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TEKTON

11/09/201
8 TEKTON = CARPINTERO = MAESTRO [griego]

TEKTON CENTRO TELEVISIVO


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TEKTON

Los 2 errores +habituales


de quienes rezamos el Santo Rosario
https://www.youtube.com/watch?v=JjR2dDST8NY
San Luis María Grignion de Montfort1 es uno de los grandes apóstoles de la devoción
mariana, o sea, del amor a Nuestra Señora, la Santísima Virgen María, como Madre de
Jesús y, por voluntad de Él, Madre Nuestra.

Siendo el Rosario una de las manifestaciones más populares y una de las formas más
profundas de contemplación de los Misterios de nuestra Redención, lo recomienda con
gran fervor y le dedica un lugar especial en su obra.
En este fragmento, tomado de su libro “El secreto admirable del Santísimo Rosario para
convertirse y salvarse”, habla de los 2 errores +habituales que se cometen al rezar el
Rosario:

1 Montfort-sur-Meu, 1673 – Saint Laurent-sur-Sévre, 1716. Fiesta: 28 de abril. “A Jesús por María”. Conocido como el
Padre de Montfort, miembro de la Iglesia Católica, canonizado en 1947. Teólogo, sacerdote misionero y escritor francés.
Nombrado Misionero Apostólico por el Papa Clemente XI, ejerció su ministerio en las regiones noroccidentales de
Francia. Autor de varios textos en los que presentó su doctrina espiritual predicada en las misiones. Su trabajo principal
es el Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen, en la que expone su doctrina mariana. Promovió el culto a
la Santísima Virgen María, en la forma que él llamó “la verdadera devoción” y la práctica del Rosario. [Wikipedia]

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Para recitar bien el Rosario, después de invocar al Espíritu Santo, ponte un momento
en presencia de Dios
Antes de empezar cada decena, detente un momento más o menos largo, según
el tiempo de que dispongas, para considerar el Misterio que vas a contemplar en
dicha decena.
Y pide por ese Misterio, y por intercesión de la Santísima Virgen, una de las
virtudes que más sobresalgan en él o que más necesites.
Por atención, en particular, en evitar los 2 defectos +comunes que cometen quienes
rezan el Rosario.

I. NO FORMULAR NINGUNA INTENCIÓN ANTES DE COMENZARLO


Si le preguntas por lo que reza a una persona en promedio, no sabe qué
responder.
Ten a la vista, siempre, una gracia a pedir, una virtud a imitar o un pecado
a evitar.

II. NO TENER OTRA INTENCIÓN MÁS QUE ACABARLO PRONTO


Este defecto procede de considerar el Rosario como algo tremendamente
pesado hasta haberlo terminado.
Sobre todo, si te has obligado a rezarlo en conciencia, o te lo han impuesto
como penitencia y a pesar tuyo.

Rezar el Santo Rosario por una intención concreta.


Recitarlo sin prisa, con calma, recogimiento y paz.

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La importancia del silencio


https://www.youtube.com/watch?v=hXSbZULLS-w&feature=youtu.be

[Divina Misericordia / Mundo Católico TV2]

Santa Faustina Kowalska recibió el mensaje que puede cambiar tu alma.


Jesús lo dejó para ti.
Abre tu corazón y recibe la Divina Misericordia.

Estamos tan rodeados de ruido y nos distraemos tanto, que, por eso, muchas veces, no
podemos oír lo que Dios nos dice, lo que Él quiere de nosotros.
Santa Faustina, en su Diario, nos explica la importancia del silencio.
“En los momentos en que sufro mucho, trato de callarme, porque desconfío de
la lengua, que en esos momentos es propensa a hablar de sí misma, en lugar
de servirme para alabar a Dios por todos los beneficios y dones que me han
sido proporcionados.
Cuando recibo a Jesús en la Santa Comunión, le ruego con fervor que se digne
sanar mi lengua, para que no ofenda con ella ni a Dios ni al prójimo. Deseo
que mi lengua alabe a Dios sin cesar. Grandes culpas se cometen con la lengua.
Un alma no llegará a la santidad si no tiene cuidado con su lengua”.
+ Santa Faustina nos dice que, en los momentos de grandes sufrimientos,
ella prefiere mantenerse callada, en silencio; porque tendemos a hablar
de nosotros y a contar lo que nos está pasando.
Pero eso no es lo que le agrada a Dios.
Él prefiere que lo hagamos en silencio, que nuestro sufrimiento se lo
ofrezcamos a Él, a Dios Padre, unido a Jesucristo en la Cruz, por la
conversión de los pecadores.

Pero si me dedico a contarle a todo el mundo [“me pasa esto”, “estoy


sufriendo porque aquello”], ya no tiene mucho mérito a los ojos de Dios.
Tenemos que aprender de nuestra Santísima Madre, la Virgen María:
ella sufría todo en silencio, todo lo guardaba en su corazón, no se lo
andaba contando a nadie.

2 https://www.eukmamie.org/es/firmes-en-la-verdad/item/5919-firmes-en-la-verdad-mundo-catolico
Mundo Católico TV, construyendo la civilización del amor

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+ Santa Faustina dice que, cuando ella recibe a Jesús en la Eucaristía, cada
vez que comulga, le pide a Jesús la gracia de sanar su lengua, para no
ofender ni a Dios ni al prójimo.
Muchas veces caemos en pecados muy graves con nuestra lengua.
Es importantísimo que aprendamos a estar en silencio, a orar más y
hablar menos.
Hablar más a Dios con nuestro pensamiento, con nuestras obras y con
nuestra vida, con nuestras intenciones.

No hablar tanto al prójimo, hablar sólo lo estrictamente necesario y


cosas buenas, no cosas malas.
Pedir a Dios esta gracia cada vez que comulgamos: que sane nuestra
lengua para no ofenderlo a Él ni al prójimo.

+ Santa Faustina dice que, las almas que hablan mucho, no pueden llegar
a ser santas.
Para ser santos, debemos llevar una vida de silencio: para poder
escuchar a Dios.
Escuchar lo que Él quiere de nosotros, lo que Él nos inspira, para no
ofender y no ser imprudentes al hablar, porque somos generalmente muy
imprudentes en nuestro hablar.

Nuestro ejemplo es Nuestra Madre del Cielo, la Santísima Virgen María:


guardar todo en nuestro corazón.
[Corazón monástico: vivir más en el silencio].

Aprender a escuchar a Dios, Sus inspiraciones.


Aprender a oír Su voz, que es tan bajita, que solamente la pueden
escuchar las almas que viven en recogimiento.

“La lengua es un órgano pequeño, pero hace cosas grandes.


Para poder oír la voz de Dios, hay que tener la serenidad en el alma, y
observar el silencio. No un silencio triste, sino un silencio en el alma, es decir:
el recogimiento en Dios.

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Se pueden decir muchas cosas sin interrumpir el silencio. Y, al contrario: se


puede hablar poco y romper continuamente el silencio.
Oh, qué daños irreparables causa no guardar el silencio.
Se hace mucho daño al prójimo, pero, sobre todo, a su propia alma”.
+ Para poder escuchar la voz de Dios, hay que tener serenidad en el alma
y observar el silencio.
Si queremos escucharle, porque a todos nos habla, tenemos que
aprender a guardar silencio.
No estar siendo parlanchines.
Muchas veces hablamos de más y somos imprudentes, así no llegaremos
a ser santos, que es lo que Dios quiere para nosotros.

En este mundo tan rodeado de ruido exterior, a veces también interior


[móvil, música, TV, ruidos de afuera], no hacemos silencio interior ni
hablamos con Dios.
¿Y Él, qué quiere? Que nos comuniquemos con Él. Que lo tengamos en
cuenta en nuestra vida diaria, en cada momento.
Pedir Su ayuda, a Él y a Nuestra Madre, la Santísima Virgen María.
Pedirle a Ella especialmente que nos ayude a ser como Ella era. Es
nuestro mejor ejemplo para ser santos.
Santa Faustina siempre le pedía ayuda a Nuestra Señora.

Observar el silencio y cuidar nuestra lengua, porque muchos pecados


graves se cometen con la lengua: cuando criticamos, cuando hablamos
mal de los demás, cuando difamamos, cuando decimos una grosería,
cuando nos burlamos de alguien con las palabras o somos sarcásticos,
cuando contamos algo que nos dijeron en confidencia… tantas cosas con
las cuales estamos ofendiendo a Dios y al prójimo.

Si queremos ser santos, saber que se necesita llevar una vida interior
profunda, una vida de oración profunda, de silencio exterior y silencio
interior.

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“Si las almas quisieran vivir en el recogimiento, Dios les hablaría en seguida, ya
que la distracción sofoca la voz de Dios”.
+ Si nos proponemos vivir con un alma recogida, en silencio, orando
constantemente, hablándole a Dios, o repitiendo Avemarías mientras
hacemos los deberes, llegaremos a ser santos.
Santa Faustina recitaba mil Avemarías diarias, en su interior, no con la
boca, con la mente. Mientras ella hacía sus deberes, ella iba hablando
y rezando estas Avemarías a la Virgen María.

Eso nos ayuda mucho a tener la lengua en silencio.


Practíquenlo.
Van a ver que, si estaban prontos para decir algo -impulsivamente-, que
a lo mejor no era bueno, y era imprudente, y a lo mejor era algo malo,
si estoy rezando las Avemarías mentalmente durante todo el día, la
Santísima Virgen María se encarga de mantener mi boca en silencio, de
mantener mi lengua en silencio.
Así, podemos oír mucho mejor la voz de Dios.
Él nos quiere hablar, Él nos habla.
Pero no Le escuchamos, por nuestras distracciones del mundo, por el ruido
exterior. Si guardamos silencio, escucharemos Su voz y lo que Él nos pide
cada día.

Y así, creceremos en nuestra vida espiritual, en nuestro camino de


santidad hacia Dios.
Es muy importante que empecemos a guardar silencio desde ahora,
siempre con la ayuda de Nuestra Madre del Cielo.
Con Ella todo es más fácil, y más si le rezamos Avemarías durante el día.
Ella nos va a ir guiando, como sus hijitos que somos y que tanto nos ama.

“En los sufrimientos del alma o del cuerpo, trato de callar, porque entonces mi
espíritu adquiere fortaleza, que viene de la Pasión de Jesús.
Delante de mis ojos tengo, siempre, Su Rostro doloroso, insultado y
desfigurado, Su Corazón Divino traspasado por nuestros pecados y
especialmente por la ingratitud de las almas elegidas”.

+ Cuando tengamos sufrimientos del alma o del cuerpo callar.


Así, tendremos esa fortaleza que Dios nos da.
Meditar la Pasión dolorosa de Jesús.
Imaginar cómo Jesús estaba siendo flagelado, coronado de espinas,
cargando con la Cruz, Su agonía en Getsemaní, cuando fue crucificado.
Si lo vamos pensando, y guardamos silencio, vamos a adquirir fortaleza
y Jesús nos va a ir ayudando en este camino de santidad que Él quiere
para nosotros.

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Y así, le ofrecemos todo a Dios Padre por la conversión de los pecadores


y, sobre todo, por la conversión de las almas elegidas: los sacerdotes,
religiosas, religiosas y laicos consagrados, para que vivan de verdad
para Dios, para que vuelvan a ese amor primero que tuvieron cuando
se entregaron a Él, cuando entregaron sus vidas a Dios, cuando fueron
ordenados y consagrados a Dios y a la Santísima Virgen María.

Tenemos que ofrecer nuestro silencio y nuestro sufrimiento, meditando la


Pasión dolorosa de Jesús, por la conversión de los pecadores y
especialmente por las almas elegidas [sacerdotes, religiosos, religiosas,
laicos consagrados] y nosotros iremos mejorando nuestra vida de
santidad.

“El silencio es una espada en la lucha espiritual. Un alma platicadora no


alcanzará la santidad. Esta espada del silencio cortará todo lo que quiere
apegarse al alma.
Somos sensibles a las palabras y queremos responder de inmediato, sensibles,
sin reparar si es la voluntad de Dios que hablemos.
El alma silenciosa es fuerte, ninguna contrariedad le hará daño si persevera en
el silencio.
El alma silenciosa es capaz de la más profunda unión con Dios, vive casi
siempre bajo la inspiración del Espíritu Santo.
En el alma silenciosa, Dios obra sin obstáculos”.

+ El alma silenciosa es capaz de la más profunda unión con Dios.


Esto es importantísimo, porque estando tan unidos a Dios, podemos librar
todas las batallas, y así no caeremos en esas trampas.
Tendemos siempre a defendernos: cuando alguien nos dice algo,
inmediatamente reaccionamos tratando de defendernos; nuestro orgullo,
nuestra soberbia, nuestro amor propio, salen a la luz de inmediato.
A lo mejor, no es la voluntad de Dios.

Cuando Jesús estaba ante Herodes y ante Pilatos, guardaba silencio.


Tenemos que imitarlo a Él.
Cuando nos llamen la atención por algo malo que hemos hecho o por
algo que no hemos sabido hacer, justa o injustamente, aprender a dejar
que nos reprendan, que nos llamen la atención y no defendernos de
inmediato: quedarnos en silencio, “tienes toda la razón”.

Nuestra lengua sale inmediatamente a reaccionar, nuestra lengua quiere


defenderse.
Pues no, Dios quiere que aprendamos a ser humildes.

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Si somos almas silenciosas, seremos humildes.


Y así tendremos una unión total con Dios3.

Y Él nos dará la fortaleza para librar todas las batallas contra las
tentaciones que nos pone el enemigo.
En humildad y silencio.

“Además de los votos de una regla importantísima, aunque todos son


importantes, ésta la pongo en primer lugar, y es el silencio.
De verdad, si esta regla fuera observada rigurosamente, yo estaría tranquila
por las demás.
Las mujeres tienen una gran inclinación a hablar.
De verdad, el Espíritu Santo no habla a un alma distraída y charlatana, sino
que, por medio de sus silenciosas inspiraciones, habla a un alma recogida, a
un alma silenciosa.
Si se observara rigurosamente el silencio, no habría murmuraciones,
amarguras, maledicencias, chismes. No sería tan maltratado el amor al
prójimo. En una palabra, muchas faltas se evitarían.
Los labios callados son el oro puro y dan testimonio de la santidad interior”.

