos al suelo y estiman también que se deba
a una competencia por el nitrógeno que se produce en el suelo entre las
plantas y los microorganismos a consecuencia del incremento de la actividad
biológica provocada por la adición de una fuente de carbono en abundancia.
Los resultados observados en el experimento de campo con relación a los
rendimientos cuando se duplicaron las cantidades de estiércol vacuno y las
bajas concentraciones de nitrógeno en las especies al aplicar este material
orgánico con respecto a donde se utilizó el fertilizante mineral solamente
confirman lo planteado sobre la fijación y mineralización del nitrógeno en el
experimento de macetas y los autores mencionados por cuanto los niveles de
12.5 y 25 t de estiércol vacuno\ha del experimento de campo, son muy
similares en cantidad a aquellos obtenidos para aplicar con este material las

113
dosis de 150 y 300 kg de P2O5\ha en el experimento de macetas (12.2 y 25.4
t\ha de estiércol vacuno respectivamente).
Por otra parte las diferencias en el porcentaje de nitrógeno del estiércol
usado en uno u otro experimento, se puede asociar con la mayor o menor
mineralización y el tiempo necesario para que los microorganismos efectúen
esta labor ya que aunque el por ciento de N del estiércol empleado en el
experimento de macetas es mayor que el del usado en el de campo, el
primero solo tuvo una duración de 3 meses, mientras que el segundo
prácticamente se mantuvo durante cinco años y solo al final, aparentemente,
es que se produce un balance positivo en este elemento. No obstante, la
ausencia de datos referentes a los contenidos de carbono del estiércol vacuno
y nitrógeno asimilable del suelo no permiten arribar a explicaciones mas
definidas.
En el experimento de macetas, se observa que la aplicación combinada de
cada fuente superó los resultados alcanzados con el estiércol vacuno solo e
igualó lo obtenido con el fertilizante mineral para un mismo nivel de fósforo, lo
cual indica la posibilidad de disminuir, al menos en un 50% la cantidad de
cada portador lo que seria de indudable beneficio, pero además corrobora en
gran medida el aumento en la efectividad de cada uno de estos materiales por
su adición combinada como plantean, Asmus y Gorlitz (1981); Cardoza et
al.,(1981); Cavallaro (1982); Cavallaro et al.,(1982); Arteaga et al.,(1982);
Cordoví y Gómez (1982); Martínez et al., (1982b) y (1982c); Maurya y Dhar
(1983) y (1984) y Diez (1986) entre otros, para distintos suelos, condiciones
climáticas y cultivos.
Esta respuesta podría explicarse por el efecto de complementación que
se produce entre el fertilizante mineral y el orgánico en cuanto al suministro
de nutrientes para la planta como plantean Follet et al.,(1974) y Hadas
et al.,(1983) cuando encuentran una situación similar y se puede deber
además, como consideran Aina y Egolum (1980); Wrigley (1981) y Alfonso et
al.,(1982) a que una mejora en las propiedades físicas del suelo por el abono

114
provoquen un mayor aprovechamiento de los nutrientes contenidos en el
fertilizante mineral por las plantas ya que los resultados obtenidos en el
experimento de campo con relación a los rendimientos así como al por
ciento de área cubierta por la variedad, señalan que cuando se emplea el
fertilizante mineral solamente, los niveles de NPK empleados no parecen ser
suficientes por si solos para satisfacer los requerimientos nutricionales de los
pastos allí establecidos pero al adicionarle a estos niveles las dosis
crecientes de estiércol vacuno la situación es superior en todos los sentidos.

En este trabajo, la mejor dosis en el experimento de campo en cuanto a


rendimientos y área cubierta por las especies fue alcanzada con la
incorporación de 25 t\ha base seca de estiércol vacuno antes de la siembra y
200; 45 y 120 kg\ha de N; P2O5 y K2O respectivamente, aplicados de la
forma establecida, que se encuentra dentro de los límites señalados en EEPF
Indio Hatuey, (1982), aunque la respuesta en cuanto a cantidad de la
producción y porcentaje de área cubierta por la especie no sea parecida a la
informada en esos trabajos debido a las condiciones críticas de infertilidad y
desbalance nutricional que presenta este suelo, la situación de extrema y
prolongada sequía que atravesaron las plantas durante casi todo el tiempo
experimental, las variaciones naturales provocadas por el uso de especies
diferentes a las aquí utilizadas y otro manejo de la fertilización mineral y
orgánica, pues en la mayoría de las ocasiones investigadas el estiércol se
aplico anualmente y las cantidades de fertilizante mineral fueron superiores a
las usadas en este experimento.

La disminución paulatina que se produce en los rendimientos con el


transcurso de los años de corte, coincide con lo que informan Hernández y
Acosta (1979) y Blanco (1982) sobre el deterioro del pastizal a medida que
pasan los años, no obstante, la respuesta observada aún en el último año
evaluado en el porcentaje de área cubierta y los rendimientos de estas
especies indica que el efecto residual encontrado por Adams (1974);

115
Tveitnes (1979); Arteaga et al.,(1982b) y Portieles et al.,(1985) para otros
suelos, también aparece aquí lo cual puede ser una característica de
particular mérito en estos suelos que tienen una alta capacidad de fijación
de fósforo.

