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Hacia el Fantasma Lacaniano

El siguiente trabajo tiene la intención de investigar que distancia hay entre la Phantasie Freudiana
y el Fantasme Lacaniano. Se realizará un recorrido etimológico de las palabras fantasía y
fantasma. Esta última, utilizada por Jacques Lacan en su enseñanza, para luego poder esclarecer
el uso de la misma en cada obra.

El origen de la palabra
En la obra alemana de Sigmund Freud nos encontramos con la utilización del vocablo Phantasie,
la traducción que se halla de este término en el psicoanálisis francés es Fantasme y en la
traducción al idioma español realizada por López Vallesteros, es fantasía. Lacan en sus seminarios
utiliza este concepto Fantasme, que al ser traducido al español lo encontramos bajo el término
de fantasma. Término que se ha cuestionado debido a que una traducción posible al español,
también podría haber sido fantasía. Aquí nos tropezamos con una serie de interrogantes sobre
estas traducciones en los distintos idiomas y los cusos de las mismas dentro del psicoanálisis:
¿Hay relación etimológica de ambos términos? ¿En la obra de Lacan podría utilizarse el término
fantasía, en su traducción al español? ¿Qué significaría? ¿O por traducir a fantasma pierde toda
conexión posible con la Fantasía? ¿El fantasme de Lacan refiere a la phantasie de Freud?

Avancemos un poco más…


El término phantasie en alemán deriva del idioma latín ”phantasia” y del griego “phantasía”. Se
entiende como aparición e imaginación. Su raíz proviene del verbo griego -pahino- que significa
aparecer, manifestar, mostrar. Este verbo puede significarse en castellano como fenómeno,
fantasma, fantasía, etc.

El término fantasme en francés deriva del latín “phantasma” y éste del griego “phántasma”. La
palabra griega viene del verbo -phanein- que significa brillar, aparecer, mostrase, hacerse visible
y el sufijo –ma- que se entiende como el resultado de la acción. De allí que para los griegos
significaba aparición, manifestación, cosa que se hacía visible a nuestros ojos, aspecto ofrecido
por un objeto, pero sin medir jamás nuestra imaginación o imágenes creadas por la mente, de
ahí puede significar también espectro o aparecido.

Como se puede observar ambos términos comparten la traducción que se les da a la raíz de donde
provine: mostrar, aparecer, manifestar. Queda claro que fantasía da lugar al fenómeno de

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fantasma. Pero fantasma más bien se refiere al espectro. Quizás este dato sea una pista para
seguir cuestionando estos términos, que aparentan significar lo mismo.

En la Obra de Freud
Freud da cuenta de la aparición de la fantasía, en los fragmentos de la correspondencia con Fliss.
En el año 1897, el escribe una serie de cartas y manuscritos donde refiere el descubrimiento de
una nueva fuente, de la que deriva un elemento nuevo de la producción inconsciente. Introduce,
de esta manera, las fantasías histéricas. Estas fantasías, se remontan a las cosas que los niños
oyeron en épocas tempranas y sólo con posterioridad entendieron.
Explica Freud, en la carta 61 lo siguiente (1886/99):
Por primera vez he conseguido una vislumbre cierta sobre la estructura de la histeria.
Todo desemboca en la reproducción de escenas; unas se obtienen de manera directa y
las otras siempre a través de fantasías interpuestas. Las fantasías provienen de lo oído,
entendido con posterioridad y desde luego son genuinas en todo su material. Son
edificios protectores, sublimaciones de los hechos, embellecimientos de ellos, y al mismo
tiempo sirven al autodescargo. Quizás tengan su origen accidental en las fantasías
onanistas. (p. 288)

En ese momento Freud se encontraba investigando sobre la etiología de la neurosis, y los


síntomas que las pacientes histéricas manifestaban. En la cita mencionada Freud deja entrever
cual es la función de estas fantasías, la de proteger, embellecer o sublimar ciertos hechos. Estos
hechos refieren a las escenas primordiales, que por medio del análisis, se intentan revelar. Pero
esto no resulta tarea fácil, menciona Freud en el Muniscrito L (1986/99), debido a que estos
parapetos psíquicos bloquean estos recuerdos.

Avanzando un poco más, Freud explica que las fantasías se generan por una conjunción
inconsciente entre vivencias y cosas oídas. De esta manera un fragmento de la escena vista es
reunido con otra escena oída, dando origen a una fantasía. Este nexo originario, vuelve inhallable
ambas escenas, debido a qué se trata de fragmentos que quedan sublimados por la fantasía.