+ La regla más importante es guardar el silencio.


Santa Faustina nos recuerda a las mujeres que tenemos la tendencia a
ser muy parlanchinas, habladoras, platicadoras, y por eso cometemos
muchas faltas contra Dios y contra el prójimo.

Dios quiere hablarnos, quiere unirse a nosotros, quiere llenarnos de


bendiciones, y no puede.

3 Regla del Silencio de la Orden de la Cartuja:


“Nuestra ocupación principal y nuestra vocación es la dedicarnos al silencio y a la soledad de la celda […] En ella, con
frecuencia, el alma se une al Verbo de Dios, la Esposa al Esposo, la tierra al cielo, lo humano a lo divino” (Estatutos Cartujos,
4.1)

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El Espíritu Santo quiere inspirarnos cosas y no puede, porque no se le


permitimos por tanto hablar y tantas distracciones mundanas, por tanto,
ruido en nuestra vida.
Tenemos que empezar a guardar silencio, para escuchar la voz de Dios,
y mantenernos unidos constantemente a Nuestro Padre Dios, a Nuestro
amado Jesús, al Espíritu Santo, con la ayuda de Nuestra Madre del
Cielo, la Santísima Virgen María.

Así, podremos empezar a vivir ese camino de santidad que Dios quiere
para cada uno de nosotros.
Un alma santa no puede ser platicadora, tiene que guardar todo en su
interior.

“Hoy, después de la Santa Comunión, he hablado muchísimo a Jesús de las


personas que me son particularmente queridas, entonces oí estas palabras:
Hija mía, no te esfuerces con tal locuacidad. A quienes amas de modo
particular, también Yo los amo de manera especial. Y, por consideración a ti,
los colmo de Mis gracias. Me agrada cuando me hablas de ellos, pero no lo
hagas con esfuerzos excesivos”.

+ A Jesús le agrada que le hablemos de nuestros seres queridos, pero no


tenemos que esforzarnos tanto, con tanta locuacidad, hablándole de c/u
de nuestros seres queridos.
Con poquito que le digamos de c/u de ellos, con eso es suficiente para
Él. Él ya los conoce mejor que nosotros, Él sabe lo que c/u necesita.
No tenemos que contarle todo sobre ellos, Jesús lo sabe.
Más bien, hagamos oración silenciosa.
Adorándolo, alabándolo, bendiciéndole, dándole gracias por tenerlo en
la Sagrada Eucaristía, diciéndole cuánto Le amamos, que es lo que Él
más quiere oír: oír de nuestro amor.

Él, que tanto nos ama y nos amó hasta entregarse por nosotros en la
Cruz, por c/u de los seres humanos, para abrir las puertas del Cielo a
toda la humanidad.
¿Qué pide Él? La reciprocidad en el amor.
Él pide nuestro amor.

Cuando Lo recibamos en la Eucaristía, digámosle cuánto Lo amamos,


cuánto Lo necesitamos, cuanto Lo alabamos, Le agradecemos, Le
bendecimos, Le damos gracias.
Y luego, podemos pedirle que no olvide a nuestros seres queridos.
Pero, primero, decirle cuánto Le amamos y cuánto Lo adoramos.
Él siempre se hace cargo, y Nuestra Madre del Cielo también.

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“El silencio es un lenguaje tan poderoso, que alcanza el Trono de Dios viviente.
El silencio es un lenguaje, aunque misterioso, pero poderoso y vivo”.

+ Si queremos llegar con nuestra súplica, con nuestra oración, con nuestra
vida, con nuestros sufrimientos, a ofrecerle un holocausto a Dios, que sea
en silencio: “Padre mío, en silencio te ofrezco toda mi vida”.
Al despertarnos: “Padre mío, te ofrezco el día de hoy unido a Jesús en la
Cruz y a los dolores de Nuestra Madre Santísima, por la conversión de los
pecadores, por la santidad de los sacerdotes, religiosos y religiosas”.

Ofrecer nuestro holocausto todo el día en silencio diciéndole cuánto Le


amamos, pero no distrayéndonos tanto con las cosas del mundo ni
hablando tanto.
Hablar menos, orar más.
Orar con el corazón, orar con nuestra mente.
Y muchas Avemarías durante el día; la Santísima Virgen María nos irá
iluminando, nos irá guiando, se irá haciendo cargo de todo totalmente.

Muchas Avemarías en el día por los sacerdotes y el Papa, que tanto


necesitan nuestras oraciones… y Nuestra Señora se hará cargo de todas
nuestras necesidades, pequeñas y grandes.
Si ofrecemos nuestra vida y nuestras oraciones por la santidad de los
sacerdotes y el Papa, Nuestra Señora responde haciéndose cargo de
toda nuestra vida y de todas nuestras necesidades.
Hagámoslo con un corazón silencioso, y con amor.

“Hoy mi alma está sumergida en amargura.


Oh, Jesús mío, hoy a cada uno le está permitido añadir a mi cáliz de amargura,
no importa si es amigo o enemigo.
Cada uno puede hacerme sufrir, y Tú, Oh Jesús, estás obligado a darme
fortaleza y fuerza en estos difíciles momentos.
Hostia Santa, sostenme y cierra mis labios a la murmuración y a las quejas.
Cuando guardo silencio, sé que venceré”.

+ Santa Faustina estaba sumida en muchas amarguras. De todo estaba


sufriendo. Y al recibir a Jesús en la Eucaristía, le pide que le dé fortaleza
y le ayude a vencer su amargura, las tentaciones, las murmuraciones, las
maledicencias que a lo mejor decían de ella.
Todo se lo ofrecía a Dios en silencio.
Sin quejarse.

En nuestros sufrimientos, cuando nos critiquen, maldigan de nosotros,


murmuren de nosotros, no defendernos: ofrecerlo todo a Dios, en silencio,
observando con el corazón a Jesús en la Cruz y el dolor de la Santísima
Virgen María al pie de Su Hijo.

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En silencio, venceremos.
Si estamos unidos en silencio a Dios, en oración profunda a Dios todo el
día, podremos vencer.
A todo lo malo que digan de nosotros, a todos los sufrimientos que
tengamos cada día.
Así, seremos un holocausto agradable a Dios.
Sin quejarnos, sin reclamar, sin protestar, sin darlo a conocer a nadie.
Que sea sólo entre Dios y nosotros.

“Hay momentos en los cuales no me tengo confianza a mí misma, estoy


profundamente convencida de mi debilidad y miseria, y comprendo que en tales
momentos puedo perseverar solamente confiando en la infinita Misericordia de
Dios. La paciencia, la oración y el silencio refuerzan el alma.
Hay momentos en los cuales el alma debe callar y no conviene que hable con
las criaturas. Aquellos son los momentos de insatisfacción de sí misma y el alma
se siente débil como un niño, entonces se agarra con toda la fuerza a Dios.
En tales momentos, vivo exclusivamente de la fe; y cuando me siento
fortalecida por la gracia de Dios, entonces estoy más valiente en la
conversación y en las relaciones con el prójimo”.

+ En los momentos de sufrimiento: confiar en la infinita Misericordia de


Dios.
+ La paciencia, la oración y el silencio nos darán la fortaleza que
necesitamos.
+ Cuando nos desanimamos por el sufrimiento, cuando estamos débiles y
nos damos cuenta que no somos nada y que nada podemos sin Dios,
tomados de la mano de la Virgen María, con oración, paciencia y
silencio, podremos vencer en todo sufrimiento, tribulación y problema.

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“Dice Jesús a Faustina:


Hija mía, cuando estaba ante Herodes, he obtenido para ti la gracia de saber
elevarte por encima del desprecio humano y de seguir fielmente mis pasos.
Calla cuando no quieren reconocer tu verdad, ya que así eres más
convincente”.

+ Cuando Jesús estaba ante Herodes, con Su silencio obtuvo para nosotros
la gracia de mantenernos en silencio ante los desprecios tan fuertes.
Pedirle esa gracia. Y callar en los momentos más difíciles. Callar.
“Calla cuando no quieren reconocer tu verdad, ya que así eres más
convincente” = cuando tengamos la razón en algo y los demás no la
quieren reconocer, mantenernos en silencio, no defendernos, Jesús se
encargará de defendernos, Él sacará la verdad a la luz. Él, que conoce
todo y conoce el interior de nuestros corazones, y lo que padecemos, y
lo que sufrimos, nos hará justicia.

Jesús conoce nuestras intenciones, Él sacará la verdad a la luz, si nosotros


nos mantenemos en silencio unidos a Él y unidos a la Virgen María.

“Mientras las hermanas me saludaban, aumentó mi sufrimiento. Quise


esconderme y descansar un momento en soledad, quedarme sola.
En tales momentos, ninguna criatura es capaz de consolarme, y aunque quisiera
decir algo de mí, experimentaría un nuevo tormento.
En tales momentos, callaba y en silencio me sometía a la voluntad de Dios, y
eso me daba alivio.
De las criaturas no exijo nada, trato con ellas solamente si es necesario.
No haré confidencias a nadie, a no ser que sea necesario para la gloria de
Dios.
Me relaciono con los ángeles”.

+ Las monjas le preguntaban muchas cosas, y esto la hacía padecer más,


tener más sufrimientos.
Solamente en el silencio logró encontrar la paz.
Solamente en el silencio y unida a Jesús, pudo pasar estos terribles
sufrimientos.
Mantener el silencio unidos a Jesús y a María, esto será agradable a
Dios. Él nos ayudará.
No hablar de más para poder vencer toda tentación, sólo lo necesario.

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Dios, Uno y Trino


[Catequesis Tekton]
https://www.youtube.com/watch?v=u_9pf4WtlSM

El Misterio de la Santísima Trinidad.


La fe en la Santísima Trinidad es una doctrina peculiar del cristianismo, es la gran puerta
y la única entrada por la cual ha de pasar toda persona que desea entrar en los campos
del cristianismo.
Es el mismo Jesucristo quien señaló esta puerta, por la cual ha de pasar todo el que
quiera ser discípulo suyo e instruir a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

¿Es verdad que no puede ser cristiano el que no esté bautizado?


No se recibe el bautismo sino en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En una palabra: no puede ser cristiano quien no cree en la Santísima Trinidad.
Por tanto, no se puede ser cristiano si no se cree en el Misterio de la Santísima Trinidad.

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TEKTON

Hay muchos “herejes” o sectas que dicen ser cristianas, pero no creen en el Misterio de
la Santísima Trinidad. Ej: los testigos de Jehová.
Por tanto, ellos no son cristianos.

La Santísima Trinidad, el Misterio más profundo de la religión cristiana: una Divinidad,


pero 3 personas distintas Divinas.
El Padre es Dios.
El Hijo es Dios.
El Espíritu Santo es Dios.

Y, no obstante, no hay 3 dioses; no hay más que un solo Dios.


Un Dios en 3 personas.
No es algo compuesto de 3 cosas distintas, sino algo simplicísimo: un solo Dios.

¿Quién puede comprenderlo?


La fantasía humana no es capaz.
¿Quién lo cree?
Con fe rendida y humildad, lo debe creer todo cristiano.

Pero, ¿por qué creemos en el Misterio de la Santísima Trinidad?


Porque, y solamente porque, así lo enseñó Nuestro Señor Jesucristo.
Y lo enseñó tan claramente, que es forzoso creer en Su Palabra.
¿Dónde lo enseñó?
Aquí, algunos ejemplos donde Él manifestó que es El Hijo de Dios, y que lo es en un
sentido completamente distinto del que nosotros, los hombres, significamos cuando nos
llamamos “hijos de Dios”; que lo somos, pero adoptivos.

Dios tiene un Hijo:


“Mi Padre y yo somos Uno”.
Por lo tanto, no hay dos dioses
Dios y el Hijo de Dios no son dos dioses distintos, son un solo Dios.

La Sagrada Escritura habla, además, de una tercera persona:


El Espíritu Santo.
Cuando Jesús fue bautizado en el Jordán, el Espíritu Santo bajó sobre Él en forma de
paloma.
Sopla sobre los discípulos en la noche de Pascua, otorgándoles el poder de perdonar los
pecados.
Y los envió a bautizar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Son pasajes que están claros, son inequívocos y no podemos rechazar la creencia en la
Santísima Trinidad.
¿Lo comprendemos?
No.
¿Lo creemos?
¡Sí, con fe profunda!

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“Creo en Dios Padre”.


El Padre del que hablamos es la primera persona de la Santísima Trinidad.
El mundo no lo conocía. Ni siquiera sabía su nombre.
Fue necesario que el Hijo de Dios, Jesucristo, viniese del Cielo a la Tierra para dárnoslo
a conocer, pues en el conocimiento del Dios Verdadero y de Su Hijo Jesucristo, está la
vida eterna.

Para que conociéramos al Dios verdadero, lo primero que hizo fue que nos reveló su
nombre, en la oración pontifical de la Última Cena:
“Padre, he revelado Tu Nombre a los hombres”.
Dios es Padre, el ser padre es lo más profundo e íntimo de la Divinidad.

[¿Cómo se revela -manifiesta- este Misterio en los Evangelios?]

El primer pasaje es la Anunciación del Ángel a María.


El Ángel Gabriel es enviado por Dios Padre y anuncia a María el fin de su embajada.
Le dice: “Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.
Será grande. Será llamado Hijo del Altísimo y el Señor le dará el trono de David, su padre,
y reinará en la casa de Jacob por los siglos de los siglos; y su reino no tendrá fin”.

Se le anuncia a María que va a ser madre.


Y que será Madre del Hijo del Altísimo, Madre del Hijo de Dios.
Dios, también como padre: dos personas Divinas, Dios tiene un Hijo, un Hijo que también
es Dios.

Y la Virgen María pregunta:


“¿Cómo podrá ser esto, si no conozco varón?”.
La respuesta del Ángel Gabriel lo aclara todo:
“El Espíritu Santo descenderá sobre ti y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra”.
Y por eso, el hijo engendrado será santo, será hijo de Dios.

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Y ¿quién es el Espíritu Santo?


La tercera persona de la Santísima Trinidad.
A quien se atribuye la obra de la Encarnación, por ser obra de amor.
Ya tenemos, pues, revelado, el Misterio de la Santísima Trinidad, antes de que
apareciera en el mundo el Hijo de Dios hecho hombre.

