Вы находитесь на странице: 1из 23

¿CÓMO FUNCIONA EL CEREBRO?

María Gudín
Nuróloga

1. ¿CÓMO FUNCIONA EL CEREBRO?

El cerebro está de moda y da la impresión que el hombre se ha deslumbrado ante los


conocimientos neuroanatómicos, y bioquímicos que rigen los procesos mentales que
han sido descubiertos en el último siglo.

Numerosos textos de actualidad se refieren al cerebro como la base de conocimientos,


de comportamientos conductuales, y de la estructura psicológica humana. El cerebro ha
pasado, de ser una caja negra en la que entraban determinados datos sensoriales para
salir transformados en hechos conductuales, a ser un sustrato propio del conocimiento
científico y la base de la función mental. Nos hemos alejado de los modelos estrictos de
conducta (psicoanálisis, conductismo) para adentrarnos en el estudio de la función
cerebral como base de esa conducta. Y, en la actualidad las neurociencias de la
conducta sostienen que los procesos mentales, emocionales y de comportamiento
nacen de la actividad neuronal.

¿Es posible reducir la actividad del hombre al resultado de conexiones


neuronales?

Nos situamos ante la incógnita del hombre, que es la incógnita de un ser que con su
inteligencia es capaz de transformar el medio en el que vive, modificándolo, de un ser
hábil para la creación artística, y que penetra en la naturaleza descubriendo sus leyes.

El porqué del hombre es el objeto de la filosofía. Durante años se ha intentado dar una
explicación al ser humano, esa explicación es objeto de la filosofía, que estudia los
porqués de lo real. La ciencia en cambio se pregunta por el cómo de ese mismo ser
humano. Sin embargo, el cómo ha resultado ser tan complejo y apasionante, que nos ha
alejado del porqué. Ha llegado un momento en el que la gran cantidad de árboles (datos
científicos) no nos ha dejado contemplar el bosque (la propia realidad humana). Así, los
descubrimientos del último siglo han llevado a científicos como Cajal ha expresar
asertos como el siguiente:

1
"La época de la filosofía dogmática ha pasado. O mucho me equivoco o
la filosofía del porvenir se reducirá a una síntesis luminosa de las
magnas teorías científicas..."

Es cierto que los filósofos necesitan conocimientos de la ciencia, y en particular de


neurología, pero la filosofía no puede reducirse a la ciencia. Como veremos más
adelante, la neurología no puede explicar la compleja realidad humana, de hecho
cuánto más estudiamos el funcionamiento cerebral, comprendemos que existe algo que
se nos escapa.

La visión cientifista del hombre, y del mundo reduce todo a la materia, sin embargo
cuanto más estudiamos la anatomía y la fisiología del cuerpo humano, llegamos a
puntos dónde comienza lo inexplicable, el problema que plantea un ser capaz de regir
su propio destino, un ser que es capaz de conocerse a sí mismo, es, en definitiva, el
problema de la conciencia humana.

2.-HISTORIA DE LAS FUNCIONES CEREBRALES

Dentro de la cultura griega, Pitágoras (580-489 a.C.), fue aparentemente el


primero en describir el cerebro humano como un órgano central que controla las
actividades superiores, y localiza el alma en el cerebro.

Poseidonius que vivió en Bizancio en el siglo IV antes deJC, tuvo algunas ideas
sobre la función del cerebro. Creyó que la imaginación se localizaba en su zona
anterior, la razón en la zona media y la memoria en su parte posterior. Alcmeón
considera que el cerebro es el asiento de los sentidos y el centro de la inteligencia.

Para Hipócrates (460-377 a.C), el cerebro es el órgano más perfecto del cuerpo,
asiento de placeres y penas, mensajero del conocimiento y del movimiento.
Describe los síntomas contralaterales en los traumatismos y recomienda la
trepanación en diversas situaciones: traumatismo craneal, epilepsia, cefaleas...

Después de Hipócrates el centro del saber pasó a Alejandría. destacan Celso y


Galeno. Galeno (130-200 d.C.) refiere:

"El cerebro es el centro del movimiento y las sensaciones, el cuerpo es el


instrumento del alma", reconoce la existencia del líquido cefalorraquídeo,

2
describe el cerebro como un órgano bañado en este líquido y encerrado en la
cavidad craneana.

Durante la Edad Media se detiene el conocimiento médico al no realizarse


disecciones humanas.

En el Renacimiento los trabajos de Vesalio reinician las disecciones humanas, y se


comienza a estudiar de nuevo el cerebro. Posteriormente, Descartes define que la
conexión entre cuerpo y espíritu se sitúa a nivel de la glándula pineal. Thomas
Willis afirma que el cerebro controla movimientos voluntarios y sensaciones y el
cerebelo los movimientos involuntarios de corazón y pulmón.

En el siglo XIX se estudia la relación entre cerebro y conducta con el neurólogo,


cirujano y antropólogo Paul Broca. En estudios de pacientes que habían perdido el
habla, Broca encontró que:

"Una lesión de la tercera circunvolución frontal izquierda, da


lugar a la pérdida de la facultad del lenguaje".

En ese momento la idea despertó un gran entusiasmo, quizá impulsada por la


competencia con los populares frenologistas, que llevó a los neurólogos a postular
"centros" cerebrales que pudieran ser independientemente responsables de habilidades
mentales particulares (tales como memoria, lenguaje y música).

Sin embargo, otros médicos, entre los que se incluye Sigmund Freud en sus años
iniciales como neurólogo, observaron que lesiones en distintas áreas cerebrales,
totalmente distintas del área de Broca, podían producir trastornos del lenguaje. Se
produce un retroceso contra la localización, y se llega a concluir que había poca
organización intrínseca cerebral y que distintas áreas encefálicas eran equipotentes e
intercambiables entre sí en términos de las funciones cognitivas que desempeñaban.

