853, "Victorel, Carmen Aída contra Provincia de Buenos Aires
(I.P.S.). Demanda contencioso administrativa"
En la ciudad de La Plata, a 4 de abril de 1995, habiéndose
establecido, de conformidad con lo dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden de votación: doctoresMercader, Negri, Laborde, Pisano, Rodríguez Villar,
Ghione, Salas, se reúnen los señores jueces de la Suprema
Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar
sentencia definitiva en la causa B. 52.853, "Victorel, Carmen Aída contra Provincia de Buenos Aires (I.P.S.). Demanda contencioso administrativa".
A N T E C E D E N T E S
1. Carmen Aída Victorel, por apoderado, promovió demanda
contencioso administrativa contra la Provincia de Buenos Aires (Instituto de Previsión Social), pretendiendo que se dejen sin efecto las resoluciones del organismo previsional
dictadas en fechas 16—III—88 y 22—III—89 mediante las
cuales, respectivamente, se denegaron el reconocimiento de servicios por aplicación de la ley 8118 y su cómputo a los fines de la liquidación de la jubilación y, por extemporáneo, el recurso de revocatoria. Solicitó que, en consecuencia, se condene a la demandada a abonarle su prestación previsional incluyendo los referidos servicios con retroactividad al 1º—III—87 y actualización monetaria, intereses y costas.
2. El representante del Fiscal de Estado contestó la
demanda oponiendo a su progreso excepción de incompetencia
y argumentando acerca de la legitimidad de los actos administrativos cuestionados.
3. Agregadas las actuaciones administrativas, contestado
por el actor el traslado de la excepción, producida la
prueba, glosados los alegatos de las partes y hallándose la causa en estado de pronunciar sentencia, corresponde plantear y votar las siguientes
C U E S T I O N E S
1ª ¿Es fundada la excepción de incompetencia?
Caso negativo:
2ª ¿Es fundada la demanda?
V O T A C I O N
A la primera cuestión planteada, el señor Juez doctor
Mercader dijo:
I. 1. Mediante resolución de fecha 16—III—88 del Directorio
del Instituto de Previsión Social se acordó a la actora el
beneficio de jubilación por invalidez, computándose a los
fines de su liquidación 20 años, 8 meses y 14 días de
servicios (fs. 44/45, exp. 2803—32.048/87), acto notificado a la interesada en fecha 12—IV—88 (fs. 46/49 del mismo exp. adm.).
Por considerar que dicho cómputo implicaba desconocimiento
de servicios que le habían sido reconocidos en virtud de lo dispuesto por la ley 8118, la beneficiaria cuestionó el aludido decisorio mediante recurso de revocatoria, en los términos de los arts. 89 y sigtes. del dec. ley 7647 (fs. 50/52, exp. cit.). Al pie del escrito se dejó constancia de la fecha y hora en que tuvo lugar la presentación: 27—IV— 88, 8.30 hs. (fs. 52).
El organismo previsional, por resolución del 22—III—89,
rechazó por extemporáneo el recurso de revocatoria, en
razón de hallarse vencido el plazo acordado por el art. 89 del dec. ley 7647 para su interposición (fs. 65, exp. cit.).
2. La actora cuestiona en la demanda dicha decisión
argumentando que como los plazos vencen a medianoche del respectivo día (art. 27, Código Civil) y el Instituto de Previsión Social sólo atiende hasta las 13.30 hs., el
recurso de revocatoria interpuesto dentro de las dos
primeras horas hábiles del día siguiente al del vencimiento del plazo debe ser considerado en término, como es común en la práctica tribunalicia, atento a la imposibilidad de realizar presentaciones en el día del vencimiento a partir de la mencionada hora (13.30).
3. No obstante tales argumentos, la Fiscalía de Estado
sostiene la legitimidad del acto administrativo que
desestimó, por extemporáneo, el recurso de revocatoria en
razón de considerar inaplicable —con fundamento en
jurisprudencia de esta Corte (causas B. 45.735 y B. 47.412)— el invocado plazo de gracia. En mérito de ello y de las consecuencia que apareja el vencimiento del plazo recursivo —consentimiento del acto originario— en relación a la procedencia de la acción entablada, opone excepción de incompetencia (art. 39 inc. 1º, C.P.C.A.) solicitando el rechazo de la demanda por incumplimiento de uno de sus presupuestos formales (art. 14 del mismo Código).
4. Al contestar el traslado de la excepción, la actora
reitera —en sustancia— las razones sostenidas en la
demanda.
