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KAREN HORNEY: NECESIDADES

Y TENDENCIAS NEURÓTICAS

Prof. David Ramírez


KAREN DANIELSEN HORNEY
(1885-1952)

También Horney abandonó la


teoría ortodoxa de Freud.
Rechazó la descripción
psicoanalítica de la mujer. Fue una
de las primeras feministas y
sostenía que el psicoanálisis se
centra más en el desarrollo de los
hombres que en el de las mujeres.
Sus teorías cuestionaron ciertos puntos
tradicionales del pensamiento de
Sigmund Freud, como por ejemplo, que
las diferencias psicológicas entre el
hombre y la mujer no son producto
inherente de la biología humana, sino
que deben su origen a diversos factores
culturales y sociales. Su pensamiento es
clasificado dentro del neofreudismo.
Sostenía que los hombres envidian a la mujer por su
capacidad para procrear, y dijo: “Conozco a tantos hombres
que sienten esta envidia como a mujeres que envidian el
pene”. Fundado una escuela nueva: un novedoso enfoque
del psicoanálisis que tenía muy poco en común con las
concepciones ortodoxas de Freud.
Su teoría fue formulada en
Estados Unidos, país con una
cultura totalmente distinta de la
de Viena en la época de Freud.
Entre las décadas de 1930 y
1940 se registraron grandes
cambios en la actitud general
respecto del sexo y los papeles
de hombres y mujeres.
Horney encontró que sus pacientes
norteamericanos eran muy diferentes de los de
Alemania, tanto en sus neurosis como en su
personalidad normal. Así, conjeturó que la única
explicación era que no habían estado expuestos a
las mismas condiciones sociales. Señaló que no era
posible que la personalidad sólo estuviera
determinada en función de factores biológicos
como proponía Freud. Si fuese así, las diferencias
entre las culturas serían casi imperceptibles.
Horney, al igual que Alfred Adler, concedió a las
relaciones sociales más importancia de la que les diera
Freud y las consideró un factor decisivo en la formación
de la personalidad. Según ella, el sexo no es el factor que
rige la personalidad, como sostenía Freud, y además
cuestionó los conceptos del complejo de Edipo, la libido
y la estructura tridimensional de la personalidad. Las
fuerzas sexuales o agresivas no motivan a las personas,
sino que las mueven la necesidad de seguridad y de amor.
LA NECESIDAD DE SEGURIDAD
DURANTE LA NIÑEZ

• La necesidad de
seguridad predomina
en la niñez, entendida
como la necesidad de
sentirse seguro y la
ausencia de miedo.
• Los padres de familia pueden
actuar de distintas formas que
minan la seguridad de su hijo,
provocando así la hostilidad.
Algunas de estas conductas son la
preferencia evidente por uno de
los hijos, los castigos injustos, las
conductas erráticas, las promesas
rotas, y el ridiculizar, humillar y
aislar al niño de sus compañeros.
• Según Horney, el infante sabe si
el amor de sus padres es
auténtico. Cuanto más indefenso
se sienta un niño, tanto menos
se atreverá a oponerse a sus
padres o a rebelarse. Esto
significa que reprimirá la
hostilidad diciéndose: “Debo
reprimir mi hostilidad porque te
necesito.”
• El amor es otra razón por la cual se reprime la hostilidad
contra los padres. En este caso, éstos le dicen a su hijo
cuánto le aman y se sacrifican por él, pero no expresan
un afecto ni un amor auténticos. El niño sabe que esas
expresiones y conductas son un mal sustituto de la
seguridad y el amor verdaderos, pero es todo lo que
tiene. Debe entonces reprimir la hostilidad por temor a
perder incluso esas expresiones poco satisfactorias de
cariño.
• La culpa también es una razón por la
cual el niño reprime la hostilidad. A
menudo le hacen sentirse culpable de
ella y también de su rebeldía. Le hacen
pensar que no merece nada, que es
malvado o pecador porque expresa o
alberga resentimiento hacia sus padres.
Cuanto más culpable se crea, tanto más
profundamente reprimirá la hostilidad.
ANSIEDAD BÁSICA: LA FUENTE DE LA
NEUROSIS