La respuesta variable que muestran las especies estudiadas en los


distintos años desde el establecimiento, era de esperar, debido al diferente y
muchas veces contradictorio comportamiento que estas han presentado
cuando han sido comparadas entre si en distintos suelos y con fertilización
mineral, como ha sido también informado por Xande y Vivier (1977);
Gerardo y Oliva (1979a) y (1979b); Oliva et al.,(1979); Gerardo y Oliva
(1981); Gerardo y Ortiz (1981); Hernández et al.,(1981a) y (1981b); Machado y
Pedroza (1981); Gerardo et al.,(1982); Hernández et al.,(1983) y Gerardo y
Rodríguez (1987) entre otros.

En este trabajo se encuentra que la Cynodon nlenfuensis y la Digitaria


decumbens PA-32 tienen en sentido general, los mayores rendimientos
acumulados, aunque cada una de ellas presentó fluctuaciones propias,
durante los años evaluados; sin embargo, la Brachiaria decumbens tuvo un
comportamiento desfavorable siempre lo que al parecer se produce debido a su
pobre establecimiento, pues como Ortiz y De Lucia (1978) y Blanco (1982)
plantean, esta etapa es fundamental en el desarrollo posterior del pastizal,
principalmente, en especies seleccionadas.

Este comportamiento puede ser atribuido a las características propias de


cada especie y su capacidad de adaptación a un determinado ecosistema,
como han informado Hernández y Pereira (1981); Hernández y Hernández
(1980); Machado et al.,(1983 y Machado y Valdés (1978) y en este
experimento, como se ha podido apreciar, las especies que presentan un
rango mas amplio de adaptación como son la Cynodon nlenfuensis y la
Digitaria decumbens son las que muestran la mayor plasticidad mientras que
la Brachiaria decumbens, mucho mas específica, pero con limitaciones mas

116
precisas también, no puede desarrollar todo su potencial productivo.

En el experimento de macetas de este trabajo, se observa un incremento


en el porcentaje de fósforo de la planta al aumentar las cantidades de P2O5,
lo cual coincide con lo encontrado por Gandarilla et al.,(1984a) y (1986) en
este suelo aunque con otras especies de pastos y con los resultados que
informan Aspiolea et al.,(1979); Mesa y Figueroa (1979b); Pal, (1980);
Mesa et al.,(1983) y Brunet et al (1986) para otros suelos y especies. En el
experimento de campo se observa una respuesta similar pero al elevar las
dosis de estiércol por sobre el fertilizante mineral. Ambos resultados se
pueden relacionar con el aumento de la disponibilidad del fósforo asimilable del
suelo, pues como manifiesta Ávila (1981) uno de los factores de los cuales
depende el contenido de fósforo de los pastos es su disponibilidad en el suelo.

El incremento observado en el contenido de potasio en planta al elevar


las dosis de estiércol vacuno por sobre la fertilización mineral en el
experimento de campo parece estar asociado al aumento de la disponibilidad
del K2O del suelo provocadas por las aportaciones que realiza el estiércol
vacuno de este elemento ya que en el experimento de macetas este portador
también fue el que influyo de manera decisiva en la respuesta observada en
los porcentajes de potasio de la planta. Una respuesta similar obtienen, Adams
(1973b); Aina y Egolum (1980); Andrade et al.,(1985); Cegarra et al.,(1983a) y
Rodríguez et al.,(1983) para otros suelos y diferentes cultivos en condiciones
de clima templado y Crespo y Oduardo (1985); Portieles et al.,(1985);
Gandarilla et al.,(1984a); Arteaga et al.,(1981) para las condiciones de Cuba
pero cuando utilizan especies de pastos.

La disminución en el contenido de potasio en los tratamientos donde se


empleó el estiércol vacuno, que se observa al final del trabajo, puede
explicarse por las mayores extracciones que hicieron las plantas durante el
tiempo y las cosechas continuadas en estas parcelas donde por sus mas
grandes rendimientos y la tendencia que tienen los pastos a extraer este

117
elemento en exceso o "consumo de lujo" cuando tienen este elemento
disponible en relativa abundancia como plantean, Hernández y Acosta (1979);
Mesa y Figueroa (1979a) y (1979b).

4.2.- Actividad biológica del suelo.

El bajo porcentaje de celulosa descompuesta que se presenta en este


suelo cuando no se utiliza ningún tipo de fertilización, tanto en el
experimento de macetas como en el de campo, puede tomarse como un reflejo
de la poca intensidad de los procesos biológicos que ocurren en el mismo
bajo condiciones naturales, ya que esta prueba ha sido un método utilizado
para medir este efecto en muchas partes del mundo por Unger (1968); Unger
et al.,(1968); Apfelthaler (1970); Gamal El-Din (1976) y (1977); Schroder y
Gewehr (1977); Szegi et al.,(1976) y (1984); Gamal El-Din et al.,(1977);
Gulyas (1979) y (1983); Gulyas et al., (1984a) y (1984b); Olah y Szegi
(1980); Voros et al., (1987); Liska (1982); Dulgerov y Seraya,, (1987), entre
otros, con aceptables resultados, no obstante, en Cuba este método
prácticamente no se ha utilizado por cuanto solo aparece reportado su uso en
la bibliografía consultada por Gandarilla et al.,(1987).

Esta poca intensidad en la descomposición celulolítica que aquí se


manifiesta, parece estar relacionada muy estrechamente, en el caso de este
suelo, con una baja actividad biológica general en el mismo, puesto que
aunque Muller y Winker (1968) así como posteriormente Olah y Szegi
(1980) consideran que la descomposición de la celulosa solo puede ser
tomada como una indicación, dentro de ciertos límites, de la actividad
biológica del suelo por cuanto esta representa la unidad de la descomposición
y la síntesis microbial en el mismo y este parámetro solo mide el primer
aspecto, los resultados obtenidos con referencia a los bajos valores de la
evolución de CO2 y la pequeña cantidad de microorganismos totales
encontrados también en el suelo natural o no fertilizado así lo sugieren, de

118
acuerdo a lo que manifiestan Babich et al.,(1986) y Gulyas et al.,(1987).

