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Qué es el barroco?

Por un lado, el barroco fue un período de la historia de la cultura en Occidente, que abarcó el siglo
XVII y principios del XVIII, con variantes según el proceso histórico de cada país. Además, fue un
estilo artístico engendrado por los cambios de paradigma de la época, que tuvieron repercusión en
la pintura, la escultura, la arquitectura, la música y la literatura.

En términos históricos, el barroco nació en una época de tensiones religiosas y políticas: entre
países católicos y protestantes, entre monarquías absolutistas y parlamentarias. Tuvo lugar en la
Europa occidental y en sus colonias americanas. En términos artísticos, constituyó un momento
intermedio entre el manierismo y el rococó.

Ver también: Estilo barroco

Características del barroco

1. Origen

El barroco nace en Italia durante el período conocido como Seicento.

Inicialmente el nombre se empleaba para referir a cierto estilo artístico recargado, grandilocuente,
excesivo.

Durante mucho tiempo fue empleado de manera despectiva, para referir algo recargado,
caprichoso, engañoso.

Según algunas teorías, el nombre proviene de la palabra usada en portugués para las perlas que
exhibían alguna deformidad o irregularidad (“barruecas”, en español).

Luego del siglo XIX, el término se revalorizó y desde entonces se emplea para referir a este período
y también a cualquier manifestación artística que contradiga los valores del clasicismo.

2. Historia

El barroco suele dividirse en tres momentos diferentes:

 Primitivo (1580 a 1630)

 Pleno (1630 a 1680)

 Tardío (1680 a 1750)

A lo largo estos 170 años el arte ganó en refinamiento y ornato, cultivando el gusto por lo
anecdótico, lo sorprendente, por el efectismo y las ilusiones. Estas características a menudo se
interpretan como un enfrentamiento más crudo entre la visión del artista y la realidad que lo
rodea.

En épocas posteriores se apreció el barroco como una forma “degenerada” del Renacimiento. Hoy
en día es considerado la negación simbólica y artística de lo clásico: donde este último era
masculino, racional y apolíneo, el barroco se propuso ser femenino, irracional y dionisíaco.
Formas opuestas de concebir el arte y la cultura.

3. Temas
 Énfasis en la realidad. Prestaba atención al aspecto mundano de la vida: la cotidianidad, lo
efímero. Esto produjo una la “vulgarización” o mundanización del imaginario religioso en
los países católicos, especialmente fanatizados.

 Visión grandilocuente. Exaltó lo nacional y lo religioso, considerándolos expresiones del


poder político. Así, en esa época se produjeron obras monumentales, fastuosas,
recargadas, con cierto contenido propagandístico a favor de la aristocracia y del clero,
generalmente.

 Cultura de la imagen. Aspiraba a generar la obra de arte total, que evidenciara el poder
dominante (en este caso el clero y la monarquía), pero no directamente, sino empleando
engaños y artificios que resumibles en la frase theatrum mundi: “El mundo es un teatro”.

10. Autores y artistas

Una lista parcial de los principales autores del barroco incluye:

Literatura:

 Miguel de Cervantes

 Calderón de la Barca

 Lope de Vega

 Tirso de Molina

 Luis de Góngora

 Francisco de Quevedo

 Sor Juana Inés de la Cruz

 John Donne

 William Shakespeare

 Laurence Sterne

Fuente: https://www.caracteristicas.co/barroco/#ixzz61hnGO7ww

Sobre la etimología de la palabra “barroco” han surgido innumerables teorías: algunos afirman
que proviene del apellido del pintor Federico Barocci, aunque también se defiende la hipótesis de
que esta definición provenga de la palabra barocchio, que en italiano hace referencia al fraude y a
la usura.

Una de las hipótesis más comunes fue la que afirmaba que “barroco” provenía de la
palabra baroco, que era utilizada dentro de la lógica escolástica para designar a un silogismo cuya
premisa mayor es afirmativa y universal, mientras que la menor es particular y negativa.
Esto quiere decir que, dentro de esta hipótesis, la palabra baroco”hace referencia a lo universal y a
lo bueno (impregnado de un fuerte matiz religioso). Esta perspectiva fue defendida por notables
estudiosos como Carlo Calcaterra y Benedetto Croce.

Así mismo, la palabra baroco adquirió un término peyorativo acuñado por los sectores humanistas
pertenecientes al Renacimiento, quienes despreciaban la lógica escolástica argumentando que sus
raciocinios eran absurdos y ridículos. Por ende, un argumento in baroco significaba una idea falsa
o tortuosa.

Posteriormente esta expresión fue trasladada al mundo de las artes para designar a un nuevo
estilo que, para los ojos de los humanistas convencionales, resultaba ridículo y falso.