Refiere Freud, en el mismo manuscrito que:


Mediante la formación de tales fantasías (en períodos de excitación), cesan los síntomas
mnémicos. A cambio, están presentes poetizaciones inconcientes, que no sucumben a la
defensa. Si ahora crece la intensidad de una de estas fantasías a punto tal que no pueda
menos que conquistarse el acceso a la conciencia, la fantasía sucumbe a la represión y se

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genera un síntoma por esforzamiento hacia atrás {Rückdrangung) desde ella sobre los
recuerdos constituyentes. (p. 293-94)
Esta cita deja claro que es a través de las fantasías que en el neurótico pueden disminuir las
lagunas de la memoria. En un sentido tópico, podrían presentarse a nivel del preconsciente y ser
acequibles a la conciencia, y en un sentido dinámico pueden presentarse a nivel inconsciente,
proteger los hechos, sin siquiera saber de ellas. Pero cuando estas fantasías, se presentan con
mayor intensidad y acceden a la conciencia, actúa la represion sobre ellas en defensa y se genera
un síntoma.

En La interpretación de los sueños Freud menciona que estas fantasías o los sueños diurnos son
las etapas previas más inmediatas de los síntomas histéricos: “de las fantasías construidas sobre
la base de ellos (recuerdos), dependen sobre todo los síntomas histericos” (p. 488).

Sin embargo, avanzado Freud en sus investigaciones, se encuentra con que este fantasear adulto
no es tan fácil de hallar. En el texto el creador literario y el fantaseo, hace mención de que el
adulto se avergüenza de ello, es decir, de sus fantasías. Y que en muchos casos conserva esas
creaciones como sus intimidades más personales. Prefiriendo de este modo confesar sus faltas a
comunicar sus fantasías.

Ahora bien, situando el origen de estas creaciones Freud va a mencionar lo siguiente: “Deseos
insatisfechos son las fuerzas pulsionales de las fantasías, y cada fantasía singular es un
cumplimiento de deseo, una rectificación de la insatisfacíoria realidad. (p. 129-130)

¿Qué quiere decir Freud con esto último?

Para Freud, este predominio de la vida de la fantasía y de la ilusión sustentada por el deseo
incumplido comanda la psicología de las neurosis. Hallamos que para los neuróticos no vale la
realidad objetiva, corriente, sino la realidad psíquica. Un síntoma histérico se funda en una
fantasía, y no en la repetición de un vivenciar real. Es por esto que concluimos este apartado con
la siguiente cita del texto (), “los síntomas neuróticos no se anudaban de manera directa a
vivencias efectivamente reales, sino a fantasías de deseo, y que para la neurosis valía más la
realidad psíquica que la material”. (p. 33)

¿Fantasme o fantasme?
Como bien dijimos, en la obra de Lacan, nos encontramos con que fantasía es traducida por
fantasme a la lengua francesa, y por fantasma al español. La intención de este apartado es realizar
un recorrido de este término para comprender el uso que le da Lacan y si éste en algo se

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diferencia del concepto de fantasía en Freud. Para ello abordaremos una serie de citas que nos
permitirá pensar la conceptualización y la relación entre ambos.

Comenzaremos con una cita de Lacan que se encuentra en la clase VII del seminario 4, donde
refiere lo siguiente:
Cuando el sujeto declara poner en juego en el tratamiento lo que constituye su
fantasma, lo expresa mediante una fórmula notable por su imprecisión, dejando
abiertas preguntas que sólo responde con gran dificultad. En realidad, de entrada no
puede dar una respuesta satisfactoria, porque no puede decir mucho más para
caracterizar ese fantasma. Además, no lo hace sin mostrar una especie de aversión,
de vergüenza, incluso se avergüenza. (p. 116/117)

Esta cita nos permite pensar algunas cosas, en primer lugar Lacan sitúa al sujeto dentro del
dispositivo analítico, es decir que se refiere a lo que sucede en el tratamiento. Y lo que dice es
que cuando aparece algo del fantasma, el sujeto vacila al hablar de ello, es impreciso en su
descripción y también esta acompañado de vergüenza. Podríamos pensar alguna relación con la
propuesta de Freud, donde el adulto se avergüenza de sus fantasías y que estas fantasías se
presentan de una manera sublimada. Para Lacan, Freud intentó mostrar el progreso del análisis
a través de este fenómeno. Donde el fantasma fue sustituido por una serie de transformaciones
por otros fantasmas, que tuvieron un papel comprensible en algún momento de la evolución del
sujeto. Pero también hallamos un dato importante en esta idea, y es la imprecisión con la que el
sujeto da cuenta de ese fantasma, tal es así que Lacan menciona que esto genera preguntas, que
se responden con dificultad. Podría pensarse aquí algo que de cuenta de aspectos inconsciente?
Dejaremos abierta esta pregunta, para ver si podemos responderla.

Estos fantasmas al formularse producen en el sujeto una aversión considerable. Pues pareciera
que para el sujeto no es fácil hablar de ello. Y aquí Lacan nos alerta con lo siguiente:
La diferencia que hay entre el uso fantasmático o imaginario de estas imágenes y su
formulación hablada, por su propia naturaleza ya es como para hacernos agudizar el
oído. Este comportamiento del sujeto es ya una señal que marca un límite - no es lo
mismo jugar mentalmente con el fantasma que hablar de él. (p. 116/117)

En esta idea es posible localizar estos fantasmas en un plano imaginario. Donde predomina un
fantasear. Es decir que el sujeto puede saber de eso, imaginar y jugar mentalmente. Pero
menciona que considerar el fantasma en este sentido remite a una formulación típica, remite a

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un plano consciente, donde el sujeto conoce y sabe de esas prácticas, de esas ideas y Lacan ahí
establece ya una diferencia entre saber de eso y hablar de eso. El señala que este
comportamiento del sujeto es una señal de limite.