En el caso de este suelo, este efecto podría ser debido a los ínfimos
contenidos de elementos nutritivos asimilables, principalmente fósforo,
nitrógeno y potasio que presenta y las desfavorables propiedades químicas y
físicas que se aprecian en el mismo dadas fundamentalmente por un
desequilibrio en las relaciones inter-catiónicas por exceso de magnesio en el
complejo adsorbente, ya que al aplicar fertilizante mineral se nota
inmediatamente un aumento tanto en el por ciento de celulosa descompuesta
y los valores de CO2 desprendidos como en la cantidad de microorganismos
totales.

Al investigar la actividad celulolítica en dos suelos calcáreos arenosos de


Hungría, Gulyas y Kadar (1984) encuentran resultados similares a los
observados en este trabajo en relación con la descomposición de celulosa en
ambos, e indican que esta prueba puede proveer información sobre la
caracterización de la fertilidad del suelo, mientras que Szegi et al.,(1984) y
Gulyas et al.,(1984a) al estudiar la descomposición de la celulosa en 25 de
los principales suelos de Hungría encuentran que este índice esta relacionado
principalmente con los contenidos de nutrientes asimilables que se presentan
en los mismos.

La apreciación realizada por estos autores parece ser cierta también


para este suelo en Cuba, ya que los resultados obtenidos en el experimento
de macetas indican que la deficiencia considerable en el contenido de fósforo
asimilable que presenta este suelo es la mayor responsable de esta
inhibición, porque aunque se aprecia un ligero aumento en el tratamiento
donde se utilizó el nitrógeno y el potasio pero no el fósforo, con relación al
suelo no fertilizado, las diferencias que se observan al aplicar la dosis mínima
de 150 Kg\ha de P2O5 con el primero son notables y por otra parte, la
disminución que aparece a partir del nivel de 450 kg\ha puede relacionarse
con lo que plantean Gulyas (1979); Lasztity y Gulyas (1978); Gamal El-Din

119
(1976) y Gulyas et al., (1984b) de que la respuesta a la fertilización fosfórica
esta limitada dentro de ciertos rangos por las dosis de nitrógeno y potasio
utilizadas como fondo.

El crecimiento tan notable y sostenido en los porcentajes de celulosa


descompuesta que se produce en el experimento de macetas cuando se
utiliza para aplicar el P2O5 el estiércol vacuno, se corresponde con lo que se
observa en el experimento de campo de este trabajo al aumentar las
cantidades de este material orgánico por sobre los niveles de fertilización
mineral establecidos y ambos resultados coinciden con lo encontrado por
Olah y Szegi (1980) y Voros et al.,(1987) cuando emplean el estiércol vacuno
u otros abonos en distintos suelos y puede ser explicado de acuerdo a lo que
plantea Gamal El-Din (1976) cuando aprecia una respuesta similar, a que
la adición de una fuente de materia orgánica fácilmente disponible, tal como el
estiércol vacuno, va a estimular tanto a la población de organismos
autóctonos como zimógenos del suelo, pero además va a introducir en el
mismo una gran cantidad de microorganismos descomponedores de celulosa
de la cual es portadora por sus orígenes. A esto se le puede agregar, que en
este caso el estiércol vacuno va a incrementar la disponibilidad de P2O5
asimilable del suelo, así como va a mejorar las propiedades físicas y químicas
del mismo lo que ayudara también a una mayor estimulación general de la
microflora edáfica.

Los resultados obtenidos en el experimento de campo con relación a los


mayores porcentajes de celulosa descompuesta en las épocas de lluvia de
todos los años con respecto a la seca y las variaciones encontradas en sus
valores de acuerdo a las especies sembradas indican que además del grado
de suministros de nutrientes asimilables del suelo, principalmente fósforo y
otras propiedades químicas y físicas del suelo que afectan la intensidad de
la descomposición celulolítica como ya se discutió anteriormente, hay otros
factores como el clima y la vegetación, que también van a influir en este

120
proceso biológico y que deben ser tomadas en consideración como plantean
Gulyas (1974); Liska (1982) y Gandarilla et al.,(1987).

El mayor desprendimiento de CO2 que se aprecia en las mediciones


realizadas cuando se incrementan las cantidades de estiércol vacuno tanto al
ser utilizado como fuente de fósforo como cuando se emplea complementado
con fertilizante mineral, indica la importancia y el papel determinante que tiene
la adición de materia orgánica fresca en la intensificación de los procesos de
descomposición biológica de este suelo y puede ser explicada por la
estimulación que provoca en los microorganismos del suelo la incorporación
de los compuestos orgánicos carbonados contenidos en el estiércol vacuno y
su mineralización por los mismos. (Arcia et al., 1983; Hernández et al.,
1983; Norstad y Porter, 1984; Szegi et al., 1987; Zibilske, 1987; Kubista y
Vakunova, 1987; Metzger, 1987 y Toth, 1987)

En el experimento de macetas también se revela la dependencia de los


contenidos de nutrientes asimilables para la producción de CO2 del suelo
cuando la falta de carbono orgánico fácilmente mineralizable deja de ser
limitante como plantea Szegi et al., (1984) pero en este suelo , dados los
bajos contenidos de P2O5 asimilables que presenta, estas respuestas
parecen indicar que cuando se tienen cubiertas las necesidades de carbono
para los microorganismos, la falta de fósforo asimilable primero que la de
nitrógeno, es la que mas va a limitar la producción de CO2 ya que como
aparece también cuando se suministra el P2O5 en forma mineral en dosis
crecientes se provoca una respuesta parecida pero en mucha menor escala
aunque no se utilice el material orgánico.