Segundo pasaje del Evangelio en que aparece revelado el Misterio de la Trinidad:


el Bautismo de Jesús.
Cuando Jesús acababa de dar uno de sus más grandes ejemplos de humildad, y se
consagraba al Padre en fervorosa oración, el Cielo dio testimonio de Él: se rasgaron los
Cielos, se vio venir al Espíritu Santo en forma de paloma y descansar algún tiempo sobre
Jesús, como para establecer en Él su morada.

Y se oyó la voz del Padre Eterno decir:


“Este es mi hijo muy amado, en quien me he complacido”.

En este hecho, se nos manifiesta claramente el Misterio de la Santísima Trinidad:


El Padre en la voz,
El Hijo en el hombre
y El Espíritu Santo en la paloma.

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Tercer episodio del Evangelio en que se manifiesta el Misterio de la Trinidad:


en la Transfiguración.
“Mientras oraba, se trasfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus
vestiduras se volvieron blancas como la nieve, y al momento se les aparecieron Moisés y
Elías, que hablaban con él de su salida de este mundo, que habría de cumplirse en Jerusalén”.
Pedro y sus compañeros estaban cansados, dormidos, pero se despertaron y vieron la
gloria de Jesús, y a Moisés y a Elías, de pie, con Él.

Pedro se acerca para decir a Jesús:


“Maestro, bueno es que nos quedemos aquí. Si quieres, hacemos tres tiendas: una para ti,
otra para Moisés y otra para Elías”.
No sabía lo que decía. Estaban atónitos de miedo.
“Aún estaba él hablando, cuando vino una nube luminosa que los cubrió y salió de la nube
una voz que decía: Este es mi hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias. Escuchadle.
Al oír, cayeron los discípulos rostro en tierra, pero Jesús se acercó, les tocó y les dijo:
Levantaos y no temáis. Y alzando ellos sus ojos, no vieron a nadie, sólo a Jesús. Y bajando
del monte, Jesús les mandó: No digáis a nadie lo que habéis visto, hasta que el hijo del
hombre resucite de entre los muertos”.

En la nube luminosa que ha aparecido en este pasaje, muchos expertos en la Biblia


manifiestan la imagen del Espíritu Santo.
La voz era la del Padre Eterno.
Y Jesucristo, el Hijo.

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TEKTON

Y, por último, un pasaje donde se revela también el Misterio de la Trinidad, en este caso:
más claro todavía que los otros.
Es en el monte de Galilea.
“Fueron los once discípulos a Galilea, al monte señalado por Jesús, y cuando le vieron, le
adoraron. Y llegado Jesús, les habló diciendo: Se me ha dado todo poder en el Cielo y en
la Tierra. Id, pues, por todo el mundo, y predicad el Evangelio a toda criatura, y enseñad a
todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,
enseñándoles a observar todas las cosas que os he mandado. Y mirad, que yo estoy con
vosotros todos los días, hasta la consumación de los siglos”.

Aquí hemos visto, por tanto, 4 pasajes de la Escritura donde aparece claramente la
imagen de la Santísima Trinidad, donde se muestra al hombre que Dios es Uno, pero que
tiene 3 personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Por tanto, en Dios hay 3 personas: el Padre,
el Hijo y el Espíritu Santo.
El Padre es la primera persona de la Santísima Trinidad.
El Hijo es la segunda persona de la Santísima Trinidad.
Y El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad.

El Padre es Dios.
El Hijo es Dios.
El Espíritu Santo es Dios.
Sin embargo, sólo hay Un Dios.

Confesamos ésta, nuestra fe en la Santísima Trinidad, cuando en nuestra oración privada


rezamos el Credo: “Creo en Dios Padre… Creo en Dios Hijo… Creo en Dios Espíritu Santo”.
También confesamos ésta, nuestra fe, cuando rezamos el Gloria: “Gloria al Padre, Gloria
al Hijo, Gloria al Espíritu Santo”.
Cuando rezamos el Trisagio: “Santo, Santo, Santo Señor Dios de los Ejércitos, llenos están
los Cielos y la Tierra de vuestra Gloria”.

Página 18
TEKTON

San Francisco de Sales nos dice que, cuando hacemos la señal de la Cruz, llevamos la
mano a la cabeza diciendo:
“En el nombre del Padre”, significando que el Padre es la primera persona de la Santísima
Trinidad, principio y origen de todas las cosas.
Bajamos la mano al pecho diciendo: “y del Hijo”, demostrando que el Hijo procede del
Padre y fue enviado por Él aquí abajo por nosotros.
Después se pasa la mano del hombro izquierdo al derecho diciendo: “y del Espíritu
Santo”, denotando que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, y que con el Padre
y el Hijo tiene una misma adoración y gloria, y es el lazo de amor y de caridad entre
ambos.

Cada una de las 3 personas de la Santísima Trinidad es Dios: el Padre es Dios, el Hijo
es Dios y el Espíritu Santo es Dios. Mas, es sólo Un Dios.

Que sea Dios el Padre, lo sabemos por el mismo Jesucristo; siempre le invocó como Dios,
así que nadie lo niega.
Que el Hijo es Dios, nos lo hizo saber el mismo Padre Eterno, que dio testimonio de Él en
el bautismo y en la transfiguración; se lo reveló a San Pedro, también lo anunció el
Arcángel Gabriel a María, lo dijo Juan Bautista; lo confesó repetidas veces y de forma
especial en el Sermón de la Última Cena.

Las 3 personas de la Santísima Trinidad no son 3 dioses.


Hay un solo Dios, 3 personas.
Como el alma con sus 3 potencias: MEMORIA, ENTENDIMIENTO Y VOLUNTAD.
Un alma, 3 potencias.

Como el espacio, con su longitud, latitud y profundidad, las 3 dimensiones de los cuerpos:
un espacio, 3 dimensiones.
Como el tiempo, con su pasado, presente y futuro.
Como el triángulo, con sus 3 lados y 3 ángulos.
Como el Sol, con su fuerza, su luz y su calor.
Como el agua, con sus 3 estados: sólido, líquido y gaseoso.
Y también el agua, que sale de una fuente, corre por el río y forma un lago.
Como el rayo de luz, con sus 3 colores fundamentales: azul, amarillo y rojo.

Página 19
TEKTON

Como el cristal, con sus 3 formas integrantes.


Como el árbol, con su raíz, tronco y copa.
Como la claridad, que proviene de 3 luces encendidas en una habitación.

Todo ser creado tiene: peso, número y medida.


Toda criatura tiene: ser, forma y fin.
Aunque sea infinita la distancia que media entre la creatura y el creador, entre la
semejanza y las realidades de las 3 personas en un solo Dios, estas comparaciones nos
sirven para formarnos alguna idea de este Divino Misterio, y para comprobar que este
Divino Misterio no es irracional ni contrario a la razón humana, que es supra-racional,
está por encima de nuestra razón.

Es demasiado racional para que, seres como nosotros, tan limitados, lo entendamos. Sin
embargo, con lo poco que entendemos, podemos ver que NO ES CONTRARIO A LA
VERDAD.

[La Santísima Trinidad es un misterio]


Porque no podemos llegar a comprenderlo en su totalidad.
Es un verdadero misterio que está muy por encima del alcance de nuestra limitada razón.
Que, siendo un solo Dios, haya en Él 3 personas distintas y verdaderas; que este Dios
único sea a la vez Padre, Hijo y Espíritu Santo, nosotros no lo podemos comprender.

Pero no se nos propone en este Misterio algo contradictorio en sí mismo, que repugne a
la razón. Es algo sobrenatural. Pero no es contrario a la razón.
Fue providencia de Dios no dar a conocer a los hombres este Divino Misterio, hasta la
venida de la plenitud de los tiempos, cuando el Hijo de Dios apareció sobre la Tierra.
Aquellos pueblos rudos de la antigüedad, no hubiesen podido concebir la pluralidad de
personas en Dios sin haber acabado en un politeísmo.

Si Dios hubiese revelado a los antiguos, antes de Jesucristo, esta verdad sobre Su Ser,
entonces fácilmente estos pueblos habrían acabado adorando a tres dioses, porque no
hubieran comprendido lo que se les estaba presentando.

[Anécdota santa sobre la Santísima Trinidad]


San Agustín, a orillas del mar, pensando en el Misterio de la Santísima Trinidad.
De repente ve a un niño que llevaba agua del mar con una concha y la echaba en un
hoyo que había hecho en la arena.
San Agustín le dice al niño: ¿Qué haces?
El chico le responde: Estoy vaciando el mar.
San Agustín le replica: ¿Y dónde lo vas a meter?
El niño le explica: Aquí, en este agujerito que hice.
Y San Agustín lo interpela: Pero, ¿cómo va a caber un mar tan grande en un hoyo tan
pequeño?
Y el niño, mirándolo muy seriamente, le responde: ¿Y piensas tú que el Dios Infinito Uno y
Trino cabrá en tu cabeza? Y de momento, el niño desapareció. Un ángel del Señor.

Página 20
TEKTON

Veremos en el Cielo la Trinidad de Personas.


En el Cielo veremos a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo.
Pero ya aquí en la Tierra, varios santos tuvieron revelaciones privadas de este Divino
Misterio:

[San Ignacio de Loyola]


En Manresa (Barcelona, España) -al principio de su conversión- como se lee en su
biografía:
“Tenía mucha devoción a la Santísima Trinidad.
Le venía un pensamiento, que cómo hacía 4 oraciones a la Trinidad.
Mas, este pensamiento le daba algo de trabajo, como poca o ninguna
importancia.
Estando un día rezando en las gradas del Monasterio de Santo Domingo, las
Horas de Nuestra Señora, se le empezó a elevar el entendimiento, como que
veía la Santísima Trinidad en una figura de 3 teclas.
Y esto, con tantas lágrimas y tantos sollozos, que no se podía valer.
Y yendo aquella mañana en una procesión que de allí salía, nunca pudo retener
las lágrimas hasta el comer.
Ni después de comer podía dejar de hablar sino de la Santísima Trinidad.
Y esto, con muchas comparaciones y muy diversas, y con mucho gozo y
consolación, de modo que toda su vida le ha quedado esta impresión de sentir
grande devoción haciendo oración a la Santísima Trinidad”.

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TEKTON

El padre Rivadeneira, de la Compañía de Jesús, escribió una biografía sobre la vida de


este santo. En ella dice que, después en Roma, durante el tiempo en que escribió las
Constituciones, fueron tan frecuentes y tan sublimes las ilustraciones, incendios, arrobos,
inteligencias y visiones de las 3 personas de la Santísima Trinidad -de una, de otra o de
las tres-, que el santo veía muy a menudo el Divino Misterio de la Santísima Trinidad.
San Ignacio de Loyola a veces hablaba con el Padre, a veces hablaba con el Hijo y a
veces con el Espíritu Santo. A veces, hablaba con las 3 Divinas Personas.

El padre Laínez, superior de la Compañía de Jesús, nos dice que San Ignacio estaba tan
lleno de la Santísima Trinidad, que, siendo un hombre simple, ya que sólo sabía leer y
escribir antes de ir a estudiar, con todo empezó a escribir un libro sobre este Misterio. Y
dice que el libro se perdió. Tanto había visto San Ignacio a la Santísima Trinidad al
principio de su conversión, que apenas sabía leer y escribir, y escribió un libro sobre el
Divino Misterio.

[Santa Teresa de Jesús]


La primera doctora de la Iglesia escribe en el libro de su vida:

“Estando en oración después de comulgar, se comenzó a inflamar mi alma,


pareciéndome que claramente entendía tener presente a toda la Santísima
Trinidad en visión intelectual, a donde entendió mi alma, por cierta manera de
representación, como figura de la verdad, para que lo pudiese entender mi
torpeza, como es Dios Trino y Uno.
Y así, me parecía hablarme todas tres personas, y que se me representaban
dentro de mi alma distintamente.
Vese el alma un punto sabía, y con tanta claridad veía este Misterio, que no
hay teólogo con quien no se atreviese a disputar de estas grandezas”.

[Santa Margarita María de Alacoque]


Una vez se le aparecieron las tres Divinas Personas, en forma de tres jóvenes vestidos
de blanco, muy resplandecientes y hermosos:

“El Padre Eterno tenía en sus manos una pesada Cruz, tallada con clavos
puntiagudos y con todos los instrumentos de la Pasión de Jesucristo.
El Padre me dijo: Toma, hija, yo te hago el presente, que a mi Hijo muy amado.
Yo, dijo Jesucristo, quiero clavarte en la Cruz, como me clavé a mí, y allí te
haré fiel compañía.
Y el Espíritu Santo añadió que, por ser fuego y amor, le consumía sobre esta
Cruz, purificándola a ella”.

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TEKTON

[Santa María Micaela del Santísimo Sacramento4]


Es, sin duda, una de las santas que más devoción tuviera del Misterio de la Santísima
Trinidad, mereciendo por ello mayor inteligencia y comprensión del mismo misterio.

Estando en París, trabajó como pudo para que se celebrase solemnemente la


Fiesta de la Santísima Trinidad: habló a sacerdotes, a seglares, y con su dinero
costeó los gastos del primer año.
Por esta gran devoción, mereció que en el colegio que fundó, se oyera el canto
del Trisagio de modo misterioso, de 12 de la noche a 5 de la mañana, y que
lo oyera
n todas las colegiadas y su director espiritual.
Por ello, la santa estableció como regla recitar todos los días el Trisagio.

[Trisagio a la Santísima Trinidad]


http://oracionesydevocionescatolicas.com/trinidad.htm

[La devoción de los santos a la Santísima Trinidad]


+ San Patricio, apóstol de Irlanda
Después de frecuentes altercados con aquellos celtas que no querían
recibir la fe que les predicaba, les propuso la prueba del fuego.
En una pila de leña verde, el contrario encontró la muerte; mientras que
su fiel discípulo, Benigno, escapó sin sufrir el más mínimo daño.
Sin pérdida de tiempo, San Patricio predicó a los maravillados
espectadores sobre la Santísima Trinidad, aclarando el Misterio con el
sencillo ejemplo de la triple hoja de trébol.
La reina aceptó al instante la verdadera fe, y muchos de la corte
siguieron su ejemplo.
Aquel día de Pascua, fue conocido para siempre como el día de
nacimiento de la Irlanda cristiana.

