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Anatomía[editar]

Lóbulo frontal: Situado en la parte anterior, por delante de la cisura de Rolando. Este da la
capacidad de moverse (corteza motora), de razonar y resolución de problemas, parte del
lenguaje y emociones.
Lóbulo parietal: Se halla por detrás de la cisura de Rolando y por encima de la cisura lateral;
por detrás limita con la imaginaria cisura perpendicular externa. Encargado de las
percepciones sensoriales externas (manos, pies,
etc.): sensibilidad, tacto, percepción, presión, temperatura y dolor.
Lóbulo occipital: Es el casquete posterior cerebral, que en muchos animales tiene límites
bien definidos, pero que en el hombre ha perdido su identidad anatómica. Encargado de la
producción de imágenes.
Lóbulo temporal: Localizado por delante del lóbulo occipital, por debajo y detrás de la cisura
de Silvio, (aproximadamente detrás de cada sien), desempeña un papel importante en tareas
visuales complejas como el reconocimiento de caras. Está encargado de la audición, equilibrio
y coordinación. Es el «centro primario del olfato» del cerebro. También recibe y procesa
información de los oídos, contribuye al balance y el equilibrio, y regula emociones y
motivaciones como la ansiedad, el placer y la ira.
Ínsula: Es un lóbulo que está escondido o enterrado, situado bajo el surco lateral en el lóbulo
temporal. Si quitásemos esta zona de la corteza cerebral, veríamos que hay aún más cerebro
con esta estructura. En otras palabras, la ínsula se clasifica como el lóbulo escondido del
cerebro.
Lóbulo Límbico: Es un lóbulo que es más estructural que funcional, en el sentido que
atraviesa las uniones del lóbulo frontal, parietal y temporal. Comprende el Giro Cingulado, que
está separado del resto de la corteza cerebral por el Surco Cingulado. El lóbulo límbico
continúa hacia el lóbulo temporal hasta el Giro Parahipocampal, el cual se combina con el giro
cingulado para formar el lóbulo límbico. Esto forma casi un círculo completo, que en latín es un
limbo.

Funciones de los lóbulos cerebrales[editar]


Cada uno de estos 6 lóbulos tienen funciones ligeramente distintas:

 Lóbulo frontal, está implicado principalmente para funciones ejecutivas, de personalidad


y de toma de decisiones
 Lóbulo parietal, con el Giro Poscentral, es la Corteza Sensorial Primaria y también hay
mucha corteza de asociación en esta zona.
 Lóbulo temporal, es la Corteza Auditiva Primaria, la zona donde escuchamos. Las
vibraciones entran por el oído, pero realmente no se oyen hasta que esas señales
alcanzan la corteza temporal.
 Lóbulo occipital, es la Corteza Visual Primaria, que es donde realmente vemos.
 Ínsula, probablemente dedicada al procesamiento del dolor y recibe muchas señales de
sensaciones asociadas a las vísceras, órganos, intestinos, corazón, etc.
 Lóbulo límbico está relacionado con las emociones y estados de alerta como poner
atención al entorno; con la motivación; y con los procesos de aprendizaje y memoria en
el hipocampo, que está localizado en la zona del giro parahipocampal.

Puntos de referencia de los lóbulos[editar]


En la anatomía gruesa del cerebro hay unos puntos de referencia que marcan cada uno de
estos lóbulos cerebrales:

 Fisura lateral o cisura de Silvio, que separa el lóbulo frontal del temporal
El hipocampo cerebral se ubica en el lóbulo temporal (una de las estructuras
cerebrales superiores) pero también forma parte del sistema límbico y está
implicado en funciones de las estructuras inferiores.

Hoy en día está bien documentado que las principales funciones que
desempeña están relacionadas con los procesos cognitivos. De hecho, el
hipocampo es mundialmente reconocido como la estructura principal de
la memoria.

Sin embargo, se ha demostrado cómo esta región desempeña dos


actividades más a parte de los procesos de memorización: la inhibición de la
conducta y la orientación espacial.

Historia del hipocampo


El hipocampo, del latín hippocampus, fue descubierto en el siglo XVVI por el
anatomista Giulio Cesare Aranzio.

Debe su nombre a la apariencia de su estructura, la cual se asemeja a la


forma del caballito de mar, hipocampo.

En un inicio se produjo cierta controversia sobre la anatomía de esta región


del cerebro y se le proporcionaron distintos nombres como «gusano de seda»
o «asta de carnero».

Así mismo, se propuso la existencia de dos regiones distintas del hipocampo:


«hipocampo mayor» e «hipocampo menor».

En la actualidad se ha desestimado esta subdivisión del hipocampo y este se


cataloga como una estructura única.

