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Universidad de Montemorelos

Teología UM Virtual

HISTORIA DEL CRISTIANISMO TEMPRANO Y MEDIEVAL

Actividad 1.2: Surgimiento de la Iglesia Cristiana


Presentada en cumplimiento parcial de los requisitos para el título de
Licenciado en Teología

Por
Misael Chuquimango Mendoza
19 de agosto 2019
El cronograma divino, con la promesa del Mesías

Gálatas 4.4–5

Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido
bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción
de hijos1
El cumplimiento de la promesa dada por Dios a Abraham. Los siglos transcurrieron y, en cierta
medida, la promesa se había olvidado, por esa razón los líderes religiosos del tiempo del
nacimiento de Cristo, no le estaban esperando (Mt. 2:5). Pero, Dios es fiel. La fidelidad divina
requería que la promesa hecha se cumpliese en el tiempo que Dios había determinado en su
soberanía. En el versículo Pablo alude a ese hecho, aunque, sin duda, la extensión es mucho más
amplia, puesto que se trata de la aparición del Mesías, el Redentor del mundo, cuya misión había
sido establecida por Dios en soberanía, desde antes de la fundación del mundo. La Cruz se
relaciona aquí como el lugar de redención y adopción. “En el mismo día” señalado por la
promesa divina, “todas las huestes de Jehová salieron de la tierra de Egipto”. Así también se
determinó en el concilio celestial la hora en que Cristo debía venir; y cuando el gran reloj del
tiempo marcó esa hora, Jesús nació en Belén.2
En el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo. La primera observación de este hecho, tiene
que ver con la preexistencia del Hijo de Dios. Quien es enviado al mundo es la Persona Divina de
Dios el Hijo. El Verbo eterno va a entrar en el mundo de los hombres revestido de humanidad.
El Verbo traduce al Padre al hacerse hombre y es insustituible como única Verdad, personal del
Padre, “y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como
del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”.3
El cumplimiento del tiempo había llegado. La humanidad, cada vez más degradada por los siglos
de transgresión, demandaba la venida del Redentor. Satanás había estado obrando para ahondar
y hacer insalvable el abismo entre el cielo y la tierra. Por medio de sus mentiras había
envalentonado a los hombres en el pecado. Se proponía agotar la tolerancia de Dios, y extinguir

1 Reina Valera Revisada (1960). (Gl 4.4–5). Miami: Sociedades Bíblicas Unidas. 1998
2 De White, E. G. . El Deseado de todas las gentes. (Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana. 2010), 23
3 Reina Valera Revisada (1960). (Jn 1.14). Miami: Sociedades Bíblicas Unidas. 1998
su amor por el hombre, con el fin de que abandonase al mundo a la jurisdicción satánica. El
engaño del pecado había llegado a su culminación. Habían sido puestos en operación todos los
medios para depravar el alma de los hombres. El Hijo de Dios, mirando al mundo, contemplaba
sufrimiento y miseria. Veía con compasión cómo los hombres habían llegado a ser víctimas de
la crueldad satánica. Miraba con piedad a quienes se estaban corrompiendo, matando y
perdiendo4
Él Hijo de Dios, y cuándo y cómo vino. Pablo, explica el porqué de su venida: “para que
redimiese a los que estaban bajo la ley” (Gálatas 4:5). “Redimiese” es la misma palabra que Pablo
usó antes (3:13) y significa libertar por medio del pago de un precio.

4 De White, E. G. El Deseado de todas las gentes. (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana. 2010), 27

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