+ Santo Tomás de Aquino


Explicando en Roma el Misterio de la Santísima Trinidad, tenía una vela
en la mano.
La vela se consumió, hasta quemarle durante mucho tiempo los dedos, sin
que lo notase ni sintiese ningún dolor, porque estaba elevado hablando
del Misterio de la Santísima Trinidad.
No notaba ni siquiera el dolor que la luz de la vela le provocaba.

4 Madrid, 1809 / Valencia, 1865. María de la Soledad Micaela Agustina Antonia Bibiana Desmaissiéres y López de
Dicastillo, Vizcondesa de Jorbalán, elevada a los altares como Santa María Micaela del Santísimo Sacramento. Aristócrata y
religiosa española. Fundadora de la Congregación de las Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad.
Tras una visita al Hospital San Juan de Dios, hizo conciencia de la lacra de la prostitución y fundó un colegio para redimir
a las prostitutas. En 1850, deja los fastos de la corte de Isabel II de España, para vivir con las alumnas en el colegio. [Wiki]

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TEKTON

+ San Francisco Javier


Gran devoto de la Santísima Trinidad.
Tenía frecuentemente en sus labios estas palabras: “Dios mío, y todas las
cosas, Santísima Trinidad”.
En el delirio de su agonía, se le oían frecuentes coloquios con cada una
de las tres Personas Divinas.
Caminando hacia Malaca, ciudad romana, estalló una fuerte tempestad
en la que pereció una de las embarcaciones de remo y vela.
El capitán dio la orden de echar por la borda el equipaje, pero Francisco
Javier le pidió que se detuviese, asegurándole que aquel mismo día
descubriría tierra y cesaría el temporal.
En seguida, el santo introdujo en el mar una sonda con un relicario que
llevaba en el cuello; y bendijo las encrespadas olas, “en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, tres Personas y un solo Dios. Tened,
Señor, misericordia de mí y de este pueblo”.
Dos horas más tarde, el mar estaba completamente en calma, por orden
de la Santísima Trinidad.

+ San Juan de la Cruz


También era un gran devoto del Misterio de la Santísima Trinidad.
Un día las religiosas le preguntaron por qué decía tantas misas en honor
a la Santísima Trinidad, y el santo respondió: “Porque le tengo por el
mayor santo del Cielo”.
Hablando sobre este Misterio con Santa Teresa de Jesús, en el locutorio
de la Encarnación de Ávila (España), contando encendidas palabras
sobre las tres Divinas Personas, ambos quedaron en éxtasis. San Juan de
la Cruz se levantó del suelo con la silla en la que estaba sentado.
Otro día, San Juan estaba con Santa Teresa y volvieron a hablar del
Misterio de la Trinidad, y San Juan de la Cruz quedó nuevamente en
éxtasis, a lo que Santa Teresa de Jesús dijo: “Parece que no se puede
hablar de Dios con mi padre Fray Juan, que enseguida se traspone”.
Con sólo hablar de la Trinidad, el santo carmelita descalzo se elevaba;
se le iban los ojos al más allá, al Cielo, y contemplaba a la Trinidad.

[El Misterio de la Santísima Trinidad


también ha sido sellado con la sangre de los mártires]

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TEKTON

Los mártires han dado testimonio y han muerto por confesar que Dios es Uno y Trino:
+ Los tres niños de León, España
En tiempos del emperador Diocleciano5, había tres niños en León
(España), hijos del mártir San Marcelo.
El prefecto de la ciudad, Diogenano, mandó que todos los habitantes
ofreciesen sacrificios a los dioses en un día y sitio determinado.
Los tres niños se negaron a ejecutar aquella orden y fueron llevados al
tribunal.

El prefecto les dice: “¿Qué es lo que oigo de vosotros? ¿Os atrevéis a


oponeros a las órdenes del Emperador, obedecidas por tantos miles de
ciudadanos?”.
Los niños le dicen: “Tú miras a los miles que siguen las órdenes de los
emperadores, pero no atiendes al número maravillosamente mayor de
aquellos sobre quienes no tienen ningún poder”.
Y los niños añaden, dirigiéndose al prefecto: “¿Qué quieres de nosotros?”,
a lo que éste les respondió: “Que digáis cuál es vuestro poder y en quién
tenéis confianza para burlaros de las órdenes de los emperadores”.
Los niños respondieron calmadamente: “Nosotros ponemos toda nuestra
confianza en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo, un Dios en esencia,
Trino en personas. Y con esta confianza venceremos en el combate a los
emperadores y a ti, su delegado”.

El prefecto se enfadó mucho y los mandó decapitar el 30 de octubre del


año 303.

+ La joven rica española


En tiempos de los vándalos (siglo IV) había en España una joven rica que
tenía linaje senatorial.
Católica muy piadosa.
Fue llamada por el rey y trató de persuadirla de que se rebautizara,
alistándose en las filas de los arrianos -una secta hereje nacida del
cristianismo, que niega que Jesucristo sea Dios-.

El rey quería que esta devota católica negara su fe y se bautizara como


cristiana arriana, pero la joven se rehusó.
El monarca mandó confiscarle todos sus bienes y después de quitarle
todas sus riquezas, mandó torturarla.
Y después de haberle aplicado diversos tormentos, como no pudiera
quebrantar su constancia y su fe, intentó hacerla renunciar a la Trinidad,
rebautizándola a la fuerza.
5Nombre completo: Cayo Aurelio Valerio Diocleciano Augusto. (244-311). Emperador de Roma desde el 20 de noviembre
de 284 hasta el 01 de mayo de 305. Nació en una familia de bajo estatus social, fue escalando puestos en la jerarquía
militar hasta convertirse en el comandante de la Caballería del Emperador Caro. Tras la muerte de éste y de su hijo
Numeriano en campaña de Persia, Diocleciano fue aclamado Emperador por el ejército romano. [Wikipedia]

Página 25
TEKTON

La sumergió en un baptisterio arriano.


Y ella no cesaba de gritar, mientras intentaban rebautizarla: “¡Creo en
el Padre, creo en el Hijo, creo en el Espíritu Santo! Son una misma sustancia,
un Dios y tres Personas”.
La sacaron del baptisterio y la condujeron al lugar del suplicio.
Allí, la atormentaron con fuego antes de cortarle la cabeza.

[El Misterio de la Santísima Trinidad


también ha sido confirmado con milagros]
+ San Alejandro
Viendo que llevaban a enterrar el cadáver de un niño, dijo a los
parientes del mismo: “Si creyeses en el Padre, y en el Hijo, y en el Espíritu
Santo, y recibieses el bautismo, vuestro hijo resucitaría”.
Los padres contestaron: “Si por tu mediación viésemos resplandecer las
obras de Dios, creeríamos todos”.
San Alejandro hizo una oración fervorosa.
Se volvió al cadáver del niño y dijo: “En el nombre del Padre, y del Hijo,
y del Espíritu Santo, levántate”.
El niño muerto obedeció al momento y los que le acompañaban creyeron
en Jesús.
Después este santo, San Alejandro, por permanecer fiel a Jesús, sufrió la
cárcel, lo apalearon, lo quemaron con antorchas ardiendo, le
despedazaron con garfios y lo echaron a las fieras en un horno
encendido.
Finalmente alcanzó la vida eterna, degollado por su fe cristiana, bajo el
imperio de Antonino Pío.

+ Cibila
Obispo arriano de Cartago, España.
Tenía mucha envidia de los milagros que hacía el obispo católico, San
Eugenio, por lo que buscó a un hombre malo, le dio 50 monedas de oro
y le pidió que fingiera ser ciego por algún tiempo.
Y le dijo: “Un día que me veas por la ciudad, me pides que te devuelva la
vista”.
En efecto, un día previamente acordado, Cibila atravesaba la plaza con
otros obispos arrianos; el falso ciego se acercó y comenzó a gritar: “¡San
Cibila, compadécete de mí!”.
Se reunió mucha gente alrededor de este hombre y Cibila hizo que
llevasen a su presencia a quien lo invocaba. Y dijo en alta voz, delante
de todo el pueblo: “Para que el pueblo vea que nuestra fe es la verdadera,
hágase lo que deseas. ¡Abre los ojos, y ve!”.
En aquel momento, el que antes no era ciego, se quedó ciego por su
mentira.

Página 26
TEKTON

Al verse así, él, que estaba ciego ahora de verdad, empezó a gritar
todo lo que había pasado: que el obispo arriano le había pagado 50
monedas de oro para que fingiera ser ciego. Y que, en ese mismo
momento, se había quedado ciego de verdad.

Pasó algún tiempo.


Vino el obispo católico, San Eugenio, con otros dos obispos católicos.
Vieron al ciego pidiendo en la ciudad, como un mendigo.
San Eugenio le dijo:
“Si crees en Jesucristo, Hijo de Dios, todas las cosas son posibles”.
“¡Yo creo! Creo en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, un solo Dios y tres
personas”, contestó el ciego.
San Eugenio le dio la vista haciendo la señal de la Cruz sobre los ojos
del ciego, en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

+ Ana María Taigi6


Una humilde sirvienta que murió en Roma, el 09 de junio de 1838.
Sorprendida por un fuerte chubasco en la calle, entró a protegerse en
una casa que ella conocía; la señora le dijo al verla que, ahí tenían una
enferma moribunda; la mujer, agonizante, había recibido ya los últimos
Sacramentos.
Ana María se acercó, le hizo a la enferma unas exhortaciones y
extendiendo la mano sobre la cabeza, la signó diciendo:
“La potencia del Padre, la sabiduría del Hijo y la virtud del Espíritu Santo
te libren de todo mal. Amén”.
Ana María se volvió a la dueña de la casa diciéndole:
“La gracia está concedida”.
Poco después, la moribunda habló, pidió alimento y se levantó
completamente sana.

▪ Cuando ponemos nuestros pecados por encima de la Misericordia de Dios y del


Misterio de la Santísima Trinidad, estamos divinizándonos, estamos convirtiendo en
dioses a nuestros pecados, estamos haciendo ídolos de nuestros vicios.

▪ Si aceptamos realmente que sólo hay Un Dios en tres personas Divinas, debemos
desterrar de nuestra vida estos ídolos del pecado y la carne; debemos luchar por
la santidad, pero más bien debemos luchar para permitir a Dios hacernos santos.

6 Siena, 1769 / Roma, 1837. Laica terciaria trinitaria y mística italiana. Durante muchos años, cuando oraba en su capilla,
tuvo frecuentes visiones y éxtasis en los que preveía el futuro. Se dice que predijo la caída y muerte de Napoleón Bonaparte.
También se afirma que un día se le aparecieron la Virgen María y el Niño Jesús, sentados dentro del Sol. Fue la segunda
mujer del siglo XIX en ser estigmatizada. Dios se manifestaba en Ana María donde ella se encontrase, en medio de cualquier
tarea, por medio de visiones y éxtasis, a tal punto que decía con familiaridad y simplicidad: “Déjame, tengo cosas que hacer,
soy madre de familia”. Por más de 40 años, tuvo la visión de un globo luminoso, como un pequeño Sol rodeado de espinas;
observándolo, ella podía “leer” en él eventos futuros y estados de conciencia de las personas que la visitaban; ese don de
profecía y de preciencia (ciencia infusa) hacía que muchos le pidieran consejo. Durante toda su vida acogió a sus visitantes
con alegría y paciencia. Su cuerpo permanece incorrupto en la Basílica de San Crisógono (Roma). [Wiki]

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TEKTON

▪ La obra de la santidad no es nuestra obra: es la obra de Dios, de Jesucristo y del


Espíritu Santo.

▪ Si queremos dejarle a esta Trinidad Santísima obrar la santidad en nosotros,


debemos ser dóciles.

▪ La santidad es como el sello de la Trinidad en nuestra alma. La santidad indica


que pertenecemos más íntimamente a Dios Uno y Trino.

▪ Si queremos dejarnos sellar con la marca de la Trinidad en el alma, con la


santidad, debemos ser colaboradores en esta obra con Dios.

▪ ¿Cómo podemos colaborar con Dios en esta obra de la santidad? Tenemos diversos
caminos:

I. ACÉRCATE A DIOS si quieres dejar a Dios que te santifique


En los Sacramentos: confesión frecuente, Santa Misa y Eucaristía
diaria
En la oración: reservar un rato cada día con Dios, mínimo 15 minutos
a solas con Él, si puedo de rodillas, para hablar de amor con el Amor
En la alabanza: la adoración ante el Santísimo Sacramento del Altar,
semanal una hora mínimamente

II. ACÉRCATE A MARÍA si quieres dejar a Dios que te santifique


En la Virgen María encontramos la mejor aliada para nuestra
santidad
Seamos verdaderos devotos de María
Seamos perfectos imitadores de sus virtudes, especialmente de su
profunda humildad [que poco nos gusta que nos humillen]
Si no permitimos las humillaciones, nunca alcanzaremos la virtud de
la humildad
Una humildad como la de María engendra en el alma el Amor, que
es Jesucristo
Rezar el Santo Rosario diariamente fortalece los lazos con María

III. SIGUE LOS CONSEJOS DE LOS SANTOS si quieres dejar a Dios que
te santifique

i. Haz examen de conciencia cada día: examina tu conducta,


examina tu conciencia, y mira si has llevado adelante la
conducta de un verdadero discípulo de Jesucristo, si no es así
pon los medios para cambiar y crecer en las virtudes cristianas

Página 28
TEKTON

ii. Lectura espiritual: lee las vidas de los santos, en estas lecturas
verás que los santos nacieron pecadores como nosotros y
conocerás qué y cómo lo hicieron para permitir que Dios los
santificase

iii. Busca un director espiritual que te guíe en el camino de la


perfección cristiana: porque la fuerza sin control no sirve para
nada, necesitas a una persona experimentada que guíe tus
ansias de santidad por un camino adecuado a tu carácter y a
tu estado de vida

La señal del cristiano es


LA SANTA CRUZ
[Catequesis Tekton]
https://www.youtube.com/watch?v=HnLq50wHXx4

¿Por qué la Santa Cruz es la señal del cristiano?


¿Qué significa la Santa Cruz?