La humedad y la temperatura son dos factores ecológicos que van a tener


también una gran influencia en la velocidad de mineralización del carbono
orgánico y por tanto en los valores del desprendimiento de CO2 como
reportan Calvo y Díaz-Fierros (1982); Wagner y Buyanovsky (1983);
Buyanovsky y Wagner (1983); Wildung et al.,(1975); Yamaguchi et

121
al.,(1964); y Raich et al.,(1985) entre otros. En el experimento de campo de
este trabajo se observa el efecto de estos factores; no obstante, debido a la
situación de sequía intensa que atravesó la zona en estudio en esos años, se
nota una mayor influencia de la humedad que de las temperaturas, lo cual no
coincide exactamente con lo que informan Kubista y Vokunova (1987);
Norstad y Porter (1984); Reinke et al.,(1981); Linn y Doran (1984) y
Zibilske (1987) pues la mayoría de ellos plantean que es la temperatura y
no la humedad la que tuvo una mayor influencia en la producción de CO2, lo
cual puede ser valido para las condiciones de clima templado en que se
desarrollaron estos trabajos donde las variaciones de este parámetro
durante las estaciones son altas, pero no en las condiciones climáticas de
Cuba en que las diferencias de temperatura entre las épocas de seca y
lluvia son solo de unos pocos grados cuanto mas y sin embargo las
variaciones en el régimen pluviométrico entre una y otra estación y a veces
dentro de la misma son considerables.

La influencia de la vegetación, como otro factor ecológico que afecta la


producción de CO2 del suelo, se puede observar también en el experimento
de campo, esto parece deberse en este caso a las variaciones que en los
contenidos de materia orgánica del suelo pueden provocar las diferentes
cantidades de residuos de raíces y hojas que cada especie produce ya que
cada una presenta sus propias particularidades como ya ha sido discutido y
que constituyen una fuente continua de suministro de materia orgánica fresca
en cantidad y calidad durante todo el año. Calvo y Díaz-Fierros (1982);
Buyanovsky y Wagner (1983) y Raich et al.,(1985) hacen consideraciones
similares al encontrar resultados parecidos en distintos ecosistemas de otros
países.

Los resultados obtenidos en el trabajo realizado en el laboratorio con las


muestras de suelos del experimento de campo bajo temperatura y humedad
controlada y flujo continuo de aire muestran una gran similitud con la

122
dinámica de la evolución de CO2 encontrada por Szegi et al.,(1987) para
algunos suelos de Hungría, mientras que la disminución paulatina en los
rangos de la evolución de CO2 del suelo que se observa tanto en el
experimento de macetas como de campo a medida que transcurre el tiempo,
coincide de forma general con lo que encuentran Stroo y Jencks (1982);
Reddy et al.,(1982); Hernández et al.,(1983) y Metzger et al.,(1987) para
otros suelos en condiciones de clima templado y parece indicar que los
microorganismos van a actuar selectivamente al descomponer inicialmente
los compuestos carbonados mas lábiles para continuar después con los de
mediana y mayor estabilidad.

El crecimiento en la cantidad de microorganismos totales que se observa


tanto en el experimento de macetas como en el de campo por el incremento de
los niveles de estiércol vacuno, esta de acuerdo con los resultados similares
que encontraron Gaur et al.,(1971); Ahren y Farkasdi (1978); Doran (1980);
Fresquez y Lindemann (1982); Acea et al.,(1986); Metzger et al.,(1987);
Abbott y Tucker (1973); Voros et al.,(1987) y Gulyas et al.,(1987) para
diversos suelos de países templados y con lo informado por Novo (1971);
(1980) y (1981) así como Alemán et al.,(1982) y Arcia et al.,(1987) para
algunos suelos cubanos pero cuando se ha utilizado la cachaza como abono
ya que el estiércol vacuno tal parece que no se ha investigado en este
aspecto con la misma intensidad pues en la variada literatura consultada no
aparecen informes sobre ello para las condiciones del país, no obstante, los
resultados encontrados aquí podrían explicarse también debido a lo que
consideran estos autores con relación a que el abono utilizado provoca un
aumento en la cantidad de carbono fácilmente oxidable que estimula a la
microflora edáfica ya que el estiércol vacuno al ser un material de origen
orgánico contiene estos compuestos en grandes cantidades.

Por otra parte, la respuesta similar, aunque naturalmente en mucha menor


escala, que se aprecia en el experimento de macetas al incrementar las dosis

123
de P2O5 parece indicar que el aumento en el contenido de carbono del suelo
no es la única causa para esta estimulación de la microflora sino que también
la aplicación de fósforo puede influir el la misma lo cual coincide con lo
planteado por Ishizawa et al.,(1969) y Zvyagintsev y Gusev (1987) establecen
cuando observan resultados parecidos.