II. No se discute en la causa que el recurso de revocatoria
fue presentado una vez vencido el plazo que, a tal fin,
establece la norma de procedimiento aplicable (art. 89,
dec. ley 7647), dato que además surge del expediente administrativo (fs. 46/49, 52, exp. cit.).
La controversia se refiere a la posibilidad o no de admitir
el denominado "plazo de gracia" en el marco del
procedimiento administrativo regido —en este caso— por el
dec. ley 7647.
Sobre tal cuestión, el Tribunal se ha pronunciado en
anteriores integraciones, sentando una doctrina que
comparto en el sentido de que si bien es cierto que de
acuerdo con lo dispuesto en el art. 27 del Código Civil —y como alega la actora— los plazos deben terminar siempre en la medianoche del último día, los que se señalan para trámites administrativos llevan ínsita la condición de que la actividad de que se trata deberá ejercerse indefectiblemente dentro del horario de la administración en el día del vencimiento. Por consiguiente, el virtual alongamiento del término que en la actualidad consagra el
art. 124 del Código Procesal Civil y Comercial vigente,
constituye un procedimiento que se aplica sólo a las actuaciones judiciales (art. 845) y que no puede trasladarse a la esfera administrativa sin mengua del buen orden que debe presidir su actividad (doctr. causas B.
45.735, "Celulosa Argentina S.A.", sent. 2—II—71 y B.
47.412, "Electro Mecánica Argentina S.A.", sent. 9—XI—76).
Tal conclusión, naturalmente, se apoya en la ausencia de
normas administrativas de procedimiento aplicables que
regulen la posibilidad de efectuar presentaciones una vez
vencida la jornada administrativa o en las dos primeras
horas del día siguiente al del vencimiento del plazo,
descartándose sobre esa base y por las razones expuestas anteriormente, la aplicación ya analógica (causas B. 45.735 y B. 47.412 cits.), ya supletoria (en sent. conc. causa B.
49.359, "Calviño", res. 22—XI—83), de la solución prevista
por el Código Procesal Civil y Comercial —siempre que tal aplicación, como ocurre en el caso, no se halle establecida
tampoco en la norma administrativa aplicable—. Aclaro que
si bien la actora no invoca, en forma expresa, la
aplicación del citado Código —ya que se refiere a la
"práctica tribunalicia"— lo cierto es que la vigencia del "plazo de gracia" en el proceso judicial obedece a una
norma de dicho ordenamiento que lo consagra (art. 124,
tercer párrafo, C.P.C.C.).
En mérito de las razones expuestas cabe concluir que la
decisión administrativa que rechazó, por extemporáneo, el recurso de revocatoria (res. del I.P.S. de fecha) se ajusta a derecho (arts. 89, 74 y concs., dec. ley 7647).
Por consiguiente, y teniendo en consideración que la
interposición fuera de término de los recursos ante la autoridad de la que emanó el acto impugnado hace que éste adquiera firmeza en la esfera que le es propia y resulta —
por tanto— irrevisible en esta instancia (causas B. 49.563,
res. 26—II—85; B. 49.809, res. 4—VI—85; B. 50.329, sent.
27—VI—89; B. 52.955, 29—X—91, entre otras), corresponde
hacer lugar a la excepción de incompetencia planteada por la Fiscalía de Estado y desestimar la demanda por su improcedencia formal (arts. 89, 74 y concs., dec. ley 7647; 14, 39 inc. 1º y concs., Código de Procedimiento en lo Contencioso Administrativo).
Voto por la afirmativa. No procede, en consecuencia, el
tratamiento de la segunda cuestión.
Costas por su orden (art. 17, C.P.C.A.).
A la primera cuestión planteada, el señor Juez doctor Negri
dijo:
Considero que la admisión del denominado "plazo de gracia"
en el procedimiento administrativo en general, y, en
particular, respecto de los plazos establecidos para la interposición de recursos administrativos, no compromete ninguno de los principios aplicables a dicho ámbito, sino que —por el contrario— se adecua a ellos. Tal conclusión, además, encuentra suficiente fundamento en disposiciones del derecho común (art. 27, Código Civil), en la sustancial semejanza existente entre los plazos para recurrir en sede administrativa y los establecidos para las actuaciones
judiciales —que permite aplicar a aquéllos, por vía de
interpretación analógica, la solución o previsión que para éstos ha dado el legislador local: art. 124, C.P.C.C.—, así como en el criterio sostenido por la doctrina especializada en la materia y en la tendencia legislativa actual que se
advierte al haberse consagrado expresamente al mentado
plazo de gracia en distintos ordenamientos que reglan sobre
el procedimiento administrativo (art. 25, decreto nacional
1883/91 modificatorio del decreto reglamentario de la ley 19.549; art. 79, apart. LXXXI, decreto provincial 1227/87, reglamentario de la ley 10.430).