Página 29
TEKTON

El nombre
CRISTIANO
[Catequesis Tekton]
https://www.youtube.com/watch?v=p3v7IPVKSzs

¿Qué significa ser CRISTIANO?


¿Qué significa ser DISCÍPULO DE JESÚS?
¿Eres CRISTIANO HASTA DAR LA VIDA POR CRISTO?

Examinemos el nombre CRISTIANO.


Muchas personas se enorgullecen de los títulos que tienen, académicos, de nobleza.
Todo el que tiene un título, gusta de hacer saber que lo tiene.
Todos esos títulos son meramente humanos.
Pero hay un título que es el más importante de todos, el de CRISTIANO.

El nombre CRISTIANO es el mayor de los títulos que podemos tener, porque:

I. El nombre CRISTIANO denota que pertenecemos a Cristo y que


queremos seguir perteneciendo a Cristo.
II. El título de CRISTIANO denota que deseamos vivir la gracia de los
Sacramentos.

Página 30
TEKTON

III. El nombre CRISTIANO denota que queremos vivir fieles a las


enseñanzas de Cristo.
IV. El nombre CRISTIANO denota que hemos aceptado al Señor Jesús y
no queremos a otro señor fuera de Cristo.
V. El nombre CRISTIANO denota que estamos bautizados.

El nombre CRISTIANO se aplica, hoy en día, a cualquiera que sigue a Jesucristo.


Muchos niegan, por ejemplo, la veneración a la Virgen María… y se llaman CRISTIANOS.
Muchos niegan el papel de María en la Salvación… y se llaman CRISTIANOS.
Muchos niegan la sucesión apostólica de San Pedro a través de los Papas… y se llaman
CRISTIANOS.
Algunos más incluso niegan la Divinidad de Jesucristo y el Divino Misterio la Santísima
Trinidad, como los testigos de Jehová… y se llaman CRISTIANOS.

¿Cómo pueden ser llamados CRISTIANOS aquellos que rechazan LA DOCTRINA


CRISTIANA? ¿Podemos llamar CRISTIANOS a estas personas que niegan las enseñanzas
de Cristo? No, no podemos usar el término propiamente de CRISTIANOS con ellos.

La veneración a la Virgen María aparece en la Sagrada Biblia.


Y si aparece en la Biblia, no puedes ser CRISTIANO y negar el papel de la Santísima
Virgen María en el Plan de Salvación.

Lucas 1:48-49
“[El Magníficat] Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí”.

Juan 2:1-11
“[Las bodas de Caná]” María intercede ante los hombres, “no tienen vino”, Ella intercede,
Ella habla con Cristo.

María debe ser felicitada por todas las generaciones y es intercesora ante Cristo, por
nosotros. Nadie que niegue esto puede ser llamado CRISTIANO.

El nombre CRISTIANO no es algo que nosotros debemos construir: nos viene dado del
Cielo.
El CRISTIANO tiene que aceptar lo que Cristo enseña y debe comportarse como Cristo
enseña.

Los CRISTIANOS debemos tener un comportamiento moral recto.

San Pablo, en carta a los Efesios 4,17:


“No procedan como paganos”.

Página 31
TEKTON

LETANÍAS DEL SANTO NOMBRE DE JESÚS


https://www.youtube.com/watch?v=0HCDHBSCTYI

Versículo 20 de la misma carta a los Efesios:


“De Él aprendieron que es preciso renunciar a la vida que llevaban,
despojándose del hombre viejo que se va corrompiendo por la seducción de la
concupiscencia, para renovar en lo más íntimo de su espíritu y revestirse del
hombre nuevo, creado a imagen de Dios en la justicia y en la verdadera
santidad”.

El que es CRISTIANO se despoja del hombre viejo y adopta el hombre nuevo, recibe al
hombre nuevo.
Por tanto, su comportamiento moral no puede ser malo, no puede ser desordenado.

Versículo 25 en adelante de la misma carta a los Efesios [San Pablo


concreta más este comportamiento del CRISTIANO]:
“Renuncien a la mentira.
Y digan siempre la verdad a su prójimo,
ya que todos somos miembros,
los unos de los otros.
Si se enojan,
no se dejen arrastrar al pecado
ni permitan que la noche los sorprenda enojados,
dando así ocasión al demonio.
El que robaba, que deje de robar
y se ponga a trabajar honestamente con sus manos,
para poder ayudar al que está necesitado.
No profieran palabras inconvenientes;
al contrario, que sus palabras sean siempre buenas,
para que resulten edificantes cuando sea necesario
y hagan bien a aquellos que las escuchan.

Página 32
TEKTON

No entristezcan al Espíritu Santo de Dios,


que los ha marcado con un sello para el día de la redención.
Eviten la amargura, los arrebatos, la ira, los gritos, los insultos
y toda clase de maldad.
Por el contrario, sean mutuamente buenos y compasivos,
perdonándose los unos a los otros como Dios los ha perdonado en Cristo”.

Aquí, San Pablo nos describe cómo debe ser el comportamiento del CRISTIANO.
Uno no puede llamarse CRISTIANO y comportarse de cualquier forma.

El título CRISTIANO no nos lo ha regalado ningún hombre, nos lo ha regalado el Cielo.


Es un título cuyo contenido y significado no nos toca construirlo a nosotros, a nosotros no
nos toca decidir qué significa ser CRISTIANO.
Es un regalo, y debemos comportarnos de acuerdo con ese regalo.
Cristo es quien forma nuestra vida, no nosotros quienes formamos la vida de Cristo.
Debemos comportarnos y pensar como si fuéramos el mismo Cristo.

Si no nos comportamos como el verdadero Cristo y no pensamos como el verdadero


Cristo, NO SOMOS CRISTIANOS.

[¿Eres CRISTIANO?]
Soy CRISTIANO por la gracia de Dios.
Para entender que ser CRISTIANO es una gracia, no una cosa que yo elegí o decidí:

San Alfonso María Ligorio:


“¿Qué cosa hemos hecho nosotros para no vernos turcos, musulmanes o con un
turbante en la cabeza, o infieles, o fuera del gremio de la Iglesia? Demos
gracias a Dios que nos ha hecho nacer en la Iglesia Católica y no entre herejes
o infieles”.

Nosotros no hemos elegido ser CRISTIANOS, es una gracia de Dios.

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TEKTON

Nosotros hemos aceptado o rechazado esa gracia.


Pero no somos nosotros los que hemos elegido a Cristo, Cristo nos ha elegido a nosotros.
SER CRISTIANO ES UN DON, UN REGALO QUE SE NOS HA DADO DESDE EL CIELO.

Podíamos haber nacido herejes o infieles.


Sin embargo, por gracia de Dios se nos ha dado a conocer la verdad de Cristo.
Por gracia de Dios hemos aceptado la Salvación que viene del Cielo.
Todo es gracia, no lo olvidemos nunca.

Ni con todos los esfuerzos del mundo conseguiríamos llegar a ser CRISTIANOS si Jesucristo
no nos llama, si Jesucristo no nos llama a ser Sus seguidores nunca podríamos lograrlo
por nuestras propias fuerzas.
Porque SER CRISTIANO es un regalo, el mayor de los regalos que nos pudieron dar
jamás.
Porque por ese regalo se nos abren las puertas del Cielo, si somos fieles y nos
comportamos como verdaderos cristianos, y no rechazamos ninguna de las enseñanzas
de Cristo.
Y porque cualquier otro regalo que nos hagan, tiene fecha de caducidad. Sin embargo,
el regalo de ser cristiano es para siempre.

Claro, como es un regalo, a veces no le damos toda la importancia que tiene este regalo.
Vemos, así, a cristianos que no son conscientes de quiénes son, lo que es un peligro grave
y una grandísima dificultad.

[¿Qué quiere decir CRISTIANO?]


CRISTIANO quiere decir DISCÍPULO DE CRISTO.
Ese es el título.
A poco de morir y resucitar Cristo, más o menos unos 10 años después, a sus discípulos
se les empezó a llamar con el nombre de CRISTIANOS.

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TEKTON

Esto podemos verlo en los Hechos de los Apóstoles 11:25:


“Bernabé y Pablo estuvieron un año en la iglesia de Antioquía.
Enseñaron a una gran muchedumbre.
En Antioquía, por primera vez, los discípulos fueron llamados cristianos”.

Al principio, no tenían un nombre propio; se llamaban hermanos entre ellos, fieles,


creyentes, santos.
Los judíos, por burla, los llamaban galileos.
Incluso, el nombre de cristianos se lo pusieron como un mote, o un insulto.

San Agustín dice de los creyentes:


“Somos de Cristo y somos otros Cristos”.
Repetición:
San Agustín dice de los creyentes:
“Somos de Cristo y somos otros Cristos”.

Esto hay que considerarlo algo de suma importancia.


EL DISCÍPULO DE CRISTO ES OTRO CRISTO.
El discípulo es el que está comprometido TOTALMENTE con su maestro.
El discípulo de Cristo, por tanto, está comprometido TOTALMENTE con Cristo, tiene un
compromiso con Él de por vida.
El discípulo de Cristo debe conocer REAL Y TOTALMENTE a su Maestro, para estar
completamente comprometido con Él.
El compromiso del discípulo con Cristo debe llegar por la gracia sacramental hasta una
identificación TOTAL con Él, hasta el punto de llegar a decir con San Pablo (Gálatas
2,20): “Y ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí. La vida que sigo viviendo en la
carne, la vivo en la fe en el Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí”.
Hasta ese punto debe ser la identificación entre discípulo y maestro.
Entre cada uno de nosotros y Cristo.

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TEKTON

[¿Cómo nos hacemos CRISTIANOS?]


Por el Santo Bautismo.
El bautismo nos hace cristianos.
Por el bautismo recibimos la gracia santificante.
Y la gracia santificante es la que nos hace hijos de Dios por adopción.
Y la gracia santificante es la que nos hace discípulos de Cristo.

Es decir:
la gracia santificante que recibimos en el bautismo es la que nos hace cristianos.

El día de nuestro bautismo es el día de nuestro nacimiento al Cielo: ese día empezamos
a tener otra patria, LA PATRIA DEL CIELO.
El bautismo nos transforma, nos hace criaturas nuevas, hombres y mujeres nuevos.
Con el bautismo, Cristo nos salva de la muerte.
Con el bautismo, recibimos los méritos de la Cruz de la Pasión, Muerte y Resurrección de
Cristo.
Por el bautismo se nos borra la mancha del pecado original.
Por el bautismo empezamos a formar parte de una comunidad, la comunidad de la
Iglesia Católica.
Por el bautismo tenemos la fe, por la que creemos todo lo que Cristo nos ha revelado y
la Iglesia nos enseña.
Por el bautismo obtenemos la esperanza, por la que creemos que las promesas de Cristo
se van a cumplir.
Por el bautismo tenemos la caridad, por la cual somos capaces de amar a Dios sobre
todas las cosas y al prójimo -tanto amigo como enemigo- como el mismo Cristo nos ama
a nosotros.

En definitiva:
por el bautismo somos incorporados a Cristo,
por el bautismo somos hechos CRISTIANOS.

Sin embargo, todavía tenemos la opción de ser fieles o infieles a la gracia santificante,
a la gracia bautismal.
Podemos ser infieles, volviendo a vivir como el mundo vive, volviendo a vivir una vida de
pecado, como hombres viejos.
O podemos vivir la gracia santificante del bautismo, con la fidelidad a las enseñanzas
de Cristo.
Tenemos la opción de aceptar el regalo de Cristo y ser HEREDEROS DE LA VIDA ETERNA,
de una vida de verdadera felicidad y de recta libertad.
O podemos negar a Cristo, y ser esclavos del mundo, del demonio y de la carne.

No podemos llamarnos CRISTIANOS y simpatizar con lo mundano.


No podemos llamarnos CRISTIANOS y sincronizar los latidos de nuestro pobre
corazón con los del príncipe de este mundo.

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TEKTON

Cada vez que caemos en esta tentación, la del hombre viejo, no luchamos contra ese
hombre viejo, el pecado; no luchamos contra las pasiones desordenadas.
Y es que, NO HAY CRISTIANISMO SIN COMBATE.
Por eso San Pablo decía: “Combate los nobles combates de la fe”.
No hay seguimiento a Cristo sin combate contra el mundo.
No hay seguimiento a Cristo sin combate contra la carne.
No hay seguimiento a Cristo sin combate contra el demonio.

¿Quién es BUEN CRISTIANO?


Es buen cristiano el que cree en la doctrina de Cristo, y la practica.
Repetición:
ES BUEN CRISTIANO EL QUE CREE EN LA DOCTRINA DE CRISTO, Y LA PRACTICA.
ES BUEN CRISTIANO EL QUE CREE Y EL QUE PRACTICA LA DOCTRINA DE CRISTO.
SIN PRÁCTICA Y CON LA SOLA CREENCIA, NO SE ES BUEN CRISTIANO.

Es buen cristiano el que cree lo que Cristo nos enseña.


No inventamos la doctrina de Cristo.
No podemos inventarnos la doctrina de Cristo.
Añadir cosas de mi bolsillo, de mi inteligencia y de mi corazón, no podemos.
“Es que no entiendo eso de que Cristo descendió a los infiernos, por tanto ¡fuera!”.
PUES NO.
“Nadie se condena al infierno porque lo he decidido yo”.
PUES NO.
Eso no lo dice la Biblia, eso no lo enseña Cristo, eso no lo enseña la Iglesia.

Ser buen cristiano es creer la doctrina de Cristo.


Si esas cosas que tú dices no están en la doctrina de Cristo, nos callamos.
Si Cristo dice una cosa y yo pienso la contraria, tengo que convencerme de que quien se
equivoca SOY YO.

No adaptar la doctrina cristiana y las enseñanzas de Cristo a mis sentimientos, a lo


que yo pienso y siento.
“Es que me da pena que el matrimonio tenga que ser para toda la vida, si esa pareja
se lleva tan mal y vive tan mal, me da pena que no se puedan divorciar y volver a casar
con otras personas”.
PUES NO.
“Como a mí me da pena, el Señor acepta que tú te cases 2, 3, 4 y 5 veces”.
PUES NO.
“Eres buen cristiano, aunque te hayas divorciado 6 veces. No pasa nada, porque es lo
que casi todo el mundo hace y yo lo veo bien”.
PUES NO.
La doctrina cristiana es la que es, no podemos cambiarla por lo que nosotros sentimos.

