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TALLER 3 APRENDIZAJE COLEGIAL E INNOVACION

BUSTAMANTE CETINA LOREN SOFIA

TUTOR: VIDES ANGELICA PATRICIA

GRUPO: 447

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA

COMPETENCIAS COMUNICATIVAS

CEAD SOGAMOSO-BOYACÁ

2019
INTRODUCCION

El objetivo de un resumen es poder representar en un texto corto con sus propias palabras lo que
está escrito en el cuento, donde se tiene que recocer la idea global de dicho texto, resaltando las
ideas más importantes que se encuentran en él.

En el desarrollo de este trabajo voy a realizar un resumen de consecuencias de maltrato infantil,


llevando así una buena estrategia de comprensión lectora que se va a ver representada en dicho
resumen,

La estructura del texto es dada por una introducción donde se presenta los tema a tratar, por un
desarrollo donde se expone de manera ordenada las ideas a llevar a cabo y una conclusión.
DESARROLLO

1. Estrategia de comprensión lectora diligenciada a la primera lectura seleccionada.

Palabras claves (resaltadas en rojo).

Al ver que unos cuantos gritos de amenaza no producían efecto, me sacaste de la cama, me
llevaste a la terraza y allí me dejaste.

Con estas palabras, Franz Kafka en su célebre Carta al Padre, describe uno de los efectos más
lesivos y prolongados del maltrato infantil. Los niños maltratados son muy fácilmente
reconocidos por los profesores: son huraños, miedosos y, especialmente tristes. Saben que los
rechazan en su propia casa y eso produce profundo dolor ¡se les ve en su mirada!

Es relativamente común que lleguen más lejos, los niños que sienten más apoyo, seguridad y
confianza de sus padres y profesores.

Entre otras también se encuentra importante autoridad, comunicación, familias, hogar y sistema
educativo

Macro-estructura: (resaltador amarillo).

Los efectos más lesivos y prolongados del maltrato infantil. Los niños maltratados son muy
fácilmente reconocidos por los profesores: son huraños, miedosos y, especialmente tristes. Saben
que los rechazan en su propia casa y eso produce profundo dolor ¡se les ve en su mirada!

Esta es la idea principal del texto, ya que con unas palabras se describe de que va a tratar el texto
en general

Ideas principales párrafo por párrafo: (resaltador azul).

“Al ver que unos cuantos gritos de amenaza no producían efecto, me sacaste de la cama, me
llevaste a la terraza y allí me dejaste (…), en camisón, ante la puerta cerrada. No voy a decir que
estuviese mal hecho; es posible que no hubiese realmente otra manera (…); pero lo que pretendo,
al mencionar este hecho, es caracterizar tu sistema educativo y su efecto sobre mí. Sin duda
después me mostré ya obediente, pero quedé interiormente dañado”.

Con estas palabras, Franz Kafka en su célebre Carta al Padre, describe uno de los efectos más
lesivos y prolongados del maltrato infantil. Los niños maltratados son muy fácilmente
reconocidos por los profesores: son huraños, miedosos y, especialmente tristes. Saben que los
rechazan en su propia casa y eso produce profundo dolor ¡se les ve en su mirada!

Inicio esta columna con la cita de Kafka, ya que, la Carta al Padre, es una de las joyas universales
de la literatura. Todos los padres y madres deberíamos leerla en algún momento de la vida y
debería ser lectura obligada en caso que se sospeche autoritarismo o maltrato del padre o la
madre hacia su hijo o hija.

Según el último estudio adelantado en Colombia por la Universidad de la Sabana, el 52 % de los


padres actuales maltrata a sus hijos. Lo hacen en su mayoría con palmadas, pero también es muy
alto el porcentaje que recurre al rejo o al palo (47 %). La conclusión es clara: cerca de la mitad de
los hogares en Colombia, maltratan a sus hijos. La cifra debería preocupar a la sociedad, porque
un niño maltratado tenderá a tener dificultades emocionales, afectivas y sociales a mediano y
largo plazo. Estudios realizados por la investigadora Yolanda Puyana, permiten pensar que, 30
años atrás, los niveles de castigo físico y golpizas eran todavía mayores, pues se producían en el
62 % de los hogares.