En los años 30 de este siglo Penfield yJaspers en Montreal, estudiando pacientes


epilépticos tratados con cirugía, determinan áreas en las que están representados
los distintos músculos del organismo y también los movimientos que estos pueden
realizar, describen así mismo área y regiones sensitivas en el cerebro. Describen el
célebre homúnculo de Penfield.

3
Durante los años 60 el desarrollo de métodos de trazado de las vías nerviosas
permitió a los neurocientíficos estudiar las intrincadas conexiones entre las
diferentes áreas del cerebro en animales. Igualmente importantes fueron las
observaciones clínicas realizadas por neurólogos conductuales como Norman
Geschwind en Boston. A raíz de diversas observaciones clínicas en pacientes con
lesiones en diversas áreas cerebrales, se postuló que lesiones en áreas concretas del
encéfalo podían dar lugar a déficits neuropsicológicos específicos, ya que las
lesiones desconectaban áreas interactivas del encéfalo.

Una lesión cerebral, que se correlacionaba con una alteración conductual, había sido
previamente interpretada como identificadora del centro responsable para esa
conducta. Ahora, una lesión era reconocida sólo como un registro en la hipotética red
de regiones anatómicas designadas para cooperar en una función específica.

Tanto estudios experimentales como clínicos nos han llevado, en la actualidad, a


concebir el encéfalo como un compendio de múltiples, altamente complejas pero muy
específicas redes neuronales que interactúan y se modulan unas a otras dando soporte a
la riqueza de nuestra vida mental y las interacciones con el mundo exterior.

3. CONCEPTOS ANATÓMICOS

El sistema nervioso central es aquella parte del sistema nervioso situada dentro de la
cavidad craneal, y la columna espinal. Se compone de cerebro, tronco cerebral, y
médula espinal.

Células nerviosas

El tejido nervioso consta de células nerviosas o neuronas y de células de soporte o glía.


La célula nerviosa, o neurona, es propiamente la unidad elemental básica del sistema
nervioso. El encéfalo humano contiene 100.000 millones de neuronas junto con una
variedad de células gliales que ayudan a sostener y mantener la integridad física y
fisiológica de las neuronas. Cada neurona es una unidad tridimensional, fuertemente
asimétrica, especializada en recibir y transmitir impulsos nerviosos. La neurona consta
de cuerpo celular o pericarion, partiendo del cuerpo celular neuronal se observan
múltiples ramificaciones o dendritas, que son prolongaciones cortas y cónicas que
reciben los impulsos nerviosos aferentes. Cada neurona da lugar a un único axón, que

4
transporta los impulsos desde el cuerpo celular a otras partes del cerebro o médula
espinal.

Los impulsos eléctricos

Los impulsos eléctricos son transportados desde el axón terminal a dendritas de otras
neuronas en zonas diana apropiadas del encéfalo. El punto en el que el axón terminal
de una neurona se confronta con las dendritas de otra neurona se denomina sinapsis.

El axón terminal libera un compuesto químico denominado neurotransmisor, cuando


un neurotransmisor actúa sobre la siguiente célula de la cadena se origina una breve
corriente eléctrica.

Las células nerviosas forman con sus conexiones una malla reticular, que sin embargo,
no constituye ninguna trama continua de fibras nerviosas (teoría de la continuidad, de
Golgi) sino que consta de innumerables elementos únicos (teoría neuronal, de Cajal).
La neurona como elemento fundamental del sistema nervioso constituye una unidad
anatómica, genética, trófica, y funcional.

En la red nerviosa, las neuronas están de cierto modo enlazadas entre sí (conexión
neuronal). Además de las conexiones para la excitación, las conexiones inhibidoras son
tan importantes como las de la transmisión, pues por mediación de ellas tiene lugar
una selección y delimitación constante de del aflujo de estímulos: las señales
importantes son transmitidas, las no importantes son reprimidas.

4. ¿CÓMO SE DISPONEN LAS NEURONAS EN EL ENCÉFALO?

El cerebro dispone sus células en su parte externa en lo que denominamos corteza


(córtex cerebral) y en acúmulos más profundos que constituyen los ganglios basales.

Cuando se realiza un corte a través del cerebro, inmediatamente se observan zonas


mate de sustancia gris y zonas más brillantes de sustancia blanca. Los cuerpos de las
células nerviosas forman la sustancia gris, que se encuentra en la superficie externa o
córtex cerebral, y en grupos o núcleos en la profundidad del cerebro. la sustancia blanca
se compone de haces de fibras nerviosas que viajan entre diferente regiones de la
sustancia gris y hacia la médula espinal.

5
Distinguimos la superficie cerebral o neocórtex, que constituye la parte más
desarrollada y plegada del cerebro. El arqui o paleo córtex, que es la parte más antigua
y profunda del cerebro y constituye lo que llamamos el sistema límbico, de limbus, que
quiere decir, borde en latín y es la superficie interna cerebral. Los núcleos subcorticales
o ganglios basales y el tronco del encéfalo con el cerebelo.

Corteza cerebral

Es en la corteza cerebral donde se sitúan las funciones más finas sensitivas, motoras, y
psicológicas. Según su arquitectura, es decir del número de capas en que se disponen
las neuronas, en la corteza cerebral, se pueden diferenciar, claramente dos zonas: por
un lado el paleo y arquicórtex, formada por tres capas de neuronas y por otro, el
neocórtex.

Paleocórtex, compuesto por 3 capas neuronales, es la parte más antigua de los


hemisferios. Forma su suelo, el paleo córtex se corresponde con el bulbo olfatorio y
el rinencéfalo.

Arquicortex. Está también formado por tres capas neuronales, lo componen el


hipocampo y la amígdala.