No desechar los puntos de la doctrina de Cristo que no entendemos.


En esto tenemos que seguir el espíritu de la Virgen María.
Tenemos que ser como Nuestra Madre del Cielo.

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TEKTON

¿Cómo era María, Nuestra Madre del Cielo?


Lo que no entendía lo guardaba en su corazón.
Si hay un punto de la doctrina de Cristo que no entendemos, lo guardamos en el corazón.
Si tenemos duda, preguntar a TEKTON, ir al Catecismo, ir a la Biblia.
No podemos desechar los puntos de la doctrina de Cristo que no entendemos.

Como buenos seguidores de Cristo, hay que aceptar las enseñanzas de Cristo en su
integridad, en su totalidad y con absoluto compromiso, desde el corazón.

[Puntos centrales de la doctrina cristiana]


+ Cristo está real y verdaderamente presente en la Eucaristía
Esto es cierto, lo entienda o no lo entienda
+ El bautismo nos hace cristianos
Esto es cierto, lo entienda o no lo entienda
+ La confesión es el sacramento por el cual Cristo, por medio del
sacerdote, me perdona los pecados
Esto es cierto, me sienta yo cómodo o incómodo con esta forma de
perdonar los pecados
+ El matrimonio es la unión de un hombre con una mujer
Esto es cierto, tenga yo la tendencia que tenga

No puedo cambiar la doctrina.


No puedo adaptar la doctrina.
No puedo desechar los puntos que no entienda.

Debemos fundirnos con la doctrina de Cristo.


Nuestro entendimiento se debe unir con el de Cristo y confesar todo lo que Cristo enseña.

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TEKTON

Si hay cosas que no entendemos, nos las guardamos en el corazón.


Y el Espíritu Santo nos dará la sabiduría, cuando Él lo considere oportuno, para que
entendamos ese punto de la doctrina cristiana que tanto nos cuesta entender y aceptar.
Practicar lo que Cristo nos enseña.
De lo contrario, seríamos unos HIPÓCRITAS.

Hay diferentes posturas sobre la práctica cristiana, posturas erróneas sobre la práctica
religiosa: por un lado, hay gente que dice que, en la intimidad, en el ámbito privado, se
debe manifestar la fe católica y aplicar las leyes morales a tu vida; sin embargo, hay
otros que afirman que en lo público se debe aplicar la fe católica, pero en lo privado
“hago lo que me da la gana”.
Lo primero es una especie de liberalismo = aplicamos la fe en el ámbito privado, pero
no en el público = en el público gobiernan las leyes del mundo: aborto, eutanasia,
matrimonio entre parejas homosexuales… “No, pero es que eso ya lo han contado en la
moral cristiana” … “No importa, la moral cristiana es para el ámbito privado, el ámbito
público tiene que ser a confesional”. NO ES CORRECTO: ESTO ES LIBERALISMO Y ESTÁ
CONDENADO POR LA IGLESIA.
Lo otro: “En el ámbito público, que gobierne la Ley de Cristo, pero yo, en mi casa, con
mi gente y en mi comportamiento moral, hago lo que me da la gana”. ESO ES
HIPOCRESÍA. Ni liberales ni hipócritas.

Debemos comportarnos como discípulos de Cristo, tanto en casa como en la calle.


¿Por qué? Porque Cristo es Rey, tanto en la sociedad como en mi vida personal, es el Rey
de mi alma; por tanto, debo aplicar la moral cristiana también en el ámbito privado.

[Nos llamamos también CATÓLICOS]


Porque somos hijos de la Iglesia Católica.
San Cipriano, obispo de Barcelona: “Cristiano es mi nombre y Católico mi apellido”.

San Edmundo Campion7, jesuita; estaba encerrado en la Torre de Londres, antes de ser
cruelmente martirizado; fue sometido a las torturas más crueles para quebrantar su
firmeza; la misma reina inglesa fue personalmente a tentar su fe y le dijo:

7Londres, 1540 / Londres, 1581. Sacerdote católico, jesuita y mártir, santo, uno de los 40 mártires de Inglaterra y Gales.
Desplegó una gran actividad religiosa contra la iglesia anglicana de Inglaterra y a favor de la Iglesia Católica y del Papa,

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TEKTON

“¿Me tienes por la verdadera Reina de Inglaterra?”.


“Ciertamente”, contestó el padre Campion.
“Acepta, pues, en ponerte a mi servicio y tendrás la vida, la libertad, fortuna, grandezas,
dignidades…”
Y el mártir contestó: “Seré vuestro servidor perpetuo, ¡pero antes que inglés, soy cristiano
y católico!”. Fue ahorcado, por aceptar su título de Cristiano y de Católico.
MÁRTIR. AL CIELO, DIRECTO.

Juan Ramos, capitán de infantería, condenado a muerte por los marxistas comunistas en
1936, en España, por la persecución religiosa.
Escribió a sus hijos antes de morir:
“Muero proclamando mi mayor timbre de gloria, el haber sido católico, apostólico y romano
hasta el último instante de mi existencia. Si Dios me lo permite, moriré gritando: ¡Viva Cristo
Rey!”.
Mi nombre es Cristiano, mi apellido es Católico.

Somos cristianos católicos.


Porque la Iglesia Católica es la única que tiene todos los sucesores de San Pedro, la lista
de todos los Papas, en una sucesión ininterrumpida desde San Pedro hasta el Papa
actual, el Papa Francisco.
Sucesor del Príncipe de los Apóstoles.
Y hay muchas más razones para entender que la Iglesia Católica es LA ÚNICA FUNDADA
POR JESUCRISTO.

[Ser CRISTIANO es TÍTULO DE GLORIA]


Alfonso X, el Sabio, rey español, decía frecuentemente a sus cortesanos:
“Doy incesantes gracias a Dios, no de ser rey, sino de ser cristiano”.
Cuando pensaba en que era cristiano, lloraba de felicidad y de alegría.

como la única fe verdadera, incitando a muchos católicos a permanecer leales a su fe. Todo ello condujo a su arresto,
encarcelamiento y tortura, en la Torre de Londres, y finalmente al martirio; murió el 01 de diciembre de 1581, ahorcado,
destripado y descuartizado; de manera cruel, las partes de su cuerpo fueron expuestas en cada una de las cuatro puertas
de la ciudad, como advertencia a otros católicos. Sus reliquias se conservan en Roma, Praga, Londres y Oxford. [Wikipedia]

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TEKTON

Alberto III, duque de Baviera, le decía a su hijo:


“Sé primero cristiano, luego hombre, después príncipe”.

CRISTIANO es un título de gloria, más que el de príncipe, más que el de duque, más que
el de rey. Por encima de todos los títulos y honores del mundo, CRISTIANO es título de
gloria.
Porque, primero, indica que estamos bautizados y que somos de Cristo.
Y segundo, indica que hemos sido rescatados por Cristo del pecado y de la muerte.
Además, indica que somos discípulos de Cristo, e indica que creemos lo que Cristo ha
revelado.
E indica que seguimos el tipo de vida que Cristo nos propone.
Y, en definitiva, indica que somos hijos de Dios Y HEREDEROS DEL CIELO.
No hay ningún título humano que merezca tanta gloria como SER CRISTIANO.
Lo sabemos.
Sabemos que esto es así.

Pero, ¿lo sentimos de esta misma forma?


¿Somos conscientes en nuestro corazón de la grandeza del título de CRISTIANOS?
Es importante hacer examen de conciencia, y examinar si pensamos y actuamos como
CRISTIANOS.
Pensar si Cristo es lo primero en mi vida, pero no de una forma genera, sino en todas y
cada una de las situaciones de mi vida.

¿Está Cristo en primer lugar en mi vida y en mi corazón?


Si encontramos que lo que confesamos con los labios no es lo mismo que lo que sentimos
con el corazón, pongámonos en oración para suplicar al Señor que nos dé más fe, más
esperanza y más caridad, para que esto sea una realidad, porque es gracia lo que
necesitamos para mejorar.
Y debemos usar, además, las gracias que Dios nos da para que podamos amarlo más y
mejor.
Y la práctica de las virtudes cristianas, es un ejercicio muy útil para aumentar nuestro
amor a Jesucristo.

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TEKTON

[SEAMOS CRISTIANOS HASTA DAR LA VIDA POR CRISTO]


Esta frase tiene un sentido literal:
preferimos morir antes que negar que somos CRISTIANOS Y DISCÍPULOS DE CRISTO.
Preferimos morir, antes que pecar.
Preferimos cualquier mal que nos pueda venir, antes de cometer el sumo mal, que es
negar -de alguna forma- que somos SEGUIDORES DE CRISTO.

Esto es el sentido literal de la frase:


MORIREMOS MÁRTIRES ANTES QUE NEGAR LA REALIDAD DE QUE CRISTO ES NUESTRO
MAESTRO Y NUESTRO SEÑOR.

Esta frase no sólo hace referencia a un MARTIRIO (FORMA DE MUERTE), sino también a
una FORMA DE VIDA:

1. Moriremos al mundo, antes que negar a Cristo en nuestra propia vida y


en nuestra carne

Morir al mundo es rechazar radicalmente la actitud mundana de la vida.


Vivir con una actitud cristiana.
Vivir como viviría Cristo.
Ser testimonios vivos del amor que Dios nos tiene a todos.

2. Rechazaremos al hombre viejo que vive en nosotros, antes que negar a


Cristo

Ese hombre viejo del que habla San Pablo y que está en nosotros, se le
alimenta con el pecado
Ese hombre viejo que llevamos dentro tiene más fuerza sobre nosotros si
cometemos pecado
Si alimentamos la vida de la gracia, ese hombre viejo se debilita y cada
vez va teniendo menos poder sobre nosotros

Debemos rechazar al hombre viejo = morir a nuestras inclinaciones


malas, morir a nuestros pecados
A veces somos sorprendidos, como CRISTIANOS, al manifestar actitudes
pasadas que creíamos ya superadas, crucificadas y enterradas: palabras
hirientes, malos pensamientos, mal genio, actos indebidos, palabras gruesas,
rasgos de carácter que nos avergüenzan y que corresponden al estilo de
vida del “hombre viejo”, esa persona que éramos años o tiempo atrás, antes
de aceptar a Jesucristo y entregarle nuestro corazón para siempre.
Cuando esto sucede, muchos experimentan tristeza, desánimo y a veces
hasta el deseo de no continuar más en una lucha que parece imposible al
ver que no hay mucha mejoría.

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TEKTON

¿Por qué pasa esto?


No es fácil aceptarlo, pero realmente esta experiencia de frustración es el
resultado de los intentos de luchar solos y de querer crecer, y ganar la
batalla, por nuestra propia cuenta y por nuestros propios medios.
A pesar de los años recorridos en el camino de la vida cristiana, podemos
tener este mismo conflicto y esta misma experiencia.

El Apóstol San Pablo tuvo esa misma lucha;


tiempo después de que le entregó su corazón a Jesús, llegó a decir:
“Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago”
(Romanos 7:19).
Había pasado algún tiempo desde su conversión y él seguía haciendo cosas
que se suponía ya estaban sepultadas.
Tal fue su desesperación, que llegó a decir:
“¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?”
(Romanos 7:24).

Ésta angustia del conflicto interior y esa lucha real que experimentó Pablo,
llegó a su fin cuando él llegó al entendimiento y a la comprensión. iluminada
por Dios, de que sólo viviendo y siendo guiado por el Espíritu Santo, podía ser
superado. Y entonces, escribió:
“… el ocuparse del Espíritu es vida y paz”
(Romanos 8:6).

Unos versículos más adelante, dice:


“Y si el Espíritu de Aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros,
El que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos
mortales por su Espíritu que mora en vosotros”
(Romanos 8:11).

Dos naturalezas forman parte de nuestra vida:


la naturaleza carnal recibida al nacer (hombre viejo), nuestra pasada (y
pesada) manera de vivir, representado por el “cuerpo de muerte” que
llevamos cargando y que podría ser entendida como la inclinación natural
hacia el mal; y la naturaleza espiritual (hombre nuevo), que recibimos al
aceptar a Jesucristo como nuestro Salvador y Redentor.

El hombre nuevo debe subyugar al hombre viejo:


si es que verdaderamente el hombre viejo ya ha sido sepultado y cremado,
y el hombre nuevo cada día es alimentado por esa relación íntima con
Jesucristo.
Sin dejar de reconocer que la inclinación al mal estará con nosotros mientras
vivamos, hasta que “esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se
vista de inmortalidad” (1 Corintios 15:53), si cada día nos revestimos de
Cristo (Le entregamos nuestro ser entero), Él hará por nosotros lo que ahora
parece imposible.

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TEKTON

San Pablo daba respuesta a la pregunta


“¿quién me librará de este cuerpo de muerte?”:
“Gracias doy a Dios por Jesucristo” (Romanos 7:25).
“Él es la solución, Cristo y nadie más; y el Espíritu Santo” […] nos ayuda en
nuestra debilidad” (Romanos 8:26).

Más adelante en la historia de la cristiandad, San Agustín dirá:


“Debes vaciarte de aquello con lo que estás lleno,
para que puedas ser llenado de aquello de lo que estás vacío”.

5 misterios del Manto de Guadalupe


que convertirían a un ateo
https://www.youtube.com/watch?v=nydaseW-jkw

¿Puede el Manto de Guadalupe hacer que un ateo se convierta?


5 signos que lo prueban.

En general, la Virgen María se aparece a hombres y mujeres de fe, y lo hace para


compartir un mensaje particular a sus hijos.

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TEKTON

Esas apariciones, casi sin excepción, vienen acompañadas de signos y prodigios


sobrenaturales que dan sustento al mensaje.
La Virgen utiliza personas para hablarles y pedirles que sean sus mensajeros.
Pero, para que sus palabras sean acogidas con fe y tomadas en consideración, se
acompaña de esas Señales Divinas que dan fuerza al mensaje.