En una sociedad tan enferma emocionalmente como la colombiana, es relativamente


comprensible el maltrato. Lo que no debe generar la más mínima duda de la necesidad de
rechazarlo como práctica que viola los derechos humanos, y que expone a la sociedad a
complejos problemas de convivencia en el mediano plazo. En los barrios, los conflictos suelen
resolverse a las patadas; lo mismo en los bares, en las canchas deportivas y en las calles. Nunca
hay que olvidar que hemos convivido con la guerra, las mafias, los secuestros, las masacres, las
desapariciones y el asesinato. Se nos endureció el corazón de ver tantas muertes: ¡ya hemos
perdido la cuenta! Por eso, a algunos llega a parecerles casi natural, que asesinen los líderes
sociales, que se generalice la corrupción o que un presidente del Congreso haga trampas para
beneficiar a su partido y viole, en medio de marrullas, los derechos de la oposición. Al propio
presidente de la república le pareció que la violación de los derechos de la oposición por parte del
senado, era un problema menor y que no deberíamos preocuparnos por ello. Es cierto, en
Colombia la ética ha sido un problema menor para la sociedad, las empresas, el gobierno y las
familias. Tal vez por eso la reconciliación y el perdón, le están quedando grandes a un país que se
acostumbró a resolver a bala, machete, y sin ética, los problemas que enfrenta a diario.

De tiempo atrás, los educadores sabemos que el autoconcepto es uno de los factores más
asociados al éxito en la vida. Es relativamente común que lleguen más lejos, los niños que sienten
más apoyo, seguridad y confianza de sus padres y profesores. Esto ha sido ampliamente
estudiado en la psicopedagogía y se le ha denominado con el bello nombre de Efecto Pigmalión.
La teoría concluye que, los niños no responden a sus capacidades, sino a las expectativas que de
ellos tienen sus padres y maestros. Si el niño siente que sus padres y maestros tienen expectativas
altas y realistas, llegará lejos, porque así se genera la seguridad necesaria para avanzar en la vida.
Pero si el niño siente que sus padres y profes creen que no podrá llegar lejos, entonces, perderá la
confianza y la seguridad, dos de los motores esenciales de la vida, que serán decisivos para
vencer obstáculos y para convertir cada dificultad en una nueva oportunidad en la vida, en lo que
se ha dado en llamar la resiliencia. Por el contrario, los niños maltratados tienen el autoconcepto
por el suelo. Se sienten rechazados y, por eso, su confianza y seguridad son ínfimas. Son niños
que viven con miedo, porque temen que, en cualquier momento, los van a golpear, sin saber
cuándo, dónde, ni por qué. La arbitrariedad la han aprehendido conviviendo con sus padres:
¡Paradójicamente son maltratados por quien afirma quererlos!

Otro efecto del maltrato infantil, lo expresa Kafka de manera clara: Me volví obediente –dice-,
pero –y esto es lo más importante- “quedé interiormente dañado”. El niño maltratado, debilita su
personalidad. Son niños amargados, con enorme debilidad en sus interacciones sociales. En
ocasiones se vuelven muy agresivos, y en otras, muy huraños. En cualquier caso, no aprehenden a
interactuar con sus congéneres, porque lo que han visto es que las personas se relacionan a las
patadas, a los gritos y mediante humillaciones. Por lo general, en sus hogares se respira temor y
muy poca confianza.

En los hogares muy autoritarios se disminuye la comunicación, porque la única voz que se
escucha es la del padre o la madre. Se vive un eterno monólogo. Padre o madre hablan, y el niño
se somete. En cualquier caso, no se sabe lo que quiere el menor, lo que piensa o lo que quisiera
decir. No se le consulta para nada. Él no participa en las decisiones, ya que se supone que debe
obedecer para poder ser formado. Aunque resulte increíble, el maltratador cree que a golpes se
“formará” el carácter del niño o niña. Supuestamente, así se volverá un adulto más fuerte. Si él
hablara y escuchara a sus hijos, sabría que eso no es cierto, que le mienten sus creencias.