Neocórtex. Toda las superficie cerebral externa, se desarrolla muy tardíamente, y


ocupa la mayor parte de la superficie cerebral. En su parte ventral rodea un
territorio de transición al neocórtex que se halla encima del estriado y es la énsula.
Está compuesto por seis capas neuronales, según el mayor o menor desarrollo de
estas capas, se pueden diferenciar diferentes áreas en la corteza.

Las investigaciones sobre la arquitectura cortical, que se iniciaron con el psiquiatra


vienés Meynert (1868), culminaron a principios de siglo con la publicación de
numerosos mapas de la corteza cerebral. Uno de los más famosos es el de Brodman
publicado en 1909.

6
Cada campo de Brodman es un sector especializado en distintas funciones, por ejemplo
en la corteza motora están más desarrolladas unas células denominadas piramidales,
que son neuronas con un cuerpo celular muy desarrollado para poder nutrir a los
grandes axones motores que recorren todo el SNC hasta llegar a la médula espinal. Hay
más de cuarenta campos de Brodman, pero para no alargar la exposición, vamos a
resumir brevemente la función de los lóbulos cerebrales.

5. LOS LÓBULOS CEREBRALES Y SU FUNCIÓN

Como hemos ya mencionado, el desarrollo enorme de la corteza cerebral se consigue


mediante plegamientos. A los plegamientos se les denomina circunvoluciones
cerebrales. Las circunvoluciones forman los lóbulos, que están separados entre sí por
las cisuras y surcos.

El lóbulo frontal está situado en la porción anterior del cerebro, separado por la
cisura de Rolando del lóbulo parietal, y por la de Silvio del temporal. La porción
postrolándica es como, ya hemos visto la que lleva en sí el homúnculo de Penfield y
el córtex motor. La porción anterior que se denomina región prefrontal tiene una
gran importancia en el hombre y constituye una de las principales áreas asociativas.
Durante años se conoció como el cerebro mudo pero más adelante veremos su
enorme importancia.

El lóbulo parietal, es el lóbulo peor demarcado del resto. Detrás el surco


central y encima de la fisura de Silvio, no tiene límites con el lóbulo temporal y
occipital. Se consideró como la corteza parietal como un área silente. Pero ahora no
hay duda para concluir que la corteza parietal anterior contiene el mecanismo para
la percepción táctil. Pero la parte más importante del las funciones del lóbulo
parietal componen un centro para la integración de la información somatosensorial,
con la auditiva y la visual, con el fin de construir lo que se denomina el esquema
corporal y su relación con el espacio exterior. Las actividades construccionales
implican fundamentalmente el lóbulo parietal izquierdo. la comprensión de los
aspectos gramaticales y sintácticos del lenguaje es una función del lóbulo parietal
dominante.

En cambio, el reconocimiento y utilización de números, principios aritméticos y


cálculo se sitúa en el lóbulo parietal no dominante. Las alteraciones más curiosas del

7
lóbulo parietal son las agnosias, que constituyen la incapacidad para reconocer
determinados aspectos de la visión, la audición o la percepción corporal.

El lóbulo temporal se separa del frontal por la gran cisura de Silvio. En él se sitúa
el lenguaje auditivo, la memoria, y por sus grandes conexiones con el sistema
límbico alteraciones emocionales.

Los lóbulos occipitales son el término de las vías geniculocalcarinas y son


esenciales para la percepción y reconocimiento visual.

Lóbulo de la énsula, situado en la profundidad de la cisura de Silvio su función


primordial es vegetativa, controla funciones autonómicas: es decir, la temperatura,
la tensión arterial, la frecuencia cardiaca, el grado de dilatación de los vasos
sanguíneos que va a guardar relación con la expresión de las emociones en la cara.

Sistema límbico es el gran cerebro asociativo que controla la memoria y las


emociones, es un haz oval que conecta entre sí las distintas circunvoluciones y
lóbulos.

6.-LA INTEGRACIÓN NEURAL: ÁREAS DE ASOCIACIÓN

La organización de las conexiones del encéfalo permite que múltiples impulsos


excitatorios e inhibitorios sean integrados en una única experiencia mental.

Cuando uno experimento un objeto del entorno- por ejemplo, la imagen de un café de
noche. Existe una imagen con visual con el color, forma de las mesas y yuxtaposición de
las figuras, se capta el movimiento de las personas y el ruido de los coches. El complejo
de olores de las cervezas en las mesas, y la sensación de frío o calor ambiental. No sólo
hay estas percepciones inmediatas sin un surtido de asociaciones de recuerdos que esta
imagen suscita.

De alguna forma, nosotros integramos todas estas múltiples aferencias en una


experiencia con sentido y nos movemos hacia la mesa para saludar a la persona sentada
o para pedir algo de comer por que estamos hambrientos.

8
Cada aspecto del entorno excita distintas poblaciones de neuronas en diferentes áreas
geográficas del encéfalo, de este modo el cerebro organizístas en una experiencia
mental única y controla la ejecución de la acción apropiada.

Para comprender cómo tiene lugar la integración se debe tener una apreciación de las
vías neuroanatómicas a través de las cuáles se procesa la información.

En las cortezas de asociación visuales más primarias (área 18 y 19) se aprecian el color
básico, la forma, la profundidad y la textura. A medida que los impulsos excitan otras
áreas de asociación de orden superior más anteriores, en las vías de conexión hacia el
lóbulo temporal y la región hipocampal (áreas 37, 20 y 21), se empieza a atribuir
significado a la percepción visual.

Las lesiones en la región occipito temporal pueden causar una agnosia visual, en la que
el individuo puede ser capaz de ver un objeto pero no reconocerlo. Por ejemplo, uno
puede no ser capaz de distinguir visualmente un cerdo de un perro, o a menudo ser
incapaz de reconocer visualmente la identidad específica de su propia cara en el espejo.

