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OCTAVA RAZON

“LO QUE DICE EL PROFETA NO ESTÁ LIMITADO


POR LA LÓGICA NI LA RAZÓN”
Por el presidente Ezra Taft Benson

Hay veces en que tendréis que escoger entre las revelaciones de Dios y la lógica
del hombre; entre el Profeta y el profesor. El profeta José Smith dijo: “Todo cuanto
Dios requiere es justo, no importa lo que sea, aunque no podamos ver la razón por
ello sino hasta mucho después que se hayan verificado los hechos.” (Enseñanzas.
del Profeta José Smith, pág. 312.) A un oculista no le parecería muy razonable
que le dijeran que curara a un hombre ciego escupiendo en la tierra, haciendo lodo
con ella para ponérselo al hombre sobre los ojos, y mandándole lavárselos en un
estanque de agua contaminada. Sin embargo, esto es exactamente lo que hizo
Jesús para curar a un ciego (véase Juan 9:6-7). Parece descabellado decirle a un
leproso que vaya a bañarse siete veces al río para curarse, y sin embargo, esto es
precisamente lo que hizo el profeta Elíseo (véase 2 Rey. 5). “Porque mis
pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos,
dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más
altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.”
(Isa. 55:8-9.) (véase “Catorce razones para seguir al profeta”, Liahona, junio
de 1981, págs. 5).

SERPIENTE DE BRONCE
Cuando los israelitas se quejaron, perdieron su gratitud por la bendición del
sustento. Como castigo, “Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes que
mordían al pueblo; y murió mucha gente de Israel” (Números 21:6). Finalmente, “el
pueblo acudió a Moisés, y le dijeron: Hemos pecado por haber hablado contra
Jehová y contra ti; ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y
Moisés oró por el pueblo. “Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente y
ponla sobre un asta; y acontecerá que cualquiera que sea mordido y la mire,
vivirá. “Y Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre un asta, y sucedía
que cuando una serpiente mordía a alguno, y este miraba a la serpiente de
bronce, vivía” (Números 21:7–9). (“Mira y ve” Liahona de enero del 2019
pag.11)

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