Los niños maltratados tienen gran dificultad para expresar sus sentimientos. Es como si tuvieran
un gran peso encima, porque sus vidas han sido invadidas. A eso se refiere Kafka cuando dice
que quedó “interiormente dañado”: disminuido, arrugado emocionalmente, incapaz de decir lo
que siente. Estos niños vivirán como jóvenes y adultos, con mayor tristeza, depresión y soledad.
Sin ninguna duda, son niños más propensos al suicidio, porque carecen de identidad, seguridad,
proyectos y esperanza.

Es importante resaltar que, el maltrato impacta la estructura profunda emocional, social y


comunicativa del menor. De allí, que, por lo general, el daño provocado sea difícilmente
reparable. Estudios psicoanalíticos de seguimiento concluyen que los padres maltratadores
tienden a subvalorar al hijo y que privilegian la disciplina y el rigor. Por ello, se tornan con
frecuencia arbitrarios: quieren demostrarle al hijo, que ellos siempre son los que mandan. Se
sienten dueños de sus hijos y actúan como si lo fueran. Kafka lo dice de manera brillante: “Tu
opinión era justa; cualquier otra era disparatada, extravagante, absurda. La confianza que
tenías en ti mismo era tan grande, que no necesitabas ser consecuente para seguir teniendo
siempre la razón.”

Los estudios psicológicos de seguimiento han permitido encontrar dos tipos de padres
maltratadores: los de personalidad muy fuerte, que avasallan al menor o, al contrario: un padre
que busca en su hijo la reafirmación del yo. Pese a lo paradójico que resulte, un tipo de
autoritarismo es el ejercido por quien presenta tan poco reconocimiento social, que busca en el
autoritarismo un mecanismo compensatorio de autoafirmación.
El padre o madre autoritario, centraliza la autoridad en el hogar e impone la disciplina sin ningún
tipo de consulta, comunicación, diálogo o participación del hijo. Lo más grave, es que el contexto
social y cultural tan violento en el que hemos vivido como sociedad, tiende a justificar el
maltrato, el golpe y la humillación. Muchos padres y madres todavía creen que es necesario
golpear y castigar a sus hijos, ya que presuponen que a futuro, los hará más fuertes. De hecho, la
mitad lo sigue haciendo. Son expresiones de una sociedad enferma y violenta, que termina por
justificar el castigo, el maltrato y la violencia a la mujer y a los niños. Los maltratadores siempre
se ponen como ejemplo: “A mí me pegaron y no tuve problema en la vida”. No son conscientes
de los efectos que el maltrato ha tenido en ellos y en los niveles de intolerancia y violencia que
suele permear las relaciones entre los colombianos. Deberíamos decirles: precisamente por eso
estamos como estamos en la Colombia de hoy. La cultura del vivo, de la desconfianza, de la
violencia y de la trampa, se aprehende, principalmente, en los hogares colombianos. Esas familias
maltratantes, también han generado una nación que obedece por miedo a los líderes autoritarios y
que impide la participación democrática de la sociedad.

En el hogar tiene que haber límites y es indiscutible que también están equivocados los padres
que no los establecen y que dejan a sus hijos hacer lo que quieran. Dicen ser amigos de ellos sin
darse cuenta que tenemos infinidad de amigos, pero un solo padre y madre en la vida. Por eso la
pérdida de autoridad en los hogares, es un nuevo y creciente problema en las sociedades
modernas, al que tendremos que referirnos en una próxima columna. Paradójicamente, la familia
permisiva también expresa autoritarismo, en este caso el maltratante es el hijo y los maltratados
son los propios padres.

