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HISTORIA Y POLÍTICA
Segunda etapa o Segundo Renacimiento (segunda mitad del siglo XVI: reinado de
Felipe II, 1556-1598):
Acentuación de la defensa de la fe católica y del papel de la Inquisición.
Rechazo de los influjos extranjeros (corrientes ideológicas y culturales exteriores).
Exaltación nacional.
CARACTERÍSTICAS GENERALES
Temas:
El amor, la naturaleza y la mitología (Primer Renacimiento).
El amor divino.
Temas morales: la fugacidad de la vida, la visión desengañada del mundo (vicios y bienes
engañosos), la huida del mundo (anhelo de paz y tranquilidad).
Exaltación del heroísmo nacional (principales glorias y gestas nacionales).
Tópicos literarios:
Beatus ille y aurea mediocritas (hacen referencia a la vida modesta y apacible alejada de toda
ambición).
Métrica:
Versos y estrofas italianos importados por Garcilaso de la Vega (lira, soneto o tercetos
encadenados)
Versos y estrofas de la tradición castellana (octosílabos, estribillos…)
Estilo:
Estilo natural propugnado por Garcilaso de la Vega.
El artificio, el ornamento y una mayor complicación formal.
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De los nombres de Cristo. Obra teológica con forma dialogada en la que se reflexiona
sobre el significado de los diferentes nombres con que se denomina a Cristo (Amado,
Pastor, Paz, etc.).
Traducciones: de autores grecolatinos y de la Biblia. Fue encarcelado durante 5 años, acusado
de traducir del hebreo al castellano el libro bíblico llamado El cantar de los cantares (estaba
prohibido traducir la Biblia a lengua vulgar). Cuando, tras ser absuelto en 1572, volvió a sus clases
en la Universidad, comenzó la lección como si no hubiese pasado el tiempo, con su célebre
frase “Decíamos ayer…”.
Ideas más importantes:
Perfección espiritual: se consigue mediante el estudio y la austeridad en la forma de vivir.
Paz interior: es la mayor aspiración del ser humano, solo se consigue si se vive de acuerdo
con la naturaleza y la razón.
El alma puede conectarse con la armonía divina por la que se rige el universo mediante
la poesía, la música o la contemplación de la naturaleza que posibilita la vida retirada.
Características de su poesía:
Temas:
El anhelo de una vida apartada, en armonía y en paz, dedicada al estudio.
La práctica de la moderación y el desprecio de toda ambición.
La contemplación de la naturaleza, símbolo de la perfección del mundo natural y el
reflejo de la belleza divina.
Estrofas:
La lira.
Tópicos literarios, combinados con temas religiosos:
Beatus ille (defensa de la vida retirada).
Aurea mediocritas (aspiración de un punto medio o equilibrio).
Estilo:
Naturalidad del estilo garcilasiano.
Hondura del pensamiento.
Perfección formal (búsqueda de la palabra precisa).
Musicalidad de la frase.
Equilibrio en el lenguaje.
VÍAS DE LA MÍSTICA. Según los místicos, para alcanzar la unión con Dios deben seguirse 3 vías o etapas:
1- La vía purgativa (purificación): el hombre debe realizar una serie de esfuerzos para renunciar a lo
terreno y purificar su alma.
2- La vía iluminativa: tras la purificación, se accede a la contemplación de Dios y sus misterios. Estas dos
primeras vías o etapas se identifican con la ASCÉTICA.
3- La vía unitiva (conocimiento directo de la divinidad): culminación del proceso místico en el que el
alma se funde con Dios.
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símbolos (la noche, el fuego, el ciervo, las montañas, etc.), metáforas, antítesis, paradojas,
oxímoron…
Tres grandes poemas que reflejan sus experiencias místicas y que lo han situado en la cima de la
lírica en lengua castellana:
Cántico espiritual. Recrea el proceso místico del camino hacia Dios. La Esposa (el alma)
recorre la naturaleza en busca del Esposo (Dios) hasta encontrarlo (éxtasis místico).
Reflejo de las 3 vías de la mística.
Noche oscura del alma. Recrea la huida de una mujer (el alma), en medio de la noche,
que culmina con su unión con el amado (Dios). Reflejo de las 3 vías de la mística.
Llama de amor viva. Expresa el júbilo producido por la unión con Dios.
2.2. Santa Teresa de Jesús [Teresa de Cepeda y Ahumada] (Ávila, 1515 - Alba de Tormes,
Salamanca, 1582).
Participó en el proceso de profunda renovación del cristianismo de su época como
reformadora: modificó las reglas por las que se regían las monjas del Carmelo para que estas
tuvieran una vida más ascética, fundó numerosos conventos.
Se encontró con muchos obstáculos para plasmar sus ideas. La jerarquía eclesiástica del siglo XVI
y la Inquisición desconfiaban de ella porque era mujer y tenía orígenes judíos.
Obras más importantes:
El castillo interior o Las Moradas. Expone su doctrina mística mediante el simbolismo de un
castillo con siete habitaciones por las que tiene que pasar el alma hasta unirse con Dios.
Estas habitaciones o moradas representan las 3 etapas de la mística: purificación,
iluminación y unión.
Camino de perfección. Habla de la importancia de la oración.
Estilo: sigue la naturalidad y la sencillez de la norma renacentista.
Afán didáctico: tiene la voluntad de hacer comprensible la experiencia mística, inefable por
naturaleza, utilizando coloquialismos, metáforas y comparaciones sencillas (emplea palabras
como castillo, jardín, fuente, abeja, agua o vino para hacer más visuales sus experiencias
espirituales).
Se adelantó a su tiempo en la defensa de los derechos de las mujeres en el campo de la
espiritualidad, entonces reservada a los hombres, y se opuso con coraje a cualquier tipo de
discriminación, sin pensar en los peligros que corría.