Por otro lado, en su descubrimiento, el hipocampo fue relacionado con el


sentido del olfato, y se defendía que esta estructura cerebral se encargaba
de procesar y registrar los estímulos olfativos.

De hecho, no fue hasta el año 1900 cuando, de la mano de Vladimir Béjterev,


se demostró el funcionamiento real de la estructura y se empezó a investigar
las funciones de memoria que realiza el hipocampo.
Anatomía del hipocampo

El hipocampo constituye una región cerebral que se localiza en el extremo


de la corteza.

Específicamente, trata de una zona donde el córtex que se estrecha en una


capa única de neuronas densamente empaquetadas.

De este modo, el hipocampo es una pequeña región en forma de S que se


encuentra en el borde inferior de la corteza cerebral, y que comprende
porciones ventrales y dorsales.
Debido a su localización, forma parte del sistema límbico, es decir, del grupo
de regiones que se encuentran en la región que limita con la corteza cerebral,
e intercambia información con distintas regiones cerebrales.

Por un lado, la mayor fuente de aferencias del hipocampo es la corteza


entorrinal y se encuentra fuertemente conectada con un gran número de
regiones de la corteza cerebral.

Específicamente, parece que el hipocampo guarda una estrecha relación con


el córtex prefrontal y el área septal lateral.

La conexión del hipocampo con estas zonas de la corteza explica gran parte
de los procesos cognitivos y las funciones de memoria que desempeña la
estructura.

Por otro lado, el hipocampo también se encuentra conectado con las regiones
inferiores del cerebro.

En este sentido, se ha demostrado como esta región recibe inputs


moduladores de los sistema serotoninérgico, dopaminérgico y de la
norepinefrina, y está fuertemente conectada con el tálamo.

Fisiología del hipocampo


El hipocampo funciona mediante dos modos de actividad, cada uno de ellos


con un patrón distinto de funcionamiento y con la participación de un grupo
específico de neuronas.

Estos dos modos de actividad son las ondas theta y los patrones mayores de
actividad irregular (LIA).

Las ondas theta aparecen durante los estados de alerta y actividad, así como
durante la fase REM del sueño.

Durante este tiempo, es decir, cuando estamos despiertos o en la fase de


sueño REM, el hipocampo funciona mediante ondas largas e irregulares
producidas por las neuronas piramidales y las células granulosas.

Por su parte, la LIA aparece durante el sueño (excepto en la fase REM) y en


los momentos de inmovilidad (cuando comemos y descansamos).

Así mismo, parece ser como las ondas lentas angulares son las que mayor
relación guardan con los procesos de memoria.
De este modo, los momentos de descanso serían claves para que el
hipocampo pueda almacenar y retener la información en sus estructuras
cerebrales.

Funciones del hipocampo

Como hemos comentado, la hipótesis inicial de que el hipocampo realizaba


funciones relacionadas con el sentido del olfato ha quedado desbancada.

De hecho, se demostró la falsedad de esta posible función del hipocampo y


se ha evidenciado como, a pesar de que esta región recibe aferencias directas
del bulbo olfatorio, no participa en el funcionamiento sensitivo.

Con el paso de los años, se fue relacionando el funcionamiento del hipocampo


con el desempeño de funciones cognitivas.

En la actualidad, la funcionalidad de esta región se centra en tres aspectos


principales: la inhibición, la memoria y el espacio.
La primera de ellas surgió a los años 60 mediante la teoría de la inhibición
de la conducta de O’keefe y Nadel.

En este sentido, la hiperactividad y la dificultad de inhibición observada en


animales con lesiones en el hipocampo desarrolló esta línea teórica y
relacionó el funcionamiento del hipocampo con la inhibición conductual.

Por lo que respecta la memoria, se empezó a relacionar a raíz del famoso


artículo de Scoville y Brenda Milner, en el que se describía cómo la
destrucción quirúrgica del hipocampo en un paciente con epilepsia le provocó
amnesia anterógrada y una gravísima amnesia retrograda.

La tercera y última función del hipocampo se inicio mediante las teorías de


los «mapas cognitivos» de Tolman’s y el descubrimiento de O’Keefe de que
las neuronas en el hipocampo de las ratas parecían mostrar una actividad
relacionada con la localización y la situación espacial.

Hipocampo e inhibición

El descubrimiento del papel del hipocampo en la inhibición conductual es


bastante reciente. De hecho, esta función todavía está en fase de
investigación.

En este sentido, los últimos estudios se han centrado en examinar una región
específica del hipocampo llamada hipocampo ventral.

En la investigación de esta pequeña región, se ha postulado que el hipocampo


podría tener un papel importante tanto en la inhibición conductual como en
el desarrollo de la ansiedad.