Cada modalidad sensitiva tiene un área cortical primaria y un sistema de


conexiones para el procesamiento sensorial.

Una característica importante de las cortezas primarias visual, auditiva y


somatosensorial es su organización topográfica. En el sistema somatosensorial, el
córtex primario está somatotópicamente organizado, de tal forma que partes
específicas de la corteza cerebral reciben las aferencias de partes concretas del
organismo, mientras que el córtex calcarino está retinotópicamente organizado, y el
córtex auditivo está tonotópicamente organizado.

Cada región sensitiva primaria tiene conexiones con áreas de asociación de


modalidad específica, donde tiene lugar la convergencia e integración de
diferentes atributos de la experiencia sensorial.

En puntos sucesivos, los axones de diferentes áreas sensitivas de asociación de


modalidad específica, empiezan a converger en lo que se denominan áreas de
asociación multimodal. En estas áreas se ha demostrado que existen neuronas, que
por ejemplo, se activan en respuesta al estímulo visual, encontrándose

9
entremezcladas con neuronas que responden a estímulos auditivos, y con neuronas
que responden a estímulos sensitivos múltiples.

Las áreas de asociación multimodal son tres:

1. El sistema límbico.
2. El área temporoparietal que incluye el lóbulo témporoparietal inferior y las zonas
laterales del surco temporal superior.
3. El área prefrontal que incluye vastas expansiones del córtex por delante de las
cortezas motoras del lóbulo frontal.

7.- LA REGIÓN PREFRONTAL

La corteza prefrontal y frontal es un mundo desconocido en el cerebro, durante años se


consideraron estas zonas como "zonas mudas" o un cerebro desaprovechado, sin una
función clara. Sin embargo, existen diversos datos en la literatura médica que nos
permiten evaluar su importancia. Por ejemplo, la corteza frontal incrementa su tamaño
con el desarrollo filogenético. El sector cortical llamado por Brodman "regio frontalis"
constituye según sus cálculos el 29% de la corteza total en el humano, el 17% en el
chimpancé, el 11 % en el gibbon y en el macaco, y el 8,5% en el lemur. Para el perro y el
gato la proporción es de un 7%, de un 3,5 % respectivamente.

Aunque el uso de tales valores, tiene sus pasos en falso y sus limitaciones, la magnitud
más grande de estas zonas ha hecho presuponer desde hace tiempo que esta corteza es
el sustrato de la actividad neural de orden más alto.

Esta noción, que puede ser esencialmente correcta, no ha sido probada.

La historia del estudio clínico del lóbulo frontal es larga y rica. Un caso citado
frecuentemente en la literatura médica es el de Phineas Gage, un obrero de la
construcción de ferrocarriles, quien a mediados del siglo XIX fue herido
accidentalmente por una barra de hiero puntiaguda que penetró en su frente de manera
oblicua y desde abajo, atravesando la base del cráneo, e infligiéndole un daño masivo
en el lóbulo frontal izquierdo (Harlow 1848). Aparte del aspecto curioso de la herida y
de la increíble supervivencia de la víctima, lo interesante

10
del caso es la notable descripción clínica que Harlow realizó describiendo los cambios
de personalidad que el paciente presentaba a consecuencia de la herida. Estos cambios
eran tan importantes que, tras el accidente y a los ojos de sus amigos, Gage "ya no era
Gage". De modo diferente a su conducta previa, Gage mostraba una conducta
caprichosa, con pobre capacidad de planear acciones y una impulsividad incontrolada.
Veinte años después, en 1868, Harlow escribió:

"Un niño en su capacidad intelectual y manifestaciones, pero tiene las


pasiones animales de un hombre fuerte".

La corteza frontal es una región cardinal en la convergencia de las tres vías


transcorticales que proceden de las vías visuales, auditivas y somestésicas primarias.
En resumen, las conexiones del lóbulo frontal están al frente todas las conexiones
sensoriales, y del sistema mnémonico-emocional límbico.

8.- FUNCIONES DEL LÓBULO FRONTAL

J. Fuster, un español afincado en Los Angeles, Director del Instituto para la


Investigación Cerebral de la Universidad de California Los Angeles,y recogiendo
ideas de otros autores, situada el nivel más alto de integración neuronal en el la parte
más anterior del lóbulo frontal, en la región prefrontal.

Postula que la corteza prefrontal juega un papel clave en la organización del


comportamiento.

La función clave que representa el lóbulo frontal es la unificación temporal del


comportamiento con un único propósito o meta, es decir la estructuración de aquel
comportamiento que es implica una novedad, que es creativo, la base del
comportamiento inteligente.

El comportamiento innato e instintivo, que es por definición invariable y común a todas


las especies, se excluye de las categorías del comportamiento estructurado hacia un fin,
y por tanto, no está regulado por la región prefrontal.

El hombre se distingue del animal en el increíble desarrollo de la región prefrontal, que


es la región del cerebro que modula los comportamientos unidos a una meta y hacia la
consecución de objetivos.

11
Así, las estructuras de comportamiento para las cuales la corteza prefrontal es
necesaria, tienen dos características: su novedad y su complejidad.

La primera característica, (novedad) es suficiente y necesaria; la segunda no lo es.


Es decir para que una acción esté regulada fundamentalmente por la corteza
frontal, ha de ser novedosa y compleja, pero la novedad es más importante que la
complejidad, en la activación del sistema frontal. Por ejemplo, acciones complejas
como la ocupación de conducir un vehículo, al ser realizadas repetidamente pueden
llegar a convertirse en automáticas e instintivas, entonces pasan a estar reguladas
por otras áreas corticales, distintas del lóbulo frontal.

