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Movimientos Pre-independentistas

La Insurrecion de José Leonardo Chirinos

Cabecilla de la insurrección de negros y zambos surgida en la serranía de Coro en 1795.


Hijo de un esclavo al servicio de la familia Chirino, nació libre por ser su madre una india.
Casó con una mulata llamada María de los Dolores con quien tuvo 3 hijos: María Bibiana,
José Hilario y Rafael María. Pasó más tarde a servir a José Tellería, rico comerciante y
síndico procurador de Coro, a quien acompañó en uno de sus viajes al Santo Domingo
francés (luego Haití). Allí pudo informarse de los primeros movimientos insurreccionales de
negros y mulatos. De regreso a Venezuela se unió a un grupo de conjurados que se reunían
en el trapiche de la hacienda Macanillas (Curimagua, Edo. Falcón), entre los que estaba
José Caridad González, un loango muy informado de las ideas de la Revolución Francesa.
A partir del 3 de mayo de 1795, empezaron a preparar la insurrección que estalló el día 10.
Pasaron a la hacienda El Socorro, donde adoptaron su programa revolucionario:
establecimiento de lo que llamaban la Ley de los Franceses, es decir la República;
eliminación de la esclavitud e igualdad de las clases sociales; supresión de los privilegios;
derogación de los impuestos de alcabala. Casi todos los partidarios de Chirino eran negros
de la tribu de los «loangos» o «minas». La idea era tomar todas las haciendas de la zona,
reclutar hombres, asegurar el paso hacia Coro y después hacer entrada a esa ciudad.
Luego de dar muerte a algunos blancos y realizar varios saqueos, se entregaron a la
celebración demorando la toma de Coro, con lo cual dieron tiempo a las autoridades de
organizar la defensa. Los insurrectos fueron repelidos, por lo que muchos murieron, otros
fueron apresados y los más afortunados huyeron. Chirino, perseguido por las autoridades,
pudo escapar y refugiarse en la selva hasta que traicionado por un conocido en Baragua,
cayó preso, en agosto de 1795. Trasladado a Caracas, la Real Audiencia lo condenó, el 10
de diciembre de 1796, «como agente activo del delito de subversión» a muerte en la horca,
sentencia que se ejecutó en la plaza Mayor de esa ciudad. Su cabeza, puesta en una jaula
de hierro, se colocó en el camino hacia los valles de Aragua y Coro. Sus 2 manos cortadas
se fijaron en Caujarao y Curimagua. Su esposa e hijos fueron condenados a ser vendidos
como esclavos lejos del sitio en el que vivían: María de los Dolores y Rafael María, en
Caracas, y María Bibiana y José Hilario, en Puerto Cabello, aunque su esposa no pudo ver
ejecutada la sentencia, pues enfermó y murió al poco tiempo. El movimiento de Chirino y
José Caridad González fue una verdadera insurrección, cuya importancia política,
económica y social ha sido reconocida por los historiadores que lo han estudiado. Con
motivo de cumplirse los 200 años de la insurrección encabezada por Chirino, el Ejecutivo
Nacional, el Congreso de la República y diversas instituciones culturales del país, acordaron
homenajear al luchador social. Entre los actos realizados estuvo la develación de una placa
conmemorativa en el Panteón Nacional, el 10 de mayo de 1995, con lo cual quedó
reconocida oficialmente su presencia al lado de los otros próceres venezolanos.