En materia previsional a la que el caso se refiere, la
solución que propongo resulta —a mi juicio— impuesta además por la propia naturaleza de los derechos comprometidos, pues su carácter de imprescriptibles constituye una
justificación adicional para interpretar, con criterio
amplio, las exigencias formales a que se hallan sujetos los trámites ante las autoridades administrativas competentes para resolver acerca de ellos.
1. De acuerdo con el art. 27 del Código Civil, los plazos
deben terminar siempre en la medianoche del último día, de manera que el impedimento de efectuar presentaciones en la
última jornada del plazo fijado —esto es, en término
oportuno— derivado del limitado horario de atención de la administración —es decir, de la existencia de un horario hábil dentro de esa jornada—, no sólo resulta atendible sino que, además, no puede perjudicar la vigencia del aludido principio del derecho común ni la situación del interesado que se vio privado de utilizar un tiempo idóneo para realizar la gestión por una causa que le es totalmente ajena. El virtual alargamiento del plazo que deviene de considerar temporánea la presentación efectuada dentro de las dos
primeras horas hábiles del día siguiente al del vencimiento
constituye una solución que halla, entonces, suficiente
justificación, porque compensa la aludida imposibilidad del
ejercicio de un derecho en tiempo oportuno. No se trata de modificar los plazos o sus vencimientos, sino de reconocer una facultad a quien gestiona una vez fenecidos —pero en forma inmediata a su agotamiento—.
2. El hecho de que el ordenamiento procedimental aplicable
al caso (dec. ley 7647) no contemple expresamente tal
solución, o que no prevea del mismo modo la aplicación subsidiaria del Código Procesal Civil y Comercial, no es
obstáculo para admitirla, pues, como he de demostrar
seguidamente, no se afecta por ello la esencia del procedimiento ni la actividad administrativa, como tampoco se trata de una solución desprovista de fundamento normativo, el que se encuentra en la aplicación analógica
del art. 124 del citado Código (conf. arts. 171,
Constitución provincial y 16, Código Civil).
3. La jurisprudencia que cita el ministro de primer voto
proporciona —al arribar a una conclusión contraria— fundamentos débiles o poco convincentes pues, no obstante admitir el principio emanado del art. 27 del Código Civil, expresa que el procedimiento previsto por el art. 124 del Código Procesal Civil y Comercial, "no puede trasladarse a la esfera administrativa sin mengua del buen orden que debe presidir su actividad". No advierto de que manera puede alterarse el buen orden, si, admitido el plazo de gracia, existe la certeza de que los trámites correspondientes
pueden ejercitarse dentro de las dos primeras horas hábiles
del día hábil siguiente al del vencimiento del plazo.
Tampoco encuentro en la necesidad de dejarse constancia de
la hora de presentación del escrito una circunstancia que pueda entorpecer el orden de la actividad administrativa, atento a la obligación de la autoridad administrativa de poner el cargo pertinente en todo escrito que le fuera presentado (art. 34, dec. ley 7647).
4. Los principios que rigen el procedimiento administrativo
—formalismo moderado, debido proceso adjetivo, búsqueda de
la verdad material— refuerzan las consideraciones que vengo
exponiendo, puesto que resulta obvio que la admisión del plazo de gracia no sólo guarda armonía con ellos, sino que
coadyuva al logro de la finalidad esencial de tal
procedimiento —verdad material—, principio que las normas
privilegian aún en materia de recursos frente al
vencimiento del plazo correspondiente (conf. art. 74, segunda parte, dec. ley 7647; v. asimismo, art. 1 inc. e ap. 6, ley 19.549).
5. Idénticas conclusiones surgen si se atiende a las
características que en ese ámbito tienen los plazos, dado que por principio, son susceptibles de prórroga y no son perentorios (arts. 72 y 73, dec. ley 7647). Si bien los establecidos para interponer recursos administrativos hacen excepción a tales caracteres (art. 74, primera parte, dec. ley cit.), esto no permite una interpretación tan rigurosa que termine por desnaturalizar el procedimiento de que se trata y su finalidad, sobre todo teniendo en cuenta que la
propia ley brinda una pauta en tal sentido, desde que
posibilita la sustanciación del recurso interpuesto fuera
de término y la subsiguiente revocación o anulación del
acto impugnado (art. 74, segunda parte, cit.).