La complejidad se determina por el número y variedad de elementos sensoriales,


motores y cognitivos que la constituyen. Aunque en los actos automáticos o
instintivos existe complejidad no existe novedad, estos actos no están bajo el control
frontal.

Novedad y complejidad son dimensiones relativas y no fácilmente cuantificables.

La corteza prefrontal es esencial para la realización de actos cuya complejidad y


novedad no puede ser claramente especificada. Por otro lado, patrones de conducta,
bien establecidos y simples pueden ser ejecutados sin una activación frontal.

Joaquín Fuster plantea la hipótesis de que la característica primordial de la región


frontal tiene relación con el tiempo, pero el tiempo por si mismo no es una
característica imprescindible si la acción es instintiva y estereotipada. Esto no ocurre,
por ejemplo, en la migración de las aves, las aves realizan una conducta compleja y de
larga duración en el tiempo que es estereotipada, y no necesita la activación de un
sistema tan complejo como es el sistema prefrontal humano.

Pero, el tiempo es el único factor crítico que determina la afectación de la corteza


prefrontal en la síntesis de una estructura de comportamiento novel.

La función del lóbulo frontal parece ser sintética, basada en su capacidad de hacer de
puente entre discontinuidades temporales de elementos de la misma estructura de
comportamiento. La lógica de la función de puente temporal del lóbulo frontal se
expresa en el pensamiento de esta manera:

12
"Si ahora ocurre esto, después haré lo otro y si no lo de más allá".

Funciones específicas de la región frontal

Tres funciones son específicas para la región frontal:

1. Una memoria a corto plazo, que permite una función retrospectiva.


2. Un set o conjunto preparatorio que permite una función prospectiva o
anticipatoria.
3. Una función protectora o de control de interferencias. Es decir, influencias internas
y externas, entre las que se incluyen recuerdos y datos de memoria que interfieran
con la formación de estructuras de comportamiento.

Las dos primeras funciones se localizan ampliamente en la región dorsolateral,


mientras que la tercera se localiza en la región orbitaria interna de la corteza frontal.

Trastornos de atención

Las lesiones del lóbulo frontal en humanos se caracterizan por distinta semiología
clínica. Los trastornos de atención son una característica prominente de los síndromes
clínicos prefrontales. Tales desórdenes son responsables parcialmente de déficits
cognitivos, entre los que se incluye distorsión de percepciones. Las lesiones de la
corteza prefrontal dorsolateral pueden resultar en apatía y falta de movimiento
espontáneo. Las lesiones orbitarias pueden conducir a hipercinesia, euforia y
desinhibición.

El resultado más común y característico del daño frontal en el humano es el fallo para
organizar nuevos y deliberados esquemas de comportamiento secuencial.

Este fallo se acompaña de un concretamente temporal, una cualidad de inmediatez y


falta de perspectiva en tiempo. Prospectiva a la vez que retrospectiva que invade en
todas las formas de comportamiento y especialmente en el lado izquierdo el lenguaje
hablado.

13
Relación del lóbulo frontal y la creatividad

El lóbulo frontal, al guardar una relación tan directa con la capacidad de creación y el
manejo de las novedades de conducta, puede decirse que está relacionado de una
manera indudable con la inteligencia, considerada como capacidad de creación.

Esto no quiere decir que la inteligencia sea una función del lóbulo frontal, quiere decir
únicamente que para poder realizar una actividad creativa, que en definitiva, es una
actividad propiamente humana se necesita de alguna manera el funcionamiento
adecuado de las estructuras frontales:

La capacidad de orientar la actuación hacia una meta.


Evitar la distorsión por otras actividades que descentran la atención y la capacidad
de generar un comportamiento estable.

9. EL AREA DE ASOCIACIÓN TEMPORAL

Otra gran Área de asociación desarrollada de modo mucho más importante en


humanos que en los animales es el lóbulo temporal.

Junto con el área prefrontal, ya descrita, contiene muchas funciones específicamente


humanas; en él se sitúa una amplia representación de contenidos de memoria, de
lenguaje y, en él se produce una relación directísima con el sistema emocional.

Así, los estudios de las conexiones del neocórtex del lóbulo temporal, realizados en
animales, nos han mostrado que esta zona del cerebro está ampliamente conectada con
el resto de estructuras cerebrales, pero fundamentalmente con el lóbulo temporal más
profundo y el sistema límbico, o cerebro emocional.

En el hombre, conocemos las funciones del lóbulo temporal humano, gracias al estudio
de los pacientes epilépticos. Así, dos tercios de las epilepsias focales - es decir, con un
inicio en un punto del cerebro -, tienen su origen en el lóbulo temporal. Se ha
comprobado que las crisis epilépticas del lóbulo temporal se relacionan con la personal

14
identidad. Tras estimulación eléctrica del lóbulo temporal se induce la aparición de
experiencias previas que, en realidad, forman parte del pasado del paciente. Estos
fenómenos recrean en la mente del paciente experiencias del pasado personal que
tienen una similaridad con elementos del pasado, e incluso son más vívidos que los
fenómenos de la vida real.

Combinan tres elementos:

Una percepción, más o menos compleja.


Elementos de memoria, sens de familiaridad.
Sensaciones afectivas.

Entre los fenómenos afectivos que se producen en las crisis del lóbulo temporal, la
sensación de miedo es la más frecuente. Suele asociarse a una sensación visceral,
generalmente a nivel del abdomen, que es muy típica.

Otros fenómenos afectivos, que pueden aparecer al estimular el lóbulo temporal son:
sensación de tristeza, soledad, vergüenza, culpa, enfado o ira, excitación anticipatoria,
placer, excitación sexual y sensación de contento o felicidad.

