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Proscripción, modernización capitalista y crisis.

t Argentina, 19 55-1966
Política, economía y conflicto social en la
historia argentina contemporánea Elena Scirica

Susana de Luque - Ariel Filadoro - Alejandra Giuliani


Elena Marcaida - M_iguel Mazzeo - Sergio Nicanoff
Fernando Pi:a.- Alejandra Rodríguez- Sebastián Rodríguez
Mabel ScaltnttJ - Elena Scirica Ezequiel Sirlin
l. Introducción

El golpe de Estado que derrocó al gobierno de Perón, en 1955, inauguró un


nuevo capítulo en la agitada vida política argentina. Los protagonistas de la
insurrección cívico-militar calificaron de totalitario al régimen depuesto y as-
piraron a borrarlo de la escena política como si se hubiera tratado de una abe-
rración pasajera. Pero las medidas proscriptivas, la exclusión y persecución de
los militantes peronistas, los esfuerzos conjuntos de gobernantes y empleadores
para aumentar la productividad y debilitar la fuerza social y política de los
trabajadores, no lograron su cometido. Por el contrario, generaron un enorme
descreimiento en el sistema político, cercenaron la legitimidad de las institu-
ciones estatales y solidificaron la identificación de los trabajadores con el
peronismo. El período que se inició en 195 5, estuvo signado, pues, por la deno-
minada "cuestión peronista". Tras ella se avizoran una serie de dilemas, conflic-
tos y problemas entrelazados entre sí.
En el plano político, la nota dominante fue que en nombre de la democracia y la
libertad se proscribió a la principal fuerza electoral, es decir, al peronismo.
Como consecuencia, los gobiernos de la etapa, surgidos de elecciones de escasa
legitimidad, fueron constitutivamente inestables y estuvieron jaqueados desde
distintos frentes. En particular, por las Fuerzas Armadas que asumieron un rol
de "vigilancia" y "veto" sobre el sistema político. Su papel, además, adquirió
un renovado vigor a la luz del impacto de la Revolución Cubana y el conse-
cuente temor a la expansión del comunismo en el continente. Las fuerzas
peronistas, en tanto, se expresaron fundamentalmente a través del movimiento
sindical.
En el nivel económico, los sectores dominantes buscaron imponer un cambio
dialektik en el modelo de acumulación. Intentaban establecer las bases de una política
historia y sociedad
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acorde con el reordenamiento del sistema económico internacional, basado en de identidad mayoritariamente peronista, frente a estas circunstancias, a la vez
la integración y liberalización de las relaciones del mundo capitalista. Ello in- que permiten reflexionar sobre el impacto de la "modernización" en general y
cluía el ingreso al Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, la -sobre .el papel adquirido por las Fuerzas Armadas en el período.
eliminación de restricciones al flujo de capitales extranjeros, el desarrollo in- Para abordar estos problemas se tendrán en cuenta distintos ejes. En primer
dustrial y la intervención estatal anticíclica1 • En el trasfondo de esta reorientación lugar, el funcionamiento de un régimen político restrictivo que, al impedir la
se encontraba el agotamiento de la primera fase de sustitución de importacio- elección de los candidatos deseados por las mayorías populares (o anular ese
nes, los intentos -expresados ya en el segundo gobierno peronista- de elevar la veredicto en caso de que fueran electos), dio lugar a la instauración de lo que
productividad y "racionalizar" o "modernizar" el funcionamiento de las empre- algunos autores denominaron "semidemocracia" o "democracia restringida"
sas privadas y estatales y la necesidad de sortear las continuas crisis de balanza entrecruzada con intervenciones militares. En segundo lugar, se examinará la
de pagos. Las clases dominantes, entonces, buscaban reco.nvertir o superar ese impronta de "revancha clasista" contra el reconocimiento de los derechos ad-
modelo de acumulación impulsando una concentración de la renta nacional a quiridos por los trabajadores y la consecuente "resistencia" peronista. En fun-
favor del capital. Para ello debían minar la organización sindical, la resistencia ción de esto se indagará un tercer eje, esto es, los intentos por introducir cam-
obrera y el peso de las comisiones internas. Ardua tarea si se considera la cohe- bios en el modelo de acumulación y el impacto del desarrollismo. A partir de
sión de la clase obrera y la existencia de tensiones en el interior de la burguesía aquí podrá vislumbrarse cómo repercutieron estos cambios en la sociedad, en la
(enfrentada en función de sus intereses agroganaderos y exportadores, indus- cultura y en el movimiento obrero en particular. Finalmente, se analizará el
trial mercadointernista o, de manera creciente, industrial transnacionalizada). papel y la relevancia de las Fuerzas Armadas.
En el plano social, las tensiones generadas por los intentos de promover cambios Consideramos que esta retrospectiva brinda elementos para analizar la inestabili-
en el modelo económico y en la distribución del ingreso a costa de los derechos dad política del período y las disyuntivas que enfrentaba el intento de moderni-
adquiridos por los trabajadores provocaron severos conflictos. Asimismo, la diná- zación capitalista. Este ciclo, sin embargo, no se cierra en 1966. Por el contrario,
mica política y económica repercutió de manera directa sobre los sindicatos que, las contradicciones y tensiones que implicaba se desplegarán durante otra larga
a su función como representantes de los trabajadores en el nivel gremial, sumaron década que culminará, de modo trágico, con el golpe de Estado de 197 6.
su papel como voceros de las fuerzas peronistas en el sistema político. De este
modo creció su poder e influencia, llegando a constituirse en un relevante "factor
de poder". Como contrapartida, su relación con las Qgses cobró nuevos matices y 2. Un régimen político excluyente
con el tiempo se desgastó.
En el plano cultural, el dato más relevante fue la emergencia de una cultura El golpe de Estado del 16 de septiembre de 195 5 contó con el apoyo de un
joven marcada por la impronta de la rebelión. La transformación de la vida amplio frente político, donde confluyeron conservadores, radicales, socialis-
cotidiana, los cambios en los roles de género, la ampliación de la matrícula tas, demócratas cristianos y grupos nacionalistas, así como también los repre-
universitaria y un mercado cultural en expansión constituyeron importantes sentantes corporativos e ideológicos de la burguesía urbana y rural, el grueso
apuestas innovadoras. de las Fuerzas Armadas y la Iglesia 2 • Se inauguró entonces una experiencia
A partir de estas consideraciones, cabe preguntarse: ¿Por qué el peronismo siguió que se extendió hasta 1958, bautizada por sus protagonistas "Revolución
constituyendo una cuestión crucial en la agenda política del período? ¿De qué Libertadora", en tanto declamaba que venía a liberar al país de la "tiranía" de
forma pretendió impulsarse el reajuste del modelo de acumulación? ¿Cuál fue su
impactp en la conformación de los sectores dominantes? ¿Qué implicancias tuvo
en la estructura económica y social? Estos interrogantes, entre tantos otros, se
cruzan necesariamente con el análisis relativo a la actuación de los trabajadores, 2 Véanse César Tcach, "Golpes, proscripciones y partidos políticos", en Daniel James (dir.),
Violencia, proscripción y autoritarismo (1955-1976), Nueva Historia Argenrina, tomo 9,
Buenos Aires, Sudamericana, 2003; Daniel Rodríguez Lamas, La Revolución Libertadora,
Buenos Aires, Cenero Editor de América Latina, 1985, p. 61, y Marcelo Cavarozzi, Aura-
Véase Ezequiel Sirlin, "El ciclo de la economía mixta en el capitalismo central (1945- rirarismo y democracia (1955-1996). La cransición del Escado al mercado en Argenrina,
1973)", en el preseme libro. Buenos Aires, Ariel, 1997, p. 19.
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Con el transcurso de los años, el escepticismo respecto de los partidos contras-