Si la firmeza del acto —y las razones de seguridad jurídica
que la sustentan— no obstan y ceden frente al supuesto
previsto por la citada disposición, con mayor razón no
puede vérselas afectadas por admitirse que el derecho de recurrir se ejerza válidamente dentro de un brevísimo lapso posterior al vencimiento del plazo fijado.
6. Pero como si estas razones no bastaran, la aplicación
por analogía del art. 124 del Código Procesal Civil y Comercial resulta precisamente de la sustancial semejanza que existe entre los plazos del proceso judicial y los recursivos del procedimiento administrativo, en tanto ambos se caracterizan por ser perentorios, solución por lo demás auspiciada por la más autorizada doctrina (conf. Linares,
"Derecho Administrativo", 1980, p. 365 y nota 23 y Fiorini,
"Derecho Administrativo", t. 2, p. 522), puesto que lejos de resultar incompatible, es la que más armoniza con las reglas, principios y finalidades de dicho procedimiento.
Si en el proceso judicial, sujeto a reglas rigurosas en
materia de preclusión y perentoriedad de plazos (art. 155 y concs., C.P.C.C.) —dado el principio de igualdad que lo rige—, el legislador ha contemplado expresamente el denominado "plazo de gracia", con mayor razón esta solución puede ser aplicada a un procedimiento sujeto a reglas no rigurosas.
Es que el hecho de que en el primer caso el legislador haya
contemplado expresamente la solución y en el segundo no, no
constituye, frente a las razones dadas, un fundamento determinante para resolver el último en distinto sentido;
por el contrario, la imprevisión legislativa autoriza
acudir a la previsión normada para el supuesto
sustancialmente análogo, en el caso, el del art. 124 del
Código Procesal Civil y Comercial.
7. La posición que sostengo se encuentra respaldada,
además, por la tendencia legislativa actual de instituir
normativamente el plazo de gracia en el ámbito de los procedimientos administrativos (conf. normas provinciales y nacionales ya citadas), criterio aceptado antes de tal expresa incorporación por la doctrina (conf. citas de Linares y Fiorini) y por la jurisprudencia nacional (C.S.N., J.A., 1979—I—557).
8. Por los fundamentos expuestos, y acreditado que el actor
interpuso el recurso administrativo dentro de las dos
primeras horas hábiles del día siguiente al del vencimiento
del plazo correspondiente (fs. 52, exp. 2803—32.048/87), por lo que debe ser considerado en término oportuno (art. 124, C.P.C.C.), corresponde desestimar la excepción de incompetencia opuesta por la demandada.
A la primera cuestión planteada, voto por
la negativa. Corresponde por consecuencia el tratamiento de
la segunda. Costas por su orden (art. 17, C.P.C.A.).
El señor Juez doctor Laborde, por los fundamentos expuestos
por el señor Juez doctor Mercader, votó por la afirmativa.
A la cuestión primera planteada el señor Juez doctor Pisano
dijo:
Con la aclaración de que los supuestos fácticos del fallo
de la Corte Suprema de Justicia de la Nación citada por el
doctor Negri difieren de los del presente caso, voto por la afirmativa.
El señor Juez doctor Rodríguez Villar, por los fundamentos
expuestos por señor Juez Negri, votó por la negativa.
Los señores jueces doctores Ghione y Salas, por los
fundamentos expuestos por el señor Juez doctor Mercader,
votaron por la afirmativa.
En virtud del sentido en que se votó la primera cuestión,
no corresponde el tratamiento de la segunda.
Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente
S E N T E N C I A
Por los fundamentos expuestos en el acuerdo que antecede,
por mayoría, se hace lugar a la excepción de incompetencia
opuesta por la demandada y, por consiguiente, se rechaza la
demanda interpuesta por su improcedencia formal.
Costas en el orden causado (art. 17, C.P.C.A.).
Por su actuación profesional en autos, regúlanse los
honorarios del doctor Manuel S. Lavalle, en la suma de ... pesos (arts. 9, 10, 14, 15, 16, 22, 26, 28 inc. "a", 44 inc. "b" 2ª parte y 54 del dec. ley 8904/77), cantidad a la que deberá adicionarse el 10% (ley 8455). Regístrese y notifíquese.