Ahora bien, cuando señala que hay un limite, es decir, que no es lo mismo jugar mentalmente
con el fantasma que hablar de él, ¿podríamos pensar que comienza a diferenciarse de Freud?,
porque avanzando en la lectura de esa clase él pretende plantear la estructura de estos estados-
fantasma. Dice lo siguiente:
Quisiera plantearles la estructura de estos estados, para permitirles reconocer
elementos que son del todo manifiestos a condición tan solo de tener los ojos bien
abiertos, al menos hacia la dimensión en la que trataremos de avanzar y que se resume
bajo este titulo- la estructura subjetiva. (p. 117)
Esta estructura subjetiva por la cual intenta avanzar, contiene elementos. Poder reconocer esos
elementos, solo es posible si tenemos los ojos bien abiertos. ¿Qué quiere decir Lacan? Que es
una condición saber reconocer esos elementos, y que hay que estar atentos, para darle su
verdadera posición. Entonces es hacia la estructura subjetiva que intenta avanzar. El se pregunta
lo siguiente: , ¿cómo se presenta este fantasma? “Contiene el testimonio, todavía muy visible, de
los elementos significantes de la palabra articulada en el plano de este trans-objeto, si así
podemos llamarlo, que es el Otro con mayúscula” (p. 121)

Sabemos que este Otro es el lugar donde se articula la palabra inconsciente, el significante como
palabra que es, como historia, memoria, estructura articulada. Entonces este fantasma que
plantea Lacan refiere a esos significantes que fueron dados, por ese Otro. A nivel de la estructura
es donde se produce este fenómeno. Allí Lacan lo pretende localizar.

Avanzando un poco más, hallamos en el seminario 5 la siguiente cita:


Esta noción del fantasma como algo que sin lugar a dudas participa del orden imaginario
pero, cualquiera que sea el punto donde se articule, sólo adquiere su función en la
economía por su función significante, nos parece esencial y hasta ahora no ha sido
formulada de esta forma. Aún diría más — no creo que haya ninguna otra forma de
concebir los llamados fantasmas inconscientes. (p. 118)

La noción de fantasma implica algo que participa del orden imaginario pero adquiere su función
por su función significante. Lacan no pone en duda la participación del fantasma en el orden
imaginario, pero el establece una condición, y es que este fantasma solo adquiere su función a

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partir del significante. Y esto es lo novedoso y diferente en su propuesta. Refiere incluso que hasta
ese momento no se había formulado así, la noción de fantasma. Destaca que no hay otra manera
de concebir los llamados fantasmas inconscientes. ¿ Y esto que quiere decir?:

¿Qué es un fantasma inconsciente? — sino la latencia de algo que, como sabemos por lo
que hemos aprendido sobre la organización de la estructura del inconsciente, es
totalmente concebible como cadena significante. Lo fundamental de la experiencia
analítica es que hay en el inconsciente cadenas significantes que subsisten en cuanto
tales, que desde ahí estructuran, actúan sobre el organismo, influyen en lo que surge en
el exterior como síntoma. Es mucho más difícil concebir la incidencia inconsciente de algo
imaginario que poner el propio fantasma en el nivel de lo que, en su común medida, se
presenta de entrada para nosotros en el nivel del inconsciente, a saber, el significante. El
fantasma es esencialmente un imaginario capturado en una determinada función
significante. (418-419)
Esta cita es bastante larga, pero nos pareció muy importante porque nos permite arribar a
algunas conclusiones para ir cerrando este trabajo.
Para Lacan el fantasma es inconsciente, es un fenómeno que se produce solo a nivel de la
estructura. Esta estructura contiene elementos que son los significantes. Por lo que se concibe
como cadena significante. Es decir que el fantasma es concebido como cadena significante. Esta
cadena significante estructuran e influyen en el organismo. Lo determinan.
Siguiendo con la cita, Lacan refiere que es mucho más difícil concebir que algo imaginario tenga
incidencia inconsciente que poner al fantasma en el nivel del significante. Y esto es difícil porque
es el significante el que tiene incidencia en la creación del fantasma:

Su característica es la de ser una relación articulada y siempre compleja, un guion, que


puede permanecer latente durante mucho tiempo es un punto determinado del
inconsciente, pero sin embargo esta organizada- así como un sueño, por ejemplo, sólo
se concibe si la función del significante le proporciona su estructura, su consistencia y, al
mismo tiempo, su insistencia. (p 419)

Conclusiones

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