Perón. Así, el nuevo gobierno se presentó como provisional para indicar su
tó, cada vez mc.ís, con la percepción del poderío que mostraban otros participan-
decisión de restaurar el orden constitucional.
res del juego político, clasificados como "grupos de presión" y "factores de
Los valores defendidos por la coalición antí peronista convergían con los
poder" 5 . Entre ellos, las Fuerzas Armadas, los sindicaros, las organizaciones
postulados del mundo occidental que, en el marco de la Guerra Fría y la
lucha contra el comunismo, realzaba las banderas de la democracia liberal. corporativas empresarias y la Iglesia.
Pero la intención de fundar un régimen político basado en los partidos y en
el fortalecimiento de los mecanismos parlamentarios resultaba ficticia en
tanto se asentaba en la proscripción de la principal fuerza electoral del país. 2.1 La "Revolución Libertadora" y la cuestión peronista
La "democracia" restringida que se instaló en 1958 y continuó hasta 1966
Traspasado el umbral de acuerdo básico -el derrocamiento de Perón-, las
de manera bastante precaria (en particular, entre 1962 y 1963, cuando el
diferencias del frente antiperonista eran evidentes y se manifestaron apenas
Parlamento fue cerrado y el poder civil osciló al vaivén de las presiones
producido el golpe de Estado. El general Eduardo Lonardí, presidente pro-
mili tares) definí ó, en ronces, una escena política ileg í tí m a y
visional vinculado con sectores clericales, nacionalistas y antiliberales, de
constitutivamente inestable.
dudosa fe democrática, intentó emprender una política de conciliación en
La debilidad del sistema institucional se verifica tanto en las disyuntivas que
la que no hubiera "ni vencedores ni vencidos". En su perspectiva, era posi-
atravesaron los gobiernos de la "Libertadora" como en la fragilidad de las admi-
nistraciones civiles posteriores. Nos referimos a los gobiernos de Arturo Frondizi ble reeditar una suerte de peronismo sin Perón que rearriculara la alianza
(1958-1962), José María Guido (1962-1963) y Arturo Illia (1963-1966). de militares nacionalistas con dirigentes sindicales y evitara el desplaza-
Resultaba evidente que los mecanismos parlamentarios no canalizaban "los miento de los trabajadores al comunismo. Pero esa orientación hacía caso
intereses ni la orientación de los actores sociales fundamentales". Así, la omiso de los postulados mayoritarios de la "Libertadora" y no tomaba en
proscripción del peronismo obligó a sus bases sociales -básicamente, los cuenta la tremenda carga de resentimiento acumulada. En efecto, tanto los
trabajadores sindicalizados- a actuar por fuera del sistema parlamentario. partidos políticos como amplios sectores militares y aquellos que se consi-
Se estableció entonces lo que Marcelo Cavarozzi denominó "sistema políti-
co dual", ya que los mecanismos parlamentarios coexistieron, de manera
conflictiva y a veces antagónica, con modalidad~s extrainstitucionales de 5 Los grupos de interés y los grupos de presión, organizados con el propósito de influir en
hacer política. 3 ·~· las instancias del poder para concretar sus reivindicaciones, cobraron gran interés acadé-
mico y público desde fines de la década de 1950. En la perspectiva de Jean Meynaud, los
Desde otro ángulo, Juan Carlos Portan ti ero sostuvo que la creciente inesta-
grupos de presión se distinguen de los de interés porque no sólo difunden sino que ejecu-
bilidad política se debió a la incapacidad de los sectores dominantes para tan las acciones necesarias en pos de lograr su cometido. Para ello, crean vínculos de fuerza
establecer una dominación legítima sobre la sociedad. Esta situación derivó con las instituciones gubernamentales, con funcionarios o con partidos. Pueden recurrir a
en una crisis de hegemonía, pues el sector que devino predominante en lo la persuasión (por medio de una argumentación racional para convencer a su interlocutor),
económico no logró proyectar sobre la sociedad un orden político que lo a la presión económica (que puede incluir desde la corrupción de funcionarios "clave"
expresara legítimamente. En este marco, los partidos políticos resultaron hasta la desestabilización del gobierno mediante el retiro de inversiones), a las amenazas o
inconsistentescí. a la acción directa. Meynaud diferencia, a su vez, los grupos de presión constituidos corno
organizaciones profesionales basadas en la especialización y el reagrupamiento laboral (ta-
les como uniones de agricultores, sindicatos o grupos patronales), de los que se constitu-
yen coino agrupaciones de vocación ideológica que pugnan por la difusión de sus planteas
3 Marcelo Cavarozzi, op. cit. y por demostrar la bondad que ellos tienen para la sociedad (por ejemplo, la Iglesia o las
4 La crisis de hegemonía se expresó, sobre todo, a partir de 1958, cuando las políticas sociedades de defensa de la moralidad). Jean Meynaud: Los grupos de presión, Buenos
desarrollistas incidieron en la composición de las clases dominantes al fortalecer una nue- Aires, Eudeba, 1963. En la Argentina, en 1964,José Luis de Imaz publicó la obra los que
va fracción burguesa, industrial, fuertemente concentrada y transnacionalizada. Véase Juan mandan, en donde analizaba los principales grupos de poder de la sociedad argentina.
Carlos Portantiero, "Economía y política en la crisis argentina (1958-1973)", Revisra Véase también: http:/ /www.avizora.com/publicaciones/ciencias_poli ticas/texros/
Mexicana de Sociología, No 2, 1977. objeto_estudio_ciencias_politicas_OO 12.htm.
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deraban perjudicados por la política económica y social mercadointernista- nombre de Perón -reemplazada por apelaciones como "tirano prófugo" o
redisrribucionista del peronismo, buscaban ·como primer objetivo la "dictador depuesto"- y de cualquier símbolo, palabra o imagen alusiva a su
"desperonización" del país. Tras esa hostilidad hacía los denominados "ene- movimiento.
migos de la libertad" se encubría, por lo general, un profundo odio social y ¿Cómo se justificaba esta política persecutoria? ¿Qué se buscaba con ella?
ansias de desquite clasista6 . Según los militares y sus aliados civiles sostenedores del "pacto de pros-
Las tensiones con respecto a la línea política a adoptar frente al movimiento cripción"9, los resonantes triunfos de Perón habían sido posibles por el frau-
depuesto se revelaron en la propia constitución del gabinete ministeriaF y en de, la coerción, la demagogia y la manipulación de la opinión pública. Por
la fórmula presidencial. De hecho, el vicepresidente, el contralmirante Isaac eso, si se desmontaban sus mecanismos publicitarios y policiales, se daban
Rojas, expresaba a los grupos más recalcitrantes del antiperonismo. a conocer sus actos más negativos y se quitaba poder a sus principales
Para contrarrestar los proyectos del presidente, Rojas impulsó la formación de apoyaturas, su arraigo se disolvería. Desde esta concepción, pues, era nece-
una Junta Consultiva Nacional con la participación de los partidos políticos saria una "reeducación" de las masas peronistas. Otros iban más allá y pre-
opuestos al régimen derrocado. La Junta, presidida por Isaac Rojas, era una gonaban una negación absoluta. de ese pasado reciente. Esta actitud conte-
suerte de Parlamento sin poder de decisión e incluía a todas las tendencias nía un cuestionamiento a la mayor igualdad social lograda durante el
políticas del frente civil, con excepción del Partido Comunista, excluido por el peronismo y era manifiesta, sobre todo, en la burguesía menos beneficiada
gobierno¡;. Esta instancia de participación implicaba un reconocimiento del por el modelo de acumulación implementado en el primer gobierno
arco político partidario y la resurrección de su vínculo con las Fuerzas Arma- peronista. No resulta casual que la Sociedad Rural celebrara el fin de una
das. En paralelo, arreciaban los ataques contra los sindicatos y militantes "década de vergüenza" y ofreciera "la más amplia colaboración" a las nuevas
peronistas. Finalmente, falto de apoyos y presionado para que dejara el poder, autoridades 10 . En las Fuerzas Armadas, esta actitud era fuerte en la Marina
Lonardi renunció. -arma que nucleaba el antiperonismo más tenaz- pero suscitaba dudas y
La asunción del general Pedro Eugenio Aramburu como presidente -y la per- divisiones en el Ejército.
manencia de Rojas en la vicepresidencia- marcó el triunfo de los sectores libe- El 9 de junio de 1956, un grupo de militares retirados apoyados por civiles
rales más antiperonistas, conocidos popularmente como ., gorilas". puso en marcha un levantamiento. Su objetivo era el fin del gobierno provi-
Aramburu derogó la Constitución de 1949 e intervino por decreto la CGT sional y la restauración del régimen peronista. La conspiración, dirigida por
y los sindicatos, que quedaron a cargo de oficiales de las Fuerzas Armadas. el general retirado Juan José Valle, carecía de preparación técnica militar
También disolvió la Fundación Eva Perón y el pa-;tido peronista, inhabilitó sólida pues, probablemente, suponía que su estallido provocaría una rebelión
a sus miembros para obtener ·empleos en la administración pública e impi- de las masas 11 • Pero el gobierno, alertado de antemano por los servicios de
dió que ocuparan puestos de representación gremial quienes habían tenido información, aprovechó la insurrección para desplegar un inusitado accionar
cargos sindicales a partir de 1952. Asimismo, se prohibió la mención del represivo que incluyó decenas de fusilamientos. Estos se sustentaron en una
ley marcial que se difundió con posterioridad a la sublevación 12 • Entre las
víctimas también figuraron un grupo de obreros no comprometidos con la
6 Véanse Daniel James, Resistencia e inregración. El peronismo y la clase trabajadora ar- rebelión. Habían sido detenidos por la policía en la noche del 9 de junio y
genrina, 1946-1976, Buenos Aires, Sudamericana, 1990, cap. 2, y Alain Rouquié, Poder
militar y sociedad polírica en la Argentina, tomo 2, Buenos Aires, Hyspamérica, 1986,
pp. 122-130.
7 Lonardi nombró a figuras del arco católico y nacionalisra de su enromo, pero tuvo que 9 El término alude a la alianza de todas las fuerzas políticas y gubernamentales coincidentes
aceprar también la presencia de personalidades liberales vinculadas a los imereses terrate- en la exclusión del peronismo. Luis Alberto Romero, op. cit., p. 139.
nientes, como Alberto Mercier -presidente de Confederaciones Rurales Argentinas-, en 10 Alain Rouquié, op. cit., pp. 130-131.
el Ministerio de Agricultura y Eduardo Busso -ex directivo de la Sociedad Rural-, en el 11 Véase Daniel Rodríguez Lamas, op. cit., pp. 38-43.
Ministerio dellnterior y Justicia. Véase César Tcach, op. cit., pp. 20-22. 12 Las ejecuciones del general Valle y otros complotados constituyeron el único caso argenti-
8 Véase Luis Alberto Romero, Breve historia contemporánea de la Argenrina, Buenos Aires, no del siglo XX en que se aplicó la pena máxima a militares golpistas. Alain Rouquié, op.
Fondo de Cultura Económica, 2001, p. 137. cit.,p.137.
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horas después eran pasados por las armas en un basural del Gran Buenos Ai- maron la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP), comandada por Ricardo
res, en José León Suárez 13 . Balbín, y la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI), liderada por Arturo
¿Por qué motivo él gobierno actuó con tanta ferocidad? La rebelión se produjo Frondizi.
en un contexto de constantes huelgas, sabotaje y desobediencia cívica. La res-
puesta gubernamental buscó "dar una lección", imponer la disciplina en las
fuerzas militares y llegar a un punto de no retorno que imposibilitara la recon- 2.3 El juego imposible: exclusión, inestabilidad e ilegitimidad
ciliación con los proscriptos. Estos, por su parte, no olvidarían la "sed de san-
gre" del binomio Aramburu-Rojas. Frente a este panorama, ¿cómo podrían concretarse los proyectos gubernamentales
de restauración de la democracia? A la incógnita sobre qué sucedería con el electo-
rado peronista, se sumaban las tensiones del radicalismo, visualizado por los milita-
2.2 Partidos políticos en la encrucijada res como el heredero ele la "Libertadora". En las Fuerzas Armadas se escuchaban
distintas voces, entre las que se discutía la permanencia del poder militar y la pos-
Si en las Fuerzas Armadas y particularmente en la Marina se robustecía la línea tergación de las elecciones. Finalmente se impuso la línea de Aramburu quien, en
antiperonisra "dura", ¿qué pasaba mientras tanto con los partidos políticos, medio de dificultades económicas y de la creciente oposición sindical y política, se
pilares de un régimen democrático en cuyo nombre se excluía al peronismo? orientó por cumplir el compromiso de restablecimiento democrático.
Esta problemática dividió a casi todas las fuerzas políticas. Mientras algunas En 1957, el gobierno convocó a una Convención Constituyente para legalizar
aceptaron la exclusión y se limitaron a confiar que la "educación democráti- la derogación de la Constitución justicialista y actualizar el texto de 185 3. Tras
ca" de las masas surtiría finalmente efecto, otras intentaron comprenderlas. este propósito declarado, le interesaba medir la correlación de fuerzas políticas
Tampoco faltaron quienes buscaron su apoyo electoral y de esa manera "inte- y evaluar los resultados de la "desperonización". Los resultados, en cambio,
grarlas" al sistema político 14 . demostraron el fracaso de esa tentativa. El voto en blanco, impulsado por Perón
Los grupos de izquierda se apartaron rápidamente del frente antiperonista. La desde el exilio, fue el más numeroso. En segundo lugar se ubicó la UCRP y
política represiva del gobierno militar y la persecución de los trabajadores lle- cerca de ella la UCRI 16 • La elección evidenció que quien lograra el apoyo de
varon a muchos jóvenes militantes a replantearse el significádo de la experien- Perón tendría el triunfo asegurado. En ese camino se embarcó Frondizi -ún
cia peronista y a rescatar su carácter obrerista. D,®-sde el otro extremo del arco político de trayectoria democrática, antiimperialista, defensor del comrol esta-
político, el de la derecha tradicional, algunos viejos nacionalistas o conservado- tal del petróleo y los hidrocarburos frente a la irrupción de los capitales extran-
res populares optaron también por acercarse al movimiento proscripto en fun- jeros- quien negoció con el líder peronista su apoyo electoral. A cambio de este
ción de su carácter nacionalista y su postulado de armonía social. aval se comprometió allevantamiemo de las proscripciones, el fin de las perse-
En el caso de la Unión Cívica Radical, la cuestión peronista concluyó por divi- cuciones políticas, la normalización de la CGT y la revisión de todas las medi-
dir al partido. Mientras un sector se identificaba con el gobierno de la das económicas adoptadas a partir de 1955 que hubieran afectado a los sectores
"Libertadora", otro, encabezado por Arturo Frondizi, impulsaba un acercamiento populares, entre otros puntos.
al peronismo y recordaba que el verdadero adversario del radicalismo era la Para el líder de la UCRI, este apoyo excedía la mera cuestión electoral. Forma-
"oligarquía" y sus aliados democráticos "sedientos de venganza" 15 . Finalmente, ba parte de una estrategia más amplia sintetizada en el lema "Integración y
una controversia respecto de la metodología de la designación de la futura can- desarrollo". El primero de estos términos refería a la concreción de un frente o
didatura presidencial dividió al partido. Así, a comienzos de 195 7 se confor- movimiento nacional y popular que incorporara a la clase obrera y a la burgue-
sía industrial con miras a profundizar el desarrollo económico del país. Pero