En los fenómenos perceptivos a nivel temporal (generalmente visuales o auditivos) no


se produce con un tiempo real, excepto la música: las escenas son estáticas. Los detalles
perceptivos pueden ser fragmentarios y les falta la sensación de viveza. El paciente
permanece pasivo y no siente que participa en la escena.

Formación de experiencias

La formación de una experiencia depende de una red de neuronas excitadas o


inhibidas en grandes áreas de la corteza temporal y conectadas con el sistema
límbico, el hipocampo y la amígdala. Lo que lleva una información específica no es la
actividad de una única célula, sino un patrón específico de conexiones que enlazan
neuronas y crean un patrón específico de excitación e inhibición.

Estos circuitos componen la memoria. La interconectividad de esas redes puede ser


modificada por las experiencias repetidas, que inducen cambios plásticos sinápticos,
esto es lo que describiremos más adelante como el fenómeno de la plasticidad neural, y

15
es la base neurológica de la memoria y el aprendizaje. Todo el sistema temporo-límbico
es un sistema tremendamente moldeable a los cambios plásticos sinápticos.

En el sistema temporal se han comprobado determinadas características


que, muy probablemente, pueden ser extrapoladas al resto del sistema
nervioso:

El sistema tolera un alto grado de degradación. Un considerable número de


los elementos que constituyen la matriz neural puede ser inactivado, eliminado o
destruido al azar, y sin embargo, la representación continúa siendo reconocible. Así,
se realizó un experimento digitalizando la imagen de la Gioconda.

Ninguna unidad del sistema es totalmente específica. En la figura se


muestran respuestas neuronales al olfato (tomada de Tanabe et al). Muestra que
cada estímulo odorífero químico desencadena un patrón ampliamente distribuido en
una población de neuronas de la corteza olfatoria, ninguna célula en si misma lleva
la información, es decir la representación de cualquier contenido mnésico, es decir
de memoria, ya sea un olor, un color, o un sonido, se almacena en redes neuronales
multivariables, que tienen una alta capacidad de cambio y aprendizaje. No hay
prácticamente nada en el cerebro que sea estático.

Otra característica es que el sistema puede ser recreado como un todo,


activando uno de sus componentes. La activación de un punto de la red recrea
el patrón completo. La figura 34 es la reproducción del ojo derecho de La Giocondo,
si previamente se ha tenido la experiencia de ver a la Gioconda, es muy posible que
podamos reconocer el patrón de ese ojo.

El sistema se caracteriza por plasticidad sináptica, se fortalece con el


uso y puede aprender. Es decir, cuanto más utilicemos determinados patrones
de memoria, más fácil nos será actualizarlos. Los contenidos con una fuerte carga
emocional, son más fácilmente recordados que aquellos que no la tienen.

Tolerancia al ruido. Podemos interferir con nuevos puntos la figura de La


Gioconda y la misma puede seguir siendo reconocida.

16
10. EL SISTEMA LÍMBICO

Las sensaciones de tipo afectivo son comunes a hombre y animales, y en ambos están
situadas en la parte más interna del cerebro, a nivel de la amígdala, el hipocampo y los
circuitos límbicos centroencefálicos, es el "paleocórtex" o cerebro de mamífero
primitivo, que se denomina también el sistema límbico. En la amígdala se vivencian los
afectos, el sistema del hipocampo, inicia los procesos de consolidación de la memoria,
que como hemos ya visto guardan una relación muy importante con el neocórtex
temporal.

El sistema límbico es así una zona profunda situada entre ambos hemisferios
cerebrales, rodeando al cuerpo calloso que es un haz de conexión entre ambos
hemisferios. Es el área donde se sitúan sentimientos y emociones: el placer, el temor,
la tristeza, la alegría, el enfado, la ira, el deseo sexual, etc.

Todas estas sensaciones actúan sobre el neocórtex modulando su actividad.

La respuesta emocional

Las respuestas emocionales, es decir las actuaciones mediadas por sentimientos, puede
producirse de dos maneras diferentes:

En primer lugar, en la vida animal muy simple, son fundamentales las respuestas
instintivas rápidas, donde las emocione juegan un papel crucial. El león que ve una
presa y decide atacar debe hacerlo de un modo rápido, y eficaz, y ha desarrollado un
sistema de ataque que está condicionado por instintos atávicos. El olfato juega un papel
crucial, y en los animales está mucho más desarrollado que en el humano. Las áreas
emocionales animales (y también las humanas) se han desarrollado alrededor del
sistema olfatorio animal. Las acciones de este tipo prácticamente no necesitan la
participación de la corteza, son respuestas emocionales puras. Analizando esta
respuesta emocional, hay únicamente 2 tiempos: la percepción y la actuación. Se
percibe la imagen sensorial, se produce un cortocircuito hacia los centros emocionales
subcorticales (el sistema límbico).

17
Existe un segundo tipo de respuesta, que se demora en varios tiempos, en los que cabe
el pensamiento, es mucho más rica y es la que diferencia al hombre del animal. Es una
respuesta guiada por una meta, en este caso el estudio de una especie animal.
Las respuestas emocionales rápidas son importantes y nos protegen muchas veces en la
vida diaria. Por ejemplo, en la conducción de vehículos: un frenazo a tiempo puede
salvarnos la vida y es una repuesta emocional rápida desencadenada por el miedo a
tener un accidente. Pues bien, aunque este tipo de respuestas son importantes, sin
embargo, y como ya hemos visto antes, lo propiamente humano es la respuesta
elaborada y mediada por la corteza cerebral. Cuando el hombre no actúa a través de
una conducta mediada y meditada se animaliza, y desarrolla de forma independiente
sus instintos, y emociones que le dificultan grandemente la realización de una vida
racional.