Ansiedad básica Un
sentimiento creciente y • Ganándonos afecto y
generalizado de que uno amor
está solo e indefenso en un • Siendo sumisos
mundo hostil. En la niñez
• Conquistando poder
procuramos protegernos
de la ansiedad básica de • Alejándonos
cuatro maneras:
Ganándonos afecto y amor :
Cuando el individuo consigue el
afecto y el amor de otros, en
realidad está diciendo: “Si me
amas, no me lastimarás.” Nos
ganamos el afecto de otros por
distintos caminos: haciendo lo
que quiere otro, tratando de
sobornarlo o amenazándolo
para que nos brinde su afecto.
Siendo sumisos : Ser sumiso para protegerse implica que
uno acate los deseos de una persona o de todas las que nos
rodean. El sumiso trata de no hacer algo que le pudiera
ganar la enemistad de otros. No se atreve a criticarles ni a
ofenderles. Tiene que reprimir sus deseos personales y no
se defiende del abuso por temor a enemistarse con los
demás. Casi siempre se cree altruista y abnegado. Parecería
que piensa: “Si cedo, no me lastimarán.” Estas palabras
describen la conducta que observó Horney hasta los ocho o
nueve años.
Conquistando poder : Al
conquistar poder sobre los
demás, el individuo puede
compensar la indefensión y
lograr la seguridad en razón
del éxito o un sentimiento de
superioridad. Estos individuos
piensan que el poder
impedirá que alguien los dañe.
Alejándonos :Esta persona trata de ser
independiente, de no recurrir a nadie
para satisfacer sus necesidades internas
o externas. Por ejemplo, alguien que
acumula posesiones materiales recurrirá
a ellas para satisfacer sus necesidades
externas. Por desgracia, la intensidad de
la ansiedad básica tal vez le impida
disfrutarlas. Debe cuidarlas con sumo
cuidado porque son su única protección
contra la ansiedad.
NECESIDADES Y TENDENCIAS
NEURÓTICAS

