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LA ACUMULACIÓN DE PRETENSIONES EN EL CÓDIGO PROCESAL CIVIL

DE NICARAGUA *

SER DE utilidad para el ejercicio judicial de más de una petición contra uno o
varios sujetos demandados y/o terceros intervinientes de forma voluntaria o
forzosa.

INTRODUCCIÓN
La tutela jurisdiccional efectiva, derecho fundamental y principio rector del proceso
civil, ha orientado nuestro ordenamiento jurídico en la creación de distintas
instituciones jurídicas como herramientas en busca de la mayor eficiencia posible
del proceso como mecanismo de tutela de los derechos de las personas. Es en ese
sentido que la acumulación representa una de las principales instituciones
procesales que permiten evitar sentencias contradictorias y el uso innecesario de
costos en el sistema judicial.

Hemos considerado el tema de la acumulación de pretensiones, como uno de los


más complejos de la doctrina procesal por la abundancia de instituciones que a él
se encuentran relacionadas,
Nos sentiremos satisfechos si este ensayo, sirve de ayuda a estudiantes
universitarios y abogados, a quienes se encuentra dirigido.
Expondremos brevemente sobre la acumulación procesal, a partir del
conocimiento previo de la pretensión procesal, pues lo que se acumulan son
pretensiones, y segundo, la conexidad porque no puede acumularse pretensiones
si estas no tienen algún tipo de conexión o relación entre sí.
Realizaremos un análisis en atención a las consideraciones prácticas y jurídicas
de la acumulación de pretensiones en la propiamente dicha acumulación “objetiva”
y en la acaso mal llamada acumulación “subjetiva”.

GENERALIDADES SOBRE LA ACUMULACIÓN PROCESAL


1. Etimología
Según el Diccionario de la Real Academia de Lengua Española el término
“acumulación” significa “acción y efecto de acumular”, en tanto que la palabra
acumular posee las siguientes acepciones “1. Juntar y amontonar.
2. Unir unos procedimientos a otros para que sean resueltos por una sola
sentencia o resolución.
3. Imputar algún delito o culpa”. Recogiendo los significados que nos pueden ser
de utilidad, parece, en primer lugar, que todo intento de acumulación, en cualquier
orden de cosas, importa reunir o juntar determinadas cosas o elementos; sin
embargo, debe observarse también que la Real Academia de la Lengua recoge un
sentido muy propio del mundo jurídico, que veremos luego si correctamente puede
ser predicado del fenómeno que los operadores jurídicos conocemos como
acumulación procesal.