13 Este úlcimo episodio, no regiscrado por la "prensa seria", fue divulgado por Rodolfo Walsh
en su obra Operación A1a.sa.cre. 16 Los votos en blanco conscicuyeron el 24,3 por ciento del total. La UCRP obcuvo el 24,2
14 Luis Alberto Romero, op. cir., p. 139. por ciento; la UCRI un 21,2 por cienco. Es probable que muchos votos peroniscas se
15 Alain Rouquié, op. cir., p. 142. hayan oriencado al radicalismo intransigente.
222 1ELENA SC1R1CA
PROSCRIPCIÓN, MODERNIZACIÓN CAPITALISTA Y CRISIS. ARGENTINA, l955-19661223

esta propuesta encerraba una contradicción, que eclosionó cuando los trabaja- 3. Ofensiva empresarial y respuesta sindical: "revancha
dores se opusieron a las medidas de austeridad gubernamental, aplicadas en el clasista" y "resistencia peronista"
marco de una severa crisis económica. Por otra parte, las Fuerzas Armadas -que
si bien le entregaron el gobierno, mantuvieron su "vigilancia" sobre el presi- El término "desperonización" acuñado durante la "Revolución Libertadora"
dente- no cesaron de hostigar a quien había llegado al poder con el apoyo del implicaba la eliminación de la influencia política del peronismo y, sobre
sector que debía ser "desterrado". De este modo, los propios vaivenes del go- todo -aunque nunca explicitado-, la intención de retrotraer los derechos
bernante Frondizi, la adopción de una política económica distante de la prédica adquiridos por los trabajadores al período previo a 1943. Esta meta expre-
que lo caracterizara en su trayectoria previa, las medidas represivas frente a la saba tanto los intereses de la burguesía agraria como los del ernpresariado
protesca social, las fluctuaciones en materia de política internacional y su acti- en general,. deseoso de disminuir la importancia alcanzada por los sindica-
tud vacilante frente a los militares le acarrearon un fuerte descrédito. tos. En términos de Portamiero, el período 1955-1958 constituyó un "in-
Frondizi tuvo los días contados en su presidencia ( 195 8-1962) cuando los comicios tento provisional (y defensivo) ele las clases dominantes de poner 'orden en
de marzo de 1962 marcaron el triunfo de candidatos peronisras -habilitados para la casa'. Es ro es recuperarse (sobre todo la gran burguesía agraria) del dete-
postularse, en esta ocasión, bajo otra denominación partidaria- en la mayor parte rioro que le había inferido el nacionalismo popular y desarmar, en lo posi-
del país. Este resultado no podía ser aceptado. Presionado por los militares y sin ble, su aparato político en su núcleo más conflictivo: el sindicalismo"H1•
apoyos, fue arrestado y confinado en la isla Martín García. El E jecurivo, entonces, Ello posibilitaría, a su vez, revertir la distribución del ingreso, aumentar
quedó a cargo del presidente de la Cámara de Senadores y primero en la lista de los beneficios empresariales, restablecer la autoridad patronal y alentar nue-
sucesión presidencial, José María Guido (1962-1963) ya que el vicepresidente, vas inversiones de capitaPY . .Las medidas represivas contra los obreros, las
Alejandro Gómez, había renunciado en 1960 por no compartir aspecros nodales sanciones contra los delegados sindicales, la intervención de la CGT y los
de la política de Frondizi. Pero el nuevo presidente carecía de autonomía y se sindicatos -puestos a cargo de supervisores militares-, la disolución de las
movió al compás de las oscilaciones militares, reflejo de las opiniones contrastantes comisiones internas y los esfuerzos de gobernantes y empleadores para au-
de los distintos sectores de las Fuerzas Armadas, dueños no asumidos del poder. mentar la productividad, dejaban en claro que había llegado la "hora de la
. Así, mientras el sector castrense más duro (el de los "colorados") impulsaba una revancha". Pero ella encontraría una fuerte oposición.
exclusión categórica del peronismo, otro (el de los "azules") delineaba una nueva U na década de gobierno peronista había producido modificaciones sus-
estrategia basada en la constitución de un amplio "fre2.-rte nacional" que integrara tanciales en el mundo del trabajo. En su interior se había consolidado
de manera subordinada a los votantes peronistas. Pero la dificultad de los parti- una clase obrera sólida, sustentada en un mercado de trabajo con cuasi
dos para constituir ese treme, las directivas "tácticas" de Perón desde el exilio- pltno empleo, con una identidad política y social definida, en la que
deciJido a evitar cualquier estabilización nacional que implicara su exclusión- y, resonaban los valores de "dignidad del trabajo" y "responsabilidad so-
sobre todo, la oposición del secror más liberal de las Fuerzas Armadas inhabilitaron cial del empleador". Cuestiones, todas ellas, que parecían ser arrasadas
esa opción. Finalmente, las elecciones de 1963 volvieron a presenciar el voto en por la política de la "Libertadora". Surgió entonces lo que la cultura
blanco de los peronistas. El candidato de la UCRP, Arturo Illia (1963-1966), peronista denominaría como la "Resistencia". Tal corno la analiza Da-
accedió a la presidencia con sólo el25 por ciento de los votos. Legitimidad escasa
que pronto sería corroída por la conjunción de intereses económicos, sociales,
políticos y militares.
La "cuestión peronista", el "hecho maldito del país burgués" segúnjohn Williarn dicción irresoluble que planteaba la existencia del peronismo, cuyos sectores populares no
17
Cooke , encerraba un atolladero de difícil resolución. podrían ser controlados social rií políticamente bajo el marco proscriptivo, así como ~am­
poco absorbidos por el sistema. Sobre Cooke, véase Miguel Mazzeo, Cooke, de vuelta (El
gran descartado de la historia argenrina), Buenos Aires, La Rosa Blindada, 1999.
18 Juan Carlos Portantiero, op. cit.
17 Cooke, un militame peronista convencido del potencial revolucionario de ese movimiento 19 Metas comunes de los coaligados de 1955, según Juan Carlos Torre. Véase, de este autor,
y de que era necesario sostener una táctica insurrecciona! frente a la "Libertadora", fue Los sindicaros en el gobierno, 1973-1976, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina,
delegado de Perón durante el gobierno de Aramburu. La frase aludida refiere a la contra- 1983, cap. l.
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PROSCRIPCIÓN, 1\fODERNIZACIÓN CAPITALISTA Y CRISIS. ARGENTINA, 1955-19661 225

20
niel James , se trataba de una respuesta defensiva, nacida de las bases, De hecho, bajo el marco proscriptivo, el sindicalismo ganó autonomía respecto
contra el hostigamiento patronal y la represión gubernamental. Sus del líder exiliado y expandió su esfera de acción, que se manifestó en un doble
modalidades eran muy diversas e incluían acciones que iban desde el ámbito. Por una parte, en la esfera gremial, donde actuará como representante
sabotaje y el uabajo a desgano hasta las huelgas feroces. de los intereses de los trabajadores frente a la patronal. Por otra parte, en el
Este accionar no respondía a una simple pelea salarial. Expresaba la lucha coti- sistema político, en el que ocupará el lugar que los políticos peronistas habían
diana en los lugares de trabajo para defender las condiciones laborales y prácticamente abandonado ante la persecución.
organizativas de los obreros conquistadas durante la era de Perón. La resistencia Perón no desaparecerá de la escena, pero verá disminuir su capacidad de contro-
fabril, además, se articulaba con un amplío repertorio de prácticas de confron- lar a los dirigentes de su movimiento y, en particular, a los sindicalistas. Con el
tación en otros espacios, tanto a partir de iniciativas individuales -pintadas de transcurso del tiempo, éstos comenzarán a organizar su propia base de poder.
consignas, incendios- como de otras clandestinas más organizadas (como la
fabricación ele bombas caseras o "caños" para realizar atentados en edificios
militares). En la épica peronista, estas prácticas quedarán asociadas con los va- 4. Dilemas económicos: hacia un reajuste en
lores de heroísmo, escaso profesionalismo, carencia de una élite burocrática, el n1odelo de acumulación
espíritu de sacrificio y abnegación. Bajo el nuevo contexto de contraofensiva
patronal, represión gubernamental y hostigamiento general, la consigna últi- Si bien los sectores dominantes coincidían en la necesidad de debilitar el peso
ma de la resistencia se sintetizaba en el lema "Perón vuelve". De esta forma, en de los sindicatos y la cohesión de los trabajadores, no por ello estaban unifica-
lugar de la ansiada "desperonización", las prácticas revanchistas de la dos en un proyecto común. Las diferencias se revelaron particularmente sensi-
"Libertadora" contribuyeron a "peronizar" aun más a los sectores populares, bles con respecto a la orientación económica que debía adoptar el país, sea en
quienes rememoraron la época justicialista como una "edad dorada" en contra- función de los intereses de la burguesía agroganadera exportadora o de los de la
posición con un presente adverso. burguesía industrial. Sin embargo, el derrotero nacional ya había demostrado
las limitaciones de ambos lineamientos.
La crisis de la década de 1930 había puesto sobre el tapete las consecuencias
3.1 La reorganización sindical de una especialización dependiente de las oscilaciones del mercado mundial,
a la vez que había generado condiciones propicias para el despliegue de un
A partir de las luchas defensivas de los trabajador(~~~, surgió una nueva camada modelo de acumulación basado en la industrialización por sustitución de
de dirigentes sindicales que cubrió el vacío generado por la proscripción de los importaciones (ISI). El primer gobierno peronista profundizó este proceso a
representantes gremiales previos. Pero no todos eran nuevos. Entre los anti- través de una política redistributiva que, al ampliar la capacidad de consumo
guos, algunos lograron reposicionarse y comenzaron a organizarse entre sí. de la población, favoreció la expansión del mercado interno, destinatario prin-
Por lo demás, la intervención de los sindicatos no podía prolongarse de manera cipal de los bienes industriales. No obstante, este modelo de acumulación
indefinida. En 195 7, el gobierno convocó a elecciones gremiales, aunque contenía una serie de debilidades estructurales que se evidenciaron bajo la
inhabilitó para el desempeño de cargos a quienes hubieran ocupado posiciones misma presidencia de Perón. En efecto, el propio crecimiento de la industria,
bajo el régimen depuesto. De allí emergió un sindicalismo que mantenía la volcada a la producción de bienes de consumo y bienes intermedios, generaba
lealtad a Perón pero gozaba de una representatividad superior a la lograda bajo una mayor demanda de combustibles, equipos y bienes de capital que, en
su presidencia. vista del carácter liviano y no integrado de la industria, era necesario impor-
tar. Para ello se requerían divisas que provenían, fundamentalmente, de las
20 Daniel James, Resistencia e integración. El peronismo y la clase trabajadora argentina, exportaciones agropecuarias tradicionales. El agro, por su parte, no había
1946-1976, cap. 2, y Daniel James, "Sindicacos, burócratas y movilización", en Daniel aumentado su eficiencia y productividad como para abastecer la demanda
James (dir.): Violencia, proscripción y aurorirarismo (1955-1976), Nue~'a Hisroria Ar- interna de alimentos (ampliada, justamente, por el pleno empleo y las políti-
gentina, op. cit. cas redistributivas) y, en forma simultánea, exportar lo requerido para cubrir
226 1ELENA SCIRICA PROSCRIPCIÓN, MODERNIZACIÓN CAPITALISTA Y CRISIS. ARGENTINA, 1955-19661227

