Вы находитесь на странице: 1из 10

Un museo sin vitrinas en la selva

ecuatorial. La exposición
de una experiencia
Alba Valenciano Mañé
Llorenç Picornell Gelabert
Alba Valenciano Mañé. Departamento e Antropologia Cultural e Historia
de América y África, Universidad de Barcelona (ceiba). [albavalenciano@ub.edu]

Llorenç Picornell Gelabert. Departamento de Prehistoria, Historia Antigua


y Arqueología, Universidad de Barcelona.

resumen abstract

En este artículo tratamos de apuntar una serie In this article we present our impressions in
de impresiones en relación a una primera expo- relation to a particular case, a museum of
sición de un caso concreto, un museo de cultura Fang material culture in a village of Equatorial
material fang en un pueblo de Guinea Ecuato Guinea (Central Africa). It presents a group
rial. Este reúne una serie de características que lo of characteristics which turns it into an «un-
convierten en un museo «poco convencional». conventional museum». We briefly present the
Presentamos una breve explicación del contexto context of the museum, we describe its his-
del museo, su trayectoria, sus especificidades y tory, its characteristics and the development
el desarrollo de una visita. Finalmente, plantea- of a visit. Finally, we propose some ideas that
mos una serie de cuestiones que nos parecen es- we consider that they could enrich the debate
timulantes para el enriquecimiento del debate en about the heritage activation and the museo-
torno a los procesos de patrimonialización y al logy of the material culture of non-occiden-
tratamiento museológico de la cultura material tal cultures in the context of the globalization
de pueblos no occidentales en el marco de los processes and the affirmation of post-colonial
procesos de globalización y de afirmación de las identities.
identidades poscoloniales.

palabras clave: patrimonio cultural, cultura keywords: cultural heritage, Fang material cul-
material fang, Guinea Ecuatorial, identidades ture, Equatorial Guinea, post-colonial identities.
poscoloniales.

Introducción 2008.1 Nuestro objetivo es presentar un caso que, a


El artículo que presentamos constituye un primer nuestro parecer, presenta unas características par-
documento para la reflexión en torno a un caso ticulares que lo distinguen de las fórmulas de ac-
particular, el de la existencia de un museo de cul- tivación patrimonial habitualmente analizadas. El
tura material fang en una pequeña localidad de
Guinea Ecuatorial. La información que aquí se 1 Agradecemos enormemente a Felipe Osá y a Jesús
presenta es fruto de una primera visita al lugar y Ndong su cálida acogida en nuestra visita a Bidjabidján así
de una entrevista a Felipe Osá, autor único y res- como su predisposición para mostrarnos algunos de los
ponsable del museo, realizada en el mes de julio del secretos de su museo.