La disminución gradual en la cantidad de microorganismos totales del


suelo que se presenta en el experimento de campo a medida que pasa el
tiempo confirma el agotamiento paulatino del efecto favorable inicial de este
material orgánico sobre la población microbiana a medida que los
procesos de mineralización y humificación avanzan como sugieren, Metzger
et al.,(1987); Farini (1982) y Acea et al.,(1986) pero además parecen indicar
que a partir de su establecimiento los pastos sembrados en las parcelas
abonadas van a contribuir de forma proporcional a su desarrollo con una
determinada cantidad de materia orgánica fresca por medio de los restos de
raíces y hojas que se van quedando en suelo durante su proceso de
crecimiento por cuanto como plantean Martínez et al.,(1981); Martínez
(1985) y Ortega (1982) en las condiciones de Cuba las condiciones de
alta humedad y temperatura provocan una alta biocenosis y por tanto una
rápida degradación de la materia orgánica del suelo y sin embargo aquí el
efecto se mantuvo durante un largo tiempo.

4.3.- Suelos.

El efecto desfavorable que presenta la fertilización mineral sobre la


acidificación del suelo, informado por Lang (1984); Gorlach y Curylo (1984);
Vorosbaranyi y Kerekgyarty (1984); Debreczeni (1984); Helmeczi et al.,(1987);
Pusztai (1984) y Bauer (1984) también se observa, con el transcurso del
tiempo, en el experimento de campo de este trabajo a pesar de que las
cantidades de fertilizantes NPK no fueron muy altas. Esta disminución en el
pH del suelo ha sido explicada de forma general por un numeroso grupo de
investigadores debido a la acción fisiológica ácida que tienen muchos

124
fertilizantes, principalmente el sulfato de amonio. ( Russell y Russell, 1959;
Dinchev, 1972; Demolon, 1975; Aspiolea y Arteaga, 1978; Arteaga et
al.,1978 entre otros ), aunque en este caso es probable que estos fertilizantes
también hayan afectado las ya bajas reservas de calcio de este suelo y esto
haya contribuido al aumento de la acidez, de acuerdo a lo que manifiestan
Pichot et al.,(1981).

Los resultados alcanzados en este experimento con relación al aumento


de pH por el incremento de las dosis de estiércol vacuno, coinciden con lo
obtenido para otros suelos en las condiciones de Cuba por, Paretas et
al.,(1983); Crespo y Oduardo (1985); Portieles et al.,(1985) y Arteaga et
al.,(1982) y puede deberse a lo que manifiestan Pomares y Pratt, (1979) de
que la proporción que existe entre el nitrógeno y los cationes básicos en este
material orgánico permite neutralizar la acidez originada por la
descomposición de la materia orgánica y a la vez deje algún remanente que
sea capaz de neutralizar una parte de la propia ácidez del suelo.

El aumento que se observa en el contenido de materia orgánica del


suelo al principio del experimento de macetas al incrementar los niveles de
P2O5 mediante el empleo como portador de fósforo del estiércol vacuno o
su mezcla con fertilizante mineral esta de acuerdo con los mayores valores
que en esta determinación se alcanzan por la aplicación de este material
orgánico en distintos suelos ferraliticos y pardos de Cuba como informan,
Paretas et al.,(1983); Portieles et al.,(1985); Crespo y Oduardo (1985) y
Zanzo et al.,(1986), así como con los resultados que aparecen en el
muestreo realizado a los 8 meses en el experimento de campo de este
trabajo cuando se utilizan dosis crecientes de estiércol vacuno sobre la
fertilización NPK establecida y se pueden explicar debido a lo que
plantean Carpena et al.,(1977); Korchens y Klimanek (1980); Asmus y
Gorlitz (1981) y Rodríguez et al.,(1985) pues cuando se emplea la
fertilización mineral solamente para aplicar las dosis crecientes de fósforo no

125
se aprecia ninguna variación en los valores de esta determinación con
relación al testigo absoluto.

Guijarro et al.,(1982); Arzola y Cairo (1985); Portieles et al.,(1985)


plantean que este efecto beneficioso de la aplicación del abonado orgánico
sobre el aumento de la materia orgánica del suelo disminuye paulatinamente a
medida que transcurre el tiempo debido a que en las condiciones de clima
tropical, con elevadas temperaturas y alta humedad, los procesos de
biodegradación de los residuos orgánicos ocurren con bastante rapidez, lo
cual se confirma de forma general en el experimento de campo por su mayor
duración; no obstante dado que prácticamente trascurren cinco años desde el
inicio del experimento hasta el muestreo final, se puede pensar que los
procesos de mineralización en este suelo no se producen con la intensidad y
la forma aguda que se podría esperar.

Esto parece indicar que el acusado desbalance nutrimental,


fundamentalmente el desequilibrio entre el calcio y el magnesio, las
adversas propiedades físicas, así como el bajo pH observado limitan el
desarrollo de los microorganismos edáficos en las cantidades similares a las
de otros suelos cubanos puesto que cuando se utiliza el estiércol vacuno, que
como es conocido mejora todos estos aspectos, las diferencias entre los
valores de la materia orgánica de un muestreo a otro tienden a ser mayores
que cuando se utiliza el fertilizante mineral solamente lo que refleja por tanto
una mayor descomposición. Esta mineralización mas elevada, sin embargo
parece ser compensada en parte por el suministro continuo de materia
orgánica fresca que producen los pastos sobre el suelo con los residuos de
raíces y hojas durante su proceso de crecimiento y que al ser proporcional
a su desarrollo en las parcelas abonadas parecen explicar el efecto de
interacción entre las especies y los niveles de estiércol que se plantea en este
trabajo.