El estudio más importante sobre estas funciones fueron realizados hace


pocos años por Joshua A. Gordon.
El autor registró la actividad eléctrica del hipocampo ventral y la corteza
prefrontal medial en ratones al explorar distintos entornos, algunos de los
cuales provocaban respuestas de ansiedad a los animales.

El estudio se centró en buscar la sincronización de la actividad cerebral entre


las regiones del cerebro, ya que este factor constituye un singo de
transferencia de información.

Cómo el hipocampo y la corteza prefrontal están conectados, la


sincronización se hizo patente en todos los entornos en lo que se exponía a
los ratones.

Sin embargo, en las situaciones que producían ansiedad a los animales, se


observó que se incrementaba la sincronización entre ambas partes
cerebrales.

Así mismo, también se demostró cómo la corteza prefrontal experimentaba


un aumento de la actividad del ritmo theta cuando los ratones se
encontraban en entornos que les producían respuestas de miedo o ansiedad.

Este aumento de la actividad theta se relacionó con una notable disminución


del comportamiento de exploración de los ratones, por lo que se concluyó
que el hipocampo es la región encargada de transmitir la información
necesaria para inhibir ciertas conductas.

Hipocampo y memoria

A diferencia del papel que juega el hipocampo en la inhibición, hoy en día


existe un elevado consenso científico en afirmar que esta región constituye
una estructura vital para el funcionamiento y el desarrollo de la memoria.

Principalmente, se defiende que el hipocampo es la estructura cerebral que


permite la formación de nuevos recuerdos de los acontecimientos
experimentados, tanto episódicos como autobiográficos.

De este modo, se concluye que el hipocampo es la zona del cerebro que


permite el aprendizaje y la retención de la información.

Estas hipótesis han quedado ampliamente demostradas tanto por múltiples


investigaciones neurocientíficas como, sobre todo, por la sintomatología que
produce las lesiones en el hipocampo.

En este sentido, se ha mostrado cómo lesiones severas en esta región


producen profundas dificultades en la formación de nuevos recuerdos y a
menudo afecta también a los recuerdos formados antes de la lesión.
No obstante, el papel principal del hipocampo en la memoria reside más en
el aprendizaje que en la recuperación de información previamente
almacenada.

De hecho, se sustenta que cuando las personas formamos un recuerdo, este


primeramente queda almacenado en el hipocampo pero con el paso del
tiempo la información accede a otras regiones de la corteza temporal.

Así mismo, el hipocampo no parece ser una estructura importante en el


aprendizaje de competencias motoras o cognitivas (cómo tocar un
instrumento o resolver acertijos lógicos).

Este hecho pone de manifiesto la presencia de distintos tipos de memoria,


las cuales están regidas por diferentes regiones cerebrales, por lo que el
hipocampo no abarca todos los procesos mnésicos al completo pero sí buena
parte de ellos.

Hipocampo y orientación espacial

Ciertas investigación realizadas en cerebros de ratas han puesto de


manifiesto que el hipocampo contiene una serie de neuronas que tienen
«campos de lugar».

Esto quiere decir que un grupo de neuronas del hipocampo desencadenan


potenciales de acción (transmiten información) cuando el animal pasa por un
sitio concreto de su entorno.

Así mismo, Edmund Rolls describió cómo ciertas neuronas del hipocampo se
activan cuando el animal focaliza su mirada en ciertos aspectos de su
entorno.
De este modo, los estudios con roedores han puesto de manifiesto que el
hipocampo podría ser una región vital en el desarrollo de la capacidad de
orientación y la memoria espacial.

En humanos los datos son mucho más limitados debido a las dificultades que
plantea este tipo de investigaciones.

Sin embargo también se encontraron «neuronas de lugar» en sujetos


con epilepsia que realizaban un procedimiento invasivo para localizar la
fuente de sus ataques.

En el estudio se colocaron electrodos en el hipocampo de los individuos y


posteriormente se les pedía que emplearan un ordenador para desplazarse
en un entorno virtual que representaba una ciudad.

Hipocampo y enfermedades relacionadas


Cómo hemos visto, las lesiones en el hipocampo producen una serie de
síntomas, la mayoría de ellos relacionados con la pérdida de memoria y
sobretodo la disminución de la capacidad de aprendizaje.

No obstante, los problemas de memoria originados por lesiones severas no


son las únicas enfermedades relacionadas con el hipocampo.

De hecho, 4 enfermedades importantes parecen tener algún tipo de


vinculación con el funcionamiento de esta región cerebral. Estas son:

Degeneración cerebral

Cerebro de paciente con Alzheimer.