Hermes, n.º 1, 2009, pp. 67-76, ISSN 1889-5409 67

Hermes 1 pp. 9-76.indd 67 11/5/09 11:16:09


MONOGRAFÍAS

análisis de casos como el de Felipe Osá nos permite académico su presencia es prácticamente nula.
reflexionar sobre distintos aspectos de la natura- Los historiadores han reconocido varias veces las
leza del patrimonio, entendido como construcción dificultades de trabajar sobre Guinea, probable-
social y como vehículo de representación y recreación mente el país que ha generado menos bibliografía
de identidades y memorias colectivas. de toda África (Nerín, 1998). Asimismo, su presen-
Para esta primera aproximación al estudio del cia en los medios de comunicación es esporádica.
caso, hemos considerado necesario realizar unas Con esta escasa presencia social de Guinea
breves pinceladas sobre el contexto y el entorno del en la exmetrópoli, era de esperar también una
museo (la realidad histórica y socioeconómica de nula relevancia en el debate para la «(in)diges-
Guinea Ecuatorial). Posteriormente, exponemos, tión» del colonialismo español en la era poscolo-
también de forma general, la posición que la cul- nial. El discurso oficialista sigue afirmando que
tura material fang ha ocupado en los museos me- el colonialismo español difiere en gran medida
tropolitanos. A continuación, procedemos a la breve del de otras metrópolis, como Francia, Gran Bre-
descripción del museo y del desarrollo de una visita. taña o Bélgica. Se considera que la empresa colo-
Finalmente, exponemos unas primeras sugerencias nial española reproduce el espíritu humanista del
interpretativas orientadas a la reflexión sobre el con- descubrimiento del Nuevo Mundo y que desde
cepto de patrimonio cultural y sobre su papel en la entonces España ha intervenido en sus colonias
representación de identidades poscoloniales. principalmente para difundir la civilización y
mejorar las condiciones de vida de los pueblos
Guinea Ecuatorial: un país sin museos sometidos, inspirada en la obra de autores como
Guinea Ecuatorial es un pequeño Estado localizado fray Bartolomé de las Casas. Es un discurso re-
en la región atlántica de África central, al sur de Ca- currente que aparece tanto en los cortometrajes
merún y al norte y oeste de Gabón. Este país, pro- de propaganda franquista de los años cincuenta
bablemente de los menos conocidos desde nuestra (Ortín y Pereiró, 2007) como en una reciente en-
perspectiva, se divide en una serie de territorios in- trevista a Manuel Fraga Iribarne, ministro del
sulares (Bioko, antigua Fernando Poo, donde se en- Gobierno franquista que «entregó» la indepen-
cuentra la capital, Malabo, antigua Santa Isabel; Co- dencia a la República de Guinea Ecuatorial el 12 de
risco y las Elobeyes, frente al estuario del Muni, y octubre de 1968 (Muntanyà, 2007).
Annobón, en el hemisferio sur, más allá de Santo Así, se considera que el colonialismo español en
Tomé y Príncipe) y una región continental, deno- el África subsahariana, territorialmente muy redu-
minada Río Muni en época colonial, donde Bata cido, socialmente irrelevante en la metrópoli y aca-
constituye el núcleo urbano más importante. démicamente muy poco trabajado, está al margen
El desconocimiento de la realidad ecuatogui- de los acontecimientos que la historiografía colo-
neana se remonta a la época de la dominación co- nial de otros Estados (Francia, Gran Bretaña, Bél-
lonial española. Los acontecimientos en los «terri- gica, Italia, Alemania) ha ido poniendo de relieve.
torios españoles del golfo de Guinea» (su denomi- No se ha revisado críticamente el papel del Estado
nación durante la época colonial) nunca tuvieron español en el escenario colonial y poscolonial del
una gran repercusión en la sociedad metropoli- África actual, a diferencia (de nuevo) del caso ame-
tana. Esta colonia no significaba lo mismo que las ricano, que sí que ha generado reflexiones y discu-
americanas, génesis de la «Hispanidad más allá de siones (y tensiones) más profundas. No obstante,
España», ni fue escenario de acontecimientos que trabajos recientes de historiadores y antropólogos
estremecieran a la sociedad española, como lo fue- sobre las colonias españolas del golfo de Guinea
ron los territorios del norte de África. Al contra- están empezando a poner de relieve que el colo-
rio, inmediatamente después de su independencia, nialismo español en el África subsahariana no fue
Guinea Ecuatorial pasó a ser materia reservada. El en absoluto un colonialismo light (Creus, 1994;
Gobierno prohibió explícitamente la publicación Nerín, 1998 y 2006).
en los medios de comunicación españoles de cual- Esta invisibilidad social y política de Guinea Ecua-
quier noticia sobre la única excolonia española al torial en la exmetrópoli y la escasa reflexión acadé-
sur del Sahara (Muntanyá, 2007). Así, Guinea se mica al respeto se han traducido necesariamente en
volvió invisible a los ojos de los españoles. un exiguo tratamiento museístico de las diferentes
Tras el fin de la dictadura franquista, la si- culturas que forman parte de este pequeño Estado
tuación de la excolonia no cambió. En el ámbito ecuatorial. El estudio antropológico de los grupos

68 Hermes, n.º 1, 2009, pp. 67-76, ISSN 1889-5409

Hermes 1 pp. 9-76.indd 68 11/5/09 11:16:09


Un museo sin vitrinas en la selva ecuatorial. La exposición de una experiencia

Objetos dispuestos en forma de «altar»


en la colección Felipe Osá

étnicos guineanos no se abordó de


forma sistemática y académicamente
relevante durante la época colonial,
en consonancia con el desarrollo del
africanismo en España. Y si este era el
panorama en la metrópoli, en la co-
lonia era obviamente mucho peor,
de tal forma que, tras la independen-
cia (que, recordemos, fue en 1968), el
nuevo Estado ecuatoguineano no «he-
redó» ningún tipo de universidad, ins-
titución académica o museo dedicado
a los estudios socioculturales.
En la Guinea inmediatamente
posterior a la independencia, las
pocas salas que contenían algunas
vitrinas con elementos de la cultura
material de los pueblos guineanos
se encontraban en instituciones y
edificios que representaban la es-
tructura de dominación colonial.
En los primeros tiempos del régi-
men de Macías Nguema se desarro-
lló desde el Gobierno un fuerte dis-
curso antiespañol que promulgaba
el rechazo y destrucción de todo
símbolo de la recientemente clausu-
rada época colonial. Así, por ejem-
plo, el pequeño museo que los clare-
tianos tenían en el seminario de Ba-
napá, en Bioko, donde se conservaban objetos Bieri y vitrinas en las antiguas metrópolis
etnográficos y arqueológicos, fue arrasado. Pese a este contexto poco propicio, la cultura ma-
Así pues, los dos regímenes que se han sucedido terial de los pueblos de Guinea Ecuatorial tuvo su
en Guinea Ecuatorial, el de Macías y el de Obiang, lugar, y lo continúa teniendo, en las vitrinas de
han desarrollado una política más o menos sistemá- los museos metropolitanos. En el caso de los fang
tica de eliminación de toda herencia del «patrimonio (grupo étnico presente en Guinea Ecuatorial y en
colonial». Esto ha afectado tanto a productos del pro- los vecinos territorios de Camerún y Gabón, an-
pio Estado colonial (edificios de la Administración tiguas colonias francesas), que es el que aquí nos
española y de empresas, residencias coloniales, etcé- ocupa, su tratamiento museológico se ha visto
tera) como a algunos de los elementos de la cultura siempre fuertemente vinculado a los bieri: se trata
material preeuropea que la sociedad colonial había de representaciones antropomorfas esculpidas en
descontextualizado y activado patrimonialmente. madera que formaban parte del conjunto de objetos
El Estado ecuatoguineano no ha recurrido a la vinculados al melan, culto a los antepasados.
patrimonialización de elementos preeuropeos en la Durante el proceso de colonización del terri-
creación del discurso de la identidad ecuatoguineana, torio fang, la Iglesia católica se marcó un objetivo
que se ha llevado a cabo con otros medios. De esta para garantizar el éxito de la evangelización de
forma, sin instituciones museísticas de herencia colo- este pueblo: la erradicación sistemática de los
nial ni de nueva creación posindependencia, Guinea cultos y «creencias paganas» (Nerín, 1998). Esto
Ecuatorial es hoy un país sin museos. pasaba necesariamente por la eliminación de la

