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1 Conceptos de droga
Desde el punto de vista farmacológico y según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el
El legislador nacional opta por un concepto restringido de droga, limitándolo a las ilegales, es
decir, las que considera que, conforme a los Convenios Internacionales provocan dependencia,
sin incluir las socialmente aceptadas como el alcohol, distinguiendo entre las ilegales, las que
causan grave daño a la salud y las que no lo causan, pero en ningún momento da un concepto
Concepto Internacional de droga (utilizado por los tribunales): basado en las definiciones en
las listas y medidas acordadas en los tratados de 1961 y de 197m que parten de un concepto
médico. Droga es aquella sustancia que afecta a la salud individual y al orden público. La
ventaja de usar un mismo concepto internacional en la lucha contra la droga es que la
legislación es homogénea en los países.
Art. 368 CP. Delitos de droga contra la salud pública. El juez debe saber si los delitos afectan o
no a la salud pública y la pena está pensada en función si la droga daña o no la salud. El
legislador marca unos criterios para saber si son graves o no: que sea lesiva, el nivel de
dependencia, el número de fallecimientos causados y el nivel de tolerancia. El fundamento para
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que el Estado prohíba o no determinadas drogas está en el art. 10.1 CE, que dice que la
dignidad humana y el libre desarrollo son la base fundamental de todos los derechos.
La salud pública es un interés colectivo que afecta a cada individuo, pero hay que exigir un
determinado grado de lesividad individual para que importe al Derecho penal, y la protección
penal que merece depende también de esa lesividad individual. Hasta ahora no se ha creído que
el alcohol o el tabaco afecten suficientemente a la salud como para criminalizar su venta o su
consumo. Respecto al tabaco, el punto de vista del orden colectivo va conduciendo a
incrementar la prohibición de su consumo en lugares públicos, algo admisible en la medida en
que se trate de prohibiciones meramente administrativas. Pero la extensión social del problema
no basta para legitimar la intervención del Derecho penal. Esto afecta a una problemática mucho
más seria: la de los límites de la punición en materia de drogas. Es preciso insistir en la
diferenciación de las drogas según su distinto efecto lesivo para el individuo. También hay que
tener en cuenta que la lesividad individual viene en este caso acompañada del consentimiento de
la víctima. No debe atenderse únicamente al aspecto de orden general que predomina en la
actitud del Derecho penal frente a las drogas.
Aquí se advierte no sólo la tensión entre lo colectivo y lo individual, sino también que no basta
constatar la importancia abstracta del bien, sino que es exigible una importancia del concreto
grado de afectación de dicho bien. No basta que la salud sea en abstracto un bien social
fundamental para proteger penalmente cualquier pequeña merma de la salud. He aquí un peligro
que encierra la concepción abstracta de los bienes jurídicos que es usual. Según la misma, se
clasifican los bienes por la clase genérica de interés a que afectan, sin atención al diferente
grado de implicación de tal interés.
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Artículo 359. El que, sin hallarse debidamente autorizado, elabore sustancias nocivas para la salud o
productos químicos que puedan causar estragos, o los despache o suministre, o comercie con ellos, será
castigado con la pena de prisión de seis meses a tres años y multa de seis a doce meses, e inhabilitación
especial para profesión o industria por tiempo de seis meses a dos años.
Artículo 360. El que, hallándose autorizado para el tráfico de las sustancias o productos a que se refiere
el artículo anterior, los despache o suministre sin cumplir con las formalidades previstas en las Leyes y
Reglamentos respectivos, será castigado con la pena de multa de seis a doce meses e inhabilitación para la
profesión u oficio de seis meses a dos años.
Artículo 368. Los que ejecuten actos de cultivo, elaboración o tráfico, o de otro modo promuevan,
favorezcan o faciliten el consumo ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, o
las posean con aquellos fines, serán castigados con las penas de prisión de tres a seis años y multa del
tanto al triplo del valor de la droga objeto del delito si se tratare de sustancias o productos que causen
grave daño a la salud, y de prisión de uno a tres años y multa del tanto al duplo en los demás casos.
Artículo 371. El que fabrique, transporte, distribuya, comercie o tenga en su poder equipos, materiales o
sustancias a sabiendas de que van a utilizarse en el cultivo, la producción o la fabricación ilícitas de
drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, o para estos fines, será castigado con la pena de
prisión de tres a seis años y multa del tanto al triplo del valor de los géneros o efectos.