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PRIMERAS TEORÍAS

Charles Darwin - Tres principios

Darwin destacó tres principios bajo por los cuales determinados movimientos faciales
pueden haberse asociado con emociones específicas a lo largo de la historia de la especie
humana.

Primer principio​ - ​“Principio de los hábitos útiles asociados”​: Filogenéticamente, los


movimientos faciales que nosotros reconocemos como expresión de emociones en algún
momento sirvieron para ​funciones adaptativas específicas​. Estos movimientos, con el
tiempo se fueron asociando no solamente con estímulos del exterior, sino con sentimientos
relacionados con ese estímulo exterior. ​Los rostros que alguna vez sirvieron para una
función práctica, llegaron a producirse en situaciones en que esta función ya no se aplicaba​.

Segundo principio​- ​“Principio de antítesis”​: ​Movimientos opuestos a los hábitos útiles,


se asociaban a estado afectivos contrapuestos​.

Tercer principio​- ​“Principio de acción del sistema nervioso”​​: ​Determinada información


facial emocional manifestada deriva de síntomas de excitación sensorial​. Andamiaje
fisiológico de la expresión facial.

Darwin quiso dar cuenta de una conexión entre emoción y expresión, pero sin explicar
precisamente cómo es que las emociones devinieron en expresiones. Los movimientos se
correlacionaron con las emociones filogenéticamente, pero no explica su relación intrínseca.

John Dewey y las acciones pragmáticas​.

Dewey combinó las ideas de Darwin y las de James.

James​desarrolló la ​teoría de la retroalimentación:​ Las expresiones faciales no son


consecuencia de estados internos sino que son reacciones directas a situaciones
emocionales que fueron, entonces, internamente percibidas como una emoción. ​No
sonreímos porque estamos felices, sino que estamos felices porque sonreímos​.

Sin embargo, James se quedó corto al explicar cómo es que un hecho se vuelve excitante
de una emoción. ¿Cómo sabe el cuerpo qué respuesta dar a un hecho exterior sin
identificarlo anteriormente internamente como una emoción? Porque, en ese caso,
socavaría la teoría que dice que los cambios corporales son los que dan lugar a la emoción
propiamente dicha.

La explicación de Darwin acerca de los cambios corporales ayuda a darle una explicación a
esto: ​No se percibe al oso como algo atemorizante, sino como algo a lo que debemos
escapar​. Perseguimos acciones prácticas que el oso nos impide, y por tanto ajustamos
nuestro comportamiento consecuentemente. El movimiento facial es parte del ajuste y la
emoción emerge en el desarrollo paralelo de ese ajuste.
Dewey considera la acción dirigida al objeto produciéndose primero, y la expresión y la
emoción, emergiendo de ella.
Queda planteada una duda: Si los movimientos faciales son los principales constituyentes
de la acción, ¿Por qué a menudo parece que tienen un significado emocional? Dewey
responde que eso es una interpretación del espectador.

Mead y la comunicación

Para Mead, las acciones alcanzan una verdadera significación simbólica cuando convocan
respuestas idénticas en ambos actores y observadores. Sin embargo, esto solo ocurre en el
lenguaje verbal, porque los movimientos faciales no ofrecen la misma información visual a
los actores y observadores.

Mead llevó la compresión de los movimientos faciales a su inserción en un contexto social.


Su significado no deriva de un estado mental preexistente, sino de la forma en que se
desempeñan en el desarrollo de la vida interpersonal. ​El significado del rostro es orientado,
principalmente, al mundo social y las expresiones por lo general generan su valor
comunicativo en el curso de las interacciones con la estructura temporal articulada.

TEORÍAS CONTEMPORÁNEAS

Teoría neurocultural de Ekman

Ekman considera que los movimientos faciales derivan sus funciones emocionalmente
expresivas de la selección natural. Sin embargo, algunos movimientos pudieron haber
evolucionado para expresar la emoción, en lugar de servir a otros fines. ​Según Ekman, una
conexión física fija vincula cada una de las emociones básicas con un patrón de
movimientos físicos​. La activación de una emoción inicia un programa de afecto facial. ​El
aprendizaje cultural es el que determina el rango de elicitadores que activarán la emoción​;
la socialización nos enseña qué debe emocionarnos y también cómo controlar las
expresiones de acuerdo a las reglas convencionales de exhibición. Sin embargo, ​la
conexión central entre la emoción elicitada y su impulso asociado a la expresiones está
preprogramado por selección natural​. Debido a que el modelo reconoce el impacto de la
naturaleza y la crianza, se lo denominó ,teoría neurocultural.

Teoría del comportamiento ecológico de Fridlund

La teoría de Fridlund difiere de la de Ekman en dos aspectos.

1 - Fridlund argumentó que la función de los movimientos faciales es la de comunicar


información a otras personas, en lugar de expresar cualquier cosa. ​Las expresiones faciales
están orientadas al otro, sirven a la comunicación.