Horney pensaba que cualquiera de los mecanismos


de autoprotección puede llegar a ser una parte tan
permanente de la personalidad que adopta las
características de un impulso o necesidad que
determina la conducta del individuo. Hizo una lista
de 10 de estas necesidades y las llamó necesidades
neuróticas, porque representan soluciones
irracionales para los problemas de uno y son:
❑ Afecto y aprobación: Es una de las necesidades
neuróticas que se manifiesta como idealización del amor,
en todos los terrenos. La persona experimenta una
profunda necesidad de recibir afecto y resiente hasta las
más pequeñas muestras de indiferencia, desapego o
rechazo . Por eso mismo hace todo cuanto esté a su
alcance para complacer a los demás y así ganar su
afecto. Puede ser capaz de llegar a sacrificios o acciones
inverosímiles, con tal de lograr que las figuras amadas
correspondan al afecto que él o ella le prodigan.
❑Una pareja domínate : Está
asociada con la necesidades
neuróticas de afecto, pero en este
caso se dirige exclusivamente a la
pareja. La persona cree que el
amor la salvará, que le permitirá
contar con alguien que le dé
sentido a su vida y que tomará las
riendas de todo aquello que anda
mal.
Una vez más, el neurótico idealiza el amor y le
otorga propiedades que van más allá de lo
real. Es común que se haga a la idea de que su
problema no es esa expectativa
desproporcionada frente al amor de pareja,
sino que no ha logrado encontrar la pareja
ideal para llegar a la plenitud. Y puede gastar
toda su vida buscándola.
❑ Poder : Se expresa como un
profundo deseo de controlar a los
demás, de competir y de ser aquel
que dice siempre la última palabra.
En este tipo de personas hay un
gran rechazo e incomprensión
frente a la debilidad de los demás,
al tiempo que una gran exaltación
a las conductas que muestran
fortaleza o habilidad.
❑Explotación: Corresponde a lo que
comúnmente conocemos como
personas egocéntricas. Piensan que
los demás están ahí para ser utilizados
por él. Los otros les interesan
solamente como instrumentos de sus
propios deseos y necesidades.
Quieren ser escuchados, pero no
escuchan. Quieren ser amados, pero
no aman.Y un largo etcétera.
❑ Prestigio : Los individuos con una necesidad de prestigio se
valoran en términos de reconocimiento y admiración
pública. Su mayor temor es la vergüenza pública y la pérdida
de estatus social. Todo lo que son y lo que tienen, incluidas
las relaciones interpersonales, es evaluado en base a ese
valor distorsionado de prestigio y reconocimiento.
❑Admiración : Los individuos con una necesidad
compulsiva de admiración personal son narcisistas y
egocéntricos, y manejan por tanto una auto-percepción
exagerada. Quieren ser admirados en base a esta auto-
imagen distorsionada y no por lo que realmente son.
❑ Logro o ambición : De acuerdo
con Horney, este perfil se auto-
exige para lograr objetivos cada
vez mayores como consecuencia
de una inseguridad básica. Son
personas que temen al fracaso y
la humillación, y que sienten una
necesidad constante de alcanzar
logros superiores a lo demás y a
sus propios éxitos anteriores.
❑ Autoeficiente: son sujetos con una mentalidad solitaria, de
perfil esquizoide, que tienden a distanciarse de los demás
con el fin de evitar vincularse en exceso o ser dependientes
de otras personas. No requieren jamás la ayuda de nadie y
no ceden a influencia alguna, en particular si ésta se visualiza
como un compromiso.
❑ Perfección: En su lucha interminable por conseguir la
perfección, ellos temen equivocarse y tener defectos
personales, y luchan desesperadamente por ocultar su
debilidad a los demás.
❑ Límites estrechos para la vida: Quita importancia a sus
propias capacidades y tiene miedo de pedir cosas a los
demás.
Las necesidades neuróticas abarcan las cuatro formas que
usamos para protegernos de la ansiedad.
➢ La de ganarse cariño se expresa en la necesidad neurótica
de afecto y aprobación.
➢ La de ser sumiso incluye la necesidad neurótica de una
pareja dominante.
➢ La de obtener poder se relaciona con las necesidades de
poder, explotación, prestigio, admiración y logro o
ambición.
➢ La de alejamiento comprende las necesidades de
autosuficiencia, perfección y límites estrechos para la vida.
Horney señaló que todos manifestamos cierta
medida de estas necesidades. Por ejemplo, en
algún momento de la vida buscamos el afecto
o el logro. Ninguna de las necesidades es
anormal ni neurótica en el sentido común del
término. Lo que hace que sean neuróticas es
una búsqueda intensa y compulsiva de su
satisfacción como única vía para resolver la
ansiedad básica.
El hecho de satisfacerlas no nos ayudará a sentirnos
seguros; tan sólo reafirmará el deseo de no sentir el
malestar que nos produce la ansiedad. Además, cuando
tratamos de satisfacerlas tan sólo para superar la
ansiedad, propendemos a concentrarnos en una sola de
ellas y buscamos compulsivamente su satisfacción en
todas las situaciones.
