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Segunda clase cuerpo fenomenología

Venimos viendo dos modos de entender el cuerpo: en tanto Körper y en tanto lieb. Hoy vamos a
profundizar un poco en estas nociones.

Tenemos por un lado una consideración según la cual el cuerpo es un objeto cosa corpórea, y por
otro un sentir de cuerpo vivido y animado. Estos son según Gallo Cadavid dos modos de expresión.
Sumado a esto menciona un modo llamado quiasmático. Vamos a ver brevemente estos tres
modos de expresión, vamos a desarrollar sobre todo el tercero.

Körper actitud naturalista

Dice la autora: designa al cuerpo tenido como objeto y cosificado, implica la dimensión material
del cuerpo por un lado, y la idea de que el cuerpo es algo que se tiene como a disposición de la
vida espiritual para expresar la existencia.

Este sentido de la palabra cuerpo hace referencia a la presencialidad física, es la existencia en el


mundo físico que se manifiesta. Hace referencia a la posibilidad de hacernos presentes que se
abre a partir del cuerpo. Es una estructura existencial del ser humano en el mismo sentido que el
espacio y el tiempo: para estar presentes debe existir la posibilidad de hacernos presentes, por ese
motivo dije recién que se trata de la presencialidad física.

En contra o más allá de lo propuesto por Descartes, la esencia del cuerpo ya no va a ser la
extensión, sino que lo que define al cuerpo desde este punto de vista es su materialidad, en la cual
la extensión espacial está implicada. Se da así una inversión, mientras que para Descartes la
materia no podía ser definida sino en términos de extensión, desde la visión fenomenológica de la
cuestión es necesario una materialidad para poder pensar la extensión de los cuerpos.

De esta manera, el cuerpo objeto tiene las mismas características que las cosas en el espacio y en
el tiempo, compartiendo determinaciones y características con las cosas existentes en el mundo.
Ahora bien, cuáles son esas características? En primer lugar, se caracteriza por ser percibida. Acá
en el texto dice que la percepción siempre es de algo, lo que subyace a esta frase es la idea
fenomenológica de la que conciencia es intencional. Cuando pensamos siempre dirigimos nuestras
ideas hacia algo. Por otro lado las cosas percibidas necesitan de una síntesis te la conciencia que
las constituya como objetos y represente los puntos de vista de la percepción.
Vanegas: El cuerpo es entre otras cosas una cosa más de la naturaleza, hecha de determinadas
fibras musculares, nervios, huesos y órganos. En este sentido, como dijimos al principio, el cuerpo
está formado de la misma materia que lo circunda en la naturaleza, la forma del cuerpo como algo
material en el mundo se da como lo visible de los hombres en estar dados en la naturaleza. “El
mundo está hecho de la misma carne que mi mundo, y el mundo participa de la carne de mi
cuerpo.”

Leib – actitud personalista

En segundo lugar el cuerpo ya dijimos que es entendido no ya como objeto, sino como sujeto. En
este sentido el cuerpo ya no es algo sentido, pasivo, ni simplemente material respecto de las
demás cosas del mundo. Desde este punto de vista el cuerpo es activo, siente, es el cuerpo que
puede crear un mundo, el cuerpo que ejerce una función, intuye, padece, siente y experimenta.

Si antes entendimos al cuerpo como cosa, ahora lo entendemos como fenómeno, y en tanto
fenómeno el cuerpo no es un objeto ni se tiene como una cosa solo material: el cuerpo abre una
dimensión que es la de la propia existencia, es el cuerpo sujeto, que está presente en el mundo.

El punto de vista fenomenológico supera las visiones fisicalistas. El fisicalismo es una doctrina
filosófica sobre la naturaleza de lo real, afirma que lo que existe es exclusivamente físico, incluido
lo mental o el "alma". El mundo humano, el mundo cultural, está sujeto y basado en significados y
sentidos en los cuales el ser humano se inserta, ya no se trata solo de un fenómeno orgánico sino
que es plausible de ser interpretado más allá de lo natural presente en el cuerpo.

Seguido de esto la autora cita a Paredes, que analiza el cuerpo en tres términos.

En primer lugar pensar teóricamente el cuerpo como vivencia permite evitar la visión mecanicista
del cuerpo como máquina integrando el cuerpo en una constelación o trama de sentidos que lleve
a su vez a una visión comprensiva del significado de “humano”.

