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ARGENTINA
Y BRASIL EN LA DÉCADA DE 1990.
Juan Carlos Berchansky
jcbercha@gmail.com
Argentina-Brasil
UNICAMP/UNIMEP
INTRODUCCIÓN
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Al hablar de Educación Básica nos referimos al conjunto de la educación que reciben los niños y jóvenes hasta
los 17 años, aproximadamente: educación infantil, educación fundamental y media en el Brasil; educación
inicial, Educación General Básica (EGB, ex primaria) y polimodal (ex secundario) en Argentina.
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Azevedo, Fernando de A educação entre dois mundos. São Paulo: Ed. Melhoramentos. Citado por Oliveira,
1999: 21.
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LA RECONFIGURACION NEOCONSERVADORA.
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Cfr. Harvey, op. cit. y Aguilar (2000).
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La transferencia neta de recursos desde la región al resto del mundo estuvo en el orden de los 220 mil millones
de dólares (Ferrer, 2001: 21).
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Cfr. Berchansky, 2002: 17-18.
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El decálogo del Consenso de Washington, impuesto por los OIC a los países deudores, se compone por medidas
tales como el equilibrio presupuestario mediante la reducción del gasto público, apertura comercial,
liberalización financiera, desregulamiento de los mercados eliminando la intervención del Estado y privatización
de las empresas de servicios públicos (Soares en Silva Jr. y Sguissardi, 1999: 26).
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Aguilar (2000) lo caracterizará muy gráficamente como "Estado desertor".
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En relación a América Latina, los datos comparativos provistos por organismos de las Naciones Unidas, como
la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) o por OIC como el Banco Interamericano de Desarrollo
(BID), referentes al aumento de la pobreza y la exclusión en el curso de la década del 90 son tan concluyentes
que nos eximen de mayores comentarios. Cfr, por ejemplo, Minsburg, 1999: 18 y 29.
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1992, Santiago de Chile.
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1996, Madrid, Santillana Ediciones UNESCO.
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“Con más de 50 años de experiencia, 178 países miembros y una cartera de préstamos anuales de unos
23.000 millones de dólares, el Banco Mundial tiene en los países en desarrollo un impacto considerable,
sobre todo si se recuerda que generalmente opera en tándem con el Fondo Monetario Internacional, severo
vigia de las finanzas nacionales” Miguel Soler Roca (1997) El Banco Mundial metido a educador, en Revista
de la Educación del Pueblo, Montevideo, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Citado por
Rivero, 1999, nota 9: 211.
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Banco Mundial, 1995: XXIII. Citado por Coraggio, 1997: 11.
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No nos proponemos, sin embargo, convertir al BM en un deus ex machina. Coincidimos con Cury en que el
préstamo externo "veio acompanhado de critérios contratuais (nem sempre transparentes) e mesmo de
metodologias já predefinidas" pero también que puede existir resistencia de parte de los Estados, nutrida, en el
caso del Brasil, por el peso de sus programas de posgraduación (2002: 179-180). No sería igual al caso de la
Argentina, como lo demuestra la reformulación de su educación superior siguiendo los lineamientos del BM, a
partir del dictado de la Ley de Educación Superior (Cfr. Krotsch, 1997: 185; Cano, 1998: 11-12). Después de
analizar críticamente la acción del BM en el terreno educativo, Rivero también destaca que "en algunos casos,
las propuestas originales del BM fueron modificadas gracias a la competencia de los equipos nacionales o a las
decisiones políticas" (1999: 216).
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Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento. Banco Mundial. El financiamiento de la educación en los
países en desarrollo. Opciones de politica. Washington, 1886. Citado por Almandoz, 2000: 143.
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Banco Mundial (1996) Prioridades y estrategias para la educación: Examen del Banco Mundial. Washington
(versión en castellano. Citado por Torres, 1999: 85.
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Un análisis más detallado de las políticas del BM referidas a la educación exceden el marco del presente
trabajo. Cfr., por ejemplo: Coraggio, 1997; Torres, 1997; Tommasi et al , 2000; Berchansky, 2002.
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FINANCIACIÓN
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como mínimo a razón del 20 por ciento anual a partir del presupuesto
1993; o se considerará un incremento del 50 por ciento en el
porcentaje (base 1992. 4 por ciento) del producto bruto interno (base
1992: 153.004.900.000), destinado a educación en 1992. En cualquiera
de los dos casos, se considerará a los efectos de la definición de los
montos la cifra que resultare mayor.
Es necesario confrontar con la realidad a un texto legal de apariencia
tan prometedora. La base 1992 es muy baja y no se prevé ningún
procedimiento de ajuste a moneda constante, tampoco existe mecanismo
alguno que asegure la provisión de los fondos. Lo que ha ocurrido, durante las
dos presidencias de Menem, es que la educación ha seguido la misma suerte
que el resto del gasto público, signado por sucesivos ajustes, cada vez que fue
necesario firmar un nuevo compromiso con el FMI. En 1997 “ya hay un
desfasaje de $ 4.600 millones entre lo legal y lo real” (Lorenzo, 1997: 28).
“Según los presupuestos elaborados y aprobados para estos últimos años, en
los niveles nacional y jurisdiccional, no parece posible cumplir con ese
objetivo de crecimiento” (Almandoz, 2000: 132). En verdad, después del
proceso de transferencia el Estado Nacional se ha desresponsabilizado de la
educación y las provincias han tenido que asumirla sin contar con los recursos
imprescindibles, en un contexto de gran penuria financiera. En el año 1997 las
provincias respondían por el 75,4% de la financiación del sistema educativo,
los municipios por el 1,7% y la Nación por el 22,8%, volcado principalmente
hacia las universidades 2 3 .
El financiamiento de la educación en el Brasil tiene jerarquía
constitucional, con una larga tradición de vinculación de recursos 2 4 . En
general, esta vinculación se ha mantenido durante los gobiernos democráticos.
La Constitución de 1988 ha establecido en 18% y 25%, respectivamente,
el porcentaje de la recaudación de sus impuestos que la Nación por un lado, y
los Estados y Municipios por el otro, deben dedicar como mínimo al
financiamiento de la educación. (Art. 212).
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Fuente: CONSUDEC (4º miércoles de octubre de 1998): 26 (398).
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"Em 1834, através do Ato Adicional à Constituição Imperial, é determinado que as escolas públicas primárias
e secundárias passassem às Províncias do Império, destinando-se recursos, cuja fonte atrelada aos impostos
sobre a produção e circulação de bens econômicos" (UNDIME 1997: 11).
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Cfr. Oliveira, 2002, 11; Monlevade y Ferreira, 1998; Silva, Gil y Di Pierro, 2002; Callegari, 2002 .
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“Para que se estabeleça um mercado educacional (...) são necessários elementos que permitam estabelecer
um ranking educacional. Ora, o estabelecimento de uma tal hierarquização só é possível com a implantação
de um currículo nacional em relação ao qual se possa efetuar as medições que levam à essa classificação”
(Faculdade de Educação da Universidade Federal do Rio Grande do Sul, 1996: 135).
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CONCLUSIONES
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Betancur, 2001: 6-11; Bresser Pereira y Spink, 1998: 7-13; Cardoso F. H. en Bresser Pereira y Spink, 1998:
15-19.
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