Hermes, n.º 1, 2009, pp. 67-76, ISSN 1889-5409 69

Hermes 1 pp. 9-76.indd 69 11/5/09 11:16:10


MONOGRAFÍAS

Esculturas antropomorfas
masculinas en madera
que presiden la entrada
del museo de Felipe Osá

70 Hermes, n.º 1, 2009, pp. 220-226, ISSN 1889-5409

Hermes 1 pp. 9-76.indd 70 11/5/09 11:16:10


Un museo sin vitrinas en la selva ecuatorial. La exposición de una experiencia

cultura material relacionada con el melan. En este efectiva del territorio, construyendo las vías de co-
sentido, la conservación de los cráneos de los an- municación y los puestos militares de control de la
tepasados era especialmente molesta para los re- población y las fronteras (Nerín, e. p.).
ligiosos. En cierta manera, y pese a las heroicas y Pese a la relativa brevedad del periodo de domi-
clandestinas resistencias de muchos fang, parece nación colonial del pueblo fang de Guinea Ecuato-
que, con los años, los religiosos llevaron a cabo con rial (1917/1926-1968), su repercusión sobre la cul-
éxito sus propósitos. Como consecuencia, los bieri tura material ha sido drástica. Trabajos etnográfi-
han perdido hoy el significado que tenían antes de cos de la primera mitad del siglo xx, anteriores o
la llegada de los europeos. Ya no son representacio- contemporáneos a la dominación efectiva del te-
nes vinculadas a las relaciones con los antepasados, rritorio (por ejemplo, Tessman, 2003; Panyella y
sino «estatuas» del «arte negroafricano». Sabater Pi, 1953 y 1955), nos relatan la complejidad
Pese a ello, mientras los religiosos perseguían técnica y simbólica de la metalurgia, la cerámica
y castigaban todo lo relacionado con el melan, la o la cestería en los pueblos fang. No obstante, en
Administración colonial organizaba expediciones nuestra estancia en Guinea no localizamos en todo
etnográficas y naturalistas para dotar de fondos a el territorio ningún ceramista ni ningún pueblo en
los museos metropolitanos. Los participantes en que se realizasen objetos de metal.
estos viajes prestaron especial atención a los bieri Los objetos materiales que se efectúan hoy en
que habían sobrevivido a la evangelización, de tal los pueblos fang son muy escasos, ya que la prác-
forma que su presencia en museos de Barcelona, tica totalidad de la población decide comprar ob-
Madrid o París empezó a ser recurrente. Estas «es- jetos de plástico o aluminio para el desarrollo de
tatuas» fang relacionadas con el «culto a los ances- la vida doméstica. En los pueblos solo encontra-
tros» fueron objeto de estudios morfológicos que mos a algunas personas mayores que se dedican
las situaban como muestras muy apreciadas del a confeccionar diversos tipos de cestos para dife-
«arte negroafricano» (Perrois, 1972 y 1977; Utumbo. rentes funciones (nkueñ, para transportar los pro-
L’art d’Afrique Noire dans les collections privées bel- ductos del los huertos; nkun, para la pesca de río;
gues). Expuestos en las vitrinas de los museos etno- djat, para secar cacahuetes en la cocina). Estos se
lógicos, pasaron a ser la imagen del pueblo fang en siguen fabricando por motivos estrictamente fun-
las metrópolis, mientras que los rituales y creen- cionales, desvinculados de una parte importante
cias que les daban significado en su lugar de origen del significado social que tenían en el mundo fang
iban desapareciendo. Hoy sigue siendo así: los bieri preeuropeo. Asimismo, es muy difícil encontrar a
representan la mayor parte de la cultura material personas mayores que se dediquen al trabajo de la
fang expuesta en el Museo Etnológico de Barce- madera para la manufactura de elementos relacio-
lona, en el Museo Antropológico Nacional de Ma- nados con prácticas preeuropeas. Estos elementos
drid o en el del Quai Branly de París, y siguen solo los confeccionan «artesanos» que trabajan por
siendo «esculturas» altamente cotizadas en las encargo y los reproducen para fines decorativos.
subastas de «arte africano». Solo algunos sobreviven en las muy escasas tien-
La suerte de los bieri no ha sido excepcional. La das y talleres de «artesanía» que hay en las ciudades
cultura material de los fang de Guinea Ecuatorial del país. Procesos muy similares se han documen-
se ha visto fuertemente afectada por el proceso tado en relación con la cultura material de otros
de colonización y aculturación. Aunque la domi- pueblos colonizados, como en las islas del Pacífico
nación efectiva por parte de las autoridades es- (Ginolin, 2004).
pañolas de los territorios poblados por los fang
fue relativamente tardía, sus repercusiones socia- Bieri sin vitrinas en la selva ecuatorial
les y culturales fueron muy significativas. Hasta Atendiendo a este contexto, resulta interesante des-
1917, el control de la región continental de Gui- cubrir el museo de Felipe Osá en Bidjabidjan, una
nea por parte de la Guardia Colonial se limitaba pequeña población en el noreste de la Región Con-
estrictamente a la ciudad y el puerto de Bata y a tinental de Guinea Ecuatorial. La historia empieza
las islas del estuario del Muni (Nerín, e. p.). No hace dos generaciones, probablemente cuando su
fue hasta esa fecha cuando se desarrolló una pri- abuelo asistía a la llegada de los guardias españo-
mera expedición centrada en el reconocimiento les para controlar el territorio continental de la aún
y control del territorio, empresa que no se culmi- parcialmente colonizada Guinea española. En ese
naría hasta 1926, cuando se emprende la ocupación contexto, decidió transmitir a uno de sus hijos el