Pensamiento

En México, la mano de obra indígena transmitió ciertos caracteres que recuerdan los de las artes
prehispánicas. En el siglo XVII, nació el estilo colonial, interpretación americana del Barroco, este
produjo una fabulosa cantidad de monumentos; el aporte indígena cobro jerarquía propia y
gradualmente los indios se adentraron en las creaciones arquitectónicas, primero como ayudantes
de sus maestros y luego crearon ellos mismos obras arquitectónicas resolviendo los problemas de
forma y color. Las ciudades mexicanas se poblaron con las muestras extraordinarias de este
movimiento como catedrales, templos, palacios, capillas, ayuntamientos y casonas.

Lo Barroco se puede encuentra en la decoración de la catedral de México, con retablos de gran


belleza; en la iglesia de la Santísima Trinidad, que fue construida por Lorenzo Rodríguez entre 1755
y 1786; en la catedral de Panamá; en la Iglesia de la Compañía, en el Cuzco.

Autores:

Mateo Alemán y de Enero (1547-1615)

Mateo Alemán fue un escritor español, nacido en Sevilla,


donde se graduó de la universidad en 1564. De acuerdo a
algunas fuentes, descendía de judíos que fueron forzados a
convertirse al catolicismo después de 1492 y algunos
miembros de su familia fueron perseguidos por la inquisición
por haber mantenido la práctica del judaísmo.

Su obra más representativa fue Guzmán de Alfarache, una


novela picaresca que tuvo nada más y nada menos que 16
ediciones en 5 años.
Pedro Calderón de la Barca (1600-1681)

Calderón de la Barca fue un dramaturgo, poeta y escritor de la Edad de


Oro española. Durante algún tiempo en su vida fue soldado y
sacerdote católico romano. Desarrolló su trabajo sobre la base del
estilo teatral iniciado por Lope de Vega y fue posteriormente
considerado la cúspide del teatro Barroco español.

Sus obras usualmente muestran su pesimismo por la vida que


solamente es aminorado por su racionalismo y su fe en Dios. La vida es
sueño es su trabajo más recordado.

Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616)

Miguel de Cervantes es considerado el más grande escritor en lenguaje


español. Su obra principal, Don Quijote, es considerada la primera novela
moderna.

Se trata de un clásico de la literatura universal y uno de los máximos


trabajos de ficción jamás escritos. Su influencia en el lenguaje español ha
sido tan grande que el mismo es frecuentemente llamado “la lengua de
Cervantes”.

Juana Inés de la Cruz (1651-1695)

Sor Juana Inés de la Cruz fue una escritora y filósofa autodidacta mexicana,
nacida en San Miguel Nepantla. Fue una de las principales poetas del
Barroco. Conocida en vida como “La Séptima Musa”.

Se le considera tanto escritora mexicana como parte de la Edad de Oro


española. El sueño, un largo poema filosófico, es una de sus obras más
representativas.
Jan Gawinski (1622-1684)

Poeta polaco del periodo Barroco, perteneció a la generación de


Sarmatianos (la generación de John III Sobieski). Estudió en la Universidad
Jagellon y formó parte de la corte del obispo Charles Ferdinand Vasa. Sus
obras más conocidas son sus Idilios, que glorificaban la vida en las villas
polacas de Cracovia.

Luis de Góngora y Argote (1561-1627)

Góngora fue un poeta lírico español que, junto con su eterno rival
Francisco de Quevedo, es considerado uno de los más prominentes
poetas españoles de todos los tiempos.

El estilo Gongorismo (también llamado culteranismo), fue establecido


por Góngora. Sus obras más conocidas son Soledades y Fábula de
Polifemo y Galatea.

Baltasar Gracián (1601-1658)

Baltasar Gracián fue un jesuita español, escritor barroco y


filósofo. Nació en Belmonte, cerca de Calatayud. Sus obras
fueron alabadas por Schopenhauer y Nietzsche.