A pesar de que en el experimento de macetas de este trabajo se

126
observa un incremento creciente en el contenido de fósforo asimilable del suelo
por el aumento de las cantidades de P2O5 adicionadas, que resulta
independiente del tipo de portador utilizado, se puede apreciar que los
valores encontrados no se corresponden con los elevados niveles de este
elemento añadidos lo cual indica que una gran parte de este fósforo debió ser
fijado al suelo o transformado en formas no asimilables, como Sánchez
(1976) informa que ocurre en un determinado grupo de suelos tropicales.

Para este mismo tipo de suelo, Gandarilla et al.,(1984) y (1986) reportan


resultados parecidos al aplicar elevadas dosis de fósforo, mientras que
otros investigadores como Paretas et al.,(1983) Guijarro et al.,(1982); Urquiza
y González (1982); Herrera et al.,(1984) y Arcia et al.,(1985) manifiestan
que en suelos ferraliticos se produce un efecto similar por la aplicación de
fertilizante fosfórico y consideran que se deba a la capacidad de fijación de
este elemento por el suelo.

La capacidad de fijación de fósforo del suelo parece estar relacionada


muy estrechamente con el pH del mismo, su contenido de hierro y aluminio
así como otras propiedades físico-químicas, según plantean Sample et
al.,(1980); Cooke (1984); Simonis (1984); Westfall y Hanson (1984) y Urquiza
y González (1982).

Los suelos Fersialiticos rojos parduscos ferromagnesiales de este


trabajo tienen según el Instituto de Suelos (1975) y (1979) un elevado
contenido de hierro y como se ha podido apreciar, los valores de pH de los
mismos han estado por debajo de cinco, lo cual indica que al parecer la
formación de fosfatos de hierro insolubles pueda ser también aquí una de las
posibles causas fundamentales para que se haya producido este proceso de
fijación del fósforo y este elemento se haya convertido en no asimilable para
las plantas aunque no puede descartarse la posibilidad de la influencia de
las características del tipo de arcilla y otras propiedades físico-químicas en la
adsorción de este elemento.

127
Los resultados que se apreciaron en el muestreo inicial del experimento
de macetas, así como en el realizado a los 8 meses en el de campo,
relacionados con el aumento del P2O5 asimilable del suelo por la aplicación
del estiércol vacuno confirman el importante papel que desempeña la materia
orgánica en la movilidad de este elemento en el suelo informado por Subba
(1978) y Arcia et al.,(1985) y que puede explicarse porque en su proceso de
descomposición por los microorganismos, la materia orgánica va a producir
determinadas cantidades y tipos de ácidos orgánicos, así como otros
compuestos que van a facilitar la conversión gradual de los fosfatos y otros
compuestos fosforados del suelo en formas asimilables y a su vez van a
formar complejos estables con el hierro y el aluminio si están presentes en la
solución o con el calcio y el magnesio, si se encuentran en cantidades
excesivas, lo cual posibilitaría que el suelo disminuya la retención del fósforo
y consecuentemente que la solubilidad de este elemento tanto del propio suelo
como del adicionado aumente, como lo han planteado numerosos
investigadores.

La disminución gradual con el tiempo y las cosechas continuadas en el


contenido de fósforo asimilable a partir del muestreo efectuado a los ocho
meses y los resultados que se aprecian en muestreo final del experimento de
macetas confirman lo planteado por Barrow, (1980); Guijarro et al.,(1982);
Fardeau et al.,(1984); Nosko,(1984) y Enwesor, (1984) sobre los menores
valores de este elemento a medida que pasa el tiempo por un aumento en la
fijación del fósforo por el suelo y las exportaciones que de este elemento se
producen con las cosechas ya que consideran que a un alto rendimiento
corresponderá una alta remoción de fósforo por el cultivo.

Los incrementos que se aprecian en la cantidad de potasio asimilable del


suelo por el incremento de la dosis de estiércol vacuno en el experimento de
campo, así como la disminución paulatina que se produce en el contenido de

128
este elemento con el transcurso del tiempo, principalmente en aquellos
tratamientos donde mayor nivel de potasio se observa coincide con lo
encontrado por Gandarilla et al.,(1984) en este mismo suelo y otros
investigadores como Arzola (1985); Arzola y Cairo (1985); Crespo y Oduardo
(1985) y Portieles et al.,(1985) para otros suelos de Cuba.

Cegarra et al.,(1983a); Cabaneiro et al.,(1983); Andrade et al.,(1985) y


Rodríguez et al.,(1983) reportan una situación parecida para otros suelos del
mundo y coinciden en explicar los efectos encontrados por ellos debido al
elevado contenido de potasio que presentaron los abonos orgánicos
empleados y a la capacidad que tienen muchos cultivos de realizar un "
consumo de lujo" de este elemento, cuando el mismo se encuentra en altas
concentraciones en el suelo, lo cual va a provocar una mayor exportación del
potasio con las cosechas allí donde las plantas realizaron una extracción
superior del mismo y por tanto las reservas de este elemento en el suelo
disminuyan con la misma intensidad.

En el análisis inicial de suelos del experimento de macetas, sin


embargo, se revela que a pesar de que las cantidades de potasio aplicadas
con el fertilizante mineral fueron similares en valor a las que se adicionaron
con el estiércol vacuno, los contenidos de este elemento asimilable en el
suelo cuando se emplea este ultimo material son superiores a los obtenidos
cuando se utiliza el primer portador, sobre todo en las dosis mas altas. Esto
parece indicar que en este suelo se presentan algunas características
desfavorables relacionadas con la adsorción y desorción del potasio por las
arcillas minerales parecidas a las descritas por Cooke (1984); Goswami y
Kapoor (1984); Stefanovits y Jaki (1984); Simonis (1984); Rozsavolgyi et
al.,(1984) para otros suelos y que el uso del estiércol vacuno por su alto
contenido de materia orgánica logra contrarrestar de cierta manera, no
obstante, seria necesario estudiar este efecto mas detalladamente para dar
una explicación mas completa del mismo.