Hermes, n.º 1, 2009, pp. 67-76, ISSN 1889-5409 71

Hermes 1 pp. 9-76.indd 71 11/5/09 11:16:11


MONOGRAFÍAS

Torques en bronce de la colección de Felipe Osá

máximo de conocimientos relacionados con los de cerámica, ornamentos de metal, elementos de


objetos que entonces formaban parte de la vida indumentaria o utillaje diverso relacionado con
diaria en los pueblos fang. Le transfirió los cono- prácticas hoy desaparecidas, como la metalurgia
cimientos técnicos necesarios para su fabricación, o la alfarería. Estos objetos desarrollaban un papel
pero, más importante aún, le recordó los nombres social relevante en relación con una manera con-
de cada objeto y su significado, cómo, para qué y creta de entender la realidad y las personas que la
en qué contexto se utilizaban. Una «biografía del habitan. Como el resto de prácticas y percepcio-
objeto» que daba sentido a la vida social de este. nes culturales, estos elementos materiales integran
Felipe Osá recibió estos conocimientos de su una dimensión material y una dimensión no ma-
padre y de su abuelo, pero lamentó no haber en- terial, y tanto una como otra repercuten de forma
contrado ningún hijo ni sobrino suyo que se inte- directa y «real» en la vida diaria (Fons, 2005). Nor-
resase por ellos. Al no encontrar «heredero» para malmente los fue adquiriendo cuando sus propie-
tales saberes técnicos y simbólicos, y renunciando tarios ya no les encontraban utilidad alguna y mu-
a la posibilidad de que se truncara su transmisión, chas veces procedían de antiguos lugares habitados
este fang de Bidjabidjan decidió crear un museo. abandonados desde hacía años. Aunque se tratara
En un lugar especial de la selva que rodea su pue- de objetos desechados, que nadie usaba, Felipe Osá
blo, al lado de un río, construyó un edificio con ha buscado a su propietario, le ha pedido su auto-
madera y nipas destinado a albergar el legado que rización para recoger el objeto y ha negociado al-
había recibido de su padre y su abuelo. Fue su ta- gún tipo de recompensa (dinero, otros objetos uti-
ller, donde reproducía las piezas que había apren- litarios que él confecciona). Recuerda numerosas
dido a elaborar. ocasiones en que esta práctica le ha valido comen-
Y fue también el depósito de las diversas piezas tarios del estilo de «¿para qué te interesa tener esa
que iba adquiriendo. Felipe Osá se ha dedicado du- basura que ya no sirve para nada?».
rante muchos años a recoger en numerosos pue- De esta forma, el museo del bosque de Felipe Osá
blos fang objetos que no se siguen fabricando ac- se fue llenando de objetos y de sus biografías, de las
tualmente: taburetes, bieri, máscaras, platos y ollas historias y significados simbólicos que contienen.