En sus escritos posteriores, Horney reformuló la
lista de necesidades (Horney, 1945). Basándose
en el trabajo con sus pacientes, llegó a la
conclusión de que se podían agrupar en tres
categorías, cada una indicativa de las actitudes del
individuo hacia su persona y hacia otros, y llamó
tendencias neuróticas a las categorías de la
dirección de este movimiento.
Las tendencias neuróticas son:
❖ Movimiento hacia otras personas
(personalidad complaciente).
❖ Movimiento en contra de otras personas
(personalidad agresiva).
❖ Movimiento para alejarse de otras personas
(personalidad desapegada).
❖ Personalidad complaciente: Conductas y actitudes
asociadas con la tendencia neurótica de moverse hacia
otros; por ejemplo, la necesidad de afecto y aprobación.
❖ Personalidad agresiva: Conductas y actitudes
asociadas con la tendencia neurótica de moverse contra
otros; por ejemplo, una actitud dominante y
controladora.
❖ Personalidad desapegada: Conductas y actitudes
asociadas con la tendencia neurótica de moverse para
alejarse de otros; por ejemplo, una enorme necesidad de
privacidad.
En el sistema de Horney, el conflicto se entiende como la
incompatibilidad básica de las tres tendencias neuróticas; es
el centro de la neurosis. Todos, sin importar si somos
neuróticos o no, sufrimos cierto conflicto entre estas
tendencias irreconciliables en esencia. La diferencia entre un
individuo normal y un neurótico radica en la intensidad del
conflicto: es mucho mayor en este último. Los neuróticos
deben luchar por impedir que se expresen las tendencias no
dominantes. Son rígidos e inflexibles, y encaran todas las
situaciones con las conductas y las actitudes propias de la
tendencia dominante, sean adecuadas o no.
Autoimagen idealizada: En
los individuos normales, la
autoimagen es una imagen
idealizada de uno mismo,
basada en una evaluación
flexible y realista de sus
capacidades. En los individuos
neuróticos, la autoimagen se
basa en una autoevaluación
rígida y poco realista.
En su esfuerzo por realizar dicho ideal, el neurótico
sucumbe a lo que Horney llamó tiranía de los “debería”.
Está convencido de que debería ser el mejor o un perfecto
estudiante, cónyuge, padre de familia, amante, empleado,
amigo o niño. Como su autoimagen real es muy negativa,
cree que su conducta debería corresponder a la
autoimagen ilusoria donde se ve bajo una luz sumamente
positiva; por ejemplo, como un ser virtuoso, honesto,
generoso, considerado y valiente. Al hacerlo, niega a su yo
real y trata de convertirse en lo que debería o tendría que
ser para corresponder a la autoimagen idealizada.
Por el contrario, una autoimagen realista es flexible y
dinámica; se va adaptando a medida que el individuo se
desarrolla y cambia. Refleja cualidades, crecimiento y
conciencia de sí mismo. Es una meta, algo que
perseguir y, por lo tanto, refleja y guía al individuo. En
cambio, la autoimagen neurótica es estática, inflexible y
definitiva. No es una meta sino una idea fija; no
favorece el crecimiento, sino que lo impide porque
exige el cumplimiento rígido de sus normas.
Los neuróticos tratan de defenderse de los conflictos internos
que provoca la incompatibilidad de la autoimagen idealizada y la
real por medio de la externalización y proyectan los
conflictos hacia el mundo exterior. Es un proceso que alivia
temporalmente la ansiedad que produce el conflicto, pero no
aminora en absoluto la brecha entre la autoimagen idealizada y
la real.
La externalización implica una tendencia a experimentar
los conflictos como si estuviesen ocurriendo fuera de
uno. Además, entraña describir las fuerzas externas
como la fuente que los genera. Por ejemplo, los
neuróticos que se odian a sí mismos por la discrepancia
entre el yo real y el idealizado podrían proyectar el odio
hacia otras personas o instituciones y hasta llegar a
pensar que éste proviene de esas fuentes externas y no
de su interior.
Los métodos que Horney utilizó para determinar el
funcionamiento de la personalidad humana fueron, en
esencia, los mismos de Freud (asociación libre y análisis de
los sueños), pero con algunas modificaciones. se centraba
en las reacciones emocionales visibles de los pacientes
hacia ella, porque pensaba que podían explicar sus actitudes
hacia otras personas. Indagaba las actitudes por medio de
la asociación libre. Al iniciar la terapia preguntaba acerca
de los primeros años de vida después de haber evaluado
las actitudes, las defensas y los conflictos presentes.
Los sueños nos presentan una serie de actitudes
que no siempre coinciden con las de la autoimagen.
No confeccionó una lista de símbolos universales
de los sueños, pero insistió en que cada uno se
explica dentro del contexto del conflicto del
paciente. Al concentrarse en el contenido
emocional, llegó a la conclusión de que “la pista
más segura para interpretar un sueño son los
sentimientos del paciente expresados en él”
GRACIAS POR SU ATENCIÓN

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