Acumulación de pretensiones:
Previamente debe tenerse esclarecido que el objeto del proceso es la pretensión,
y ordinariamente el proceso se desenvuelve alrededor de una sola que constituye
su objeto, no obstante, en ocasiones y por diferentes razones, en un proceso
pueden dilucidarse varias pretensiones, es decir varios objetos, presentándose así
el problema de la pluralidad de pretensiones autorizándose su reunión,
contemplada en varios supuestos legales.
Al respecto, coincidimos con Guasp cuando dice que “(…) el objeto de la
acumulación han de ser siempre pretensiones procesales por definición”( GUASP,
Jaime. Derecho Procesal Civil. Tomo Primero Introducción y Parte General.
Tercera edición corregida. Madrid: Instituto de Estudios Políticos, 1968. p. 244.)
El fenómeno de la acumulación procesal implica una acumulación de
pretensiones, veamos dos teorías que hacen referencia a su naturaleza jurídica:
a).- Concepción pluralista: Nos indica que existe una identidad “pretensión
proceso”, pues cada pretensión se debe resolver en un único proceso que
justamente para ello es concebido, en consecuencia, al producirse el fenómeno de
la acumulación de pretensiones, se acumulan también los procesos que cada una
de ellas origina, bajo la envoltura de un único procedimiento, configurándose
también por consecuencia una acumulación de procesos.
b).- Concepción monista: Se refiere a que la acumulación de las varias
pretensiones implica un único proceso, es decir que el proceso es el medio de la
Jurisdicción para satisfacer las distintas pretensiones acumuladas en él, sea una
sola o varias. En este trabajo nosotros asumiremos esta posición que
indudablemente repercutirá decididamente en el concepto que a continuación
enunciaremos.
Concepto
Juan Montero Aroca nos define la acumulación de pretensiones como: “Aquel
fenómeno procesal, basado en la conexión y cuyo fundamento se encuentra en la
economía procesal, por el cual dos o más pretensiones, (…) son examinadas en
un mismo procedimiento judicial y decididas en una única sentencia, en sentido
formal”. En palabras de Atilio Carlos Gonzales es: “El fenómeno procesal fundado
en el principio de economía procesal y, en ciertos casos, también en la necesidad
de evitar la posibilidad de pronunciamientos jurisdiccionales contradictorios, en
virtud del cual dos o más pretensiones conexas son sustanciadas en un proceso
único, y resueltas mediante el dictado de una sentencia única”.
Para nuestra posición la acumulación procesal importa la reunión de dos o más
pretensiones en un único proceso para su decisión en un único pronunciamiento
jurisdiccional. Debemos precisar, que para que este fenómeno pueda darse tiene
que haber como mínimo dos pretensiones que se acumulen pues, no se puede
acumular donde solo hay una pretensión.
Fundamento
Interesa poner de relieve que sobre los fundamentos de la acumulación no existe
un criterio unívoco, pues son varios los autores que sustentan su particular visión
del tema. Para Carnelutti, son tres las razones que fundamentan el proceso
acumulativo: economía, justicia y certeza39. Atilio Carlos Gonzales señala que la
acumulación se asienta sobre cuatro pilares: economía procesal, pacificación
social, integridad del orden jurídico y eficacia del proceso40. Sin embargo, para la
mayoría de autores, toda acumulación procesal tiene dos fundamentos básicos –
economía procesal y evitar fallos contradictorios-, que pasamos a explicar muy
sucintamente:
a).- Economía procesal: Es considerado el fundamento primordial y consiste en
unificar el tratamiento de dos o más pretensiones entre las cuales existan
elementos comunes, y desarrollar un proceso con el menor esfuerzo, menor
cantidad de actos, menor actividad judicial y menores costos posibles, que los que
supondría decidirlas por separado.
b).- Evitar las sentencias contradictorias en pretensiones idénticas: Lo que podría
ocurrir si ventilándose las pretensiones con elementos comunes, cada una por
separado en proceso diferentes, el órganos jurisdiccional podría llegar a
resultados distintos y opuestos entre sí. Si las pretensiones son similares (como
en una conexión impropia), no idénticas, jamás generan fallos contradictorios.

Partiendo de la idea que si lo que se reúnen son siempre pretensiones “(…)


debemos admitir la distinción entre acumulación exclusivamente objetiva (también
denominada acumulación objetiva propiamente dicha) que denota la presencia de
solo dos personas (sujetos) y más de una pretensión en el procedimiento, y la
acumulación objetivo-subjetiva, que indica la presencia de más de una pretensión
y más de dos personas [sujetos] en el mismo procedimiento”.