72 Hermes, n.º 1, 2009, pp. 67-76, ISSN 1889-5409

Hermes 1 pp. 9-76.indd 72 11/5/09 11:16:11


Un museo sin vitrinas en la selva ecuatorial. La exposición de una experiencia

Y la gente empezó a hablar de ello y a visitarlo. Se La visita se desarrolla de una forma poco con-
convirtió en un lugar especial conocido en todo vencional. El museo no se anuncia en ningún me-
el país. El libro de visitas recoge comentarios es- dio ni existe un horario de apertura. Uno tiene que
critos durante años por guineanos y extranjeros, descubrir su existencia mediante el boca a boca, la
muchos de ellos europeos (especialmente de ori- principal vía de circulación de todo tipo de infor-
gen español) vinculados a misiones católicas, al mación en este pequeño país centroafricano. Si se
cuerpo diplomático o a la cooperación. En Guinea decide visitarlo, uno debe desplazarse hasta Bidja-
Ecuatorial no se ha desarrollado ningún tipo de bidjan y, una vez allí, preguntar a la gente del pue-
actividad turística, los extranjeros que visitan el blo dónde se encuentra el museo y, más impor-
país llegan mayoritariamente vinculados a pro- tante aún, dónde se encuentra Felipe Osá. Si tene-
yectos de cooperación o a familiares y conocidos mos la suerte de que este se encuentre en el pueblo,
que trabajen en ellos. las personas a quienes hemos preguntado nos con-
Pero el museo de Felipe Osá se ha transformado ducen ante el nuevo edificio todavía en construc-
al ritmo que ha cambiado la realidad social y cultu- ción y mandan a alguien a buscar a su responsable.
ral de Guinea Ecuatorial. Con la llegada de los bene- Cuando este llega, y tras las presentaciones perti-
ficios de la explotación petrolífera, el Estado ha em- nentes, se inicia la visita: mediante una máscara
pezado a invertir en la construcción de carreteras. articulada de madera, Felipe Osá se transforma en
Así, no hace muchos años se inauguró la vía Bata- el personaje-narrador que va a guiar nuestro re-
Ebebiyín, que con sus poco más de cuatrocientos corrido por la vida social de los objetos expuestos.
kilómetros atraviesa el país por el extremo norte, Nos presenta el museo y su historia hablándonos
desde la costa hasta la frontera con Camerún. Este con una tumba, un tambor realizado vaciando el
mismo camino, que hace pocos años costaba dos tronco de un árbol y percutido con dos palos, y nos
jornadas de viaje por pistas de barro y baches, hoy traduce al fang y al español. Así descubrimos cómo
se puede recorrer en cuatro o cinco horas. Esto ha Felipe Osá ha decidido crear ese museo y cuál es
cambiado en muchos aspectos la vida en los pueblos la historia de los objetos que contiene. Estos se en-
que se encuentran literalmente pegados a la carre- cuentran distribuidos por el suelo, colgados en las
tera, y entre ellos está Bidjabidjan. paredes o, en su mayor parte, dispuestos sobre me-
Felipe Osá ha tomado unas cuantas decisiones sas que se asemejan mucho más a altares que a las
en relación con todos estos cambios. Con la ayuda vitrinas que solemos encontrar en los museos.
de diversas personas, como algunos de sus fami- Felipe Osá nos cuenta que ninguna persona ni
liares o el párroco de Bidjabidjan, Jesús Ndong, ha institución ha financiado nunca el museo, sino que
construido un nuevo museo al lado de la carre- este se ha nutrido a base de la decisión y el trabajo
tera. Un nuevo emplazamiento, fuera de la selva, y de un solo hombre. Pocas personas han decidido
un nuevo museo, esta vez construido con bloques, ayudarle, pero algunas le han perjudicado. Nos ex-
cemento y techo de aluminio. Una vez atravesado plica que, en más de una ocasión, ha prestado pie-
el camino que transcurre entre los pocos metros zas para exposiciones que nunca le han sido de-
que separan el edificio del asfalto de la carretera, vueltas.
se llega a la puerta del museo, que da acceso a un Atendiendo a estos antecedentes, nos presenta
primer ámbito dedicado a la exposición de los ob- las tarifas del museo, que funcionan de la siguiente
jetos. Se trata de una pequeña sala central, cuyo ac- manera: tras la bienvenida y la introducción del
ceso está alineado con la entrada al edificio, y dos personaje-narrador, los visitantes hacen un dona-
espacios laterales. En la parte trasera del edificio ha tivo al museo. A cambio, Felipe Osá, ya sin más-
habilitado una única sala que cumple, entre otras cara articulada, les «regala» tres objetos. No se
funciones, las de taller y almacén. trata de llevarlos físicamente, sino que ofrece la
En el momento en que tuvimos oportunidad posibilidad de seleccionar tres piezas entre todas
de visitar el museo, Felipe Osá no había trasladado las expuestas de las que se quiera conocer su sig-
todos los objetos del antiguo museo del bosque. nificado. Así explica cómo se fabrican, para qué
Había seleccionado algún bieri, alguna máscara y se usaban y qué propiedades tenían, y nos aclara
una gran variedad de objetos diferentes que hoy las dudas que tenemos al respecto. A partir de
no vemos en las casas de los pueblos fang (ollas, aquí, la información para cada objeto nuevo re-
platos, taburetes, herramientas, figuras, cascos, querirá también un pequeño donativo extra. Fi-
ornamentos). nalmente, una vez terminada la visita, al haber