En el caso de la Virgen de Guadalupe, la situación no sólo viene acompañada de un


signo prodigioso, sino de muchos de ellos.
Cabe destacar que, la aparición es en el año 1531.
Desde ese momento hasta nuestros días, científicos de todas las áreas del estudio,
creyentes y escépticos han tenido en sus manos el Manto de Guadalupe y lo han sometido
a decenas de pruebas, para validar lo que se relata oralmente.
Todos, sin excepción, confirman que el Manto y su estampado son de características
sobrenaturales.

Cada vez que es examinado con minuciosidad, se van encontrando nuevos signos de la
mano de Dios obrando milagros. Con estas 5 señales, puede cualquier ateo creer.

I. UNA IMAGEN PINTADA POR AQUEL QUE PINTÓ TODA LA


CREACIÓN

+ La mayoría de las advocaciones marianas que conocemos tienen


una representación corporal de la Virgen, generalmente creada
por manos de un artista y bajo el relato de quien hizo de
vidente o mensajero(a)
+ El caso de la Virgen de Guadalupe es diferente: la imagen que
está grabada sobre la tela es de origen divino, no proviene de
manos humanas
+ La pintó Aquel que pintó la aurora misma

+ San Juan Diego, a quien se apareció la Virgen, le pide dar un


mensaje al obispo, pero éste le pide una prueba de que su
mensaje era real: la Virgen le dice a San Juan Diego que suba a
la colina, tome unas rosas de castilla y se las lleve al obispo; era
diciembre, pero Juan Diego no lo dudó; allí estaban las rosas,
que no eran de temporada; las recogió en su tilma y las llevó al
obispo, como señal de que Ella quería allí un templo
+ La tilma era un poncho o capa que utilizaban los indios pobres
mexicanos, anudada al hombro
+ Cuando Juan Diego está delante del obispo, y suelta la tilma
donde llevaba las rosas, éstas cayeron al suelo; como no era
tiempo de florecimiento de rosas, el obispo comprendió que la
señal era verdadera; pero, para su asombro, en la tilma
apareció estampada la imagen de la Virgen María

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TEKTON

II. UNA SIMPLE TILMA

+ Se han hecho imitaciones con las mejores técnicas y los mejores


materiales, intentando reproducir el manto de San Juan Diego
con la Virgen María estampada
+ Todas las reproducciones que se han hecho, y que en efecto se
han mantenido bajo estrictos cuidados, apenas duran máximo 10
años, en el mejor de los casos; mientras pasan los años, la
calidad de la pintura va desmejorando; pero, en la tilma de la
Guadalupana, parece que los años no pasan, el tejido no se
deteriora y la pintura pareciera cada vez más viva
+ Expertos concluyen que no hay explicación científica para esto,
pues la tela con la que se confeccionó la tilma original era de
origen vegetal, por lo que su duración es precaria

+ Todo ello, sin mencionar que el lugar donde está emplazada la


Basílica de Guadalupe, donde se conserva la tela, es un lugar
altamente húmedo y salino, por la cercanía a un lago; un lugar
corrosivo, donde ni siquiera la madera y los metales se salvan
+ La imagen ha soportado atentados explosivos a metros de ella,
donde todo -incluidas estructuras de hierro y metal- quedó
destrozado; pero la tela, y el vidrio que en ese tiempo no era a
prueba de balas, quedó intacto
+ En otra ocasión, limpiando el marco que sostiene la tela,
derramaron ácido nítrico sobre ésta; bajo circunstancias
normales, dicha acción habría desintegrado la tela, pero nada
de eso ocurrió, aunque el líquido la recorrió de arriba abajo

III. UN LIENZO DE OTRO MUNDO

+ La imagen de la Virgen de Guadalupe está grabada sobre un


tejido de ayate, hecho con fibra de maguey, parecido a la pita
sin preparar; es un tejido muy rústico; incluso, se ve a trasluz, es
transparente a pesar de lo grueso que es el hilo
+ Sus dimensiones son 104 x 160 cms
+ Está formado por dos partes unidas en el medio con una burda
costura vertical, efectuada con un hilo de maguey
+ El pintor Miguel Cabrera, en su libro “La maravilla americana”,
nos dice que la imagen está también en el revés de la tilma; es
imposible que manos humanas hayan pintado esta imagen sobre
este lienzo sin prepararlo previamente con aparejos, apresto o
imprimación, como se dice técnicamente

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TEKTON

+ El pintor Francisco Camps Ribera, de Barcelona, reconocido


mundialmente como experto en técnicas pictóricas, que ha
trabajado en las primeras pinacotecas de España, Italia,
Francia, Bélgica, Holanda, Inglaterra, EEUU y Canadá, examinó
la tela y observó que no estaba preparada para pintar sobre
ella; y concluyó, que ningún artista humano hubiera elegido para
realizar su obra un lienzo de esta calidad sin preparación
+ Los científicos americanos Smith y Callaghan, que trabajaron en
la Nasa, y el pintor Francisco Camps Ribera, en su dictamen
elaborado en 1954, afirman que en la imagen de la Virgen de
Guadalupe no hay huella de pincel
+ Reconocidos químicos han analizado los pigmentos y no son de
origen animal, vegetal, mineral o sintético; es decir: no se sabe e
dónde provienen

IV. LOS OJOS DE LA VIRGEN SON OJOS VIVOS

+ Resumen de esta verdad: oftalmólogos han revisado los ojos


supuestamente pintados sobre la tela, con aparatos clínicos, y lo
que encuentran son ojos vivos, orgánicos, funcionales
+ El doctor Enrique Graue, oftalmólogo de prestigio internacional
y director de un hospital oftalmológico en México, afirmó haber
examinado los ojos de la Virgen María con oftalmoscopio de
alta potencia: “Pude apreciar en ellos profundidad de ojo, como al
estar viendo un ojo vivo”
+ En estos ojos aparece el “efecto Purkinje Sanson”: se triplica la
imagen en la córnea y en las dos caras del cristalino; este
fenómeno, exclusivo del ojo vivo, fue observado en el ojo de la
Virgen de Guadalupe, también por el dr. Rafael Torija, con la
ayuda de un oftalmoscopio, quien lo certifica diciendo: “Los ojos
de la Virgen de Guadalupe dan la impresión de vitalidad”
+ Lo mismo afirman los doctores Guillermo Silva, Ismael Ugalde y
Jaime Palacio

+ Desde el año 1950, los ojos de la Virgen de Guadalupe han


sido examinados por una veintena de oftalmólogos
+ Estudios recientes con microscopia de alta gama aseguran que,
en los ojos de la Virgen de Guadalupe se ven reflejadas las
siluetas de varias personas, tal como cuando miramos en los ojos
de la persona que tenemos al frente y nos vemos reflejados
+ En los ojos de la Guadalupana, está incluso el mismo San Juan
Diego
+ Científicamente, no se puede explicar cómo en un ojo de 7 mms
aparecen 12 figuras humanas

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TEKTON

V. OTROS SIGNOS

+ La tela está apoyada en una estructura metálica, que se


mantiene constantemente a 15º para resguardarla y
perseverarla fresca; pero ésta, cuando es medida, tiene 36º, la
temperatura de un cuerpo humano saludable
+ La tela no se enfría, se mantiene caliente
+ Es curioso que las singularidades del lienzo, por los signos
desiguales, resaltan más el lienzo; por ejemplo: un hilo más
grueso de lo normal pone de relieve el labio superior, y otro el
párpado del ojo derecho

+ Sin importar cuál sea la temperatura ambiente, la imagen se


mantiene a 36º
+ La tilma estuvo 116 años sin ningún vidrio de protección, como se
conserva actualmente
+ Los colores de la imagen, a la fecha, no han perdido la
intensidad descrita en los primeros reportes realizados hace
+400 años
+ Científicamente, no se puede explicar la conservación de la tilma

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TEKTON

5 tipos de oración que podemos hacer


y recomienda la Iglesia
https://www.youtube.com/watch?v=jXDNyJYq0NI

BENDICIÓN Y ADORACIÓN
Catecismo de la Iglesia Católica #2626-2628
La bendición es la conversación que tenemos con Dios, que Lo reconocemos como creador
y soberano.
Bendecimos a Aquel de quien sabemos fluyen todas las bendiciones.
Por otra parte, reconocemos cada momento de nuestro ser y todo lo que pueda abarcar
es un regalo, y por eso lo adoramos.

PETICIÓN
Catecismo de la Iglesia Católica #2629-2633
Probablemente es uno de los tipos más comunes de oración, el que pide.
A veces, incluso, pide por algo relacionado con Dios.
El primer movimiento de la oración de petición es pedir perdón, como el publicano de la
parábola: “Dios, sé propicio a mí, pecador”.
Es una oración justa y pura.

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TEKTON

La humildad confiada nos lleva de nuevo a la luz de la comunión entre el Padre y Su Hijo
Jesucristo, y con los demás, de modo que recibimos de Él todo lo que pidamos.
El perdón es requisito previo, lo que significa que se requiere como condición previa para
que suceda algo, o para que exista.
Es terriblemente arrogante de nuestra parte pensar que podemos hacer lo que nos
plazca, y luego dirigirnos a Dios Todopoderoso por un favor o una bendición.

INTERCESIÓN
Catecismo de la Iglesia Católica #2634-2636
Desde Abraham, la intercesión, pidiendo en nombre de otro, ha sido característica del
corazón conforme a la Misericordia de Dios.
En la era de la Iglesia, la intercesión cristiana participa en Cristo como una expresión de
la comunidad de los santos.
En la intercesión, el que ora pide no sólo a sus propios intereses, sino a los intereses de
los demás, incluso hasta el punto de orar por los que le hacen daño.

ACCIÓN DE GRACIAS
Catecismo de la Iglesia Católica #2637-2638
Al igual que en la oración de petición, cada acontecimiento y toda necesidad pueden
convertirse en una ofrenda de acción de gracias.
Las cartas de San Pablo a menudo comienzan y terminan con acción de gracias y el
Señor Jesús siempre está presente en ella.
Ejemplo: “Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús, por
nosotros”.
En todas las circunstancias podemos encontrar algo qué agradecer a Dios, incluso en las
situaciones que no resultan de la manera que queríamos.

ALABANZA
Catecismo de la Iglesia Católica #2639-2643
La alabanza es la forma de orar que reconoce de manera inmediata que Dios es Dios.
Por la alabanza, el Espíritu se une a nuestro espíritu, para dar testimonio de que somos
hijos de Dios.
La alabanza abarca las otras formas de oración y nos lleva hacia Él.
La alabanza es la oración que cambia tu corazón, tu estado de ánimo y tu mente.
Es la oración que detiene el miedo, la ansiedad y la preocupación: en su lugar, lo
reemplaza con la paz de Cristo.

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TEKTON

Cómo escuchar la voz de Dios


que quiere bendecirte
https://www.youtube.com/watch?v=-jtBYJf01iI

Muchos cristianos se sienten frustrados por el tema de escuchar la voz de Dios.


Creen que no están aptos para sentir la voz de Dios, para guiarlos hacia las bendiciones.

Después de caminar un tiempo con el Señor, comprenderás que Él es la voz suave y


apacible que habla dentro de tu alma.
Él quiere hablar contigo y guiarte hacia las bendiciones, incluso lo quiere más que tú.

Pero se necesita un poco de práctica.


Es decir: entrar en el hábito de preguntar y escuchar, ser consciente de Su Presencia en
ti.
Estés donde estés, presta oído al Espíritu Santo.

PREGUNTA:
Señor, ¿qué voy a hacer en esta situación?

Comienza a practicarlo, con pequeñas cosas: como encontrar algo extraviado, o


preguntar qué camino tomar mientras buscas una dirección en la calle.

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TEKTON

Pronto vas a ser bueno(a) en distinguir Su voz y establecerás un canal firme para que te
lleguen las bendiciones más fluidamente.

¿CÓMO SE PUEDE APRENDER A RECONOCER LA VOZ DE DIOS


CUANDO ESTÁS TOMANDO DECISIONES?
Mira en tu interior.
El Espíritu Santo de Dios está dentro de ti.
El Espíritu Santo es la guía en el interior.
Nuestro objetivo al tomar decisiones debe ser reconocer y seguir la voz del Espíritu Santo.

Juan 10:27
“Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco, y me siguen”.
Nunca olvides esto.
Él te conoce y oye tu voz.
Y porque lo hace, puedes seguir Su dirección.
Luego, hay que escuchar.
Ello significa: parar y pasar tiempo en la Presencia de Dios, leyendo Su Palabra.
Frente al Santísimo Sacramento, en oración.
De modo que seas libre de hablar a Su corazón y dócil a Su conducción.

Si no damos a Dios un lugar para hablar con nosotros, nunca escucharemos Su voz.
El Espíritu Santo es un caballero: no te forzará, ni te interrumpirá en tu vida cotidiana, a
menos que le des permiso.

¿CÓMO SABER QUE ES DIOS QUIEN NOS HABLA?


No es un tema menor.
Muchos cristianos afirman que Dios les dijo que hicieran algo, pero el resultado final de
su decisión resulta realmente malo.

Entonces, ¿cómo saber cuándo es la voz de Dios que nos está guiando?
La manera de estar seguro de que estás escuchando la voz del Espíritu Santo, la voz de
Dios, es pasar tiempo aprendiendo a reconocerla.
Comparar lo que te dice con las Escrituras y la doctrina católica.

¿Cómo llegaste a reconocer la voz de tu padre, tu madre, tus hijos?


Pasaste tiempo con ellos, si nunca hubieras estado con ellos no reconocerías sus voces.

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Es lo mismo con el reconocimiento de la voz de Dios: debes familiarizarte con Su voz,


pasando tiempo con Él.

La voz de Dios no es audible.


Es tu ser interior el que te dará la inspiración del Espíritu de Dios en tu propio espíritu.
Si escuchas cuidadosamente en oración, tú comienzas a experimentar una paz que aleja
la inquietud y el miedo.
Aún en situaciones que dan para tener miedo, como las que han sufrido los mártires, esa
paz es como una sensación aterciopelada en tu espíritu, mientras que el malestar es
áspero.

Debes dejarte llevar por el testimonio interior en las cosas grandes y en las pequeñas.
PREGUNTA:
Espíritu Santo, ¿para dónde debo ir? ¿Qué debo hacer aquí?
Luego, escucharás la respuesta, no inmediatamente, no por una voz audible, sino
mediante una pequeña voz en tu interior, en tu alma, como un soplo que te lleva al lugar
o a la posición correcta.