esa exigencia de divisas. Así se agoraban las reservas y estallaban crisis recu- Tal como quedó perfilado en el discurso de Frondizi tras su acercamiento a
rrentes en la balanza de pagos. Frigerio, ocurrido en 1956, Argentina era un país subdesarrollado y depen-
Frente a esta situación, fue común -una excepción se dio bajo el primer gobier- diente. Esta caracterización se apoyaba en la evidencia de la importancia del
no peronista- que los gobiernos aplicaran una devaluación. Ella repercutía en sector primario -cuya tendencia en la economía mundial era declinante- y en
un aumento de los beneficios para los sectores exportadores, constituidos fun- las limitaciones de su capacidad exportadora, incapaz de financiar el crecimien-
damentalmente por la gran burguesía agraria. Además, provocaba un alza del to. Frente a esta situación, era necesario impulsar una "transformación econó-
costo de vida de la población en general, expuesta al aumento de los alimentos mico-técnica" que posibilitara la producción local de insumas y bienes de capi-
pues el sector agrario trasladaba los precios externos al mercado interno. Tam~ tal. De allí el énfasis en el desarrollo de la industria pesada, que implicaba el
bién se encarecían los bienes industriales, afectados por el aumento de precios crecimient? de los sectores siderúrgico, petrolero, energético, químico y auto-
de los insumas importados. Como consecuencia, se contraía la actividad indus- motor, así como también de la red vial y obras de infraestructura que integra-
trial, disminuía el empleo, caían los ingresos urbanos y la demanda de produc- ran el país. Las prioridades comenzaban por el petróleo (en tanto el país contaba
tos. Así aumentaban las reservas alimentarias para exportar y se reducían las con reservas de crudo e importarlo demandaba altas cantidades de divisas) y el
importaciones industriales, lo que posibilitaba, luego, una recuperación de las acero (base de la producción de maquinarias).
reservas y el recomienzo del ciclo de crecimiento. De allí la expresión stop and Pero, ¿cómo hacer esta transformación productiva? En una entrevista realizada en
go (freno y arranque) acuñada por los economistas para referirse a las crisis 195 7, y a contramano de la prédica sostenida en su trayectoria política previa,
periódicas, cíclicas, de la economía argentina. Frondizi abrió la puerca a la llegada de capitales extranjeros. Así, afirmó que "La
¿Qué hacer, entonces, frente a las debilidades del modelo ISI y las frecuentes Argentina puede desarrollarse gracias a sus propios recursos, pero esto implicaría
crisis cíclicas? ¿Qué camino debía tomar el capitalismo argentino? ¿Qué inte- renunciar a un ritmo de crecimiento rápido" 22 • Por ende, las inversiones externas
reses debían ser promovidos? ¿Con qué recursos? ¿Qué función debía tener el constituirían un elemento clave como dinamizador del desarrollo.
Estado en esos cambios? La realización de este proyecto estaba sujeta a la conformación de una alianza de
Estos dilemas serán objeto de una intensa discusión en la que se insertará la clases entre obreros e industriales, quienes debían "subordinar el enfrentamiento
temática del desarrollo. Sus tópicos formaban paree del horizonte internacio- a los objetivos comunes del desarrollo económico" como reflejo de las "fuerzas
nal, en el que repercutían las inquietudes generadas por el contraste entre los populares y nacionales" 23 . De allí la fórmula "Integración y desarrollo". Sólo la
países desarrollados y el resto de las naciones, acc;,;J.tuadas por el clímax de la integración política, la reconciliación de todos los argentinos y la integración
Guerra Fría y los procesos de descolonización 21 • En Argentina, sin embargo, el geográfica y económica de codos los sectores de la actividad nacional y de todas
término "desarrollismo" quedó asociado a la presidencia de Arturo Frondizi, a las regiones permitirían el desarrollo armonioso. Para la concreción de esta
su consejero Rogelio Frigerio y al sector político e ideológico que lo sostuvo. integración política, social y cultural, Frondizi también buscaría el apoyo de la
Iglesia y del Ejército.
Por su parte, el Estado debía tener un rol activo en la elaboración y planifica-
4.1 La propuesta desarrollista ción de la estrategia general. En este sentido, tenía que crear condiciones propi-
cias para la inversión y su canalización hacia determinadas ramas de la produc-
¿En qué consistía la propuesta desarrollista? ¿A partir de qué diagnóstico de la ción y regiones del país. Pero, de ninguna manera, debía sustituir a la empresa
realidad nacional elaboraba las metas y los medios para concretarlas? privada. Por el contrario, este desarrollismo prefería la gestión privada sobre la
pública, a la que le achacaba su escasa flexibilidad y el mantenimiento de un
empleo público superfluo 24 .
21 En ese escenario, el "desarrollo" podía consciruir un camino para evitar el aumemo de las
tensiones sociales y la radicalización política. En nuestro concineme, la Comisión Econó- 22 Citado por Alain Rouquié, Radicales y desarrollistas, Buenos Aires, Schapire, 1975, p. 87.
mica para América Latina (CEPAL) constituyó un importance cenero de las discusiones 23 Alain Rouquié, ídem, pp. 106 y 107.
económicas desarrollistas. Véase Carlos Altamirano, Bajo el signo de las masas (1943- 24 Véase Julio Nosiglia, El desarrollismo, Buenos Aires, Cenero Editor de América Latina,
1973), Buenos Aires, Ariel, 2001, cap. II. 1983, en particular el cap. II.
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Se presentaba, así, una tesis sisternanca cuyo aspecto coherente y acabado En el terreno económico, impulsó la llamada "batalla del petróleo". Esta inicia-
parecía basarse tanto en una interpretación del proceso histórico corno en el tiva, que generó fuerces polémicas, implicó la negociación (por fuera del Parla-
análisis económico, científico y técnico, sustentado en cifras y datos, con apa- mento y en forma discrecional) con compañías extranjeras para la exploración y
riencia de a-valorativo. Pero corno toda propuesta económica, política y so- explotación de las reservas de crudo. Por otra parte, avaló la sanción de una
cial, ella se insertaba en un escenario de fuerzas, tensiones y alineamientos serie de leyes de radicación ele capitales extranjeros y de promoción industrial
concretos. Por otra parte, el plan desarrollista concluyó su formulación pú- en áreas consideradas clave para la profundización industrial. Las disposiciones
blica recién cuando Frondizi accedió a la presidencia. Hasta ese entonces, su brindaban garantías a los inversores para que pudieran remitir sus ganancias e
figura se asociaba, fundamentalmente, con los aspectos antiirnperialistas y incluso repatriar el capital. Se les aseguraba, adem<:Ís, un trato preferencial en
democráticos expresados en su trayectoria anterior 25 . materia de derechos aduaneros, créditos, impuescos, suministro de energía y
compras del Estado. Así se produjo un espectacular crecimiento de las inversio-
nes que, sin embargo, pronto desembocó en una severa crisis cíclica. En efecto,
4.2 El despliegue desarrollista el mismo crecimiento de las grandes empresas -con su demanda de insumos,
repuestos y equipos a las casas matrices, así como el envío ele utilidades y pago
Frondizi llegó a la presidencia con el sustento de una coalición heterogénea, ele patentes- generaba una nueva situación ele dependencia expresada en el dé-
atraída por diferentes motivos. En ella confluyeron los partidarios de la UCRI, ficit de la balanza de pagos. Frente a esta situación, el presidente firmó un
sectores provenientes del nacionalismo clerical, militantes e intelectuales de acuerdo con el FMI, que, a cambio de un préstamo stand by, pautó un progra-
izquierda, hombres de negocios y, finalmente, los votantes peronistas. Estos ma de "estabilización" financiera presentado en diciembre de 1958. El plan
últimos lo apoyaron tanto por cuestiones pragmáticas como por simpatías ideo- incluía una reducción de tarifas aduaneras, disminución del gasto público, re-
lógicas hacia el aliento nacionalista, industrialista e integracionista de su dis- ducción ele empresas estatales y transferencia de otras al sector privado, supre-
curso26. Así obtuvo un triunfo resonante, aunque basado en equívocos que pronto sión del control de precios, paralización de los aumentos salariales y una deva-
estallarían:n. Además, convencido de que, en la realidad en que estaba inmerso, luación del tipo de cambio. Este plan, sus implicancias recesivas y su impacto
los grupos de presión tenían mayor importancia que los partidos políticos y las negativo sobre: los trabajadores quebraron la ya débil concordia entre los sindi-
instituciones que conformaban el entramado institucional, prestó atención par- catos y Frondizi, quien no dudó en impulsar todos los dispositivos represivos a
ticular a sus relaciones con los sindicatos, el E jérci~._9 y la Iglesia, inclinándose su alcance para enfrentar y derrotar la protesta obrera.
por la negociación táctica con las grandes corporaéiones. Desde otro plano, las medidas de "estabilización" reflejaron el comienzo de un
giro ha.cia posturas afines a las sustentadas por los organismos financieros inter-
nacionales, el gobierno de Estados Unidos y la banca privada internacionaFH.
En su implementación efectiva aparecía como claramente beneficiaria la gran
2 S Si bien había sido candidato a vicepresidente en las elecciones de 19S 2, lo que lo convirtió
en una figura política relevante a escala nacional fue su libro Petróleo y política, de 1954,
burguesía agraria exportadora -favorecida por la devaluación y la liberaliza-
donde denunciaba a las empresas petroleras extranjeras y proponía el monopolio estatal de ción del comercio-, a la vez que el préstamo recibido evitaba que el gobierno
YPF. Esra obra fue best-seller durante los debates por los contratos petroleros impulsados declarara una cesación de pagos que hubiera perjudicado a los grandes inversores
por Perón. Sobre el imperativo desarrollista de Frondizi, véase Carlos Altamirano, op. cit., extranjeros, interesados en transferir libremente sus divisas. Justamente, las
cap. 2. políticas desarrollistas de los primeros meses de gobierno habían fortalecido al
26 Los motivos "pragmáticos" referían a lo acordado en el "pacto secreto" entre Perón y el
sector más transnacionalizado en la economía argentina.
candidato presidencial de la UCRI. Sobre los motivos de aceptación a Frondizi, véase
Daniel James, Resistencia e integración, op. cit. cap. S.
27 Triunfó en todas las gobernaciones provinciales y obtuvo mayoría en el Parlamento. De
todos modos, los votos "eran prestados", no se sabía sobre la base de qué programa gober-
naría y la UCRP y las Fuerzas Armadas consideraban ilegítima su victoria, basada en el 28 Véase Raúl García Heras, "El Plan de Estabilización Económica de 1958 en la Argenti-
apoyo peronista. Véase Alain Rouquié, Poder militar y sociedad política en la Argentina, na", Estudios Inrerdisciplinarios de América Litina y el Caribe, vol. 11, N" 2, julio-
op. ch., cap. 4. diciembre de 2000.
230 1 ELENA SCIRICA PROSCRIPCIÓN, MODERNIZACIÓN CAPITALISTA Y CRISIS. ARGENTINA, 1955-19661231