Hermes, n.º 1, 2009, pp. 67-76, ISSN 1889-5409 73

Hermes 1 pp. 9-76.indd 73 11/5/09 11:16:11


MONOGRAFÍAS

curioseado entre todos los objetos expuestos, te- ser herederas de las instituciones museísticas de la
nemos la posibilidad de adquirir alguna de las pie- época colonial o bien son producto de la amplia-
zas que ha realizado él mismo o encargar alguna mente generalizada y aceptada cooperación cultu-
en concreto que nos interese y no esté disponible. ral que muchas veces es la protagonista e impul-
Así pues, el último paso es negociar el precio con sora de los proyectos de «turismo y desarrollo».
el autor. De esta forma, se han creado ciertos productos que
responden a ideas esteriotipadas de África y al exo-
Un nuevo espacio para la transmisión, tismo que corresponde a la demanda de una au-
la representación y la recreación de la diencia principalmente occidental.2
identidad fang: una activación patrimonial Ya hemos comentado que la presencia turística
de la tradición en Guinea Ecuatorial es prácticamente nula y, por
De una forma más o menos consensuada, por lo tanto, no podemos considerar que el caso que es-
menos entre los especialistas dedicados a la re- tamos analizando sea el fruto de una demanda ex-
flexión teórica en torno al concepto de patrimo- tranjera que recurra a sistemas de representación
nio, se ha considerado que los procesos de patri- inteligibles para una audiencia externa, como el
monialización están estrechamente vinculados a la patrimonio. El poder, es decir, las instituciones es-
legitimación de proyectos identitarios y políticos tatales, no ha utilizado, hasta hoy, el patrimonio
concretos a través de la búsqueda de continuida- para legitimar sus discursos, ya que no se ha dedi-
des históricas y la valorización de aspectos y obje- cado ninguna parcela de la Administración a la rea-
tos que anteriormente no habían tenido más va- lización y ejecución de propuestas patrimoniales.
lor que el estrictamente utilitario. Se ha situado el De esta manera, podemos considerar que el caso
nacimiento de este fenómeno en la construcción de Felipe Osá constituye una activación patrimo-
de los Estados nación y las revoluciones burgue- nial al margen del poder hegemónico y de sus dis-
sas en Occidente, que requieren de otra autoridad cursos. Aunque, a veces, cuando el Estado requiere
distinta a la divina, que legitimaba el poder en el la utilización de productos considerados «auténti-
antiguo régimen. De esta manera, algunos auto- cos» o pertenecientes a la «tradición», sí que recu-
res han convenido en considerar los procesos de rre al institucionalmente desamparado museo. Es
patrimonialización como una especie de «religión interesante el hecho de que en Guinea existen di-
laica» basada en la sacralización de la externalidad versos escultores que reproducen elementos mue-
cultural y su objetualización (Prats, 2004; King- bles de la considerada «cultura tradicional» (sobre
man y Prats, 2008). Es decir, se ha considerado el todo bieri) y del considerado «arte africano»; sin
patrimonio como un sistema de representación de embargo, los que se consideran «más auténticos»
esta externalidad cultural que opera mediante me- y «más tradicionales» son los que se encuentran en
tonimias, reliquias que pueden ser objetos, lugares este especie de «templo de la tradición» donde los
o manifestaciones consideradas excepcionales, au- objetos no solo «conservan» su aspecto físico, sino
ténticas, pertenecientes al pasado (o al que se con- que todavía están dotados de su contenido simbó-
sidera fuera del presente), a la genialidad o a la na- lico. Un ejemplo ilustrativo de lo que acabamos de
turaleza indómita (Prats, 2005). decir es una anécdota que el mismo Felipe Osá nos
En este sentido, y teniendo en cuenta este mo- contó satisfecho cuando le realizamos la entrevista:
delo teórico, el museo de Bidjabidjan presenta cuando el papa Juan Pablo II visitó Guinea en 1982,
unas características especiales. Se trata de un mu- el presidente Obiang quiso obsequiarle con un ob-
seo creado por un solo hombre y en un contexto jeto «tradicional» y recurrió a Felipe para adqui-
poco propicio. Existen pocos estudios sobre acti- rirlo, considerando que sus objetos son los que es-
vaciones patrimoniales en otros países africanos tán más vinculados con la cultura tradicional y en
y nosotros, por el momento, no hemos analizado contacto con su universo simbólico «original».
otros casos semejantes. Ya hemos visto que los teó- 2 Véanse, por ejemplo, algunas de las propuestas que se
ricos han situado el nacimiento de las institucio-
han hecho desde la Unesco. En particular, nos llama la aten-
nes museísticas y del concepto de patrimonio en un ción el programa Turismo Cultural, Turismo con Memoria,
contexto occidental y, por tanto, constituyen una que relacionaba directamente la activación patrimonial de
«importación» para el continente africano. Si bien ciertos espacios relacionados, en este caso con la trata de es-
han proliferado las activaciones patrimoniales en clavos, con su integración en rutas turísticas internacionales.
diversos países del continente negro, estas suelen <www.unesco.org>.