En las familias ocurre algo similar a lo que sucede en las naciones: las democráticas son las que
forman hijos más felices y sanos emocionalmente. Del mismo modo, sólo las naciones
democráticas garantizan el desarrollo humano. Si queremos construir familias más democráticas,
debemos elevar la calidad de la comunicación en el hogar, crear condiciones para ampliar la
participación de todos los miembros; aceptar y respetar los derechos y las diferencias, y mantener
las decisiones en cabeza de los padres. La autoridad no se cede, pero la participación y el diálogo,
tienen que elevarse.

Están equivocados quienes creen que se necesita golpear a los niños para que aprendan. No
aprendemos así los adultos, ¿por qué van a aprender de esa manera los menores? Están
equivocados quienes siguen creyendo en pleno siglo XXI, que “la letra con sangre entra”. No se
educa con rejo, ni con palos. Sin duda, hay que educar a los padres para que aprendan a poner los
límites, y para que lo hagan escuchando y respetando la identidad y los derechos de cada hijo. En
palabras más cotidianas, necesitamos una Pedagogía Dialogante y no una humillante. A eso se
refería Kafka, cuando caracterizaba el “sistema educativo” de su padre: es un sistema para formar
niños obedientes, pero dañados interiormente. ¿Eso es lo que queremos para nuestros hijos y para
la sociedad?
Significado de palabras:

 Huraños: Que rehúye el trato de otras personas y rechaza las atenciones y muestras de
cariño.
 Avasallar: Sujetar o someter a alguien a obediencia.

SUPER ESTRUCTURA

Inicio: Según el último estudio adelantado en Colombia por la Universidad de la Sabana, el 52 %


de los padres actuales maltrata a sus hijos. Lo hacen en su mayoría con palmadas, pero también
es muy alto el porcentaje que recurre al rejo o al palo (47 %). La conclusión es clara: cerca de la
mitad de los hogares en Colombia, maltratan a sus hijos. La cifra debería preocupar a la sociedad,
porque un niño maltratado tenderá a tener dificultades emocionales, afectivas y sociales a
mediano y largo plazo. Estudios realizados por la investigadora Yolanda Puyana, permiten pensar
que, 30 años atrás, los niveles de castigo físico y golpizas eran todavía mayores, pues se
producían en el 62 % de los hogares.

Nudo: Un claro ejemplo “Al ver que unos cuantos gritos de amenaza no producían efecto, me
sacaste de la cama, me llevaste a la terraza y allí me dejaste (…), en camisón, ante la puerta
cerrada. No voy a decir que estuviese mal hecho; es posible que no hubiese realmente otra
manera (…); pero lo que pretendo, al mencionar este hecho, es caracterizar tu sistema educativo y
su efecto sobre mí. Sin duda después me mostré ya obediente, pero quedé interiormente dañado”.
Con estas palabras, Franz Kafka en su célebre Carta al Padre, describe uno de los efectos más
lesivos y prolongados del maltrato infantil. Los niños maltratados son muy fácilmente
reconocidos por los profesores: son huraños, miedosos y, especialmente tristes. Saben que los
rechazan en su propia casa y eso produce profundo dolor ¡se les ve en su mirada!

En los hogares muy autoritarios se disminuye la comunicación, porque la única voz que se
escucha es la del padre o la madre. Se vive un eterno monólogo. Padre o madre hablan, y el niño
se somete. En cualquier caso, no se sabe lo que quiere el menor, lo que piensa o lo que quisiera
decir. No se le consulta para nada. Él no participa en las decisiones, ya que se supone que debe
obedecer para poder ser formado. Aunque resulte increíble, el maltratador cree que a golpes se
“formará” el carácter del niño o niña. Supuestamente, así se volverá un adulto más fuerte. Si él
hablara y escuchara a sus hijos, sabría que eso no es cierto, que le mienten sus creencias.