En segundo lugar, dice “ser cuerpo” se expresa ontológicamente, en el hecho de ser encarnado,
con lo cual más allá de un hecho descriptivo de nuestra existencia, el cuerpo se puede entender
como parte de nuestra identidad, ahora ya no se entiende el cuerpo como algo de lo que se
dispone, sino que se trata de que “yo soy mi cuerpo”.
En tercer lugar mi cuerpo es experimentado como mío en cuanto lleva mis acciones, en este
sentido el cuerpo es lo que me ancla en el mundo porque me relaciono con él en tanto organismo
particular y me permite ser a través de lo que hago.

La fenomenología entonces, subraya algo que el dualismo dejaba de lado que es el vínculo
existencial entre el yo y el cuerpo. El cuerpo entonces es un centro desde el cual se da una
producción de sentidos que lleva a una manifestación de significaciones: la corporeidad en tanto
fenómeno que me permite manifestar culturalmente mi existencia.

Este giro según el cual el cuerpo pasa a tener determinados significados culturalmente
establecidos no lleva a una determinación ontológica de qué es el cuerpo, o que permita dilucidar
su esencia, ya que el cuerpo al mostrarse evade toda definición ontológica, no puede tratarse en
este sentido al cuerpo como un mero objeto porque hay una dimensión que lo rebasa, que está
dada justamente por el ser encarnado, es decir por tener un significado que va más allá.

En todo caso, si bien el cuerpo se experimenta como propio, también es un cuerpo que no nos es
puramente inmediato, hay en él una alteridad, una otredad que rebasa nuestra concepción de él.
En este sentido, el cuerpo en cuanto algo que percibe, no puede ser percibido, sino que solo nos
brinda los objetos del mundo.

Modo de expresión quiasmático

Llegamos finalmente al punto de vista que permite pensar más allá del dualismo al cuerpo.

Quiasmo, dice Merleau Ponty, es un esquema de pensamiento que nos permite concebir la
dualidad en términos de reciprocidad, entrecruzamiento, complementariedad, sobreposición y
reversibilidad. Si bien la idea parece aún reconocer a dos sustancias distintas, lo que cambia es el
esquema. Ya no se trata de una visión dicotómica del fenómeno de existencia del ser humano
compuesto de conciencia y corporalidad, sino de reconocer que la dualidad es un proceso, un
devenir, un suceso constante y en movimiento.

Siguiendo a Ramirez, dice Gallo Cadavid, necesitamos plantear el cuerpo desde una tercera
posición respecto de las posturas clásicas: el cuerpo no es un objeto, ni un sujeto, no es cosa ni
conciencia. El cuerpo se establece en una zona del ser que es más qe esas dos lecturas.
El cuerpo quiasmático es un cuerpo entrecruzado por dos procesos diversos, una relación de
complementariedad circular y no excluyente. Una implicación no interdependiente, sino de una
unidad compuesta.

En el ser-corporal-en-el-mundo hay un lugar de intercambio, los dos sentidos y actitudes que


vimos antes se funden en esta relación quiasmática, ya que no existe la posibilidad de pensarnos
sin una de las dos, tenemos un punto de vista naturalista, pero también uno personalista. De esta
manera, para explicar lo propio del ser humano no son suficientes ni lo físico, barra natural, ni lo
cultural barra consciente, en el cuerpo se encuentran ambos momentos, y lo componen como un
fenómeno humano.

El enfoque de Merleau Ponty es claro en este sentido, dice el autor: mi cuerpo no es un objeto
entre los demás, no es solo un complejo de cualidades, sino que es un objeto sensible a todos los
demás objetos”, a partir de mi propio cuerpo puedo entender y dar significado a los demás
objetos porque me permite pensar y vivir los objetos del mundo.

El término quiasmo sirve entonces para entender la idea de encarnación que vimos la clase
anterior. Proporciona un marco desde el cual superar la visión dualista del ser humano, no solos
objeto ni sujeto solamente, además hay una dimensión humana irreductible a esas dos categorías.
El cuerpo es algo que tengo, sí, pero además es algo que soy radicalmente, es decir, en la raíz de
mi ser se encuentra la corporeidad, la corporeidad ya no hace referencia a lo objetivo en mí, la
subjetividad por su parte, no se refiere solo a lo espiritual del ser humano: en nosotros se da una
espiritualización de la materia y una materialización del espíritu.

Dice Runge: desde el cuerpo quiasmático lo cultural, lo social, lo simbólico y lo discursivo se


materializan en y a través el cuerpo. El sentido del mundo depende de mí corporalidad, porque
como ahora puedo entender, mi corporalidad es tiempo y espacio en el sentido del lugar en el que
habito, y el tiempo en el que he nacido. Ambos aspectos mi estructuran como ser humano y dan
forma al mundo.

Así, si bien hay una conciencia en nosotros, esta se entiende de manera acabada cuando se
relaciona con la existencia del cuerpo.

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