129
Por otra parte, las gramíneas y dentro de ellas los pastos, son
considerados por Arteaga et al.,(1978a); Aspiolea y Arteaga (1978); Paretas et
al.,(1983); Hernández y Acosta (1979); Mesa y Figueroa (1979a) y (1979b)
entre los cultivos que realizan un mayor "consumo de lujo" de potasio y en la
parte relacionada con los rendimientos y composición química de los pastos
se puede apreciar claramente esta característica en las plantas estudiadas,
por lo tanto se puede considerar que las mayores exportaciones que de este
elemento se producen con las cosechas continuadas allí donde las plantas
presentan las mas altas extracciones del mismo provoquen el agotamiento
paulatino en las reservas del potasio asimilable del suelo en la forma descrita
en este trabajo tanto para el experimento de macetas como para el de campo.

CONCLUSIONES

Este trabajo fue realizado con el fin de esclarecer como la fertilización


organo mineral, independiente una de otra y de forma combinada, influye en
los rendimientos y calidad de algunos pastos mejorados de gran perspectiva de
desarrollo en el país, así como en los cambios que induce en los índices
principales de la actividad biológica y las características químicas de un suelo
considerado infértil y no productivo de la provincia de Camagüey, Cuba.

Del análisis de los resultados obtenidos, tanto en un experimento de


macetas, como de campo realizados con este fin se desprenden las siguientes

130
conclusiones:

1-. Este suelo tiene una baja fertilidad natural debido a problemas
relacionados principalmente con la movilidad de sus elementos químicos
fundamentales, pero la situación se torna crítica en el caso del fósforo y el
potasio, esto provoca que la actividad biológica sea muy pequeña, así como
que las plantas que crecen en el mismo tengan un pobre desarrollo y calidad lo
que hace imposible su uso agrícola intensivo, sin un mejoramiento adecuado a
sus condiciones nutricionales específicas.

2.- Los rendimientos de los pastos van a aumentar por las aplicaciones de
dosis crecientes de fósforo hasta el nivel equivalente a los 300 kg/ha de este
elemento en que se alcanzan los mayores valores, tanto cuando se utiliza la
fertilización mineral u orgánica sola, como al combinar estas dos fuentes en
cantidades similares en base a sus contenidos de fósforo, pero a partir de ese
nivel los rendimientos se mantienen estables con la fertilización mineral o la
combinación y sin embargo disminuyen con el empleo del estiércol vacuno.

3.- Las dosis bajas de fertilizante mineral empleadas en este suelo no son
suficientes por si solas para satisfacer los requerimientos nutricionales de los
pastos introducidos, lo cual hace que su establecimiento y el posterior deterioro
del pastizal por la invasión de especies indeseables sea muy rápido, pero
cuando se utiliza la combinación de 25 t/ha, base seca de estiércol vacuno,
incorporadas antes de la siembra, con el uso de 37.5; 45 y 120 kg/ha de N;
P2O5 y K2O respectivamente se garantiza que esto suceda de la mejor forma y
las plantas cubran toda el área en un tiempo mínimo.

4.- La aplicación de 50; 45 y 120 kg/ha de N; P2O5 y K2O después del


primer corte de lluvia como fórmula completa y la adición posterior de 150
kg/ha de Nitrógeno como Nitrato de amonio repartidos en los tres cortes
restantes de esa época, permiten efectuar seis cosechas anuales con
rendimientos aceptables al menos hasta el cuarto año de haber sembrado sin
necesidad de volver a utilizar el abono orgánico.

131
5.- El incremento en las cantidades de estiércol vacuno va a provocar un
menor contenido de nitrógeno en planta pero va a elevar sus por cientos de
fósforo y potasio con relación solo a la fertilización mineral. Con el transcurso
del tiempo; sin embargo, este efecto del estiércol vacuno sobre la composición
química de los pastos va a ir disminuyendo gradualmente hasta que, en el
tercer año cesa para los valores de fósforo y en el último año se invierte con
relación a lo observado al inicio para los porcentajes de nitrógeno y potasio.

6.- De las especies mejoradas introducidas se destacan por los resultados


promedios obtenidos con la fertilización organo mineral, tanto en rendimiento y
área cubierta como en composición química, la Digitaria decumbens var
Pangola PA-32 y la Cynodon nlenfuensis var Estrella, aunque ambas tienen la
necesidad de un manejo cuidadoso. Cada especie; no obstante, mostró su
propio patrón de respuesta a las fluctuaciones climáticas y presentó
variaciones en sus contenidos químicos de acuerdo a su mayor o menor
capacidad de adaptación a un determinado ecosistema adverso.

7.- Al incrementar las cantidades de estiércol vacuno se produce un


aumento notable y sostenido en los porcentajes de celulosa descompuesta, la
evolución de CO2 y el número de microorganismos totales del suelo, que
aunque va a ir disminuyendo a medida que transcurre el tiempo en todos los
casos se mantiene por encima de lo encontrado en el suelo no fertilizado. Esto
refleja el efecto favorable que tiene este material orgánico en la estimulación
de la actividad biológica de este suelo.