2 - ​El contenido de la comunicación no es directamente sobre la emoción, sino más bien se


refiere a los motivos sociales​.
No existe un mapeo de las expresiones con las emociones, porque la misma emoción
puede estar acompañada por motivos sociales diferentes en situaciones distintas. La
expresión se expresa si hay una intención abiertamente hostil o si hay una audiencia
adecuada para recibir el mensaje.​ El rostro no expresa emoción, sino intención​. Se
comunica la intención, no existe la experiencia subjetiva de la ira.

De todas formas, ​las acciones privadas están llevadas a cabo teniendo en cuenta a alguien
más en mente, aun cuando ese alguien sea un “otro generalizado”​. Esto explica que a
veces las personas expresan emociones a pesar de estar en soledad o no estar en un
contexto social abierto.

EVIDENCIA DE CONEXIONES DIRECTAS ENTRE EMOCIÓN-EXPRESIÓN

Atribución transcultural de emociones.

Si Ekman estaba acertado, entonces esperaríamos que todos los seres humanos mostraran
la misma respuesta facial una vez que haya sido iniciada la emoción, a pesar de las
diferencias culturales.

Experimentalmente, se ha intentando comprobar si los perceptores o bien, deben aprender,


o instintivamente saben el significado emocional “correcto” de los correspondientes
movimientos del rostro, independientemente de sus orígenes culturales.
Una serie de estudios han evaluado, por lo tanto, la coherencia transcultural de la atribución
emocional de los rostros, que supuestamente muestran la expresión canónica de más o
menos seis emociones básicas.

La gente parece saber algo acerca de las connotaciones emocionales de determinadas


posiciones de los rostros independientemente del nivel de exposición a las convenciones
occidentales. Sin embargo, hay diferencias transculturales en las denominadas
“puntuaciones de precisión”. Si tanto el asco, como la felicidad tienen un mismo status como
emociones básicas, las cuales están conectadas a expresiones canónicas ,¿Por qué
entonces los participantes de sociedad preliterarias estudiados por Ekman categorizaban
las expresiones de “asco” occidental en menos de un 30& de los ensayos, pero calificaban
la de “felicidad” en más de un 90%?

Evidencias del desarrollo

Evidencia a favor de la teoría de Ekman, surgen de la evidencia recogida a través de los


estudios de la emergencia de patrones faciales durante la infancia. Una investigación
realizada por Eibl-Eibesfeldt mostró que niños que nacieron discapacidades perceptiles,
adoptaron posiciones faciales de emociones básicas, en circunstancias viables para que
ocurran. El investigador señaló que estos movimientos no podrían haber sido aprendidos
copiando los movimientos de los adultos, sobre todo porque dos de los niños tenían
deformaciones en los brazos que impedían el aprendizaje a través del tacto. .
Evidencia comparativa.

Hay problemas para hacer correlaciones entre especies no-humanas y humanos. Aunque
los animales realizan movimientos faciales que pueden compararse con emociones, no
podemos estar seguros de que estos expresen efectivamente emociones. Por ejemplo,
expresiones de amenaza podrían ser vistas como un signo de ira, pero su significado más
directo es, precisamente, amenazas comunicando un motivo social.

Pruebas neurológicas.

Las evidencias recogidas desde la neuropsicología no encuentran vínculos directos entre


emociones y expresiones. No se han encontrado áreas o circuitos cerebrales que
correspondan únicamente a emociones básicas.

Ninguno de los datos transculturales disponibles proporciona apoyo concluyente a la


afirmación de Ekman. Las correlaciones descritas son compatibles con el modelo de
Fridlund.

INFLUENCIAS INTERPERSONALES EN LOS MOVIMIENTOS FACIALES

Tanto la teoría de Ekman como la de Fridlund otorgan hipótesis diferentes acerca del
impacto del contexto interpersonal en el movimiento facial. ​Para Ekman las otras personas
pueden aparecer como reguladores de la exhibición mientras que para Fridlund las otras
personas son los destinatarios previstos para la comunicación de motivos​.

Según Ekman, si dos culturas comparten un desencadenante común para la misma


emoción básica, la respuesta facial a esa emoción debe diferir sólo en la medida en que
tienen diferentes reglas de exhibición.​ En un estudio, sometieron a ver películas primero en
solitario, y luego junto a un investigador, a dos grupos de jóvenes norteamericanos y
orientales. Las expresiones faciales fueron equivalentes entre los dos grupos cuando la
película era vista en soledad, pero en la segunda etapa los jóvenes japoneses demostraron
una inhibición de sus expresiones negativas. Esto se explica por las reglas culturales que
rigen que las figuras consideradas de autoridad no son destinatarios posibles para
expresiones de disgusto o disconformidad. Es decir, factores interpersonales activaron una
regla de exhibición japonesa que a su vez influyó en la expresión, pero no en la emoción
misma.

De acuerdo con el enfoque de Ekman, debería haber menor inhibición de la expresión


emocional espontánea en situaciones de no-observación que en situaciones de
observación. Según Fridlund, habrá menos movimiento facial en situaciones no-observadas
que en situaciones en donde haya un destinatario posible para comunicar la expresión.