11. LOS RITMOS CEREBRALES

Recientemente, se ha podido comprobar que en el cerebro existen ritmos que se


modifican mediante procesos mentales y que coordinan, circuitos excitadores e
inhibidores. En nuestra era del ordenador y de la cibernética, se tiende a relacionar los
procesos mentales, con determinados ritmos cerebrales que coordinan circuitos de
excitación en inhibición, como se ve en la figura. Exactamente como funcionan estos
ritmos, y como se complementan estos circuitos excitadores e inhibidores es un
misterio.

Se han descubierto unas células capaces de descargar a una frecuencia muy alta y que
pueden ponerse al frente llevando el ritmo en estos circuitos de excito-inhibición, son
las chattering cells. Se denominan así porque estimuladas producen una descarga
constante rítmica y a frecuencia alta.

12. EL CONCEPTO DE PLASTICIDAD NEURAL COMO BASE BIOLÓGICA


DE LA LIBERTAD EN EL CEREBRO HUMANO

Como ya hemos visto anteriormente, el cerebro no es un ordenador, formado por cables


rígidos preestablecidos por el desarrollo de la especie. El cerebro es una estructura
formada células vivas, las neuronas, que tienen capacidad de adaptación y cambio. Las
neuronas se "comunican" entre sí por medio de conexiones que se denominan sinapsis.
Una neurona típica con frecuencia recibe decenas de miles de contactos sinápticos. Las
conexiones entre neuronas dan lugar a circuitos neuronales, son esos circuitos

18
neuronales, los que dan lugar a la actuación del ser humano. Cambios en el número,
tipo y función de las conexiones entre las neuronas son los que dan lugar a procesos tan
dispares como la memoria, el aprendizaje y la reparación de funciones tras una lesión.
Estos cambios son lo que se llama plasticidad neural.

Pongamos algunos ejemplos de lo que es la plasticidad neural. Todos conocemos la


gran capacidad que tienen los ciegos de desarrollar otros sentidos con los que valerse
para realizar su vida habitual, se ha comprobado cómo en ellos las áreas cerebrales que
corresponden a la visión, están disminuidas; mientras que las que corresponden al
tacto o al oído mucho más desarrolladas. Por diversos estudios neurológicos, se conoce
que en el cerebro humano está representada el área que controla el movimiento de la
mano. Se ha constatado que los violinistas, virtuosos del movimiento manual, tienen
mucho más desarrollada el área de la mano (hasta 5 o 10 veces más grande) que sujetos
que no se dedican a la interpretación musical.

Mediante técnicas de neuroimagen (fundamentalmente, la Tomografía por Emisión de


Positrones, PET) se ha comprobado en sujetos obsesivos una mayor actividad en lóbulo
frontal. Tras la realización de psicoterapia, sin ningún tratamiento farmacológico, y
habiendo mejorado su situación mental, se pudo comprobar que estas áreas
disminuyen en su actividad.

13. LA INTELIGENCIA CREADORA

El cerebro en su conjunto y, sobre todo, la corteza, no es más que una gran superficie de
asociación de distintas conexiones, una gran red neuronal en la que existen zonas más
específicas donde están representadas determinadas funciones; zonas para la
composición visioespacial, para el cálculo matemático, zonas donde se sitúa la
capacidad de abstracción, áreas para la armonía, áreas de visión, áreas de audición.

Pero, ¿cómo se integra todo esto a la hora de la actuación humana?

¿Qué es lo que lo genera y lo pone en movimiento?

Volvemos al tema que esbozábamos cuando se planteó en qué consistía la conciencia,


en todo el funcionamiento cerebral humano existe un algo que es un misterio. El
hombre es homo sapiens, el hombre que sabe, lo propio del hombre es la inteligencia, y
la capacidad de querer, lo que llamamos voluntad. Sin embargo, aunque en el cerebro

19
podemos encontrar áreas en las que se encuentran distintas funciones por mucho que
estimulemos la corteza, no aparecerá nunca un pensamiento sublime, o una acción
inteligente propia, el hombre es mucho más que su cerebro.

El aspecto más llamativo de la inteligencia humana es su capacidad de crear, de hacer


surgir nuevos datos diferentes a la realidad preexistente, penetrar en la realidad de la
naturaleza descubriendo sus leyes, realizar la creación artística concibiendo mundos no
iguales al preexistente.

La inteligencia no es la capacidad del lóbulo frontal de organizar datos a favor de una


experiencia novedosa. Tampoco la presentación de imágenes y memoria características
de los lóbulos temporales, ni el cálculo, o la capacidad de abstracción propios de los
lóbulos parietales. La inteligencia es la sumación de todo eso, pero más, ya que si
sumamos todas las capacidades de los distintos lóbulos cerebrales, no se produce más
que un gigantesco ordenador, o una base de datos. La inteligencia va más allá y crea
algo distinto, por eso el hombre es capaz de modificar el mundo en el que vive.

La inteligencia tiene una serie de características que la alejan de la materia cerebral en


la que se desenvuelve:

La primera es su instantaneidad. Cuántas veces dando vueltas a un razonamiento


no se nos ocurre el resultado o la solución adecuada, y repentinamente todo se
organiza en la mente para dar lugar a algo novedoso, que nos permite la deducción
razonada correcta.

Todos nuestros razonamientos, probablemente se constituyen sobre mecanismos


cerebrales, pero la capacidad de creación que determina algo totalmente novedoso,
tiene unos rasgos que transcienden la materia. El pensamiento no tiene un tiempo
determinado, por eso es inmaterial.

Por otro lado, podemos crear muchas cosas a la vez, pensamientos que se suceden y que
son concomitantes en nuestro cerebro, esta es otra muestra más de la inmaterialidad
del pensamiento.