La Conspiración de Gual y España


Movimiento revolucionario organizado en La Guaira y Caracas en 1797, por Manuel Gual y
José María España; puede ser considerado como uno de los antecedentes más cercanos
de los sucesos del 19 de abril de 1810. En relación a sus máximos dirigentes, tenemos que
el primero, guaireño, era militar retirado (capitán), hijo de un oficial que unos 50 años antes
había defendido al puerto de La Guaira contra los ataques navales de los ingleses. El
segundo desempeñaba el cargo de teniente de justicia de Macuto. En términos generales,
se trató de un proyecto revolucionario igualitario, republicano y democrático, con proyección
hacia el resto del continente. En la conjura participaron individuos de todas las clases
sociales, exceptuando a los mantuanos. En tal sentido figuraron entre los conjurados
comerciantes como Manuel Montesinos Rico; los abogados criollos Nicolás Ascanio y Luis
Tomás Peraza; los ingenieros militares Patricio Ronán y Juan Lartigue de Condé (francés al
servicio de la monarquía española); funcionarios de la Real Hacienda como Joaquín
Sorondo, Juan José Mendiri, Martín Goinaga; y el párroco de La Guaira, Juan Agustín
González. También formaron parte de la conspiración abogados y letrados, así como
muchos artesanos, es decir: albañiles, zapateros, herreros; muchos sargentos, cabos y
soldados, unos pardos y algunos blancos. En síntesis, se trataba de una rebelión de gente
de lo que podía ser considerado como un sector medio, que pretendía hacer de la provincia
de Venezuela una república democrática independiente.
En la conspiración de Gual y España desempeñaron un importante papel varios
revolucionarios españoles que encabezados por el educador y escritor Juan Bautista
Picornell, habían pertenecido a una logia masónica madrileña que había organizado en la
capital de España un golpe de Estado que tenía como propósito derrocar el régimen
monárquico e instaurar una República al estilo de la francesa. Este movimiento en el que
también estaban implicados el profesor de matemáticas Sebastián Andrés y el de
humanidades José Lax, así como el miembro del Real Colegio de Pajes, Manuel Cortés
Campomanes, debía estallar el 3 de febrero de 1796, día de San Blas. Pero los mismos
fueron delatados antes de lograr su objetivo siendo apresados, juzgados y condenados a
muerte, pena que les fue conmutada por la del encierro en predios de América, gracias a la
intervención del embajador de Francia. En diciembre de 1796 y a comienzos de 1797, los 4
conspiradores europeos fueron llegando al puerto de La Guaira, donde se les encerró en las
bóvedas. Al poco tiempo Picornell y sus compañeros entraron en contacto con Gual y
España, reforzando sus ideas revolucionarias. El movimiento que tuvo su foco en La Guaira
desde donde se extendió rápidamente a Caracas; contó con un conjunto de documentos
teóricos e instrucciones de carácter organizativo práctico. Inclusive se previeron cantos
revolucionarios como la Carmañola americana, inspirada en su homónima francesa, y una
canción americana surgida de la propia entraña del medio social, aunque con influencia de
La Marsellesa.
Entre los meses de abril y junio de 1797 se realizaron diversas reuniones de los conjurados,
en casa de España, en la de Ronán, en la de Mendiri. Gual quien no vivía en La Guaira,
sino en Santa Lucía, asistía también a dichos encuentros, alojándose en casa del ingeniero
Ronán. En una de las reuniones celebradas en casa de España, éste exhortó a los
presentes a derramar su sangre por la patria si fuese preciso, a la vez que recibía su
juramento de fidelidad y les exhortaba a guardar secreto. Los conspiradores se llamaban
entre si "hermanos", expresión que funcionaba además como santo y seña para
reconocerse. Asimismo, como símbolo de su movimiento crearon una escarapela de 4
colores (blanco, azul, amarillo y rojo), el cual representaba las 4 etnias que participaban en
él: blancos, pardos, indios y negros. La primera acción llevada a cabo por los conspiradores
fue la de organizar la fuga de los presos españoles que se encontraban en las bóvedas del
puerto de La Guaira, hecho que se efectuó el 4 de junio, con la complicidad de los
carceleros. No obstante, vale la pena señalar que para ese momento sólo existían 3
prisioneros, pues José Lax había sido trasladado poco antes a Puerto Cabello. En cuanto a
Sebastián Andrés, después de fugarse, subió a Caracas, donde fue arrestado el día
siguiente. Por su parte, Picornell y Cortés Campomanes se escondieron en un lugar llamado
La Vigía de Chacón, cuyo vigilante, un soldado pardo, los protegió hasta el 16 de junio,
cuando pudieron salir hacia la casa de España en Macuto; desde donde se arreglaría su
salida a Curazao el 26 de junio. De Curazao, Picornell y Cortés pasaron a la isla de
Guadalupe, colonia francesa. Desde allí o en la ciudad de Santo Domingo (que en esta
época estaba también dominada por los franceses), Picornell hizo imprimir numerosos
ejemplares de La Canción Americana, cuyo estribillo decía: "... Viva tan solo el Pueblo/ el