Desenlace: Esas familias maltratantes, también han generado una nación que obedece por miedo
a los líderes autoritarios y que impide la participación democrática de la sociedad. En el hogar
tiene que haber límites y es indiscutible que también están equivocados los padres que no los
establecen y que dejan a sus hijos hacer lo que quieran. Dicen ser amigos de ellos sin darse
cuenta que tenemos infinidad de amigos, pero un solo padre y madre en la vida. Por eso la
pérdida de autoridad en los hogares, es un nuevo y creciente problema en las sociedades
modernas, al que tendremos que referirnos en una próxima columna. Paradójicamente, la familia
permisiva también expresa autoritarismo, en este caso el maltratante es el hijo y los maltratados
son los propios padres.
Mapa Conceptual:
Comparar y contrastar: Actualmente en un primo de un amigo con 10 años de edad, está
pasando por maltrato infantil, no en lo físico si no en lo psicológico, el sufre de Trastorno por
Déficit. Por esta condición en el colegio en el que esta los profesores no le prestan la suficiente
atención y al contrario lo hacen parecer inferior a los demás compañeros. Pongo este ejemplo
porque en cuanto a ser educadores tienes que saber llevas estos tipos de temas en un estudiante,
ayudarlo a superarse y no a sentirse inferior a los demás. Por eso vemos actualmente que muchos
de los colegios en Colombia no están preparados para recibir esta clase de estudiantes, ya que en
vez de ayudarlos les generan un maltrato infantil psicológico que afecta peor a los niños.

Conclusiones: Excelente este texto que nos colocó en la guía, nunca lo había leído y me pareció
tan interesante como cuenta Kafka su maltrato infantil, también es interesante los valores de
maltrato infantil que se ve en Colombia. Sabemos que los padres son los que más practican este
maltrato. Donde sabemos que sucede porque ellos son los que tienen la última palabra, los padres
tiene que educar muy bien a sus hijos siempre y cuando no estén reflejados los golpes, ni
regaños, ni mucho menos hacerlos sentir superiores a los demás. Este texto nos lleva a concluir
que los padres y muchas personas necesitan ser educadas para poder llevar una buena relación
con su hijo o con el niño.

RESUMEN.

Gran parte de los niños de la población Colombiana viven el maltrato infantil, poniendo el claro
ejemplo Kafka un niño que vivió maltrato por parte de su padre, decidió escribir un texto donde
se percibe el sufrimiento y dolor de este niño, este texto lo llaman “Carta a Padre”. Varias
personas se sintieron conmovidas por esta carta tanto así que dicen que todos los padres y madres
la tienen que leer en algún momento de su vida.

Colombia es una sociedad enferma, no comprende que el maltrato puede llevar a cosas graves,
como por ejemplo en los barrios o antros se viven frecuentemente estos maltratos ya que todo lo
soluciona a golpes, patadas, entre otras. Tenemos que tener presente que Colombia siempre
permanece en un estado de Violencia, donde ya es normal que suceda un asesinato, que suceda
un suicidio. Por qué sucede prácticamente a diario. Tenemos que quitarnos esta mentalidad,
tenemos que saber que cada vida de la persona que sea es importante, que no tiene por qué
suceder homicidios por culta del maltrato, que esto no se nos siga pareciendo algo normal,
tenemos que actuar.

En el área educativa, muchos niños se sienten respaldados por sus profesores y padres ya que les
brindan confianza y los hacen sentir seguros de sí mismos, pues ellos los hacen ver cosas realistas
y expectativas altas. Mientras que existen otros padres y educadores, que les dicen que no va a
llegar lejos, ellos empiezan a perder la confianza y a sentirse inseguros en lo que están haciendo
bien.

Estos maltratos se pueden evitar educando a los padres, donde se les enseñan los límites que
tienen que tener sin sobrepasarse.
CONCLUSION

 Con este trabajo concluí que es muy importante el tema de maltrato infantil, ya que uno
aprende a identificar estos casos en la comunidad y puede colaborar para evitar que siga
sucediendo.
 Es importante estos tipos de trabajos, ya que uno se prepara para realizar un resumen muy
bien redactado, ante cualquier texto que le dejen.
BIBLIOGRAFIA

De Zubiría, J. (2019 julio 25). Las consecuencias del maltrato infantil. Semana. Recuperado de
https://www.semana.com/opinion/articulo/las-consecuencias-del-maltratoinfantil-columna-de-
opinion-julian-de-zubiria/624996

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