4.3 El impacto económico y social del desarrollismo sofisticación y en la creciente importancia de las "marcas" -sellos distintivos
de cada producto- y del diseño como símbolo de prestigio. En este escenario,
Bajo el amparo de las políticas de "atracción" de capitales extranjeros, en la la demanda laboral de técnicos y profesionales, así como el deseo de partici-
década de 1960 se expandieron las empresas multinacionales, en su mayo- par en el proceso de modernización de la economía y de la ciencia, sostuvie-
ría de origen estadounidense. Ellas se instalaron en actividades dinámicas ron una continua expansión del sistema educativo y, en particular, de las uni-
como la química, petroquímica y derivados del petróleo en general, mate- versidades.
riales de transporte e industria automotriz, así como en la producción de Por su parte, el grueso de los trabajadores concentrado en el sector no dinámico
maquinaria eléctrica y no eléctrica 29 • A pesar de que sus dimensiones eran sufrió una caída de sus ingresos y un creciente estancamiento en sus niveles de
menores a las establecidas en sus países de origen, contaban con una tecno- empleo. En este sentido, cayó la importancia relativa de los obreros industria-
logía mucho más avanzada que la imperante en el ámbito local. Por eso su les, sus salarios se diferenciaron en función de la pertenencia o no a las empresas
productividad era mayor y requerían comparativamente un número menor modernas y aumentaron las actividades por cuenca propia (en pequeños comer-
de trabajadores. Se reemplazaba, así, trabajo por capital. Su presencia, ade- cios o servicios), como modo de compensar el deterioro -relativo- del mercado
más, contribuía a la concentración e internacionalización de la estructura de trabajo 31 •
productiva, a la vez que abría una brecha entre un sector moderno y eficien- De este modo, el proyecto desarrollista consolidó puntos de no retorno en la
te ligado a la inversión y al consumo de los sectores de más capacidad eco- estructura económica y social argentina, alteró la correlación de fuerzas en el
nómica, y otro tradicional más vinculado al consumo masivo. Algunos gru- interior de la burguesía y redefinió las relaciones globales entre el conjunto de
pos del empresariado nacional se asociaron con el primero, pero para mu- las clases dominantes y las dominadas 32 .
chos otros la experiencia fue negativa. Así, las ramas del rubro textil, el Respecto de la composición de las clases dominantes, los cambios que introdu-
calzado y en cierta medida los electrodomésticos que habían liderado el jo la política de Frondizi implicaron la irrupción brusca de una fracción de
desarrollo en etapas recientes, se estancaron. 30 De este modo, las inversio- clase, la burguesía concentrada y rransnacionalizada, que pasó a dominar los
nes extranjeras tuvieron un impacto concreto en el perfil social y producti- núcleos más dinámicos de la economía. Esta fracción será expresada por la
vo del país. "tecnoburocracia", especie de capa gerencial que, tras la caída de Frondizi, co-
La mayoría de los capitales se radicaron en la Capital Federal y su periferia, en menzará a proyectarse a la función pública. La burguesía local, menos intensiva
la provincia de Santa Fe y en la ciudad de Cór~?ba, que resultó ser la más en capital y orientada aún a la producción de bienes livianos, debió amoldarse a
impactada por estas transformaciones. Con respeCto a la distribución del in- las decisiones de la fracción dominante o convivir con ella de manera conflicti-
greso, se produjo una reorientación a favor de los sectores medio y medio- va. La gran burguesía agraria, por su parte, mantuvo un importante recurso de
superior. De hecho, el crecimiento de las multinacionales -visible también poder derivado de su cualidad como proveedora de divisas para la economía
en las industrias de artículos para el hogar, en bancos y en supermercados- nacional. Esta capacidad se hará sentir, sobre todo, en los momentos de crisis de
requirió una masa de ejecutivos, profesionales y empleados especializados, la balanza de pagos ocasionados, paradójicamente, por la misma expansión in-
con ingresos comparativamente más altos y una capacidad de consumo más dustrial.
selectiva que el resto. Ella se reveló en la adquisición de bienes de mayor Tras este clásico movimiento dclico, de stop and go, Guillermo O'Donnell
identificó una puja sectorial en la que intervenían los principales actores
29 El impacto productivo fue innegable. La producción de petróleo y gas se multiplicó. El
socioeconómicos del período: las fracciones burguesas en su orientación agra-
primero pasó ele 5,6 millones de metros cúbicos en 1959 a casi 16 en 1962. Se inaugura- ria, industrial débil e industrial concentrada, así como la presencia combativa
ron el gasoclucco Campo Durán-Buenos Aires y los oleoductos Campo Durán-San Lorenzo
y Challacó (Neuquén-Puerto Rosales). La producción siderúrgica se triplicó, la petroquímica 31 Las tasas de desempleo del período 1955-1976 oscilaron en torno al4 por ciento. El punto
-central para la fabricación de neumáticos, plásticos, abonos, fertilizantes y plaguicidas- más álgido se dio en 1963, cuando el desempleo alcanzó el 9 por ciento. Véase Ricardo
recibió un fuerte espaldarazo y se ampliaron el parque auromomr y la red vial. Véase Julio Aroskind, "El país del desarrollo posible", en Daniel James (dir.), Violencia, proscripción
Nosiglia, op. cit., cap. VI. y autoritarismo (1955-1976), Nueva Hisroria Argentina, op. cit.
30 Luis Alberto Romero, op. cit., cap. V. 32 Juan Carlos Porrantiero, op. cit.
232 1 ELENA SCIRICA
PROSCRIPCIÓN, MODERNIZACIÓN CAPITALISTA Y CRISIS. ARGENTINA, 1955-1966 1 233

de los sectores populares 33 . Sobre la base de esta situación, Portantiero reco- También se ampliaron las becas para graduados que buscaran especializarse en
noció una situación de "empate" de fuerzas. Es decir que los principales acto- el exterior y se instituyeron nuevas carreras y conceptos para reflexionar sobre
res del período habrían contado con el poder suficiente como para vetar los la sociedad y la cultura. Esta "modernización" fue particularmente notoria en
proyectos ele los otros, pero no habrían tenido los recursos necesarios para la U niversidacl de Buenos Aires (UBA), donde las nuevas carreras de Sociología
imponer de manera perdurable los propios. Este empate se ligaba, así, con la -fundada por Gino Germani, un teórico de los estudios sobre la modernización
dificultad de los seccores dominantes para elaborar una coalición estable. Pero social- y de Psicología aparecieron como las disciplinas privilegiadas para dar
el fortalecimiento del sector más concentrado y transnacionalizaclo ele la bur- cuenta ele las disyuntivas generadas por las transformaciones ele las últimas
guesía, sin embargo, generaría condiciones para la ruptura del empate (o, al décaclasYí. La sociología, en particular, brindaba conceptos, técnicas de análisis
menos, para su intento). social, especialistas en marketing (es decir, en estudios ele mercado) o en rela-
ciones industriales que condensaban el proyecto modernizador desarrollista.
Por todas sus innovaciones, pues, la educación superior posperonista cristalizó
S. La renovación cultural y la modernización universitaria un proyectO modernizador y reformista. En este último sentido, ele la mano
del recror de la UBA José Luis Romero y de sus sucesores en el cargo, la
Así como entre fines de la década de 1950 y comienzos de la de 1960 se produje- Universidad retomó los pilares de la reforma de 1918: autonomía, gobierno
ron notables transformaciones en la estructura económica y social argentina, las rriparti to -autoridades elegidas por profesores, estudiantes y graduados-, con-
grandes ciudades también experimentaron cambios en las formas de vida cotidia- cursos, libertad ele cátedra y consolidación del estudiantado como fuerza ideo-
na, en la apertura a nuevas formas arcísticas, en la ampliación del mundo editorial lógica y política. Se trataba de un alumnado masificado, fruto del proceso de
y, especítlcamente, en el funcionamiento y relevancia del espacio universitario. ampliación de la enseñanza secundaria de la época peronista, y motivado por las
De hecho, la aurodenominada "Revolución Libertadora" había contado con el posibilidades de insertarse en el mercado laboral, en el proceso modernizador o
apoyo de las federaciones estudiantiles universitarias y de núcleos intelectuales en las discusiones intelectuales y políticas que bullían en la vida estucliantil3 5 .
críticos ele la "peronización" de la enseñanza y el anquilosamiento de los planes En este sentido, la idea de que esta institución debía cumplir una función social
de estudio. Tras el golpe de Estado de 195 5, las universidades fueron interveni- puso en relación inmediata el proyecto universitario con el proyecto de país
das y se instalaron en ellas intelectuales, investigadores y científicos que se que se esperaba construir. Así se introdujo el debate relativo al compromiso
propusieron "desperonizarlas" y "modernizarlas~:.. Acorde con la impronta que debía establecer la producción intelectual con las problemáticas culturales,
desarrollista que rápidamente cobró fuerza en las discusiones y debates del pe- sociales y políticas ele la nación.
ríodo, se promovieron las ciencias básicas, se equiparon laboratorios con equi- Ahora bien, dentro ele este clima ele optimismo y confianza en el porvenir, la
pos de avanzada y se expandió el Consejo Nacional ele Investigaciones Científi- Universidad participó de diversos conflictos con el poder político, a la vez que
cas y Técnicas (CONICET), que impulsó la investigación básica y tecnológica. atravesó disputas en su interior. Ya en 1958, cuando el presidente Frondizi -para
fortalecer sus vínculos con la Iglesia- promovió la sanción de una ley educativa
que autorizaba el funcionamiento de las universidades privadas y equiparaba sus
.?3 O'Donnell posrula que los períodos recesivos generaban condiciones para una alianza de- títulos con los de las estatales, la intelectualidad académica manifestó su profun-
fensiva encre las fracciones débiles de la burguesía urbana y los sectores populares. Esa do rechazo. Los defensores de la educación estatal "laica" se enfrentaron con los de
alianza, realizada en defensa de la reactivación económica, el aumento del consumo y del la educación privada o "libre" -en su mayoría, católicos- en multitudinarias ma-
empleo, se consolidaba cuando se revertía el ciclo. Pero el correlativo aumento del consu- nifestaciones. La, sanción definitiva de la ley marcó la ruptura entre el gobierno y
mo desequilibraba las cuencas externas y daba lugar a la aplicación de un plan de estabi- los pe.nsadores progresistas y de izquierda que lo habían apoyado, a la vez que
lización con su consecuente devaluación y aplicación de políticas recesivas. Éstas eran
apoyadas por la burguesía agraria y por la urbana concenuada y transnacionalizada, inte-
resada en levantar el techo de la balanza ele pagos. Cuando ésta volvía a equilibrarse y se
articulaba la alianza defensiva, la fracción más concentrada abandonaba a su suerte a la 34 Cynchia Acuña, Julio del Cuero y Hemán Scholten, "Introducción: modernización y cul-
agraria y se sumaba al tren de la reactivación. Guillermo O'Donnell: "Estado y alianzas en tura en los años sesenta", I-Iisr:oria de la PsicologÍa, Cátedra I, módulo IV, 2". parte.
la Argentina, 1955-1976, Desarrollo Económico, N" 64, vol. 16, enero-marzo de 1977. 3 5 Luis Alberto Romero, op. cir., pp.l5 8-162.
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PROSCRIPCIÓN, MODERNIZACIÓN CAPITALISTA Y CRISIS. ARGENTINA, L955-L9661 235

dejó en claro que el mundo universitario constituía un polo crítico de la sociedad. 1960 la letra impresa se multiplicó. Ella acompañaba la presencia de un públi-
En su interior, además, se desataron debates respecto de la legitimidad de aceptar co -constituido, sobre todo, por lectores jóvenes de capas medias- anhelante de
subsidios de fundaciones extranjeras -tales como la Ford o la Rockefeller- pues,
novedades, así como también de una serie de editores interesados en hacer cir-
según advertían sus cuestionadores, esos fondos, tras una apariencia de "altruis-
cular nuevas obras 37 • Si bien las temáticas eran variadas, algunas producciones
mo" o apego por el conocimiento, podían implicar una subordinación a las nece- daban cuenta de la creciente relación entre la cultura y la política. Así, por
sidades de los países o poderes imperialistas. Esta tendencia crítica, que se acen- ejemplo, La Rosa Blindada apareció como una editorial orientada a la publica-
tuó con el transcurso de los años y la simpatía que generó en la juventud univer- ción de libros de poesías, narrativas o teatro de autores jóvenes no consagrados.
sitaria la Revolución Cubana, también dio lugar a una gradual revalorización del Luego, en 1964, surgió también como revista que nucleaba a teóricos, escri ro-
peronismo.
res, pintores,. poetas, actores y directores de cine. Pero pronto sus notas estéti-
cas se desplazaron hacia otras de carácter netamente político, y en su último
número predominó el análisis sobre la situación de Cuba y de Vietnarrt 38 .
5.1 Arte, lecturas y lectores: entre el "mercado cultural"
Estas tensiones también estuvieron presentes en el campo artístico, cuyo es-
y las tensiones políticas
pacio más relevante fue el Instituto Torcuato Di Tella, creado en 1958. En su
interior se fundaron, pocos años después, una serie de centros de investiga-
La meta de extender las actividades universitarias a la sociedad se expresó a
ción en temáticas novedosas tales corno "artes visuales", "experimentación
través de las tareas realizadas por la novedosa Secretaría de Extensión Universi- audiovisual" e "investigaciones sociológicas", entre otras. Si bien el Instituto
taria, así como también, en el caso de la UBA, por la creación, en 19 58, de una pronto se convirtió en el centro de creación y experimentación artística más
editorial propia. La Editorial Universitaria de Buenos Aires (EUDEBA) se des- relevante del momento, también recibió críticas de sectores de izquierda que
tacó por la producción masiva de libros de calidad a precios accesibles. Así, cuestionaron la frivolidad y falta de compromiso que encerraban sus apues-
gracias a su estilo y su amplia red de comercialización, entre 19 59 y 1962 tas. En contraposición, desde los sectores de la derecha clerical se impugnó su
vendió unos tres millones de textos 36 . impronta "libertina" y "disoluta" de las "buenas costumbres" 39 .
Inserto en la temática de la modernización y con un perfil claramente diferente,
en 1962 apareció el semanario Primera Plana, que llegó a tener un tiraje de
100.000 ejemplares. Si bien esta publicación actuó s.omo vocero de los grupos 5.2 Los cambios en la vida cotidiana y la promoción de la mujer
articulados en torno a la figura del general] uan Carlos Onganía (líder de los
"azules"), en su estilo descollaba una vocación modernizadora en lo económico En tanto la producción gráfica y estética innovaba sus cánones y la vida
y social. En este sentido, sus páginas realzaban la necesidad de aumentar la
universitaria se masificaba, también se producían notables cambios en la
eficiencia, la racionalidad y la productividad empresaria, a la vez que introdu-
vida cotidiana de los habitantes de las grandes ciudades. Entre ellos, tal vez
cía notas de actualidad en .las que incorporaba listas de besc-sellers y artículos el más relevante fue el cambio en el lugar ocupado por las mujeres. En
sobre la vida moderna. Entre ellas, la urbanización, el avance de las mujeres en
efecto, a partir de la década del sesenta, ellas ampliaron su participación en
el mercado laboral y, de manera puntual, consejos para ejecutivos. En efecto,
el sistema educativo -hasta ese entonces, su presencia en las universidades
éstos constituían, junto con la clase media intelectualizada, el destinatario prin- había sido mínima-, en el mercado laboral -donde ingresaron mujeres de
cipal de la revista. ·
Más allá de estos dos casos paradigmáticos, lo cierto es que en la década de