Pueblo Soberano./ Mueran los opresores, / Mueran sus partidarios.... " y más de 2.000 del
folleto titulado Derechos del hombre y del ciudadano, con máximas republicanas y un
discurso preliminar dirigido a los americanos, con el pie de imprenta apócrifo "Madrid, en la
imprenta de la Verdad, 1797". Luego de esto, se dedicó a promover su introducción
clandestina en Tierra Firme.
Mientras tanto en La Guaira la conspiración seguía su curso. En tal sentido, el movimiento
fue fijado para el 16 de julio, día de la Virgen del Carmen. El comerciante Manuel
Montesinos Rico, quien vivía en Caracas, había recibido de Gual el encargo de promover la
conspiración en la capital. El 11 de julio, Montesinos intentó captar para el movimiento al
oficial de Milicias de Pardos, insinuándole que facilitara a los conjurados el acceso a la
armería del cuartel el día 16. No obstante, Chirinos no se dejó convencer y habló con varios
compañeros y luego con el capellán de su batallón y éste con uno de los párrocos de la
catedral, por que la noticia finalmente llegó a oídos del gobernador y capitán general Pedro
Carbonell ya avanzada la tarde del día 13. El primero de los conjurados en ser arrestado fue
Montesinos Rico, en cuya casa fueron encontrados documentos revolucionarios, algunos
escritos por él y otros por Picornell. Entre estos manuscritos se encontraban las
Ordenanzas, las cuales comenzaban de la siguiente manera: "... En el nombre de la
Santísima Trinidad y de Jesús, María y José, amén...", a lo que seguían 44 artículos en los
que se establecían las bases del nuevo gobierno revolucionario, declarando que el
movimiento era hijo de "la razón, de la justicia y de la virtud", que la esclavitud quedaba
abolida y que los 4 fundamentos de los derechos del hombre eran "igualdad, libertad,
propiedad y seguridad". Gual enterado de la captura de Montesinos, bajó a La Guaira en la
noche del día 14 con la intención de adelantar el estallido del movimiento. Sin embargo, al
desistir Ronán de su participación en la conspiración, Gual y España decidieron partir rumbo
a las Antillas. El objetivo de los conjurados, luego de haberse apoderado de La Guaira y
Caracas, era enviar comisionados a las capitales de las provincias de la capitanía general y
a otras poblaciones importantes, con una copia de las Ordenanzas y una circular dirigida a
las autoridades de cada lugar en las que se les conminaba a sumarse al movimiento.
pLa reacción de las autoridades españolas ante el movimiento conspirativo no se hizo
esperar, siendo detenidas numerosas personas tanto en La Guaira como en Caracas. Por la
captura de Gual y España quienes recorrieron Curazao, Guadalupe, Martinica, Saint
Thomas, Saint Croix y Trinidad, se ofrecían 500 pesos de recompensa, y en caso de
presentar resistencia la cantidad aumentaba a 10.000 pesos por Gual (que era militar) y de
5.000 pesos por España. A pesar de la recompensa que se ofrecía por su captura, España
desembarcó disfrazado de marinero en el puerto de La Guaira a fines de enero de 1799,
logrando llegar a su casa de Macuto donde pudo esconderse. Allí permaneció unos 3
meses hasta que decidió iniciar una rebelión contra el nuevo gobierno en Caracas de
Manuel Guevara Vasconcelos. Denunciado por uno de sus esclavos, España fue arrestado
y conducido a la capital a fines de abril. Juzgado sumariamente, fue condenado a muerte el
6 de mayo y ejecutado el 8, en la plaza Mayor de Caracas (actual plaza Bolívar). Otros
conspiradores ejecutados fueron el soldado Manuel Pino y el cabo Agustín Serrano en
Caracas y el sargento José Ruiseñol, el artillero José Narciso del Valle y el albañil Juan
Moreno en La Guaira. Manuel Gual permaneció en la isla de Trinidad, desde donde se
comunicó con el Precursor Francisco de Miranda, quien estaba en Londres. En mayo de
1799 Gual publicó una Alocución dirigida a sus compatriotas, excitándoles a seguir
combatiendo por la independencia. El 25 de octubre de 1800 murió en San José de Oruña
(Trinidad), probablemente envenenado por un espía. Picornell y Cortés Campomanes
sobrevivieron.
Aunque la Conspiración de Gual y España fracasó como movimiento revolucionario en julio
de 1797 y se extinguió definitivamente con la muerte de sus principales líderes José María
España en 1799 y Manuel Gual en 1800, los textos que se difundieron durante la misma
tuvieron una considerable influencia en el movimiento emancipador de Hispanoamérica. El
documento más importante que emanó de la Conspiración de Gual y España fue el de los
Derechos del hombre y del ciudadano con varias máximas republicanas y un discurso
preliminar dedicado a los americanos, el cual contenía como parte central el texto de los
Derechos del hombre y del ciudadano, traducidos de la declaración francesa que precedió
al acta constitucional del 24 de junio de 1793. En definitiva, analizando los documentos
relacionados con el movimiento conspirativo de Gual y España, se puede concluir que esta
conjura es la de mayor contenido teórico, la más orgánica y completa, con perfecta
definición de ideario y fines, de todos los movimientos precursores de la independencia de
la América meridional.