¿QUÉ ES LA ACUMULACIÓN?
A. Precisiones terminológicas
Usualmente se dice que la acumulación procesal
es la institución por la cual existen, en un mismo
proceso, varias pretensiones, varios sujetos en
calidad de parte o ambas cosas simultáneamente.
A partir de ello, muchos conciben dos tipos de
acumulación: objetiva y subjetiva. La primera,
referida a la pluralidad de pretensiones y la
segunda a la de sujetos. Asimismo, la llamada
acumulación mixta o acumulación subjetiva de
pretensiones, ocurriría cuando concurren ambos
tipos de acumulación en el mismo proceso1.
A mi juicio, la acumulación es una sola: la de
pretensiones. El criterio de clasificación tradicional
no es el mejor y ello se debe a una sencilla razón:
la institución que regula la situación en la cual
existen varios sujetos en calidad de parte en el
proceso es el litisconsorcio. La supuesta especie
de acumulación “subjetiva” suele aparecer sólo en
la introducción de los estudios teóricos cuando
se hace la clasificación del género “acumulación”.
Pero no hay mayor desarrollo de la acumulación
subjetiva, porque inmediatamente debe hacerse
referencia al litisconsorcio, institución procesal
que con reglas y principios propios regula la
existencia de varios sujetos en el proceso. Por ello,
si el género “acumulación” solo tiene realmente
una especie llamada “objetiva”, género y especie
pasan a ser lo mismo.