3 7 Sergio Pujol, "Rebeldes y modernos. U na cultura de los jóvenes", en Daniel James (dir.),
Violencia, proscripción y autoritarismo (1955-1976), Nueva Historia Argentina, op. cit.,
36 EUDEBA funcionó de esta manera hasta 1966, cuando fue intervenida por el gobierno
p. 300.
milirar encabezado por Onganía. Véase Osear Terán, Nuestros años sesentas. La formación
38 La revisra circuló hasra que se produjo el golpe de Estado de 1966. Véase Néstor Kohan,
de la nueva izquierda intelectual argentina, 1956-1966, Buenos Aires, El Cielo por Asal-
"Los imensos años sesenta", Clarín, Zona, 23 de agosro de 1998.
to 1 Imago Mundi, 1993, p. 71.
39 Osear Terán, op. cit., p. 80.
236 1 ELENA SCIRICA PROSCRIPCIÓN, !v10DERNJZACIÓN CAPITALISTA Y CRISIS. ARGENTINA, 195 5-1966 1 23 7

sectores medios con la finalidad ele obtener ingresos propios y adquirir mayor 6, Sindicatos y trabajadores en la modernización capitalista
autonomía- y experimentaron una creciente igualación en sus vínculos con
los hombres. En este sentido, como parte de una mirada más flexible hacia En el marco de estas transformaciones, ¿qué implicancias acarreaba, para los
las relaciones familiares y hacia el vínculo entre los sexos, los jóvenes co- trabajadores, el proyecto de modernización capitalista activado por el
menzaron a manifestarse a favor de las relaciones prematrimoniales y a de- clesarrollismo de Frondizi? Si bien la respuesta a este interrogante tiene múlti-
fender la idea del divorcio. Tras estas actitudes novedosas se hallaba el im- ples facetas, aquí interesa enfatizar tres aspectos.
pacto del psicoanálisis, la influencia ele la modernización cultural y, sobre La promoción de una industria de insumos básicos, bienes de capital y automoto-
todo, la aparición ele la píldora anticonceptiva -motivo ele debates y de- res, que no se sustentaba en el alza salarial para incentivar la demanda, despejaba
nuncias por parte ele los sectores más conservadores y clericales-, que per- el camino para que su financiamiento se hiciera -amén ele los capitales extranje-
mitió disociar el sexo ele la actividad reprocluctiva'í 0 • Aun así, esta liberali- ros- a costa de los ingresos de los rrabajadores 42 . Suponía, asimismo, la implanta-
dad no fue generalizada. Si su arco se ampliaba a medida que se ascendía en ción de acuerdos de racionalización del trabajo que permitieran el uso eficaz de la
la escala sociocultural, también era cierro que las voces tradicionalistas se maquinaria y la intensificación ele la producción de las plantas. Finalmente, la
alzaban para impugnar la "corrupción ele las costumbres" y defender los intención de sustituir trabajo por capital impulsaba a un estancamiento del em-
valores morales de la civilización "occidental y cristiana". pleo. De más está decir que una condición necesaria para avanzar en las líneas
Los cambios en el trato cotidiano -en esta época se generalizó el voseo- y enunciadas era el debilitamiento sindical. Pero la existencia de una clase trabaja-
en los roles de género fueron percibidos por los medios de comunicación. dora cohesionada dificultaba la concreción de esa meta. ¿Qué pasó en el interior
Así, algunos de ellos comenzaron a dirigirse hacia un nuevo tipo de mujer, del sindicalismo y en su relación con los empresarios y el gobierno?
menos interesada en las labores domésticas y en satisfacer los deseos de su Frondizi llegó a la presidencia con el apoyo de los trabajadores peronistas. Sin
marido que en satisfacer su propio deseo, programar racionalmente las di- embargo, esa confianza pronto se trocó en malestar, decepción y oposición hacia
mensiones de su familia e integrarse de manera más activa al ''mercado lo que se consideró su "traición". Los trabajadores le cuestionaron la firma de los
cultural" que las nuevas publicaciones promocionaban'í 1 • Justamente, los contratos petroleros y las concesiones al capital extranjero en general. Pero el
cambios en las formas de vida urbana se vincularon, también, con transfor- anuncio del plan de estabilización, a fines de 1958, quebró su ya deteriorado
maciones en el consumo. La ampliación de las empresas multinacionales y vínculo con el gobierno. La piedra de toque que precipitó el conflicto fue el pro-
la consecuente producción en masa y transnaciOl).jl.lización de las economías yecto, a comienzos ele 1959, de privatización del Frigorífico Lisandro de la Torre,
favoreció una homogeneización -relativa- de pautas culturales, incentivada nacionalizado durante el primer gobierno de Perón. En repudio a esa iniciativa,
a su vez por la televisión -si bien existía, su expansión fue propia de la los trabajadores ocuparon la planta y pronto recibieron la solidaridad de los veci-
década de 1960-, la publicidad y las técnicas de marketing. Esta tendencia nos de la zona y de los obreros enrolados en el sindicalismo peronista. Así se llegó
a la uniformidad se manifestó en la difusión internacional de cierras pren- a una huelga general. Pero el gobierno respondió con una ~epresión inesperada
das de vestir, como la minifalda -cuyo uso se acomodaba bien a la liberali- -envió al frigorífico 1.500 policías respaldados por tanques, detuvo a numerosos
zación de las costumbres- y el jean, pero tuvo su contrapartida en la frag- dirigentes sindicales y ocupó muchos gremios-, con lo que los conflictos cesaron
mentación intérna de las sociedades, diferenciadas por posiciones pocos días después. A pesar de la derrota, la huelga se convirtió en un símbolo del
socioeconómicas y por la pertenencia a subculturas (como la juvenil). movimiento peronista que expresó la firmeza de los trabajadores y la amplia gama
de iniciativas que era capaz de encarar. Entre ellas, paros, tomas de la planta de
trabajo, corres de alumbrado público y barricadas en las calles. Por su parte, la
dureza gubernamental demostró la energía empeñada en el cumplimiento del
programa desarrollista, más allá de las dificultades que se interpusieran.
40 Véase Karina Felitti, "El placer de elegir. Anticoncepción y liberación sexual en la década
del sesenta", en Fernanda Gil Lozano, Valeria Pita y María Gabriela Ini (dir.), Historia de
las mujeres en la Argenrina, Siglo XX, Buenos Aires, Taurus, 2000. 42 La parte de la renta nacional correspondiente a salarios declinó del 48,7 por ciento en
41 Sergio Pujo!, op. cit., pp. 297-299. 1958 al42,1 por cienco en 1961. Daniel James: Resistencia e integración, op. cit., p. 156.
238 1ELENA SCIRICA PROSCRIPCIÓN, MODERNIZACIÓN CAPITALISTA Y CRISIS. ARGENTINA, 1955-19661 239

El añ~ ~959 ~~e an~lizado por James como un punto de inflexión, en el que coque, a su vez, manejaba las cuotas sindicales y asistenciales de sus afiliados-
culmmo la militanCia y la confianza adquirida por los trabajadores durante la les garantizaba la existencia de un movimiento gremial centralizado y bien
"resistencia" y comenzó, por contraposición, un período de repliegue, desmo- financiado. En 1961, además, Frondizi devolvió a los sindicaros el control de la
ralización y reflujo de la participación de las masas. Ello se produjo en el marco CGT. A cambio de estos beneficios, los dirigentes se desentendieron de los
de co/nti.nu,~s derrotas laborales y sindicales, inmersas en una aguda depresión efectos de la racionalización productiva sobre los trabajadores y del ataque con-
econom1ca·'J, una notable persecución anticomunista y una fuerte represión tra las comisiones internas en las plantas de trabajo.
política y gremial. Era muy difícil sostener la lucha frente a un gobierno dis- Pero esta actitud pragmática -tal como señala James- presentaba nuevos desa-
puesto a sostener su programa de modernización capitalista con el poder del fíos. Los líderes sindicales no sólo debían representar los intereses de sus orga-
Estado y el aval empresario y militar'14 . De hecho, en 1960, por medio del Plan nizaciones, sino que también constituían la principal expresión de las fuerzas
CONINTES (Conmoción Interna del Estado), las Fuerzas Armadas quedaron peronistas en la arena política. Además, negociaban dentro del peronismo con
habilitadas para intervenir en los conflictos. Las huelgas fracasaron, muchos otros sectores del rnovimienro-í 5 • Las elecciones para diputados y gobernadores
militantes gremiales fueron apresados y los principales sindicatos, interveni- en 1962 constituyeron una ocasión -muy singular- para que los dirigentes
dos. Así cayó la confianza de los activistas y entre los trabajadores comenzó a gremiales pusieran a prueba su capacidad en el desempeño de esos roles y con-
primar una actitud de resignación y pasividad. Con ese telón de fondo, en los firmaran su peso en el país.
sindicaros cobró mayor fuerza la burocratización gremial. Este proceso involucró Frondizi, hostigado por los militares y distanciado del grueso de sus apoyaturas
un cambio en la relación entre los dirigentes y las bases, así como también una originales, había permitido la presentación de candidaturas peronistas. Si triun-
nueva actitud por parte de los propips líderes sindicales. faba, su poder saldría engrandecido. Los sindicalistas, por su parte, poseedores
de la única estructura formal que expresaba al partido proscripto, dominaron el
aparato electoral y encabezaron las listas. El resultado de los comicios marcó
6.1 La burocracia sindical una resonante victoria peronista, lo que confirmó a los gremios como expresión
política de la clase obrera de esa identidad 46 . Frondizi anuló las elecciones e
El término "burocracia sindical" fue acuñado, en un principio, por quienes criti- intervino las provincias, pero no logró salvar su investidura. Los militares lo
caron las nuevas prácticas y políticas adoptadas por la dirigencia gremial. depusieron y el presidente de la Cámara de Senadores, José María Guido, asu-
James sostiene que la burocratización fue posible pq.{ la desmoralización de los mió como presidente. Más allá de este desenlace, el líder que surgió de la cam-
trabajadores y el reflujo de los activistas, que facilitÓ la erosión de la democra- paña electoral como figura dominante del sindicalismo fue Augusto Vandor,
cia interna, la corrupción de sus dirigentes y la creciente integración sindical al jefe de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), el sindicato industrial más gran-
sistema político. En el ámbito gremial, los dirigentes ejercieron un control de del país.
cada vez más estricto sobre las bases. Así, desplegaron una creciente vigilancia
hacia los mili cantes de las plantas fabriles y se deshicieron de los activistas más
combativos. La contraparte de estas medidas fue la adopción de una actitud 6.1.1 El "vandorismo" en acción
pra~mática, oriemada a aprovechar las oportunidades institucionales que el
gobierno les ofrecía. Entre ellas, la sanción durante el gobierno de Frondizi de La figura de Vandor ha sido objeto de fuertes polémicas. Sus críticos de la
la Ley de Asociaciones Profesionales -con el reconocimiento del sindicato úni- izquierda peronista -vinculada al peronismo combativo- lo identificaron con