Intentos independentistas de Francisco de Miranda

Francisco de Miranda realizó dos intentos de invasión en 1806. El primero ocurrió el 27 de


abril cuando, acompañado por 200 personas, llegó a las costas de Ocumare . Dos buques
españoles capturaron las dos goletas y a 58 personas. El Leander , buque donde iba
Miranda, escapó a las Antillas y luego se dirigió a Puerto España, Trinidad, donde el
Precursor reorganizó la expedición.
En un segundo intento, Miranda desembarcó el 3 de Agosto en la Vela de Coro, con diez
buques y 400 hombres, y el 4 ocupó la ciudad de Coro. Las autoridades españolas habían
hecho desocupar la ciudad y los alrededores, de tal manera que miranda no logró entrar en
contacto con nadie. Miranda se retiró el 13 de Agosto. Luego se fue a Estados Unidos y
después regresó a Inglaterra.
El proyecto de Miranda, el Precursor de la Independencia, combinaba instituciones de
Roma, del mundo indígena y del estado monárquico, pero en el fondo lesionaba los
intereses de los criollos al incluir la participación popular y la abolición de la esclavitud. Por
otra parte, Miranda era visto como un extraño, que había vivido 40 años fuera de
Venezuela, y no conocía la situación real de la Colonia. Las autoridades hicieron creer que
él era un agente inglés, lo que contrariaba los intereses económicos y políticos de los
criollos. Por otra parte, las masas populares desconocían a Miranda; y el Clero se encargó
de desprestigiarlo, acusándolo de hereje

El año de 1806 Francisco de Miranda invadió las costas de Venezuela con el propósito de
iniciar la independencia de Latinoamérica. Miranda tuvo siempre la firme determinación de
conseguir la independencia de su patria y de todas las colonias dependientes de la
monarquía española. Por esta razón se le conoce como el precursor de la Independencia
latinoamericana.

APOYO EN ESTADOS UNIDOS

En diciembre de 1805, Miranda se entrevistó con el secretario de Estado James Madison y


el presidente Tomas Jefferson, quienes sí apoyaron su proyecto sin comprometer al
gobierno de los Estados Unidos. Fue entonces a Nueva York a comprar un barco y armarlo
con el dinero que había logrado reunir: era el barco Leander, con el que vendría a las costas
venezolanas.

Compañía Guipuzcoana:
La Real Compañía Guipuzcoana de Caracas1 fue una sociedad mercantil legalmente
constituida el 25 de septiembre de 1728,2 en virtud de una Real cédula del rey Felipe V2
concedida a comerciantes vascos, principalmente de la provincia de Guipúzcoa, que
operó en Venezuela3 desde 1730 hasta 1785, teniendo gran influencia en el desarrollo
económico, cultural, científico, social y político de la colonia.
El contrato contemplaba que la empresa fuese la única autorizada tanto para la
importación como la comercialización de toda clase de mercancías europeas en
la Provincia de Venezuela, así como para la fijación de precios y compra de los bienes
producidos en Venezuela y su comercialización en España. Luego de abastecida
la Provincia de Venezuela, la compañía podía comerciar con las provincias
de Cumaná, Margarita y Trinidad. Estaba facultada para llegar indistintamente a los
puertos de La Guaira o Puerto Cabello, pero en España debía partir de San
Sebastián (capital de Guipúzcoa) y de regreso atracar en Cádiz.
Esta compañía comercial es la mejor expresión de una sociedad privilegiada por
acciones del Siglo XVIII hispánico. En primer lugar, fue la compañía mercantil por
acciones de más larga duración en dicho siglo. En segundo término, fue la que se
constituyó con el capital más elevado de la época. Por último fue, dentro de las
compañías mercantiles privilegiadas, la que tuvo mayor giro (con un volumen movilizado
de 150 000 toneladas), muy por encima de otras coetáneas, como la Compañía de
Comercio de Barcelona (que apenas superó las 6000 toneladas).4
La antigua sede de la Compañía en Venezuela, un edificio con techo a dos aguas con
un pequeño patio interno, típico ejemplo arquitectónico del País Vasco, es en la
actualidad un museo. Se encuentra en el puerto venezolano de La Guaira, cercano
a Caracas.
La Compañía Guipuzcoana tenía entre sus funciones controlar todo lo que era
la compra y venta de productos. Ningún comerciante podía vender por a
nadie, sino a la Compañía Guipuzcoana, ni tampoco podía comprar a nadie
que no fuera la misma Compañía. Esto es lo que se conoce
como monopolio. También se conocía a la Compañía Guipuzcoana por la
trata negrera que suministraba a los hacendados, ya que era la encargada de
comprar y vender esclavos.