Facilitación por una audiencia de adultos

En un estudio realizado por Kraut y Johnson, se analizaba la expresión de emociones en


adultos que jugaban al bowling. Un investigador observaba a los jugadores desde los pinos,
desde un lugar donde la expresión emocional era no-social, y un segundo observador lo
hacía desde detrás de la bolera, donde se encontraban potenciales receptores de las
expresiones emocionales del jugador. La conclusión es que el sonreír parecía depender
más de la presencia de un destinatario que del estado emocional.

En otra investigación, donde se analizó la cobertura televisiva de los juegos olímpicos, se


llegó a la conclusión de que la presencia de un destinatario susceptible fomenta el sonreír.
La felicidad intensa no es una condición suficiente para la aparición del movimiento facial.

Facilitación por audiencias imaginarias.

Fridlund hizo estudios para probar la hipótesis de la “sociabilidad implícita”, es decir, que las
sonrisas privadas se dirigen a una audiencia intrapsíquica.

Mostró una serie de clips agradables a los participantes mientras que amigos de los mismos
estaban presentes físicamente o de modo imaginado. La actividad del músculo cigomático
mayor fueron más elevadas cuando los participantes vieron los fragmentos de la película
con un amigo en la misma habitación. Además, los participantes que vieron los videos
solos, tuvieron una actividad mayor cuando creían que un amigo estaba en otra habitación
que cuando habían llegado al laboratorio sin un amigo. También, imaginar al amigo viendo
la película evidenciaba una actividad cigomática mucho mayor que imaginarlo haciendo otra
cosa. ​Para Fridlund la explicación es que dirigimos las expresiones privadas hacia otros
imaginados, y esos otros son más disponibles en la imaginación cuando se comparte
experiencia similar.

DISTINGUIENDO LAS EMOCIONES DE LOS MOTIVOS SOCIALES

Fridlund cuestionó las definiciones de las emociones con el argumento de que se


encuentran definidas como entidades internas con consecuencias inciertas para la acción,
él no concibe los motivos sociales como entidades mentales intactas que posteriormente
puedan ser extraídas para leerse.

El significado de los movimientos faciales emerge de un continuo y acumulativo contexto


interactivo, no es algo que preexiste a su aparición.​ Uno no necesariamente formula una
intención mental para atacar antes de que la expresión-acerca-de-la-agresión aparezca en
el rostro.

Las emociones, sin embargo, también pueden ser susceptibles a este tipo de reformulación.
La teoría de Dewey las presenta como parte de un proceso de ajuste práctico para con el
medio ambiente.

Frijda consideró a la emoción como un proceso intrínsecamente relacional.

Parkinson enfatizó su papel en las relaciones sociales.


Desde esta última perspectiva, el propósito de la emoción es reconfigurar las relaciones
interpersonales mediante la comunicación de los appraisals y sus implicaciones asociadas
para la acción.​ La emoción pueden surgir bottom-up a partir del patrón de compromiso
permanente con las cambiantes demandas relacionales. La conducta facial es solo un
aspecto posible del proceso de realineamiento de las relaciones con otras personas y
objetos que, aunque no siempre, se unifica en una emoción.

En resúmen, ni las emociones ni lo motivos sociales deben ser comprendidos como estados
mentales privados.

Sin embargo, a pesar de que hay una superposición entre un término y el otro, esto no
significa que ambas teorías (Ekman y Fridlund) sean intercambiables. Hay tres diferencias
de fondo que son importantes:

1 - Fridlund puso el énfasis en la comunicación más que en la expresión implica que los
movimientos faciales no son respuestas directas a cualquiera de las emociones o motivos
sociales, sino que dependen de la presencia de alguien.
2- Puede ser que cada emoción diferente no esté caracterizada por un motivo social único.
3- A pesar de que las emociones a menudo implican motivos sociales, algunos de los
motivos sociales asociados con los movimientos faciales son no emocionales.

¿Qué significan realmente las emociones?

Los movimientos faciales pueden realizar muchas funciones comunicativas y pragmáticas


que son centrales al proceso emocional, pero no son el mismo.

1-Pueden estar involucrados en la aplicación de la atención sensorial hacia objetos, y en la


transmisión de información sobre su dirección e intensidad a los destinatarios pertinentes.

Modos determinados de relacionarse pueden ser especificados por las características de las
orientaciones del rostro, llevando implicaciones de evaluación. Por ejemplo, la combinación
de atención visual hacia un objeto y retirada a través de movimientos de alejamiento implica
que el objeto se percibe como amenaza, si el objeto es otra persona esto indica un motivo
social intrínseco, Si el objeto es no-social, la reacción de otra persona para con el
movimiento ficha de la persona puede ayudar a constituir la valoración y la emoción
asociada.

Sin embargo, esto no implica que los rostros se corresponden siempre con la emoción
actual.

La conducta facial no es un proceso unidireccional de transmisión de significado, sino más


bien es un ajuste continuo a los complementarios flujos de movimientos faciales de los
demás.

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