74 Hermes, n.º 1, 2009, pp. 67-76, ISSN 1889-5409

Hermes 1 pp. 9-76.indd 74 11/5/09 11:16:12


Un museo sin vitrinas en la selva ecuatorial. La exposición de una experiencia

Por otra parte, a menudo desde el mundo de la


gestión del patrimonio se ha relacionado el boom
patrimonial de la denominada era del patrimonio
con el desarrollo posindustrial y la sociedad del co-
nocimiento. De esta manera, se ha apuntado la ne-
cesidad, también desde el punto de vista práctico,
de una «museología crítica» con las intervencio-
nes que se consideran «inadecuadas» según unos
parámetros previamente fijados y que tienen en
cuenta la eficacia de la aplicación de las distin-
tas fórmulas de activación patrimonial que se han
ido desarrollando para la reproducción de dis-
cursos y «valores» que los defensores de esta co-
rriente consideran «positivos» para la sociedad
(Santacana y Hernández, 2006).
En el contexto poscolonial y globalizante, ve-
mos que el boom patrimonial se extiende a otros
ámbitos y contextos que no poseen las característi-
cas del proceso posindustrial descrito por estos au-
tores. En este sentido, consideramos que estos «va-
lores positivos» que puede transmitir el sistema de
representación patrimonial son extremadamente
diversos y plenamente sujetos al contexto y prota-
gonistas de la activación patrimonial. Felipe con- esta se desprende. Y la información constituye la
sidera que sus conocimientos y piezas tienen algo exposición de la «vida social» y la «biografía» de
que decir a los fang de hoy (valores que él con- los objetos.3
sidera «positivos para la sociedad)» y que, en el La disposición de los elementos, en el vocabu-
contexto globalizado, ante el riesgo percibido de lario específico la «museografía» de la propuesta
hibridación cultural y la información que recibe de Felipe Osá, es también particular. Los objetos
mediante los escasos medios de comunicación que no se sitúan en vitrinas ni pedestales, como en la
llegan al bosque, su información tiene valor eco- museística colonial (incluso poscolonial, véase el
nómico, pero la inexistencia de los referentes in- nuevo museo parisino del Quai Branly), sino que
mediatos hace que el «valor» de la información se exponen en una especie de altar que, al mismo
se perciba de forma distinta en medio de la selva tiempo que atribuye cierto estatus a los objetos,
ecuatorial. los dispone de forma que están al alcance del vi-
En el contexto globalizante, los conceptos, ca- sitante, incluso a una altura y proximidad que in-
tegorías y prácticas fluctúan transnacionalmente y vita a romper con la barrera que los separa del ob-
se reinterpretan en los contextos locales, dando lu- servador y tocar y examinar los objetos expuestos
gar a múltiples significados. En este caso, si bien es con profundidad. Además, en la presentación de
cierto que Felipe Osá reproduce un proceso de ac-
tivación patrimonial, considerando que los obje- 3 Sendas nociones han sido descritas en la propuesta de
tos de la cultura material fang representan parte de estudio de la materialidad realizada por Appadurai (1986) y
su cultura y memoria, la forma de exponerlos (el revisada y actualizada por Binsberguen y Geschiere (2005).
discurso museológico) es particular. En este sen- En ambas monografías estos autores ponen énfasis en las
tido, llama mucho la atención el papel de la ora- posibilidades de que en un contexto de globalización e hi-
lidad en la creación del discurso y la narrativa de bridación se cambie el objeto de la antropología de «la cul-
tura» a «lo cultural». De manera que proponen, desde un
los objetos. Los objetos expuestos en el museo no
punto de vista metodológico, estudiar las cosas en movimi-
hablan por sí solos, es Felipe quien los hace hablar. ento, things-in-motion, para inferir su contexto social y hu-
Asimismo, el valor del objeto no se construye en mano. Pensamos que estas consideraciones son relevantes
función su antigüedad, ya que muchas de las pie- para la reflexión en torno a la práctica museológica, ya que
zas expuestas son de elaboración reciente: lo valo- plantean una forma distinta y enriquecedora de dirigir la
rable económicamente es la información que de mirada y representar discursos a través de los objetos.