43 En junio de 1959, el liberal Álvaro Alsogaray fue nombrado ministro de Economía. Su


45 Daniel James, "Sindicatos, burócratas y movilización", op. cir.
ortodoxo programa de devaluación, congelamiento salarial y supresión de controles re- 46 En las elecciones, destinadas a elegir diputados y gobernadores, los candidatos peronistas
du~dó en una pérdida de ingresos de los trabajadores y un aumenco del desempleo. Véase -que se presentaron bajo distintos rórulos partidarios- se impusieron en la mayoría de las
Luis Alberco Romero, op. cit., pp. 142-143.
provincias, incluida la de Buenos Aires. Daniel Rodríguez Lamas, La presidencia de
44 V:éanse Juan Carlos Torre, op. cit., cap. 1, y Daniel James, Resisrencia e inregración, op. Frondizi, Buenos Aires, Cenero Editor de América Latina, 1984, pp. 118-119.
Clt. cap. 5.
PROSCRIPCIÓN, i\íODERNlZACIÓN CAPITALISTA Y CRISIS. ARGENTINA, 1955-ll)!í!í 241
240
1

1 ELENA SCIRICA

la "traición" al espíritu de la "resistencia", con la corrupción y d empleo de parte del electorado- 50 y no gozó de apoyos sociales en los que sustentarse. la
métodos "sucios" para imponer su fuerza y eliminar el disenso en los gremios·í 7 . anulación de los contratos petroleros firmados por Frondízí, su intento de redu-
Juan Carlos Torre señala que el dominio de Vandor expresó el liderazgo de un cir las "garantías" a los capitales extranjeros y su ley ele salario mínimo le gran-
movimiento obrero pragmático y dispuesto a la negociación. El énfasis previo jearon la oposición neta ele los sectores empresariales expresados por sus voce-
en fines a largo plazo había sido reemplazado por negociaciones de tipo secto- ros frondicistas, los liberales y las grandes corporaciones. Tampoco logró el
rial-es decir, acuerdos específicos de un sector o área industrial-; el retorno del apoyo de la CGT, que en 1964lanzó la segunda etapa del "Plan de lucha". Su
peronismo al poder, reemplazado por la búsqueda de participación en el siste- aplicación, cuidadosamente planificada y controlada, consistió en la ocupación
ma político, y la movilización de las bases, suplida por una participación de escalonada de 11.000 fabricas. Sí bien hay distintas explicaciones sobre sus
tipo instrumental sustentada en una clase obrera disciplinada que se sumaba a móviles 51 , lo cierro es que su concreción evidenció la habilidad y fuerza de
sus convocatorías·íH. Vandor, interesado en que se lo reconociera como un actor crucial del ~scenario
James, a su vez, sostiene que el apogeo de Vandor simbolizó el proceso de inte- político. Pero su liderazgo, sin embargo, generó un tenso enfrentamiento con
gración del aparato sindical al sistema político argentino y su burocratización. Perón. En su juego ele intereses, el líder metalúrgico anunció un "operativo
Así, el "vandorismo" se convirtió en sinónimo de negociación y pragmatismo, retorno" del dirigente exilado, que no sólo puso entre las cuerdas al gobierno
e implicó el empleo de la fuerza política y la representatividad de los sindicatos radical -ya cuestionado por las corporaciones empresarias y vigilado por las
para negociar con otros "factores de poder", como las Fuerzas Armadas, la Igle- Fuerzas Armadas- sino que forzó al mismo ex presidente a tomar una decisión.
sia o las corporaciones empresarias. El regreso de éste se frustró cuando, al hacer escala en Brasil, sus autoridades
A su afianzamiento como grupo de presión también contribuyó la normaliza- -tras un discreto pedido de la Cancillería argentina-lo declararon persona no
ción de la CGT, concluida en 1963. En ese entonces los sindicalistas elaboraron grata y lo obligaron a regresar a España. ¿Tenía enconces Vandor el juego libre
un "plan de lucha", dividido en cinco etapas diferenciadas cronológicamente, para autonomizarse de Perón?
con miras a denunciar la situación regresiva en que se encontraban los trabaja-
dores. La primera se concretó bajo el gobierno de Guido, cuya política econó- 50 La UCRP obtuvo el 25 por ciento de los votos, contra un 19 por ciento del voto en blanco
mica --comandada por dos liberales, primero Federico Pinedo y luego Álvaro postulado por los peronistas. Es probable que muchos peronistas hayan optado por alguna
.l
Alsogaray- se había asentado en planes de estabilización netamente regresi- candidatura radical u otra minoritaria para debilitar la postulación del general Aramburu.
Alain Rouquié, Poder militar y sociedad política en la Argentina, op. cit., p. 225.
vos:íy. La "semana de protesta" dirigida por la CGT incluyó la participación de
51 Algunos analistas sostuvieron que el "plan de lucha" era una prueba del carácter
sus dirigentes en foros y encuentros con estudiant"'es universitarios, federacio-
"anridemocrático" del sindicalismo peronista que, aliado a los militares, en última instan-
nes patronales y miembros de la jerarquía eclesiástica, de manera de fortalecer cia quería derrocar al gobierno radical de Illia. Para otros, los hechos se inscribieron en el
su posición como interlocutores de otros sectores de la sociedad civil. marco del enfrentamiento emre Vandor y Perón por el control del movimiento obrero
La segunda fase del "plan de lucha" se desplegó bajo el gobierno de Illía, de la organizado, y otra versión sostuvo como única causa la lucha por el regreso del líder
UCRP, que había llegado al poder en 1963. Si bien la política económica de exiliado. Tampoco faltaron quienes afirmaron que se traraba de un programa propio de la
este presidente radical tuvo un perfil mercadointernista, redistributivo, con "burocracia" sindical. Véase Santiago Senen González, "El movimiento sindical en Argen-
protección del capital nacional y elementos de planificación keynesianos, su tina: entre el justo reclamo y la política parcidista", Instituto del 1Vfundo del Trabajo,
ReFÍsta Pistas, No 4, abril de 2001. Daniel James, en ''Sindicatos, burócratas y moviliza-
legitimidad política era precaria -llegó al poder con el apoyo de una cuarta
ción", op. cit., señala que la mejora de la situación creó condiciones propicias para que los
sindicalistas buscaran recuperar el "terreno perdido" por los trabajadores en los años de
47 En este horizonte se incluye la obra de Rodolfo Walsh, c·Quién mató a Rosendo? recesión que lo precedieron; Alain Rouc¡uié, en su obra Poder militar y sociedad política
48 Juan Carlos Torre, op. cit., pp. 30-31. en la Argentina, op. cit., sostiene que si bien los dirigentes peronistas aprovecharon el
49 El plan, similar al aplicado por Frondizi en 1959 -devaluación, aumento de tarifas, res- descontento popular por la recesión previa, pronto dejaron de lado los objetivos sociales
tricción del crédito y limitación de salarios-, sólo beneficiaba a la burguesía agraria para lanzarse a su ofensiva política de tinte golpista, y Luis Alberca Romero en su BreFe
exportadora. Como su aplicación se produjo en el marco de fuertes conflictos intramilitares historia contempü_!ánea de la Argentina, op. cit., lo vincula con el intento presidencial de
y debilitamiento de los trabajadores, no generó una respuesta inmediata. Véase Daniel limitar el poder de la "burocracia sindical" y la intención de Vandor de constituirse en una
James, Resistencia e integración, op. cit., pp. 222-224. figura nuclear del juego político.
242 1 ELENA SCIRICA
PROSCRIPCIÓN, MODERNIZACIÓN CAPITALISTA Y CRISIS. ARGENTINA, 1955-19661243

