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ACCESORIOS O PERTENENCIASi

En la realidad vital no sólo encontramos partes integrantes que conforman “un


bien” (unidad jurídica), sino también vinculación económica entre un “bien
principal” y otro “accesorio”ii, sin que ambos lleguen a adherirse o confundirse en
un solo cuerpo. En el caso de la parte integrante, ésta se incorpora de tal manera
con el todo, que pierde su propia individualidad. En cambio, el accesorio conserva
su autonomía jurídica, aunque sobre él nace una vinculación económica con
respecto al bien principal.

Esa vinculación entre los dos bienes (principal y accesorio) se denomina en


doctrina “relación de servicio”, e implica que el segundo, permanentemente
afectado a la función del primero, potencia su uso y aprovechamiento. Es el caso
típico de los botes salvavidas en el buque mercante, las redes de pesca en la
embarcación pesquera o los instrumentos de labranza respecto del fundo rural.

La afectación del bien accesorio al servicio del principal sólo puede hacerlo el
propietario de ambos bienes, y no se entiende porque el Código menciona como
legitimado al “propietario del bien principal” (art. 888, 2). Si ello fuera así
estaríamos ante una privación ilegítima de la propiedad ajena. En todo caso, la
norma debería entenderse en tal sentido, ya que la solución aquí propuesta se
impone por la naturaleza de las cosas. Esta posición es compartida por nuestra
doctrinaiii

BASANELLI ha utilizado las siguientes consideraciones a favor de esta tesis: si el


acto de afectación crea un vínculo permanente, parece que sólo puede realizarlo
quien tiene sobre los dos bienes un derecho suficiente para ello, que es el
propietario; además, para admitir la constitución del vínculo entre bienes de
propietarios distintos, haría falta reconocer al acto de afectación el efecto de
hacer adquirir la propiedad del bien accesorio por parte del propietario del bien
principal, consecuencia no prevista por la leyiv. Evidentemente, este acto de
afectación le corresponde exclusivamente al dueño de los bienes (principal y
accesorio), lo que no requiere constar de una declaración expresa, pues basta la
manifestación de voluntad derivada de hechos concluyentes. Ha de ser un acto
voluntario, pero sin que deba ser tenida en cuenta la especial intencionalidad
del agente al actuar v. La voluntad puede resultar, incluso, de la simple
colocación o emplazamiento de los bienes con virtualidad de permanencia.
En efecto, la mera voluntad carece de relevancia si no está seguida de una
actividad objetiva o no se ha traducido en una efectiva colocación de los
bienes vi. Por tanto, y como decía el jurista romano PAULO con respecto a la
posesión, el acto de afectación se realiza con el cuerpo y con el ánimo vii
i
El Código Civil se refiere siempre a los “accesorios” (art. 888 C.C.), pero en el Derecho comparado
se utiliza generalmente el vocablo “pertenencias”. Por tanto, habrá que estar atentos a esta sinonimia
conceptual cuando revisemos cualquier obra no-peruana sobre este tema.
ii
ENNECCERUS-KIPP-WOLFF. Op. Cit., Tomo I-1º, pág. 564
iii
CUADROS VILLENA, Carlos. Derechos Reales, Cultural Cuzco, Lima 1995, Tomo I, pág. 152.
Este autor agrega como ejemplo que si el arrendatario de una fábrica industrial introduce una máquina
de elevado rendimiento para mejorar su productividad, ello produce una integración meramente
económica, pero no una “relación de servicio” jurídica. Es decir, la máquina no se convertirá en
accesorio de la fábrica principal, en cuanto no existe el consentimiento del propietario de uno de los
bienes.
iv
Cit. DÍEZ PICAZO. Op. Cit., Tomo III, pág. 191.

v
En tal sentido, se dice que el acto de destinación es un ACTO JURÍDICO EN SENTIDO ESTRICTO,
pero no un negocio jurídico, pues si bien requiere de voluntariedad, sus efectos vienen
determinados ex lege, y no ex voluntate: GARCÍA GARCÍA, José Manuel. “Teoría general de los bienes y
las cosas”. EN: Revista Crítica de Derecho Inmobiliario, pág. 941
vi
DÍEZ PICAZO. Op. Cit., Tomo III, pág. 190-191.

vii
FERRARA, Francesco (Teoría Jurídica de la Hacienda Mercantil, pág. 37) habla de un acto real, en donde
se suma la voluntad y la situación de hecho por el que se afecta el bien accesorio al destino del principal.

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