Hermes, n.º 1, 2009, pp. 67-76, ISSN 1889-5409 75

Hermes 1 pp. 9-76.indd 75 11/5/09 11:16:12


MONOGRAFÍAS

las piezas no se diferencian las que son antiguas García-Canclini, Néstor (2004): Diferentes, desiguales
de las que han sido reproducidas por el dueño del y desconectados. Mapas de la interculturalidad, Bar-
museo a lo largo de su vida, lo que nos hace pensar celona: Gedisa.
en una construcción/percepción de la «autentici- Ginolin, Olivier (2004): «L’artisanat traditionnel en
dad cultural» distinta de la que, desde Occidente, Polynésie française: de l’économie touristique à
l’élaboration des identités insulaires», Journal de la
estamos acostumbrados.
Société des Océanistes, núm. 119 (2), pp. 171-184.
En definitiva, con este artículo hemos abierto Kingman, Eduardo, y Llorenç Prats (2008): «El patri-
distintos frentes a la reflexión. Pensamos que el es- monio, la construcción de las naciones y las políticas
tudio de casos como el del museo de Bidjabidjan de exclusión. Diálogos sobre la noción de patrimo-
puede enriquecer el modelo teórico que hemos ex- nio», Centro-h, Revista de la Organización Latinoa-
puesto. Pensamos que este es un buen ejemplo de mericana y del Caribe de Centros Históricos, núm. 1,
lo que se ha denominado modernidades alterna- pp. 87-97.
tivas (García-Canclini, 2004), ya que, aunque po- Muntanyà, Xavier (2007): Guinea Equatorial. Memòria
damos identificar ciertas dinámicas, la aplicación negra, documental, 97 minutos, Barcelona.
y adopción de ciertos conceptos y categorías glo- Nerín, Gustau (1998): Guinea Equatorial. Història en
branc i negra. Dones negres y homes blancs a la Gui-
bales da lugar a una interpretación muy localizada
nea Equatorial (1843-1968), Barcelona: Empúries.
del patrimonio, en este caso. En el contexto posco- — (2006): Un guàrdia civil a la selva, Barcelona: Co-
lonial, vemos cómo sistemas de representación de lumna.
origen occidental se incorporan en los procesos de — (e. p.): España y la conquista del Muni, 1914-1927.
afirmación identitaria y se aplican en función de Ortín, Pere, y Vic Pereiró (2007): Mbini. Cazadores de
las necesidades de cada contexto. imágenes en la Guinea colonial, Barcelona: Altaïr.
Asimismo, consideramos que un análisis crítico Panyella, August, y Jordi Sabater Pi (1953): «Sociolo-
del discurso museológico y de la estrategia museo- gía y técnica de la cerámica fang», en Conferencia In-
gráfica también puede resultar interesante para ternacional de Africanistas Occidentales, Abiyán: Ins-
museólogos y gestores del patrimonio. El museo titut Français d’Afrique Noire, pp. 140-141.
— y Jordi Sabater Pi (1955): Estudio del proceso técnico
de Felipe Osá presenta una forma distinta (de la
de la cerámica fang (Guinea española y Camarones) y
que se ha realizado desde las instituciones museís- su relación con la estructura social, Madrid: Instituto
ticas occidentales) de percibir y, por tanto, presen- de Estudios Africanos/csic.
tar y explicar el pasado tradicional fang a través de Perrois, Louis (1972): Statuaire fang, París: Orstom.
su legado material. —  (1977): Sculpture traditionelle du Gabon, París:
Orstom.
referencias bibliográficas Prats, Llorenç (2004): Antropología y patrimonio, Bar-
Appadurai, Arjun (ed.) (1986): The Social Life of Things: celona: Ariel.
Commodities in Cultural Perspective, Nueva York: — (2005): «Concepto y gestión del patrimonio local»,
Cambridge University Press. Cuadernos de Antropología Social, núm. 21, pp. 17-35.
Binsberguen, Wim van, y Peter Geschiere (eds.) (2005): Santacana, Joan, y Francesc Xavier Hernández (2006):
Commodification: Things, Agency and identities: The Museología crítica, Gijón: Trea.
Social Life of Things revisited, Berlín/Munster: lit. Tessman, Günter (2003 [1913]): Los pamues (los fang).
Creus, Jacint (1994): «Guinea Ecuatorial, 1883-1911: la in- Monografía etnológica de una rama de las tribus ne-
venció d’una identitat», Recerques. Història, economia gras del África occidental, Madrid: Universidad de Al-
i cultura, núm. 30, pp. 103-119. calá/aecid/uge.
Fons, Virgínia (2005): «El concepto de persona en África Utumbo. L’art d’Afrique noire dans les collections privées
central», Oráfrica. Revista de Oralidad Africana, núm. 1, belgues, catálogo exposición en Bruselas, 25 marzo-5
pp. 21-38. junio de 1998.

76 Hermes, n.º 1, 2009, pp. 67-76, ISSN 1889-5409

Hermes 1 pp. 9-76.indd 76 11/5/09 11:16:12

Вам также может понравиться