En las elecciones parlamentarias de 1965 -para las que los peronistas pudieron otro país), la nueva doctrina definió al enemigo en términos de fronteras
presentarse con otros nombres- los representantes sindicales lograron ocupar ideológicas (los defensores del mundo "libre" contra sus enemigos, constitui-
varios escaños. Para diluir su poder, Perón envió a su nueva esposa, "Isabelita", dos por los comunistas y las propuestas que parecieran posibilitar su difu-
a reorganizar el movimiento. Y si bien fracasó en su intento de ganar la conduc- sión). Todo aquello que generara un cuestionamienro al sistema de poder y no
ción sindical, logró imponerse en el terreno político electoral. En efecto, para se alineara con la polícica norteamericana resultaba sospechoso. De allí que la
los comicios a gobernador de l\1endoza compitieron un candidato respaldado Revolución Cubana y su posterior acercamiento al "mundo socialista" insta-
por Vandor y otro apoyado por Perón que se impuso por amplitud. la lección
laron a pleno en América latina -y por ende en Argentina- el clima de la
era clara: mientras hubiera partidos y elecciones, el líder metalúrgico no podría
Guerra Fría. Así, Estados Unidos afianzó sus programas de asistencia militar
imponerse. ¿Qué pasaría en las elecciones para gobernadores previstas para1967?
en la regi-ón, buscó coordinar la acción de sus ejércitos en la lucha
Las Fuerzas Armadas estaban alertas.
"antisubversiva" y, bajo la presidencia de John Kennedy (1961-1963), des-
plegó un plan de ayuda económica -la "Alianza para el Progreso"- orientado
a promover el "desarrollo" de las zonas atrasadas para robustecer la "seguri-
7. Fuerzas Armadas, "guerra revolucionaria" y dad" interna y debilitar las propuestas revolucionarias de cambio social.
"Doctrina de Seguridad Nacional" En Argentina, sin embargo, las Fuerzas Armadas no "importaron" de manera
directa esta doctrina. En rigor, la novedosa delimitación de la idea de enemi-
Si bien la injerencia militar en la vida política argentina fue una constante a go fue recepcionada a partir de los aportes teóricos y las enseñanzas de entre-
partir de 1930, en el período comprendido entre 1955 y 1966las Fuerzas Ar- nadores franceses que, desde fines de los años 50, capacitaron a miembros del
madas alcanzaron un protagonismo indiscutible. Así, con el propósito de im- Ejército. Patrice de Naurois, un teórico de la "guerra revolucionaria" -deno-
pedir el retorno de Perón y de su fuerza política al gobierno, ejercieron up papel minación de la "nueva forma de la guerra"-, sostenía en 1958 que "la guerra
de "vigilancia" sobre el sistema político, cuyo funcionamiento interrumpieron
subversiva o revolucionaria tiene un origen político y proviene de la acción
de manera recurrente. Estas intervenciones, que repercutieron en el acrecenta-
sobre las masas populares de elementos activos sostenidos y apoyados de va-
miento de su autonomía respecto del poder civil, se produjeron en sintonía con
rias maneras por el extranjero. Tiene por finalidad destruir el régimen políti-
la reformulación de sus funciones como baluarte de la lucha contra el comunis-
co y la autoridad establecida y reemplazarlos por otro régimen político y otra
mo. Cabe analizar, entonces, cómo se produjo es.,.,s_a reformulación y cuáles fue-
autoridad. Esta acción es secreta, progresiva y se apoya en una propaganda
ron sus implicancias.
continua y metódica, dirigida a las masas populares" 52 . El enemigo aparecía
El anticomunismo no constituía un elemento nuevo en la política nacional.
así como una figura que en forma solapada conspiraba contra el orden social.
Sin embargo, en la década de 1950 y, en particular, tras el triunfo de la Revo-
En su lucha contra este adversario -de "mil rostros y cabezas"-, las Fuerzas
lución Cubana en 1959, se constituyó en objeto de prédica alarmada e insis-
Armadas quedaban erigidas como garantes del orden y el principio de autori-
tente en los medios empresarios y conservadores en general, incluyendo al
dad, lo que justificaba su intervención en la vida nacional. Pero su éxito re-
sector mayoritario de la Iglesia y a las Fuerzas Armadas. Este desasosiego se
quería que estuvieran sólidamente unificadas como institución, cuestión com-
insertaba en un clima internacional caldeado por la confrontación entre Esta- pleja en la Argentina de esos años.
dos U nidos -la principal potencia política y económica del mundo capitalis-
ta, "occidental y cristiano"- y el mundo del "socialismo real" liderado por la
Unión Soviética. En este escenario de bipolaridad y Guerra Fría, Estados
U nidos apuntaló su preocupación por la seguridad interior y el control del
"peligro comunista". Así surgió la Doctrina de la Seguridad Nacional, que
52 La experiencia y posterior teorización del Ejército francés provino de su lucha comra los
implicó una redefinición de la noción de enemigo. En este sentido, por con-
moví miemos de descolonización en Indochina -Vietnam- y fundamentalmenre en Arge-
traposición a la vieja estrategia de guerra en función de la cual el rival se
lia. El fragmemo de Naurois está citado en Ernesto López, Seguridad nacional y sedición
definía, básicamente, en términos de fronteras territoriales (un país contra militar, Buenos Aires, Legasa, 1987, pp. 146-147.
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7 .l Desde "azules" y "colorados" hasta la "profesionalización" los Onganía- el sostenimiento de un Ejército legalista, democrático y al ser-
vicio del pueblo. Pero, ¿acaso era así? ¿Qué implicaba la profesionalización?
La intervención permanente de las Fuerzas Armadas en la vida política, expre- Resultaba claro que la intensa politizacíón de los oficiales y la fraccionalización
sada en la "vigilancia" que ejercían sobre el presidente -durante el gobierno de que ocasionaba era netamente negativa porque "sin disciplina no hay jerarquía
Fronclizi, se produjeron entre 32 y 34 "planteas" militares-, había derivado en ni mando. Sin mando hay anarquía. La anarquía en el Ejército llevaría al caos a
una relajación de la disciplina interna y el crecimiento ele facciones dentro ele 55
la Nación" . Es decir que las Fuerzas Armadas debían, en principio, ordenarse
las armas, en particular en el Ejército. Sus diferencias afloraron ele manera abierta a sí mismas para fortalecerse como institución. De esta forma podrían erigirse
durante el gobierno ele Guido, cuando confrontaron una tendencia "gorila" o con firmeza como garantes y pilar último del orden social.
golpista, orientada a establecer una "dictadura democrática" que terminara de Luego del.segunclo enfrentamiento, en abril de 1963, que consagró la derrota
una vez y para siempre con el peronismo, y oua orientación "legalista" que, con definitiva de los colorados -aun así, su impacto derivó en el veto a la participa-
argumentos profesionales, se negaba a involucrar a las Fuerzas Armadas en la ción peronista-, los azules avanzaron en su proceso de profesionalización. Ello
política partidaria 53 . Finalmente, ambos grupos -conocidos luego como "colo- implicó que consolidaron su cohesión interna, su aucoidentificación corporativa
rados" y "azules" respectivamente- se enfrentaron en septiembre de 1962 y en y su capacidad técnica y organizativa, a la que acompañaron con nuevas modali-
abril de 1963. dades de entrenamiento militar y el estudio de la tecnología moderna y de los
Los "colorados" se caracterizaban por un antiperonismo visceral. Consideraban problemas sociales contemporáneos 5ií.
que el movimiento proscripto había constituido una aberración que debía ser Su alejamiento de la clase política tradicional fue seguido, además, por el au-
desterrada de la vida argentina. Por lo tanto, eran partidarios de no transferir el mento de contactos con los denominados "tecnócratas" 57 , quienes -imbuidos
gobierno e instaurar una dictadura duradera si fuera necesario. En esta visión, ele un manto de conocimientos técnicos presentados como "apolíticos"- articu-
entonces, subyacía la línea intervencionista en la vida política. Pero como esa laron un programa desarrollista e industrialista, cercano a los intereses del sec-
orientación había ocasionado múltiples planteas, resultaba poco respetuosa de tor más concentrado de la economía. Gozaban, asimismo, del visto bueno de
las jerarquías y subordinaciones del mundo militar. En su ultraliberalismo, Estados U nidos.
además, tenía mayor afinidad con los sectores agroexportadores.
Los "azules", en cambio, consideraban que, a pesar de sus excesos, el peronismo
había nacionalizado y cristianizado al proletaris.do. Como consecuencia, te- 7.2 El consenso de terminación: el golpe de Estado de 1966
nían una actitud más abierta hacia ese movimiento y estaban dispuestos a y la ruptura del "empate"
permitir su acceso -controlado- a posiciones de poder. De allí su intento de
organizar un amplio frente político que incluyera de manera subordinada a· ¿Qué atractivo presentaba, para estas Fuerzas Armadas cohesionadas, equipa-
los peronistas para llegar a una salida electoral. Pero, sobre todo, los azules das e imbuidas de los lineamientos doctrinarios de la "seguridad nacional", la
auspiciaban una vuelta del Ejército a los cuarteles. Tal como lo expresaron en presidencia de Illia? Se trataba de un gobierno respetuoso del Estado de dere-
su Comunicado 150, redactado por Mariano Grandona después del primer cho y de las libertades, que no estaba alineado de manera directa con los intere-
conflicto de septiembre de 1962, era necesario retornar a la vigencia de la ses norteamericanos y -a tono con su orientación mercadointernista, sostenedora
Constitución, llamar a elecciones e incorporar al peronismo a la vida políti- del capital y la burguesía nacional-limitaba la expansión de los capitales exter-
ca5'í. Esta orientación, con la novedosa ayuda de sociólogos y expertos en co- nos y la transnacionalización de la economía. Esta actitud se había revelado en
municación social, asignó a la línea "azul" -liderada por el general Juan Car-

S S Declaración del general Juan Carlos Onganía publicada en el diario La Nación el 24 de


junio de 1962. Citado en Alain Rouquié, Poder militar y sociedad política en la Argenti-
S 3 Véanse Daniel Mazzei, Los medios de comunicación y el golpismo. La caída de Illia (1966), na, p. 214.
Buenos Aires, Grupo Editor Universitario, 1997, y Daniel Rodríguez Lamas, La presi- 56 Guillermo O'Donnell, "Modernización y golpes milirares", Desarrollo Económico, vol.
dencia de JosÉ María Guido, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1990. 12, No 47, octubre-diciembre de 1972, p. 531.
54 Daniel Mazzei, op. cit., p. 21. 57 Guillermo O'Donnell, ídem, p. 532 y nota 28.
2461 ELENA SCIRICA PROSCRIPCIÓN, MODERNIZACIÓN CAPITALISTA Y CRISIS. ARGENTINA, 1955-19661 247

la cancelación de los contratos petroleros, en la limi ración a las importaciones gaban: ¿quién salvaría al país de su caída para colocarlo en la senda de grande-
de bienes de equipos, en los intentos por restringir las ganancias de los labora- za? Los mismos medios tenían preparada la respuesta y contribuían a crear un
torios farmacéuticos (en su mayoría, de origen extranjeros) y en la actitud pres- clima de opinión favorable a la misma: se requería un poder firme, dado por el
cindente respecto de la intervención estadounidense en la República Domini- Ejército, y un hombre fuerte, el general Juan Carlos Onganía.
cana. Las intervenciones militares sucedidas desde 195 5 habían tenido una finalidad
Las distintas fracciones de la burguesía, por su parte, se mostraban escandalizadas "orropédica", de reparación del sistema, imposible de lograr en tanto buscaban
ante el congelamiento de las tarifas públicas, la fijación de precios máximos para los una respuesta estable en ese sistema político cuyo funcionamiento interrum-
productos de primera necesidad, la reglamentación de las operaciones con divisas y pían. Esta vez sería diferente. Así lo ansiaban las grandes corporaciones empre-
el proyecto de ley para mejorar las indemnizaciones por despidos. Los empresarios sarias y multinacionales que, a través de los tecnócratas devenidos en sus voce-
denunciaban que tras estas medidas intervencionistas y proteccionistas se escondía ros, reclamaban la finalización de las políticas de tinte redistribucionista y
un dirigismo estatal que podía develar una infiltración marxista-comunista en el "estatista". Por contraposición, enfatizaban en la necesidad de instaurar un
gobierno 51J. ~odelo económico "modernizador", "racionalizador" y "eficiente", favorable a
Por otra parte, la administración radical no impedía ni aplastaba el "plan la trasnacionalización de la economía, la "racionalización" productiva y la eli-
de lucha" de la CGT, las protestas de los trabajadores azucareros de Tucumán minación de los sectores "ineficientes" o "improductivos". Este proyecto, pues,
-donde se atravesaba una severa crisis de sobreproducción y los ingenios care- era el de la gran burguesía trasnacionalizada. Con una perspectiva disímil, otras
cían de recursos para pagar a los trabajadores-, ni las movilizaciones estudian- fracciones burguesas ansiaban la finalización de una política que no las benefi-
tiles que se sucedían por la demanda de mayor presupuesto universitario o para ciaba de manera directa y permitía el fluir de voces y actitudes de protesta.
denunciar la intervención de marines estadounidenses en la República Domi- Desde otro ángulo, también apoyaban la interrupción constitucional: la
nicana59. dirigencia gremial burocratizada, conciente de sus limitaciones para proyectarse
Como si algo faltara, las contiendas electorales revelaban el creciente peso del a la arena política partidaria de manera autónoma de Perón; la cúpula eclesiás-
peronismo, a la vez que había signos del surgimiento de una izquierda combativa, tica, consustanciada con la cruzada anticomunista y el realce de los valores
con simpatías por la Revolución Cubana. "occidentales y cristianos", así como también un variado arco ideológico que
Los agoreros voceros del establishment, opuesto a Illia casi desde el momento abarcaba a liberales, socialcristianos, nacionalistas, frondicistas y peronistas,
en que accedió al gobierno, preguntaban amargamente: ¿acaso todo esto aporta e?tre otros. La Doctrina de Seguridad Nacional brindaba el sustento profesio-
algo para la "modernización argentina"? La imagen de ineptitud gubernamen- nal que legitimaría a las Fuerzas Armadas desde el punto de vista castrense.
tal y la denuncia de infiltración comunista, propagadas por una campaña de El 28 de jqp.io de 1966, las Fuerzas Armadas depusieron al presidente Arturo
prensa sistemática en la que participaban periódicos, publicistas y semanarios Illia y a su vicepresidente. Por medio de una "junta revolucionaria" convocada
como Primera Plana o Confirmado, denostaban la supuesta ineptitud guberna- para la ocasión, decretaron la destitución de todos los miembros de la Corte
mental para enfrentar los desafíos que los tiempos demandaban. A la gestión de Suprema de Justicia, los gobernadores e intendentes electos. También disolvie-
Illia se la caratulaba de débil, lenta, ingenua o desaprensiva y, por sobre todo, ron el Congreso, las legislaturas provinc.iales y los partidos políticos. La Aso-
ineficaz para colocar al país en el camino de la modernización60 • Así, se interro- ciación para la Defensa de la Libre Empresa (ACIEL), la Bolsa de Comercio de
Buenos Aires, la Sociedad Rural, la U~ión Industrial Argentina y las grandes
organizaciones burguesas manifestaron su apoyo. No fueron las únicas. Lama-
58 Las denuncias de infiltración marxista en el gobierno de Illia fueron recurrentes. Véase yoría de los partidos políticos, los sindicalistas, la cúpula eclesiástica y los grandes
Elena Scirica, "Periodismo y política. El Príncipe, un intento fallido de modernizar a la medios de comunicación también expresaron su respaldo. De este coro se dis-
derecha argentina", Historia de Revistas !irgencinas, como IV, Buenos Aires, Asociación tinguió la Universidad de Buenos Aires, que expresó su inquietud por el quie-
Argentina de Editores de Revistas, Ed. Alloni, 2001, y Daniel Mazzei, op. cit. bre constitucional.
59 Sobre la implantación de un clima propicio al golpe de Estado, véanse Alain Rouquié,
.Comenzó así la autoproclamada "Revolución Argentina". Tal como los hechos
Poder militar y sociedad política en la Argentina, op. cit., cap. 6, y Daniel Mazzei, op. cit.
demostrarían, el golpe de Estado de 1966 venía a romper el "empate" social y
60 Catalina Smulovitz, "La eficacia como crítica y ucopía. Notas sobre la caída de Illia", en
Desarrollo Económico, Vol. 33, No 131, Octubre-Diciembre 1993. político. A partir de ese momento, se intentaría imponer por vía autoritaria
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una modernización capitalista en beneficio del sector más concentrado y Pujol, Sergio, "Rebeldes y modernos. Una cultura de los jóvenes", Violencia, proscripción y
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