REQUERIMIENTO DIETÉTICO Y NUTRICIONAL EN LA GESTANTE
CON PATOLOGÍAS OBSTETRICAS MAS FRECUENTES
I.- GESTANTES CON ANEMIA Es bastante frecuente durante la gestación sufrir anemia, es decir, que un nivel bajo de hemoglobina en la sangre debido al aumento del volumen sanguíneo hasta en un 50% para llegar con mayor rapidez a la placenta y satisfacer la demanda extraordinaria de oxígeno y nutrientes que necesita el feto. Sin embargo, cuando la disminución en la concentración de hemoglobina en la sangre se sitúa por debajo de los 11 g/dl, el equilibrio se pierde y surge la anemia. Durante el embarazo se recomiendo ingerir el doble de hierro que ingerimos normalmente. Es decir si en un día normal consumíamos 18 miligramos de hierro, en la gestación esta cifra aumentará a 27 miligramos por día. La anemia ferropénica. (Falta de hierro) Sin duda, es la más común. Surge normalmente durante el segundo o tercer trimestre de la gestación, pues las necesidades de hierro del feto aumentan hacia el final del embarazo. Entre las necesidades del bebé y las suyas propias, deberás retener 1000 mg de hierro y pocas mujeres disponen de tantas reservas. CAUSAS Ingesta baja de hierro en la dieta Deficiencia de acido fólico. Pérdida de sangre por hemorragia por hemorroides o gastrointestinal. ALIMENTOS QUE DEBE CONSUMIR Comer alimentos ricos en hierro: Como hígado, ternera, lentejas, cereales, huevos y frutos secos. Comer alimentos ricos en acido fólico: Como judías, harina, mantequilla de cacahuete, champiñones, brócoli ó espárragos. Comer alimentos ricos en vitamina C: Como los cítricos y vegetales; la vitamina C hace que la absorción de hierro sea más eficiente. Tomar suplementos vitamínicos y minerales: Especialmente ácido fólico (ya que este es necesario para la madre) para formar los glóbulos, y para el feto, ya que su carencia se relaciona con déficits en el desarrollo de su sistema nervioso. . II.- GESTANTE CON PREECLAMPSIA: La preeclampsia es uno de los trastornos de la gestación que afecta al 15% de las embarazadas, caracterizado por un aumento de la presión sanguínea que, si no es controlada debidamente, supone un grave riesgo para el bebé que puede ir desde el parto prematuro a la muerte fetal Como con cualquier embarazo, una buena alimentación prenatal debe incluir vitaminas, antioxidantes, minerales y los grupos básicos de alimentos. Igualmente, es esencial disminuir los alimentos procesados, los azúcares refinados y suspender la cafeína, el alcohol y cualquier medicamento no recetado por un médico. Si durante la atención prenatal se detecta preeclampsia, se debe realizar una mejor vigilancia a la gestante, poniendo énfasis sobre su evaluación nutricional, lo cual nos dará un diagnóstico para clasificar a la gestante dentro del grupo de: Normal, bajo peso, sobrepeso y obesidad , así mismo deberá tener un control adicional sobre su alimentación, en especial beber mucha agua y reducir al mínimo la cantidad de sal de las comidas, ya que la sal aumenta la tensión. Pero no debe quitarle por completo de su alimentación, ya que las embarazadas necesitan el aporte de sodio (sal) para mantener el fluido de los líquidos de su cuerpo. ALIMENTOS QUE DEBE CONSUMIR: Según un estudio reciente publicado por la revista American Journal of Hipertensión, la fibra también ayuda a controlar la tensión. Por lo tanto se debe aumentar la cantidad de fibra en la alimentación durante los primeros meses de embarazo, con lo que se reduce el riesgo de desarrollar pre eclampsia en los siguientes meses. Entre los alimentos ricos en fibra podemos encontrar principalmente a los cereales, las legumbres y frutas y verduras como espinacas, acelga, zanahoria, kiwi, pera, manzana y albaricoque. III.- GESTANTE CON DIABETES: Se ajusta a las mismas características que la dieta a la mujer no embarazada que padece de diabetes y se le asocian las necesidades especiales de energía y proteínas propias del embarazo. El nivel energético de la dieta se basa en la cantidad de kilocalorías para mantener el peso de la mujer previo al embarazo, y se les adiciona desde el inicio y durante toda la gestación a las embarazadas con actividad normal, 285 kcal, y con actividad reducida, 200 kcal. Se debe controlar el ritmo de aumento de peso durante el embarazo que debe ser semejante al de las embarazadas sin diabetes. El cálculo de la energía se realiza de la forma siguiente: 30 kcal/kg de peso real si es de peso normal. 25 kcal/kg de peso real si es sobrepeso. 15 a 20 kcal/kg de peso real si padece de obesidad. 35 a 45 kcal del peso deseable si es de bajo peso. El consumo de alimentos entre las comidas reduce al mínimo la fluctuación de la glicemia y contribuye a prevenir la cetosis. El aporte energético se distribuye en 3 comidas y 3 meriendas: a media mañana, a media tarde y al acostarse. Generalmente, se deben evitar o consumir de forma limitada los alimentos ricos en azúcares simples. Indicación médica de la dieta Se debe especificar cantidad de energía y su distribución diaria. IV.- GESTANTE OBESA: Durante el embarazo el sobrepeso y la obesidad se asocian con un riesgo mayor de padecer diabetes gestacional, hipertensión, preeclampsia, mortalidad perinatal y necesidad de parto inducido o cesárea. En las embarazadas obesas o con sobrepeso se pueden aceptar incrementos de peso inferiores a la norma, puesto que el feto puede recibir parte de la energía que necesita de las reservas energéticas materna. No se debe recomendar la disminución de la ingesta energética por debajo de las necesidades propias del embarazo, aún en los casos de obesidad, ya que esto puede producir un déficit de nutrientes que son necesarios para mantener un embarazo normal y que se empleen las proteínas como fuente de energía en lugar de dirigirla a la síntesis de tejidos y llevar a la producción de cetonas, que pueden alterar el desarrollo neurológico fetal. El control de peso en la embarazada obesa debe ser individualizado.