El Criticón es sin duda su obra maestra y una de las principales


del Siglo de Oro. Se trata de una novela alegórica de gran
extensión con tonalidades filosóficas. Gracián es uno de los más
representativos escritores del estilo literario barroco español
llamado Conceptismo.
or Juana Inés de la Cruz nació en un pueblo de México en 1651 y falleció en la capital de dicho país
en 1695. Se destacó como una de las escritoras mexicanas más reconocidas del siglo XVII.
Se dice que con tan sólo tres años ya sabía leer y escribir con una facilidad inaudita. Estas
capacidades la llevaron a codearse con los más altos jefes de la corte del Virreinato de España y,
pese a ello, a los 16 años ingresó en el convento de las carmelitas descalzas de México y más tarde
en la Orden de San Jerónimo, donde permaneció siempre.
No era una devota religiosa, en realidad su inclinación por la ordenación, estuvo relacionada con
el deseo de no perder sus aficiones intelectuales, de impedir que se la convirtiera (como a todas
las mujeres de su época) en una esclava del sexo opuesto, en una mártir de la cocina y las tareas
de la casa.
Puede notarse la gran rebeldía de Sor Juana en algunas de las poemas que se leen a continuación,
entre los que se encuentran "En que la moral censura a una rosa, y en ella a sus semejantes" y
"De una reflexión cuerda con que se mitiga el dolor de una pasión".

EN QUE DA MORAL CENSURA A UNA ROSA


Rosa divina que en gentil cultura
eres, con tu fragante sutileza,
magisterio purpúreo en la belleza,
enseñanza nevada a la hermosura.

Amago de la humana arquitectura,


ejemplo de la vana gentileza,
en cuyo ser unió naturaleza
la cuna alegre y triste sepultura.

¡Cuán altiva en tu pompa, presumida,


soberbia, el riesgo de morir desdeñas,
y luego desmayada y encogida

de tu caduco ser das mustias señas,


con que con docta muerte y necia vida,
viviendo engañas y muriendo enseñas!
Análisis métrico y retórico

Forma:

Soneto clásico (ABBA-ABBA-CDC-DCD) ; acento estrófico en 10; se omite en el análisis por ser
siempre el mismo.

Estilo:

Barroco peninsular, aunque escrito en México. Presenta tópicos españoles; no se presenta nada
que pueda llamarse “autóctono.”

Primer cuarteto

1. Sáfico 1,4,8 Hipérbaton que conduce a encabalgamiento de éste con el siguiente .

2. Enfático 1,6 Fin abrupto del encabalgamiento previo; oración explicativa.

3. Melódico 3,6 Construcción del elogio que dará, posteriormente, pie para el cierre.

4. Melódico 3,6 Prosigue la edificación del mismo.

Segundo cuarteto

5. Heroico 2,6 Inicia deconstrucción del planteamiento original del soneto.

6. Heroico 2,6 Antítesis producida por el adjetivo. Verso anterior y presente funcionan como
epítetos; este en particular es meramente ornamental.

7. Sáfico 4,6 Elipsis del sujeto “rosa” y, pues no ha habido otro sujeto en las oraciones previas, se
asume que se trata aún del mismo. Encabalgante con el verso posterior.

8. Heroico 2,4,6 Verso encabalgado; completa el sentido del anterior. Pleonasmo en los
sustantivos (pues, aunque sí ha habido casos de triste cuna y alegre sepultura, es más común la
idea expresada aquí)

Primer terceto

9. Enfático 1,3,6 Prosigue la elipsis. Hay un calificativo al sujeto omiso.

10. Sáfico 2,4, 8 Califica al sujeto propuesto en el verso anterior y que, por no haberse presentado
otro hasta este momento, se asume sigue siendo la rosa. Muestra el miedo de la misma a morir;
aquí se plantea ya lo que será el cierre del soneto.

11.Heroico 2,6 Inicia el tramo final. Calificativos que, semánticamente, pueden asociarse con
“decadencia.” Encabalgante estrófico.

Último terceto

12. Sáfico 2,4,8 Encadena a la idea anterior con un encabalgado estrófico, además de afinidad
semántica.

13. Sáfico 4,6,8 Reaparece la muerte. La necia vida refiere a los vicios planteados en el terceto
anterior y a la condición de mortal que se anuncia en los versos precedentes.
14. Sáfico 2,4,8 Fin de la argumentación de la poetiza; término de la deconstrucción del
planteamiento, que ahora parece más ironía. Aquí hay eco del décimo verso y se aclara el por qué
tenía miedo de morir la flor: con su muerte revélase podrida.

Sentido:

La flor, como metáfora otra vez de vida, aparece en este soneto de Sor Juana. Aunado a ésta, se
presenta la vanidad como parte de las rosas —entiéndase por ello también a la humanidad; para
prueba véase el título del mismo— y cómo, pese a todo, la muerte puede más. El primer cuarteto
nos dice que la rosa es maestra de la hermosura; sin embargo, el elogio se desmorona desde el
segundo cuarteto; desde que compara a la rosa con el hombre, donde inicia, además, la censura
moral. Sigue después la deconstrucción del elogio primigenio en los tercetos: Sor Juana nos dice
que la rosa no pasa de ser vanidad, y que por y en sí misma no puede superar a la muerte; que
nada hay en la soberbia que la muerte no supere.

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