L a acumulación de pretensiones la encontramos en el título V artos 109 y su


clasificación objetiva y subjetiva está recogida en el artículo 110 y 111 del Código
Procesal Civil
Los fines de la acumulación
Los estudios procesales sostienen que la
acumulación tiene dos fines: (i) hacer efectivo el
principio de economía procesal y, (ii) evitar fallos
opuestos6. Ello es correcto. Pocas veces los estudios
jurídicos tradicionales justifican la existencia de
una institución en consideraciones prácticas.
La importancia de la acumulación la comprendemos
mejor con un ejemplo. Imaginemos que una
persona quiere iniciar un proceso pretendiendo
la resolución por incumplimiento de un contrato y
también los daños sufridos como consecuencia de
dicho incumplimiento. Resulta comprensible que
ambas pretensiones sean planteadas en la misma
demanda para que sean resueltas en conjunto por
el mismo juez. Si se iniciase un proceso para cada
pretensión, no solo existiría actividad jurisdiccional
innecesariamente repetida, sino que, además,
se presentaría el riesgo de que en un proceso se
declare infundada la pretensión de resolución del
contrato porque el juez consideró que no hubo THEMIS 58
incumplimiento, mientras que en el otro proceso
se declare fundada la pretensión de indemnización
por el daño causado con el incumplimiento.
Los fines de la acumulación coinciden totalmente
con el objetivo económico del Derecho Procesal.
De acuerdo a Robert Cooter y Tomas Ulen7, la
regulación de las instituciones procesales debe
buscar minimizar los costos administrativos del
proceso y los costos provocados por los errores
judiciales. El primer supuesto se refiere a los costos
en tiempo y dinero que genera un proceso no solo
a las partes, sino también al órgano jurisdiccional
que finalmente es financiado en buena medida
con el dinero de los contribuyentes. La actividad
jurisdiccional que se sustente en consideraciones
teóricas pero que genere un costo que se puede
evitar, es innecesaria, y, en consecuencia, derrocha
recursos escasos.
El segundo supuesto se refiere a los daños que
se genera no solo a las partes, sino a los demás
miembros de la sociedad, con el hecho de que
el órgano jurisdiccional no tenga una posición
definida sobre un tema. Cuando los jueces fallan
de diversos modos sobre un mismo hecho se
generan incentivos incorrectos en los ciudadanos.
Por ejemplo, que en el Perú no haya una posición
judicial uniforme sobre las pretensiones de tercería
de propiedad, incentiva que muchos deudores
transfieran sus inmuebles a personas de confianza
que no inscriben la transferencia en el registro
público; pero cuando el bien es embargado
por el acreedor, pretenden el levantamiento
del embargo porque dichos terceros serían los
nuevos propietarios. De ese modo se incentiva
la cultura del “perro muerto”, lo cual implica un
aumento de la tasa de morosidad, el aumento
del costo de acceso al crédito (los bancos piden
garantías o aumentan la tasa de interés activa) y
el aumento de la actividad jurisdiccional a partir
de dichas demandas de tercería. Si la tendencia
judicial uniforme fuese la de declarar infundadas
las pretensiones ante casos como el descrito,
simplemente no se plantearían esas demandas,
los jueces tendrían más tiempo para dedicarse a
otros procesos, así como se reduciría el costo de
acceso al crédito.1
Aquello que los estudios jurídicos señalan
como fines de la acumulación debe servir como
orientación al legislador al regular la institución
y al juez cuando la aplica. No obstante, en el
Perú ello no ocurrió necesariamente en el primer
supuesto. Conforme veremos a lo largo de este
trabajo, la regulación de la acumulación en el Perú
en determinadas situaciones aumenta los costos
para las partes y el órgano jurisdiccional, así como
permite fallos opuestos.
C. Efectos concretos de la acumulación
Desde una perspectiva económica, el que varias
pretensiones se discutan en un mismo proceso8
trae varias consecuencias. Estos efectos ocurren
sobre todo en los casos de acumulación con
litisconsorcio, llamada también acumulación
subjetiva de pretensiones.
1. Economías de escala en los costos de
litigio
La principal ventaja de la acumulación es el ahorro
de recursos por el efecto de las economías de escala.
Rosemberg sostiene que cuando varias víctimas
tienen pretensiones de indemnización similares
contra un mismo agresor, los procesos separados
que cada uno inicie con frecuencia generan un
amplio derroche de recursos en controversias
duplicadas9. Las demandas separadas multiplican
innecesariamente, por ejemplo, la inversión en
medios de prueba. Un solo proceso iniciado por
varios demandantes con sus pretensiones propias,
reduce el esfuerzo repetido e incrementa los
beneficios de una estrategia coordinada.
La acumulación permite las ventajas de la
economía de escala al reducir por demandante
el costo per capita de cada pretensión10. Las
personas que demanden por separado tienen
que pagar cada uno los informes legales previos,
los honorarios del abogado litigante, los peritajes
etc. La acumulación en cambio permite que los
demandantes prorrateen el costo de los gastos
en aquellos casos donde los servicios no sean
rivales11. La economía de escala también beneficia al
demandado porque minimiza los esfuerzos
duplicativos preparando la defensa una sola
vez para las cuestiones comunes. Además, es
significativo el tiempo que ahorra el demandado
asistiendo a una sola audiencia y no a una por cada
proceso si los demandantes hubiesen actuado
separadamente. El tiempo que ahorran también
los distintos operadores jurisdiccionales, desde
el juez que califica una y no varias demandas,
hasta el notificador que realiza una notificación
y no varias. Ese tiempo puede ser utilizado por
el órgano jurisdiccional en resolver otros casos o,
simplemente, en usar el tiempo para sus intereses
personales.
La acumulación evita la ineficiencia de una
misma controversia repetida en varios procesos.
La calificación de la demanda, las audiencias,
la actividad probatoria, las notificaciones y la
emisión de la sentencia solo ocurrirán una vez.
Si bien la pretensión de cada demandante podrá
tener particularidades en las que deba detenerse
el juez, la sentencia final cuando analice los temas
comunes se fundamentará en los argumentos de
todas las partes, evitando así que se litigue en el
futuro aquellos temas en procesos separados.
2. Incentivos para invertir más en el litigo
Ganar un caso requiere de mucha inversión en
tiempo, salud mental, gastos inesperados y recursos
humanos. Para alcanzar el nivel de inversión
óptimo, se debe tomar ventaja de la economía de
escala generada mediante el prorrateo de dicho
gasto entre los demandantes. Las economías de
escala, generadas en una demanda planteada por
varias personas, las incentiva a invertir más en el
proceso, de modo que el prorrateo de los gastos
comunes entre varios demandantes permite
invertir en mejores abogados, informes técnicos,
etcétera12. Si un abogado patrocina solo a un
demandante o a un pequeño número de estos
puede que no logren asumir la inversión suficiente
para ganar el proceso.
Esta inversión mayor aumenta además el valor
esperado de la pretensión, al incrementar la
probabilidad de éxito en el proceso.

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