Los dueños de haciendas comenzaron a comprar y a vender con personas de


otros países que les ofrecían mejores precios, sin tener la autorización de la
Compañía Guipuzcoana, lo cual era penalizado. A esta compra y venta se le
llamaba contrabando, y para evitarlo la Compañía comenzó a tener
presencia en las ciudades.

La Revuelta de Andresote:
La rebelión de Andresote se dio principalmente porque estaban en contra de
las disposiciones de la Compañía Guipuzcoana y coincidía en eso con
numerosos indígenas, negros, zambos, mulatos y blancos criollos. Cada
quien por razones diferentes, pero unidos en su lucha contra la compañía
Guipuzcoana. La rebelión del zambo Andrés o Andresote, ocurrió entre los
años 1730 y 1733 y fue la primera ocurrida contra las disposiciones de la
compañía guipuzcoana establecida en la Provincia de Venezuela en 1728.
El Motin de San Felipe
La Rebelión de San Felipe fue un movimiento organizado por los habitantes de la
ciudad entre los años de 1740 y 1741; diez años después de su fundación
demostrando una vez más su arraigo y la necesidad de velar por sus intereses
económicos. Fue impulsada por la clase política y económica dominante, los
blancos criollos, junto con los pardos.

Los hechos se iniciaron a partir del 1º de diciembre de 1740 después que el


Gobernador de la Provincia de Venezuela, designó al vasco Basazábal Teniente y
Justicia Mayor de San Felipe, cargo que también ocupaba en Carora

El nuevo mandatario, demostró dureza en la persecución del llamado comercio


ilegal, que era común entre la mayoría de los vecinos de las ciudades. Esta
conducta demostró la vinculación que Basazábal tenía con la Compañía
Guipuzcoana, lo cual perjudicaba a los hacendados de la región, pues sus intereses
se veían amenazados.

En la madrugada del 4 de enero de 1741 estalló la insurrección. El pueblo se


levantó y se dirigió a detener a las autoridades de la ciudad quienes apoyaban de
forma silenciosa la rebelión, pero aparentaban que los obligaban a asistir a la casa
de Don Bernardo de Matos y Machado con el fin de firmar una capitulación
(rendición).

Pero ante la tensa situación, el recién nombrado Teniente huyó de la ciudad en


conflicto en espera de apoyo por parte del Gobernador. Mientras tanto, a la
Compañía no le quedó otra opción que observar cómo el comercio con los
holandeses se daba en plena libertad por todos los caminos y por todas las vías,
hecho que molestó mucho al Gobernador.

Finalmente se logra firmar una capitulación, se nombra una nueva autoridad y se


evita así un derramamiento de sangre.

Movimiento de Juan Francisco León:

En abril de 1749, el «Teniente cabo de guerra y juez de comisos» Juan Francisco de León,
se puso a la cabeza de unos 800 amotinados en Panaquire, quienes estaban descontentos
contra los procederes de la Compañía Guipuzcoana. Se presentaron armados en Caracas y
como el gobernador no cumplía su palabra de expulsar a la compañía, León volvió meses
más tarde a la cabeza de 8.000 manifestantes.
En 1751 organizó una tercera manifestación armada. Él y su hijo Nicolás fueron derrotados
y se entregaron después de haber huido. Una vez prisioneros, fueron llevados a España
donde murió León, y más tarde su hijo regresó a Venezuela.
El movimiento reflejaba el descontento de los colonos y aunque su propósito no era romper
con España, representó el primer eslabón del proceso integrador de la nacionalidad
venezolana. Algunos historiadores le restan importancia a la rebelión de León en el proceso
de emancipación, no así Arístides Rojas y Vicente Lecuna quienes lo sitúan como el
iniciador de dicho proceso. “…La plaza de la Candelaria [escribe Lecuna] es el Monte Sacro
de Venezuela. En ella se inició la lucha por la libertad individual, cuando Juan Francisco de
León, en el siglo XVIII, levantó el estandarte contra la tiranía de la Compañía
Guipuzcoana…”

