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La ciencia en su búsqueda infinita del conocimiento.

Introducción

Durante miles de años, el ser humano se ha dedicado a investigar qué sucede


detrás de cada fenómeno natural, qué formula es la ideal para curar enfermedades
y qué alimentos pueden ayudar a evitar problemas de salud; esto demuestra que
desde sus inicios, la curiosidad y la sed de conocimiento siempre han sido factores
claves en la construcción del hombre como ser social.

Para llegar al concepto o resultado final de cualquier elemento desconocido, es


necesario empezar con una hipótesis, es decir, deducir qué sería eso que se está
observando y demostrar dicha teoría a través del experimento el cual determinará
si es falso o verdadero la afirmación que la persona fabrica gracias al análisis de
una situación previa.

En este corto escrito se abordará como tema principal la obra La Estructura de las
Revoluciones Científicas escrita por Thomas S. Kuhm, dicha lectura contiene
diversos temas que posicionan a la ciencia como un método que funciona para que
el ser humano conozca y le dé respuesta a los paradigmas que existen, a su
parecer.

La ciencia como una estructura resolutiva de los interrogantes de la vida.


A lo largo de su existencia, el hombre experimenta ciertas situaciones que lo ponen
a cuestionarse sobre su papel en el entorno donde se encuentra, y es gracias a los
antecedentes o a la historia, es que puede visualizar lo que en concreto le conviene.

Uno de los planteamientos del autor es que ese conocimiento previo es vital para la
ciencia, pero acumularla no precisamente permite el desarrollo de la misma, es por
esta causa, como lo piensa el creador de la obra, el método científico busca corregir
anomalías a través de un proceso que no tiene límite de tiempo, solo hasta que se
pueda obtener el resultado.
Kuhm (1971) explica que “Si la ciencia es la constelación de hechos, teorías y
métodos reunidos en los libros de texto actuales, entonces los científicos son
hombres que, obteniendo o no buenos resultados, se han esforzado en contribuir
con alguno que otro elemento a esa constelación particular”.(Pag. 1) Lo anterior
quiere decir que durante la búsqueda del conocimiento, el hombre no siempre
obtendrá lo que necesita, pero de alguna manera contribuye a que otras ciencias se
beneficien gracias a su trabajo.

Las revoluciones científicas marcan ciertos momentos de las historia de la


humanidad, y son estas una forma de defender el conocimiento de quienes
anteriormente buscaban obtener algún control sobre lo que el hombre debía o no
conocer.

Un ejemplo que pone el autor son los descubrimientos de científicos como


Copérnico, Einstein o Newton, Kuhm (1971) señala que las situaciones vividas de
los científicos que se dedicaban a las ciencias físicas, como los ya mencionados,
“muestran lo que significan todas las revoluciones científicas. Cada una de ellas
necesitaba el rechazo, por parte de la comunidad, de una teoría científica antes
reconocida, para adoptar otra incompatible con ella” (Pag.4).

Es así como se debate la búsqueda del conocimiento verdadero, acorde a la ética


y lo que admite la profesión, y si se pone en contexto la época de estos ilustres
nombres, se podrá deducir la dificultad que tuvieron al demostrar una teoría y el
riesgo que siempre tenían por estaban expuestos que tanto como la comunidad
científica o la iglesia, rechazaran sus investigaciones.

Ahora bien, se ha hablado de que los investigadores siempre trabajan para


encontrar algo en concreto, sin embargo también han existido descubrimientos
accidentales, como la gravedad de Newton. Estas nuevas formas de crear teorías
han jugado un papel importante en la humanidad, ya que gracias a las mismas, el
ser humano puede contemplar todo lo que está a su alrededor y darse cuenta de
que aún faltan más cosas por descubrir.
Kuhm (1971) afirma que “Por eso el descubrimiento inesperado no es simplemente
real en su importancia y por eso el mundo científico es transformado desde el punto
de vista cualitativo y enriquecido cuantitativamente por las novedades
fundamentales aportadas por hecho o teoría”(Pag.4-5).

La afirmación anterior quiere decir que, aunque las teorías se basan en cálculos, los
experimentos y las conclusiones de los mismos de manera cualitativa, también
tienen relevancia en la búsqueda del conocimiento aportándole más claridad al
estudio.

La ciencia normal y las crisis, son causales de las revoluciones científicas, puesto
que, en cierta forma, podrían crear más interrogantes que fomenten una nueva
manera de buscar la verdad saliéndose del esquema tradicional, es aquí donde
surgen los paradigmas, los cuales pueden crear más interrogantes, y a su vez, más
ejemplos.

Es por ello que Kuhm (1971) asegura que “Se dice que no puede resolver problemas
a menos que ya conozca la teoría y algunas reglas para su aplicación. El
conocimiento científico se halla como empotrado en la teoría y la regla; se ofrecen
problemas para darle facilidad a su aplicación” (Pag.22).

Lo anterior intenta explicar cómo se pueden dar respuestas a muchos interrogantes,


y al decir que la teoría ya se conoce, la toma como un paradigma.

Para concluir con este escrito, se puede afirmar que la ciencia ha venido en
constante evolución desde sus primeros años, y que las ciencias físicas son unas
de las que más han sufrido el rechazo de la comunidad debido a que en épocas
anteriores era complicado comprobar una teoría por los de recursos ilimitados.

Aunque los cálculos son importantes, los resultados cualitativos también forman
parte de una nueva manera de construir la verdad científica de algunos sucesos, si
bien desde hace muchos años el hombre se ha dedicado a buscar la verdad, no
siempre ha sido fácil, sin embargo el rechazo o la no aceptación de una teoría ha
puesto a la comunidad científica a debatir hasta encontrar la verdadera razón de
múltiples situaciones que vive el hombre.
Es importante anotar que los descubrimientos accidentales son una nueva forma
científica que despierta teorías que pueden ser comprobados utilizando paradigmas
que, a su vez, pueden generar un resultado.

Bibliografía

La Estructura de las Revoluciones Científicas.

Autor: Thomas S. Kuhm –

Fondo de Cultura Económica 1971

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