El Evangelio del día


Septiembre 21 de 2018
https://www.youtube.com/watch?v=RK5Kl-FmVtQ

San Mateo.
En aquel tiempo, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado en el lugar
donde cobraba los impuestos para Roma.
Jesús le dijo: “Sígueme”.
Mateo se levantó y le siguió.

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Sucedió que Jesús estaba comiendo en la casa, y muchos cobradores de impuestos y otra
gente de mala fama, llegaron y se sentaron también a la mesa con Jesús y sus discípulos.
Al ver esto, los fariseos preguntaron a los discípulos:
¿Cómo es que vuestro maestro come con los cobradores de impuestos y los pecadores?
Jesús los oyó y les dijo:
“Los que gozan de buena salud no necesitan médico, sino los enfermos. Id y aprended qué
significan estas palabras de la Escritura: Quiero que seáis compasivo y no que me ofrezcáis
sacrificios. Pues yo, no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”.

Cuando pensamos en la misericordia de Jesús, imaginamos sus gestos con


pobres y abandonados; no pensamos en personas adineradas y poderosas;
sin embargo, Jesús era capaz de incluir a todos en Su corazón compasivo.

De hecho, los cobradores de impuestos no eran precisamente pobres y


débiles: eran personas corruptas que cobraban impuestos para el Imperio
Romano. Jesús hablaba con ellos y compartía la mesa con ellas, intentando
sanar su enfermedad interior, su codicia, su avaricia y su apego al dinero.

No escapaba de su presencia, aunque lo criticaran por estas relaciones,


porque para Él cualquier ser humano tiene un valor inmenso, más allá de la
fealdad de sus pecados.

A quienes cuidan demasiado de su imagen, hasta el punto de huir de


algunas personas para no ser mal vistos, Jesús les invita a recordar cuánto
vale cada ser humano, más allá de todo.

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Un rato con Dios cada día


Oración para pedir perdón a Dios por nuestros pecados, faltas y ofensas
https://www.youtube.com/watch?v=anT6iQ-fdPY

Señor Jesús, Divino Maestro,


me acerco a Tu Presencia
para pedir perdón por mis pecados
antes de ir al Sacramento de la Confesión,
donde sé que, por la gracia sacramental,
perdonarás todas mis faltas y pecados.

Señor, Te he ofendido en diversas ocasiones,


de pensamientos, palabras y obras.
También he pecado contra Ti
al dejar de hacer cosas que debía hacer.

Me duele mucho el haberte ofendido,


porque Tú eres la bondad misma,
porque Tú diste Tu vida por mí,
porque Tú, siendo Dios,
quisiste morir en una Cruz por mí,
para que yo alcanzara la Salvación.
Sin embargo, a pesar de todos los bienes
y dones sobrenaturales y naturales
que he recibido de Tu generosa mano,
a pesar de todo aún sigo pecando.

Tú eres todo Amor para conmigo,


y cuántas veces, Señor, desprecio
ese Amor tan grande que me das.
Señor, medito en las Palabras del Evangelio,
donde se relata Tu Pasión,
y cada vez que peco,
me veo a mí misma crucificándote
en mi propia carne, en mi mismo cuerpo.

Cada vez que peco, Señor,


me veo a mí misma gritando con el pueblo:
“¡Crucifícale!”.

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Señor, cuántas veces quiero hacer el bien


y acabo haciendo el mal.
Cuántas veces quiero ir por la senda de la Salvación
y de repente me doy cuenta que me he desviado del camino.
Mis muchas caídas me recuerdan que debo seguir luchando
por vencer el pecado, pero también me recuerdan
que sin Tu gracia me será imposible perseverar en el bien.

Señor, Te pido perdón


por todos mis pecados,
por cuantas veces Te ofendí.
Y Te ruego, Te suplico,
que me envíes Tu gracia
para no volver a pecar.
Imploro, Señor,
de Tu generosa mano,
Tu perdón y Tu gracia.
Sin ella, no me veo
con fuerzas para seguir
y perseverar en la senda
del bien, de la verdad y de la vida.

Cuantas veces Te he implorado perdón,


me lo has concedido, Señor.
Y sé que cuantas veces Te lo pida,
me lo seguirás concediendo.
Pero necesito de Tu gracia
para no pecar más,
necesito de Tu gracia
para alcanzar la santidad.

Sin Tu gracia, Señor, estoy perdida.


Sin Tu gracia, Señor, estoy desorientada.
Sin Tu gracia, Señor, vivo en la tiniebla y la oscuridad.
Recuerdo aquellas Palabras que nos enseñaste, Señor:
“Perdona nuestras ofensas como también nosotros
Perdonamos a los que nos ofenden”.
Aquí me tienes, implorando Tu perdón.
Y cuántas personas me piden a mí perdón
cuando me ofenden, y no quiero perdonarles,
y no quiero otorgarles mi perdón.
O si les perdono, les digo aquello de:
“perdono, pero no olvido”.
¿Qué perdón es ese, Señor,
del que dice perdonar, pero no olvida?

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Enséñame a perdonar como Tú me perdonas a mí,


haz de mi corazón un corazón misericordioso como el Tuyo.

Señor y Dios mío, ¡cuánta hipocresía hay en mí!


Cuando me acerco un día y otro día a pedirte perdón,
y, sin embargo, yo no soy capaz de conceder mi perdón sincero
a quienes me lo solicitan.
Señor, una vez más, debo pedirte Tu gracia
para que me enseñes a perdonar,
para que me enseñes a olvidar,
para que me enseñes a amar a aquellos que me ha ofendido.

Señor, pido Tu gracia porque soy débil


y la santidad se me hace algo muy pesado si no cuento contigo,
si no cuento con Tu gracia, si no cuento con la fuerza del Espíritu Santo.

Señor mío y Dios mío,


imploro, suplico y te ruego
que envíes sobre mí el Espíritu Santo
y que, con Tu gracia, me instruya
en el interior de mi corazón,
para poder perdonar a quien me ofendió.

Señor, en ocasiones, soy yo quien ofende,


soy yo quien hace daño a otros.
También te tengo que pedir perdón por eso,
hice daño a personas que ahora no quieren hablarme,
no quieren saber nada de mí, se han alejado de mí
por aquello que les hice.
Señor, te ruego que intercedas ante estas personas
para que yo obtenga su perdón como Tú me perdonas.

Señor, ¡cuánto dolor por la indiferencia de aquellos


que se sienten dañados por mí y no quieren perdonarme!
Señor, son personas que amo mucho, que aprecio mucho,
pero que en un momento de debilidad traicioné su confianza.
Yo les fallé, y ahora ellos no quieren tener trato conmigo.
Incluso, Señor, hay una persona que no quiere tener trato conmigo,
que se aleja de mí y desconozco el motivo: no soy consciente
de haber ofendido a este amigo y hermano, sin embargo, me trata
de forma indiferente y distante, y eso, Señor, me duele.

Te pido que intercedas,


para que esta situación con estas personas
cambie al buen camino.

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Señor, que cambie la situación,


pero que cambie también yo,
para no volver a repetir lo mismo
con estas personas que no quieren ahora saber de mí.

Que yo cambie, y que cada día me asemeje más


a Tu Sagrado Corazón.
Haz, Señor, de mi corazón un corazón similar al Tuyo,
un corazón que sepa tratar a los hermanos,
un corazón que sepa perdonar,
UN CORAZÓN QUE SEPA VIVIR LA VIDA
POR EL CAMINO DEL AMOR A DIOS.

Señor, sé que me has perdonado por todo el mal;


ahora quiero hacer el propósito
de ir al Sacramento de la Confesión;
acercarme a un sacerdote
y pedirle que me escuche en confesión,
porque yo sé, Señor, que cuando él me confiesa
eres Tú que me escucha y perdona.

Señor, Te pido la gracia para acercarme


al Sacramento de la Reconciliación en los próximos días.
Hoy mismo, si es posible, y que tome la decisión
de confesarme siempre que sea consciente
de haberte ofendido.

Señor, ¡qué tranquilidad siento en mi alma


después de haber hablado contigo
y de haberte pedido perdón!
Gracias, porque sé que me escuchas.
Me siento escuchado y sólo puedo decirte,
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS, SEÑOR.

Padrenuestro
Avemaría x 3

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El Purgatorio
https://www.youtube.com/watch?v=Sj2E_5xmUEY

Hay personas que dicen que “eso del Purgatorio es un invento de la Iglesia Católica”.
Esto es una contestación a todos aquellos que no creen en el Purgatorio.

En primer lugar, el nombre: PURGATORIO.


Muchos dicen que la palabra no aparece en toda la Biblia.
Correcto, la palabra PURGATORIO no aparece en toda la Biblia.
La palabra purgatorio procede del latín purgatorium = del pasivo del verbo purgare,
que significa purgar o purificar.
La palabra purgatorio la usamos para designar una realidad que aparece en varios
pasajes de la Sagrada Biblia.
Es decir: la palabra NO aparece en la Biblia, pero eso a lo que nos referimos cuando lo
usamos SÍ aparece.

1 Corintios 3:11-15:
Aquí San Pablo habla del Purgatorio
“Cada uno, que mire cómo edifica. Que, en cuanto al fundamento, nadie puede poner
otro, sino el que está puesto, que es Jesucristo. Si sobre este fundamento uno edifica
oro, plata, piedras preciosas, o madera, heno, paja, su obra quedará de manifiesto,
pues en su día el fuego lo revelará y probará cuál fue la obra de cada uno.

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Aquel cuya obra subsista, recibirá el premio; y aquel cuya obra sea consumida, sufrirá
daño; él, sin embargo, se salvará, pero como quien pasa por el fuego”.

En este pasaje, San Pablo está hablando del juicio particular.


Es decir: del juicio que tendremos c/u de nosotros después de muerto.
En esta Escritura, San Pablo habla de aquellos que cimentaron su vida en Jesucristo =
aquellas personas que pusieron a Jesucristo en el centro de sus pensamientos, de sus
obras, de su corazón y de su vida.
Estas personas han alcanzado la Salvación, van a ir al Cielo, pero antes [nos dice San
Pablo] sus obras deberán pasar por el fuego para ser probadas.

Algunas obras serán tan buenas, que recibirán de forma inmediata la recompensa, es
decir: irán rápidamente al Cielo. Son esas obras que son oro, plata y piedras preciosas.
En cambio, otros, los de la madera, el heno y la paja, dice San Pablo que “sufrirán daño”.

¿Qué está diciendo San Pablo?


Están salvados, van a ir al Cielo, pero antes de entrar sufrirán daño, pero igualmente
serán salvos, porque irán al Cielo, aunque vayan más tarde.
ESTO ES EL PURGATORIO.

El Purgatorio aparece en muchos otros sitios de la Biblia:

2 Macabeos 12:44-45:
“Judas Macabeo y su ejército fueron a recoger los cadáveres de los que habían caído,
y depositarlos con sus parientes en los sepulcros de sus padres. Entonces, encontraron
bajo las túnicas de cada uno de los muertos, objetos consagrados a los ídolos de
Yamnie, que la ley prohíbe a los judíos. Fue entonces evidente para todos, por qué
motivo habían sucumbido aquellos hombres. Bendijeron, pues, todas las obras del
Señor, juez justo, que manifiesta las cosas ocultas, y pasaron a la súplica, rogando
que quedara completamente borrado el pecado cometido. El valeroso Judas
recomendó a la multitud que se mantuvieran limpios de pecado a la vista de lo
sucedido, por el pecado de los que habían sucumbido.
Después de haber reunido entre sus hombres cerca de dos mil dracmas, las mandó a
Jerusalén, para ofrecer un sacrificio por el pecado, obrando muy hermosa y
noblemente, pensando en la resurrección”.

El hecho es innegable:
los judíos creían en la oración por los pecados de los muertos y de los vivos, para que se
les perdonaran los pecados.

Mateo 12:32:
“Quien hablare contra el Hijo del hombre, será perdonado.
Pero quien hablare contra el Espíritu Santo, no será perdonado ni en este siglo ni en
el venidero”.

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La afirmación de Cristo supone que, hay al menos algunos pecados que se pueden
perdonar en la otra vida.
Es decir: hay pecados y culpas que se perdonan una vez muerto.
Esto sucede en el PURGATORIO.

Mateo 5:24-25:
“Deja allí tu ofrenda ante el altar.
Ve primero a reconciliarte con tu hermano, y luego vuelve a presentar tu ofrenda.
Muéstrate conciliador con tu adversario mientras vas con él por el camino, no sea que
te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas puesto en prisión. Que en verdad te
digo, que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo”.

Aquí también se ve presente el Purgatorio, de donde no salimos hasta no haber pagado


el último centavo por nuestras culpas y pecados.

Los católicos creemos que el sacrificio de Cristo es suficiente.


Es lo que nos da la Salvación.
Sabemos que la justificación nos fue merecida por la Pasión de Cristo, que se ofreció en
la Cruz como Hostia viva, santa y agradable a Dios, y cuya Sagrada Sangre vino a ser
instrumento de propiciación por los pecados de todos los hombres.
Cristo es la expiación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino por los
pecados del mundo entero.

Lo que decimos los católicos es lo que enseña la Biblia.


Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados,
aunque están seguros de su eterna salvación, sufren una purificación después de su
muerte, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del Cielo.

En conclusión:
+ La salvación nos viene por el sacrificio de Cristo en la Cruz. Si morimos en
la gracia de Dios, nos salvamos gracias a los méritos de Jesucristo.
+ Al Purgatorio sólo va gente que está salvada, gente que muere en gracia,
pero que debemos ser coherentes con las Escrituras, en especial con la 1
Corintios 3:11-15, que habla de una purificación antes de entrar en la
Salvación. No podemos afirmar que, San Pablo, por decir esto, esté
afirmando de alguna forma que no cree en la eficacia del sacrificio de
Cristo.
+ Es cierto que la palabra PURGATORIO no aparece en la Biblia, pero que
lo significado por este término sí es una doctrina totalmente bíblica. En este
sentido podemos decir que, el nombre es totalmente accidental; lo
importante es lo que se quiere decir con él, una doctrina totalmente bíblica.
Negarla, es negar la revelación de las Escrituras.

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