Por último, otro dato que muestra cómo el pensamiento desborda la materia, son todos
los hallazgos que vimos antes sobre plasticidad neural. La plasticidad neural, es decir,

20
el hecho de que el cerebro puede modificarse a sí mismo nos da una idea de un sistema
capaz de actuar sobre sí mismo modificándose, un sistema que es libre.
14.- LA CONCIENCIA: SU PROBLEMA EPISTEMOLÓGICO Y SU
REPERCUSIÓN EN LA NEUROCIENCIA

En Montreal, a principios de siglo, un grupo de científicos se preguntaba por el misterio


de la mente. Pensaban que la forma de llegar a entender el misterio que hay en el
hombre es entender los mecanismos de la conciencia.

La experiencia común nos dice que estamos conscientes. ¿Pero que es la conciencia?
Desde un punto de vista meramente neurológico:

"La conciencia es el estado de actividad que se caracteriza por


sensación, emoción, volición o pensamiento: la mente en el más amplio
sentido: algo que en naturaleza se distingue de lo físico".

La conciencia es un término difícilmente definible, ha sido término a debate


particularmente desde el siglo XVI con Descartes y el racionalismo. Durante siglos se
sostuvo que conciencia y realidad eran entidades independientes, desde el "cogito ergo
sum", esto se ha cuestionado por determinadas corrientes de pensamiento. Partiendo
del cogito algunas tendencias extremas han deducido que la conciencia se identifica con
la realidad exterior, y alcanzan la conclusión de que el mundo exterior llega a ser
conocido por nosotros a través de la conciencia, de tal manera que existe solamente en
virtud de esa conciencia por la que aparece ante la mente.

Esto condujo a algunos filósofos como Berkeley (1713) a la extrema conclusión filosófica
que nada existe fuera de nuestra conciencia y por eso el mundo en sí mismo no existe
sino es como una función mental. Esta es una posición insostenible ya que, desde ese
punto de vista, implicaría que si yo miro a un objeto y me quedo dormido el objeto
dejaría de existir.

La posición de Berkeley ilumina, sin embargo, un hecho fundamental de la


epistemología, es decir que el mundo real que existe afuera es solo accesible a través de
la conciencia. Esto ya fue definido por Aristóteles:

"Nada es aprendido o entendido que no haya sido antes percibido" Aristóteles.

21
Estar consciente es, por tanto, el requisito obligatorio para cualquier forma de
experiencia humana y conocimiento, y cualquier objeto de tal experiencia y cualquier
conocimiento se produce en el contexto de una experiencia externa consciente.

La conciencia, entonces, no puede ser externa a sí misma no puede ser un objeto de la


realidad exterior, por eso no puede ser observada. Podríamos utilizar la siguiente
metáfora: el cerebro es la ventana por la que nos aproximamos al mundo exterior,
pero para mirar a través de ella no podemos verla.

De todo lo que hemos visto, podemos deducir que el cerebro es el órgano que media
entre la función mental y la realidad, y que hay en él algo que se nos escapa.

Algunos científicos como Mc Kay (1978) definen la conciencia como alguna clase de
programa cerebral que controla el funcionamiento del cerebro; sin embargo, esta
explicación todavía deja algo sin responder: ¿Quien está haciendo la programación? La
dificultades en cruzar el puente entre la realidad externa e interna han conducido a
algunos científicos como Penfield (1975), Popper y Eccles (1977) a atribuir a la
conciencia una cualidad inmaterial de tipo espiritual, y a sostener que algunas partes de
la corteza y el tronco cerebrales representan un lugar de confrontación entre estos dos
mundos. Esta visión, retira el problema de la conciencia del mundo científico.

La función mental no puede reducirse al cerebro, hay algo más, que es lo divino del
hombre, lo espiritual. El cerebro no da explicación de sí mismo. Parte de los trabajos de
investigación de Penfield y la escuela de Montreal se dedicaron a la búsqueda de un
sustrato anatómico cerebral de la conciencia humana. Encontraron que presionando
partes profundas del cerebro, la zona del diencéfalo y el tronco cerebral, el sujeto perdía
la conciencia, y sostuvieron que ese era el lugar anatómico de origen de la conciencia.
Es curioso, que este grupo encuentra la localización de la consciencia muy cerca de la
glándula pineal, el lugar donde Descartes la había situado.

Hoy en día ya no se reconoce que la conciencia esté localizada en un punto del sistema
nervioso desde un punto de vista científico. Estar consciente es mucho más que estar
despierto, y, por otro lado, alteraciones amplias de toda la corteza cerebral también
conducen a estados de inconsciencia.

22
La consciencia procede del funcionamiento adecuado de todo el sistema nervioso
central, y en definitiva, del cuerpo humano. Por otro lado, al estudiar pacientes
epilépticos, se ha podido estudiar estados de conciencia alterada, muchos aspectos de la
función mental (memoria, lenguaje, pensamiento abstracto, cálculo etc) pueden ir
desapareciendo y lo único que se produce es un obscurecimiento del nivel de
conciencia. Es decir, desde el punto de vista cerebral, la conciencia está formada por la
unión de funciones variadas, y al faltar parte o alguna de esas funciones lo que se
produce es una parcial degradación de la conciencia. Aquí podríamos poner el ejemplo
de la persona que padece un período de amnesia, que realmente no pierde la conciencia
sino la memoria, la que pierde la capacidad de hablar que no pierde la conciencia sino
el lenguaje, y tantas otras funciones que están englobadas dentro del más amplio de
conciencia.

Podríamos definir la conciencia en términos científicos desde un punto de vista


subjetivo, como una experiencia unificada que es medida de continuidad en el tiempo y
que presenta una referencia constante a lo "propio". Algunos de los aspectos de la
conciencia son objetos de estudio en las neurociencias: percepción, memoria, afectos, y
algunos aspectos de los movimientos voluntarios.

23

Вам также может понравиться