Tanto el envejecimiento normal como patológico del cerebro parece estar
estrechamente relacionado con el hipocampo.

De este modo, los problemas de memoria relativos a la edad o la disminución


de las capacidades cognitivas que se experimentan durante la vejez, se
relacionan con una decremento de la población neuronal del hipocampo.

Esta relación se hace mucho más notoria en enfermedades


neurodegenerativas como el Alzheimer, en la que se observa una muerte
masiva de las neuronas de esta región cerebral.

Estrés

El hipocampo contiene elevados niveles de receptores de los


mineralocorticoides, por lo que esta región resulta muy vulnerable al estrés.

El estrés puede afectar al hipocampo reduciendo la excitabilidad, inhibiendo


la génesis y produciendo atrofias de algunas de sus neuronas.

Estos factores explican los problemas cognitivos o los fallos de memoria que
podemos experimentar cuando estamos estresados, y se hacen
especialmente notorios entre las personas que padecen un trastorno de
estrés postraumático.

Epilepsia

El hipocampo es con frecuencia el foco de los ataques epilépticos. La


esclerosis del hipocampo es el tipo más comúnmente visible de daño tisular
en la epilepsia del lóbulo temporal.

No obstante, no está claro si la epilepsia se produce debido a anormalidades


en el funcionamiento del hipocampo o si los ataques epilépticos producen
anormalidades en el hipocampo.

Esquizofrenia

La esquizofrenia es una enfermedad del neurodesarrollo que implica la


presencia de numerosas anormalidades en la estructura cerebral.

La región más asociada con la enfermedad es la corteza cerebral, sin


embargo, el hipocampo también podría resultar importante, ya que se ha
mostrado como muchos sujetos con esquizofrenia presentan una disminución
notables del tamaño de esta región.

Vídeo explicativo
Referencias

1. Burgess N, Maguire EA, O’Keefe J. The human hippocampus and


spatial and episodic memory. Neuron 2002; 35:625–41.
2. Chicurel ME, Harris KM Three-dimensional analysis of the structure
and composition of CA3 branched dendritic spines and their synaptic
relationships with mossy fiber boutons in the rat hippocampus. J
Comp Neurol 1999; 325: 169-82.
3.

LJ, Fusi S, Hen R. Adult neurogenesis in the mammalian


hippocampus: Why the dentate gyrus? Learn Mem 2013; 20: 710-29.

4. Hales JB, y col. Medial entorhinal cortex lesions only partially disrupt
hippocampal place cells and hippocampus-dependent place memory.
Cell Rep 2014; 9: 893-01.
5. Keefe JO, Nadel L. The hippocampus as a cognitive map. Oxford:
Clarendon Press. 1978.
6. Kivisaari SL, Probst A, Taylor KI. The Perirhinal, Entorhinal, and
Parahippocampal Cortices and Hippocampus: An Overview of
Functional Anatomy and Protocol for Their Segmentation in MR
Images In fMRI. Springer Berlin Heidelberg 2013. p. 239-67.
7. Witter MP, Amaral DG. Entorhinal cortex of the monkey: V projections
to the dentate gyrus, hippocampus, and subicular complex. J Comp
Neurol 1991; 307:437-59.

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Marcel Gratacós
http://psicoaction.com/
Graduado en Psicología y Máster en Psicopatología Clínica del Adulto.

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Tipos de memoria
Como ya se puede intuir por la propia definición de memoria, consiste en una función cognitiva
extremadamente compleja. No sólo implica una gran cantidad de estructuras cerebrales, sino
que también actúa en la mayoría de situaciones cotidianas. Por esto, se han creado diferentes
teorías y divisiones acerca de esta habilidad cognitiva. Podemos dividir los tipos de memoria
en función de diferentes criterios:
 En función del tiempo que permanece la información en el sistema: En este caso
hablaríamos de la memoria sensorial, de la memoria a corto plazo, de la memoria de
trabajo y de la memoria a largo plazo. La memoria sensorial retendría la información
durante un par de segundos, mientras que, en el polo opuesto, la memoria a largo plazo
puede almacenar la información durante un tiempo prácticamente ilimitado. Todos estos
tipos de memoria trabajan de manera coordinada para que el sistema funcione
correctamente.
 En función del tipo de información: Podemos decir que la memoria verbal se encarga
de retener información con contenido verbal (aquello que leemos o las palabras que
escuchamos), mientras que la memoria no verbal es la que maneja el resto de información
(imágenes, sonidos, sensaciones, etc.).
 En función del órgano sensorial empleado: Dependiendo del sentido estimulado,
hablamos de memoria visual (visión), memoria auditiva (audición), memoria olfativa (olfato),
memoria gustativa (gusto) y memoria háptica (tacto).

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