Insurrección de los negros del Coro:


Al finalizar la lucha José Caridad Gonzales había muerto y José Chirino había escapado a los
montes.
Luego de varios meses de estar prófugo José Chirino es capturado en agosto de 1795. La Real
Audiencia lo sentencio el 10 de diciembre de 1796 a ser ahorcado en la plaza pública.
A finales del siglo XVIII la población de la jurisdicción del Coro estaba compuesta por negros
esclavos, zambos, indios, negros libres (en su mayoría negros loangos escapados de la colonia
holandesa de Curazao) y blancos cuyo número de superaba el 10% de la población. Para esta
época los negros creían que todos eran libres por voluntad del Rey (Código Negro) y que el
Cabildo de Caracas les negaba para seguir explotándolos en su beneficio. Existía un profundo
descontento social por el aumento de los impuestos que no solo alcanzaba a negros e indios,
sino a los blancos españoles.

Fue llevada a cabo en las Serranías de Coro, Virreinato de Nueva


Granada
Levantamiento de los negros
José Leonardo Chirino
Se produjo por la explotación física y fiscal a la que eran sometidos los negros, cuyo objetivo era
hacer desaparecer los impuestos excesivos y conseguir la libertad.

1795 - 1796
Contexto
- Los dueños de las haciendas y los comerciantes blancos recibían noticias desde Europa sobre
la revolución francesa, sobre los principios de libertad, igualdad y fraternidad que promulgaba y
de que naves francesas pronto atracarían en suelo americano.
- Estas noticias eran escuchadas y difundidas por empleados y sirvientes.

Entre los movimientos dirigidos por pardos y negros en contra de los


hacendados criollos podemos mencionar la llamada confabulación de
Miguel Luengo en 1747, la conjura de los negros del centro en 1749,
y el alzamiento del negro Guillermo entre 1771 y 1774.
Independencia de Venezuela
La independencia de Venezuela fue el proceso jurídico-político desarrollado entre 1810
y 1830 con el fin de romper los lazos que existían entre la Capitanía General de
Venezuela y el Imperio español. También implicó el reemplazo de la monarquía
absoluta por la república como forma de gobierno en Venezuela.

Causas[editar]

Entre los factores influyentes se destacan el deseo de poder de los grupos


sociales criollos que poseían el estatus social y económico pero no político, la
introducción de las ideas del Enciclopedismo, la Ilustración, la declaración de
Independencia de los Estados Unidos, la Revolución francesa, la Revolución haitiana y
el reinado de José I de España.

Antecedentes[editar]
A finales del siglo XVIII tienen lugar los primeros conatos independentistas en
Venezuela. La primera de ellas es una rebelión armada en 1795 con José Leonardo
Chirinos a la cabeza. Otra se trata de una conspiración por parte de Manuel Gual y José
María España, en 1797, y es la primera de raíces populares. Finalmente, la última fue la
liderada por el Subteniente de la milicia de pardos Francisco Javier Pirela nacido en
1770, la cual terminó solo en intentona, ya que Pirela se arrepintió y confesó el plan al
Gobernador el 19 de mayo de 1799, terminando en 68 reos enviados a prisiones
separadas, y siendo el propio Pirela condenado a diez años de cárcel y enviado al
castillo El Morro de La Habana por el crimen de rebelión y lesa majestad. Todas las
intentonas resultan fallidas, con sus respectivos líderes encarcelados o ejecutados.
Francisco de Miranda, por su parte, intenta dos veces en 1806 invadir el territorio
venezolano por La Vela de Coro con una expedición armada proveniente de Haití. Sus
incursiones terminan en fracasos por la prédica religiosa en su contra y la indiferencia
de la población.
La Conjuración de los Mantuanos fue un movimiento que estalló en Caracas en 1808.
Los mantuanos, quienes constituían el grupo social más poderoso de la sociedad,
encabezaron un intento para constituir una Junta de Gobierno que rigiese los destinos
de la Capitanía General de Venezuela a raíz de la invasión de España por Napoleón.

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