8.- El incremento de los niveles de fósforo aplicados al suelo mediante el


empleo del fertilizante mineral, estimula también la actividad celulolítica, el
desprendimiento de CO2 y el número de microorganismos totales, pero los
crecimientos que se observan en sus valores no son tan notables como cuando
se utiliza el estiércol vacuno.

9.- El clima y la vegetación van a influir en la actividad biológica del suelo


pues se presenta un mayor porcentaje de celulosa descompuesta y valores

132
mas altos de CO2 desprendidos en las épocas de lluvia que en las de seca, así
como variaciones de estos indicadores de acuerdo a las especies sembradas.

10.- Hay una disminución del pH del suelo en el transcurso del tiempo por
el empleo continuado de la fertilización mineral, a pesar de que las cantidades
aplicadas de NPK no fueron muy elevadas; sin embargo, la utilización de
estiércol vacuno aumenta estos valores del pH y permite atenuar en parte esta
situación desfavorable aunque los mecanismos de este proceso y los
componentes de este ultimo material que causan este efecto deben ser aún
aclarados.

11.- Se produce una disminución gradual con el tiempo en el contenido de


materia orgánica del suelo natural o del fertilizado solo con NPK, pero el
proceso de mineralización de la misma no es tan alto como podría esperarse
dadas las condiciones de humedad y temperaturas prevalecientes de acuerdo
al clima del país; no obstante, cuando se utiliza el estiércol vacuno hay un
aumento en los valores de esta materia orgánica y una intensificación de estos
procesos en el suelo, los cuales provocan una disminución mas aguda en sus
valores debido al aporte continuo de sustancias orgánicas frescas que
proporcionan los restos de raíces y hojas de los pastos durante su crecimiento.

12.- La aplicación combinada de la fertilización mineral y orgánica en este


suelo provoca un incremento mayor en el contenido de fósforo asimilable para
los cultivos que el empleo de cada uno de estos materiales por separado,
aunque ninguna de las formas empleadas lograron aumentar mucho los valores
del P2O5 en el suelo a pesar de las grandes cantidades de este elemento
utilizadas.

13.- La alta capacidad de fijación de fósforo que se manifiesta en este


suelo parece estar asociada a los bajos pH y elevados contenidos de hierro
que presenta el mismo, aunque no se puede descartar la influencia que en este

133
proceso tienen la composición mineralógica de la arcillas y otras desfavorables
características químicas sobre la adsorción de este elemento en el suelo.

14.- A los 8 meses de haber aplicado la fertilización mineral y orgánica se


presentan altos contenidos de P2O5 en el suelo donde se empleó la máxima
cantidad de estiércol vacuno y aunque la concentración de este elemento en
forma asimilable va a ser menor a medida que pasa el tiempo, a los 56 meses
de haberlo aplicado, todavía se aprecia una situación semejante, aunque ya
para esa fecha sus diferencias con el tratamiento donde se utiliza el fertilizante
mineral solamente son mínimas.

15.- El incremento de las dosis de estiércol vacuno produce un aumento


apreciable en el contenido de potasio asimilable del suelo aunque a medida
que transcurre el tiempo se observa que las concentraciones de este elemento
van a ir disminuyendo principalmente y de forma mas intensa, en donde
mayores valores del mismo se encontraron en un principio, por las elevadas
exportaciones realizadas por la cosechas.

16.- El empleo de este suelo por la ganadería puede ser llevado a cabo sin
grandes problemas si se combinan de forma racional y óptima, la utilización de
la fertilización organo mineral y el uso de especies de pastos con una alta
eficiencia de conversión de nutrientes y adaptabilidad a condiciones
edafoclimáticas desfavorables.

RECOMENDACIONES

Los resultados obtenidos en las investigaciones realizadas permiten hacer


las siguientes recomendaciones:

1.- Para el establecimiento de los pastos en los suelos ubicados en el macizo


serpentinítico del norte nordeste de la ciudad de Camagüey, se deben de
utilizar 25 t/ha, (base seca) de estiércol vacuno incorporadas antes de la
siembra, con el uso de 37.5; 45 y 120 kg/ha de N; P2O5 y K2O respectivamente

134
de fertilizante mineral como formula completa.

2.- En la etapa de explotación de los pastos sembrados se deben de aplicar 50;


45 y 120 kg/ha de N; P2O5 y K2O respectivamente como formula completa
después del primer corte de lluvia y posteriormente adicionar 150 kg/ha de
Nitrógeno en forma de Nitrato de amonio repartido en los tres cortes siguientes
de esa época. En todos los casos estas fertilizaciones se efectuaran de forma
superficial en toda el área.

3.- En la siembra de estas áreas se debe de utilizar la especie Digitaria


decumbens var Pangola PA-32, pero de no existir la cantidad adecuada de
semilla necesaria para ello, se puede usar la especie Cynodon nlenfuensis var
Estrella, aunque en ambos casos es preciso controlar la alimentación de los
animales debido a los bajos contenidos nutrimentales que ellas presentan.

4.- Para el control del efecto de la fertilización orgánica en este suelo, además
de los análisis agroquímicos de rutina y la materia orgánica se deben de
emplear las determinaciones del porcentaje de celulosa descompuesta y el
desprendimiento de CO2 como índices de la actividad biológica del suelo.

5.-Continuar y ampliar las investigaciones relacionadas con el movimiento y


fijación de los elementos químicos fundamentales de este suelo, asi como la
forma de hacer un uso óptimo de la fertilización mineral y orgánica para la
producción de los pastos.

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